Partida Rol por web

TRIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: ANTES DEL OCASO. - CLIMA: CIELO OSCURO. TEMPERATURAS EN DESCENSO.

El cansancio de los entrenamientos me sacude cuando ya está cayendo la tarde. Puedo sentir que estoy claramente más recuperado, pero a pesar de ello todavía me siento débil y lo cierto es que tengo ganas de llegar a mi tienda y meterme en la cama.

Pero en ese momento observo como los mandos salen de la tienda de los inquisidores, así que me quedo esperando por si el Cabo quiere contarnos algo. Además, que me gustaría saber el orden en el que haré guardia en caso de que vuelva a la rotación.

Así pues me uno a otros Hostigadores, especialmente a Ballestero si está por ahí, y espero noticias.

TRIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: ANTES DEL OCASO. - CLIMA: CIELO OSCURO. TEMPERATURAS EN DESCENSO.

El día iba tocando a su fin, cuando pudo ver a los mandos salir, finalmente, de la tienda del Inquisidor. Era inevitablae no fijarse, pese a la actividad normal del campamento, en detalles como esos. Para un soldado que ya se las veía venir, ello implicaba una cosa: iba a pasar algo, más temprano que tarde.

Viendo ya las horas que eran, se encaminó a asearse. La oscuridad iba reclamando su reino y... qué demonios... en el fondo estaba medianamente contento... no había avanzado en el oscuro camino que intuía se abría ante él. Si bien no era un motivo para el optimismo, desde luego que mala cosa no era.

TRIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: ANTES DEL OCASO. - CLIMA: CIELO OSCURO. TEMPERATURAS EN DESCENSO.

El tono y lo poco que pudo escuchar de la charla de Barril le dieron una idea clara. Esperaría a Ponzoña. Estos días iba un poco más lento, probablemente por culpa de su pie.

TRIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: NOCHE CERRADA. - CLIMA: TEMPERATURAS FRÍAS.

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AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: NOCHE CERRADA. - CLIMA: TEMPERATURAS FRÍAS.

Así que finalmente parecía que abandonarían aquella plaza, sin duda era un sentimiento encontrado el que envolvió al infante, por un lado la esperanza de ir a un sitio mejor y por otra la sensación de dejar atrás tanto esfuerzo en aquel lugar.

Entendido, hemos levantado otra sección de la empalizada aunque al parecer pronto no será necesaria, ¿Llegaremos al poblado antes de que caiga la noche o deberemos acampar? 

La compañía del inquisidor sin duda era la peor parte de las noticias, pero conllevaba a otra pregunta.

¿El inquisidor vendra con su séquito? No me hace especial gracia su compañía pero dejar a esos seres con la mitad del campamento fuera todavía menos.

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AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: NOCHE CERRADA. - CLIMA: TEMPERATURAS FRÍAS.

Palomita había estado todo el día entrenando, sumida en sus propios pensamientos. Cualquiera que la hubiera visto y la conociera sabía que la mente de la mujer ahora era un tumulto de ideas, posiblemente relacionadas con una presión y una culpabilidad de no haber estado ahí mientras sus compañeros sufrían heridas y morían. Por supuesto ella misma sabía que no era culpa suya, tan sólo de las circunstancias y el azar, nadie los había sacado de allí para atacar el campamento entonces, fue todo fruto del destino.

Escuchó a su cabo mencionar que la necesitaría mañana, así que se aproximó a él después de la cena.

Cabo, ¿Algo especial que deba saber para mañana? ¿Alguna preparación especial?

Las preguntas de su Segundo eran de lo más pertinentes, e incluso Palomita, que parecía que se encontraba cerca en aquellos momentos, encontró la manera de aportar algo de utilidad. Así eran los Infantes, gente proactiva.

— Buen trabajo el de las fortificaciones. Ahora, en respuesta a tus bien dirigidas preguntas, Grito, te diré que el viaje se supone de dos días, así que eso nos hará hacer noche en el camino al menos una o dos veces. Con respecto al asunto de quién vendrá con la Compañía, sólo te puedo confirmar al Inquisidor Fodres Fadresh; no sé si parte de ese séquito que le acompañaba vendrá, si bien creo que no será así. —

El enorme Cabo se volvió hacia la aparentemente delicada Oscura haciendo un gesto indefinido.

— En cuanto al asunto de mañana, Palomita, se supone que será entregar un mensaje y poco más. Pero si algo me ha enseñado este país es que las cosas a veces no son lo que parecen. La teoría es ir, comunicar y volver para marchar; espero que así sea en definitiva. —

Comentar que estaban a las órdenes del Inquisidor le pareció superfluo a Barril. Después de todo, también estuvieron a las de el primer Serpejo y acabaron con él, así que bueno, la situación sería algo confusa en tanto estuvieran en Nidal. Mejor ir improvisando sobre la marcha en este tipo de asuntos, la verdad.

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AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: NOCHE CERRADA. - CLIMA: TEMPERATURAS FRÍAS.

El segundo escucho las respuestas a sus preguntas para terminar de hacerse una composición de la situación y el nuevo destino al que irían.

Esta bien, informaré a los infantes para hacer los preparativos.  Algo de aire fresco le vendrá bien a los hombres para despejar la mente.

Grito saludó con la cabeza y se retiró para comunicar las últimas noticias.  Era ya noche cerrada y era mejor no demorar aquello ya que la compañía estaba apunto de irse a descansar.  Reuniendo a la infantería en un improvisado corro informó de las novedades.

Tenemos nuevas ordenes, mañana al mediodía partiremos a Cántaro Roto, es un pueblo a unos dos días de camino por lo que pasaremos un par de noches en el camino.  La misión se basa en establecer un segundo campamento en el poblado, si os preguntáis si será un campamento temporal o fijo no tengo la respuesta, aunque supongo que eso dependerá de las posibilidades que nos encontremos al llegar.

El inquisidor, Analista y algún hostigador vendrán con nosotros, Preocupado tu que quedarás para terminar de sanar esas heridas y Plumilla para ayudar al Capitán.  Eso es todo por esta noche aprovechar para dormir bien, mañana tendremos algún detalle mas.

Dicho aquello, tan solo quedaba disolver la improvisada reunión para que todos pudieran ir a descansar.

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Miró a Grito. —Mañana viajáis. Vamos a reorganizar las guardias.

Y luego se supo también que Capitán quería que se enterrara ya a Desastre. Normal, los otros viajarían al día siguiente. —¡Soldados! ¡La gente que está de guardia, que se quede! Despertad a quien esté en la cama. Traed a nuestro hermano Desastre. —Había que preparar todo, Desastre había estado con ellos antes que con otros, con los antiguos Campamenteros, y Ballestero había pasado algunos momentos tensos con él. —¿Alguien sabe qué le hubiera gustado en su funeral?

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DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

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- Segundo. ¿La Compañía se divide en dos? ¿Y debemos quedarnos con esos engendros? Eso me preocupa Segundo. Hemos contenido ya dos ataques. Pero nos ha costado demasiado. ¿Y ahora dividimos la compañía? - Dije con cara de estupefacción y resignación.

Pero un sodado es un soldado, un clavo es un clavo y, órdenes son órdenes. Así que sencillamente saludé en señal de aceptación.

- ¿Bajo quien queda el mando del resto de la Infantería? - Pregunté si es que se podía considerar que quedaba algo de infantería.

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DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: NOCHE CERRADA. - CLIMA: TEMPERATURAS FRÍAS.

Había agitación. Cambios. Lo olía, pero no necesitaba su olfato para darse cuenta de ello. Tras la jornada de trabajo, quiso mantenerse cerca de Analista, o en su defecto de Palomita, que a fin de cuentas era su maestra de instrucción, aunque siempre a una distancia prudente, como si no estuviera ahí.

Había escuchado indirectamente parte de los planes previstos. Nada tenía que decir y nada tenía que pensar, salvo una cosa. Se disponía a acercarse a hablar con Analista cuando escuchó la voz de Ballestero, y recordó la conversación que tuvo con el difunto compañero de pelotón no hacía siquiera una semana.

Una prostituta. Desastre quería una prostituta.

Cabizbajo y con pasos silenciosos continuó su camino.

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DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: NOCHE CERRADA. - CLIMA: TEMPERATURAS FRÍAS.

Ponzoña acudió a la sección de campamento ocupada mayoritariamente por los suyos. 

-Ballestero, Hostigadores, venid -llamó-. No disponemos de mucho tiempo. En la misión encomendada a la Compañía, el Cabo Barril al frente de la infantería se encargará de viajar hasta Cántaro Roto. Su estancia allí se prolongará por un mes. El Campamento quedara a nuestro cargo. Guepardo, tú les acompañarás a petición expresa del Cabo Barril. Durante ese tiempo, él será tu mando directo. También comentaros que Analista así como uno de los magos les acompañarán. Frontera, tú permanecerás aquí y de acuerdo a lo dicho por él te encargarás de posibles compras y demás. Imagino que hablará contigo acerca de ello. Y como ya ha adelantado Ballestero, el funeral de Desastre se realizará ahora. La tumba está preparada y cuenta con un lecho de cañas. Dado que la mitad del grupo mañana partirá, hemos creído que era la única posibilidad que teníamos de hacerlo. Formad ahora en un par de filas. Llevad vuestra arma y escudo si lo portáis. Y que los que abran y cierren la formación porten antorchas.

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DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

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-Jamás me lo perdería -replicó con una sonrisa. Después se limitó a escuchar a Barril hablando con su segundo. Cuando concluyó, le interrumpió brevemente-. Disponemos del carro de Khadesa. Capitán lo ha confirmado. Que tus hombres mañana recojan tiendas y sacos para disponerlos en el carro. Deberemos llevar también algún barril de agua además de los odres bien llenos. Y quizá algunos aperos para poder cocinar durante el mes que vamos a estar allí. 

TRIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

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DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: NOCHE CERRADA. - CLIMA: TEMPERATURAS FRÍAS.

Empezó a andar pero se detuvo súbitamente dándose una palmada en la frente. Pareciera que la misma había sido dada por Barril a través de un hechizo. 

-He olvidado una cosa. Dolor, tú también acompañarás a Guepardo en la misión a Cántaro Roto. Siento haberlo olvidado. Debo estar haciéndome viejo -dijo el Hiena asentado en la veintena-. Guepardo, creo que habrá opción de montura si es que os veis capacitados para ir en una. Coméntalo con Barril. 

El grueso Oscuro asintió a Analista con un cabeceo, volviéndose hacia Grito para remarcar las palabras del oficial.

— Como dice Analista, cargaremos la impedimenta en el carro en orden de viajar ligeros y con las armas a mano, así como los aperos de campamento que sean necesarios. Además de las monturas que tiran del carromato y el caballo de Palomita, llevaremos otra montura. Creo recordar que eres un jinete decente, Grito, así que quedará a tu uso y cuidado. Tómala de las que recuperamos de los séquito de los hombres de Serpejo, de ser el caso.

Hay que determinar quién sabe hacer mejor el rancho para que darle esa responsabilidad, averígualo y me lo comentas. Cuenta con que Guepardo y Dolor se unen a esta expedición asimismo. — Barril se volvió hacia Palomita de nuevo.

— Los Reclutas, salvo Sabueso, se quedan en Carnonegro; será mejor que determines a cargo de quien lo hacen. Cabo Ponzoña va a ser operado en breve y estará reposando unos días. Si aceptas mi consejo, te diría que delegaras este periodo en Ballestero. Ha demostrado que se maneja bien y creo que les tendrá ocupados mientras no estás. Salimos a primera hora a entregar un mensaje en Carnonegro, Palomita, armados y preparados. Espero volver en breve para recoger y salir al mediodía hacia Cántaro Roto. Aún no sé si nos acompañará algún Mago, es una posibilidad, mañana se verá. —

Después de escuchar las posibles respuestas de su personal, el craso Cabo se dirigió a presentar sus respetos en las exequias de Desastre. Era el tercer mimbro de la Compañía que dejaba su vida en Nidal y Barril esperaba que fuera el último.

TRIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

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DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: NOCHE CERRADA. - CLIMA: TEMPERATURAS FRÍAS.

El chamán esperaba junto a la tumba de Desastre. Al ver al culo gordo acercarse, Rastrojo alza la mano para saludarle en la distancia. Mejor en la distancia, para no oler su aliento de borracho cara a cara.

Cabo Barril, gloriosa sea tu estampa. Yo aquí ya he terminado. Las exequias de Desastre fueron un éxito, ojalá hubiera venido alguien a tiempo para ver mi ritual. Pero entiendo que, entre las reuniones de los mandos y los cuidados de la tienda de heridos, es normal que no pudierais despediros. El espíritu de Desastre ya descendió por la tierra, buscando raíces que pueda trepar para ascender a los cielos.

Un ojo perspicaz diría que Rastrojo se había adelantado para no trabajar, o más concretamente, para que no hubiera testigos de su vagancia. La palabra del mestizo era que las honras fúnebres, por el ritual chamánico, ya las había hecho mientras nadie miraba. Sin embargo puede, y es solo una posibilidad, que Rastrojo hubiese estado haciendo el holgazán junto a la tumba de Desastre. En ese caso, Desastre no había recibido la despedida adecuada. Los espíritus que se marchan así tienden a confundir las raíces de un tronco con un zurullo de mono saliendo de su mono culo. El alma asciende entonces por la mierda y se mete dentro del macaco, poseyéndolo y formando un micomalo, una criatura demoniaca cuyas pisadas dejan ascuas en el suelo de la sabana y se acercan a los poblados por las noches para incordiar a los vivos.

Bueno, yo ya me voy a dormir.

TRIGÉSIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 7, DÍA DE LAS ESTRELLAS.

HORA: NOCHE CERRADA. - CLIMA: TEMPERATURAS FRÍAS.

Si bien se estaba preparando para dormir, en cuanto oyó que se iba a celebrar el funeral de Desastre, se preparó para asistir, procurando hacerlo del mejor modo posible: equipado para el combate, pues el mejor modo de despedirse de un guerrero, era hacerlo como tal, en su opinión y en la de otros muchos.

Ello le sirvió para relativizar su situación... si bien era cierto que la cosa no le iba nada bien..., al menos podía consolarse de que seguía vivo... Y esperaba, deseaba de hecho, que estar vivo, incluso en la forma en que lo estaba, fuese mejor que estar bajo tierra, como iba a estarlo el camarada a no mucho tardar.

Mientras acudía a presentar sus respetos al difunto, su mente hacía acopio de cuando se comentaba. Una expedición, a un sitio llamado "Cántaro Roto". ¿Quién pondría tales nombres a los lugares?, pues más bien, parecía un nombre de cantina.

TRIGÉSIMO QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 8, DÍA DEL SOL.

HORA: ALBA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA.

Bostezó, todavía bajo el abrigo de su pequeña tienda de cuero. Recordó el funeral de Desastre. Las filas de la Compañía reconcentradas, recordando a su compañero caído. Otra piedra en la llanura brillante.

Había dejado satisfecho a Ballestero, pero todavía quiso meditar otro poco.

Había pasado parte de la noche arrodillado en su esterilla, junto a un pequeño fuego, sosteniendo con las dos manos su escudilla, haciendo las abluciones rituales y las preguntas en la Lengua Ancestral:

"¿Por qué no sois ya meros recuerdos?
¿Por qué holláis el suelo de este mundo
con los ojos fijos, pálidos y lerdos?"

No podía haber respuesta. Había tomado un sorbo del líquido sagrado y había esperado.

Ahora despertaba bajo la helada tierra (se había enterrado vivo, aunque envuelto en su cobertor y su manta, con la nariz asomando para poder respirar y estado dentro de la tienda, porque tenía gusto por el ritual pero no era imbécil) tras haber dormido cuanto menos siete horas como si de verdad estuviera muerto. ¿Habría sucedido el milagro? ¿Habrían pasado esas gentes por la Puerta? Estaba seguro de que no, pero si estaba seguro de que, al menos en parte, sus plegarias habían tenido una respuesta.