Partida Rol por web

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

Aquella situación no iba a granjearles muchas amistades, pero ya estaban acostumbrado a ello. Aunque Romo no podía dejar de sentir lástima por el guardés, puesto que le estaban quitando a su hija delante de sus narices sin que pudiera hacer nada para evitarlo. 

A veces, hacer este tipo de misiones, hacían que se sintiera algo sucio. Pero eran mercenarios, y cumplir las misiones era lo que debían de hacer. Mientras Reyezuelo ataba a la mujer, el guerrero se colocó cerca de ella. Dudaba que fuera a intentar a huir, pero era mejor prevenir que lamentar. 

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

Lombriz esperaba la resolución de aquel conflicto con parsimonia en actitud militar, recto mirando al frente, intentando que sus músculos no se alteraran. Aunque escuchaba todo lo que estaba sucediendo alrededor, y el conflicto que estaba creando la tal Enrietta. Quizás era casi una sublevación pues se escuchaba sonidos de cacharros estampándose contra la pared, voces y puñetazos. Un hombre corriendo desde la colina hacia ellos, fue entonces cuando Lombriz salió de su pose militar para ver a aquel infortunado que parecía familiar de la mujer. Lombriz subió el escudo, apretó la mano en forma de puño, y avanzó con lentitud semi-agachado hasta casi primera fila un poco después del Capitán y del Cabo Barril. Preparando para neutralizar a aquel hombre a la orden del Cabo o del Capitán. Pero este se lanzó al suelo y tocó los zapatos del Capitán, suplicando por la vida de su hija. El alguacil puso orden a lo que parecía una sublevación o rebeldía de aquel hombre, y Lombriz otra vez se enderezó, y bajó su mano extendiéndola hacia bajo en dirección al suelo. Entonces dio unos pasos hacia atrás ocupando su antiguo lugar, viendo que la situación estaba controlada. Esperaba marchar ya que estaba lloviendo y se sentía constipado, aquello que debería de ser una cosa rápida, se estaba ralentizando en demasía. 

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

Reyezuelo se acercó a la joven Enrietta con cuerdas en mano mientras era sostenida de los brazos por los malhumorados guardias y le sorprendió la deformidad de algunos rasgos que tenía.

Mientras oía a Capitán hacer las advertencias, la ató de manos por la espalda, por el torso pegando los antebrazos al cuerpo, entre ambos pies dejó una tira de cuerda lo suficientemente larga para caminar con normalidad pero demasiado corta para intentar correr, la amordazó por la boca para evitar mordidas y finalmente atado otra cuerda a aquellas ataduras y su cintura a modo de correa para dificultar cualquier huida. Lo siento, pajarito. Con la ayuda de Preocupado y Romo fue cosa rápida. -Gracias hermanos.- Les susurró en K'halta.

El castor era una persona imponente, de los más altos y musculosos de la compañía, y además tenía un gran manejo del carisma, inclusive en su faz negativa. Miró con ojos fulminantes al guardés buscando intimidarlo, aunque no lo deseaba hacer realmente, dejar al hombre alterado y preocupado era lo que se buscaba para la misión. Mira como un demonio negro se lleva a tu hijita y tú no puedes hacer nada...

Montado en Bastión con Enrietta llevada con la cuerda atada al destrero a un par de metros, el aprendiz de Analista escuchó la orden de marchar de Capitán, y así lo hizo. Joder, si montado y todo hasta parezco uno de los malditos esclavistas de la linde. Se tocó sus abalorios para sacarse cualquier mal yuyu. Los esclavistas de la linde fue una tribu K'halta que esclavizaba a los de su propia raza para comerciarlos, por años el Reino Castor los mantuvo a raya exterminandolos hasta que comenzó la guerra contra los Caimanes Negros.

Suerte que llueve fuerte y no hay gente en las calles, cuando salgamos de la vista del guardes podré subir a la pajarito y cubrirla con mi capa sin estropear la misión.

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

El escenario era lamentable. Nunca había visto a un hombre que se preciase de serlo arrastrarse de esa manera. Un K'hlata nunca reaccionaría de esa manera. Jamás. 

Ahora vivía por y para la Compañía. Daría la vida por el grupo. Pero siempre luchando, nunca de rodillas.

Sin embargo, el mundo, los mundos, me habían enseñado otros valores, otras circunstancias e, incluso, otros sentimientos. Nunca había sido padre. Probablemente nunca lo fuese. Ahora veía lo que implicaba. Abrirse al miedo más absoluto y denigrante por otro. Por eso, en mi interior, algo me decía que un hombre dejaba de ser solo un hombre al hacerse padre. Nunca menos. Tal vez más.

Pero desde luego aquel hombre embarrado, dispuesto a perder su orgullo por su sangre, me infundía un nuevo y extraño respeto. Acerqué mis pasos hacia Reyezuelo. Con toda la consideración que fui capaz de reunir le ayudé en la tarea.

Me sentía una vil araña tejiendo su capullo sobre una desdichada y todavía confusa presa. Tanto era así que no tuve el valor de ver su semblante. Para mí, la muchacha era una sombra informe en el rabillo de mi vergüenza.

Terminada la tarea, cerré filas en torno a aquel caballo que serviría de monumento a nuestro infame logro de aquel día.

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

El Alguacil asintió en silencio e hizo que dos guardias se llevaran al padre de la chica, que no paraba de gritar y llorar.

Reyezuelo inmovilizó y ató a la muchacha, con ayuda de Preocupado y Romo. Reyezuelo la amordazó para que dejara de chillar, y luego utilizó la segunda cuerda para atársela a la cintura y llevarla a una distancia no superior a dos metros de Bastión. Pronto estaban listos para partir con su aterrorizada presa.

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

-Pajarito- Dijo susurrando a la joven tirando de la soga para captar su atención. -Cálmate y no estés asustada, no somos malos y nadie te lastimará, te doy mi palabra.- Dijo a pesar de no estar seguro de sí podría mantener tal promesa según cómo se dieran las cosas. -Si sigues chillando o intentas safarte me obligarás a cargarte como a un costal de harina, y ni tu, ni yo ni Bastión queremos eso. ¿Verdad?- Le dijo mientras le daba una palmada en el cuello al destrero. Al aprendiz de analista le llamó la atención cómo las lágrimas y las gotas de lluvia que caían por el rostro de la chica surcaban la grieta de una fea cicatriz que marcaba el lado izquierdo de su cara.

Reyezuelo tiró de la cuerda y la acercó a Bastión en cuanto el Alguacil ya no estaba a la vista. La capa negra que marcaba su estado de hermano juramentado de la Compañía Negra, uno de sus más grandes orgullos, caía tapando la parte trasera de Bastión. La levantó para llevarla al costado dónde iba la joven y, disimuladamente, la cubrió con ella, ayudándose del extremo sin punta de la lanza corta que portaba.

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

Lombriz vio como se llevaban al padre de la muchacha evitando así una confrontación. El alguacil demostró que era eficaz en el mando, y supo controlar aquella situación. En cuanto a los miembros de la Compañía vio como algunos de ellos se movilizaron para atar a la muchacha, y amordazarla. Otra cuerda sería la que utilizarían para que la muchacha andara a una distancia no superior a tres metros. Entonces Lombriz se puso detrás de la muchacha para ver si se movía o en caso contrario si tenían que llevarla... sobre todo hasta que salieran de la aldea.

RIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

El trabajo de mercenario en ocasiones incluía tareas menos placenteras que el ganar honor y renombre en el campo de batalla. Había cosas peores que el duro entrenamiento o los largos plazos de descanso y dolor en la tienda de los heridos, algunas de esas cosas era el convertirse en villanos y matones para tareas de dudosa moralidad por cuenta ajena. Iba implícito en el oficio y aunque no le gustara, en ocasiones tenía que hacerse.

Hubiera preferido no tener que asistir al dantesco espectáculo que se estaba sucediendo ante él. No le agradaban los chillidos de unos padres desesperados, las palizas a los indefensos, ni los lloros de una niña asustada. Nada de eso era para él, sin embargo se obligó a mirar y a no parpadear, estaba siendo parte de todo eso, que menos que parecer implicado. Cuando su primo ordenó que se atara a la muchacha se mantuvo en la silla de su montura y agradeció a Khadi que hubieran llevado k´hlatas con ellos para que se pudieran encargar de tales tareas. A buen seguro en sus primitivas tribus el secuestrar y atar a jovencitas llorosas estaba bien visto para sus falsos espíritus.

Volver a pasar por los callejones estrechos le preocupaba en gran manera, ahora llevaban a una aldeana a rastras, una niña concretamente. Eso nunca ayudaba a agradar a los lugareños.

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

El procedimiento se realiza en orden, más allá de los lastimeros llantos de los padres de la muchacha, suplicando por nuestra piedad. No tengo mucho de eso a lo que clama, la verdad es que cuando no te muestran mucho de algo, cuesta aprenderlo. Nuestra labor es simple y la cumpliremos independiente de cuantas lágrimas se derramen intentando evitarlo.

Pero la verdad es que tampoco me importa mucho. Miro a la muchacha y solo veo a un montón de carne, con el rostro deformado. Sentiría simpatía por ella pero la verdad es que no la conozco y no veo el motivo por el cual debería simpatizar con ella.

"Es solo un objetivo más."

Mantengo mi vigilancia pero, ahora que ya tenemos a la chica, me mantengo más atento aun, a sabiendas de que en cualquier momento puede aparecer alguien a atacarnos o que alguno de los presentes se le ocurra tomar una mala decisión y hacer algo estúpido. Esa clase de cosas estúpidas que son las últimas que haces.

El Capitán da la orden de retirarnos, por lo que comienzo a hacerlo siguiendo la formación, manteniéndome en la retaguardia como Ballestero me indicó hacer.

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

¿Funcionó? Joder, si hasta sería también un gran padre. Pensó Reyezuelo cuando la joven dejó de chillar y forcejear.

El noble K'halta más de una vez había pensado en dejar descendencia, más que por deseo, por la necesidad de que el linaje de su sangre no se perdiera.

No podía fallarle a los ancestros benevolentes, era el último en poder mantener a su noble casta viva. Desde luego, imaginaba que la madre de sus hijos sería su amada Palomita, por lo que los ancestros no favorecerían de buenas a primeras a un mulato, aunque tenía la certeza de que al ver los férreos guerreros que serían eso cambiaría. Con sus genes y los míos, ¿De qué otra forma saldrían nuestros hijos, si no héroes? Divagaba su mente, puesto que en realidad estaba lejos, muy lejos, de siquiera aspirar a conquistar el corazón de la oscura.

Volvió a la realidad, y notó que la muchacha ya no caminaba, dejó de estar tan seguro de tener buena madera paternal al percatarse de que la joven sencillamente había dejado de chillar y forcejear porque estaba paralizada por el miedo.

La levantó como a un animalillo por la soga dónde la tenía amarrada y la sentó delante suya con ambas piernas para un costado y erguida. Desde luego, no la cargó como a un costal de harina cómo había bromeado antes para calmarla.

-Te lo advierto pajarillo, no te vayas a orinar encima.- La tapó con la capa. -No temas, ¿Eres fuerte o no? Las niñas fuertes no tienen miedo, eso lo saben todos.- Reyezuelo miró a sus pares y se encogió de hombros con expresión de incertidumbre. Hubiera preferido tratar con demonios a con una niña. Joder, ¿Por qué no trajimos a Khadesa?

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

Estando todo dicho, solo quedaba ponerse en marcha. Y más con una Enrietta que ya quedaba en su poder, para su desgracia. Sinceramente, no le parecía ver nada malo en ella, al menos que mereciera el castigo que seguramente le esperaba, pero era su deber continuar con aquello. Solo esperaba que los testigos tuvieran el suficiente sentido común para ponerse en movimiento y destapar lo que ocurría. 

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

¿Qué clase de trolas le estaría contando Reyezuelo a la chavala para que se callara? En esa misma situación, Ballestero se imaginaba callando también, pero para reservar energías y escapar o morir matando.

En este caso lo tenía bastante claro: había que sacar a los revoltosos a primera linea para que se dieran a conocer, así que no creía que el futuro de la moza fuera muy halagüeño.

En fin. Él siguió en su puesto haciendo lo que tenía que hacer. Tomó posiciones en la retaguardia con Dolor y le dejó a él las distancias cortas mientras se fijaba en posibles tiradores desde tejados o ventanas.

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

Barril aún trataba de sacarse la puta mugre del infecto charco que los dioses de este maldito lugar habían puesto en su camino cuando se desarrolló la escena que trajo consigo gritos, lamentos, golpes, sangre y lloros. Cuando prestó atención ya arrastraban al guardés lejos, como si de un golpeado saco de patatas se tratara. El "valiente" alguacil se había despachado a gusto con el indefenso hombre, lo cual le retrataba como gusano y petimetre.

Luego observó a la chica. A pesar de tener la cara desfigurada por una extraña marca, al obviarla estaba hasta de buen ver. En cierta manera le recordaba a Palomita, si bien en versión inmadura e ignorante. Al menos no tenía la cara de sapo de su progenitor, si es que lo era en realidad. Ese pensamiento le dio una idea.

Aprovechando el lapso en el que Reyezuelo ata y amordaza a la chica, el grueso emprende una rápida acción. — Capitán dame medio minuto, quiero comprobar una cosa. — Barril se acerca a los soldados que arrastran al guardés, a los cuales da el alto. — Quietos bravos, tengo una pregunta para este hombre. —  Barril coge al tipo por la pechera, levantándolo del suelo ligeramente.

— Oye tú, cómo se hizo esa marca tu hija en la cara. ¿Nació así o le pasó algo? ¡Habla si valoras su vida! —

La pose intimidatoria de Barril sólo quiere sacar una respuesta rápida al hombre. El fogueado Oscuro creía que estaban a punto de encender una mecha, una que podía hacer estallar todo Carnonegro si manejaban mal aquel asunto.

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

El hombre no responde, y el Capitán ha ordenado ya regresar al Campamento con la prisionera.

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

Pocas alegrías me deparaba mi primera salida del campamento de la Compañía desde que nos instaláramos. Finalizarla era la mejor de todas.

Odiaba el pueblo. La sensación de oscuridad y maldad ominosas supuraban por todas partes, manifestándose a mis ojos, gusto, olfato y oído. Incluso el bello de la piel se había mantenido alerta en formación de ataque durante toda la misión.

Odiaba lo que habíamos ido a hacer. Cómo había discurrido todo. Y sobre todo, fervorosamente, como había terminado para la muchacha y sus padres.

Y, por último y no menos importante, odiaba mi propia actuación. Excesivamente ansiosa, si bien por culpa de esa maldita sensación que lo impregnaba todo. Incluso el momentáneo deseo no expresado de que todo se torciese para poder compensar mis errores y salvaguardar mi propio orgullo.

Nunca había sido así y me preocupaba profundamente esa sensación en mi interior.

El único consuelo había sido ver a Reyezuelo tratar con piedad e incluso cariño a la muchacha. Hasta la fecha nunca hubiera imaginado que el noble Castor fuese capaz de prodigar ese tipo de sentimientos y acciones. Empezaba a pensar que había minusvalorado las virtudes de Reyezuelo en base a sus defectos. Tendría que reevaluar mi actitud hacia el hermano a partir de ese momento. Tenía que reevaluar muchas preocupaciones.

Iniciamos la salida del pueblo. Únicamente alterada por la actuación del Cabo Barril, pero rápidamente despachada por la inexpresividad del guardés y el movimiento del Capitán. Nada había allí de amenazador. Aunque claro está, nuestra actitud, la actitud que en mi error yo mismo había provocado en el grupo, podía haber abortado cualquier posible intento de revuelta.

Marchaba en mis cavilaciones cuando desde lo lejos me pareció distinguir el reflejo metálico de unas armas contra el escaso sol. Mi cuerpo se alertó momentáneamente. Pero la inconfundible imagen del guardián de los muertos despejó cualquier duda. 

- Otro grupo de la Compañía. Será el grupo de aprovisionamiento. - pensé para mí. Efectivamente, allí estaba también Desastre. Cualquier K´hlata destacaba en Carnonegro como una piedra de basalto en el desierto. No parecía haber nadie más alrededor. Así que suponía que la dupla era la escolta del grupo y montaban guardia.

Desacoplé momentáneamente la formación en columnas para acercarme al Cabo Barril por el exterior sin forzar a detener la marcha del grupo. - Cabo, al sur. - dije señalando con un gesto de la cabeza. - Keropis y Desastre, Cabo. Montan guardia. El grupo de aprovisionamiento. - aclaré. - Me preocupa señor. Son pocos. Levantamos...- le dije en K´hlata con cierta vergüenza motivada por mi error - ... ampollas. Me ofrezco voluntario. Necesitan información. O refuerzos. - terminé por decir.

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

Capitán escuchó a Preocupado, no muy contento con que un grupo pequeño vagara por allí. Aquello eran, potencialmente, problemas. No se fiaba de nadie de aquel pueblo, y no tenía muchas ganas de perder hombres por un descuido. 

-Vamos a acercarnos a ellos, ver si necesitan ayuda.

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

Continuó la marcha cuando su primo lo indicó, estaba atento, mirando a los lados y erguido sobre su silla de montar. La idea de que debían dar buena imagen hacía aguas al arrastrar a una niña llorosa por la fuerza, pero él pensaba tratar de cumplirla hasta las últimas consecuencias. Que aquellos lugareños paletos apreciaran la gloria de la Duodécima y de Khatovar.

Se sorprendió al escuchar primero a Preocupado y luego a Capitán. Miró hacia el lugar del que hablaban y en el que al parecer había un grupo de miembros de la Compañia Negra por allí. Le extrañaba que hubieran salido del campamento en el mismo momento que ellos, más cuando habían sido atacados de forma reciente. Su base debía de haberse quedado pobremente protegida.

—¿Me adelanto Capitán? —preguntó.

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

-No, sigamos en formación-contestó el oscuro. 

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

Seguía en su puesto. Asintió a Dolor. Él tenía, curiosamente, poco ojo para lo que no fuera poner el virote en alguna parte. Siempre se lo habían dicho. Hacía falta otra cualidad que la que tenía él para detectar cosas raras o fuera de lo corriente. Pero cumplía con su deber.

TRIGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO (LUNA LLENA). - DÍA DE LOS HUESOS.

HORA: PASADO EL MEDIODÍA. - CLIMA: LLUVIA MODERADA. FRÍO LEVE.

Parecía ser que otros hermanos habían ido en búsqueda del pago pendiente del ranchero Du Matte, quien tenía que hacer las modificaciones al carro que Capitán había encargado.

Reyezuelo tenía intenciones propias por las cuales ir por varios motivos, llevar a la práctica algunos modismos propios de Nidal que aprendió de mano de Varecnae y conocer mejor el estilo de monta de la caballería Nidalesa. Así se lo hizo saber a Capitán cuando le preguntó privadamente sobre la posibilidad de pasar por allí al volver, pero el líder de la Duodécima estuvo reacio a hacerlo, separar el grupo era peligroso en la situación actual, dijo entonces, así que el aprendiz de Analista se daba una idea de lo que había en su mente en estos momentos.

El Capitán dió la orden para que el grupo vaya al rancho, Reyezuelo avanzó asegurándose de tapar mejor a la joven Enrietta con su capa, ya no solo para protegerla del frío y la lluvia, sino para que no sea vista.