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La Compañía Negra 3: Tierra de Sombras.

Seldochura.

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28/05/2020, 11:27
Instrucción: Aspirante Sabueso.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


 

Sabueso inicialmente retrocedió. No sabía qué ocurriría. La criatura insecto que irradiaba odio podía abalanzarse hacia ellos, así como los vagabundos que los esperaban. Era consciente de que con la herida abierta de la espalda no podría resistir mucho más. Un golpe desafortunado sumado unos reflejos entorpecidos por la pérdida de sangre podrían ser suficientes para acabar con su vida. De modo que retrocedió unos pasos y llamó a las sombras. Entonces pequeños jirones de sombras empezaron a desprenderse del entorno y se arrastraron hacia él, obedientes y veloces, cubriéndolo desde los tobillos hasta la cabeza. En apenas unos segundos, Sabueso había sido cubierto por una capa de sombras negras que danzaban erráticas a su alrededor. Las suaves sombras siempre le reconfortaban y le cuidaban, y él a su vez las veneraba. No en vano había cosido sus ojos, sino para estar aún más cerca de ellas y la oscuridad iluminadora.

Entonces enfocó su atención a cuanto tenía delante. Los harapientos debían estar enloquecidos, pues cargaron como insensatos contra el Cazador. Sin embargo, su presencia fue casi conveniente, pues ocuparon rápidamente al enorme insecto y lo hirieron con sus espadas herrumbrosas, que se derretían con su sangre. Como era de esperar, el enorme insecto correspondió a los atacantes despedazando a un par de ellos de forma más que conveniente. Dos menos de los que tendrían que preocuparse.

Con su característica voz metálica, sutilmente afinada por el cubo de acero que llevaba en la cabeza, Cabo Barril ordenó mantenerse en guardia sin entrometerse en el combate que tenían enfrente. Sabueso trató de mantenerse atrás esperando el momento de atacar, pues a pesar de la protección de las sombras un mal golpe podría matarlo. Pero con la confusión del combate pronto se vio entre Analista y Lagrimita.

Entonces uno de esos andrajosos perturbados cargó hacia ellos con un grito. Lagrimita se colocó en posición y bloqueó la carga con su espada, haciendo saltar chispas cuando ambos filos chocaron. En ese momento Sabueso aprovechó para golpear, pero sus nudillos no hicieron más que resbalar sobre la oxidada cota de malla sin causar ningún daño. Maldijo entre dientes las armaduras de metal que mantenían a los cobardes libres del dolor que tenía reservado para ellos, y se preparó para lanzar una andanada de rápidas patadas. Veríamos si esa cota de malla era capaz de amortiguar la huesuda rodilla de Sabueso.

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28/05/2020, 16:18
Infantería (P): Soldado Novato Lagrimita.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


La vuelta por el camino de piedras no salió como esperaba. En su afán por poner a salvo al cabo, sintió que su agarre a la muñeca de este cedió, resbalando hasta perder totalmente el contacto con tan mala pata que puso un pie en la primera de las piedras, viéndose obligado a continuar la secuencia para no perder el equilibrio y dar de bruces con el suelo.

Todo había sucedido muy rápido para cuando el grupo se encontraba ya en pleno tránsito por el plano de la sombra, tan perturbador como en el primer viaje aunque más desordenado y caótico, para colmo, el susodicho cazador les perseguía. Había penetrado por el camino mágico cargado de un odio atómico que les llegaba de forma audible y telepáticamente, una experiencia que helaría la sangre del más templado combatiente, amenazando con darles alcance en cualquier momento. Para Lagrimita, la vuelta al claro le resultó tan larga como un asedio, una agonía que puso a prueba su resistencia física y psíquica que culminó al percibir el cambio de entorno. Por fin estaban de vuelta, aunque no estaban solos. Los temores de un nuevo enemigo a su vuelta de la misión se cumplieron, materializados en las figuras de diez hombres desarrapados, armados con espadas melladas, cotas de mallas herrumbrosas y un aspecto de total abandono. Estos, alertados por la súbita vuelta de la expedición, se dispusieron para el combate, esperando lograr otra victoria como la obtenida hace cuatro o cinco días sobre la caravana varisia, según las predicciones del sirviente conocido como Augur.

Pero estos tipos no sabían que sus presas traían a sus espaldas una definición de muerte, horror y agonía ácida en forma de ser insectoide, parecido a una especie de escarabajo humanoide de color verde con una prominente mandíbula, dos brazos largos acabados en afiladas garras y una cola larga coronada por un aguijón. Para sorpresa de todos, estos harapientos hombres mostraron una total falta de temor ante dicha criatura cuando se lanzaron al combate totalmente desquiciados, rodeando al ser casi en su totalidad. Previamente, parte de sus compañeros comenzaron a empuñar sus armas y tratar de situarse, aún confusos por el reciente viaje. El oscuro sacó a Compañera y la daga de sus fundas, adoptando una pose meramente defensiva tras moverse estratégicamente hasta que escuche las órdenes de Barril. Habían tenido bastante suerte, no era plan de desperdiciarla con movimientos independientes, vaya que no, les había costado algunas heridas en el transcurso de la misión.

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28/05/2020, 17:42
Infantería (P): Soldado Novato Lagrimita.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


Las órdenes que llegaron sonaban a sensatez táctica, fáciles de comprender y poner en práctica. Eran los únicos que no estaban frescos, por lo que esperar un poco y recomponer filas era una más que acertada decisión propia del Barril que les salvara en Galdan. Naturalmente, siempre había la posibilidad de que alguno que otro fuera incapaz de captarlas en su totalidad, para disgusto del orondo oscuro y puede que de algún compañero.

Sea como fuere, mientras el engendro de la colmena comenzaba a recibir y devolver ataques, degradando las pocas hojas herrumbrosas que le atravesaban la dura piel quitinosa, volaban las lanzas en su dirección sin obtener éxito alguno. Si bien la improvisada tropa de desquiciados combatientes había centrado sus esfuerzos en mermar las espectaculares defensas del engendro verdoso, unos pocos dirigieron la mirada hacia ellos.

Lagrimita comprendió enseguida que para seguir aquellas órdenes, debían estirar el frente a la izquierda pues una roca imposibilitaba hacerlo correctamente en el contrario, y así lo hizo. Dirigió sus pasos hasta situarse en buen lugar, alentando a Lombriz para que hiciera lo mismo y se situara a su siniestra, dando espacio suficiente para que otros ocupasen los huecos existentes. A menos de diez metros en línea recta, uno de estos tipos había puesto la vista en él y se preparaba para cargar, sin adivinar que su movimiento ya había sido previsto con antelación por el acorazado oscuro. Este, antes de que su oponente llegase presto a descargar su espada, lanzó un defensivo tajo que falló por mucho, obteniendo inmediatamente la misma respuesta de la otra parte. Lombriz falló también su lanzazo mientras que Sabueso, envuelto en un espeso manto oscuro y aparentemente protector, rubricó un pésimo primer envite que deberían mejorar. 

A su alrededor, Barril primero y Guepardo después, sí fueron letales y certeros al liquidar a uno de los tres hombres que se les habían acercado en aquel momento. Por contra, Analista vio como su golpe no alcanzó objetivo, cosa que Caracabra sí pudo lograr, estando a punto de herir de gravedad a su adversario. Serpiente, por su parte, seguía esperando el mejor momento para desplegar sus mermados poderes que, por muy disminuidos que estuvieran, se esperaba que fuesen más allá de realizar una ilusión o lanzar aguijones ácidos... Hasta la intrépida Plumilla se arriesgó a ejecutar un muy complicado lanzamiento de jabalina que vio fracasar.

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28/05/2020, 20:58
Infantería (P): Cabo Barril, Jefe de Infantería.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


 

El despliegue había salido bastante bien a pesar del reducido espacio con el que contaban, excepto por dos excepciones, Caracabra, que a pesa de encontrarse bastante débil y haber consumido tres pociones ya, aún se negaba a retirarse, y Sabueso, que aunque parecía que usaba algún arte extraña para ocultar su figura, le acabaría siguiendo en el camino al suelo en breve si no se cuidaba. Sin embargo Sabueso no era miembro de la Compañía, y sus estrategias pese a incluirle en ellas no estaban supeditadas a que las cumpliera. Ni a curarle si moría, claro.

Plumilla, atiende a Caracabra. Guepardo apoya el flanco izquierdo. Proyectiles a los humanos cercanos. —

Barril pensaba que entre Lombriz y Lagrimita eran más que capaces de acabar con aquel tipo, pero el refuerzo de Guepardo no les vendría mal, además de que antes de avanzar quería que se debilitaran más entre ellos, tanto los soldados que luchaban al norte con el Cazador, como la propia criatura. Barril esperaba que pudieran avanzar en unos segundos para acabar con el que saliera vencedor de la refriega, fuera quien fuera. Hizo un gesto inequívoco a Frontera mirando por encima de su hombro donde en una funda colgaban tres lanzas. Un tirador como el antiguo Explorador podría coger y lanzar una con buenas probabilidades si es que andaba escaso de munición. Desde luego mejor que Barril, que era bastante malo lanzando nada, pese a que lo consideraba ahora mismo.

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28/05/2020, 22:29
Hostigadores: Soldado Novato Frontera.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


Frontera arrojó una jabalina contra uno de los hombres harapientos que parecía ir a cargar contra ellos como habían hecho dos de sus compañeros, pero resultó que sólo estaba rodeando al insecto gigante y erró el lanzamiento.

Echando un vistazo al frente de batalla que habían formado, vio cómo Barril le indicaba con la cabeza las jabalinas que llevaba a la espalda. Estaba bien saber que tenían munición de sobra, pero de momento iba bien servido. Asintió y como respuesta arrojó otra de sus jabalinas.

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28/05/2020, 22:44
Hostigadores: Soldado Nuevo Caracabra.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.

La carrera se hizo interminable, el latido de su corazón impedía que escuchara otra cosa. El bombeo era constante y rítmico, sin descanso, sin pausa, ni el crujir de la vegetación ni los avisos de sus compañeros se interponían en ese sonido que palpitaba en Caracabra.

Lograron escapar de ese fatídico bosque, Caracabra no sabía el tiempo que había mantenido el buen ritmo de la retirada. Llegaron al camino de piedras y se precipitó hacia las Piedras Blancas para atravesar el paso interdimensional.

La calma no duró ni un segundo, una extraña bestia cruzó con ellos el portal, era la criatura que los estaba acechando, era el cazador. Los ojos del lancero pudieron ver un grupo de hombres armados con espadas y dagas. La situación parecía ponerse cada vez peor, ahora mismo estaban frente a un numeroso grupo de desconocidos con claras intenciones hostiles hacia ellos y luego la extraña y portentosa bestia.

- "Nunca termina…" -

La desgracia estaba cernida en el grupo y Caracabra estaba bastante cansado, el jorobado escuchó las órdenes del líder y lleno de confianza se dispuso a colocarse en primera línea no sin antes lanzar una de sus lanzas hacia la bestia que cruzó el portal con ellos, el proyectil no llegó a impactar quedando en el suelo rodeado de enemigos que se disponían atacar a la extraña criatura.

Sacó otra lanza y su escudo, se quedó en primera línea para asestar un golpe y así arremeter contra uno de los enemigos que se acercó, logró impactarle y dañarle contrarrestando así su avance. Se preparó para arremeter de nuevo pero el arma del rival le impactó de pleno, haciendo que el miembro de la Compañía quedara inconsciente en el suelo.

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28/05/2020, 23:07
Hostigadores: Soldado Nuevo Guepardo.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.

El joven no creyó que lo lograrían. Veía cada vez más cerca al grupo perseguidor por un lado y a algo grande y rapidísimo que se acercaba por otro, entre las matas y difícil de discernir cómo era. El bicho mencionado por Serpiente.

El Cazador...

El contacto sería pronto y la lucha encarnizada, quizás la última, la harían en un bosque oscuro, corrupto y perdido en una tierra totalmente desconocida. La triste vida de un mercenario. Echó de menos La Sabana, la tierra k'hlata. Un buen lugar para morir, donde el cuerpo de uno terminaba por entrar en el Ciclo natural instituido por la Madre, alimentando esas tierras en la muerte que tanto alimento habían proveído en vida. No creyó que de sus restos surgiera nada aprovechable para aquel lugar.

Y entonces Sabueso exclamó la llegada, señalando las piedras. Incrédulo el jaguar observó... y creyó. Habían llegado. Con el tiempo al límite, pero habían llegado. Y uno a uno fueron entrando. El explorador decidió entrar el último, adoptando una postura defensiva mientras sus compañeros iban entrando. Bueno, todos menos Caracabra que parecía desorientado. Sin miramientos lo cogió del brazo y lo empujó hacia las piedras, desapareciendo el hostigador por ellas para alivio de Guepardo.

Oteó por última vez antes de entrar en las piedras y sonrió al ver a los bárbaros y sus druidas cerca, pero no lo suficiente. Mas su sonrisa se esfumó al ver a escasos metros emerger entre los arbustos a una criatura terrible. Le recordó a un insecto, una mantis, por su color verdoso, su caparazón quitinoso y sus terribles garras como guadañas. A una velocidad vertiginosa, propulsándose con dos patas, corría y se arrojaba a por él.

Por el Jaguar...

Y el impresionado joven cruzó las piedras, escapando de una muerte segura. El viaje por la Tierra de las Sombras no fue agradable, como no lo fue en la ida, pero le pareció algo mucho más aceptable que lo que había dejado detrás. Caminó el sendero sombrío y al salir se sintió aliviado de ver a sus compañeros, sentir la luz y su calor y el creer que aquel ser se había quedado detrás. Y a la vez emergió alerta ante la posibilidad de encontrarse presencias hostiles que en su la atacaran a Analista y que ya había avisado Barril. Todo fue muy repentino.

Por una lado escuchó el aullido de guerra de numerosas gargantas tras de sí. Girarse supuso ver a sus propietarios... y a la cosa en forma de mantis a escasos metros de él. El Cazador había logrado cruzar las piedras de alguna manera y no daba por finalizada la cacería. Lo único positivo resultó ser que buena parte de los atacantes, hombres desarrapados con mallas y espadas, se enzarzaron con la criatura, incapaces de diferenciarla como algo ajeno al grupo mercenario. Sencillamente como algo que, al mostrar vida, debía ser eliminado.

Perfecto, que se maten entre ellos, pensó el jaguar mientras seguía las órdenes de Barril, formaba en línea junto a sus camaradas y se preparaba para recibir a aquellos esbirros que no rodeaban y ni trataban de despedazar al Cazador. La línea resistió y se inició una reyerta entre los dos grupos en la que la Lanza del Jaguar probó carne y sangre enemiga, terminando por rematar y sesgar dos vidas. La Compañía aguantaba de momento.

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29/05/2020, 13:18
Instrucción: Aspirante Sabueso.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.daño


 

Una vez enzarzado en el combate con aquél harapiento no podía retroceder. Sabueso cogió impulso y dio dos rápidas patadas con una pierna envuelta en sombras. Los golpes iban dirigidos a la cabeza, pero el harapiento estaba luchando contra Lagrimita y se agachó justo en ese momento. La pierna pasó sobre la cabeza sin rozar ni uno de sus cabellos mugrientos, pero aprovechando la inercia, Sabueso pivotó sobre sí mismo y propinó una fuerte patada al perturbado en el abdomen. La bota negra se hundió en la cota de malla, una armadura que tal vez protegía muy bien de las armas cortantes pero no de golpes contusos. A pesar de la patada, el miserable siguió en pie y luchando, pero Sabueso sabía que,aunque la piel siguiera entera, las asaduras y entresijos de la carne podían reventar con el golpe adecuado. Y la sangre que aquel loco escupió junto con el aire de sus pulmones al recibir el golpe lo delató.

Los hombres enloquecidos gritaban y morían a su alrededor, y con un rápido vistazo comprobó que al menos quedaba la mitad en pie. Pero también vio otra cosa. Uno de los andrajosos había dado un tajo al afortunado Caracabra, que volvía a caer agonizante. El Señor del Dolor se divertía una vez más manteniéndole constantemente al filo de la muerte. Se preguntó cuánto más duraría esa tortura continua antes de que finalmente muriera, y si ocurría a diario.

Pero ya habría tiempo de meditar sobre eso. Sabueso abandonó esos pensamientos y volvió a coger impulso para volver a patear al loco contra el que luchaba.

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29/05/2020, 17:45
Infantería: Soldado Nueva Plumilla.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.

Plumilla había llegado agotada al Bosque, sinceramente se sorprendía que hubiera podido atravesar las Piedras sin tropezarse ni ralentizar a sus compañeros que iban justo detrás de ella.

Pero lo que se encontraron en el claro fue lo más sorprendente… o mas bien, sorprendente en que no era sorpresa. Porque que unos guerreros desaliñados hubieran esperado y hubieran sabido que iban a volver le parecía surrealista. Por suerte ellos habían atravesado las Piedras mentalizados que seguramente se iban a encontrar con problemas, ya fuere de algo que les esperara allí o de algo que les persiguiera por las Piedras.

Era en esos momentos en que el entrenamiento daba sus frutos, y la Compañía formó enseguida a las ordenes del Cabo. Aunque por lo visto ella y Serpiente eran los únicos que se consideraban heridos… pensó mientras miraba de reojo a Caracabra, a Dedos o al Sabueso, con heridas claras. Inspiró profundamente y trató de no sacar aun su vena curandera… ojalá tuviera tiempo para poder sentar a cada uno de ellos y con Lagrimita vendarlos y sanar y ayudar a cicatrizar las heridas… volvió a inspirar, no era el momento.

Sacó la jabalina que la había herido momentos anteriores en el Fuerte y la lanzó con agilidad hacia uno de los guerreros, pero el estar en segunda fila le impidió calcular bien la trayectoria y quedó el arma tirada sin uso en el suelo. Y su lanza corta terminó también en el mismo sitio segundos después, aunque algo más alejada.

Miró de reojo como en la primera fila lidiaban con los guerreros desaliñados que ignoraban a la criatura corrupta que les había perseguido para atacarles a ellos. ¡No! Pensó con urgencia cuando vio, otra vez, a Caracabra caer inconsciente a causa de las heridas del arma del guerrero.

Oyó las ordenes de Cabo Barril y asintió cuando ya había dado un paso para quedarse justo al lado del caído soldado. – A las ordenes, Cabo – dijo desde su posición justo detrás. Miró rápidamente a Caracabra, tratando de ver donde lo habían herido y sabiendo que desde allí no podría ayudar en nada. - ¡Necesito una poción de esas! – exclamó, tratando de mantener la voz baja pero con urgencia, en cuando se dio cuenta que la bolsita de su cinturón estaba vacía… Habrían usado la que ella llevaba para curarla en el Fuerte. - ¿Alguno tiene una aun? – preguntó lo suficientemente alto para que la oyeran los demás de la Compañía desde su posición detrás de la línea de combate.

Ante las palabras de Lagrimita asintió aliviada, con el botiquín a mano podría ayudar mejor a los heridos. Algo que en su cansada mente le hizo recordar lo poco que había sido de ayuda su conocimiento de curación en el combate que horas antes el mismo soldado había caído herido.

Pero para poder ser de ayuda, primero tenía que mover a Caracabra a una posición más segura tal como había comentado Lagrimita, luego podría evaluar mejor la situación del soldado. Inspiró profundamente, precisamente ella no era la que más fuerza bruta tenía para mover el peso del soldado caído, pero tenía que hacerlo mientras los demás se ocupaban de mantener la línea de combate contra los guerreros y, seguramente más adelante, contra esa criatura corrupta alejada de los buenos espíritus y llena de mal yuyu.

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30/05/2020, 00:29
Infantería: Soldado Nuevo Lombriz.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.

Todo pasó demasiado rápido, y Lombriz tuvo que dar gracias sin saber a quien, por la alta velocidad a la que habían recorrido todo el camino, desde aquel bosque infecto, hasta el lugar del que habían venido. Seguía estando cansado, pero eran gajes del oficio.

Su alegría duró poco, ya que pronto comprobaron que no estaban solos, un enorme bicho extraño, seguramente el que predijo Serpiente, se coló en el último instante por el portal de las piedras, y no estaba solo.

Ni siquiera contó cuantos individuos en harapos y con espadas rotas estaban por allí, esperando.

¿Suerte? —Quizás un poco— Pensó el K'Hlata, mientras veía como aquellos desharrapados se apelotonaban contra aquella bestia extraña, en vez de contra ellos.

Y el que sí lo hizo, acabo siendo filetes de hombre con rapidez, gracias a la perfecta línea defensiva montada por el gordo de Barril, con efectividad.

El cansancio no se iba a ir, él lo sabía perfectamente y lo había aceptado, así que tenía que hacer esfuerzos extra hasta llegar de nuevo al campamento o caer reventado al suelo. Empuñó sus armas, con un gruñido quedo, y avanzó para ocupar su puesto en formación a la siniestra del estúpido de Lagrimita.

—Yo me quedaré para daros tiempo a huir— Había dicho el 'Oscurecido', como si fuera una especie de dios de la guerra o algo.

-Hmm- Volvió a gruñir Lombriz, terminando de colocarse en su puesto en formación.

Tuvo ganas de tirarle alguna pulla a Sabueso, pero fue imposible por varios motivos. El primero y menos importante, es que necesitaba cada brizna de aliento para cumplir su función, y la segunda y más importante, a la par que evidente, es que uno de aquellos vagabundos muertos de hambre, tras haber esquivado (O en el caso de Lombriz, que había fallado la lanzada por el cansancio) las armas de todos, propinó un golpe con aquella espada cochambrosa al recién admitido en la compañía negra, mandándolo finalmente al suelo, y con ello, brindando a todos un silencio bien merecido.

-¿Donde están tus pataditas ahora, perro?- Farfulló en su cabeza, mientras rodeaba a aquel desgraciado para ensartarlo como a un pescado en una charca poco profunda.

Cuando recuperó la consciencia, Lombriz se encontró en un lugar distinto al que estaba, pinchando al hombre que no era, y lo pero de todo, alejado de sus compañeros.

-¿Como coñ...Como coj...? ¿Que hago aquí? joder- Comentó estupefacto.

Resultaba que ahora, aparte del lío mental que tenía dentro de la cabeza, hacía cosas sin saber que las hacía, como un puto sonámbulo o a saber. Recordó fugazmente tiempos en los que estaba con el amo, que controlaba su voluntad y su vida, y aquello le dio un escalofrío tremendo.

Miró a Barril y le gritó para que este le escuchara.

-¡Yo no he sido, lo juro! ¡Alguien me obligó a hacerlo!- No estaba contento, ni de broma, sus palabras fueron totalmente en serio.

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30/05/2020, 02:03
Infantería (P): Cabo Barril, Jefe de Infantería.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


 

La línea aguantaba, y habían mandado al suelo a los Harapientos  que se habían lanzado contra ellos, no sin un coste. Caracabra, cómo no, había hecho caso omiso de sus órdenes de retroceder para los heridos y había acabado en el suelo de nuevo agrrándose las tripas. Plumilla clamaba a voces por una pócima, pero Barril vio por el rabillo del ojo que el deforme K'Hlata no sangraba de manera abundante. Luego estaba Lombriz que gritaba incoherencias después de haber roto la formación; si por él fuera sus siguientes gritos serían los que diera cuando el látigo besara su espalda si no se apartaba de ahí.

— ¡Pócima no, sólo vendas, Plumilla! Proyectiles sobre el Cazador desde el flanco izquierdo, salvad obstáculos. —

No estaba dispuesto a que Caracabra tomara la que sería la cuarta pócima de las que habían recibido de Seldocha, las cuales más de la mitad le habían tenido que ser suministradas tras el flagrante incumplimiento de las órdenes. Además sólo Dedos tenía ahora mismo una de esas redomas (de las seguras), y la muchacha estaba más que ocupada haciendo un buen trabajo dejando como un acerico a los enemigos. El propio Barril había sacado puntería de no sabía donde para clavar en la espada de uno de los hombres de armas una lanza de los druidas; era tan pésimo en ese tipo de lanzamientos que por un momento dudó de si esas armas tendrían algún encantamiento. Dispuesto a comprobarlo, hizo gesto de echar mano a otra. Y hablando de enemigos, allá estaba el terrible Cazador, destrozando a los Harapientos.

El torbellino de garras dientes cola y ácido que era la espantosa criatura ya había reducido a pulpa a varios de eso hombres y los que quedaban con esa cosa sangraban más o menos profusamente. Aunque el ser vertía sus ácidos icores por varias heridas no acusaba apenas muestras de ello, con lo que Barril decidió que era mejor concentrar el escaso proyectil que quedara en la Compañía sobre el monstruo que tan tenazmente les había seguido a través incluso de un viaje por el Lado de las Sombras. Si conseguían mellar su aguante, sería ideal, antes de que se desembarazara de los pocos Harapientos que aún le plantaban cara. Sobre estos últimos, el fornido oscuro tuvo que reconocer que aún desquiciados y con poco seso, manejaban bien las armas y no se lo ponían nada fácil al Cazador. Sin la presencia de ambos bandos, el Cabo tuvo que admitir interiormente que la Compañía hubiera sufrido más bajas, si es que llegaban a proclamarse vencedores en esa lucha.

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30/05/2020, 11:29
Instrucción: Aspirante Sabueso.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


 

Sabueso se preparó para lanzar la patada definitiva, pero el hombre enloquecido fue más rápido. Dió una estocada a las sombras que le protegían, pero la hoja se hundió entre ellas hasta llegar a su abdomen, que lo perforó con facilidad. Un dolor intenso y paralizante hizo que le fallaran las rodillas y cayó.

Por unos momentos perdió toda noción de cuanto le rodeaba. Se llevó una mano al vientre mientras intentaba retroceder arrastrándose, ciego e indefenso, tratando de ponerse a salvo durante unos segundos que le parecieron eternos. El pulso se le aceleró, el dolor casi desapareció y sintió que se desvanecería de un momento a otro.

Pero no se desvaneció. Los gritos de dolor, los chillidos inhumanos del monstruo insectoide y las órdenes de Cabo Barril volvieron para taladrar su mente. Para su enorme gozo, el dolor también volvió a desgarrarle las entrañas. Se levantó con enorme esfuerzo. Al menos las piernas le respondían, pero era incapaz de hacer algo más que sostenerse en pie. Apretó fuerte la herida con la mano, deteniendo la sangre y tal vez alguna víscera que luchaba por escaparse y sonrió con una sonrisa demente. Su agresor yacía muerto en el suelo, tal vez por el brazo de Analista que había aparecido allí de repente, pero no estaba seguro.

Escuchaba la lucha seguía más allá, pero él ya no podía hacer más. Permaneció de pie, todo lo erguido que le permitía la herida, abandonándose al dolor purificador y saboreando la proximidad de la muerte.

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30/05/2020, 13:24
Analista.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


La espada de Analista, como un relámpago gris azulado, cruzó el aire y segó la vida de uno de los Harapientos. Lengua Negra apenas varió el gesto mientras le veía caer al tiempo que, agitando el filo en el aire, la sangre de sus entrañas salía despedida en un rocío carmesí que tiñó algunas briznas de hierba.

Sus pupilas se deslizaron hasta fijarse en Sabueso quien, tras el último ataque, apenas se mantenía en pie, las manos sujetando la herida de su vientre.

-Ni te muevas -dijo en un tono que no aceptaba réplica. Fue como si el tiempo se detuviera brevemente antes de que recuperara su ritmo normal-. Y bebe esto -le ordenó tendiéndole una de las pócimas saqueadas a los druidas-. Ahora. Y Sabueso, no somos imprescindibles y podemos morir. Tu desprecio a la muerte quizá sea loable y tu valía en la batalla ya la has demostrado. Sí, eres duro. Ahora, demuestra que quieres seguir viviendo y actúa con más cabeza. No solo con las manos y los pies.

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30/05/2020, 14:45
Infantería (P): Soldado Novato Lagrimita.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


Lo intentó, se esforzó al máximo, pero fue incapaz de acertar un solo golpe de espada tras las defensas de aquel hombre desquiciado. Él también estaba dándolo todo, aunque todo ese empeño puesto en evitar el mortífero filo de Compañera, le hacía responder tarde y lento, dejando el combate en un choque de fuerzas parejas de no ser por ese segundo envite de daga que recibía. Aquello podría haberse alargado más, de no ser por un acertado tajo de Analista, su acción dignificaba un poco más el discreto papel de los oscuros aquel día, liderado con amplitud por Barril.

Lagrimita no era un tipo especialmente competitivo, sabía que su papel general en combate era contener y distraer al enemigo mientras otros compañeros lo aprovechaban, si conseguía herir de paso mucho mejor. El arte de dominar dos espadas a la vez, no precisamente ligeras, le había sido mermado junto con parte de sus facultades, ahora se veía obligado a usar una daga mientras recuperaba sensaciones por medio del entrenamiento.

Con su enemigo caído, el oscuro tuvo luz verde para acercar el botiquín a Plumilla como ya había dicho, pero el estado de Sabueso le hizo dudar. Su primera impresión fue acudir y ponerle a salvo junto al otro herido, pero la proximidad de Analista y la entereza del monje dolorita le disuadieron. Pasó por delante de él sin pronunciar palabra en dirección a la K'Hlata con el tiempo justo para dedicarle un gesto de aprobación.

Nada más llegar, dejó caer la daga y maniobró con la mano zurda hasta encontrar el botiquín para así poder dejarlo expuesto, completamente a disposición de la pacífica mujer. Quedó contemplando por último al apaleado sin tribu con gesto disgustado.

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31/05/2020, 03:55
Infantería (P): Cabo Barril, Jefe de Infantería.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


 

La línea se había visto debilitada con la marcha de Lagrimita y Analista, con lo cual ordenar una carga ahora estaba fuera de lugar. Los caídos no deberían ocupar tantas manos así como los heridos, y es que había tres soldados y eso no podía ser así. En el caso de un enfrentamiento regular, de haber retrocedido de esa manera hubieran causado que seguramente la primera línea se viese desbordada. Barril quiso pensar que ese era el razonamiento de los que habían retrocedido, y como consuelo Lombriz había vuelto a la formación después de su última alocada carrera en pos del enemigo.

Unos segundos más...  pensaba Barril. La piel del monstruo era más dura que las cotas de malla de los Harapientos, que tampoco parecían estar en condiciones óptimas. Aún así era metal, un recurso escaso ahora mismo en el que las reparaciones de armas y armaduras empezaban a ser necesarias.

— ¡Última ronda de proyectiles a discreción! Si no tenéis, despejad el camino. Los de atrás, adelante y despejad. —

La siguiente orden sería avanzar para tratar de derrotar a quien quedara en pie en lo próximos segundos.

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31/05/2020, 10:39
Instrucción: Aspirante Sabueso.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


 

Analista sacó a Sabueso del breve trance de dolor en el que se había inmerso. Escuchó sus palabras y asintió dócilmente.

— Sí, amo Analista. —  Al momento recordó que éste ayer le dijo que no era su amo y que con ellos era libre. Era la costumbre.

Alargó el brazo para tomar la poción que el hombre le ofrecía. No olía como las pociones de Seldocha, de modo que debía ser una de las saqueadas a los druidas del Corazón Sombrío. Sintió un extraño sentimiento de desconfianza, no hacia Analista, sino hacia la pócima no identificada arrebatada al druida muerto. Curiosamente, el brebaje desprendía un sutil olor a canela. ¿Sería veneno? Pero olía a canela.

El olfato Sabueso era un excelente detector de cosas envenenadas, pero en las condiciones en las que se encontraba no se veía capaz de discernir nada, así que obedecería Analista y la tomaría sin más.

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31/05/2020, 23:09
Hostigadores: Soldado Novato Frontera.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


Frontera arrojó otra jabalina más, y de nuevo volvió a errar el tiro. ¡Aquel bicho no paraba de moverse! Su brazo tanteó en su portalanzas y agarró el que parecía ser su último proyectil. Respiró profundo, buscando alguna pausa en la lucha que se desarrollaba enfrente suyo.

Y en ese momento vio cómo Guepardo arrojaba una lanza certera que atravesó el caparazón quitinoso de aquel ser insectil. Este emitió un chirrido desgarrador y tras temblar sufriendo unos extraños espasmos, ¡explotó! Una rociada de su sangre ácida acabó con los pocos hombres harapientos que seguían combatiendo a su alrededor. Se hizo el silencio. Tan rápido como el frenético combate había empezado, acabó. Frontera respiró tranquilo. La verdad es que le aterraba pensar en cómo se habría enfrentado a ese bicho en cuerpo a cuerpo.

Gran lanzamiento, Guepardo. Eres un gran guerrero —felicitó a su compañero.

Parecía que Caracabra había sido herido de nuevo en la reyerta, pero por lo que comentaban los curanderos parecía estar estable y fuera de peligro. Les dejó hacer, y tras descansar unos segundos y comprobar que ninguno de los muertos se movía lo más mínimo, Frontera se acercó al montón de cadáveres para recuperar las jabalinas que habían estado arrojando.

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01/06/2020, 09:39
Instrucción: Aspirante Sabueso.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


 

La extraña poción resultó no ser veneno, sino que tenía unas propiedades curativas más poderosas incluso que las entregadas por su Ama Seldocha. Las capas musculares y la piel del abdomen se cerraron con una costra en apenas unos segundos. Incluso la herida de la espalda quiso sanar un poco, pero era demasiado cruenta. Aún así, Sabueso notó recuperar la vitalidad y se sintió capaz de nuevo.

En ese preciso momento, una lanza voladora atravesó la gruesa coraza del cazador, que estalló con el crujido similar al que produce una cucaracha al ser aplastada, solo que a un volumen aterrador. Se liberó entonces una lluvia de ácido a su alrededor que cayó sobre los dos harapientos que quedaban en pie. Los hombres murieron en pocos segundos, gritando y retorciéndose mientras la sangre ácida devoraba la piel y la carne. Un buen final que sin duda agradaría enormemente a Su Señor. Se preguntó qué habría pasado si le hubiese golpeado con los puños. Tal vez se le hubiesen derretido las manos y habría acabado golpeando con dos muñones.

Pero nada de eso ocurrió y el combate terminó. Todos vitorearon a Guepardo. Al parecer fue él quien arrojó la lanza con excelente puntería, y durante su apresurada misión lo había visto abatir a una buena cantidad de enemigos. No tenía un aspecto tan peligroso como Cabo Barril, pero luchaba con gran agilidad y letal eficiencia.

Sabueso, que aún cargaba el equipo de Analista, guardó en la mochila la redoma vacía y se acercó para devolvérselo todo, inclinándose:

— Sabueso se siente honrado por haber transportado las pertenencias de Analista, y también se siente profundamente agradecido por salvarle la vida. Sabueso obedece y demuestra que quiere seguir viviendo, y que actuará más con la mente y menos con el cuerpo. Sabueso ha aprendido mucho de la Pequeña Compañía, aunque es extraña para él.

Sabueso se irguió de nuevo y cotinuó:

— La Ama Seldocha deseará saber que cuanto pidió se ha hecho. Sabueso puede contactar con su Augur cuando Analista lo desee. Mientras tanto, el Sabueso sabe esperar. — concluyó inclinando de nuevo la cabeza. Entonces se giró con intención de retirarse varios pasos de cara a la espesura y contemplar la oscuridad creciente entre los árboles.

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01/06/2020, 11:03
Infantería (P): Cabo Barril, Jefe de Infantería.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


 

A veces el destino te jugaba una mala pasada. Una que te mandaba a otro mundo a través de un infierno de dolor y la inquina eterna de un diosecillo que encontraba éxtasis en el dolor, el que sufrían sus adoradores al parecer. Y otras veces una lanza catapultada por un brazo fuerte salvaba la vida de media docena de hombres, en este caso, hombres de la Compañía, el Cabo Barril incluido, ya que la orden en los siguientes segundos hubiera sido cargar para acabar con los debilitados supervivientes de la refriega que se sucedía unos metros al norte.

Barril miró como se deshacían los Harapientos entre horribles gritos en toda la miasma ponzoñosa y corrosiva en la que se había estallado la obscena criatura de quitina y maldad. De las lanzas que habían descargado sobre la dura coraza del Cazador sólo la de Guepardo la había penetrado y con mortales resultados para los que estaban cerca. La orden de carga nunca llegó y la Compañía había salvado el día por la mínima. Otra vez. 

— Buen lanzada Guepardo, has salvado la vida de varios Hermanos seguramente. Estoy seguro que Analista tendrá una buena historia que añadir a los Anales después de todo esto. —

El grueso Cabo se permitió resollar mientras se apoyaba en la cruceta de su largo mandoble, que tan bien le había servido en esta misión. Echaba de menos su maza, que descansaba a unos metros enterrada, supuestamente junto con otras pertenencias de la Compañía. Pero el enorme y templado filo de Acero Oscuro le había servido excelentemente. Incluso pensaba que hubiera sido capaz de resistir la corrosiva sangre de esos mutantes asquerosos.

— Hay mucho que hacer, pero ahora... Descansad un rato, os lo habéis ganado. Empezamos a funcionar en quince minutos. Dedos, cuando acabes espero tu informe. —

Había muchos asuntos pendientes. Desenterrar sus pertenencias, registrar a los caídos (cosa a la que Dedos se había adelantado con buen criterio), recoger tanto equipo útil como fuera posible así como sus armas arrojadizas, preparar campamento y cuidar de los heridos. Por último debía hablar con Analista para concretar los términos de la llamada a Seldocha para que ésta cumpliera el segundo pago de la misión... Y por todos los Infiernos que ya podía añadir algo más. Habían perdido un hombre valioso y un arma encantada, además de que habían consumido la totalidad de recursos curativos del primer pago para llevar a cabo la misión.

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01/06/2020, 16:24
Analista.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POCO ANTES DEL ATARDECER. - CLIMA: CIELO GRIS MUY OSCURO. HACE FRÍO.


Todo había concluido. Con relativa fortuna si uno olvidaba al hombre caído, algo por lo que tenía claro que Seldocha debía pagar. Su media lengua había sido más perjudicial que beneficiosa.

-Ha sido un honor luchar a tu lado, Sabueso. La misión ha concluido y ahora eres un hombre libre y dueño de su destino. Si deseas seguir a nuestro lado, hablaré a tu favor. Si deseas partir, y buscar tu camino, eres igualmente libre. Solo te daré un consejo. No vuelvas con Seldocha, pero está en tu mano hacerlo -dijo con amabilidad-. Contacta con el Augur y dile que se reúnan con nosotros en el campamento de la Compañía junto a Verdín.

Dejó que el hombre se alejara, en busca de la tranquilidad y soledad que parecía necesitar y se volvió hacia el grupo, caminando pausadamente hacia sus compañeros.

-Su valor y entrega darán para una buena historia y muchas charlas de taberna, sin duda -dijo Analista ante el comentario de Barril-. Pero deberías darme un poco de tranquilidad antes de lanzarme nuevos trabajos -soltó una breve carcajada-. Aún gotea la sangre por mi cuerpo, Cabo y ya quieres que coja la pluma y escriba un relato, quizá hasta con dicha sangre -le guiñó un ojo con camaradería-. Quizá debamos pulir la historia entre ambos a la luz de una antorcha y con una buena cerveza en las manos.