Partida Rol por web

La Compañía Negra 3: Tierra de Sombras.

Verdín: La Granja Maldita.

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12/09/2020, 08:58
Instrucción: Aspirante Sabueso.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA.


 

Por fin abandonaban la granja del Tío Samuel. Era un mal lugar, corrupto y sucio por las energías residuales que habían quedado impregnándolo todo tras los crímenes que allí se cometieron. El propio Sabueso había notado en su breve estancia allí cómo esas energías habían ido penetrando gota a gota en él, como hace el agua que se filtra a través de la roca. Pero Sabueso limpiaba su espíritu cada noche de cualquier influencia perjudicial del Maldito fustigándose una docena de veces con la rama flexible que encontrara a su vuelta del bosque y que tan bien le había servido. Antes de emprender la marcha, temprano esa mañana, la había depositado con suma delicadeza junto a un árbol, y ahora quedaba atrás junto a aquel lugar repugnante al que esperaba no volver jamás.

Sabueso caminaba con toda la carga que era capaz de transportar junto a su pelotón, atrás del todo. Marchaba en silencio, respirando el hedor de los excrementos de las bestias y el polvo del camino, pero no parecía molestarle. Quizás en parte porque el polvo no le entraba en los ojos.

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12/09/2020, 10:45
Instrucción: Recluta Piojillo.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA.


Un pinchazo en la planta de mis pies me indica lo poco apropiado que es para mí caminar ahora mismo. Si me dejan al menos lo haré sin carga, pero las ampollas que tengo fruto de las quemaduras duelen y escuecen como hierro al rojo.

Da igual, ya todo da igual. Pensamientos oscuros acuden a mi mente prácticamente cada noche, y cada vez se abren más paso en mi cabeza. Y lo peor es que sé que no vienen de parte del tío Samuel. Y pensar que llegué a querer ser como él...

Intento apartar mi mente de esos pensamientos y concentrarme solamente en caminar. Quizá mis antepasados me puedan ayudar por última vez a restaurar mi honor, aunque sé que nunca podré conocer las praderas del más allá para pasar toda la eternidad con ellos. Y todo para qué. Y todo para qué. Desagradecidos.

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12/09/2020, 11:52
Hostigadores: Pitonisa Khadesa.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA.


Por fin perderían de vista aquella granja de aquel pueblo que tantos malos momentos les había hecho pasar. Dudaba que el lugar al que se dirigían fuera acogedor, bello o tranquilo, parecía que en esta tierra inhóspita no existía algo así, a juzgar por lo que le habían contado del Bosque Sombrío, o de Rocasone. El nombre del pueblo prometía también malos augurios, Carnonegro. Pero bien, no quería juzgar antes de llegar. Lo que no impedía que en su cabeza y en su corazón se cruzaran negras expectativas.

Se acercó al carro que debería conducir, ayudada por su fiel Caracabra. Las mulas habían descansado y comido, llevarían un buen trabajo a sus espaldas, con la carga que deberían arrastrar. No sólo las pertenencias habituales, su mesa y sillas, sus cosas personales, además gran parte de las cosas de la Compañía habían sido cargadas en el carro. Había muebles de Tío Samuel, por ejemplo. Miró a Piojillo, quien tenía las plantas de los pies quemadas, y se preguntó si su huésped estaba molesto por irse de allí. Si lo estaba, Piojillo debería lidiar con sus quemaduras y su mal humor, pobre hombre. 

También los caballos habían comido y descansado, uno de ellos transportaría a Ponzoña, era un alivio. Guepardo le había dado consejos de herbalismo para tratar a su esposo, que acogió con una sonrisa. Posiblemente hubiera podido ser a la inversa, pero de todos modos agradeció las buenas intenciones del jaguar, a quien apreciaba mucho, sobre todo después de haber recibido su ayuda en un momento personal muy complicado.

Ahora Khadesa estaba mucho mejor, se sentía fuerte y centrada. Había estado entrenando con Ballestero y empezaba a tomarle el pulso a la ballesta, y también empezaba a sentir que sus Dagas, Noche y Día, eran algo más que una fuente de poder en los Rituales. También eran poderosas como armas de combate. No creía que nunca pudiera manejarlas como alguno de esos guerreros, como Derviche usaba sus dos Cimitarras Sagradas, por ejemplo. Pero ya no sería una torpe mujer indefensa que caería sin plantar cara a la primera de cambio. No, ni hablar...

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12/09/2020, 12:26
Infantería (P): Cabo Barril, Jefe de Infantería.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA.


 

Barril paseaba entre la tropa con su voluminosa mochila al hombro, emitiendo un familiar repiqueteo metálico que acompañaba siempre sus idas y venidas. Daba consejos acá y allá de cómo empaquetar de manera más eficiente, de cómo ajustarse las botas para la marcha o qué tener a mano mientras se viajaba, como por ejemplo el odre de uno. Eso le recordó algo, así que se dedicó a repasar el inventario de la Compañía en busca de un pellejo para Keropis. No sabía porqué pero esa idea le había provocado una oculta sonrisa. Cuando localizó los pellejos de agua, revisó los mismos y tomó uno que le pareció que estaba en buenas condiciones. Luego se dirigió a quien estuviera a cargo del material. Recordaba que otras veces habían dejado a Reyezuelo con esos asuntos, peor no estaba seguro.

— Voy a coger un pellejo, uno de mis hombres me ha informado de que no tiene. Te lo digo por si debes anotarlo en algún lado. —

Una vez con ello en su poder se acercó al Eremita a quien entregó el mismo.

— Llénalo y consérvalo, el siguiente lo pagarás de tu bolsillo, Keropis. —

Con el reparto del dinero que se aportó a la Compañía cada soldado debía tener los fondos iniciales con los que contaba al llegar a Ridwan. No es que fuera mucho, máxime cuando la moneda oficial era de oro, y ellos venían de un lugar donde éste era raro y la base monetaria era la plata. El pensar en so le hizo fruncir el ceño y tras dedicar unos minutos a meditar en el asunto, se dirigió a Analista a quien saludó con porte marcial.

— Saludos Analista. Hay algo que me ronda la cabeza y me gustaría que hicieras unos números sobre un asunto que te comentaré a lo largo del día, en privado. Por otro lado, deseo retirar algunas de las armas que están el nos carros para la Infantería. Supongo que la mitad de las lanzas, jabalinas y dagas estaría bien. Puede que alguna armadura de cuero tachonado. ¿Crees que sería posible? —

Daba la impresión de que Barril se había contenido sobre lo primero que quisiera haber comentado, en orden no no hacerlo delante de los hombres; pero el día era largo y habría numerosos altos en la marcha para hacer un aparte.

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12/09/2020, 12:39
Infantería: Soldado Novato Romo.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA.

Está bien Ballestero- respondió a su compañero- iré a pedir una lanza y cuando la tenga te devolveré la tuya, gracias por tu comprensión.

Tras decir esto, fue en búsqueda del Cabo Barril y cuando vió que se encontraba libre se acercó hacia él- disculpe Cabo, me gustaría hacerle una petición de equipo. Ballestero me dejó una lanza cuando perdí la mía, y me gustaría poder devolvérsela. Si fuera posible, me gustaría coger una de las lanzas cortas que hemos saqueado, así volvería a tener una lanza y podría devolver la que me prestaron. Le hago está petición para que la tenga en cuenta. 

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12/09/2020, 12:49
Infantería: Soldado Novato Cielo.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA.


La Compañía estaba haciendo preparativos para su marcha, y se notaba el ajetreo en la Granja; al igual que la mayoría ya había preparado su petate. Se fijó en un detalle: bastantes compañeros habían ido en busca de raciones secas para tres días. No lo había pensado, teniendo en cuenta que el viaje, en principio, sería de una jornada y media... pero era una buena precaución, para el caso de algún imprevisto.

De modo que fue a por las raciones secas de rigor, mientras repasaba por si se le olvidaba algo. Reparó en la cantidad de material que deberían trasladar... parecerían un grupo de colonos en busca de fundar un nuevo hogar en tierras inexploradas... Estaba acostumbrado a ver migraciones, pero de otro tipo: tribus que llevaban todo lo suyo a la espalda, pero que esperaban encontrar lo que no llevasen allí donde decidiesen establecerse. Era una vida dura, la de los nómadas, pero te enseñaba a vivir con lo mínimo.

Pensaba en que, en su caso, no eran una simple tribu nómada, y que encontrar lo que supliese a lo que ya tenían podía ser complicado en estas tierras... Dejar algo útil atrás... sería una decisión difícil.

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12/09/2020, 13:57
Infantería: Soldado Nuevo Lombriz.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA.

En aquel momento, Lombriz estaba en modo hormiga. Haciendo lo que todo el mundo hacía y siguiendo los pasos de unos y otros. Si había que recoger, recogía, si había que cargar, cargaba, y cuando todo el mundo fue a coger raciones, Lombriz hizo lo propio.

Tenía todo preparado para la marcha desde la noche anterior, tan solo dejando montada su tienda y la manta para arroparse. Se había aseando para antes de la marcha y desayunado lo que le habían dado, sin rechistar y concentrado en lo que tenían por delante, el viaje y el nuevo trabajo. Al terminar de recoger todo, se enfundó su armadura, se colocó la capa negra cogida firmemente con el broche distintivo, su petate a la espalda junto con el portalanzas y las únicas dos lanzas que le quedaban, el hacha al cinto junto al cuchillo y el escudo enganchado también al petate. Iba cargado, sí, pero nadie dijo que sería fácil.

Tan solo esperaba partir de una vez y llegar a su nuevo destino. Seguía dándole vueltas a sus nuevos contratistas. Inquisidores, casi no conocía esa palabra, pero algo en su interior le decía que no iban a ser unos amables nuevos jefes.

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12/09/2020, 16:48
Infantería (P): Soldado Nuevo Keropis.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA

Keropis ya había preparado su petate la noche anterior: un bulto de lona atado en bandolera a su espalda, con sus escasas pertenencias. De hecho, esa misma lona era la que le servía de tienda de campaña cuando se dignaba a montarla.

El amanecer había encontrado al ermitaño arrodillado junto a la tumba de Uro, el Ungido. El sagrado kopesh descansaba frente a sus rodillas. Cuando los primeros rayos de sol besaron la cimera de su yelmo, intentando infructuosamente arrancar algún destello del oxidado metal, el Guardián de los Muertos recogió su exótica espada curva y murmuró unas palabras. ¿Una despedida? ¿Una promesa, tal vez?

El campamento empezó a despertar a su alrededor. Los mercenarios iban y venían de un lado a otro, terminando los preparativos para la marcha hacia Carnonegro: acarreando bultos, rellenando los pellejos de agua, terminando de cargar los carros y asegurar con sogas toda la mercancía...

Keropis sabía cuáles eran las órdenes y cuáles sus responsabilidades: con paso sereno se acercó al lugar donde aguardaba la carreta que habían conseguido durante el asalto a la guarida de los Capas Rojas. El austero cachivache estaba cargado hasta los topes. Junto a él, el colosal Campaña esperaba con bovina paciencia.

Comparrrtirrré tu carrrga y tu sssenda, ossscurrro... —murmuró a modo de saludo, llevándose un puño al pectoral de su herrumbrosa coraza.

Y así, el gigante de bronce y el silente eremita permanecieron plantados como dos estatuas de metal, a la espera de la orden de partida. 

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12/09/2020, 18:27
Hostigadores: Soldado Nuevo Sabandija.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA

Ya estaban en marcha. Como parte de los Hostigadores le tocaba ir delante. Eso siempre era una faena, aunque recordaba que ir detrás tampoco era plato de buen gusto. Te tragabas toda la mierda que levantaban los demás. Sabandija apenas levantaba polvo, aunque fuera pisando tierra seca. Era como si sus pies no acabaran de posarse en el firme y ya los estuviera levantando de nuevo. La honda melancolía en la que se había sumido al caer en aquellas extrañas tierra le embargaba de nuevo al dejar atrás el pueblo maldito. 

Pues vaya...- Le sorprendió aquel sentimiento. Quizá lo que fuera a echar de menos eran sus incursiones en el linde del bosque, o las charletas con Frontera mientras cocinaban, las idas de olla de Lombriz, las sabias palabras de Rastrojo, las atenciones de Plumilla,   o hasta los duros entrenamientos con boñigas de Ballestero. ¿Por qué estar triste entonces? Todo eso lo podría volver a tener en la siguiente parada. Era lo bueno de llevarse el campamento consigo, como un caracol que llevaba la casa a cuestas.

Solo que Frontera puede caer en la siguiente misión, a Rastrojo pueden despellejarlo vivo y a Lombriz dejarlo sin lengua por su osadía. Y eso sin contar con que Plumilla ahora es una infante. ¿En qué pensaban los mandos?

De reojo se fijó en Ponzoña, con miedo a que lo azotaran por atreverse a mirarlo. El orgulloso Cabo a lomos de un caballo por estar lisiado. Ni siquiera ahora había sido en combate. Sabandija sabía lo que era eso, desde luego, como atestiguaba su brazo atrofiado. ¿Cómo se sentiría Ponzoña? Le hubiera gustado acercarse para tratar de consolarlo.

No pasa nada. No es culpa tuya. Con el tiempo seguro que recuperas movilidad. Plumilla y Capitán son excelentes cuidadores. Conmigo no pudieron hacer más que esto, pero fue un gran avance. Tenías que haber visto cómo estaba, jeje. Temí que me lo tuvieran que cortar. Al menos puedo empuñar un arco.- Y no lo hacía mal.- Gracias también al Chamán Rastrojo, desde luego, que me lanzó protecciones en Galdan.

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12/09/2020, 18:44
Hostigadores: Soldado Novato Frontera.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA


Frontera se despertó, ya cansado pese a la noche de sueño reparador y ayudó en lo que pudo a cargar los dos carros de la Compañía. Tal y como había informado a los Cabos, los carros pronto estuvieron llenos hasta los topes con toda la utilería, muebles y pertenencias comunes de la Compañía.

¿Cómo podía encontrarse tan derrotado? Le dolían todos los músculos del cuerpo, y eso que ni siquiera sentía haber aprovechado realmente bien los entrenamientos de los pasados días. Las comidas poco a poco más frugales tampoco le ayudaban con su falta de energía, todo sea dicho.

Con todo cargado y la tropa lista, esperó instrucción de su nuevo Cabo sobre la formación que adoptarían durante el viaje.

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12/09/2020, 19:21
Hostigadores: Soldado Nueva Dedos.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA

No me hacía ninguna gracia tener que caminar, otra vez, con toda la carga a las espaldas, pues los carros estaban tan llenos que hasta parecía peligroso permanecer junto a ellos.

- Se derrumbarán en cualquier momento, y no seré yo quien muera enterrada entre los cacharros. ¿Que me tocará recogerlos? Eso sí, por supuesto que sí.

Desde luego, no gastaba aquel día el mejor de mis humores.

Tras recoger todo, e ir a buscar aquellas raciones de alimento que repartieran y otras cosas necesarias, me aproximé a la zona donde se agrupaban los Hostigadores, a la espera de recibir órdenes o definitivamente, partir.

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12/09/2020, 21:19
Cuadro de Magos: Rastrojo, Segundo Mago.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA

Rastrojo abrió los ojos. Siempre dormía hasta tarde, era importante para estar bien con los espíritus. En cualquier caso, había bastante ajetreo en el campamento, más del que cabría esperar en otro anodino día de entrenamientos.

¡Ostras, era hoy!-recordó.

Rastrojo se puso en pie y empezó a enrollar la esterilla sobre la que había dormido. Sopló para que se desligaran las hebras de paja de los resquicios y la guardó.

A ver si no me olvido de nada...-miró al exterior, toda la prisa inicial se desmoronó con un bostezo.

¿Estaba por allí el Gran Grajo o ya se había adelantado a la Compañía?

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12/09/2020, 22:08
Hostigadores: Soldado Nuevo Guepardo.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA

Esperó en la vieja acacia plana, de notables dimensiones. Observó el entorno, buscando con la mirada a la persona con quien pretendía reunirse. El cielo eternamente nublado dejaba desprender finos jirones de luz que aportaban la pálida luminosidad que reinaba en el ambiente. Las altas hierbas pálidas, doradas, se mecían con el alisio, causando oleajes que surcaban las llanuras, mares espigados.

Los límites de La Sabana, lejanos, eran pura negrura. Se podían adivinar más extensiones de llanuras, altivos baobabs o quizás altas montañas, pero fuera de aquel acotado reducto vagamente iluminado, caían dentro de las fronteras de la Oscuridad. Y frunciendo el ceño, forzando la vista, escrutó esos límites tenebrosos. Entonces lo vio.

Como otras muchas veces caminaba lento, sereno, acercándose al joven jaguar que lo esperaba junto al árbol con tranquila ansiedad. Su porte fuerte, imponente y solemne se dibujaba con mayor precisión cuanto más se alejaba de la oscuridad y más se acercaba al oasis de luz. Entonces se detuvo, súbitamente, y pareció girar su rostro hacia un lado, quizás el Este, como si captara algo. El jaguar giró también la cabeza y miró a ese lado. Oyó entonces el graznido de las grullas coronadas y las vio volar, pasando sobre su cabeza. Se dirigían en bandada al Oeste. O quizás era el Norte. Durante un breve rato siguió el vuelo de las aves alejándose antes de volver a prestar su atención a quien realmente esperaba. Para su sorpresa lo vio más lejos, caminando hacia él pero alejándose más y más a cada paso que pretendía acercarse, hasta que de nuevo cayó en la frontera sombría y desapareció de su vista.

El joven se puso tenso y cerró los puños, sintiendo la empuñadura de su lanza entre sus manos. Se puso en guardia, preparado para lo que iba a acontecer, pues sabía exactamente lo que iba a ocurrir: una lucha a muerte que no podía ganar.

Fueron saliendo de la oscuridad, como si fueran jirones desgarrados de ella misma, entrando en el perímetro iluminado. Tenían formas vagamente humanas, aunque parecían hechos de neblinosos retazos de humo negro y chirriaban y crepitaban cuando se reían cruelmente. Los Sombríos. Eran seis, ¿o quizás ocho? Nunca lo sabía a ciencia cierta, pero era el número suficiente para rodearlo por completo y atacarlo por todos los lados.

Con la acacia como única aliada para defender su espalda, el jaguar se debatió contra sus rivales. No importara que empalara a uno con su lanza, pues siendo humo parecían recomponerse instantes después. Luchaba con denuedo, vendiendo cara su vida, pese a saber cómo iba a terminar el combate. Manteniéndolos a raya, no dejando que lo rozaran con su gélido y mortal toque. Creyó poder mantenerlos a distancia, cuando sintió que la solidez del árbol tras de sí desaparecía y girándose para ver por qué, observaba cómo este también se tornaba en una enorme figura aterradora, hecha de sombras, que se abalanzó sobre él.

Guepardo despertó de golpe, levantando su torso como si detrás de él hubiera un resorte. Durante un rato se quedó respirando pesadamente, sentado sobre su camastro, volviendo a la realidad y viendo donde se hallaba. Sintió la gélida sensación que recorría su cuerpo, pese a que sudaba copiosamente, y se arrebujó con su manta. Después se tapó sus ojos y sus sienes con las manos mientras suspiró sonoramente. Poco después miró a los lados y observó a la mayor parte de sus compañeros hostigadores aun acostados. Por la ventana aun reinaba la oscuridad, más ciertos tonos pálidos en ella anunciaban la próxima llegada del alba.

Se levantó y caminó fuera del edificio. Se sentía cansado y con la cabeza dolorida, sensaciones muy habituales. Había dormido pero no había descansado. Recordando el sueño con nitidez se acercó a un barril en el exterior, abierto y lleno de agua fría, y metió la cabeza y parte del torso, aguantó un rato y luego lo sacó de golpe, espabilandose y de paso aseándose. Meditó sobre lo soñado mientras caminaba por Verdín y veía como esta cobraba vida poco a poco. Algunos habían madrugado, despidiéndose de compañeros fallecidos, otros comenzaban a sacar sus petates fuera de la granja para la próxima marcha. Poco a poco más y más voces se fueron oyendo y no mucho después la calle principal del pueblo era un hervidero de mercenarios disponiéndose para la partida.

Alzó la mirada y contempló el amanecer, percibiendo el vuelo de una bandada de aves migratorias, dejando atrás lugares en busca de otros más beneficiosos acorde a su ciclo vital. Asintió con la cabeza.

- Eso vamos a hacer - se dijo el explorador, preguntándose si algún día se verían forzados a volver al punto de inicio. Meditando con lo soñado y lo visto en el cielo, el jaguar entró en el edificio donde sus compañeros ya estaban activos, y haciéndose con el petate y sus enseres, abandonó la casa para unirse al resto. Era el momento de migrar.

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12/09/2020, 23:32
Infantería (P): Soldado Novata Palomita.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA

Palomita de levantó pronto, estaba ciertamente algo alterada aunque no podría saber por que exactamente. 

En cuanto plegó la tienda y tuvo recogido todo su equipo salio rápidamente al exterior y tomó un rápido desayuno antes de asearse convenientemente.

Según pasaban los minutos se dio cuenta de a que venia todo ese estado de alteración. Tenia muchas cosas que hacer y parecía que poco tiempo, por fortuna parecía que todo iba encajando al encontrar a los cabos preparándose y desayunando juntos, así hablaría con ellos a la vez.

Señor - dijo primero dirigiéndose a su cabo - no dispongo de odre de agua, acabo de darme cuenta por si fuera posible hacerme con uno.

Cabo Ponzoña - se giró hacia el cabo del otro pelotón - el Cabo Barril no solo me ha dado permiso sino que ha considerado que era una buena idea que fuera montada por si surgía algún imprevisto. También sugirió que buscara un compañero para formar un binomio y me preguntaba si podría asignarme como compañero a Pelagatos en retaguardia. He cabalgado varias veces con él y su montura, Jerilfante, es la que suele cederme cuando necesito una.

Se cuadró a la espera de las respuestas con el corazón en un puño

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13/09/2020, 07:31
Instrucción: Recluta Reyezuelo.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA

A primera hora de la mañana, Reyezuelo acercó una copia del informe que había realizado sobre el Pelotón de Hostigadores al Cabo Ponzoña, y otra copia para Analista.

Finalmente había llegado el día en el que abandonarían la granja del Tío Sammuel, ¿que desventuras depararían en el nuevo destino?

La mayoría estaban levantando campamento y ordenando sus pertenencias. Tal parecía que el orgulloso castor conduciría uno de los carros cargados de materiales, aunque le hubiera gustado compartir la carga del carro junto a Campaña. Aunque no era una tarea digna de un noble hacer de mula, hubiera servido para demostrar su aguante sobrehumano a los demas. Keropis ya estaba destinado a ayudarlo así que pasó de ello, aunque no descartaba hacerlo si alguno de los dos no conseguía terminar el viaje.

El noble castor ya había ordenado todas sus pertenencias con tiempo y le sobraban valiosos minutos. Con las existencias tan a mano, creyó que era un buen momento para que se lleven a cabo los traspasos de equipo que hacían falta. Se acercó a Analista.

-Maestro.- Esperó a tener su atención sin ser una molestia. -¿Le parece bien si corroboro que todas las existencias que consideró oportunas conceder a los Hostigadores a raíz del informe sean entregadas?- Reyezuelo se preocupaba de que el pelotón esté en óptimas condiciones antes de la partida, además, había escuchado al Cabo Barril pedir una importante cantidad de armas de la nada sin siquiera justificar los motivos, aunque bueno, Reyezuelo no era quien para hacerle frente. Por ahora. -Y a lo mejor también, los que solicitó el Cabo Barril, y marcarlos en la partida de inventario general.-

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13/09/2020, 11:19
Infantería: Soldado Novato Grito, Segundo de Infantería.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA

El momento de partir había llegado con el alba de un nuevo día, los últimos enseres eran recogidos mientras Analista se disponía a devolver lo prestado más la soldada.  El campamento estaba en plena ebullición, en un ir y venir de los hombres que ultimaban los preparativos.

Grito tomó agua en los odres así como algunas raciones para terminar de completar todo lo necesario, su codo entablillado mejoraba poco a poco, pero aún tardaría un par de días en recuperar la fuerza necesaria en la articulación.  El infante echó un vistazo a la columna de hombres y material que se preparaba para la marcha viendo que a buen seguro sería un camino pesado y lento.

Aquel improvisado campamento había sido su hogar durante aquellos duros días, si iban a un sitio mejor estaba por ver, pero la esperanza de un nuevo trabajo y un nuevo asentamiento eran lo suficiente para intentarlo.

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13/09/2020, 13:16
Hostigadores: Soldado Nuevo Caracabra.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA.

Había llegado un nuevo día y con ello una nueva marcha. El hostigador se incorporó con lentitud y sin hacer esfuerzos, se puso sus ropajes y se fijó la armadura de cuero. Caracabra salió de la tienda sintiendo la fresca temperatura de la mañana, la suave brisa del aire e inspiró lentamente hasta sentir una punzada de dolor, quería conocer el límite de aire que podía inspirar para evitar el dolor de sus costillas. Se aseó y se llevó algo de comida al estomago para alimentarse un poco, ya tenía preparado todo su equipaje y ayudó para terminar de hacer los preparativos de la marcha.

Sus ojos pudieron observar a todos los miembros de La Compañía moverse de un lado a otro para terminar de recoger el campamento y así iniciar un nuevo viaje que duraría unos dos o tres días.

El hostigador se acercó al carro de Khadesa y ayudó a cargar el equipo en dicho transporte, sus movimientos eran lentos y cuidadosos, seguía sintiendo un agudo dolor en su torso y no podía excederse en sus esfuerzos.

- “Espero que el viaje sea tranquilo…”

Sin demora alguna el jorobado se dispuso a ayudar a Khadesa a conducir el carro.

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13/09/2020, 13:20
Hostigadores: Soldado Novato Ballestero, Segundo de Hostigadores.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA.

Dado que Ponzoña no tenía el pie para revisar las cosas yendo de un lado para otro, Ballestero se encargó de asegurarse de que todos los hostigadores habían reunido los aperos necesarios y estaban a punto para salir. Incluido el mago Serpiente, al que imaginaba bastante despistado para esas cosas mundanas y aburridas.

──Señor, ──se aproximó al cabo. ──Si vamos a enviar gente en avanzadilla ordenaría que quienes lo necesiten tuvieran el petate organizado en dos bultos, para que quien se adelante pueda pasar sus cosas a un compañero y así ir más ligero. ¿Órdenes?

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13/09/2020, 18:29
Instrucción: Aspirante Gobaldet.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA.


Gobaldet se levantó a primera hora del alba. Tuvo una noche de sueño profunda, propiciada por el cansancio extremo que cargaba su cuerpo, en la que quedó atrapado en recuerdos fantasiosos de su niñez y su vida en Verdín. El elemento común en cada uno de los escenarios era, precisamente, recordarle que ya no tenía un lugar a donde volver.

Al abrir los ojos, una lágrima solitaria le recorrió la mejilla.

Sus pertenencias eran escasas, realmente no había mucho que ordenar, y la mayor parte ya lo había hecho la noche anterior, tras desmontar la mesa por órdenes del Capitán. Antes de que fuese llamado a formación, se aseó brevemente y se dedicó a mirar Verdín todo el tiempo que pudo: sabía que seguramente no volviese a hacerlo en su vida. Sonrió con tristeza antes de girarse e ir a su posición, al final de la columna que se formaba lentamente conforme los soldados iban terminando de levantar el campamento.

Se ató un trapo alrededor de la cabeza por orden de Palomita, y cogió las pertenencias de Desastre cuando éste le indicó donde estaban. Se situó junto a Sabueso.

— ¿Listo para la marcha, Sabueso? 

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13/09/2020, 22:31
Instrucción: Aspirante Sabueso.

VIGÉSIMO OCTAVO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 1, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA MAÑANA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA FRESCA.


 

Sabueso se había anudado la prenda que le había prestado Piojillo y se había subido la capucha. Lo único visible del rostro del monje eran un par de ojos hundidos, cosidos y rematados en argollas, lo cual le daba un aspecto un poco inquietante y desagradable. Aunque era de agradecer que ocultara parte de su rostro demacrado, la atención de quien lo mirara se centraba en sus párpados suturados.

Giró entonces la cabeza hacia Gobaldet.

— Sí, Sabueso está listo. — respondió con su voz susurrante, ahora algo amortiguada por la tela que cubría su boca. Hizo una pausa, miro hacia Verdín y luego volvió a mirar a Gobaldet — ¿Está listo Gobaldet? — preguntó finalmente al leñador, mirándole fijamente con los gurruños que eran sus párpados cerrados.