Partida Rol por web

Enmascarado mastica un trozo de carne y saluda a Dedos con un gesto de la cabeza.

Mira con una sonrisa estúpida a ansia de dominio, y recogió la moneda que le daba con un gesto rápido y preciso. Luego simplemente inclino la cabeza, pronunciando un casi inaudible. Gracias. Se alejo de ansia de dominio caminado de espaldas, y cuando se creyó seguro, lejos del extraño ser. Miro la moneda, fijándose en sus grabados, estos eran diferentes del resto de monedas que había visto. Finalmente la guardo en su saquito, y siguió con la celebración.

No comió mas, ya estaba saciado; y tampoco bebiendo mas, la cabeza le empezaría a dar vueltas si seguía bebiendo.

- Caracabra se guarda su moneda de plata de gratificación por haber Jurado.

Tras sacar una nueva moneda de reluciente plata de su bolsa, Ansia de Dominio extiende su mano hacia Pelagatos, ofreciéndosela.

Analista está contando las monedas para el Pelotón de Exploradores, al tiempo que las introduce en otra bolsa de cuero.

Escudo se sienta en el suelo, apoyándose en su escudo. Parece quedarse ligeramente traspuesto.

Ganancia le da una palmada en la espalda a Mentiroso.

- "¿Qué tal vamos? No sé si me gusta más el vino o la cerveza. ¿Tú qué opinas, hermano?" -

Garzung se acerca a Uro.

- "Con tantas celebraciones nos vamos a volver débiles. Deberíamos de estar entrenando o luchando." -

Malamente escucha una frase que le hace levantar la cabeza del plato: -"Con tantas celebraciones nos vamos a volver débiles. Deberíamos de estar entrenando o luchando." Busca con la mirada a quien la ha pronunciado: -La primera cosa sensata que escucho hoy. Agacha la cabeza de nuevo y sigue comiendo.

Mentiroso se gira al notar una palmada en su espalda, y con una media sonrisa, saluda a Ganancia mientras sigue saboreando, jarra en mano.

-Creo que en general cualquier cosa que hayamos podido pagar con nuestro oro podrá sabernos a gloria. Por aquí todo bien, el camino ha sido largo, y si me preguntas por algo mas personal, creo que poco a poco las arenas del tiempo me están obsequiando con la facilidad para amoldarme incluso a esta vida, tan diferente a la nuestra. Pero, oh, hermano, jamás olvido de donde vengo. Y que la arena me lleve si alguna vez lo hago. Creo que no te agradecí lo suficiente por el tiempo compartido,  Ganancia. ¿Qué me dices si decidimos nosotros mismos, en recuerdo a una tribu de hombres de arena en la gran sabana.

Quizás era que estaba algo bebido, quizás simplemente era la apertura. El hecho era que resultaba ser el mismo hombre inquieto y evasivo, solo que intentando abrirse, expandiendo, en parte, sus miras y quizás sus amistades. Alzó la jarra y esperó a que su compañero hiciera lo mismo.

-Al final... Solo nos tenemos los unos a los otros, ¿No? 

"¿Qué estoy diciendo? ¿Porqué hablo mas de la cuenta? " Solo esperaba que la reacción ante aquel tipo de conversación, por parte de Ganancia, fuera positiva.

"Menos mal que te tenemos a ti para vigilar, Keropis."

Asintió a Piojillo y siguió vagando por los alrededores, no podía parar de pensar.

¿Porqué un ser tan poderoso como el Señor del Dolor nos contrata en su guerra contra el Reino Pastel?¿No a podido doblegar a la compañía solo con su presencia?¿Es tan poderoso el Reino Pastel?¿O es que no quiere que nos unamos a ellos? ¿Estará siguiento el viejo dicho de ten a los enemigos aún más cerca?

No podía parar de divagar, puede que fueran paranoias pero había demasiadas variables... solo podía esperar en que los jefazos supieran todas las respuestas y estuvieran al corriente, al fin y al cabo él no tenía derecho a una paga en dinero y a escasas comidas como para que compartieran la información con él.

- "Ah... ¿Entonces tú pagas con oro, Mentiroso? ¿Y por qué no con diamantes, o con objetos mágicos, o con la luna?" -

Ganancia sonríe socarronamente mientras niega con la cabeza y se marcha a beber a otra parte.

La Sargento Falce recibe de manos del Teniente la bolsa con la paga del mes para el Pelotón de Exploradores.

Se la da al Cabo Berrinche para que reparta las monedas de plata entre los Soldados Exploradores.

Potestad, uno de los ministros de la Teocracia del Dolor, se retira tras despedirse del Chambelán de las Cuchillas y de la Coronel Mindy.

Guardaespaldas no se aleja mucho del Capitán, y no parece fiarse de nadie en su labor de protección, ni siquiera de los demás hermanos juramentados.

Esa fortaleza que creen tener me hace gracia. Van a volverse débiles, mañana mismo, por querer celebrar algo, que supuestamente es motivo de alegría. Así de débiles se sentirán, en voluntad

- Es curioso pensar así... - dice ante el último comentario de Mentiroso - El oro, al fin y al cabo, viene y va, aunque algunos lo valoren más que a la vida

Sonríe ante las palabras de Ganancia, y le sigue con la mirada mientras se retira a beber a otro lugar. Tal vez fuera tiempo de retirarse de la fiesta. La bebida pronto comenzaría a hacer efecto en sus corazón y en sus mentes, soltando la lengua y alentando quizás la rabia contenida

Las celebraciones empezaban a resultar demasiado largas para Odio. No le gustaba estar rodeado de tanta gente y menos en el deplorable estado en el que algunos se encontraban. Parecía que no les importaba nada más que aquello, cuando el mundo estaba lleno de guerras y enemigos que combatir.. ellos parecían disfrutar de un descanso. No lo entendía, no lo compartía.. pero al parecer era el ritual a seguir.

El explorador comenzó a pasear por la fiesta, sus ojos estaban vacíos pero observaba todo lo que podía. Con más veía, más odio albergaba, más rencor y más repugnancia sentía. ¿Realmente había hombres y mujeres allí que eran miembros de la compañía mientras él seguía relegado a comparsa?

Mentiroso observó a ganancia, cuando se alejaba tras decirle aquello. Le sonrió y le dijo. 

-Compañero, la luna no puede tomarse entre las manos. Los diamantes son pequeños y frágiles, solo sirven de comercio en comercio, los objetos mágicos son demasiado valorados y fáciles de atraer miradas indiscretas. ¡Jamás comerciaría con algo que diera mas que oro, quebraderos de cabeza!

Comenta mientras luego volvía a lo suyo. Contempló la jarra y comenzó a observar a su alrededor. No pudo evitar observar a una mujer que parecía haber sonreido con el comentario de Ganancia. Sonrió para si, pero no dijo nada. Dejó la jarra de cerveza, dejó de comer y susurró para sí.

-Ya esta bien de comida y bebida, o me va a sentar mal. Pero no voy a hacer el feo.

Así que se quedó allí, aspirando el aroma a alcohol, escuchando el griterío y aguantando el tipo. No dejaba de acechar en ningún instante a los que allí parecía, dentro de poco, que se soltarían de la lengua.

-Esto si que quiero verlo... Bebed, bebed.

Sonrió de manera misteriosa.

Plumilla había bailado lo suficiente como para necesitar echar un trago habiendo olvidado casi por completo gracias al baile el espectáculo del sacrificio.

Dejó atrás el sonido de la flauta y tomó una jarra exigiendo cerveza para  refrescarse, observando el panorama por encima del borde del recipiente al beber, con el brillo de la curiosidad asomándose en las pupilas color miel. Era como una colmena de insectos, cada uno con sus asuntos relacionándose de forma relativamente segregaria... Sacudió la cabeza.

-Estás divagando, chica-se regañó en voz alta sacudiendo la cabeza, sosteniendo la cerveza.

Belleza le pasa a Plumilla una gran jarra de cerveza.