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La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

La Compañía Negra: Tienda de los Heridos.

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09/03/2013, 16:15
El Cráneo de Plata.

LA TIENDA DE LOS HERIDOS:

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10/03/2013, 11:12
Asesina.

Tumbada en la tienda espero paciente a que uno de mis hermano decida el momento adecuado para atender mis heridas.
El dolor se ha mitigado hasta el punto de no ser un castigo sino, más bien, un placer, pues me siento más viva gracias a él.

Ya no tengo miedo a morir, he superado todos los peligros. Ahora debo cuidar de la Compañía, ese monstruo de Serpiente puede hacernos verdadero daño, puede destruirnos. Alguien debe pararlo.

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10/03/2013, 15:08
Plumilla.

-Deberían comer pero algunos no pueden levantar una escudilla siquiera-dijo a Sicofante usando el bajo tagliano como había mantenido durante su conversación.-Algunos tenemos más cosas que hacer a parte de estar tumbados, Derviche-contestó en K'Hlata a la guerrera pasando junto a Ojopocho que hablaba con Matagatos dentro de la tienda.
-Habéis tenido un duro camino, Asesina-Dijo a la chica tomándola con cuidado y cambiándola los vendajes frunciendo ligeramente el ceño por la concentración, obligándola a morderse ligeramente el labio inferior mientras sus dedos limpiaban las heridas casi abiertas de Asesina. La chica había dado muestras más que suficientes de ser una guerrera brutal, superando casi con toda seguridad a Derviche, sin embargo Plumilla no tenía tiempo que perder sintiendo miedo... y tampoco siendo agradable con quien no merecía tal trato.-Prueba a moverte un poco, necesito comprobar que la venda no te inmovilice del todo-le dijo pasándose el antebrazo por la frente y lanzando una fugaz mirada al resto de heridos y a quienes les atenderían.

- Tiradas (1)
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11/03/2013, 14:15
Sicofante.

Puedo encargarme de dar de comer a los heridos- dice Sicofante, sabedor de que era lo único que podía hacer allí. No tenía conocimiento de plantas medicinales ni de sanación, por lo que en eso no podía servir de ayuda. Prefería hacer lo mas simple para estorbar lo menos posible.

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11/03/2013, 14:49
Ojopocho.

- Está bien Sicofante. - le digo. Empieza con los menos graves de aquellos que no puedan valerse por si mismos.

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11/03/2013, 16:53
Asesina.

Si, muchas gracias por todo -respondo levantándome tal y como me ha indicado la sanadora -¿cuando podré volver a combatir? La verdad, no se tu nombre. Me gustaría darte las gracias matando en tu honor al próximo enemigo que caiga bajo mis armas.

Y espero que sea pronto, me siento embotada por las heridas y la mejor manera de refrescar mi mente es el combate.

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11/03/2013, 18:03
La Compañía Negra.

- Están en la Tienda de Heridos en este momento:

- Asesina.

- Derviche.

- Lombriz.

- Odio.

- Ojopocho.

- Peregrino.

- Plumilla.

- Sicofante.

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11/03/2013, 18:23
Plumilla.

Plumilla suspiró observando que el vendaje estaba bien colocado, sin oprimir a la chica ni coartar su movimiento.

-No hagas nada de esfuerzos y ve poco a poco con los movimientos hasta que no quede más remedio, cuanto más repose la herida más se curará-asintió satisfecha con el resultado-Ah, claro...perdona, soy Plumilla-dio como respuesta. Ella conocía el nombre de la mayoría de los que habían destacado en algo durante los entrenamientos, sobretodo si en lo que destacaban eran en habilidades que eran todo lo contrario a su naturaleza. Miró por encima del hombro a Ojopocho, para saber a quién estaba o iba a tratar él ahora que Matagatos debía estar presente en la reunión. Tomó  Asesina del brazo y la ayudó a sentarse de nuevo en la esterilla-Sicofante te acercará algo de comer, no te preocupes.

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11/03/2013, 20:32
Sicofante.

Sicofante asiente ante las palabras de Plumilla- te traeré algo de comer ahora mismo- creía que habían traído escudillas para los heridos -dado que no podían moverse- por lo que buscó en la tienda el alimento para empezar su tarea. Al menos eso le mantendría algo ocupado. 

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12/03/2013, 12:36
El Cráneo de Plata.

- Pipo había trasladado previamente a Belleza a la tienda de los heridos.

Notas de juego

// Entra en escena: Belleza. - Procede de: Tierras de Cho'n Delor: Grupo I.

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12/03/2013, 15:04
Belleza.

La cabeza bailaba entre la consciencia y la inconsciencia. Había notado como Pipo me había llevado hasta la tienda y cómo Plumilla me hablaba, pero no había entendido nada de lo que me decía. Parpadeé varias veces porque mi visión estaba borrosa.

Me llevé la mano a la herida y noté que tenía una venda limpia y firme. Intenté incorporarme, pero todo me dio vueltas.

Plumilla... susurré levantando la mano. ¿Me has curado? ¿Dónde está Pipo?

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12/03/2013, 15:54
Derviche.

Derviche estaba en la tienda de los heridos, rodeada de grandes guerreros y algunos sin ninguna importancia para ella. No sabía que tal le fueron a los otros grupos, pero sí que sentía curiosidad. Con voz apagada y cansada, teniendo dificultades para respirar, se dirigió a ellos.

-¿Cómo... fueron... vuestras... luchas?

Miró con tristeza hacía su tutor, no pensaba que iba a volver a verlo con vida. Aun le quedaban muchas cosas para hablar con él. Se acordó del momento en el que marchó y dejó el grupo a cargo a Guepardo. Suspiró y apretó los dientes con furia. Si no se hubiera quedado inconsciente, ninguno de los que iban en su grupo hubieran muerto. Casi vuelve a levantarse para salir de la tienda y seguir entrenando, pero no tenía fuerza ni para arrastrarse.Todos los que estaban en la tienda tenían graves heridas, probablemente lucharon como ella hasta quedarse inconsciente.

Recordó que tenía hambre y sed y miró para ver a quien se lo podía pedir. Vio a Sicofante repartiendo comida y se quedó un rato mirandolo. No sabía qué hacer. ¿Cómo iba a pedirle a un superior que le sirva? Recordó lo que Manta le dijo, después del episodio con Guepardo y se quedó en blanco. Entendía que Matagatos era el curandero, que Ojopocho sabía algo acerca de ello, pero a Sicofante nunca lo ha visto ser la criada de nadie. Ella ya tenía una larga lista de gente que la quería matar. Lo seguro era callarse.

Se intentó acomodar lo mejor posible y tragó saliva, esperando a que alguien le respondiera y esperando que ninguno le dijera nada al guerrero para enfadarlo y acabar con todos en unos momentos. Una cosa tenía clara en la mente. Si no era luchando o entrenando, ella no iba a hacer nada para la compañía, y mucho menos dar de comer a los heridos, cuando había tanta gente que podía hacer ese insignificante trabajo. Si fuera su compañero, como Manta, hasta se reiría de él, pero con un hostigador ya no quería tener ningún roce.

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13/03/2013, 03:17
Peregrino.

Abro los ojos al despertar de mi sueño y veo como me transportan en un carro. Escucho voces conocidas mas no soy capaz de reconocer a sus dueños. Siento como unas manos me transportan dentro de una tienda e intento incorporarme pero es completamente inútil. Siento frío, mucho frío, producido por lo que no puede ser otra cosa que fiebre y pérdida de sangre. Me arropan y cuidan de mi manos gentiles que no logro ver y mis ojos revolotean dentro de mis cuencas bajo párpados cerrados al momento de volver a sumergirme en el sueño del delirio.

Veo la aldea de los Tres Castores completamente destruida y saqueada. Luego veo como los Caimanes Negros nos sacan de allí de una manera no muy amistosa y siento desprecio por su deshonor. Luego pienso en que la verdad, triste pero cierta, es que somos mercenarios y no nos pagan por ser honorables. He matado niños, combatientes, pero niños. He luchado contra cualquiera que desenfunde un arma frente a mí sin preocuparme si es un enemigo digno de mi filo o no. Somos combatientes y en mi caso lo único que sé hacer es matar.

Me veo caminando hacía Cho'n Delor y veo como atravesamos ciudades donde somos atacados por delincuentes comunes. Luego veo la emboscada que nos tienden y en la que dos figuras misteriosas, una mujer y un hombre gigante, acaban con casi todo el Pelotón de Arqueros. Aquellos dos son asesinos temibles y siento el temor de no estar preparado para enfrentarlos cuando llegue el momento. Veo a Escarabajo morir en batalla y no siento nada por él. Veo a muchos morir frente a mí y realmente no me importa.

Finalmente llegamos a Cho'n Delor y mis ojos miran aquellas estructuras ancestrales. Veo al Dios del Dolor y siento el poder oscuro de su hechicería. Caigo de rodillas por el dolor en mis piernas frente a él, pero le desprecio por ser una figura maligna y abominable. Una depravación viviente que intenta erguirse por sobre los mortales montando en su propia oscuridad. Es ese el patrón de nuestro trabajo, es ese el que nos paga por luchar y son sus crímenes los que debemos cometer.

Me agito en sueños y despierto febril con el rostro del Dios del Dolor y su séquito frente a mí. Estiro mi mano y hablo en Nyueng Bao para luego decir la misma palabra en K'Hlatan:

 - "Katana... Espada. ¡Dame mi espada!"

Vuelvo a caer en sueños instantáneamente y recuerdo en el dolor de mi visión que ya no tengo un arma. Que ahora estoy indefenso y de que he perdido el legado de mi clan familiar. He perdido el instrumento de mi arte y mi devoción, he perdido la forma de acabar con mis enemigos y de protegerme. He perdido mi alma.

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13/03/2013, 09:45
Ojopocho.

Tras dar las indicaciones a Sicofante oigo como Peregrino empieza a delirar así que decido atenderlo rápidamente antes de que empeore su ya de por sí mal estado.

- Tranquilo Peregrino. - le digo mientras cambio el vendaje y le aplico unas plastas para que sus heridas cicatricen antes. Pronto estarás de nuevo con nosotros.

Luego me giro hacia Sicofante.

- Sicofante, cuando termines con las comidas ¿puedes averiguar donde está la espada de Peregrino y traerla? - le pregunto.

- Tiradas (1)
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13/03/2013, 10:17
Asesina.

Asiento ante el ofrecimiento de Sicofante sin ganas de hablar más, al menos por ahora. Sin embargo las palabras del delirante Peregrino me sacan de mi estado de reposo. Escucho a uno de los sanadores dando nuevas órdenes a Sicofante, referidas a la espada de Peregrino.

Ese hombre ha perdido mucho en la batalla, por lo que he visto, no debe perder el tiempo en tonterías.

La espada de Peregrino no está. La robó y se la llevó el líder enemigo, él sufrió esas heridas tratando de acabar con él pero, como veis, no lo consiguió- susurro, notando seca mi garganta y obligándome a beber. -

Psicofante, gracias por todo. Yo, bueno, ella recibió la muerte que toda guerrera querría, destrozando a múltiples enemigos antes de caer. La misión fue un suicidio, pero ella no se amilanó ni un instante.

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13/03/2013, 10:29
Ojopocho.

Al oir a Asesina hablar sobre la espada de Peregrino algo en mi interior se torna sombrío.

- Eso no es bueno. - pienso. Habrá que mantener vigilado a Peregrino para que no cometa ninguna estupidez.

- R'Gaa ha muerto? ¿Qué pasará por la mente de Sicofante en estos momentos? Luego iré a hablar con él. Ahora tengo que centrarme en curar las heridas de Peregrino.

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13/03/2013, 14:02
Plumilla.

Plumilla tomó la mano de Belleza entre las suyas con suavidad.
-Descansa, Belleza, Pipo está fuera, cuando estés mejor saldrás con él-dijo la chica, pues andaban muy justos de espacio en esa tienda y ya forzaban bastante las cosas estando tres personas en pie paseando entre los heridos.

La noticia sobre la espada Peregrino no era buena y sin duda él estaba alterado. Miró a Ojopocho mientras iba hacia Lombriz como intentando decirle que le reconfortara, que le dijera que la recuperarían... lo que fuera con tal de que el herido reposara.

Por otro lado, Asesina hablaba de R'Gaa` y Plumilla temió que la conversación fuera demasiado para la estabilidad emocional de Sicofante pese a que éste había cedido a su súplica de ayuda para mantenerle distraído y alejarle como pudiera del dolor de su pérdida. Se acercó a Lombriz, que era el último de los heridos del grupo de Peregrino. Le quitó el atuendo y con paciencia limpió sus heridas, tornando el agua del color de la sangre. Trató sus heridas mientras sus manos revoloteaban con rapidez sobre las suturas realizadas.
-Sicofante,habla a Peregrino-dijo Plumilla en bajo tagliano mientras se inclinaba sobre el cuerpo de Lombriz rodeándole con vendas-que escuche la voz de un compañero le hará bien-hizo una pausa y miró a Odio, se acercó al hiena y se acuclilló mirándole a los ojos. - ¿cómo sientes tus heridas?-preguntó por la evolución de las curas que Plumilla ya había aplicado al hiena después de la batalla que casi le cuesta la vida.

- Tiradas (1)
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13/03/2013, 15:13
Sicofante.

Asiente en silencio ante las palabras de Asesina. Era lo último que podía esperarse en esos momentos. El recuerdo aún era demasiado doloroso como para poder hablar. Así que se da la vuelta y se dirige hacia Peregrino.

Tranquilo Peregrino, buscaré tu espada- aún estaba demasiado débil como para explicarle la situación de su arma: que la había robado el enemigo- descansa mientras tanto.

Mira a Plumilla- ¿sabes si dejaron algo de comer para los heridos por aquí cerca?

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13/03/2013, 18:24
Odio.

Odio permanecía sentado en su esterilla, apartado lo máximo posible de todo aquél ajetreo, intentando no molestar.. cuando Plumilla apareció ante sus ojos, hasta entonces fijos en ningún lugar. La visión de la joven al principio perturbo su paz, pero una especie de media sonrisa se dibujó en la cara del hiena, mientras clavaba su mirada en la de la joven curandera.

- No te preocupes por mi, estoy mejor y no me moveré hasta estar bien

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13/03/2013, 18:50
Plumilla.

Plumilla giró el rostro y señaló el guiso que Pipo había dejado junto a la entrada, oculto casi por la lona de la tienda.
-Ahí está el guiso, Sicofante- la chica se acercó a Odio y le quitó el vendaje,con menos cuidado del que debería haber tenido pues se fió de las palabras del hiena, haciendo que las heridas de éste se resintieran.-¡Oh, por los Dioses!-giró el rostro un instante-¿No se supone que estaban bien?-hizo una mueca horrorizada y se sentó al lado del chico examinándole sin tocarle.

-Ojopocho, con las heridas de Odio no voy a poder-dijo al caimán negro-¿Qué tipo de esfuerzo has hecho?...maldita sea...-masculló por lo bajo - te va a doler, Odio-le dijo sin tapujos encogiéndose ligeramente esperando la ira del hiena.

- Tiradas (1)