Partida Rol por web

La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Páramos - Zona 1.

Cargando editor
13/01/2012, 19:41
[RIP] Mentiroso.
Cargando pj
- Tiradas (1)
Cargando editor
13/01/2012, 20:16
Reclutas de la Compañía Negra.
Cargando pj

- Parece establecerse un silencioso duelo de miradas entre Uro, Sicofante y Mentiroso por ver quién será el último en golpear. Cada uno tiene sus propias razones para desear ser el último.

- De los tres, Uro parece ser el que menos paciencia tiene, y resopla indignado. El ganador de esta confrontación incruenta parece ser Sicofante. Seguramente será el último en golpear.

Cargando editor
13/01/2012, 20:22
Rastrojo.
Cargando pj
- Tiradas (2)
Cargando editor
13/01/2012, 20:25
Rastrojo.
Cargando pj

Rastrojo tomó la vara de manos de Caracabra.

Es costumbre-sentenció.

Rezó para sus adentros, más discreto que en otras ocasiones. Era una fórmula para sellar el destino del alma al morir, transmitida a él por su maestro. El fantasma de Sacorroto no les atormentaría ni se les aparecería. Estaría ciego y sordo en el mundo de los espíritus, y jamás podría encontrar la senda que le llevase hasta sus ejecutores.

Tomó el palo con ambas manos y golpeó con fuerza sobre la mano inerte de Sacorroto. Era la mano con la que sujetaba la espada en vida, y la mano ejecutora de la venganza si volvía de entre los muertos. El golpe fue preciso, aunque una vez más el aprendiz de chamán demostró no tener los músculos de sus compañeros guerreros.

Cargando editor
13/01/2012, 20:38
Lengua Negra.
Cargando pj

El joven analista mantuvo la mirada sobre Portaestandarte, incapaz de determinar cuál sería su reacción ante aquel acto de justicia cargado de violencia, quizás la mecha que encendiera la poderosa carga explosiva que siempre contenía aquel hombre, a un tiempo humano, demonio y símbolo. Finalmente, siguió la trayectoria de la suya, volviendo al cuerpo de Sacorroto. Hizo girar su dolorido cuello, haciendo sonar algunas vértebras y procedió a observar los rostros de los presentes, a leer sus expresiones, su lenguaje corporal.

Ahogó una bronca carcajada cargada de hiel que sonó como un simple bufido. Sí, las había advertido. No eran muchas, pero sí suficientes. Miradas cargadas de desprecio, de animadversión, de repulsa. Y entonces comenzó a comprender lo que no había querido ver hasta entonces. Erigidos en una superioridad moral anclada en sus prácticas tribales, unos pocos le juzgaban y le condenaban, sembrando y alimentando en su interior la semilla de la sedición. No parecían entender un hecho muy simple. Nadie les había buscado. Nadie había ido a sus poblados para reclutarlos. Ellos habían acudido a la Compañía, movidos por razones de diversa índole y que solo conocían ellos. Pero empezaba a intuir que su presencia allí no radicaba en su deseo de pertenecer a la misma. No. Se escondían en la Compañía, huyendo quizás de la justicia que su propio pueblo les impartiría, una justicia posiblemente más dura y vejatoria que aquella de la que estaban siendo testigos y parte y que obedecía al peor crimen que se podía cometer en tiempos de guerra. Y subidos a su pedestal, como estilitas del desierto, se mostraban reacios a abandonar los códigos morales de las tribus que habían abandonado. Vestidos con el orgullo de su piel K´Hlata, de su pasado, rechazaban aceptar su presente, su hoy, y lo que él les deparaba.

No. Esos pocos ni siquiera eran verdaderos reclutas de la Compañía, más que de nombre. Todos sabían que al alistarse, sus vidas pasaban a pertenecer a la Compañía, quien podía disponer de ellas como creyera oportuno. Sabían que antes de juramentarse podían renunciar y abandonar sin perjuicio alguno las filas, declarando libre y expresamente su deseo de irse. Nadie les había engañado. Y los dos meses de instrucción habían sido suficiente escuela para comprenderlo y asimilarlo. Ahora, en tiempos de guerra y en las vísperas de una batalla, sabedores de que no se aceptaría su renuncia ni se les permitiría abandonar el campamento con vida por ser depositarios de una valiosa información, los más débiles sentían resquebrajarse el falso valor que habían esgrimido ante los demás como lo hace un actor con su máscara ante su público.

Y a un tiempo, refugiados en la moralidad que habían mamado y que parecían incapaces de desechar, dudaban. Dudaban entre alzar la voz y proclamar abiertamente lo que pensaban, rechazando golpear el cuerpo muerto de Sacorroto y asumiendo el castigo que de ello se derivaría o callar, actuar en contra de sí mismos y alimentar su odio y rencor. Algo que solo tenía un nombre. Cobardía.

Lengua Negra los miró, uno a uno, retándoles a hacer lo que verdaderamente deseaban.

Cargando editor
13/01/2012, 20:47
Reclutas de la Compañía Negra.
Cargando pj

- Rastrojo se las apaña para dar un tenue golpe en la mano del difunto. Un golpe cargado de simbolismo místico.

- Después aguarda, vara en mano, a que otro Recluta recoja de sus manos el instrumento de la ejecución.

Faltan por golpear:

- Dedos.

- Guepardo.

- Jabalí.

- Uro. - Antepenúltimo.

- Mentiroso. - Penúltimo.

- Sicofante. - Último.

Cargando editor
13/01/2012, 20:57
Pelagatos.
Cargando pj

Aún temblando, notando la humillación a flor de piel, me acerco a Ojopocho mientras cocina. Lengua Negra ha mandado apagarlo con agua, pero el humo haría aún más visible nuestra posición. Tras esta desastrosa situación, tenía que hacer algo para no quedar como un completo estúpido.

- Oye Ojopocho, mejor tápalo con arena, así ahogas el humo. El agua no es la mejor opción ahora.

Me alejo de nuevo de Ojopocho y de cualquier otro recluta, observando como el ritual de castigo continúa sobre el suerpo inerte y sin vida de Sacorroto.

"Sus ropas y armas son buenas, me pregunto qué mandará Lengua Negra hacer con ello."

Cargando editor
13/01/2012, 21:08
Dedos.
Sólo para el director
- Tiradas (3)
Cargando editor
13/01/2012, 21:31
Dedos.
Cargando pj

Estaba muerto, pero aún así debía golpearlo. En absoluto le agradaba semejante ritual, pero no era la primera vez que veía un acto tan salvaje, ¿acaso no había sido una Pies Rojos? Además, hacía meses que había tomado una decisión y la elección conllevaba obedecer la orden. Cuestionable o no eran las normas de la Compañía; cuestionable o no ella había elegido pertenecer a ella. En el futuro aquella vara sería ciega para todos.

Tras recoger el palo ensangrentado de manos de Rastrojo se acercó al cadáver despacio, con tranquilidad tanto en su andar como en la mirada.

Con suavidad tocó con el extremo del arma la cabeza del que fue compañero en la retaguardia. Lentamente subió el arma, como si al hacerlo trazara la trayectoria a seguir mientras fijaba sus ojos en aquel rostro que era ya de la muerte. Cuando su brazo estuvo en alto, pero no totalmente estirado, ejecutó un golpe sumamente preciso. No tenía la brutalidad de Attar, pero había golpeado justo en el punto que había tocado previamente.

Apoyó el arma en el suelo y observó aquellos ojos abiertos, como si aún pudiera escuchar la súplica del que había sido su compañero. No dudó en agacharse y cerrar aquellos ojos con cuidado. Se levantó y entregó el palo al que tenía más cerca, sin esperar que nadie se acercara como ella había hecho. ¿Qué más daba quién iba a ser el último si todos debían golpear?

Volvió a su posición inicial y permaneció en silencio.

Cargando editor
13/01/2012, 23:37
[RIP] Jabalí.
Sólo para el director
- Tiradas (3)

Notas de juego

Ataque a dos manos.

+3 bonif. Fuerza +1 Ataque Base.

No se ve la tirada 1....

Cargando editor
13/01/2012, 23:52
Reclutas de la Compañía Negra.
Cargando pj

- Dedos toma la vara de manos de Rastrojo y realiza un ataque impecablemente preciso.

- Después pone la ensangrentada vara en manos de Jabalí, quien la usa para dar un potente golpe a dos manos.

- Guepardo recibe la vara de Jabalí.

Cargando editor
13/01/2012, 23:56
Guepardo.
Cargando pj
- Tiradas (3)

Notas de juego

GUEPARDO:

- Falla el primer ataque.

- Da un fuerte golpe en un hombro del difunto con el segundo ataque.

Cargando editor
14/01/2012, 00:04
[RIP] Mentiroso.
Cargando pj
- Tiradas (3)

Notas de juego

MENTIROSO:

- Golpea al segundo intento, el golpe es débil.

Cargando editor
14/01/2012, 00:06
Reclutas de la Compañía Negra.
Cargando pj

- Guepardo se siente triste por la situación y un tanto deprimido. Falla su primer ataque, pero logra un fuerte impacto en el segundo.

- Uro observa con severidad a Mentiroso y a Sicofante, que no parecen afectados por su furibunda expresión. Finalmente, pierde la paciencia y ataca con desgana al cadáver de Sacorroto. Lo hace tan a mala gana que no logra impactar hasta el tercer intento, que resulta un potente y furioso ataque.

- Mentiroso siente preocupaciones más acuciantes que golpear a un cadáver, pero Uro le está mirando fijamente con expresión de enfado, por lo que decide hacer lo que se espera de él. Los nervios hacen que no impacte hasta el segundo intento, que resulta en un golpe flojo.

- Sicofante se ha quedado para el último. Coge el palo con exceso de confianza, pero se le resbala por el pringue y la sangre hasta los pies, haciéndole tropezar y caer sobre el cadáver de Sacorroto, que ya tiene un aspecto horroroso. Sicofante grita y chilla, asustado, como una niña pequeña. Finalmente logra apartarse del cadáver, arrastrándose por el suelo, donde se queda tirado entre temblores, hecho un saco de nervios incapaz de sobreponerse y de golpear, por el momento. Parece mejor dejarlo estar e intentar, aunque es imposible, ignorar su vergüenza.

Cargando editor
14/01/2012, 01:02
EL TIEMPO SE AGOTA.
Cargando pj

MEDIANOCHE.

Cargando editor
14/01/2012, 11:18
Reclutas de la Compañía Negra.
Cargando pj

- Quedan pocas horas para descansar, pues el campamento deberá estar en pie y listo para viajar antes del alba.

- La primera guardia de la noche a Pelagatos.

- Segundo turno de guardia Attar.

- Último turno antes del alba Rastrojo.

Cargando editor
14/01/2012, 12:06
[RIP] Mentiroso.
Cargando pj

Mentiroso apareció vestido ceremoniosamente con su armadura y su lanza en la mano delante de Lengua Negra. No quería golpear a Sacorroto, qué ceremonia más absurda, pero no tuvo más remedio que hacerlo.

-¡Lengua Negra! -declaró bien alto de forma que todos pudieran oírle- Como tú dijiste antes a propósito de mí, no somos más que reclutas y algunos por nuestros crímenes no somos merecedores de convertirnos en Hermanos. Hoy con tus palabras y tus acciones me has hecho culpable a los ojos de todos no dejándome defenderme de las acusaciones que vertió el Hombre de Arena Abur sobre mí delante de todos. Más aún, me hiciste culpable incluso a los ojos de los dioses, que sin duda nos habrán de castigar a todos por esto. ¡Hoy has asesinado a traición a un hombre en mitad de un parlamento, después de garantizar delante de todos que no se le dañaría sin envainaba su cimitarra! Y te diré más: ¡ese hombre, al que llamaste esclavista cuando ya estaba muerto, era mi tío y era totalmente inocente! Te garantizo que los Hombres de Arena nos matarán a todos por esto si lo descubren. Yo ya cargo demasiada sangre sobre mi conciencia. Y no haces más que escudarte en la Compañía y sin asumir ninguna responsabilidad ¡escoria de líder! -escupió al suelo delante de él.

-Demuestra que no eres un cobarde, que no eres un incapaz que va a hacer que nos maten a todos, y que vas a asumir la responsabilidad y la deuda de honor que has contraído conmigo asesinando a mi tío. ¡Te reto a un duelo a muerte! Pero no te haré daño si te declaras un cobarde e incapaz de seguir dirigiéndonos. No te preocupes por el pelotón, tenemos al Portaestandarte que puede designar a otro líder. O puedes volver a ordenar a Matagatos que me ataque a traición. Así que ¡decide!

Cargando editor
14/01/2012, 13:08
[RIP] Mentiroso.
Cargando pj

-¡Vamos! El espíritu de ese pobre infeliz -señaló al cadaver de Sacorroto que seguía en un charco de sangre donde había sido ejecutado- también demanda saber por qué eres tan cruel en ocasiones y tan permisivo en otras, sobre todo si hay Oscuros involucrados.

Al girarse para señalarlo aprovechó para vigilar su espalda. No se fiaba.

Cargando editor
14/01/2012, 13:59
Sicofante.
Cargando pj

Sicofante había observado la escena: cada uno de sus compañeros se acercaban al cuerpo ya muerto de Sacorroto y lo golpeaban sin miramientos. Había sido un compañero pero había desobedecido las órdenes intentando huir y ese era su castigo. Mas, ¿era justo? El tagliano no podía llegar a comprender si eso era lo mas adecuado. ¿Eso le ocurriría si fracasaba? Era duro, muy duro. 

Ya habían acabado todos los reclutas, ahora solo quedaba él. Se acerca al cadáver mientras extiende su mano para recoger el palo. Lo agarra con fuerza mientras observa el cuerpo inerte que tiene en él. 

¿Eso me ocurrirá a mi?- piensa. Tiembla ligeramente- ¿lo he dejado todo atrás por... esto?- ese era su pecado y su maldición. Fue un idiota, lo sabía. Lo tenía todo y por su arrogancia y codicia lo perdió todo. El tagliano había sabido esto desde siempre, pero era ahora, justo cuando veía el cuerpo sin vida de Azogue -su verdadero nombre- cuando se mostraba la realidad -la cruda realidad- en la que se encontraba. Él ya no era nadie importante y lo que era peor, era simplemente prescindible.

No, no- no podía soportar tamaña verdad. Justo en ese momento alza el palo para dar el golpe pero se le resbala en el último momento, con tan mala fortuna que le hace tropezar y caer encima del cadáver de Sacorroto. Su cara queda a pocos milímetros de su rostro, el cual se encuentra horriblemente desfigurado por los golpes recibidos.

Esto es lo que me ocurrirá a mi... ¿por que? ¿por que? ¿por que?- Sicofante grita de dolor, de furia, pero sobretodo... de miedo. Lo había perdido todo y nunca podría recuperarlo. Ahora solo le quedaba vivir y morir allí. Un par de lágrimas salen de los ojos del tagliano que se aparta del cadáver a duras penas, arrastrándose como una serpiente por el suelo, hasta quedar bien alejado del mismo. Allí se hace un mohín en el suelo, aún templando, murmurando algo por lo bajo que solo él entiende. Poco le importaba lo que pensasen sus compañeros en estos momentos, solo quería desahogarse y que le dejarán en estos momentos en paz.

Cargando editor
14/01/2012, 15:21
Dedos.
Cargando pj

La situación se volvía más y más extraña por momentos. Algunos habían errado el golpe, otros lo habían conseguido después de varios intentos. Para la joven su golpe no era suyo, eran los ancestros piadosos que sabían de lo precipitado de aquel ajusticiamiento. No negaba el hecho, pero tal vez… “Demasiados tal vez...”, pensó con cierta tristeza.

Observó a Sicofante en el suelo, el último de la Compañía acurrucado lastimeramente cual niño en una pesadilla. Si esa era la forma de honrar el espíritu de Sacorroto en conjunto lo habían hecho de pena, pero… “Calla, podías haber fallado”, suspiró significativamente.

“Qué desastre…”, y cuando fue a llevarse la mano al rostro se percató de la sangre que la cubría. Azogue, así se llamaba, estaba en sus manos. La derecha se la había manchado sujetando la vara ensangrentada, la izquierda al cerrar los ojos de aquel pobre diablo; pero ambas, una por violencia y otra por piedad, pertenecían a la misma alma.

Ya no sabía qué hacía allí, de pie mirando la escena del tagliano a pocos metros del maltrecho cuerpo de Sacorroto. Debía lavarse las manos, así como recoger el odre que había dejado en la orilla. Se dio la vuelta y…

Se sorprendió al ver a Mentiroso con aquella indumentaria, y de primero pensó que quería honrar el espíritu de su ex compañero con las mejores galas. Pero no, estaba muy equivocada. Lo que escuchó a continuación fue digno de contar a unos nietos que jamás tendría.

“¿Escoria de líder? Vaya, eso sí que es un golpe directo”, pero la última frase de Mentiroso sí que era una declaración de intenciones. Tal vez mucho más para el resto que el derecho de honor que reclamaba su compañero.

- ¡Estupendo! Lo que nos hace falta antes de una batalla… -dejó salir en voz baja lo que pensaba.