Partida Rol por web

MATAGATOS:

- Desde lo alto del árbol la vista es mejor.

- Dirías que hay unas cien o doscientas personas en movimiento al Sur, pero que no son vuestras tropas, sino de los Caimanes Negros. Están muy lejos y las has visto de casualidad al subirte al árbol. Dirías que los Hostigadores les llevan día y medio de ventaja.

- Encuentras tres frutos de baobab en perfecto estado.

- Después, te bajas del árbol y sigues con tu misión.

MATAGATOS:

- Al atardecer, antes de la puesta de sol, ves acercarse en tu dirección a cuatro personas.

- Reconoces enseguida a vuestro grupo de exploración: Ponzoña, R'Gaa, Campaña y Serpiente. Parecen cansados, sobretodo Serpiente, será mejor que les hagas alguna señal con la mano para que te vean.

Comienzo a correr a buen ritmo alejándome poco a poco del grupo. A medida que pasan las horas voy disminuyendo el paso para no alejarme demasiado, o no lograrán alcanzarme a tiempo. La sabana está tranquila, incluso pareciera que yo soy el único que camina por allí, al menos de animales peligrosos o exploradores enemigos. Hacia el medio día puedo divisar a una leona en la lejanía, probablemente volviendo hacia el resto de la manada en busca de un poco de sombra y descanso.

Sigo mi avance buscando alguna hierba o planta que pueda ser de utilidad para el grupo, pero en esta zona no parece haber nada que me sirva, al menos de las plantas que yo conozco. Hacia media tarde veo un solitario baobab en medio de una gran explanada. Me allego a él en busca de sombra y un poco de descanso. Me siento reposando la espalda en su tronco. Al mirar hacia arriba veo que puede tener frutos en su punto.

Podrían ser útiles, tan solo tengo que trepar por el tronco.

Me decido a hacerlo. Mi padre me enseñó a distinguir los frutos maduros de este árbol y se que tanto su zumo como su aceite pueden ser muy buenos. Si no fuera por la de veces que mi padre me hacía subir a los árboles para que le consiguiera los frutos quizá no los distinguiría. Equivocarse podía ser fatal, pues si no estaban en su punto provocaban diarreas. Solo los elefantes no hacían distinción entre unos y otros se los comían todos por igual. Me aferro al tronco y me doy un pequeño impulso. La mano izquierda me duele todavía un poco, pero no demasiado. Con algo de esfuerzo alcanzo la primera rama.

A partir de aquí será fácil.

Paso de rama en rama buscando los mejores frutos, cuando llego a la parte más alta he conseguido tres de ellos, no parece que haya ninguno más aprovechable. Me siento sobre una de las ramas a contemplar el paisaje que se ofrece desde ese punto privilegiado. Desde allí puedo observar a una gran distancia. Algo llama mi atención. Un grupo de entre cien o doscientas personas, que se mueven hacia el Norte.

¿Será la Compañía? Intento fijarme mejor. No, no son ellos. Por como visten y su forma de moverse parecen Caimanes Negros. Se dirigen a Tres Castores directamente desde el Sur.

Momentos después bajo del árbol y prosigo mi camino. Ya se acerca el final del día y va siendo hora de buscar un sitio idóneo para acampar. Encuentro una poza con lodo, no es el mejor sitio para acampar, pero se podría filtrar agua de ella con una tela. Gracias al odre de agua que me había dejado Lengua Negra no había tenido que buscar agua, aunque ya se encontraba por un poco menos de la mitad. Cerca de allí encuentro un sitio bastante defendible gracias a unas rocas. Decido esperar allí a que el resto aparezca. Antes de la puesta de sol, en dirección al poblado de Tres Castores veo acercarse cuatro siluetas. Me escondo entre las rocas y las observo, preparado para cualquier cosa. Cuando se acercan un poco reconozco al pequeño grupo que hemos mandado de avanzadilla: Ponzoña, R'Gaa, Campaña y Serpiente. Se les ve cansados, sobre todo a Serpiente, el menos acostumbrado de todos a caminar. Salgo de entre las rocas y comienzo a hacerles señales para que se acerquen a mi posición.

- El grupo de exploración ha seguido avanzando, siguiendo el camino de regreso, que será más corto porque los Hostigadores se tienen que haber estado moviendo en esta dirección a lo largo de todo el día.

- El pequeño grupo de exploración distingue a los lejos la figura de Matagatos, al Este de donde están ellos, que les hace señales con los brazos para llamar su atención.

Matagatos parece estar cerca de unas rocas.

Al asegurarme de que me han visto dejo de hacer señales y espero a que se acerquen. Parecen cansados, sobre todo Serpiente.

-No esperaba encontraros por aquí. El resto no debería de tardar mucho en llegar. ¿Como os ha ido?

Me siento en una de las rocas desde donde tengo una buena visión de los alrededores para poder avistar a quien se acerque. Recojo del suelo el pellejo que me entregó Lengua Negra y que todavía tiene algo de agua. Se lo ofrezco para que beban si quieren. Con la poza cercana deberíamos poder reabastecernos. No será tan fácil como en el oasis, pero al menos tendremos agua.

Al recoger el pellejo no puedo evitar pensar en Sacorroto, su anterior dueño. Mi rostro se vuelve un poco más serio durante un instante.

Ellos no saben lo que ha pasado, ni con el tío de Mentiroso ni con Sacorroto. Será mejor que se enteren por Lengua Negra.

- Bien… Bien… Ge… Genial…- respondí entre jadeos mientras dejaba caer mi peso sobre el bastón. Mi rostro, congestionado por el esfuerzo, brillaba con el sudor y bajo mis brazos un par de cercos oscurecían la tela de la toga, al igual que en el pecho y a la espalda.

Hice amago de reír, pero lo que debía haber sido una carcajada se convirtió en un sonido gutural antes de que comenzase a toser. Extendí el brazo para alcanzar el odre de agua que ofrecía Matagatos. Lo destapé y bebí con torpeza entre tosidos, derramando parte del agua que me llevaba a los labios. Cuando terminé me erguí e intenté respirar más pausadamente.

- Divertido… Muy divertido…- añadí esbozando una sonrisa cansada.- Hemos jugado como niños. Con niños. Hemos visto niños. Niños que jugaban a ser adultos.- Alcé un dedo pidiéndole que esperara mientras echaba un vistazo por encima de su hombro.- Pero antes esperemos a Lengua Negra. No me apetece decir dos veces lo que puedo decir una. Hoy no- dije encogiéndome de hombros tras tomar una larga bocanada de aire.- Hoy estoy exhausto.

COMPROBACION DE ESTADO FISICO:

- TS Fortaleza.

- A la base se añaden los siguientes modificadores:

a) +1 los que partían de Sanos, no es el caso de Serpiente.

b) +2 debido a que vuestras condiciones de vida últimamente se pueden considerar buenas.

c) Dificultad base: 12.

d) En el caso de Serpiente, si supera la primera TS, tiene que tirar otra TS Voluntad para superar su estado "maníaco". Sin modificadores, pero a dificultad 10.

SERPIENTE:

- Parece que al encontrarte con Matagatos te recuperas por completo de la fatiga que sentías. Estás pleno de energías y en más que perfecto estado de salud.

- Ahora bien, parece que de algún modo has perdido el poder de absorber la vitalidad de los demás (superas el estado maníaco y dejas de creerte invencible).

Ponzoña miró a R´Gaa y a Campaña. Cada uno, desde su ángulo, hacía preguntas pertinentes. Cada uno, se preocupaba a su manera de cosas distintas.

-Si debemos atacar, habrá que saltar la empalizada y conseguir abrir la puerta -respondió a Campaña-. La parte de abajo es de tierra seca y en pendiente. Lo malo serán los dos metros de madera que hay que trepar, bajo una lluvia de flechas y venablos. Flechas que arrojarán esos niños. R´Gaa, ellos no dudarán en matarte. Un cachorro Hiena tampoco lo dudaría. Nos educan así. No te confíes ni pienses que estarán indefensos. Prefiero pelear contra un hombre, pero no permitiré que un cachorro me muerda. Y no olvides una cosa. Hemos visto niños. Eso no quiere decir que no haya guerreros.

A Campaña le agradó volver con el resto, en cierto modo les echaba de menos, aunque a algunos más que a otros claro. Sonrió al ver a Matagatos hacerles señales pero se preocupó al ver que estaba herido. Al principio pensó que les habían atacado en su ausencia, aunque era evidente incluso para él que de haber sido así su primo no se comportaría de esa forma.

- Hola, primo - dijo Campaña, poniéndole la manaza en el hombro - Serpiente tiene razón, los castores son en realidad niños... A lo mejor sólo quieren jugar - entonces se percató de las vendas que llevaba Matagatos - Primo, estás herido ¿qué te ha pasado?

CAMPAÑA, PONZOÑA:

- Ambos os encontráis en perfecto estado físico y completamente Sanos.

- Ahora podéis ver todos con claridad que el resto de los Hostigadores se están acercando por el Oeste de esta posición.

EL SOL SE HA PUESTO.

- Los Hostigadores han llegado ya, probablemente acampen en este lugar.

R`Gaa miró confusa a Ponzoña. En su poblado los niños eran inocentes, y jugaban por las calles, no se dedicaban a la guerra. Entonces era normal que no le cuadrasen las cosas. 

-Nunca he visto pelear a un niño, pero seguiré tu consejo, Ponzoña. No dejaré que ningún cachorro me muerda.-dijo con una triste sonrisa. Entonces vio las señales de Matagatos.

-Mirad.- dijo señalando en su dirección. Siguió andando el resto del camino callada, concienciándose ante lo que iba a suceder posteriormente. Observó que Matagatos estaba herido, pero Campaña ya le había preguntado sobre lo que le pasó y esperó a que le contestase.

-Encantada de volver a verte, Matagatos.-dijo simplemente. Seguía estando agradecida hacia el muchacho que la había defendido ante el horrible hombre que quería poseerla sin su permiso cuando estaba desmemoriada.

-Muchas gracias por la poción.- se acordó de añadir.- Ya he recordado la mayoría de acontecimientos pasados hasta ahora.-dijo con una gran sonrisa en la cara.

Luego se dirigió cerca de Serpiente.- Puedo ayudarte con algo, Serpiente?-preguntó al mago aunque sabía que seguramente la rechazaría. Ese Serpiente era demasiado orgulloso para dejarse ayudar por una simple k'hlata. 

R'GAA:

- Te sientes incómoda, has desarrollado un molesto sarpullido en toda la espalda, que a ratos duele, pica o escuece.

- Tienes un -2 a toda acción.