Partida Rol por web

R'GAA:

- Parece que la poción de Matagatos es efectiva. Cada vez estás recuperando más y más recuerdos.

Recuerdas tu vida en tu tribu, tu matrimonio concertado, la brutalidad de tu futuro marido que te impulsó a huir, la búsqueda de refugio en la Compañía Negra y los largos meses del periodo de instrucción.

A medida que pasaba más y más tiempo con R’Gaa iba cambiando la primera impresión que había tenido de ella tras la pérdida de memoria. No entendía qué podía llevarla a ese trato tan meloso hacia Campaña. Si no hubiésemos andado cortos de agua hubiese vomitado de buen gusto.

La única explicación que podía dar era que la simpleza del guerrero, su comportamiento infantiloide, la hacía desear tener el vientre lleno. Y es que ya había visto en varias ocasiones las estupideces por estilo que hacen las mujeres cuando les ponen un bebé delante. “Cuchicuchis”, sonrisitas y gorgoritos de todo tipo para llamar la atención de un cacho de carne con ojos que no iba a recordar nada de aquello para luego, con ojos suplicantes , pedir a la madre cogerlo en brazos.

 En aquel momento no hubiese deseado más en el mundo que ver a R’Gaa coger en brazos a Campaña, ver sus piernas flaquear bajo el peso y presenciar cómo se desplomaba sobre ella acabando con tanta tontería.

La idea tomó forma en mi imaginación y me hizo recuperar la sonrisa.

- Nadie se rió cuando pasó por encima de Escarabajo con el carro. Y le hizo mucha pupa. Sin duda no fue divertido porque no fue con el casco. Si lo hubiese sido R’Gaa todavía se estaría riendo.

OCASO.

- Campaña sólo le hace pupa a quién se lo merece - dijo en respuesta al comentario de Serpiente.

No le dió más importancia a las provocaciones de Serpiente, al menos aquel viaje le estaba sirviendo para aprender a ignorar su humor ácido e incisivo. A Campaña le gustaba la cueva que había encontrado R'Gaa, parecía muy acogedora. El gigante metió la cabeza por la entrada y notó el frescor en su frente.

- A Campaña le gusta la cueva de R'Gaa - dije cerrando los ojos y disfrutando del ambiente - Aquí dentro hace fresquito...

Ignoró por completo los comentarios de Serpiente y siguió andando. Entonces encontró un pozo, también una cueva para dormir dentro, y dentro de la cueva había musgo comestible. Habían tenido mucha suerte, ya que no podían hacer fuego porque alertarían a los Castores, así al menos estarían arropados contra el viento. Antes de que oscureciese Sacó de su mochila de viaje la esterilla y la manta de invierno y extendió en el suelo de la cueva. Después recogió todo el musgo que consideró necesario y lo repartió entre sus compañeros.

-Me alegro de que te guste la cueva.-dijo sonriendo.  

-Tu cueva es una bendición de los espíritus de la sabana, R´Gaa. Te han hablado y has sabido escucharles -dijo apreciativamente el Hiena, mientras se llevba un manojo de musgo a la boca y masticaba lentamente. Era un sabor amargo y acre, pero servía para llenar las tripas. Pensó en sacar la ración de supervivencia, pero pensó que aquel día, sus necesidades estaban cubiertas y aún quedaban otros en los que quizás no tendrían tanta suerte. Su odre descansaba a un lado, lleno de nuevo. Cuando R´Gaa encontró el pozo recordaba haber suspirado de alivio. Sus pellejos estaban prácticamente vacíos y la amenaza de la sed pendía sobre ellos. Podían pasar sin comer, pero no sin beber. Había sacado su escudilla para recoger el agua y dejarla sedimentar, vertiendo luego el agua clara de la superficie en el odre. Había tardado más, pero su agua estaba limpia. Y así había aconsejado a los demás que también hicieran-. Lástima no poder encender un fuego, pero quedaríamos muy expuestos. Pero si llegara a llover, no nos mojaremos. Ayudadme -dijo sacando la tela impermeable de su equipo-. Puesta en el suelo, nos evitará la humedad -tras extenderla, sacó su esterilla y se sentó sobre ella, mientras seguía devorando el musgo. Observó sin pasión alguna el cruce de palabras entre Campaña y Serpiente. Aquel debía ser un juego al que se entregaban desde niños. Sonrió para sí, pensando en lo que ocurriría si fueran niños Hiena.

TRANSCURRE TODA LA NOCHE.

Campaña se despertó con el sabor de aquel musgo verde en la boca. Al principio no le resultó agradable, ni a la vista ni al olfato, a R'Gaa le había resultado gracioso a la par que entrañable observar como el gigante escrutaba el trozo de musgo verde con desconfianza. Después de mirarlo un rato sin decir nada se lo acercó a la nariz y lo olisqueó como si fuera un perro, arrugó la nariz ante los frescos olores y terminó por llevarse un pedazo a la boca. Lo masticó lentamente, moviendo la mandíbula de un lado a otro como si fuera una vaca y finalmente, se lo tragó. Aún se tomó su tiempo para dar su veredicto final, que resultó ser bastante contundente.

- Está rico - dijo mientras daba cuenta del resto.

El musguillo tenía fibras de color verde que se le habían quedado entre los dientes. En cuanto estuvo despierto, Campaña comenzó a tocar uno de restos con su lengua tratando de quitárselo. Se esforzó un montón pero no fue capaz de hacerlo sólo con la lengua, así que abrió su enorme bocaza e introdujo el dedo índice para acabar por fin con el molesto colgajo. Le llevó unos segundos agarrarlo, haciendo pinza con el dedo pulgar, y cuando lo hizo tiró fuerte para sacarlo. Satisfecho por el trabajo, colocó los restos sobre la palma de la mano y los contempló un rato, hasta que por fin decidió comérselo de nuevo.

- Rico - dijo Campaña frotándose la tripa - R'Gaa ¿hay más cosas verdes? A Campaña le gustan estas cosas... saben raro pero son divertidas.

Con los primeros rayos de luz, Ponzoña despertó. La noche había transcurrido tranquila. De hecho, la protectora seguridad de la cueva hallada por R´Gaa había hecho inncesario establecer un sistema de guardias. El sueño, tras la larga jornada caminando, había sido reparador, pero iba siendo hora de volver a salir.

-Hoy llegaremos muy cerca de nuestro destino. Debemos ser prudentes como el dik-dik y procurar que no nos vean. Lo mejor será buscar un lugar donde refugiarnos, lo suficientemente cerca como para vigilar la zona, pero protegido para pasar desapercibidos. Sin olvidar el agua o la comida. Hasta mañana, no nos encontraremos con el resto del grupo. En ese tiempo, tenemos mucho por hacer.

Dicho aquello, empezó a recoger sus cosas.

-¿Queda más musgo de ese, R´Gaa? ¿Algo que podamos llevarnos por si hoy no encontramos nada?

R'GAA:

- El musgo comienza a ponerse rancio tan pronto se arranca, por lo que no es precisamente ideal para llevar.

- Puede que más adelante seas capaz de encontrar hierbajos comestibles o raíces.

Rió de buena gana cuando Campaña se hurgó con el dedo en la boca para sacarse los restos de musgo y volver a comerlo. Le dio unas palmaditas en la espalda como muestra de afecto y comenzó a recoger.

-Me alegro mucho de que te guste.- dijo sonriendo. Miró en la cueva a ver si había más musgo para desayunar.

Ante la situación expuesta por Ponzoña asintió y estuvo atenta a lo que se suponía que tenían que hacer. Realmente el Hiena se había convertido en el líder del grupo y eso en realidad no la molestaba.

-El musgo se pudriría ante el calor de la tarde, así que lo mejor será que busquemos un poco para desayunar y al mediodía podemos tirar de las raciones de carne seca que traemos. Puede que encuentre algo de comer hoy también, ojalá tenga la misma suerte que ayer.-dijo deseando sinceramente ser útil este nuevo día.

No había nada mejor para levantarse de buen humor que cenar justo antes de acostarse musgo apestoso. Y es que tan maravillosa… cosa, sabiendo ya mal en el momento de comerla, una vez pasada la noche y por efecto de los efluvios gástricos y demás zarandajas, terminaba dejando la boca pastosa y con un sabor repugnante. Así que nada más despertarme lo primero que hice fue buscar agua.

Como un borracho en busca de su lingotazo de buenos días, tanteé soñoliento el suelo en busca del odre. Cuando lo encontré di un par de tragos breves, me enjuagué la boca y tras dudar si escupirla o no terminé tragando; no había que desperdiciar agua.

- Quedaos con vuestro desayuno de… eso- dije señalando un lugar donde verdeaba la roca-. Aun estoy digiriendo la cena. Dicen que somos lo que comemos, pero ni siquiera sé que alimaña come esa mierda. Nosotros, eso seguro. Bah…

Tras decir aquello recogí mis cosas tan rápido como pude y salí de la cueva.

- Entonces será mejor comer ahora - dijo Campaña con una sonrisa

Agarró un trozo del musgo verde que aún quedaba por allí y se lo metió en la boca con ansia. Lo saboreó debidamente pues había indicios de que la comida escasearía en las próximas jornadas. Cuando terminó de masticar aquel trozo vio que aún quedaba un poco así que le echó mano y se lo comió también.

- Ezta coza.... ez... delizioza - dijo con la boca llena, expulsando pequeños trozos verdes mientras lo hacía

Cuando terminó, tomó un trago de agua para pasarlo y se frotó la tripa con satisfacción. Soltó un sonoro eructo que retumbó por toda la cueva y ya estaba listo para la acción.

- Campaña está listo para lo que sea - dijo golpeándose el pecho con el puño cerrado

Desde que tomó la poción R'Gaa se sentía mucho más libre, vital y satisfecha que antes. Estaba recobrando todos los recuerdos perdidos en la amnesia como consecuencia del mal de ojo que le habían echado. Quizás habían sido las mujeres de su abandonado pretendiente. Golkas se había enfadado mucho cuando la pequeña R'Gaa abandonó el poblado, por lo que no era de extrañar que hubiese obligado, o no tan obligado, a alguna de sus esclavas y mujeres a hacer brujería en contra de ella. También recordaba los duros días después de la huida, la acogida en la Companía y la violenta temporada de lucha por acabar siendo Recluta. Las pruebas fueron duras, incluso creyó que iba a morir en la hostil Gran Sabana cuando se le impuso una prueba de resistencia, pero la suerte estuvo de su lado y encontró agua a tiempo. También encontró una madriguera de conejos, y así pudo alimentarse y cumplir con su misión. 

Aquella mañana se sentía especialmente viva. La compañía de Campaña la hacía sentir mejor, ya que era dulce y bueno siendo él mismo. Decidió no hacer demasiado caso a Serpiente, pero al negarse a comer tuvo que contestar.

-Si no comes poco vas a conseguir. Morirás pronto. Espero, por tu bien, que lleves carne seca entre tus cosas, porque sino lo vas a pasar mal... Y no podremos alimentarte demasiado nosotros, por lo visto no hay animales que se quieran dejar cazar.- En realidad la suerte del hechicero no le daba tan igual como aparentaba. Era un muchacho difícil, pero no por ello merecía morir de hambre en una misión, y en el fondo R'Gaa sabía que iba a terminar ayudándole de ser necesario.

A diferencia de Serpiente, Campaña era feliz con muy poco, y el sabor del musgo le gustó realmente. Rió con ganas cuando éste habló con la boca llena y terminó sonriendo dulcemente pues el muchacho se lo merecía. Ella también comió el musgo que encontró y se levantó a beber agua. Cuando terminó se dirigió a Ponzoña.

-Yo también estoy lista.-dijo firmemente. Tenía muchas ganas de partir y seguir con la misión. En realidad tenía muchas ganas de hacer de todo. Además de sus motivos personales para estar animada, miró al cielo y vio que hacía un buen día, por lo que se animó más.

Ojalá hoy tenga la misma suerte que ayer en encontrar todo lo que necesitemos... 

No había salido del todo de la cueva cuando escuché la pobre réplica de la desmemoriada K’hlata. Me detuve en la línea que separaba la luminosidad del día de la penumbra de la caverna, dudando si merecía la pena responder.

 - Ya comí ayer. Y anteayer. Y antes de ese día también. Y creo que el día anterior a ese también; la memoria no me llega a tanto- dije esbozando una sonrisa-. Nadie muere por no comer un día, y yo no soy nadie. ¿Quién eres tú?

-Yo soy R'Gaa.- dijo mirando al mago con los ojos entrecerrados intentando anticiparse a sus segundas intenciones.- Solo R'Gaa. - dijo con una enigmática sonrisa en los labios.

- Tras recoger las cosas, el pequeño grupo de exploración sigue avanzando, ahora con precauciones adicionales, hacia el Este.

- El poblado de los Castores ya está muy cerca. De hecho, haber llegado tan cerca sin ser interceptados parece extraño.

GRUPO DE EXPLORACION:

Tiradas:

1- Otear.

2- Esconderse.

3- Supervivencia.

- Importante: Marcad la casilla de tirada oculta, de este modo no podréis ver el resultado.