Partida Rol por web

Bueno, es para darle emoción para la próxima vez que volvamos- responde. A decir verdad, Dereck no llegaba a entender el porque se habían ido sin bombardear en condiciones la zona- sino la cosa no tendría gracia.

Con lo que le dijo Sonny en el momento del abrazo, le miró algo mal, medio en broma, cuando se separaron:

- No me vengas ahora con coñas, que la tenemos... - le advirtió.

Claro, eso fue antes de que Tsumina soltara la bomba y se viera de pronto ascendida a cabo, con los nervios consecuentes que le entraron, obligándola a quedar sentada en el suelo. Hubo alguna felicitación más, especialmente la de Dereck, al que miró con mala cara.

- Como me toques las narices, te doy una patada en el culo. Sin el "señora" de por medio.

Afortunadamente, parecía que Sonny había visto que no estaba siendo un trago fácil y decidió ayudar. La latina le miró, sonriéndole luego levemente, con un leve toque de dulzura, diciendo:

- Si eres ese zapador, eres mucho más que suficiente, Sonny - se levantó -. Acepto esa invitación.

Ella se había mantenido a la espera de los demás, ver a Sonia salir de la 3ª lanzadera le alivió un poco, pero el colofón se lo lleva la última de las naves de donde sale el resto de su escuadrón, aunque no completo. Parece que Raynor no lo ha conseguido, al igual que muchos otros de los valientes soldados que bajaron a ese planeta helado. Pero a pesar de la tristeza de la muerte de los compañeros, sabe que ese es el destino que espera un miembro de la infantería móvil: morir luchando cuando otros se mantienen calientes tras escritorios con papeles y se llevan el mérito.

Tras eso, la Flota avisa que se larga, como no, y reciben la noticia de parte del Capitán Tsunima que el Sargento Focker es ascendido a Sargento Mayor, el Cabo Evans a Sargento y Ramírez a Cabo. Una gran noticia por el ascenso, pero eso significa que pierden otro miembro, el pilar base del escuadron.

-Señor, enhorabuena por su ascenso. Ha sido un honor luchar bajo su mando. Y enhorabuena tambien a Evans y a Ramirez.

Summers había vuelto en quel momento desolado, Frost la miró pero ella ni siquiera la dirigió la palabra. Estaban pasando demasiadas cosas en muy poco tiempo, estaba tratando de ordenarlas en su cabeza cuando Bauer comenzó con su típico humor ácido... Bauer, te daría todo, pero se muy bien que te gustan las doncellas, y yo ya he sido penetrado por un rippler le respondió con una sonrisa socarrona, con esa mueca caballuna que siempre seguía a sus bromas. Reir evidentemente le hacía doler, por las expresiones que hacía, pero no por eso lo evitaba. Mientras estaba con aquello, recordó que era lo que necesitaba desde que habían salido de la nave. Mis cigarrillos, sin ellos mis pulmones carecen de motivo de existir mencionó por lo bajo pero sin disimularlo. Detestaba el hecho de no poder fumar en las misiones. Buscó rápidamente entre sus pertenencias un paquete de cigarrillos aplastados y su viejo encendedor zippo. Sus movimientos eran lentos pero aún así encendió uno y su expresión cambió cuando aspiró la primera bocanada de humo.

Ahhh... que bueno Le extendió el paquete a sus compañeros de la Eco que parecían querer salir de juerga cuanto antes Si necesitan tabaco les comparto el mío, luego me pagan una cerveza.

Mientras fumaba como una chimenea industrial comenzó a recordar la última vez que había estado aspirando humo, el día anterior, donde el Sargento Wolf le había prometido que cuando volvieran harían esa partida de billar que tenían pendiente. Ahora eso jamás sucedería, el veterano calvo se había quedado en Galdonia VI, el Sargento sería probablemente Odonell, pero Jonnhy seguiría fumando igual, perdiendo a billar y bebiendo poco por su poco aguante.

Se quedó pensativo, tratando de digerir el cambio en la estructura de la infantería móvil, y haciendo un verdadero esfuerzo por no ir a partirle la cara a los oficiales de la flota. Se sintió como si fuera verdaderamente un muerto en vida, como si no hubiera un camino claro, solo sombras. Sombras del pasado y espejismos. Se ha ido el sargento... ¿Alex, como fue que cayó el Sargento Wolf? La verdad, era el último que pensaba que no volvería. Se ha ido un gran hombre, un ejemplo de infante. Las últimas palabras le salieron con un tono melancólico, se estaba preparando para despedirlo, con el honor que se merecía. ¿Estaría orgulloso su padre de él? era una pregunta y un motor en su vida llegar a ser el orgullo de la tradición militar que había heredado, pues no tenía otra cosa, aparte del violín, claro.

Mas y mas compañeros iban apareciendo por las puertas de la zona asignada. Aun así en mi mente me confirmaba los gestos que la gente hacía. Un saludo a un compañero herido otro a aquel que estuvo a su lado a bajo y grandes silencios por nombres de aquellos que ya no contestarían.

Mientras el intendente de equipo espera a que me decida a darle mis armas y demás enseres sin que yo le haga mucho caso. Bauer se acerca a mi con su típico humor y empieza a desmontar partes de mi armadura.

- Claro que si goloson. Como no voy a estarte mirando, como la cabo no deja de echarme broncas tienes todo el tiempo del mundo para ir a zonas mas interesantes....que jodio. Venga ayúdame a deshacerme de esto antes de que me arrepienta. No puedo evitar sonreír...Estos son buenos chicos, somos la ECO somos cojo nudos....

Una vez pasado el bochorno de perder mis útiles de combate y explicar a los médicos que aparte de una magulladuras y miedo acérrimo a bichos voladores me encuentro en perfecto estado. Intento ir saludar a los últimos en llegar. Veo a la Cabo, Miller, Alister, Ethan y en una camilla no lejos de allí a Samantha.....Pues si que se jodió al final.....

Saludo a la Cabo con aire marcial que puedas tener con unas ropas bastante sucias y desgastadas, saludo palmeándole la espalda a Miller. Y voy a saludar a parte a la infantería ligera.

- Buen trabajo chicos, mas de uno os debe unas rondas. Me acerco donde esta Samantha,la verdad es que siempre ver a un herido te destroza la moral pero es un compañero y hay que animarle. - Buen trabajo chica, en breves estos médicos tan majos de la Flota te pondrán de nuevo en funcionamiento. Animo.

Ya alejándome de estos que tendrían que pasar por manos de intendentes y médicos, oigo a Miller hablar sobre la cantina y unos minutos después oír a Bauer como se le une.

- Pues no voy a ser yo menos. Esperadme hay mucho que beber y no creo que podáis vosotros solos con ello.

Tras dar sus palabras de aliento a las tropas y corroborar el estado de salud de todos los heridos y antes de que los hombres se dispersaran, el capitán Tsumina se acerco al la cabo Summers y al cabo Odonell que estaban una junto a la otra.
-He ascendido a Hammer a teniente ante la perdida del teniente Brawn. Hemos perdido también al sargento Wolf, por ello usted Odonell tomará de ahora en adelante el puesto de Sargento del escuadro Eco del segundo pelotón. Por otro lado, bienvenida de vuelta cabo Summers, su escuadrón la necesita más que nunca, espero se encuentre ya lista para recuperar su puesto de cabo; presiento que no será nuestro ultimo combate en aquel lugar, los infantes del escuadrón Eco necesitaran de la experiencia de ambas-.

El capitán Dorgotiev sentado en un rincón junto con los hombres del segundo pelotón comía algo cuando escucho las palabras del artillero McNealy dirigidas a él.
-No es un buen lugar para hablar de eso soldado. Usted vio que paso alli abajo por lo que no necesita mis palabras, ninguno de ustedes las necesitan. Pero si algo puedo decirles es que lo que lograron lo lograron para ustedes ante la adversidad, no permitan que la flota se los arrebate-

-No lo toques o se infectara- le hablo un medico a la fusilero García. –Federación se encargara de sanar tus heridas, pronto te llevaran al pabellón medico-.

-Considéralo hecho Sonny, me encargare de escribir una recomendación en cuanto me sea posible. Bien nos vendrá falta que un infante experto como tu se vuelva aun mas experto.-

Al aparecer el capitán hizo para cuadrarse un momento, y escuchó sus palabras. Tal y como sospechaba, ahora Alex sería su superior. Más batallas... si, seguro. Aquellos bichos no se detendrían en Galdonia. Habría que deternos, o nadie lo haría. La supervivencia de la humanidad estaba cada día más en juego.

-Lista para el servicio cuando se me ordene, mi capitán. Daremos lo mejor de nosotras para que el escuadrón Eco convierta la próxima batalla en una victoria. Tenemos la cuenta en rojo, y hay que saldarla.

Miró a su amiga, y se distanció unos pasos. Reclamó con una voz al escuadrón Eco.

-¡Escuadrón Eco! -dijo- La batalla por Galdonia ha finalizado. Pero nuevas batallas vendrán. Hemos perdido a muchos compañeros, muchos hombres y mujeres a los que llamábamos amigos, a los que llamábamos camaradas. He escuchado muchas veces la palabra "maldición". La maldición del oficial al mando. Wolf murió, y yo fui herida. Pero aquí estoy. Y ahora tenemos una nueva sargento, la sargento O'Donnel. Y os aseguro que ella no va a morir, muchachos. No morirá antes de meterles una granada por el culo a esos arácnidos, y que convirtamos la próxima batalla en una victoria. Nuestros caídos lo merecen. ¡Hombres del escuadrón Eco!

Se cuadró ante la que hasta ese momento era su igual, y la saludó militarmente.

-¡Vengadores de O'Donnel! ¡Este es el nuevo apodo de nuestra escuadra!

No podía evitar estar alegre y triste

Triste por todas las pérdidas y por el sin sentido de que hubiera bajado allí la infantería móvil- ¿para qué habrían bajado allí en un principio? -pensó, era pura casualidad, pero ya se enteraría.

Entonces uno de los miembros de la escuadra ECO nos saluda, Rumsfeld creo que se llamaba, tenía una amalgama de nombres y no estaba seguro de quien era quien- Gracias -me dio tiempo a contestar.

Tras esto una mujer que no había visto en el campo de batalla, parecía que había estado herida y por eso no bajó -que suerte -reclamó la atención de la ECO, y como yo no sabía que iba a ser de mí ahora me quedé ahí un momento y solo le dije a Sam- no te creas que te vas a librar, nos debes unas cervezas, ¿recuerdas? -dije mientras la daba un par de toques en un hombro- más tarde vendremos a verte, ¿verdad Ethan? -le dí un codazo- pero yo de momento voy a ver si me entero de que se supone que tenían que hacer ahí.

Con una sonrisa y un par de palmadas tanto a Ethan como a Sam, me dirijo hacia la cantina, con los que ya fueron hacia allí. No sabía si combatiría con ellos más adelante, pero si era así, sería bueno que confiáramos unos en otros.

Dios, tan pronto has ascendido a cabo y ya se te ha subido la erótica del poder- responde Dereck, dando unas palmaditas en el hombro a Sonia- esa es la actitud, si... cabo. Es la buena actitud.

Y esto creo que debería celebrarse, ¿no? Sonia, deberíamos invitarnos a una ronda por tu ascenso. Es lo propio en estos casos.

El viaje de vuelta a la nave había sido accidentado, lleno de golpes giros y turbulencias provocadas por los plasmas cercanos. Por suerte llegamos sin más problemas a la Sirius donde estaban todos los muchachos supervivientes esperándonos y comprobando quienens habían conseguido volver. En cuanto las puertas se abrieron, los sanitarios entraron a la carrera y comenzaron a atender a los enfermos. Estando intacto como estaba, esperé casi al final para salir, sólo el sargento se mantuvo detrás de mi. Ni me planteé indicarle que saliera primero a que le curaran las heridas, ya sabía como era y qué me respondería. Cuando me enteré de los nuevos cámbios de la línea de mando no pude menos que preocuparme, no por que el nuevo sargento no fuera capaz de llevarnos por el buen camino, sino por que Focker era el alma de la Fox. Ví al sargento mayor buscando su mechero para encenderse el puro cuando se giró hacia mí. - Ostia sargento la tengo yo. Saqué el mechero de la bolsa y le encendí el mechero.- Enhorabuena sargento mayor. No se preocupe el nuevo sargento y la cabo serán perfectos para el puesto. Ahora le toca pelearse con bichos peores... la flota. Dije con una sonrisa. Alejandome para dejar que el resto de infantes le siguieran dando la enhorabuena, me acerqué a la infante que había llevado a la nave. - Qué tal está? - preguntó el artillero a un médico. La tocó el pelo esperando que se recuperara.- Ánimo muchacha, buen trabajo. Así se fué a entregar su armadura a los muchachos para que las revisaran y arreglaran y se quedó sin decir nada cerca de su  pelotón mientras la nave saía de la órbita de la roca.

Sam obedeció al médico y volvió a tender el brazo libre a lo largo de la camilla mientras el inmovilizado le tocaba la moral.

Sin armadura de cintura para arriba y envuelta en un montón de vendas en el torso y en la cabeza tenía la impresión de ser una momia... una momia tuerta.

Buen trabajo, chica. Ahí iban dos de la ECO, a beber como cabrones.

-Gracias...-dijo sin ser capaz de ocultar cierta culpabilidad. No quería sentirse mal por la pérdida del ojo, debería sentirse agradecida por seguir viva, pero los cumplidos compasivos como los de Caín lejos de reconfortarla la hacían sentirse peor, más miserable. No merecía haber salido de ese infierno de hielo, en su lugar podía estar cualquiera de los hombres que habían sucumbido.

no te creas que te vas a librar, nos debes unas cervezas, ¿recuerdas?, dijo Alistair

-..una polla, es al revés-dijo con un hilo de voz ronco pero mínimamente audible. Antes muerta que dejarse tangar unas cervezas. A ver si iban a pensar ahora que porque le faltara un ojo iba a volverse idiota.

Entonces un hombre al que no conocía se le acercó, no es que conociera al escuadrón de la ECO al completo, pero estaba segura que no le había visto en su lado del muro.

Ánimo muchacha, buen trabajo.

Otro cumplido compasivo, su voz le sonaba vagamente, ya había oído esa voz antes, gritando mientras estaba inconsciente y había llegado a su mente abotargada como si estuviera en una pecera. Cerró el ojo sano con cansancio cuando éste le tocó ligeramente el pelo.

-Gra-cias- no vocalizó bien y el sonido bajo y ronco sonó casi como un graznido, pero un graznido lleno de gratitud hacia su preocupación, antes, cuando solo oía su voz gritando una palabra mientras que la de Ethan, demasiado baja se había convertido en un murmullo sin sentido. Miró a Alistair girando levemente la cabeza hacia el lado sano, esperando un resumen de lo que se había perdido.

-¿Con tal de invitarte a una copa? Soy el zapador que haga falta. -Digo, terminando de desequiparme la pesada armadura a la que le debo la vida un día más. Después del comentario del Capitán, tengo el ánimo por las nubes solo por el hecho de poder ser considerado dentro de los entrenamientos Pathfinder. Y también tengo claro que me va a tocar esforzarme como un indio para tener la más mínima oportunidad, según lo que he oido de ellos. -Dereck, no trates de acaparar a la Cabo, que lo estoy haciendo yo y voy primero. -Me pongo en pie de nuevo, ya mucho más ligero. -Sargento Mayor, permiso para romper filas, señor. Y si quiere pasarse, tengo entendido que me he ganado un sueldo en un planetucho helado que estará encantado de ser gastado en invitarle a algo también, señor. -Y si no pica, había que haberlo intentado. Conociendo a Focker, estoy seguro de que le hubiese gustado tanto como a mí sacar a Raynor, o al menos lo que quedase de él, y tal vez hasta piense que podría haber hecho algo más por ayudarle, cuando no es del todo falso, pero tampoco del todo cierto. Y no es la única pérdida que se podría haber evitado en Galdonia VI.

Según me giraba para irme hacia la cantina vi esa mirada en los ojos de Sam, esa que sueles ver en la gente que te exige una explicación, asique me giré y me dirigí hacia ella, hablando bajito no fuera a molestarla que hablara en alto.

-Verás, cuando estábamos al final te golpearon dos Hoppers, el primero de resfilón, pero el segundo de dió de lleno en la cabeza, haciéndote esa herida. Entonces vi la lanzadera, te vi a ti y, pensé, que podríamos lograrlo. Corrí y te cogí de los hombros y comencé a arrastrarte, Ethan vino a ayudarme, pero la lanzadera estaba empezando a rugir como un monstruo, dispuesta a largarse ya. En ese momento apareció él -señala al soldado que acababa de darle ánimos a Sam- y te cogió en vilo y te subió a la lanzadera, Ethan te siguió, pero yo salté y no conseguí agarrarme. Pero alguien me cogió del brazo, tiró de mí con fuerza y casi me estampa en el techo. El que me salvó es ese -señala a Focker- y por lo que he escuchado era el Sargento de la FOX, pero ahora es el Sargento Mayor del Segundo Pelotón.

Tras hacerle un resumen de lo que se ha perdido estando insconsciente, volví a jugar un poco con el "casquillo de la suerte" y me quedé esperando por si quería hacerme alguna pregunta o quería que la contara algo más.

Sam tragó con dificultad e hizo una mueca de dolor, asimilando la información que Brocheta le proporcionaba.

-Eres un perfecto capullo...-tomó aire con algo de esfuerzo-...con suerte.

Cuando la lanzadera abrió al compuerta Alex ya estaba de pie lista para descender, varios soldados de infantería estaban descendiendo y operarios les ayudaban a sacar la armadura que claramente valia mas que nuestras vidas.

Por el contrario, me lleve una sorpresa, summers su antigua compañera le esperaba y le ayudo a sujetar el casco.

Gracias, supongo que con la perdida del sargento era una de las dos. Me alegro de volverte a tener a mi lado.

Supongo que alguna retirada estratégica o cualquier cosa.

Kitty, acompañame que te presento a los nuevos.

Las dos cabos de la ECO se acercaron a la camilla donde Garcia estaba siendo atendida.
Hola, Sam, Brocheta, no te preguntare como estas, pero como te sientes? Esta es Summers es la primera cabo que tuvo la ECO.

Miller, nos vemos a la cantina luego.

Era grato ver que habían aun muchas caras conocidas, las bajas habían sido relativamente pocas; sin embargo se sentía el peso de la muerte de los compañeros embargando en corazón de todos en la flota. Nunca faltaba el comentario de aquellos que prefeian ahogar las penas en un tarro de cerveza y por supuesto que yo seria de aquellos, todo con tal de no pensar en lo horrendo que había sido estar allá abajo, en aquel infierno congelado que a partir de ahora solo traería malos recuerdos al escucharse hablar de el.
-Después de salir de la enfermería sin siquiera haber dejado que me pusieran las manos encima ya que muchos compañeros lo necesitaban mas que yo contemple la llegada de la ultima lanzadera donde finalmente supimos quienes eral los que no lo habían logrado, pero por lo visto muchos ya sabíamos de antemano quienes eran, no pude sin embargo contener la alegría de ver a muchos de mis compañeros aun con vida y en optimas condiciones.
-Apoyo la moción Miller, tiene tiempo que no tomo una cerveza y no olvides una por cada bicho muerto, la idea es salir arrastrándose de la cantina ahora que podemos hacerlo.-

-Perdón si no saludo, señora...-bromeó con la voz rota y una sonrisilla cínica e los labios cuarteados, deslizó la mirada hacia la cabo Summers e hizo un intento de cabeceo seguido de una mueca que parecía indicar que se arrepentía profundamente hasta de haberle pillado a su vecino los dedos con la puerta del horno cuando tenía cinco años.-sss...cabo Summers-saludó.

Arqueó la ceja del ojo intacto como invitando a quien lo quisiera a probar su situación a ver qué se siente.

-Me sentiría mejor si pudiera irme a la cantina a beber hasta caer inconsciente pero me parece que lo de echarme una siesta lo hice antes de tiempo.-se convulsionó con una risa  que de nuevo la hizo maldecir largo y tendido mentalmente por el dolor del ojo-me alegro de verla entera señora.-concluyó desde la camilla.- Oh, señora...mis condolencias-lo decía sinceramente, cada pérdidade un infante era un hueco que nadie llenaría por mucha reestructuración que se hiciera, era un miembro menos en una familia.