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La sombra del Norte

Capítulo 4: El Viejo Camino del Norte

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03/11/2017, 00:41
Aular Robleviejo

Aular rugió al ver como su contrincante se rehacía del fuerte golpe que el animista había lanzado. Había estado cerca, debía ir con más cuidado.

Escupió a un lado y alzó su hacha una vez más, mientras se abalanzaba sobre el orco.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Me guardo 10 para BD

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04/11/2017, 02:39
Yulma Tarmaelen

Yulma siguió murmurando algo similar a un cántico de ritmo monótono. A su alrededor hacía cada vez más calor, que latía de la gema escarlata del bastón como si esta tuviese vida propia. Cuando notó la familiar vibración en el aire, abrió los ojos y visualizó su objetivo. Escogió al orco que estaba atacando a Aular con su cimitarra. 

La piedra chisporroteó un instante, como acumulando y concentrando todo su poder. Tras unos instantes de expectación, estalló en un haz de luz rojiza, vomitando un relámpago de fuego que serpenteó por el aire en busca del enemigo. La hechicera había escogido uno de los puntos donde mejor visión tenía, esperando que nada se interpusiese en el camino de su hechizo y su presa.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Al usar el bastón, ¿debería aplicar también mi bono para Usar objetos?

Otra pregunta de rigor: ¿puedo usar un sortilegio de Calentar objetos para dejar casi al rojo vivo la armadura de un orco para causarle daño? (aunque quizás no lo haga porque puede resultar peligroso para el resto).

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04/11/2017, 17:02
Dimrod

-¡Muere maldita bestia! - Espetó el eriadoriano al orco contra el que combatía, preparando una tercera acometida.

El acero de la espada de Dimrod brillaba con fugaces destellos dada la velocidad a la que el veterano soldado golpeaba a su rival. Pronto el orco no podría seguirle el ritmo y la balanza se decantaría de su lado. Dimrod colocó los pies con firmeza en el suelo y se preparó para darle una sorpresa al orco con un fuerte golpe.
 

- Tiradas (3)
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04/11/2017, 17:31
Eoden

Eoden continuaba luchando, intercambiando golpes con su rival. Pero aquel día la suerte que le había iluminado en otros combates no parecía estar con él. El joven eothraim luchaba con furia y todo su ímpetu, pero su rival sabía como colarse y atajar sus golpes con buenas defensas. Afortunadamente para Eoden, los ataques del orco tampoco eran muy acertados y él se mantenía ágil para esquivarlos. Al menos hasta que sus piernas se cansaran.

Eoden se preparó de nuevo y cargó contra el orco con el escudo alzado y la espada zumbando en el aire. El muchacho era bravo, valiente, y estaba deseoso de demostrar su valía.

- Tiradas (3)
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04/11/2017, 17:37
Director

Aceroamargo trataba de adivinar qué estaba ocurriendo en el claro, sus ojos querían distinguir entre los árboles y la maleza las figuras de sus compañeros internándose hacía el campamento orco y observar como se desarrollaba la lucha pero los gruesos troncos de los pinos se lo impedían. Se escuchó un grito en una lengua salvaje y oscura en un primer lugar, y más tarde se oyeron más gritos en esa lengua. Aceroamargo sintió una mala vibración, la emboscada no debía haber salido del todo bien. Los orcos les habían descubierto y habían perdido el factor sorpresa. Pronto el rumor de la batalla llegó hasta ellos y la preocupación e incertidumbre nublaron a todos los presentes. Melyanna acariciaba el pelo de la enferma Matha mirando con la misma preocupación de Aceroamargo el bosque.

Aceroamargo se descubrió apretando la empuñadura de la espada con fuerza. Era un soldado, un guerrero, deseaba estar con sus compañeros, pero le habían encargado la misión de defender a la dama y debía cumplirla. Sabía que era igualmente importante, pero la inacción le estaba matando.

En ese momento, de uno de los laterales del lindero del bosque, más allá de por donde se habían internado sus compañeros, salieron varios orcos huyendo de la batalla. Huían despavoridos como si su Amo les estuviera azotando las espaldas. Pero entonces, uno de ellos miró hacía atrás y vio al grupo de viajeros de la caravana y debió pensar que eran una presa fácil con la que tomar venganza. Allá en el bosque la batalla no había terminado todavía, sino que se encontraba en su momento más álgido. El orco avisó a sus compañeros y varios de ellos se giraron y empuñaron sus cimitarras de hojas curvas para atacar a la comitiva. Afortunadamente Aceroamargo no era el único soldado que se había quedado a proteger a los viajeros. Se avecinaba una lucha bastante igualada.

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04/11/2017, 17:46
Director

La batalla en el claro del bosque de coníferas empezaba a tomar forma tras los primeros asaltos de combate. Los orcos eran duros y sanguinarios como pocos que hubieran visto antes. Luchaban con fuerza y una ferocidad endiablada aún para ser de día y estar luciendo el sol en aquella mañana invernal. Pero los hombres mostraban más determinación y fuerza que ellos y poco a poco les obligaban a retroceder causando incluso varias bajas. Elacar se destacó en la batalla, con gran arrojo y destreza aún para su condición, su espada cercenó varios miembros de aquellas viles bestias, y con la cuchilla de su brazo destripó a otros tantos. Pero otros orcos se resistían a caer bajo la fuerza de los hombres de Elacar y aguantaban todas las acometidas.

Dimrod también estaba demostrando ser un buen soldado pese a que sus mejores años ya habían quedado atrás, aún así tiró de veteranía para colocarse mejor que su enemigo y lograr ventaja. Tomó posición hacía un lateral, golpeó la espada de su enemigo para abrir brecha y entonces aprovechó el momento para hundir la espada en las entrañas del orco al que ya había logrado herir anteriormente. La espada de Dimrod atravesó el corazón de la criatura matándola en el acto.

En el anterior intercambio de golpes, Gramj había logrado hacer añicos el escudo del orco al que se enfrentaba, y de no ser por dicha protección, el orco habría sentido como el martillo del enano quebraba su brazo le hundía el hombro en el pecho. Pero el orco pudo recomponerse del susto tras perder el escudo y se preparó para el siguiente ataque. Sin embargo, Gramj había logrado ser más rápido que él en esta ocasión y se abalanzó encima con el poderoso martillo cayendo sobre la criatura. El ataque del enano no fue el mejor que pudo realizar, pero al carecer de escudo con el que defenderse, el orco sufrió el daño integramente sobre su cuerpo. El orco se encontraba muy debilitado por las anteriores consecuencias del combate, y tras un golpe que podría haber detenido en circunstancias normales, cayó al suelo sin energía y ya no se volvió a levantar, muriendo instantes después.

Eoden seguía cruzando golpes con su rival sin que ninguno de los dos lograra vencer con superioridad la defensa del otro. El orco alzó su cimitarra resultando más veloz que Eoden, pero este pudo detener el golpe con el escudo fácilmente y contraatacar. La espada de Eoden tuvo mejor precisión y colocación, pero chocó contra la armadura de cuero del orco. Al menos ya había logrado vencer su defensa por primera vez.

El rival de Aular gruñó al hombre de los bosques enseñando los feroces colmillos en el desfigurado y maligno rostro. Sentía el odio que Aular profesaba por él y eso provocaba que el sentimiento fuera mutuo. Además, el collar de falanges que lucía el animista le hicieron chirriar los dientes de rabia. El orco atacó primero, pero el viejo pudo esquivar la estocada sin problemas. Aular empuñó su hacha para devolverle el golpe, pero el orco también esquivó el ataque y miró desafiante al hombre de los bosques mientras se movía hacía un lateral lentamente.

Thund entre tanto, tomó una posición inexplicablemente defensiva cuando fue a atacar al orco, quien todavía aturdido trató de levantar la cimitarra para entorpecer de la mejor manera posible el ataque del enano. Éste golpeó débilmente al orco y además lo hizo en la cimitarra en lugar de en su cuerpo. El orco retrocedió algo más y sacudió su cabeza para quitarse el aturdimiento de encima. Thund había desaprovechado una buena oportunidad de rematarlo.

Hunkel logró recargar a tiempo la saeta y apuntó al orco que se acercaba hasta él para realizar un disparo más preciso cuando liberara el mecanismo de su ballesta. El orco corría hacía el enano a gran velocidad, recortando la distancia que los separaba con grandes zancadas. Aún así, el enano todavía tendría un último intento con la ballesta antes de que el orco pudiera acercarse demasiado como para entablar combate cuerpo a cuerpo.

Rossuon había logrado comenzar muy bien el combate, pero poco a poco su estrella se iba apagando. Afortunadamente para él, la herida sangrante que había abierto en el primer envite de aquel combate en su rival había provocado que el orco estuviera desangrándose lentamente y perdiendo energía a grandes pasos. Aún así el orco fue más rápido otra vez. Su cimitarra golpeó en la armadura de cuero de Rousson, y aunque no logró herirle sí que le hizo sentir el dolor del impacto en su costado. El dúnadan fintó para obtener ventaja y lanzó un ataque que aunque impactó en el debilitado orco, no fue suficiente para terminar con su vida.

Yulma había estado cargando el sortilegio que encerraba su bastón durante unos momentos antes de liberarlo de nuevo sobre el orco al que había elegido como victima. Éste había colocado una flecha en su arco temeroso de acercase a la hechicera elfa y aprovechó que Yulma se estaba concentrando para disparar contra ella. Afortunadamente la flecha pasó muy lejos como para acertar en ella, y lo suficiente todavía como para quebrar su concentración. Yulma no eligió al orco que le había fijado en su punto de mira, sino que lanzó su rayo contra aquel con el que Aular luchaba. El rayo impactó en la criatura envolviéndola en una llamarada de fuego que sorprendió incluso al hombre de los bosques. Afortunadamente para el orco, el calor de la llamarada no duró mucho tiempo y no le produjo quemaduras ni daños muy graves.

Aeth se movía más lentamente que su rival, lo cual permitía que el orco mantuviera la iniciativa del combate. La cimitarra enemiga golpeó a Aeth, pero afortunadamente éste había conseguido detener lo suficiente el impacto para que su armadura de cuero endurecido absorbiera el daño. Inmediatamente el dorwinrim devolvió el golpe, su maza logró vencer la defensa del orco pero no había sido un ataque muy contundente por lo que apenas hizo daño en el enemigo.

- Tiradas (13)

Notas de juego

Recordad desmarcar a Aceroamargo. Gramj, la sorpresa se perdió gracias a la nefasta tirada de sigilo que hizo Rossuon, en serio que fue muy mala.

Yulma, la armadura de los orcos es de cuero, pero aún así el hechizo que dominas de esa lista es el de nivel 1, que es hervir líquidos. Por la otra pregunta, Usar objetos no es necesario aquí. Sólo debes tirar por hechizos dirigidos ya que tu personaje ya está familiarizado con el bastón.

Asalto 3:

-Gramj logra crítico A y pieza al matar al orco.

-Rossuon pierde 5 puntos de vida.

-Yulma logra un crítico B

-Aeth consigue un crítico A.

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05/11/2017, 23:02
Aular Robleviejo

El sucio animal se movió lateralmente. Aular hizo lo propio en dirección contraria, ganando quizá un poco de espacio.

De pronto una bola de fuego surgió de la nada y chamuscó al orco, no pude evitar detenerme un instante perdiendo preciosos momentos. Sin embargo, tan pronto como el orco se sacudió el fuego, Aular se lanzó hacia él levantando el hacha para bajarlo con un golpe fuerte y seco.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Guardo 10 para BD

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06/11/2017, 17:06
Thund

Tal y como Thund habia observado, el orco al que se media, iba recuperando poco a poco la iniciativa, tal vez estuviese empezando a leer sus movimientos, aunque desde luego el último ataque que habia lanzado no fué de los que uno cuenta despúes al calor de unas cervezas...

Sacudió de su cabeza los pensamientos más funestos y lanzó de nuevo su arma hacia adelanta en un intento de cortar la recuperacion del ser que tenia enfrente.

- Tiradas (3)
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06/11/2017, 18:32
Yulma Tarmaelen

Yulma se percató del orco que la había disparado justo a tiempo, por lo que decidió ocultarse un poco mejor y preparar su siguiente acción. Sin pensárselo demasiado, sacó una flecha de su carcaj y la colocó, tensando todo lo que pudo la flecha. Tras la cobertura del viejo tocón, apuntó al arquero orco.

—"Que los Valar guíen esta flecha"*

- Tiradas (1)

Notas de juego

Utilizo este turno para preparar una flecha.

*: dicho en silvano.

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06/11/2017, 21:50
Rossuon Pairaniar

Rossuon apretó los dientes al recibir un nuevo golpe. Supo que debía vigilar más su defensa, pero al haber logrado un impacto en su último embate prefirió lanzarse a la ofensiva. Quería derribar a su enemigo cuanto antes. La maniobra realizada había resultado poco eficaz y quiso probar con otra más letal. Por desgracia, no la había realizado tantas veces, dada su poca experiencia en combates a muerte, y erró. Dio el paso final demasiado abierto y el tajo se desvió al chocar contra la cimitarra que le hacía frente. 

- Tiradas (2)
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06/11/2017, 22:04
Aeth Umbradacil

La burla anterior casi le costó cara. Convencido de que ya le había derrotado Aeth casi no ve venir la cimitarra de su enemigo, que le abrió un enorme desgarrón en la armadura, una simple prueba de lo que habría logrado el orco si hubiera sido solo un poco menos cauto.

La sorpresa por el ataque y por no haber sido herido a pesar de todo le dejaron helado un instante, pero en cuanto recobró la sensatez se olvidó de las burlas y continuó golpeando al orco, intentando encajar cualquier ataque posible antes de que por obra de otro descuido el orco le hiriese de gravedad a él.

- Tiradas (3)
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07/11/2017, 01:34
Hunkel Saeta de Hierro

Observando al orco que se abalanzaba hacia él, Hunkel se apresuró a disparar tras haber apuntado fijamente al enemigo. El orco creía que le podría cazar, pero Hunkel confiaba en sus habilidades. Y sin embargo, el nerviosismo le paso una mala jugada y no logró un disparo tan certero como deseaba. Por ello, si detenerse a esperar el destino de su agresor, desenfundo su martillo de guerra y su escudo, listo para entrar en combate.

- Tiradas (3)

Notas de juego

No se si aplica el +20 por distancia
No se si hay bono por apuntar.

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08/11/2017, 07:37
"Aceroamargo"

- ¡Nos atacan! - Grito Aceroamargo por si alguien no se había percatado, aunque la mayoría de los soldados que habían quedado permanecían atentos.

- ¡Formemos al frente! - daba ordenes inconscientemente -¡Escudos! - Estaba convencido que su pasado militar le otorgaba el derecho a darlas - ¡Proteged la caravana! - No pensaba en que aquellos hombres no tenían por que obedecerle, tendrían sus propias ordenes.

Aceroamargo siguió sus propias instrucciones y se coloco al frente, con su escudo bien embrazado y sujetando con fuerza su espada ya desenvainada. Esperaba allí quieto la carga del enemigo, con su arma en alto, cargada y dispuesta a asestar un golpe. Parapetado tras el escudo, en una posición tantas veces practicada, en la que solo sobresalía por encima el yelmo y por debajo parte de las piernas.

El dunadan miraba alrededor, esperando a que los hombres de Elacar lo imitasen para formar. Aunque no sabia si aquello ocurrirá, se preparo de igual modo.

- Tiradas (3)

Notas de juego

- Quedo en estado de "acción de oportunidad" listo para atacar en cuanto lleguen.

Por agilizar:

- Por si no es posible la "acción de oportunidad" te dejo una tirada de INIciativa.

- Te dejo tiradas de Ataque y Critico por si se da el caso.

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12/11/2017, 13:47
Eoden

Eoden apretaba los dientes y sentía como una gota de sudor caía por su frente, la situación se estaba volviendo cada vez más apurada para él. Los orcos luchaban mejor de lo que hubiera imaginado, o tal vez él no estuviera teniendo el día acertado. Sus movimientos eran lentos y su ataques previsibles. Por suerte, sus mejores movimientos defensivos todavía no le habían abandonado. Esquivó la cimitarra del orco y contraatacó inmediatamente, logrando superar su defensa por primera vez. Eso le hizo sentirse un poco mejor, pero no quiso confiarse. Aquel rival era difícil.
 

- Tiradas (2)
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12/11/2017, 13:56
Dimrod

Dimrod había hundido su espada en el negro corazón del orco al que se enfrentaba, la criatura soltó un gruñido y murió en el acto. El eriadoriano golpeó su cuerpo sin vida para apartarla de él y lograr liberar su espada, cuya hoja salió embadurnada de sangre negra.

Dimrod tenía a su lado a Eoden y vio que el joven muchacho tenía problemas con el orco al que se enfrentaba, a pesar de que era duro con el muchacho y no le quitaba ojo de encima por lo atrevido de sus insinuaciones a la dama Melyanna, Dimrod no iba a dejar que muriera a manos de una criatura como aquella. Así que recortó la distancia que les separaba con largas zancadas y alzó su espada para golpear al orco.

- Tiradas (3)
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12/11/2017, 14:06
Director

Elacar y sus hombres continuaban acuchillando orcos y ganando ventaja en el combate paulatinamente, los orcos tuvieron que retroceder e ir cediendo terreno al avance de los humanos. Ya quedaban pocos orcos en pie, y el combate estaba controlado, simplemente había que tener cuidado de que un golpe de cimitarra fortuito no resultara fatal para el grupo de asaltantes ahora que los orcos se encontraban acorralados y la victoria estaba al alcance de la mano.

Rossuon se lanzó de manera agresiva para rematar al orco con el que se enfrentaba, quería terminar con su vida cuanto antes y terminar de una vez por todas con aquel combate que sentía que podía terminar revertiéndose en su contra. Rossuon fue demasiado acelerado en su ataque y blandió la espada proyectando un círculo delante suya que el orco pudo esquivar sin problemas. El orco alzó la cimitarra para golpear al dúnadan pero las fuerzas terminaron por fallarle y cayó a un lado resollando como un caballo a punto de ser sacrificado. La herida inicial que Rossuon abrió en su pierna había estado sangrando sin parar desde ese momento y el orco había perdido tanta sangre que ya no podía tenerse en pie. Poco después cayó al suelo sin fuerzas, y allí terminó su desgraciada vida.

Cerca de allí, Eoden no conseguía batir la defensa del orco al que se enfrentaba, aunque por fortuna éste tampoco superaba la bien armada defensa del eothraim. En esos momentos Eoden lanzó una combinación de golpes intentando sobrepasar la defensa del rival quien se defendió con habilidad interponiendo el escudo y su cimitarra para detener los golpes. La espada de Eoden logró golpear la armadura de cuero del orco, pero fue más un golpe fuerte con el canto que un tajo con el filo y el orco no recibió daño alguno. Ya se preparaba el orco para contraatacar sobre un exhausto Eoden cuando Dimrod apareció por un flanco y descargó su espada contra la criatura. El tajo fue brutal. La afilada arma se hundió en el costado del orco y estuvo a punto de partirlo en dos por la cintura, el orco sólo tuvo un segundo para ver como sus tripas brotaban hacía el suelo antes de morir.

En el linde del claro, Hunkel disparaba una segunda flecha de su ballesta contra el orco que corría armado a entablar batalla contra él. Las prisas, los nervios y la cercanía de la batalla hicieron que su virote pasara lejos del objetivo. El orco recortó la distancia que le separaba del enano y se preparó para el combate. Al lado de todo eso, Yulma dejaba su bastón mágico y preparaba el arco y una flecha mientras trataba de cubrirse con el tocón de un árbol. El orco entre tanto, también cargó una nueva flecha en su arco para dispararla contra Yulma. También Gramj, que había logrado matar a su rival, se dirigía ahora en busca de un nuevo oponente contra el que blandir su martillo.

Thund había desaprovechado la oportunidad cuando el orco estaba aturdido con un golpe que ni él mismo podría explicarse. Tenía que recuperar la concentración de inmediato, antes de que el orco lograra darle la vuelta a la situación aún a pesar de sus heridas. El enano golpeó con su maza pero en esta ocasión el orco alzó el escudo para detener el golpe, que a pesar de ser contundente no logró hacer más daño al orco que el hormigueo que le recorrió el brazo que alzaba el escudo. El orco contraatacó, se había llevado la peor parte en el combate y se encontraba debilitado por lo que su ataque no fue ningún problema para el enano quien lo frenó con su escudo.

Una llamarada repentina cubrió al orco con el que Aular se enfrentaba, y este hecho hizo que ambos oponentes se quedaran perplejos y se llevaran un buen susto. El orco se movió lento después de que el calor se disipara y Aular atacó primero, aunque lo hizo temerosa y tímidamente, con un golpe tibio de hacha que el orco pudo esquivar. El orco aprovechó el momento para su ataque y logró abrir brecha en la defensa de Aular. Su intención era cercenar el cuello de Aular y así arrebatarle el collar de falanges que lucía, pero afortunadamente el golpe quedó lejos de su intención y la espada pasó cerca de la cabeza del animista, abriendo un pequeño corte sobre la clavícula.

Las burlas del dorwinrim despertaron la ira y la rabia en su rival. El orco se había reincorporado bien de un primer mal envite y de un resbalón que casi le cuesta caro. Aeth no había aprovechado la circunstancia y, sumado a que su armadura de cuero endurecido le resultaba muy incómoda volviendo más lentos sus movimientos, el orco logró atacar primero con un golpe brutal. La afilada hoja irregular de la cimitarra se dirigió al lateral de Aeth y cercenó con un corte limpio el brazo izquierdo del dorwinrim. El dolor fue tal, que Aeth cayó al suelo inconsciente. Finalmente, parecía que era el destino quien se burlaba ahora de Aeth; quien tantas veces se mofara del brazo cercenado de Elacar, ahora corría su misma suerte.

- Tiradas (11)

Notas de juego

Asalto 4:

-Rossuon consigue pieza, (a duras penas).

-Aular recibe crítico A y pierde 7 puntos de vida. Y recibe una herida de 1 punto de vida por asalto.

-Aeth recibe crítico E, brazo cortado y 23 puntos de vida.

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13/11/2017, 09:46
Gramj Haïa

El enano, tras librarse de aquel enemigo, y pensando que la el enano ballestero y la portadora del bastó, parecía que harían frente, en conjunto al orco que cargaba contra ellos, encaminó sus pasos directamente a "cazar" el bicho que había Aeth. No sabía cuanto tardaría en llegar, pero esperaba que fuera a tiempo, antes de que destrozase la bestia inmunda al dorwinrim. Los gritos y el entrechocar del metal, cuero y madera hacía ensordecedor el lugar, así que entenderse allí era algo complicado.

Apretando los labios y dándole a sus botas el mejor de los pasos, cargaba, con su arma en alto, dispuesto a meterle las orejas entre los hombros a esa fétida criatura.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Si llego, para sacudirle al bicho, le doy, y si no, pues ya llegaré.

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13/11/2017, 11:53
Yulma Tarmaelen

Cuando Yulma ya tuvo en el punto de mira al arquero orco y estuvo segura de que la trayectoria era la correcta, disparó. 
Desde aquella cobertura quizá tendría una buena protección, pero su rango de visión y maniobra eran limitados. Esperaba no errar el tiro y librarse de su atacante para poder seguir ayudando al resto del grupo.

- Tiradas (2)
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13/11/2017, 16:10
Aular Robleviejo

Arghhh –respondió Aular al ser golpeado por el hacha del orco. Maldijo en bajo mientras se echaba un paso atrás, interponiendo su espada entre el orco y él. Observó por el rabillo del ojo como su compañero se retorcía por el suelo mientras sangraba abundantemente por el brazo hasta que quedaba en silencio. Necesitaba acudir a él para ayudarle pero primero tenía que quitarse de encima al sucio ser que tenía enfrente. Tampoco debía olvidar de cuidarse él mismo, había sido herido. Se fijó en todo lo que rodea el combate, las fuerzas de la naturaleza y los seres físicos, los montes, las cuevas, las montañas y los lagos.

Acercó la mano del hacha a su pecho y recitó algo en voz baja, apenas unas palabras en su idioma natal que nadie por agudo que fuera su oído podría escuchar en el fragor de la batalla. Esperaba que esto le proporcionara algo de tiempo para poder contratacar… si nada iba a peor.

- Tiradas (3)

Notas de juego

No se si además del hechizo puedo poner algo de BO en BD.

- Vías de la superficie -

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14/11/2017, 11:04
Thund

Por el rabillo del ojo Thund vió como caían un par de cuerpos al suelo, sin embargo uno de ellos había de ser, por fuerza, uno de su grupo, no sabía quién, pero no podía dejar pasar de nuevo lo mismo.

Un grito de rabia brotó de su garganta mientras descargaba un golpe sobre el orco con la esperanza de acabar con el de una buena vez.

- Tiradas (3)