Partida Rol por web

Ya empapada hasta el pecho la ladrona maldijo para sus adentros aquel galimatías.La primera secuencia no había funcionado, aunque se consoló al ver que los glifos se accionaban con la presión de sus delicadas manos. Simplemente tenía que hallar el orden correcto.

Wrong probé mi secuencia y no funcionó, probaré la tuya!! Haciendo caso a las palabras del sabio, experto es descifrar entuertos, Iona presionó la siguiente secuencia:

Hombre rico, hombre pobre, hombre en llamas y hombre con túnica

La ladrona inspiró para coger aire  por si aquel nuevo orden de presión no funcionaba y así poder aguantar el mayor tiempo posible bajo el agua.

Talitha sale de su ensimismamiento...no tenía muy claro qué podía hacer ella en esa situación, así que ayudó a Ulfner con el ariete improvisado...si no lo resolvían por las buenas, lo resolverían por las malas.

Iona no había respondido a su pregunta, o si lo había hecho no lo había oído. Zelata continuaba golpeando la pared con furia, pero el agua cada vez se escuchaba con más fuerza y no confiaba en llegar a tiempo de que la trampa matase a la desafortunada ladrona, y para colmo junto a ella Rong permanecía mudo de asombro tan desconcertado como los demás

Zelata no sabía de acertijos, pero sabía de historias. ¿Y si aquellas losas contaban la historia de un hombre, que adoraba al dios olvidado de aquella ciudad en ruinas? Siguiendo su corazonada, intentó buscar el orden de aquella historia y se lo gritó a Iona mientras se preparaba para la siguiente embestida del martillo. - ¡Iona, Si la combinación de Rong no funciona cambia los dos últimos, y que termine con el hombre en llamas! -

Con la ayuda de Talitha, Ulfner arremete contra el muro con fuerzas renovadas, al contratempo de Zelata, dispuesto a liberar a la Zamoria a toda costa.

-¡Aguanta, Iona!-

Rong Wei mira fijamente el punto que empiez a agrietarse, golpeado rítmicamente por sus compañeros con tenacidad y precisión. Lo están haciendo bién, pero quizás el muro aguante más que Iona… Aprovechando el ritmo de los golpes el sabio entra en una especie de ensimismamiento conciente, escuchando y sientiendo todo lo que ocurre a su alrededor.

…Arrepentimiento, Culpa, Fuego, Purificación…

Si al menos pudiera leer las inscripciones que acompañan al hombre rico, es la única figura que no cuadra en sus esquemas, y la ha intentado meter con calzador en la ecuación. La idea de Zelata no es mala del todo, pero fuego es la tercera de las palabras, y por tanto el hombre en llamas es más probable que esté en esa posición… además, el hombre rico seguiría estando el primero, cosa que no le acaba de cuadrar. De pronto, una idea cruza su cabeza, quizás no es la correcta, pero su experiencia le ha enseñado que, bajo presión, la intuición la guía del éxito.

-Y Él le dio al hombre el don de hablarle… El hombre rico es el hombre parlante… ¡Iona, creo que el hombre rico va al final! ¡Hombre quejumbroso, hombre con túnica, hombre en llamas, hombre rico!-

Iona estuvo a punto de pulsar la primera secuencia propuesta por Wrong.... cuando escuchó la nueva secuencia deducida por sus compañeros.

Está última tiene más lógica, pero mis amigos me van a matar del susto... La ladrona estaba con los nervios a flor de piel y con el agua a punto de cubrir su boca. Rezó a todos los Dioses habidos y por haber, finalmente presionando el siguiente orden de glifos:

Hombre quejumbroso, hombre con túnica, hombre en llamas, hombre rico!-

Zelata vuelve a dar un gran golpe con su mazo en la puerta reduciendo una vez más su integridad. Una vez ha descargado su golpe se aparta por los pelos de la carga de Ulfner y de Talitha. La estructura que antaño conformaba la cama de uno de los antiguos moradores de ese gigantesco edificio chocó con gran violencia contra la losa de caliza reforzando el efecto del martillo y acelerando el proceso de destrucción de la puerta. Rong se devana los sesos e intenta razonar, pero le cuesta, la presión cada vez es mayor, su amiga se ahoga y su última recomendación parece no funcionar pues la losa no se abre... estamos en el tiempo de descuento...

La ladrona cambia de decisión en el último momento y pulsa la nueva secuencia siendo esto... un error. Iona coge aire segundos antes de que el agua la cubra la cabeza totalmente, la luz se ha apagado pues la lucerna se moja totalmente. Por suerte, ha tocado tanto los glifos que ya se los sabe de memoria, incluso los podría reconocer al tacto. El agobio crece ya que acaba de entrar en la prorroga y ahora es solo cuestión de segundos...

El sabio no da crédito a lo que acaba de pasar... algo se le escapa. Y de repente ocurre... Un dolor demencial cruza su cabeza haciéndole caer de rodillas, lo cual no hubiera pasado desapercibido si sus compañeros no estuvieran tan ocupados. Una voz pausada, calmada, resuena en su cabeza.

-A veces retractarse de lo dicho se convierte en un error muy grave. Recuerda lo que dijiste anteriormente y acertarás... Solo te falta una pieza del puzzle y aquí te la presento.

La visión del Sabio se vuelve negra y de repente una tenue luz aparece iluminando un solo recuadro en una pared. La visión es borrosa, como si estuviera debajo del agua, y ve la imagen del hombre ataviado con ricas túnicas y de su boca saliendo palabras...

-Mira... ahí está la clave, recuerda que a veces lo dicho en el pasado es mejor que lo dicho después... Y ten presente que tus enemigos a veces están más cerca de lo que crees. El conocimiento da miedo a quienes no entienden. Y el acero es el que mas teme a la pluma...

Al igual que vino la voz se fue siendo por un lado un gran alivio para su cabeza...

El rítmico golpear de las herramientas de sus compañeros se acompasa con el corazón de Rong, desbocado al ver que no pasa nada e Iona ya no respone. La habitual calma que lo caracteriza, lo abandona por momentos, y cuando cree que va a entrar en pánico Rong Wei cae de rodillas, agarrándose la cabeza con ambas manos. Siente que le va a estallar.

…Pecado…

De pronto se levanta, con los brazos en alto.

-¡Oh, gracias, Yaguita! ¡No olvidaremos tus sabias palabras! - El sabio parece haberse vuelto loco, pero sin perder tiempo, baja los brazos completamente calmado y se acerca al muro sin molestar a sus compañeros.

-¡Iona! ¡La combinación anterior, Hombre rico, hombre pobre, hombre en llamas y hombre con túnica! – Repite el mensaje a viva voz varias veces más, suplicando por que la hábil ladrona pudiera escucharle y presionar la combinación correcta a tiempo. Había aprendido una grandísima lección proveniente de El Venido, solo esperaba que el coste de su aprendizaje no fuera la vida de la gente a la que aprecia.

Ulfner volvió a cargar el camastro con su compañera la nómada con tremenda fuerza. Impactando de tal manera que casi le cuesta no caerse al suelo con el potente golpe que acaban de propinar a la piedra. 

-POR YMIR QUE CONSEGUIREMOS ROMPER ESTA ROCA DE MIERDA Y SACARTE AHÍ IONA. - dijo a pleno pulmón resonando en toda la sala.

- Es inútil, no se abre. - Casi se le escapó aquella frase a Zelata mientras sus palabras se volvían cada vez más débiles, pero no así la fuerza de sus golpes, que descargaba como un jabato enfurecido contra la pared, poniendo toda su alma en la labor de derrumbar la piedra como fuese necesario.

- Iona, más te vale pulsar las piedras como creas correcto, y si adoras a algún dios, reza porque la suerte haga que aciertes. -

De momento Iona soportaba la presión del agua aprisionando sus pulmones. Había hecho acópio de aire suficiente para soportar un intento más en aquella mortal combinación.  

Por lo menos si muero mi cadáver estará bien limpio. La ladrona echaba mano de su humor para no perder los nervios y así tener una nueva oportunidad para salvar su pellejo.

Conociendo de memoria los glifos la ladrona presionó la siguiente combinación:

Hombre rico, hombre pobre, hombre en llamas y hombre con túnica

La nómada, preocupada por su compañera no podía hacer nada más que seguir ayudando a Ulfner y a Zelata a intentar derribar el muro. Iona era hábil, a lo mejor podía aguantar unos minutos bajo el agua...si era así puede que consiguieran sacarla aunque no resolvieran el acertijo.

En cuestión de segundos ocurre todo. Zelata carga su brazo y lo lanza chocando su maza de guerra contra la caliza. La piedra salta lanzando trozos a todos lados que rebotan contra la armadura de la guerrera de acero. El norteño junto con la nómada arremetieron con gran fuerza contra la puerta de caliza agravando el agujero causado por el mazo. Una vía se abre y el agua empieza a salir por ella. Cuando Rong habla con la clave para abrir la puerta Iona ya estaba poniéndose en marcha. La zamoria siente la presión, el agua le cubre por completo, pero aún aguanta bien la respiración y no sufre daño por ello. Con nervios de acero aprieta los glifos en la secuencia que Rong rectificó... Y la puerta se abre. La mujer es expulsada por el efecto sifón, el agua encharca todo el área adyacente, y queda tendida en el suelo respirando el preciado aire tan necesario para vivir. 

El mecanismo, por lo visto, estaba pensado para que al desactivar la trampa la puerta a la que da el descansillo, en la que aparece el glifo del hombre vestido con túnica, se abre. Al enfocar la lámpara que lleva Talitha dentro lo primero que ven de frente es un cadáver esquelético vestido únicamente con una túnica blanca, sentada detrás de un escritorio con una pose reflexiva... La pose junto con la esquelética sonrisa hace que parezca que está reflexionando sobre un macabro chiste. La habitación medirá unos 5 metros cuadrados y sus paredes están completas de estanterías repletas de rollos de pergamino. Solo queda entrar a investigar si los héroes quieren saber que más secretos guarda el despacho. 

Cuando el agua empieza a salir por el orificio abierto a base de fuerza bruta por sus compañeros, Rong Wei da vueltas, consternado, temiéndose lo peor. Respiró hondo un par de veces, vaciando sus pulmones y volviendo a tomar el control de sus emociones… En poco menos de un minuto, niega la evidencia; se enfada consigo mismo por haber precipitado los acontecimientos, dándoselas de listo; implora a Yaguita su perdón por haber fallado, prometiendo que no lo volvería a hacer; siente una profunda y triste congoja por su compañera… Y finalmente acepta el suceso, estaban en una ciudad perdida en mitad del desierto, asediados por aborrecibles criaturas y con pocas expectativas de supervivencia, la muerte de Iona (o de cualquiera de ellos) era una muy posible consecuencia de su misión, había que aceptarlo con estoicismo.

De pronto el chorro de agua pierde fuelle y se escucha un golpe al otro lado del muro.

Rong se gira súbitamente y espera hasta que el agua deja de manar para asomarse por el agujero de la pared. Cuando la luz provista por Talitha ilumina el interior de la estancia que se acaba de abrir, pueden ver a una Iona empapada, respirando profundamente, como vuelta a nacer. Tras ella, una misteriosa escena que evoca oscuros pensamientos.

…¿Cómo puede una persona morir así?...

-Iona, ¿estás bien?-

La ladrona salió de la trampa cúbica tras presionar el último código.  Al ver a sus compañeros lo muy preocupados que habían estado por la salud de la Zamoria, está no pudo contener la emoción y con una sonrisa más que nerviosa se dirigió al grupo.

Gracias compañeros,.. me encuentro bién aunque algo remojada. Os agradezco vuestra preocupación... aunque sabéis de sobras que soy una gran profesional. Y no hay trampa que se me resista. Simplemente necesitaba un chapuzón después de la larga caminata por el desierto. Mmm... ya estoy otra vez preparada para la acción. Como no, Iona había tirado otra vez de su irónico orgullo, pero en el fondo de su corazón le estaría eternamente agradecida a aquel variopinto grupo. Se habían conertido para ella en "compadres" de aventura.

- Iona. - Zelata casi se arrojó sobre la zamoria llena de preocupación cuando la trampa la expulsó, pero la ladrona pronto les volvió a sorprender con su buen humor y su serenidad, incluso tras haber sobrevivido por los pelos. En aquél momento sentía el impulso de abrazarla y reconfortarla por lo que acababa de pasar, pero entonces no respetaría su voluntad por mostrarse tan firme.

A pesar de todo aún estaba enfadada por el miedo que habían pasado. No pudo contenerse en darle un puñetazo en el hombro por hacer como si aquello no hubiera sido nada. - Maldita sea, nos tenías preocupados... Levántate cuando hayas descansado un poco. - Aún empuñando el martillo por el nerviosismo, Zelata se dirigió a la sala que se acababa de abrir ante ellos. - Eh, Rong. Esto te va a gustar. - dijo refiriéndose a los incontables pergaminos de la pared, aunque el objetivo de Zelata era otro. Sin pensárselo dos veces se dirigió al escritorio del esqueleto, y comenzó a observar el mueble y a su fallecido ocupante, toqueteando aquí y allá suavemente con la punta del martillo buscando algo útil entre el polvo - vamos, por aquí tiene que estar la llave de la otra puerta... -

Tiro por si no me da tiempo postear.

Tiro para inentar saber que posición ocupaba o quien era el cadaver y tiro buscar para ver si hay algo interesante entre los pergaminos, ya que el escritorio lo ocupa Zelata.