Partida Rol por web

Nos movemos todo la rapido que podemos en dirección a la posada. Debemos salir de estos bosques lo mas raudo posible. Si los Trolls nos pillan durante la noche la cosa cambiaría, el combate sería aun mas dificil. Asi que lo mejor era poner pies en polvorosa.

- Estaba tan pendiente en taparme la nariz y ver lo que sucedía dentro de aquél infierno que no le presté atención. 

Miro hacia los lados. Era evidente de que si aquél pobre desgraciado no caía en manos de los Trolls, bien podía ser a manos de algún animal salvaje, o algo mucho peor que esas dos opciones. Que sea visto por los Vulseggi o los Cultirith. 

- Si no corre como alma que lleva la Oscuridad, no se salvará. Estamos muy dentro del bosque y las ciudades quedan lejos. Su única salvación es llegar a la Última Posada. Solo espero que haya estado allí alguna vez, y por supuesto, que se acuerde de donde se está. Encerrado tanto tiempo como ha debido de estar, habrá perdido la orientación.

Sigo corriendo, manteniendo un ritmo alto. A pesar de que aquellos enanos tenían las piernas más cortas, eran rápidos y no mostraban signos de cansancio. Nunca pensé que correría junto a un grupo de ellos. Y sobretodo, que me mantuvieran el ritmo. Cierto es que no estaba apretando el paso tanto como me gustaría, pero era digno de ver.

De repente, algo me llama la atención, giro mi cabeza y entrecierro los ojos para ver mejor. Lo que me temía.

- Tenemos que apretar el paso y llegar hasta el camino. Allí estaremos más seguros.

Daba gracias a los Valar por estar corriendo delante de los enanos, así el único aire que respiraba era el producido por los árboles, y no ese hedor que llevan desde que salieron de aquél agujero.

La oscuridad se estaba cerrando sobre ellos. Rothrim corría a buen y sus flechas repicaban en su carcaj. Estaba asqueado por el hedor que tenía tan dentro de su nariz. Habían salido de la Posada perdiendo de vista (y de olfato) a ese borracho pestilente para caer en una cueva igual de apestosa. Y para el colmo los restos secos del baño de orín y heces que le brindo ese humano cuando fue a cortarle la cadena estaba dando tirantez a la piel de su cara. Hasta dentro de la nariz creía tener restos.

Estaba sólo enfocado en correr y correr. Y en la mente sólo tenía el deseo de llegar a la Última Posada y darse un baño... o dos!.

Si les daban caza ahí, la batalla podría ser muy dura. El camino no podía estar lejos.

Mientras sostenía al niño humano con fuerza, no perdía de vista el camino y se concentraba en continuar y ponerse a salvo.

Puede que ya no estuvieran en la madriguera de los trolls, pero era solo cuestión de tiempo el que las cosas se empezaran a poner aun más feas...

Corres por el bosque en dirección al camino y de repente, algo por el rabillo del ojo te llama la atención. Miras mientras no dejas de correr, y ves a lo lejos, en lo profundo del bosque, lo que te parece ser una sombra de un hombre. ¿O son dos? No lo sabes con exactitud, pero puedes asegurar que la sombra y sombras no son producidas por el sol y los árboles, si no que es una sombra de alguien o algo que corre hacia el oeste, la dirección contraria a la que vosotros estáis tomando. 

Rápidamente llegáis hasta el Gran Camino del Este, y seguís corriendo por él en dirección a la Última Posada. En pocos minutos estaréis allí, disfrutando de un baño y una jarra de cerveza bien fría. De repente, andando en vuestra dirección, por el mismo camino, veis a un hombre montado a caballo al trote. Cuando os ve a lo lejos, aminora el paso. Poco a poco, veis que se trata de Turlin el Trovador.

En su carrera Kramghrat se gira un momento hacia la misma dirección que Matholuich.-¿Has visto lo mismo que yo?¿Crees que es ese humano idiota o tenemos más problemas?¿Vulseggi, Cultirith, orcos?Era demasiado pequeño para sr un troll.- le dice por lo bajo al Dunedain ante de alarmar al resto, viendo que ha sido el único que ha reaccionado.-Rothrim, Kraner el humano que liberasteis. Si sabéis su nombre gritadlo a pleno pulmón para que encuentre el camino, por que no pienso entrar en el bosque de noche para sacar a ese patán. Sino es él quien nos acecha desde las sombras tened las armas listas, y tú muchacho prepárate para correr si las cosas se ponen feas.-al poco llegan al camino para tranquilidad de todos pero eso no hace que aminoren el ritmo.

Al atardecer mientras ellos corren el ruido de los cascos de un caballo se acerca, es aquel barbo con el que habló Rothrim, es es buena señal, quiere decir que la posada no está lejos.-¿Cómo demonios puede viajar alguien por este maldito bosque cuando empieza a ponerse el sol?Tenemos a tres trolls que nos pisan los talones, te recomiendo que vuelvas con nosotros a la posada bardo, esta no es noche para merodear por los caminos. Además alguien tendrá que cantar nuestras gestas, como salvamos al hijo del Grumm y como convertí a ese estúpido bobalicón en piedra¡Jajajajaja!.-por primera vez el enano se permite un respiro mientra se lleva las manos a la cadera y saca pecho en señal de henchido triunfo.

Aminorando el paso y sin perder de vista el camino, grita el nombre del humano que huyó.

- ¡Gaoftro! ¡Muéstrate, estás más seguro con nosotros que a merced de los peligros de la noche! Estúpido humano... - concluyó, mientras escupía al suelo -.

No soltó la mano de Leddon, quería tener bajo su protección al niño humano, hasta el momento de reunirlo con sus padres. Deseaba llegar a la posada lo antes posible.

- No hagas caso, cachorro. Kramghrat, aquí presente, dista mucho de poder convertir él solo en piedra a ningún ser viviente - puso una mano en el hombro de Kramghrat mientras continuaba -, pero también es cierto que si todavía puedes sostenerte bajo tus dos piernas debes agradecérselo a él, y al resto de mis compañeros.

Con un gesto de mi mano hago que se calle a Kraner. 

- No es el humano que estaba encerrado en la guardia de los trolls, a no ser que de la casualidad de que se haya juntado con dos más y estén huyendo. - Entrecierro los ojos para poder ver mejor. - Apostaría mi arco a que son Vulseggi. - Preocupado, acelero el paso. - Es mejor no llamar la atención a esos grupos de exploradores. Y mucho menos vosotros, que sois enanos. No os tienen, como bien sabéis ya, buen aprecio. Además de que son muy recelosos con su territorio. 

Una vez alcanzado el camino. La tranquilidad se apodera de mi. Es un alivio. No sabía el motivo, ya que si algún troll, orco o animal estaba cerca, no había nada que le impidiese entrar en el camino y atacar. Y tampoco a los Dunedains. Pero al menos tenía metros por delante para poder ver. Y sobretodo, por detrás. Y eso era una garantía, además de poder encontrarse a viajeros que vayan de un lado para otro. Me sentía seguro en el camino.

Con gesto agraciado y exagerado de mi mano derecha, saludo a los enanos y al Montaraz cuando mi caballo llega a su altura. A pesar de llevar sólo unos pocos metros montado en él, ya me dolía el culo. Y eso sólo quería decir una cosa: Había permanecido mucho tiempo en la Posada. Necesitaba historias que contar y público al que contarlas. 

- No me preocupan los Trolls, son estúpidos y fácilmente les puedo dar esquinzo. Mi caballo es rápido y no tengo que estar pendiente de compañeros retrasados o caídos. He sobrevivo en este camino durante muchos años, y ya no me da miedo viajar por él. Además, si no corriese peligro, ¿de donde sacaría parte de mis historias? jajaja.

Cuando el enano afirma que han rescatado al hijo de los Grumm, miro hacia el humano que llevan cuál saco de patatas. Y sonrío. Eso si que sería una buena historia. Un grupo de enanos por estas tierras rescatando a un humano de una guarida de Trolls. Y no puedo hacer otra cosa que sonreír de forma amplia.

- Sería una buena historia, la verdad. Pero he de viajar a Cameth Brin. He pasado mucho tiempo a fuera y mis queridos amigos necesitan de mis historias y yo de su dinero. Pero no os preocupéis, volveré en un tiempo por la Última Posada y podréis contarme vuestra historia mientras nos bebemos litros y litros de cerveza. Estaré encantando de narrarla posteriormente para que no se quede en el olvido.

Mis gestos vuelven a ser exagerados. 

- Y os estoy agradecido. A todos. Creía que mi muerte estaba cerca.

Golpeo en el hombro al enano para que me baje. Y apoyo mis pies cansados en el suelo. El dolor en las rodillas es insoportable, pero tenía fuerzas para mantenerse en pie y caminar. Y di gracias a los Valar por mantener mi vida. Di dos pasos y me separé del enano.

- Puedo caminar si no vais muy deprisa.

Podemos ir algo más despacio Leddon, pero no podemos perder mucho tiempo. Hay que llegar a la posada cuanto antes.
Mi cabeza ya piensa en un plato de comida y unas jarras de cerveza.
Además después necesitamos un necesitado descanso, para volver a partir y seguir nuestro destino.

Miro a Kraner y le dió una palmada en gesto coordial.-Cada uno ha hecho su trabajo y por eso ha salido bien, somos como eslabones de cadenas, los naugrim solo nos partimos por el punto más debil. Si todos nos apoyamos y "forjamos" esa relación de confianza mutua y respeto, nada puede detenernos.-espetó orgulloso en khuzdul a los suyos a pesar de estar cubiertos de barro y oler a pocilga.

Al poco se dirijió a Turlin-Tientas a la suerte demasiado viajando de noche barbo, tú mismo prefiero cerveza y el calor de la chimenea a merodear por estos senderos de noche.Por cierto, igual tú sabes por que los mios no son bien recibidos en Cameth Brin, si vas para allá y extiendes la noticia de nuestras hazañas tal vez la Dama se muestre menos recelosa para con nosotros. Si vuelves con nuevas de la ciudad y entregas mi mensaje ten por seguro que recibirás una justa recompensa por ello.-aprovecharon el pequeño impás para tomar un respiro y recuperar fuerzas.-Thorin tiene razón, cuanto antes lleguemos antes estaremos fuera de peligro y podremos descansar, además seguro que tus apdres se alegran de verte muchacho. Adelante, no perdamos más tiempo, ve con cuidado bardo no sea la ultima vez que te veamos.-de muevo se preparaban para ponerse en marcha, Kramghrat era de los que prefería pecar de prudente.
 

- Creo que el odio surgido hace cientos de años sobre vuestra raza, no cambiará por una gesta tan simple como rescatar al hijo de un posadero. - Miro a Leddon y me disculpo con un asentimiento de cabeza y una sonrisa. - Pero a pesar de ello, ¿quien soy yo si no un mensajero? Daré la nueva nueva a la Dama si es su gusto el recibirme. Aunque me extraña. 

Sigo sonriendo y azoto las riendas de mi caballo para que comience a andar.

- Que paséis buena noche. Y no preocuparos, que no contaré nada sobre un encuentro con cuatro enanos que olían como Orcos con vientre suelto. 

Y río con ganas mientras me alejo de aquellos simpáticos enanos.

-Por descontado que no, pero al menos por algo se empieza.¿A razón de que surge ese odio?- preguntó a todo correr antes de que se alejase el barbo mientras el mismo se reía de su última aseveración. Muy agudo ese Turlin, una loco muy agudo.-Buen viaje, jajajajajaja cabalga raudo no sea cosa nuestro hedor te persiga durante todo el camino jajajajaja.-se despidió Kramghrat en tono cordial.

- Buena suerte Turlin.

Ve a Turlin partir con su caballo.

Ahora mismo no le interesa nada más que llegar a la posada sano y salvo, con el chico como muestra de su triumfo como raza obstinada y tenaz que es capaz de lo impensable por muchos humanos.

Y por supuesto para darse un baño y quitarse toda la mugre de encima. "Prefiero oler a heces de dragón que a heces de humano..." y con eso le asaltan los recuerdos de como perdió a un grupo de amigos en esa maldita guarida de dragones.

"Cuando lleguemos puede que tenga ocasión de contarles a mis nuevos compañeros el immenso tesoro que guarda el dragón que quedó vivo en la punta este de las montañas de Ered Mithrin"

- Sigamos compañeros, esto todavía no se acaba hasta que lleguemos a la Posada. Estemos bien atentos.

Poco rato después de perder de vista a Turlin y con la noche ya encima, llegáis a la posada. Las antorchas de la pared de la entrada están encendidas, y las cuadras iluminadas levemente, sobretodo el pozo del centro. Dentro de la posada, se puede ver por las ventanas que hay actividad a estas horas. Todo parece tranquilo. El olor a comida recién hecha os llena el estómago. Olor que supera el heno y las heces de caballo, que abundan cerca del patio interior. La leña quemada de la chimenea es otro olor que es agradable para vuestros sentidos. Todo refleja paz y descanso.

Al fin podía cantar victoria, habian llegado sanos y salvos a la posada, esa noche la Última Posada le parecía el nombre más adecuado del mundo.El capataz se dirigió hacia la cuadra de su pony, no solo comprobar que estaba bien sino para dejar tanto su ropa, como sus pertrechos en el establo para no apestar toda la posada.-¡Qué alguno saque un cubo de agua del pozo!Matholuich avisa de que hemos llegado, a ver si esa buena gente puede sacar una pastilla de jabón, como este maldito hedor no se despege me veo arrancandome la piel a tiras. ¡Y un par de toallas!¡Maldita sea!Me doy asco a mi mismo.¡Kraner! Ahora, con la calma, quitale al muchacho esas malditas cadenas, tengo ese sonido metido ya en la sesera.¡Que nadie entré en la posada! No quiero hacer vomitar a ningún parroquiano, ni oler a mierda cuando nos demos un bien merecido festín.-Kramghrat ya volvía a refunfuñar y ordenar como siempre, eso indicaba que estaba más relajado. Separó laslas herramientas en la cuadra, usando su propia ropa para quitar lo mayor cantidad posible de suciedad de su preciado equipo, dejandolas colocadas para limpiarlas a fondo al día siguiente. Al poco salió del establo en calzones para dirigirse al pozo y empezar a echarse cubo tras cubo de agua por encima de la cabeza, se maldecía una y otra vez por lo fría del agua, por el frio de la noche, por la oscuridad y por el maldito crio, cosas carentes de importancia pero una excusa como cualquier otra para refunfuñar. Cuando tuvo la barba bien empapada empezó a limpiarla con mucho cuidado y cautela, quitandose los dos ornamentos que le sujetaban los dos mechones centrales, en espera del algún trozo de jabón que le arrebatase aquella peste de encima para siempre.

Parecía que todo volvía a la normalidad, feliz por haber terminado su primera tarea y por haber actuado codo con codo con sus hermanos.Indicó a los demás que podian dejar las cosas en su establo, tal vez si el animal se mostraba muy molesto por el aroma lo cambiase a uno vacio, todos se habían ganado un buen festín y un merecido descanso.

- De inmediato -respondió a Kramgrhat-.

Se sentó junto al niño humano, y con calma trabajó en quitarle las cadenas. Él también estaba deseoso de desembarazarse de los nauseabundos efluvios de la madriguera troll, y poder comer algo, junto con una noche de descanso.

Aliviado por deshacerme de aquél olor, entro por una de las puertas de la posada que dan a la taberna, y cierro tras de mi. A los pocos minutos aparezco con un jabón más grande que mi mina, de color blanco anaranjado y una capa de un naranjo claro en los bordes planos. El olor no era agradable, pero tampoco desagradable. Y al frotarlo con el agua producía mucha espuma y limpiaba bastante bien.

- Aquí tenéis. 

Entrego el jabón y sin esperar un solo momento, me doy la vuelta para poder entrar en la taberna. 

- Disculparme queridos compañeros, pero estoy deseando volver a oler la leña quemada, saborear la cerveza y comer algo caliente. Os espero dentro.

Y desaparezco por la puerta de la taberna.