Partida Rol por web

Me tumbo en la cama con los brazos tras la cabeza tras saludar con la mano a Leo y reir su gracia asintiendo con la cabeza.

-Bien Edu, sábes si nos van a devolver los objetos personales y el tabaco? Porque es una putada que nos lo quiten habiendonos dicho que los podiamos traer...- Le comento, ya que es un veterano sabrá si merece la pena chinarse o no....

 Con las mismas me levanto cuando aparece Roberto.

-Ok figura. La comida es buena o es otra forma de torturarnos? ya sábes? pan seco y agua templada...- Sonrio con descaro, anotando mentalmente lo de ir mañana a intendencia....

 Sebastian quien se habia comportado de manera correcta desde que habia llegado alli se puso sus zapatillas sin cordones lo cual ya era incomodo ya que parecian pantuflas. Observo si le habian quitado algo de su mochila y se fue tranquilamente hacia el comedor.

Salisteis en orden del comedor, y nuevamente empezasteis a caminar por los pasillos. El centro era frío, había corrientes de aire, que ponían la piel de gallina.

Finalmente llegasteis nuevamente al dormitorio. Os hicieron pasar cerrando la puerta detrás vuestro. Esta vez no hubo sonido de llave ni nada.

El cansancio se había apoderado de vuestros cuerpos, aquel día había sido muy largo, incluso demasiado para más de uno. Así que sin mediar casi palabra os fuisteis a la cama y durmisteis de un tirón toda la noche....

Esperas un rato. Cuando escuchas la respiración acompasada de tus compañeros decides levantarte. En silencio te acercas a la puerta, y aplicando el oido descubres que todo parece silencioso.

La abres cruzando los dedos para no hacer ruido. Suspiras aliviado ya que las puertas parecen bien engrasadas, y te deslizas al exterior.

Todo parece silencioso, extrañado miras a ambos lados del pasillo, y no ves a nadie... Empiezas a caminar sin saber exáctamente a donde dirigirte cuando ves algo que te llama la atención en el suelo.

En ese punto entra la luz de la luna por una ventana, la cual ilumina lo que parece unas huellas húmedas de pies descalzos. Te agachas para poder verlas mejor, y compruebas que son huellas manchadas de sangre... Al fondo del pasillo escuchas unos pasos alejándose...

-Mierda...- Pienso al ver las huellas y voy tras los pasos que se alejan, buscando algo a modo de arma, aunque seguro que no encuentro nada, pues en el centro no dejarían algo de ese tipo al alcance nuestra; Asi que con mi Capoeira tendrá que bastar...

Sigo las huellas y el sonido de los pasos en sigilo, pero de forma rapida, pues quiero alcanzar a la persona que huye....

Cerraste los ojos, y enseguida una especie de sopor fue introduciéndote en las telas del sueño. las sábanas cálidas acariciaban tu cuerpo, mientras sentías que tu mente empezaba a flotar...

Te encuentras en medio de una calle... Es de noche y los rayos de luna iluminan débilmente. Vas caminando, pensando en tus cosas, cuando llegas a la plaza... Unos gritos llegan a tus oídos...

Esto ya lo has vivido, tu piel se eriza ante los recuerdos de aquella noche... Miras a tu alrededor, comprobando que te encuentras en la misma plaza. Algo te dice que ya sabes lo que va a ocurrir...

Caminas con el corazón en un puño. Tu mente te dice que no vayas, que eches para atrás, pero tus pies desobedecen y se dirigen hacia el mismo callejón.

Allí lo vuelves a presenciar. El mismo hombre abusando de la joven. Le ha desgarrado el vestido e intenta forzarla, mientras ella grita y gime asustada. No lo piensas, como si de una película ya vista se tratara te lanzas contra el tío, golpeándole hasta que ya no puedes más...

Miras a la joven. Ella te mira con los ojos inexpresivos mientras lágrimas de sangre van corriendo por sus mejillas. Se levanta del suelo. Su cuerpo desnudo está lleno de pústulas sangrientas y su piel empieza a derretirse ante tus ojos...

- ¿Qué has hecho? - Pregunta con una voz fría, algo metálica. - Por esto arderás en el infierno... - No puedes apartar la vista, y horrorizado ves como sus ojos se derriten... Se acerca a ti alargando una de sus manos. - Ven conmigo... - Dice cogiéndote del brazo...

Despiertas en mitad de la noche... Abres los ojos tembloroso... Te encuentras en la habitación del reformatorio.

Cerraste los ojos, y enseguida una especie de sopor fue introduciéndote en las telas del sueño. las sábanas cálidas acariciaban tu cuerpo, mientras sentías que tu mente empezaba a flotar...

Te encuentras en el dormitorio de tu casa, estirado sobre tu cama. Escuchas música a todo volumen mientras vas siguiendo el ritmo con la cabeza. Es de noche y los rayos de luna entran por tu ventana abierta.

Te parece escuchar algo... Te quitas los auriculares prestando atención a lo que ocurre fuera. Oyes a tu madre gritar... Te levantas y te diriges hacia la puerta entornándola... ¿Qué está ocurriendo?

- Por favor... No me hagas más daño... Dios mío... - Esas palabras dichas con voz agónica te sobrecogen. Sales del dormitorio y te diriges al salón. Allí te quedas parado ante la puerta. No puedes creer lo que estás viendo y un sudor frío recorre tu cuerpo.

Tu padre, se encuentra allí, ese hombre que murió hace ya unos cuantos años te mira desde el centro del salón. Parece que el tiempo no haya pasado. Tu madre está en el suelo, su cara es casi irreconocible, amoratada e hinchada. Te das cuenta que no puede moverse ya que tiene ambas piernas retorcidas en unos ángulos imposibles. Y algo te dice que la columna la tiene igualmente destrozada...

- Hola hijo... - Te dice tu padre mirándote con los ojos completamente negros, como si de dos manchas de petróleo se trataran... - ¿Te alegras de ver a tu padre? - Intentas huir de esa mirada, pero horrorizado te das cuenta que tus piernas no responden. Se mantienen clavadas en el suelo...

El hombre sonríe, y al abrir la boca una cucaracha sale de allí. El bicho, sube hasta su nariz para volver a entrar. - ¿Creías que me había olvidado de vosotros? - Pregunta nuevamente. Horrorizado ves nuevamente a la cucaracha saliendo por el otro orificio de la nariz. Se detiene un momento, como perdida y empieza a subir, buscando el oído.

- Ven, hijo mío, dale un abrazo a tu padre... - Dice acercándose a ti. Sigues sin poder moverte, viendo como ese hombre al que tanto has odiado, esa criatura en la que se ha convertido, avanza inexorablemente acercándose con cada paso que da.

Abre la boca y esta vez salen dos cucarachas de ella. Empiezan a bajar, metiéndose por su ropa... Al tenerlo al lado te das cuenta como sus vestiduras, raídas, se mueven ligeramente. El hombre llega a tu lado, y te abraza... Aterrorizado sientes como miles de cucarachas empiezan a recorrer tu cuerpo...

Despiertas en mitad de la noche... Abres los ojos tembloroso... Te encuentras en la habitación del reformatorio.

Cerraste los ojos, y enseguida una especie de sopor fue introduciéndote en las telas del sueño. las sábanas cálidas acariciaban tu cuerpo, mientras sentías que tu mente empezaba a flotar...

Estas conduciendo un deportivo a toda velocidad... Jessie se encuentra a tu lado y te sonríe mientras coloca una mano en tu entrepierna. Sientes la adrenalina quemando tus venas. Os siguen varias luces azules mientras las sirenas cobran vida en la ciudad. Tras un par de trombos y varios acelerones, consigues despistarlos... Jessie ríe a tu lado, emocionada... Salís de la ciudad dirigiendoos a la autopista.

La autopista se encuentra completamente vacía. Pisas el acelerador, el cuentakilómetros ralla los 250. Los dos reis... Parece que lo habeis conseguido cuando un helicóptero aparece en el aire. Sus potentes focos os iluminan. Jessie saca una mano por la ventanilla mostrándoles el dedo corazón y tú vuelves a apretar el acelerador. No te atreves a mirar, seguro que debes rozar los 300... La carretera continúa desierta, el helicóptero parece haber quedado atrás...

Jessie te mira y colocando su mano dentro de tus pantalones empieza a acariciarte. Unos relámpagos iluminan la zona, desvelándote un control policial a escasos 100 metros. Intentas frenar, pero los frenos no responden. El coche continúa a toda velocidad hacia ese control...

- Detente... Joder... - Te grita Jessie cogiéndose al salpicadero... Lo intentas, un sudor frío recorre tu espalda, en décimas de segundos los tienes encima... Ambos gritais cuando vuestro coche choca contra una empalizada lanzando vuestros cuerpos hacia delante. Tu cinturón te sujeta, pero de reojo ves como Jessie sale despedida por la ventana... El coche da varias vueltas de campana y empieza a arder contigo dentro... Miras hacia fuera viendo el cuerpo de la mujer que amas completamente destrozado. Mientras las llamas empiezan a consumirte la ves levantarse, parece un muñeco roto y te mira con las cuencas de los ojos vacías señalándote de forma acusadora... - Arderás en el infierno... - Te llega claramente su voz...

Despiertas en mitad de la noche... Abres los ojos tembloroso... Te encuentras en la habitación del reformatorio.

 Me despierto el sudor frío de la noche. Los sueños aterradores me interrumpen en el medio de la oscuridad. Sujetando la cabeza con mis manos. Miles de preguntas sin respuesta rondan en la cabeza de Sebastian como agujas punzantes que se van clavando sobre la superficie de su piel.

¿Yo soy un asesino? ¿Acaso lo he hecho por placer? ¿O de veras yo quise salvar a esa chica? ¡Yo mate una persona! ¡En fin era un violador pero era una persona también!! ¡¿Eso me convierte en un hombre sin corazón?! ¡¿Yo lo mate porque en realidad la intente proteger?! ¿O lo hice porque quise? ¿Yo quería matarlo? ¿Soy un héroe o un asesino?  El muchacho aun recordaba como golpe a golpe el hombre iba desfalleciendo lentamente y se volvió a acomodar en su cama. La incertidumbre y la tristeza lo acechaban en cada rincón de su corazón. Y su mente lo acechaba en cada momento. 

¿Soy una persona buena? ¡Ya basta Sebastian deja de pensar! Pero cuanto mas lo intentaba mas preguntas sin respuesta resurgían en su cabeza. 

¿Otro hubiera hecho lo mismo en mi lugar? No creo. Yo lo mate con estas manos. Pero... Pobre la muchacha no se merecía eso. Estuve bien en sacárselo de encima pero... Aun escuchaba los gritos de la muchacha en su cabeza pidiendo ayuda. Y luego la voz se repetía pero pidiéndole que deje de golpear al cadáver del hombre sin vida. Sus manos estaban todavía algo lastimadas. No había pasado el tiempo suficiente como para que sanasen. Aun recordaba la sangre que fluía a borbotones y a el no le importaba. El seguía golpeando al cuerpo.

¡Yo juzgue a ese hombre!!, ¡yo lo juzgué!! ¡Y lo mate! ¿El no..? ¿no se merecía ser juzgado por mi?... el hombrecillo no pudo dormir en toda la noche. Pero se quedo acostado simulando dormir.

 El cuerpo de leo se levanta de la cama sentandose, respirando con dificultad ante la pesadilla de ver como Jessie ardia mientras le habalba, y no solo eso, su pesado pie no podia quitarse del acelerador.¿Que habia sido aquello?¿Que le estaba pasando?¿Porque tenia aquellas pesadillas ahora si nunca le habia asolado el suelo algo asi?

No entendia nada, mira a s alrededor viendo dormir a sus compañeros, y se vuelve a tumbar, pero no cierra los ojos, aquella noche seria larga y no tenia sus cigarrillos. Pero sus ojos ahora solo  presenciaban la salida de Jessie del coche, el fuego devorandola y su voz....amenanzandole.

Ahora que estás en el pasillo, de noche... Sientes el frío que hace. Tu piel se vuelve de gallina mientras caminas por el pasillo, siguiendo el sonido de pasos.

Llegas a la esquina, y al girar no ves nada... Las huellas siguen. Continúas caminando. Parece que los guardias se hayan dormido ya que ninguno sale a ver qué ocurre. Por mucho que corras parece que la persona que sigues corra más... Finalmente cuando giras otra esquina a lo lejos ves una figura de espaldas, cubierta con una manta.

Tanto Leo, como Sebastian, Rubén, Iván y David abren los ojos en mitad de la noche...

Despiertan de un sueño intranquilo, los recuerdos todavía persisten, y temen volver a cerrar los ojos. Al mirar a su alrededor se dan cuenta de que una de las camas se encuentra vacía... Extrañados se sientan y pueden observar que en el dormitorio falta Alex...

Os encontrais los cuatro, con la sensación de haber despertado a la vez...

!NO MALDITO ALEJATE DE MI!.  Grito asustado, sudoroso, mi cara muestra autentico temor, me tapo la cara con ambas manos, y luego repito mentalmente, fue un sueño, fue un sueño, fue un sueño...

Miro al rededor mio, estan estos chicos tambien despiertos y uno de nosotros falta.

Joder, odio este lugar.

Me a siento en el borde de la cama aún sintiendo como mi respiración y mi corazón esta acelerado.

Donde quiera que este mi padre, seguro esta en el infierno.

Miro a los otros y me doy cuenta que todos han despertado.

¿Qué?... Este cuarto debe tener algo, si todos tuvimos pesadillas.

 Leo ve gritar a David, parece que todos habian tenido un mal sueño aquella noche. Y ¿Donde estaba Alex? seguro qeu ese cabron ha ido a ver la Erika.

-Tambien habeis tenido pesadillas?

Era extraño que todos a la vez hbieran tenido la pesadilla y hubieran despertado en el mismo momento, era algo que se le escapaba de las manos. ¿Casualidad? No lo creia.

Tomo mi cabeza y me levanto. Debo miar, necesito ir al baño.

Con los ojos desorbitados miro a los otros chicos... Respiro profundamente, no me ha gustado nada lo que he soñado y todavía siento como mi corazón va a mil. Sí... Yo... Joder...

Me siento en la cama con la respiración todavía algo acelerada. Levanto la mirada mirando a Leo y sonrío nervioso. ¿Qué extraño, no?

 Alzo mi cuerpo desde mi cama y me siento mirando el piso. Mi cabello me tapa el rostro. Lo quito de en medio. Sebastian Seguía pensando lo que le había tomado toda la tarde desde que se había levantado el día anterior al anterior. A pesar de eso no había hablado. Miro a David unos momentos y luego a leo y a Iván. Pero no les dijo nada. 

Mierda... Me levanto de la cama y empiezo a caminar descalzo por la habitación. El horror de la pesadilla todavía se mantiene fresco en mi memoria...

Tios, no sé que ha pasado... Pero es todo muy raro. De repente me detengo y me quedo mirando la cama vacía... ¿Dónde está Alex? Pregunto extrañado.