Partida Rol por web

Asalto 19

Damrod 25

Atrus 24

Alfonso 23 

Esqueletos 20

Doflar 19 

Andrómeda, Gerald y sacerdote 18

Cassius, Burl y Garl 17

Gardian 15 

Harold, Fulgur 12

Lannet 10

Ashrac Y Lasha 8

Fonkin y Ogros 6

Bráedam 5

Dark 2

Harold volvió a ver con tiempo de sobra la clava del ogro descender sobre él, y tan solo levantó una nube de tierra a su lado cuando la esquivó. Trató de atacar, pero esquivar el golpe le había desestabilizado, por no mencionar el peso de la cabeza que llevaba en una mano, así que su ataque se quedó corto por apenas unos centímetros. 

Asalto 18

Viendo que Fonkin había llamado la atención del Ogro, preparó nuevamente su virote. Pero el sudor lo estaba molestando enormemente, y no podía concentrarse para disparar. Temía darle a Fonkin en aquel enfrentamiento.
"Diablos. Concéntrate Doflar!" se reprimía el mediano.

Asalto 19

Viendo que su compañero estaba en apuros y que contaba con él, Doflar se concentró en su nuevo hechizo. Lo había practicado muchas veces, pero nunca lo había intentado. Sin embargo, con el pasar de la aventura, se vio capacitado a realizarlo ahora. Sacó un puñado de cenizas que tenía en su bolsita y se concentró... Empezó a sentir que el fuego se encendía en sus manos y una piedra de fuego fue apareciendo. Sintiendo el cosquilleo excitante, Doflar se concentró en el Ogro (6) para que su proyectil diera con todas sus fuerzas.

DM: Sin embargo enseguida Doflar sintió que algo no iba bien, la energía del hechizo ofensivo no está fluyendo como debiera, no consigue contenerlo y al final con un pluff el hechizo es internalizado y la energía acumulada al no poder encontrar la forma de proyectarse explota en el interior del guardia.

asalto 18 y 19

La caida de mi arma elentece mi combate, oigo a mi alrededor el sonido de metal, contra metal y gritos de auxilio y muerte, el sacerdote esta aguantando los embistes del esqueleto de Ashrac, pero sigo siendo para él un blanco fácil.

Mientras mis ojos buscan alrededor mi arma, mis manos agarran con fuerza el escudo y lo interponen entre la sucia rata del caos y yo, debo aguantar o por lo menos ser una distracción para este ser y que el esqueleto acabe con él

El único esqueleto superviviente de la quema de la tela de araña, se lanza 5 pies adelante y ataca al mago Dark, pero no se sabe si por el efecto del calor, del fuego o a que se debe, el ataque falla.

Asalto 18

La Elfa continua corriendo en dirección al sacerdote y se acerca a unos 25' de el, disparando una de sus flechas contra el, sin embargo el sacerdote logra esquivar su disparo.

Asalto 19

Continúo moviéndome hasta situarme al lado de Gardian, evitando a todos los enemigos, dejo caer mi arco y recojo el Arco del Ogro y los proyectiles

Durante un instante, observó incrédulo el amasijo de sangre coagulada, carne destrozada y huesos triturados en que se convirtió el enano tras aquél poderoso golpe del ogro. Conmocionado, no pudo más que observar como la clava se volvía a elevar en el aire, machada con los restos del valiente rebelde, para no volver a descender. Todos, al unísono, se echaron sobre la criatura antes de que él pudiera reaccionar, acabando con ella demasiado rápido, impelidos por el odio y la venganza. Él, con la misma sed de justicia, no esperó.

Sus rápidos pasos atravesaron el campo de batalla hacia la más cercana de las criaturas que no huía a través del bosque, centrado en un único cometido: matar. Cuando alcanzó al primero de los seres, junto a las carretas, ni siquiera miró. Se movió, veloz, y disparó.

Demasiado rápido, demasiado flojo. La saeta se desvió, alcanzada por una ráfaga de viento, y cayó al suelo a los pies del monstruo. Damrod, molesto, gruñó mientras preparaba una segunda flecha.

Sabiendo que ya no disponía de conjuros ofensivos, el mago se dispuso a retroceder un poco para poder así estar fuera del peligro y en el caso de que necesitasen un poco de ayuda todavía le quedaba algún truco bajo la manga para utilizar contra los enemigos. Colocandose detrás del clérigo esperó a que todo llegase al inevitable desenlace de la victoria del grupo y derrota del caos.

El clérigo al fin se libro del control de los esqueletos y ahora podía actuar con mayor soltura, entonces extiende su mano y de la misma sale un rayo de luz como si proviniese del mismo sol que se proyecta en linea recta hasta el templo que se encuentra del otro lado y aun un poco mas. El poder fue tal que el esqueleto al cual impacto se hizo polvo instantáneamente quedando solo uno de ellos para poder combatir.
Por otro lado Huesitos ataca con ambas manos al sacerdote, pero sus ataques fueron tan pésimos que este los esquiva con gran facilidad.

Asalto 19

mi arma espiritual logra asestar un buen golpe al ogro, aprovechando que mi ballesta aun se encuentra cargada invoco toda la energía de mi deidad en ella, logrando clavar mi virote en el costado de la bestia que se queja al momento, luego me muevo acercándome al ogro.

-Fonkin no aguantara mucho mas, resiste un poco

al parecer la mano de su dios lo había abandonado ya que al lanzar otra flecha por suerte o por destino había fallado su objetivo. Maldice a los cielos por volver a fallar siente que es mejor dejar el arco y lanzarse con su espada, tras una respiración profunda relaja su espalda, brazos y hombros disponiendo toda su atención al siguiente ataque con tal de no errar otra vez. 

El capitán dijo que no aguantaría mucho más. Así que le disparé con mi ballesta aprovechando que me protegía la distancia.

El sacerdote impacta con su maza contra el gigante huesudo resquebrajando otro hueso de la bestia muerta viviente, en breves si sigue así caerá. Mientras Asharc incinera con la energía de la Ley al esqueleto que quedaba, Huesitos lanza sus dos enormes manos hacia el sacerdote, sus dedos huesudos simulan garras cuando se clavan en la carne del sacerdote y atraviesan su cuerpo como si fuese mantequilla, sesgando su cuerpo y dejando solo partes de el en el suelo sanguinolento.

El Ogro 2 ataca a Harold, pero la defensa que tiene el mercenario es de leyenda, el Ogro no es capaz de acertar al monigote que se mueve tanto, mientras el Ogro 6 intenta golpear al arma mágica de Fulgur, el golpe es brutal pero el Ogro se queda con los ojos abiertos como dos lunas llenas, ya que no le ha producido ni una sola rozadura. El Ogro 5 y el ogro 9 flanquean la zona de tela de araña tras verla arder momentos antes, los Ogros 8,10 y 12 también salen de la zona de visión huyendo del combate y el Ogro 11 rodeado por la jauría de pequeños humanoides lanza un sesgo con su gran clava impactando de lleno contra el cuerpo del mercenario Atrus, el ruido es enorme, pero mayor es el dolor producido.

Burl consigue hacer un rasguño al Ogro con la ballesta mientras que su hermano aprovecha que tiene al Ogro de espaldas atacando a Atrus y le clava el filo de su hacha, el mediano hace una voltereta y consigue entrar en el radio de acción del Ogro sin ser atacado, pero su pequeña daga no consigue atravesar la dura piel de la bestia, la mujer aprovechando que el ogro también le da la espalda, golpea con su vara. El ogro parece apunto de caer.

Si Damrod consigue matar al Ogro, anularé el daño hecho a Atrus.

Braedam: Te das cuenta al coger el arco del jefe Ogro que es demasiado grande para que lo puedas usar, es un arco largo compuesto de tamaño grande, parece ser de una gran calidad y tiene incrustada una gema de brillo verde.

Los esqueletos habían sido derrotados, pero una nueva amenaza se acercaba, sabía que no sería fácil lograr golpearla pero sus compañeros podría acabar con el rápidamente, me pongo al lado de Geral y cubriéndome con el escudo espero a que se arrime

Durante un instante, observó incrédulo el amasijo de sangre coagulada, carne destrozada y huesos triturados en que se convirtió el enano tras aquél poderoso golpe del ogro. Conmocionado, no pudo más que observar como la clava se volvía a elevar en el aire, machada con los restos del valiente rebelde. Todos, al unísono, se echaron sobre la criatura antes de que él pudiera reaccionar, impelidos por el odio y la venganza. Él, con la misma sed de justicia, no esperó.

Sus rápidos pasos atravesaron el campo de batalla, centrado en un único cometido: matar. Cuando alcanzó su nueva posición, bailando alrededor de la criatura, ni siquiera miró. Se movió, veloz, y disparó.

Demasiado rápido, demasiado flojo. La saeta se desvió, alcanzada por una ráfaga de viento, y cayó al suelo a los pies del monstruo. Damrod, molesto, gruñó mientras preparaba una segunda flecha. La determinación del arquero, al ver su escaso éxito en aquella batalla, decidido a remediarlo, creció. Esta vez no se movió, apuntó cuidadosamente, y disparó un proyectil tras otro en rápida pero eficaz situación. Mortífero.

Mi ataque anterior parecía no haber sido muy efectivo.

Una vez mas...

-Toma esto, bola de carne!

Y volví a dispararle.

Los esqueletos estaban cayendo y se despejaba el camino para acabar con los más peligrosos ogros. El más cercano sangraba por abundantes heridas, Harold estaba enfrascado con dos, antes de que lo rodeen echo a correr, esquivando los obstáculos, saltando por encima de los más pequeños y enfilando hacia los que están más intactos.

El día clama sangre y eso es lo que estamos dando, sólo esperaba que no cayese mucha más de los nuestros.