Partida Rol por web

Cuando me ataca el orejotas, Crik, no pierde la oportunidad de atacarle de nuevo por detrás. Le escucho y le digo:

Crik, buscales, traelos. Grita "amo" todo el tiempo. Rápido.

Intento lanzar un hechizo de luz, pero no logro concentrarme.

El murciélago aterriza algo torpe en la arena y lanza un zarpazo seguido de una dentellada que chasca el aire, Crik sigue importunándole, y la testa del murciélago se gira ahora hacia el córvido... ya ha tenido bastante del emplumado, sin embargo, a cada uno de tus movimientos sus orejas se mueven inquietas, nervioso voltea y agita sus alas ocultando sus temidos mordiscos, el bichejo está hambriento, y no se le puede culpar de elegiros como presa, tal vez sea hora de cambiar los papeles, acerca de quien es la presa y quien es el depredador, al menos eso piensa alguien más allá de estas dunas.

Habib retrocede, tartamudeando unas torpes palabras, aterrado ante la inminente muerte en forma de murciélago, si consigue clavar sus larguísimos colmillos será el final y lo sabe, seria un alivio escuchar ahora los gritos de sus compañeros, tal vez un canto de guerra o un : Allá vamos, pero no, no hay nada, nada más se escucha, que los quejidos de Habib y los graznidos de Crik

El murciélago se gira y creo que quiere atacar a Crik. Desde luego no le será fácil, pero prefiero que no se arriesgue.

Crik, haz lo que te he dicho, huye ya. Búscalos!

Más equilibrado en la arena y pensando en que su vida y la de su estimado cuervo, pende de un hilo, logra por fin, conjurar su hechizo de luz sobre la punta de su lanza.

Hágase la luz.

La luz blanca sobre el rostro horrendo del murciélago es una sensación como de monstruo de cuento, pero real, muy real.

Ven a mí si te atreves! Le digo encarándole la punta luminosa de mi lanza, deseando enterrar la hoja en su cuerpo deforme.

Crik huye volando y el murciélago vampiro bate las alas por un momento en seguir a la presa a la que habia enfilado, pero de nuevo encontrarse a solas contigo es un gran incentivo para un gran depredador como él. La luz parece molestarle entre poco y nada y la punta de tu lanza se ilumina justo a tiempo para ver los enormes colmillos del vampiro abalanzarse sobre tu cara.

Es dificil apartarse y la boca engulle por completo tu rostro apresándote de nuevo, el dolor es insufrible, y de nuevo haces un atisbo en la oscuridad al ver tu cabeza atrapada entre sus dientes, con un forcejeo consigues liberarte, ahora totalmente inflado de adrenalina resoplas, estás a punto de abrir tu boca pero un dolor punzante irradia desde la comisura de tus labios, como si un millón de diminutas astillas se hubieran clavado y al mínimo movimiento consiguieras que se hundan más.

Palpas tu rostro, está muy caliente, tu mano se retira totalmente empapada de sangre, tu rostro destrozado por el casi mortal mordisco, y ahora pocas oportunidades para vivir... ¿Albergas esperanza?

Con el aporte de energía que da el verse casi muerto, me concentro manteniendo a la distancia justa las garras y colmillos del murciélago para lanzarme un hechizo curativo.

Soy el canal de mi curación.

Casi restituido por completo, me siento fuerte y capaz, así que le lanzo un grito de guerra mostrando mi furia y mi determinación de que no me iba a dar por vencido.

GRUAAAAARG! Sucio bicho inmundo, te voy a desgarrar las alas con mi lanza!

Echo a correr detras de Rhaz maldiciendo por lo bajo nuestra mala suerte el rey brujo nos va a matar, el rey brujo nos va a matar, el rey brujo nos va a matar, el rey brujo nos va a matar, el rey brujo nos va a matar...

-¡WAAAAARGH! ¡MALDITA BESTIA DE LA NOCHE! ¡VUELVE AQUÍ Y LUCHA CON TUS PRESAS, CRIATURA DE BAJOS INSTINTOS! ¡NO EMPIECES LO QUE NO PUEDES ACABAR! Sutu gritaba en medio de la noche maldiciendo sin cesar al monstruo alado que se acababa de llevar en volandas al pobre Habib, y cuyo destino era ahora de lo más aciago. Su hacha cortaba el aire sin cesar ante los golpes al vacío que el bárbaro hacía intentando liberar su frustración.

Despues de unos momentos intentando llamar la atención del ser lo suficiente como para que volviera, dejó de hacerlo apoyándose en el hacha para recuperar el aliento.

El bárbaro asintió a las palabras de Rhaztamiel.

-Yo tampoco lo voy a dejar a su suerte. Le dijo. Te acompaño. No romperé la palabra que dí de proteger al mago.

Y dicho aquello, salió corriendo en medio de la oscuridad de la noche, siguiendo a sus dos compañeros en pos del hechicero Habib, con la esperanza de rescatarlo como fuera de las garras del monstruo que se lo había llevado.

Un nuevo batir de alas al poco de echar a correr, y es el cuervo de Habib quien os sobrevuela graznando

AMO, AMO, AMO

Parece confuso y desorientado y vuela bajo a vuestro alrededor para luego retomar altura y internarse en el desierto en dirección al ascenso de una duna tan grande como una montaña que es capaz de ocultar medio cielo frente a vosotros y que será terrible de escalar.

El murciélago se lanza contra el hechicero y ambos rodais por la arena, sus torpes alas no le permiten volverte a apresar con facilidad y vuelve a ponerse en pie tras un fallido ataque, parece emitir algunos extraños chasquidos entre mordisco y mordisco, sus colmillos están manchados con tu sangre, ya has probado lo que son capaces de hacer, un nuevo mordisco resultaría fatídico para tí, por suerte, al otro lado de la gigantesca duna por la que has caído rodando, eres capaz de escuchar los graznidos de Crik, no están lejos, ¿Pero llegarán a tiempo?

Tan solo estás teniendo suerte, no puedes medirte con un enemigo como este, y ni mucho menos tu magia es capaz de ahuyentarlo, tal vez, si sales de esta, te plantees nuevos propósitos que alcanzar, ¿Cuantas veces debes caer en un mismo error para darte cuenta? ¿Cuando estarás listo para salir de la ciudad y enfrentarte al desierto tú mismo? ¿Cuando mirarás a la muerte con una gran sonrisa dispuesto a hospedar tu alma en su morada?

Suerte... ya puedes seguir apelando a las fortunas que te estén auxiliando porque solo de ellas dependes.

El graznido de Crik suena como trompetas de gloria, como la voz de una madre amorosa, como el agua derramándose en mi rostro y limpiándome el temor y el dolor.

Crik, Sutu, Rhaz, Willem! Estoy aquí, corred!

Grito mientras retrocedo solamente un paso (5 pies) hacia arriba y me coloco en en posición defensiva con la lanza esperando.

El sudor chorreaba por la frente de Sutu a causa del enorme esfuerzo de correr por la arena del desierto cargando todo el peso que llevaba consigo, pero fuerza no le faltaba al gigantesco bárbaro, y sus pisadas seguían manteniéndose firmes a cada paso.

-¡El pájaro del mago nos indica donde está su amo! Gritó a su dos compañeros mientras encaraba la dirección que el ave señalaba un momento antes de que escucharan los gritos de auxilio de Habib. ¡Por las enrojecidas entrañas de un Mekillot! ¡Aguanta hechicero! ¡O te sacaré a golpes del vientre de esa bestia nocturna!

El bábaro redobló esfuerzos para alcanzar la posición de su compañero y ayudarlo a salvarse del ataque del muerciélago del desierto.

- Bien hecho Crik - pensaba Rhaz con una sonrisa mientras poco a poco se iba acercando para ver que el hechicero pedía auxilio - Bien compañeros vamos a matar a ese chupoptero - dijo el picaro.

¡JOOOOODEEER! exclamo al ver la gigantesca duna frente a nosotros ¿me estás diciendo que vamos a tener que escalar eso? señalo la enorme montaña de arena joder, solo subirla ya va a ser un combate a muerte. ¿Y luego encima luchar contra al menos una de esas cosas? Porque con la suerte que tenemos fijo que hay más de una me llevo la mano a la frente y muevo la cabeza de lado a lado con gesto resignado los dioses se están cachondeando de nosotros. Bueno, ¿tiramos para arriba en un orden en concreto o vamos al montón?

Los aventureros escuchan a Habib y Crik remonta la duna desapareciendo de la vista, tan pronto llegan hasta arriba pueden ver en medio de la oscuridad la luz de la lanza de Habib, un círculo de luz en medio de un desierto que desde lo alto de la duna se ve grandioso, un horizonte negro que se funde con un cielo que en su ascensión se torna de un azul oscuro. Por fin pueden ver a su compañero

Habib ya escucha al resto, aunque no puede verles, sabe que la acertada luz de su lanza servirá de faro para atraerles, por unos instantes se da la vuelta tratando de verles, el rostro ensangrentado y el cuerpo agotado, resulta un gran error y los colmillos del murciélago se clavan en su hombro, como dos larguísimas agujas atraviesan la ropa y la carne, las fauces se abren y cierran acuchillando el hombro del malherido Habib, que se pone en pie manteniendo de nuevo la distancia, ahora con un hombro caído, al menos, la desesperanza que le habia embargado se convierte en sorpresa al ver que sus compañeros han decidido ir tras él, y que han tenido la fortuna de encontrar a Crik a tiempo, ahora con fuerzas renovadas y los refuerzos que están por llegar, tal vez sea posible echar a la criatura de la noche

El picaro al ver la luz de la lanza, lucha sin cuartel con la basta arena del desierto para poder dar paso tras paso, intentando así llegar lo mas rapido posible hasta Habib. - Venga rápidos voy a quedarme con los colmillos de esa maldita bestia para hacer un collar - dice Rhaz mientras sigue avanzando. - Necesito acercame mas para poder atacar con mi ballesta - pensaba - HABIBBBB!!!!! AGUNTAAAAA!!!! YA ESTAMOS AQUI!!!! - grito el picaro alentando al hechicero.

A pesar de mi intención de esquivar cualquier ataque, el vampiro aprovecha una distracción y me vuelve a clavar sus colmillos.

Crik se posa en mi hombro y sé que los demás no pueden tardar mucho en llegar.

Muy bien, Crik!

Mátalo!

Una oleada de odio hacia aquella bestia recorre mi ser y de alguna manera, Crik siente lo mismo. Doy un paso atrás para seguir acercándome a mis compañeros, pero esta vez no me distraeré, pues no creo tener más que una oportunidad más. Venga bestia, a qué esperas? Le provoco con gestos y palabras que no entiende, pero en el tono adecuado le han de llamar la atención.

Crik intuye que no tiene ninguna posibilidad si le ataca de frente, por lo que rodea en vuelo a la bestia y entonces le ataca por detrás. Si da hace 1 de daño, así que no tiro. xD

Bueno, parece que la suerte nos sonríe un poquito y el bicharraco no está acompañado de ningún pariente. Pero será mejor acabar esto rápido no vaya a tener comida familiar y nosotros seamos el plato principal. Sin mucho pensar echo a correr detrás de Rhaz en dirección al murciélago y al hechicero ¡tranquilo, la ayuda está en camino!