Partida Rol por web

GASTOS DE INGRESOS:

Ingresos:

1) Koldun Boru: No tiene fuentes de ingresos. Ha recibido 50 Florines del Conde de Balgrad para una misión diplomática.
2) Deliznieta Danislav: No tiene ingresos.
3) Valdav Krevcheski: No tiene ingresos.
4) Igor: No tiene ingresos.
5) Aldriu: No tiene ingresos.

Gastos:

Total:
1) Koldun Boru: Gasta 39 Florines. – Le quedan 311 Florines.
2) Deliznieta Danislav: 16 Florines. – Le quedan 94 Florines.
3) Valdav Krevcheski: 16 Florines. – Le quedan 104 Florines.
4) Igor: 1 Florin. – Le quedan 35 Florines.
5) Aldriu: 0 Florines (su mantenimiento lo ha pagado el Koldun). – Le quedan 0 Florines.

Mantenimiento: Koldun Boru: 5 Florines. Deliznieta: 3 Florines. Valdav: 3 Florines. Igor: 1 Florín. Aldriu: 1 Florín.
Edificaciones: Complejo subterráneo 25 Florines de mantenimiento anual. Valor: 500 Florines. Mantenimiento Anual: 25 Florines. Estado: 100%.
Caballos y Carros: Koldun Boru: 1. Deliznieta: 5 F. Valdav: 5 F. Igor: 0. Aldriu: 0.
Sirvientes: Koldun Boru: 8 Florines (7 siervos y paga 1 F del mantenimiento de Aldriu). Deliznieta: 8 F. Valdav: 8 F. Igor: 0. Aldriu: 0.

Nota: El coste de los sirvientes se paga incluso aunque no hayan estado con el personaje todo el año o se hayan muerto, representa gastos de mantenimiento que ya se han ido pagando a lo largo del año. Al siguiente año se ajusta a la cifra de sirvientes que se tenga ese año. El coste de los sirvientes está ajustado a la baja ya que sirven lealmente a la Casa del personaje, otras nuevas adquisiciones pueden tener costes de mantenimiento muy superiores.

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y UNO.

ESTACION DE INVIERNO.

MESES DE ENERO, FEBRERO Y MARZO.

Valdav se dirige de buena mañana a la habitación de Delizneta, hay mucho de lo que hablar y la demora puede ser fatal.Llama suavemente a la puerta y espera el permiso para pasar.
Hieratico, plantado en medio de la habitacion y con un tono cansino dice:
He creído entender que teníamos que hablar , pues bien aquí estoy .

Adelante escuchas al otro lado de la puerta, te miro y hago un gesto para que cierres la puerta. Por supuesto que tenemos que hablar, ya era malo tener que competir contigo para conseguir la atencion de nuestro señor como para que ahora ese deforme de Igor se la lleve toda el tono de voz es furioso como el aspecto de mi rostro totalmente crispado por la ira y la rabia Hay que parar a Igor antes de que se envalentone y demostrarle su lugar que es debajo de nuestros pies, un siervo no puede llegar a aspirar a nada mas que a servirnos

El Koldun llegó a las puertas del castillo donde un par de soldados montaban guardia. Subió las escaleras arrastrando tras de sí a Sveta Basarab y se plantó frente a uno de ellos con su negra armadura y la espada enfundada.

-Llevadme hasta el Conde -dijo en voz baja.

No hizo falta repetirlo. Los guardias escoltaron a los dos invitados hasta el interior del castillo y luego por el laberíntico interior.

Siguió a Vladislav por el laberinto, intentando memorizar el camino, quizás necesitara recordarlo en el futuro. Estirar las piernas, por poco que fuera, la había hecho recuperar, aunque lentamente, su estampa habitual. Podía estar sucia y desaliñada, pero era consciente que por muy a mal traer que pudiese estar seguía siendo bella, encantadoramente bella y que aquello, bien usado, podía convertirse en la mejor de las armas.

Ordenó un poco sus cabellos y se arregló las ropas. Mientras seguía los pasos de Vladislav, aprovechó de observarlo, era un ser enigmático que inspiraba miedo pero a la vez le despertaba un extraño morbo. Irían a ver al conde, a su tío, lo había oído bien, aquello no le agradaba, él sí que daba miedo, aunque por sus venas corriese la misma sangre.

Se preguntaba si sus hermanos y padres la extrañarían. ¿De saber dónde y cómo se encontraba vendrían por ella? ¿Serían realmente tan fuertes los lazos entre ellos como para desafiar a su tío y al mismísimo Knezi?... El Knezi... ¿La extrañaría él?

Volvió a fijarse en Vladislav, en cierto modo él le recordaba a su señor, había visto el mismo brillo en sus ojos y poseía el mismo halo de misterio...

-¿Qué va a pasar conmigo? -se atrevió a preguntarle con la más encantadora de sus voces- ¿Quién sois? -inquirió- Habéis hablado con propiedad a los guardias y ellos han obedecido sin chistar, respeto es lo que vi en sus ojos y una cierta dosis de temor...

-Silencio -dijo secamente sin mirar atrás-. No pongas a prueba mi paciencia.

Siguió andando sin añadir más comentarios. Tenía caracter, la niña esta. A lo mejor iba a ser un error deshacerse de ella. Si hubiera alguna forma de tocer su voluntad... sería una interesante aportación a su causa. Empezaba a pensar que Deliznieta había enfocado el asunto de forma equivocada. Era hora de intentar un experimento.

¿De verdad te molesta?-pregunta con tono falto de interés como si la respuesta tampoco le importara demasiado.Déjale que disfrute de su recién adquirido" poder " , yo por mi parte prefiero mi actual situación .Estar en primera fila puede ser peligroso como has comprobado e que Igor no tardara en descubrirlo.Por mi parte que se queme a la luz yo me refugiare en la sombra y esperare mi momento

Sonrio y me rio ante tu respuesta y camino hacia la mesa que hay en mitad de la habitacion donde hay papeles, las notas del combate. Las miro por encima como si no me importara mucho ya el resto de la conversacion No, no me molesta, a caso he dado a enteder eso con mis palabras? Si tanto quieres esperar, espera, el se quemara pero tambien hara mas de lo que tu haras escondiendose en la sombra y eso no es muy halagueño para ti. Un dia cuando te vayas a levantar te encontraras con que no puedes por que tendras su arma clavada en tu corazon, entonces no habra marcha atras

-Excelencia, podemos ofreceros una copa de sangre, si gustáis -dijo el mayordomo una vez llegaron al salón.

Sveta, en principio, no daba crédito a sus oídos y creyó que eran alucinaciones suyas, pero lo había escuchado bien, no estaba delirando, el mayordomo lo que hizo fue ofrecer una copa de sangre a Vladislav y no lo dijo en el tono que solía hacerlo su hermano Igor al llamar al vino sangre, pues cuando lo decía era en referencia a "la sangre de Cristo"... No, definitivamente no, las palabras del mayordomo tenían una tétrica entonación, tan tétrica, siniestra y obscura como los dos seres que estaban frente a ella.

Mucho tiempo no pasa para que un sirviente aparezca con una jarra de vino para ella, jarra que agradece aunque de buena gana pediría algo de comer, la han tenido durante todo su cautiverio a pan y agua y muere por algo decente para comer.

Escucha a los hombres hablar, sin intervenir más que lo justo. No le agrada su tío, definitivamente no, mientras más lo ve más repulsión, odio y temor le causa. Lo ve, inmenso y el Koldun no se queda atrás, ambos son seres que inspiran temor... se estremece ante la idea de despertar la ira de cualquiera de los dos.

-Me alegra ver a mi sobrina, sana y salva. Estoy seguro de que la habéis tutelado bien, contribuyendo así a su educación -las palabras de su tío le suenan a ironía.
-¿Su sobrinita? -formula la pregunta en su mente, medio escandalizada- menos mal que soy su "sobrinita" que sino quizás a dónde me habría enviado, seguro que a alguna cueva de lobos.

El Koldun empieza ahora a hablar de ella, llamándola "niña rebelde".

-¿Niña? -piensa Sveta- Ya se quisiera él una niña como yo.

Pero ahí no termina la cosa, ambos hablan de ella como de si de una cosa se tratara y casi, casi como si no estuviera presente. Arquea una ceja, no le gusta sentirse ignorada, acostumbra a tener las miradas de todos, hombres y mujeres sobre ella, pero tras oír que el Koldun lamenta su partida porque tenía intenciones de experimentar con ella, se siente intimidada y da gracias de no estar llamando la atención en ese momento. Es curioso, desea que el Koldun la desee como los tantos hombres que la siguen la desean, pero a la vez desea que así no sea, porque de ocurrir aquello sabe que estaría perdida y jamás volvería a ver a su familia.

No puede evitar preguntarse, al observar a su tío, qué es lo que esa mole ha hecho para tener todo el poder que tiene. El parece notar su mirada y le sonríe. Su maquiavélica sonrisa la intimida y asquea, él parece más una bestia en constante acecho de su presa que un humano.

-Sobrina, espero que hayas aprendido bien esta lección -le dice el conde-. El correo privado entre tus superiores nunca debes abrirlo.

Asiente, consciente que mejor es no decir nada ni mucho menos intentar defender lo indefendible, estaba pagando las consecuencias de su indiscreción y mejor era mostrarse sumisa y arrepentida. La entrevista o lo que sea eso fuera, por fin acaba, Sveta cree que al fin podrá reunirse con su familia. Se pone de pie, después que lo hiciera Vladislav, y con grácil reverencia se despide de su tío, sabe de buenos modales y cree que es mejor mostrarse como la señorita que es y no como la niña curiosa y vanidosa que todos creen, prefiere ignorar las risas tétricas de ambos en referencia a la lista de pretendientes que posee, ya que al parecer éstos, pese a que poco se la había visto y ultimamente en no muy buen aspecto, aprecía aumentar en lugar de disminuir. ¿Para qué negarlo? Aquellas palabras habían sido una inyección para su ya crecido ego.

El conde le besa la frente, ella aprieta los ojos fuerte, se siente pequeña y frágil a su lado, temerosa, no le agrada sentirlo tan cerca. Lo mira esbozando algo parecido a una sonrisa y sale por el mismo lugar que entrara, nuevamente siguiendo los pasos de Vladislav, pasos que, para su sorpresa y malestar, la conducen al mismo lugar de siempre... las catacumbas.

La misma sensación, el mismo aciago hedor, el mismo espacio reducido de tantas lunas, la han hecho regresar a su prisión, mira a Vladislav, incrédula, con una sola pregunta en su mente: ¿Por qué?

-¿Por qué me habéis sacado entonces?
-Disfrutarás una noche más de tus aposentos privados -le responde él.
-¿Acaso queríais divertiros viendo mi estado?

Sveta calla, siente un repentino escalofrío, se le ha pasado la mano y si no se controla las cosas pueden empeorar.

-No seas insolente, no quiero tener que devolverte en mal estado -le dice él, intimidante. Sveta sabe que está hablando con un auténtico monstruo-. Sería políticamente incorrecto...

La sonrisa del Koldun se ensancha y Sveta tiembla, traga saliva y suaviza el tono. Le hace una reverencia e ingresa a su celda.

-Agradezco vuestra hospitalidad, señor.
-Muy bien -responde él dando claras muestras de disfrutar el haberla doblegado-, pasarán a recogerte pronto.

Se marcha y Sveta queda otra vez sola, el perro guardían del Koldun no tarda nada en acudir a cerrar la celda dejándola sin más compañía que las ratas.

Igor, tras su ascenso a cotas de poder y responsabilidad mas elevadas, parecía haber cambiado ligeramente en su forma de comportarse. Lo que antes era malicia silenciosa, ahora era ambición mal contenida; cuando antes se agachaba, ahora se alzaba; donde antes habían discursos sin sentido alguno, ahora habían discursos sin sentido alguno de los que se podían extraer unas gotas de autoridad.

La llegada de los siervos no hizo sino aumentar esa sensación embriagadora que es el poder. Estar por encima de alguien era una sensación que nunca había conocido dentro de los lóbregos pasadizos del imperio subterráneo de su señor... Y por Dios que era algo que le gustaba.
Aún así, no perdía las viejas costumbres y seguía utilizando los pasadizos y pasillos peor iluminados y menos transitados, alimentando la idea de todos de que se trababa de un ser infame y envilecido, oculto siempre en las sombras como una alimaña mas.

Cita:

Muy bien... Aldriu... sígueme...
Respondió con un susurro peligroso, cargado de malos augurios.
¡Y vosotros! ¡Todos detrás, en fila! ¡EL que se mueva mas de lo necesario o haga cualquier cosa que no me guste! ¡NO! ¡recibirá un castigo ejemplar... ejemplar!

Comenzó entonces un largo peregrinar por las estancias mas oscuras y lóbregas, las mas sucias y descuidadas, las mas húmedas y peor ventiladas... Las estancias de los siervos. Los fue dejando uno por uno en sus celdas, para que se fueran acostumbrando a lo que les esperaba en las tierras bajo tierra del Koldun.
Sin embargo, aunque los trataba de forma poco humana, sentía cierta empatía con cada uno de aquellos hombres. Y esa empatía quedó mas a la vista cuando se dirigía a Aldriu... al que pronto comenzaría a versar en las artes necesarias para ocupar su puesto como Ayudante del Laboratorio.

Aldriu... Aldriu... Aldriu...
Iba repitiendo mientras su voz se fundía con los ecos de las catacumbas. Su paso adaptado al caminar del siervo, al que no quitaba ojo, apretando los nudillos en torno al pomo de la daga que ocultaba bajo sus ropajes.
Así que tu vas a ocupar mi puesto en el laboratorio... Bien... ¡Bien!... ¿Qué sabes hacer, Aldriu? ¿Eh, Aldriu? ¿Qué te han enseñado? ¿Herrería, alfarería? ¿Entiendes de animales, Aldriu? ¿O quizá solo seas un campesino?... Contesta Aldriu... tengo que saber que sabes hacer... si... para poder enseñarte lo que tienes que aprender... si...

Aldriu se sentía a merced del destino y no hacía otra cosa que esperar un rayo de esperanza entre todas aquellas tinieblas, si acaso podía esperarse semejante locura en aquel infierno de pesadilla.

-No soy mas que un campesino, señor. –titubeó- Aunque se tratar a los animales y a las bestias para el arado.

Su voz sonó débil entre aquel opresivo ambiente de tinieblas y oscuridad. Allí no había esperanza para la vida. Solo para la muerte.

Muy bien... muy bien... animales y bestias...
Repite haciéndose eco de las palabra del siervo.
Parte de tu trabajo consistirá en mantener en buen estado... ¡perfecto estado! a los caballos del señor... Y a los que serán tus caballos... si, si, si... Tendrás un carro Aldriu... ¡Ja! Para cumplir los encargos del señor... si, si... Esta bien que sepas cosas... esta muy bien, si...
Parecía de buen humor. O por lo menos hablaba con cierta euforia.
Seguirás todas mis indicaciones... ¡Todas!... y aprenderás rápido... al señor no le gustan los vagos ni los memos... ¿Entiendes? Y el señor tiene un genio terrible... ¡Terrible!... SI haces las cosas... Bien... te acostumbrarás a este reino... Y llegarás a apreciarlo... Si, si, si...

Con esas palabras, Igor se dedicó a pasear a Aldriu por las cuadras, los almacenes y demás cámaras dedicadas a menesteres de índole terrenal. Todos aquellos lugares que Igor frecuentaba cuando aún estaba comenzando en su caminar como ayudante.
Ser el Ayudante del señor es muy duro... pero gratificante... ¡Gratificante! Las recompensas no tiene fin cuando lo haces bien ¡jajajajaja!... Pero los castigos... Los castigos también son laaaargos...

Por fin lo lleva hasta las puertas del laboratorio, dos enormes hojas metálicas adornadas con decenas de pequeñas marcas y detalles a cada cual mas macabro. Se detiene justo delante de ellas y apoya una mano sobre la juntura de ambas hojas, volviendo su fea cabeza hacia el siervo recién llegado.
Esta es la parte final de la visita... Hasta que no hayas memorizado todas las estancias... ¡TODAS!... no podrás acceder aquí, no, no, no... así que vamos... vamos de vuelta... desanda el camino, Aldriu...

Tu rolea, lo comentaré con Dark a ver que dice pero en principio tienes luz verde :)

Valdav desùes de observar atentamente a los recién llegados.Se dirige a los dos mas jóvenes y les dice con en tono suave pero firme : seguidme , habéis tenido suerte ya que os reclamo para mi servicio.Soy Valdav Krevcheski vuestro nuevo señor, obedeced y vivireis como nunca, desobedecedme y os entregare al koldun.

El Koldun se encontraba nuevamente en el salón del Trono. Había citado a Valdav para una conversación privada, aun cuando sabía que probablemente los otros dos estarían curioseando. Le daba igual. Cuando el Lugarteniente llegó, Vladislav empezó a hablar.

-Valvad, tengo un trabajo importante para ti. Vas a acompañar a Sveta Basarab hasta su... anterior hogar.

Vladislav el lanzó una bolsa de cuero llena de monedas que Valdav cogió al vuelo sin dificultad.

-Ahí tienes suficiente para cubrir tus gastos, no te demores -continuó, sacando un sobre alargado cerrado y sellado y dándosela también-. Al llegar ahí, entrega esta carta a Garlu Basarab. Es probable que recibas una respuesta, vuelve con ella. ¿Alguna pregunta?

tras asimilar las ordenes Valdav rompe su silencio y responde

Tan solo una mi señor Koldun , ¿habéis dispuesto una escolta para acompañar a nuestra huésped?.Los caminos siguen siendo inseguros y como sabéis no soy un guerrero tan hábil como vos para poder garantizar la seguridad nuestra invitada.