Partida Rol por web

- Bien, como gustes. Cualquier cosa que necesiten o quieran saber, no duden en buscarme. Nunca estoy demasiado lejos. En cuanto a las propiedades o títulos... ya habrá tiempo de hablar sobre ello. Por el momento, considérense invitados de honor de esta humilde comunidad.

El fraile saludo con una reverencia y se alejó de la habitación.

-Simpáticos, ¿no?

-Dijo con algo de sarcasmo, y con voz algo queda, sospechaba que los muros podían tener oidos.

-Hay que tener cuidado, e informar a Tiberiu de la situación.

-Se fue colocando la cota de malla y el resto de la armadura, no se pondría el casco pero lo llevaría bajo el brazo, quería que la gente le viera la cara.

-Necesitamos nuestra propia gente aquí. No quiero tener que enfrentarme a ese extranjero, aunque no sea ortodoxo sigue siendo un enviado de dios y levantar armas contra ellos podría darnos algo más que mala suerte.

-Terminó colocarse todo, era importante para no sobrecargar los hombros y distribuir el peso por el cuerpo. -La unica salida pacifica que veo es que se conviertan y darles un pedazo de terreno donde puedan estar tranquilamente. Para que funden un monasterio o lo que sea. ¿Estarías dispuesto a cederles algo, o tienes otra idea?

Sibiu sonríe ante la posición de Vladimir

Son bastante símpaticos sí.... dijo también con sarcasmo

Como has dicho tenemos que informar a Tiberiu para que él mismo ponga fin a esto de una forma pacífica y onorable.

Se queda pensado Sí, les cedería a él y a sus seguidores un pedazo de terreno para que vivieran en paz, pero todo se hablará.

-No es poco. Aunque desgraciadamente estamos bastante solos. Lo máximo que puede hacer Tiberiu es enviar a su hermana. Se ganó a todo Baja Mare en su última visita. Sea como sea tenemos que ganarnos a la gente, serán ellos quien realmente decidan quien se queda el mando de Baja Mare, al menos por ahora.- Estaba convencido que si por lo que fuera perdían ante los monjes Tiberiu vendría a tomar como Señor lo que era suyo, pero si era así Baja Mare sufriría e iba a intentar evitarlo. Así que es mejor empezar a ver como están las cosas. Soy el primero que quiere ver la mina pero deberíamos ver si han montado algun tipo de defensa o solo estan creando una falsa esperanza armando unos cuantos monjes con horcas. Tambien debemos saber su numero exacto. -Se le veía dispuesto a comenzar la inspección. Para cuando Sibiu estuviera listo. O más bien para cuando terminaran su pequeña conspiración.

Sibiu mira al Caballero Vladimir con pasividad.

Vladimir, digamosle a Fray Blouis de Ruan que deseariamos dar un paseo por Baja mare y de paso, dar un ojo a la mina, ¿qué le parece?

Tenemos que ganar tiempo hasta que podamos informar a Tiberiu.

-El permiso lo tenemos, seguramente nos vigilaran pero lo tenemos. Realmente no lo he pedido y no debemos pedirlo. Hay que reforzar la sensación que estamos aquí no porque nos dejan si no porque es nuestro lugar. Comenzó a a caminar hacía la puerta. Por fin iba a ver cual era la situación de Baja Mare. Era hora de empezar a ganarse su favor.

-Se dice que algunos tienen ciertos resentimientos hacía tí. No es suficiente decir que hoy debes ser la persona más... - hizo una pausa y miró hacia arriba. -Beata, que hayan conocido nunca. Porque me preocupa que el monje y los suyos lo usen contra nuestra causa. Cuanto estuvo ante la puerta se paró para que fuera él el primero en pasar. -Guianos Gobernador.

Sibiu camina hasta la puerta y cuando se encuentra al lado de Vladimir se para al lado suyo y le pone la mano en el hombro.

-Guianos tú por ahora Caballero Vladimir Dravescu. dijo con total confianza

hecha una carjada hacia dentro Seré todo lo beato que pueda. dice mientras pasa la puerta.

EDAD Y ENVEJECIMIENTO: INVIERNO AÑO 951:

1) Fray Blois de Ruan.
- Envejecimiento: Cuando cumpla los 39.
- Modificador por edad: +3.
- Modificador por Decrepitud: +0.
- Nivel Social: Clase media urbana: +0 (Mantenimiento anual de 3 Florines).
- Año 951: Aparenta 30 años, la edad que tiene.
- Edad real: 30.
- Edad aparente: 30.
 

-Más que por respeto lo digo por que no conozco este sitio, solo he estado una vez aquí antes. Si mi primo te escogió para el puesto fue ante todo por esta razón. Una sonrisa sincera apareció en su rostro quizás la primera que le había dedicado al gobernador. La verdad es que Vladimir se enorgullecía de no tener que usar la mentira.

DATOS CAPATAZ SIBIU DE BAJA MARE:

Gastos Anuales:
Total: Florines: 22.
Mantenimiento: 3.
Edificios: Casa: 10.
Sirvientes: 0.
Caballos y carros: 9.
 

Envejecimiento:
- Envejece: Sí.
- Modificador por edad: +4.
- Modificador por Decrepitud: +0.
- Nivel Social: Clase media urbana: +0 (Mantenimiento anual de 3 Florines).
- Año 951: Pese a su edad, todavía no siente los achaques propios de la vejez.
- Edad real: 41.
- Edad aparente: 50.
 

Blois dedicó prácticamente todo el día a ponerse en contacto con sus hombres. Convocó a una reunión en la noche, similar a la asamblea que se realizaba todos los días para discutir los asuntos cotidianos. Sin embargo, esta vez pretendía que esté la mayor cantidad de gente posible. Conminó a sus hermanos a que convencieran a los pobladores de la importancia de asistir a la asamblea. Incluso él mismo pregonó el mensaje a cuantos pudo. “Allí, por primera vez, tendrán oportunidad de decidir su propio destino.”, les decía. “Sus hijos y sus nietos recordarán este día. Por muchos años se hablará de lo que aquí acontezca y, por sobre todo, el Señor los recompensará cuando ya todo acabe.”

Por razones de espacio, no pretendía realizarla en la antigua casa del gobernador, sino que tendría lugar en donde se oficiaba la concurrida misa dominical. Un predio a cielo abierto, ubicado fuera del poblado, pero a escasa distancia.

Su decisión era más firme que nunca, pero la arrogancia no se encontraba entre sus defectos. Expondría el caso a las gentes del lugar y dejaría que ellos decidieran quién era más apto para protegerlos. Habían conocido el gobierno del capataz, y también el de Blois. Ellos mejor que nadie podían resolver la cuestión. Y, por otro lado, eran los únicos que importaban. Aceptaría su decisión, por más dura que fuera. Si debía irse, lo haría en silencio, y sin resentimiento. Pero si estas personas lo aclamaban como su salvador… no habría hombre, mujer o bestia que le impida cumplir su misión divina. Pobre de aquel que se interpusiera en su camino.

Durante el resto del día que pasais en Baja Mare os dais cuenta que tanto Fray Blois como sus peregrinos están muy activos llendo de acá para allá. Al hablar con alguna gente del pueblo os enterais que están convocando a toda la población de Baja Mare para el anochecer. Fray Blois quiere darles a elegir quien quieren que les gobierne a partir de ahora si Sibiu o él.

Al salir de una cabaña, después de entrevistarse con uno de los pobladores, el monje fue increpado por un grupo de cinco hermanos que le cortaron el paso. Entre ellos destacaba el fornido y valeroso Roland, quien dio un paso al frente y encaró al fraile.

- Hermano Blois, hemos estado hablando entre todos, y creemos que deberíamos velar por su seguridad.- había respeto en su voz, pero también confianza. No le hablaba a un padre, ni a un líder. Tal vez a un hermano mayor. - Ese Sibiu puede ser capaz de cualquier cosa. Y nadie sabe como puede reaccionar el caballero. Nos hemos ofrecido a cuidar su espalda.

Con mezcla de indignación y sorpresa, Blois retrocedió unos pasos, calibrando las palabras de sus compañeros.

- ¿De que hablan? Sibiu no tiene valor para intentar nada, y en cuanto al señor Dravescu, ya lo dije antes: es un caballero. No se preocupen, no hay nada que temer. Además, en cualquier caso, el Señor cuidará de mí. – sus últimas palabras estaban cargadas de ironía, como si fuera una broma privada. Hizo un gesto divertido, como dando a entender que no quería ser molestado con estupideces, y luego se alejó del grupo.

Inmediatamente, los cinco hombres se movieron con él, imitando su paso. Blois se dio vuelta y miró a Roland, con un aire menos divertido en sus facciones.

El grandulón lo observó con una sonrisa de oreja a oreja.

- No estábamos pidiendo su permiso, Fray Blois. En cuanto a los designios del Señor, pues claro que Él que cuidará de usted. Para eso me envió a mí…

Blois se giró en redondo y continuó con sus tareas. Su rostro no demostraba sensación alguna. Cinco hombres acompañaban sus pasos.

Llegó al lugar donde debía hablar con los lugareños. Debía posicionarse por Sibiu, pues ese era su deber. Pero también debía intentar tender puentes. Que la gente de Baja Mare pudiera ver que podrían tener ambas partes. Si Fray Blois cedía en algo que no parecía importarle, y en algo que evidentemente si le importaba. Quizás ayudar a Sibiu como senescal, si no Fray Blois alguno de los suyos.

Buscó un lugar prominente desde donde todo el mundo pudiera verle. Y antes de hablar se quitó el almófar de la cota de malla y la crespina, para que todo el mundo pudiera ver bien su rostro.

-Gente de Baja Mare, creo que todos sabéis quien soy, aun así me presento. Soy el Caballero Vladimir Dravescu, nombrado Protector de estas tierras por Conde Tiberiu Bratovich, señor de estas tierras y nombrado por el mismísimo Vaivoda Protector del Norte. Para algunos tanto nombre y titulo no significan nada. Pero si significan algo, significa que no estáis solos, que el Vaivoda se interesa por estas tierras y sus gentes y quieren que prosperen y mejoren. Los inicios como todos, son humildes pero este es el inicio de un prospero futuro para Baja Mare. -Hizo una ligera pausa cambiando de posición y mirando a otra parte del publico que viera que no prestaba excelsa atención.

-Y el Protector del Norte ha nombrado al que fuera el capataz Sibiu gobernador de estas tierras. Sé que algunos no lo apreciáis, pero ahora debe responder ante el Protector del Norte. El mismo que me ha nombrado vuestro protector, venga de venga el enemigo. –Hizo una pequeña pausa para ver las reacciones entre la gente.

-Gobernará como lo haría el Protector del Norte, conocisteis a su hermana y se que es muy querida, su hermano es parecido, ante todo se preocupa por los que gobierna. ¿Queréis saber lo cómo lo hace?. Os pondré un ejemplo. Hace mucho que nos marchamos junto a mi padre. Y estuvimos mucho tiempo en Satu Mare, porque el Conde tuvo que mandar que no nos moviéramos. Satu Mare fue maldecido con la plaga. Y fue el Conde quien en persona quiso arreglar la situación. Partió solo arriesgando su propia vida en pos de una cura para la enfermedad. Solo sin arriesgar a nadie más. Y lo consiguió. Salvó a la gente de Satu Mare. Así es el Protector del Norte, ese es quien eligió el mismísimo Vaivoda para dirigir estas tierras. Y por el bien de Baja Mare ha elegido a Sibiu.

-Debido a la enfermedad, tardamos mucho en volver. Durante ese tiempo Fray Blois y los suyos han cuidado de estas tierras. Y lo agradezco. Pero ellos sabían que realmente era algo temporal, algo que acaba porque comienza una nueva época para Baja Mare. Porque como he dicho ya no estáis solos. Si mantienen la posición como ahora, el Vaivoda y la Santa Iglesia reaccionaran. Y no querréis conocer ese día. Pero Fray Blois ha actuado de buena fe, o eso me ha parecido cuando he hablado amigablemente con él. Es por ello que quiero darle un lugar el orden de las cosas que se ya está aquí. Si Fray Blois y los suyos juran seguir a la Iglesia de Oriente y reconocer al Conde Tiberiu Bratovich, como verdadero señor de Baja Mare. Se les podrá ceder tierras para la construcción de un monasterio, una fortaleza de fe, un legado que perdurará hasta el día del juicio. Así como un puesto junto al Gobernador de Baja Mare. Si cumplen esos dos simples requisitos, los cuales son admitir la VERDAD. Tendremos el futuro más brillante que nunca ha visto estas tierras.

Respiro despacio pero profundamente, esperando la reacción de la gente.