Partida Rol por web

Muerte en la Nieve

Cantar de la Gran Compañía 5: Las Ruinas de la Fe

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05/08/2020, 18:47
. Monje Pete

El rostro del monje se dulcificó al oír hablar del abad, meneando su cabeza espasmódicamente a un lado y otro con cierta vergüenza. Asintió, quizás de forma algo exagerada, como cada movimiento que hacía, dejando claro que en efecto el abad cuidaba de él. Sin embargo, quiso aclarar aquello añadiendo algo más a las palabras de Luelar.

T-t-todos cuidan d-de mí. -Corrigió a la elfa oscura, con su habitual dificultad al hablar- Unos s-s-son más duros, ot-tros menos. El abad es m-m-m-más c-c-c-cariñoso, sí, como el p-p-padre B-Bereno.

Sin embargo, cuando Luelar trató de sonsacarle información acerca de la identidad del monje que había abandonado las instalaciones de la abadía para acudir a las ruinas, el monje comenzó a negar con la cabeza, aparentemente nervioso.

N-n-no vi d-de quién s-s-se trataba, n-n-no... L-l-lo vi p-p-por una v-v-ventana, y estaba l-lejos... -Se disculpó, aunque se hacía evidente que no era un tema de conversación en el que se sintiera cómodo. De hecho, se estaba poniendo cada vez más nervioso al hablar de ello- En l-l-las ruinas n-no hay n-n-nada. S-sólo piedras. Yo he estado all-ll-llí muchas v-v-veces, trabajando, recog-g-giendo piedras para la c-construcción del anexo. N-n-no hay nada de n-n-nada...

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05/08/2020, 18:58
* Juglar *

Dhorne terminó abandonando aquella cocina y, con ello, el interrogatorio al que la elfa oscura estaba sometiendo al monje. El hombre parecía realmente limitado, mentalmente, como un niño encerrado en el cuerpo de un hombre, y lo cierto es que la dama Luelar se las apañaba realmente bien en aquella conversación, sonsacando información al pobre desgraciado.

Por otra parte, la mujer de mar había visto su suspicacia despertar en cuanto había tratado de atender a los sonidos que llegasen desde fuera de la cocina, pues no era una mujer habituada al silencio. En un barco siempre había gente trabajando, incluso con el mar en calma, así que el silencio absoluto nunca traía nada bueno. Siguiendo su instinto, salió al corredor y caminó hasta el comedor, a fin de comprobar la situación.

Para su sorpresa, los comensales de la otra mesa se encontraban tal cual los habían dejado, pero con ellos se encontraba un nuevo rostro. Un monje cubierto con un grueso hábito grisáceo con el que cubría, ya no sólo su cuerpo, sino sus manos ocultas y unidas bajo las mangas, así como su cabeza bajo una capucha, conversaba con ellos en voz baja. Se trataba de un hombre mayor pero que conservaba el vigor y carisma de alguien que se sabía hacer respetar, con un rostro agrietado por la edad pero que bien podría haber sido atractivo en otra época, de rasgos duros, con espesas cejas y una barba cubierta de canas que le otorgaba un aire de sabiduría.

Oh, me atrevo a deducir que vos debéis ser aquella que responde al nombre de Dhorne, ¿me equivoco? -Asumió el hombre con una voz grave pero carismática, dulce en cierto modo, mientras sonreía comedidamente a la recién llegada- Sus compañeros... me atrevo a decir que "protegidos", me han hablado de vos, y del resto de sus salvadores. Alabado sea Korth por haber permitido que alcanzasen la seguridad de nuestros muros. Permítame que me presente, por favor. Soy Garlon, el abad de esta congregación. Lamento no haber podido acudir antes a darles la bienvenida, pero temo que ya no camino como antes... -Indicó dando un par de pasos tambaleantes en dirección a la marinera, evidenciando una ostensible y dolorosa cojera en su pierna izquierda.

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06/08/2020, 15:29
Dhorne
Sólo para el director

 

Sintiendo mi alma inquieta, ante un sosiego y tranquilidad al que dudo algún día poderme costumbrar, me alejo de la cocina esperando que la intimidad, ofrezca a Luelar la posibilidad de hacer que aquel hombre se abra con ella por completo, y al mismo y sin poderlo negar, buscar algo en lo que pueda ser útil puesto que estarme quieta mirando el horizonte no es algo precisamente para lo que esté hecha. Aunque claro está, para lo que estoy hecha realmente jamás se encontrará en tierra firme. 

Dejo escapar entonces un suspiro mientras me adentro en el comedor, y aunque no espero encontrar nada que llame mi atención más de lo que anteriormente ya lo había hecho, la presencia de otro hombre cerca de quienes habían venido con nosotros, es algo que no me esperaba y que por ende, me desconcierta en más maneras de las que incluso, me gustaría reconocer. Es un hombre mayor, lo suficiente como para que el ocaso de sus días se encuentre más cercano de lo que se espera, y que aparte de expeler un aire de sabiduría del cual los demás carecen, también muestra un atractivo que parece no desaparecer con el paso del tiempo y las tribulaciones. - Esto de que te gusten mayorcitos se te está yendo de las manos. - Me reprendo mentalmente, y aunque una efímera y sutil sonrisa se enmarca entre mis labios ante este pensamiento, la misma desaparece con la misma rapidez con la que había venido. 

Pero aunque mi sorpresa no hace más que comenzar, esta parece crecer cuando el hombre se dirige directamente hacia mi. En un comienzo no se muy bien qué decir o como actuar, ya que siendo completamente ajena a los dioses y sus mundos, y sobre todo a los protocolos de quienes los sirven, mis formas pueden y serán sin duda, las incorrectas. Es un placer Abad y si, soy Dhorne. - Asiento con una calma sonrisa entre los labios, para después asentir a sus palabras. - Y cierto es que ha sido una suerte haber encontrado este lugar y que nos hayáis permitido guarecernos aquí, sino... Bueno, creo que está demás decir que habría pasado de no haber sido así. - Me limito a agradecer de torpe manera, intentando no sonar especialmente brusca, pero que un rayo me parta si con quienes estoy acostumbrada a tratar, son personas sumamente diferente a estas, y mucho más parecidas a las que soy yo.

Perdonad si mis formas no son las correctas, pero me temo que no estoy especialmente habituada a las formalidades que este lugar y vosotros merecéis. - Me disculpo de antemano y es que quien avisa, no es traidor. - Por favor, no os preocupéis, ya bastante habéis hecho por nosotros, más ¿Puedo ayudaros de alguna manera? - Le pregunto con una nada disimulada preocupación al ver no solo su cojera, sino que también el dolor que de esta, parece emanar. Y es que si, cierto es que quizás estoy perdiendo la empatía o simplemente me estoy amargando con el paso de las horas, pero toca comportarse como una persona medianamente normal, y entre ello está el ser servil más aún cuando no sabemos si alguien realmente está intentando jodernos a todos, así que más vale comenzar a hacer amigos o al menos, no enemigos. 

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08/08/2020, 14:20
Riohrd

Comenzando a sentirse ligeramente fatigado mentalmente, al intentar encontrar respuestas a una pregunta que sabía, tomaría su tiempo encontrar, el alto elfo siguió moviéndose entre libros sin que lo que pudiese encontrar fuese realmente de interés, o que ante sus ojos, tuviese algo que aportar a aquella empresa que si bien, no había pedido unirse, tampoco podía ignorar, por mucho que aquello le desviase de camino original. 

Sus largos y maltratados dedos pasearon entonces entre antiguos tomos y pergaminos, y cuando por fin consiguió dar con algo de mínimo interés, un mudo suspiro de frustración salió de entre sus labios al comprobar que aquel escrito, no decía nada que por historia popular, ya no se supiera. Aun así y con el texto entre sus manos, se acercó nuevamente a los demás, y aunque mostró con cierta frustración lo encontrado, sus ojos rápidamente viajaron hacia lo que Fian de Lorian había encontrado a escasos centímetros de dónde se encontraban. 

Cierto es que su mente comenzaba a atiborrarse de información que no sabía bien como organizar, pero aunque lo descubierto por Fian no parecía más que una cronología más, hubo una reiteración que queriéndola ignorar, no pudo. - Espero señores, que vosotros hayáis sacado algo en claro de lo encontrado, puesto que mi mente se encuentra atiborrada de información, y lo que creo comprender es tan confuso como aterrador. - Se sinceró sin reticencias ni pudores, puesto que muy puesto no se encontraba en geografía, y el mar de ideas que ahora golpeaban su cabeza, posiblemente estuviesen dirigiendo sus pensamientos hacia lugares demasiado lejanos en tiempo e incluso, en lugar, y que el resto de sus ahora compañeros no diesen voz a sus propios pensamientos, tampoco ayudaba al curandero a discernir qué de sus pensares iba por un camino más o menos certero o qué, por el contrario, comenzaba ya a mezclarse con su imaginación. 

- La única conexión que encuentro en todo esto es Dargore, y la venida de los dragones en manos de un ser borracho de poder... Más espero que vosotros seáis capaces de ver algo menos oscuro en todo esto...

 

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08/08/2020, 15:47
Luelar Tyrundlin
Sólo para el director

De pronto me vi a solas con el monje en aquella cocina, habiendo anunciado Dhorne su marcha antes de salir de esta. Aquel movimiento me resultó inesperado, pues si bien no era mucho lo que habíamos podido hablar acerca de cómo abordar a aquel hombre para sonsacarle información, tenía el convencimiento de que nos mantendríamos juntas en la labor. Sólo esperaba que la marcha de Dhorne no supusiera que Pete se pusiera aún más nervioso.

El monje continuaba insistiendo en que todos eran buenos con él, aunque lo fueran más el abad Garlon y el padre Bereno, algo que comenzaba a cansarme; aunque de pronto una idea cruzó mi mente.

Al preguntar a Pete por la información que realmente me interesaba, este se puso mucho más nervioso, negando saber quién había sido el hermano que se había adentrado en las ruinas de noche; unas ruinas en las que decía que no había más que piedras.

- Tranquilo... - le dije con voz suave, en pos de ayudarle a calmarse, apoyando una de mis manos en su hombro a modo de consuelo. - No haría nada que le perjudicara, puede confiar en mí. - le dije con una tenue sonrisa, siendo aquello increíblemente cierto, tras lo que retiré mi mano.

Aquel humano no me había hecho nada, y me procuraba una molesta lástima que me impedía ir en su contra. Por mucho que él dijera o lo resignado que se mostrara, seguía sin parecerme justo el modo en el que era tratado, que sus capacidades no fueran como las de los demás no significaba que tuviera que recibir órdenes como si fuera un siervo y no un hermano más de la congregación.

- ¿Es que a quien vio eran el abad Garlon o el padre Bereno? ¿Por eso no me lo quiere decir? - insistí, sin saber realmente si había mentido o no, concentrándome en sus gestos y palabras para ver si conseguía descubrir en aquella ocasión qué pasaba por la mente de aquel hombre. - Sabe que en las ruinas no puede haber sólo piedras, si no nadie hubiera ido allí. - añadí, preguntándome cómo reaccionaría ante aquella afirmación. - No tiene por qué ayudarme a entender lo que pasó esa noche si no quiere, pero me gustaría que lo hiciera... - terminé por afirmar, sentándome en una caja de madera que reposaba cerca de otras, invitando al monje a tomar asiento con un gesto de mi mano.

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08/08/2020, 18:29
Tyron Stark

Toda aquella información que se encontraba ante nosotros tenía que significar algo, o eso me repetía una y otra vez mientras me situaba sobre aquellos documentos y trataba de leerlos de forma analítica. Había muchos datos que ya conocía, de hecho que conocía todo el mundo. Otros resultaban más específicos de lo que el saber popular transmitía, pero igualmente no parecía que fuera nada relevante para nuestra tarea.

Se nombraba Dargone, claro, el bastión en las Kehalas desde donde el Rey Dios había enviado a sus hordas sobre todo Valsorth. Sin embargo, ¿qué posibilidades había de que las gemas, siquiera alguna de ellas estuviera allí? No lo veía factible. Si quienes le derrotaron conocían su poder, las enviarían lejos y por separado. Y si no, formaría parte del poco tesoro que se llevasen hombres y elfos. Curiosamente, aquellos escritos sí distaban en algo de la historia tal y como yo la conocía. Siempre había oído que, tras derrotar al Rey Dios, los elfos del bosque habían traicionado al rey de los hombres del norte por los tesoros. Sin embargo, para mi sorpresa, aquellos escritos narraban lo acontecido de una manera mucho más... neutral. Hombres y elfos resultarían culpables por igual, y por más que me pesase, me parecía algo bastante más probable. Pero ¿las gemas? ¿Acaso había alguna posibilidad de que hubieran quedado allí, en Dargone, abandonadas junto al resto de los tesoros?

La fundación de mi orden... la fundación de Solak... Incluso la destrucción de Agna-Anor y el posterior alzamiento de Korth de entre los esclavos. -Indiqué, visiblemente consternado con la dimensión de aquella conjura, pues el Rey Dios había comenzado su ofensiva por la dominación de Valsorth antes incluso de lo que yo consideraba la historia de mi pueblo- El último lugar donde parece que al menos alguna de las gemas debió estar sería Dargone, si asumimos que el Rey Dios había obtenido al menos alguna de ellas.

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08/08/2020, 18:50
. Fian de Lorian

Dado que juntar las tres para celebrar su impío ritual era el objetivo que encerraba su Reino de la Sombra, debemos asumir que habría obtenido una o dos de ellas. Korth no lo quiera, podría haber llegado a tener las tres en su poder, y haber sido derrotado in extremis antes de poder celebrar el rito. -Indicó el paladín, atusándose su mostacho con aire pensativo- Sin embargo, ahí se pierde la pista. Podrían seguir allí, habérselas llevado sus seguidores para salvaguardarlas hasta su regreso, o haber sido tomadas por las fuerzas de ambos ejércitos. Puede que incluso sin saber lo que hacían. De un modo u otro, ¿existe la posibilidad de que una de ellas terminase en este lugar?

La pregunta era, evidentemente, retórica. La respuesta no estaba, por supuesto, en ninguno de los presentes. Tan sólo el tiempo y la investigación que los héroes estaban llevando a cabo terminaría por desvelar la verdad.

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08/08/2020, 18:55
. Abad Garlon

El abad asintió con gravedad ante la seriedad de las afirmaciones que la marinera hacía. En efecto, el hombre de Korth parecía muy al tanto del peligro que aquellas gentes habían corrido, y parecía genuinamente aliviado de poder tenerlos allí, a salvo entre los muros de su abadía. Sin embargo, su gesto se suavizó, lleno de afabilidad, mientras negaba ante las disculpas de la mujer.

No hay nada que disculpar, joven. -Indicó sacando una de sus manos de entre las mangas de su túnica, mostrando la palma ante sí- En un sacrosanto lugar como éste en... Solak, por ejemplo, a buen seguro se exigiría un comportamiento estricto. Pero somos una pequeña comunidad retirada del mundo, de modo que sentiros libre de comportaros con naturalidad. Me alegro enormemente de poderos ser de utilidad. Nuestro hogar, la casa de Korth, es vuestra casa durante el tiempo que sea preciso. Habréis comprobado que no disponemos de mucho, pero todo lo compartiremos.

El abad, cambió un instante el peso de una pierna a la otra, casi de forma inconsciente, pero al hacerlo su rostro se constriñó en una mueca de dolor y regresó el peso a la posición anterior.

Perdonad, ya no soy el que era, y esta pierna no me responde como hiciera antaño. Una vieja herida mal curada, sumado a la ya avanzada edad. -Se excusó el abad- Lo cierto es que buscaba a Fian de Lorian. ¿Sabéis dónde se encuentra? Debía estar junto a otro invitado nuestro, un elfo. Y por supuesto, quisiera conocer al resto de vuestros compañeros. Las buenas gentes de esta mesa hablan maravillas de todos ustedes...

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08/08/2020, 19:15
. Monje Pete

El monje pareció calmarse ligeramente ante las palabras de Luelar, al menos al principio, mientras la elfa oscura le pedía calma. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, mientras retomaba su tarea limpiando los aperos de cocina. Sin embargo, se quedó petrificado al oír a la mujer volver a preguntar. Su ceño se frunció, girándose hacia Luelar con el rostro desencajado.

¿N-n-no me c-c-cree? -Preguntó, consternado- M-m-mentir no est-t-tá bien. Yo n-n-no miento, si dig-g-go que no l-l-lo vi es p-p-porque n-no lo v-ví. -Se defendió, aparentemente ofendido por la sugerencia de un modo que parecía sincero. Visceral e inocentemente sincero.

Sin embargo, y adoptando una pose más abatida, se volvió a centrar en el trabajo, agachando su rostro.

S-s-si hay alg-g-go en las r-r-ruinas, yo n-nunca lo he v-v-visto. -Insistió- S-sólo piedras, m-m-muchas p-piedras, y ag-g-gujeros en el s-s-suelo... P-p-peligrosos... El p-p-padre Marok d-decía que no me ac-c-cercase, que m-m-me podía c-c-caer...

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10/08/2020, 21:36
Dhorne
Sólo para el director

De alguna manera que incluso bizarra puede parecer, el Abad me recuerda en ciertos aspectos a Murgriel, claro, si mi capitán fuese un hombre religioso, dejase de parecer mas un pirata que un marinero, por no contar el tema de las compañías de pago cada vez que estábamos en tierra... Vale, a simple vista no parecen tener demasiado en común, pero quizás ese aire de sabiduría que dan tanto los años como la misma experiencia, es lo que de alguna manera me recuerda a quien, vivo o muerto, siempre será mi capitán, y por lo mismo, me cuesta mucho menos mostrarme afable con este hombre como sin duda, será con todos los demás de este inmóvil lugar. 

Mi rostro sigue manteniendo una serena expresión que no delata mis pensares, y aunque una ligera sonrisa curva mis labios ante sus palabras, esta no denota alegría alguna, sino más bien, gratitud. No ser una mujer religiosa podía ser un problema en un lugar cómo este, y por lo mismo, siento cierto alivio al saber que no se espera de mi una actitud apegada a una religión que si bien conozco de oídas, jamás me ha importado o interesado. - Me quitáis entonces un enorme peso de encima. - Aseguro sin perder la sonrisa de los labios, aunque queda más que claro que lo de comportarnos con naturalidad proviene únicamente del desconocimiento de nuestras personalidades, o al menos, de la mía. - Y estoy segura de que el resto de mis compañeros opina como yo en el intentar ser de ayuda a este lugar y a vosotros  tanto cómo se encuentre en nuestras manos, como en nuestras propias capacidades. - Aseguro ya que, tampoco es que tuviésemos mayor opción, aunque sigo sin saber cómo mis habilidades serán de ayuda en un lugar estático y por sobre todo, carente de mar. 

Pero entonces y entre palabras de amabilidad de ida y vuelta, una de sus frases llama mi atención, un detalle que aunque sin importancia en un comienzo, despierta mi curiosidad. - Perdonar mi ignorancia pero ¿Por qué habéis decidido apartaros del mundo? - Pregunto, para después intentar explicar mi pregunta. - Este no es un lugar al que precisamente sea fácil llegar, y su clima parece de todo menos amable. 

Más aunque mi duda a sido lanzada desde la más genuina curiosidad, no es precisamente sutil como el hombre cambia su peso de una pierna a otra, y como la mueca de dolor se hace latente en su rostro, más antes de preguntar, olvidando por completo los pocos modales que aún me quedan, fue su pronta aclaración de lo que le aqueja lo que tampoco es que me pase inadvertido, mucho menos, tras lo dicho por Fian minutos atrás. 

- Tanto Fian de Lorian como el resto marcharon en dirección hacia la biblioteca sino he entendido mal, más si me indicáis cómo llegar hasta dicho lugar, y dónde podemos encontraros luego, yo misma iré a buscarles para que no tengáis que esforzaros sin necesidad. - Me ofrezco con amabilidad, y es que si bien simple es sentir cierta empatía por alguien que tanto me recuerda a un ser querido, no es menos cierto que no tengo interés alguno de que sea el Abad quien descubra la conversación que Luelar está teniendo con Pete, ni mucho menos pueda echar un vistazo a las investigaciones que el variopinto grupo de varones está llevando a cabo ahora mismo. 

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11/08/2020, 13:40
Luelar Tyrundlin
Sólo para el director

El monje pareció calmarse en un principio, pero al insistir sobre lo que había pasado la mencionada noche, Pete se alteró; mostrándose ofendido por las palabras que le había dirigido.

Rehusó además a sentarse y seguir charlando, aunque sumergido nuevamente en el trabajo me dedicó unas pocas palabras más para hablarme de las ruinas, donde decía que sólo había piedras y peligrosos agujeros en el suelo.

¿Estará hablando de galerías subterráneas? ¿Pretendía el padre Marok con sus advertencias que Pete no descubriera algo que no debía?

- Tenga cuidado entonces cuando vuelva a las ruinas... - dije mientras volvía a levantarme, acercarme al monje para hablarle. - Siento haberle ofendido, no era mi intención. Ojalá sepa perdonarme. Será mejor que me vaya, ya le he importunado bastante, además no conviene que le vean hablando conmigo; sé que los elfos no somos bienvenidos por aquí...

El moje parecía haber dicho la verdad respecto a lo que sabía sobre quién se había aventurado a las ruinas, y no creía que pudiera decirnos mucho más sobre el interior de estas, siendo ello además algo que inspeccionaríamos durante la noche.

- Gracias, Pete. - terminé por decirle con una tenue y triste sonrisa antes de dirigirme hacia la salida, a menos que aquel hombre tuviera algo más que decirme.

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11/08/2020, 20:50
Riohrd

Apartando la mirada de aquellos textos, solo para posarla sobre los rostros de quienes le acompañaban, el Alei escuchó con atención aquello que los hombres tenían que decir, sopesando sus palabras, sus ideas e intentando buscar caminos que imposible serían de aventurar hasta el comenzar a recorrerlos. Y es que si bien ya tenían qué buscar, e incluso el lugar por el cual comenzar su tan siniestra aventura, aún quedaba por responder la que quizás fuera la más peligrosa de las preguntas ¿Quien estaba usando la o las gemas? Y es que el poder que estas piedras albergaban no podían llamar a nadie que no buscase en la oscuridad un poder ilimitado y por lo mismo, más temor le infundía quien pudiera haberse hecho con ellas, que la misma piedra como tal. 

Aun así, y con aquel pensamiento sin abandonar su cabeza, el curandero decidió no decir palabra alguna al respecto, dejando para sí su cavilar puesto que aquel lugar, con la presencia del padre Aughio entre sus muros, seguía siendo el menos indicado. A estas alturas, cualquier alternativa termina siendo sumamente posible, y me temo que ninguna permite vislumbrar un futuro cercano prometedor. Comentó al tiempo que masajeaba sus sienes con una de sus delgadas y malogradas manos, y es que sin importar dónde se encontrasen realmente las gemas, ya fuesen en manos ajenas a su historia o en las que aguardaban el regreso del Rey Dios, lo que había comenzado a levantarse de sus tumbas parecía no ser más que el principio de una terrible realidad.Pero a falta de mayor información así como de certezas, al menos sabemos qué camino seguir y qué hemos de buscar. - Intentó de alguna manera animar a quienes se encontraban con él en torno a la mesa, y es que el futuro, incluso el cercano se mostraban desalentadores, pero demasiadas vidas humanas había vivido ya el alto elfo como para saber que aquella raza era tan frágil al tiempo, como fuerte en sus convicciones. 

Es posible que con algo más de tiempo podamos encontrar más información ... - Comentó al tiempo que alzaba la mirada hacia el ventanal que se encontraba en el techo. - Aunque no estaría de más buscar en otro lugar donde pueda mantenerse a buen recaudo el saber escrito. - Terminó por explicar, dedicándole una seria mirada a Fian de Lorian, después de todo, lo había conocido en el despacho privado del abad, el cual para su llegada, se encontraba sumido en una más que interesante lectura, y desde entonces, y más aún tras las explicaciones del por qué Fian se encontraba ahí, la mente del alei no había dejado de preguntarse si es que en aquel lugar, sería posible encontrar mayor información, una que claro está, pudiese estar al alcance de solo unos pocos. 

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11/08/2020, 23:01
* Juglar *

Pocas eran las pistas reales con las que contaban nuestros héroes, o al menos que les pusieran en el camino hacia la verdad que tanto ansiaban hallar. Incógnitas y piezas aisladas de un gran puzzle era todo con lo que contaban, aunque quién podía aventurar si con el tiempo todo terminaría por encajar. No obstante, las elucubraciones que pudieran hacer al respecto distaban mucho de ofrecer buena ventura en su horizonte.

Con aquel pesar en sus mentes, Ivar advirtió con gestos a sus compañeros de la proximidad del padre Aughio, que retornaba con un grueso y pesado tomo con las tapas forradas en cuero curtido, envejecido en gran medida por el paso del tiempo. Lo llevó en silencio hasta la mesa, depositándolo premeditadamente ante Fian de Lorian, como si tan sólo a él compitiera consultarlo. Sobre la tapa frontal del tomo podía leerse en un relieve, que por el brillo en sus bordes pudiera haber sido teñido en letras doradas, el título del libro.

"BESTIARIO DE VALSORTH: DE LAS JUNGLAS DE SLURK A LAS LLANURAS GRISES"

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11/08/2020, 23:08
. Padre Aughio

Ahí tenéis vuestro bestiario. Podéis consultarlo el tiempo que gustéis, pero ya os he advertido que de poca utilidad os resultará la información que contiene. Tan sólo se trata de una recopilación de bestias y criaturas, extensa sin duda, pero mucho dudo que relacionada en modo alguno con aquello que os atañe. -Indicó el religioso, volviendo a tomar asiento en la silla que había ocupado anteriormente.

Se inclinó sobre el tomo que tenía ante sí, aquel cuya lectura había abandonado anteriormente, e hizo un gesto de extrañeza al tocar su cubierta. Sin embargo, no fue más que un instante, antes de reabrir el libro y comenzar a buscar entre sus páginas.

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11/08/2020, 23:11
. Abad Garlon

El rostro del abad mostró una afable sonrisa al conocer el parecer de Dhorne, sí como su convencimiento en nombre de sus compañeros, acerca de la falta de protocolo estricto en la fortaleza sagrada. Aquella sonrisa no menguó cuando la marinera le preguntó por sus motivos para haberse apartado del mundo hasta tan inhóspitas tierras. Lejos de ello, el abad apartó la cobertura de su cabeza, desvelando una ostensible calvicie, mientras alzaba sus espesas cejas, mucho más oscuras que el cabello que aún conservaba a los costados de su cabeza.

Bueno, los hombres buscan a Korth en los lugares más insospechados, jovencita. -Indicó con cierto aire de condescendencia paternal, a la par que se encogía de hombros- Yo creí que estaría más cerca de él alejándome de las grandes ciudades, con su ruido, sus luchas y su constante vorágine. Entre estos muros uno puede hallar paz, sosiego, y dedicarse a la contemplación y el silencio que nos permite estar más cerca de El Salvador. Ahora somos poco numerosos, pero en otro tiempo fuimos una próspera comunidad. -El abad guardó silencio unos instantes, mostrándose meditabundo- Se podría decir, en realidad, que aquí no me aparté del mundo, en realidad. Tan sólo hice mi mundo más pequeño, y por ende más sencillo.

Aquella explicación podía no tener el menor sentido para la joven marinera, o resultar precisamente del todo acertada. Después de todo, ella sabía bien lo que suponía que tu mundo, tu vida y lo más parecido a tu familia en este mundo se restringiera a los límites de la cubierta de un navío. Pero, tanto si Dhorne coincidía o no con el abad, se plegó hábilmente a informar a éste de la situación de los varones de su grupo, dejando de lado las actividades de Luelar. Incluso se ofreció a acudir en su busca para evitar al abad el largo peregrinar por su abadía, algo que pronto se hizo evidente que agradeció.

Os lo agradezco enormemente. Temo que ya no soy el que era, y todo trayecto que pueda ahorrarme es bien agradecido al final del día. -Indicó el abad, con un gesto de alivio- Tanto Fian de Lorian como el elfo Riohrd conocen la localización de mi despacho. Me encaminaré hacia allí ya mismo, lo que significa que tardaré un rato en llegar. Podéis reuniros todos allí conmigo cuando hayáis puesto en orden vuestros asuntos, tan sólo para ofreceros una bienvenida como es debido.

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11/08/2020, 23:37
* Juglar *

Aunque este cantar no refleja con exactitud si medió alguna actividad que retrasase a una de las dos, o si por la simple providencia ambas terminaron con sus actividades al mismo tiempo, lo cierto es que nuestras dos heroínas acudieron al pasillo al mismo tiempo.

¿Le sirvieron a Luelar Tyrundlin las explicaciones que el monje disminuido le ofreciera? Espero que todos los presentes deseen fervientemente que así fuera, porque lo que lograse en aquellas palabras parecía lo único que iba a obtener de aquel hombre. Ni una sola palabra, trabada como la mayor parte de las que salían de su boca, respondió a la elfa oscura cuando se despidió. Y no fue porque Pete se mostrase poco amigable, ni de lejos. El monje sonrió a la mujer en su marcha, despidiéndose con un exagerado gesto de despedida con su mano, la cual estaba mojada por el agua de fregar, y salpicó buena parte de la cocina con el gesto.

Al salir al corredor, no tardó en ver la silueta de Dhorne regresando del comedor en que habían comido anteriormente. La marinera se había despedido ya de su interlocutor, con una tarea en mente, pero antes de doblar la esquina en dirección a la ruta que habían tomado los hombres para acudir a la biblioteca, se percató de que por el otro extremo del pasillo se acercaba la sinuosa elfa oscura.

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12/08/2020, 23:18
Dhorne
Sólo para el director

Al preguntar, no esperaba una respuesta que pudiese hacer que mi extrañeza por la decisión tomada por este hombre, tuviese algún tipo de sentido para mi, no cuando a simple vista no tenemos en común siquiera el haber decidido vivir sobre el mismo elemento y supongo que justamente por esto, al esperar una respuesta que pudiendo ser profunda para él, a mi me resultase vacía, es que sus últimas palabras consiguen golpear con fuerza en mi interior, trayendo consigo el remover de aquellas emociones que hasta ahora, había conseguido aparcar ante la premisa de un tan abrupto como horrible final. 

Sus palabras eran sencillas, pero certeras en una decisión que sin saberlo siquiera, había tomado yo misma hacía ya lo que parece una vida. Pude haberme arraigado en tierra firme, haber tenido una vida sencilla y serena pero en cambio, cuando tuve la oportunidad de elegir, de tomar la que quizás fue la más importante decisión de mi vida, decidí hacer mi mundo mucho más pequeño, en constante movimiento sin que hubiese algo más que la cubierta de un barco lo que pudiese llamar hogar, y personas que perdidas y olvidadas como yo, fue a las que decidí llamar familia. 

Hasta hoy, mi mundo podía contarse en metros, siendo mi patria todo aquello que abarcase el ancho mar, y lo he perdido. Mi mundo, mi hogar y mi familia, todo había desaparecido, todo me había sido arrebatado, dejándome desamparada en un mundo completamente desconocido para mi, con seres que hablaban mi idioma pero que jamás serían capaces de entenderme, y la única persona con la que incluso había podido contar, yacía muerta y enterrada cerca de lo que ahora queda de una cabaña. 

Todo llega entonces de golpe, la rabia, la ira y una tristeza que arraigada en mi interior desde hace años, parece no encontrar el más mínimo de los descansos, el más mínimo consuelo. Siento mi corazón o lo que queda de él quebrarse hasta hacerse añicos, siento mi alma gritar en silencio bajo el yugo de un dolor imperecedero, y justamente por ello, me obligo a sonreír. - Parece una buena forma de vivir. - Asiento a sus palabras, mostrando como de costumbre una careta que impide ver como todo se derrumba en mi interior. - Allí nos veremos entonces. - Son las palabras que ofrezco a modo de momentanea despedida junto a una cálida sonrisa, y sin intención de permanecer ahí mucho más, giro sobre mi misma para volver sobre los pasos dados, esperando a menos tener unos cuantos segundos de soledad, para volver a apuntalar lo que se ha removido en mi interior. 

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12/08/2020, 23:49
Dhorne

No es hasta que me alejo algunos pasos del lugar de donde vengo, que con el dorso de la mano quito aquella lágrima insolente que sin aviso o pudor, a decidido recorrer mi mejilla intentando ofrecer un alivio que sé, tardará varias vidas en llegar. Pero incluso cuando sé que sano sería el tomarme un momento para mi, el buscar un instante de soledad para desgarrar mi garganta en llanto hasta quedarme sin voz, mis pasos siguen su andar, sin tener la menor intensión de detenerse, y aunque mis ojos amenazan con no contener todo lo que guardan, muerdo con fuerza la cara interna de mi labio inferior esperando que el dolor físico, mitigue todo aquel que proviene de un lugar mucho más profundo. 

Y es en este caminar incesante, guiado más por la necesidad de despejar mi mente y mi alma que en un verdadero quehacer, es que termino encontrándome con Luelar quien para entonces, sale de la cocina. - No os hacéis una idea de cuanto me alegro de veros. - Suelto sin más y sin intención tampoco de dar una explicación a esas palabras que ella podría no entender, y es que si bien no es menos cierto que me alegraba no tener que interrumpir su astuto accionar con el hombre aquel, tampoco puedo negar que ahora la mismo la soledad se me habría vuelto insoportable, aunque más adelante tenga la necesidad de buscarla. 

El Abad quiere vernos en su despacho, iba a pasar a buscarte para que me acompañases a la biblioteca en busca de los demás. - Le anuncio mientras le hago un leve gesto para comenzar a caminar en dirección a dicho lugar y no es hasta que ya hemos tomado cierta distancia de la cocina, y tras asegurarme de que nadie esté cerca, que le pregunto por fin. - ¿Habéis conseguido sacarle algo más de información? 

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14/08/2020, 11:32
Luelar Tyrundlin

El monje no vio oportuno responderme de palabra, y se limitó a sonreírme y dedicarme un exagerado gesto con su mano a modo de despedida, gestos que presencié justo antes de abandonar la cocina definitivamente. Pete no parecía descontento a pesar del modo en el que se había alterado anteriormente, lo cual esperaba que ayudara a que aquella conversación no terminara causándonos problemas.

Una vez fuera, en seguida avisté a Dhorne, quien venía del comedor en el que habíamos estado con anterioridad, algo que me sorprendió ligeramente; del mismo modo que lo hicieron sus ojos y aquellas primeras palabras que me dirigió cuando aún me encontraba acercándome a su posición.

Me pareció percibir cierta tribulación en ella, motivo por el que pensé en preguntarle si se encontraba bien, pero abandoné aquella idea en seguida; fustigándome mentalmente por haberlo contemplado siquiera. No, aquellos humanos no debían importarme tanto, como yo tampoco les importaba a ellos.

Las siguientes palabras de Dhorne contribuyeron a reafirmar mis pensamientos, pues el motivo real de la mujer para alegrarse de verme parecía ser el evitarse tener que ir en mi busca para después reunirnos con los hombres del grupo e ir todos juntos al encuentro del abad.

Seguí sus indicaciones en silencio, encaminándonos hacia lo que supuse sería la biblioteca, preguntándome Dhorne por la información obtenida del monje tras haber recorrido algunos metros.

- No mucha más. - lamenté, bajando ligeramente la voz. - No sabe a quién vio dirigirse a las ruinas durante la noche, y parecía sincero. Sobre las ruinas en sí, parece que ha estado en ellas muchas veces para coger piedras para construir un anexo, e insiste en que allí no hay más que piedras y peligrosos agujeros en el suelo; sobre los cuales le advertía el padre Marok. Podrían tratarse de galerías subterráneas, y quizás el que Marok le dijera a Pete que no se acercara a los agujeros fuera por evitar que descubriera algo, pero creo que no tenemos indicios suficientes como para determinar algo así. - expuse terminando por encogerme ligeramente de hombros. - Según el monje, el abad es una buena persona... ¿Sabes qué quiere de nosotros? - terminé por preguntar, pensando en qué quizás no sólo quisiera vernos como un mero acto protocolario.

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28/08/2020, 20:56
Riohrd

Con la cabeza abarrotada de preguntas que no sabía si alguna vez encontrarían respuesta, el Alei volvió a sumirse entre silencios al igual que sus ahora compañeros, sin saber bien qué pensar, o cual era el camino que sus ideas debían tomar para encontrar aquella claridad que para entonces tan lejana parecía. Más para su suerte o su desgracia, aquel tiempo de silente pensar no duró más que unos pocos minutos, cuando y ante la muda advertencia de Ivar, todos pudieron comprobar como el padre Aughio regresaba con el tomo requerido entre las manos.

Mentir sería el decir que el gesto del hombre le causó sorpresa o desagrado alguno, cuando éste dejó el libro cerca del paladín, siendo aquello una silente declaración de intenciones, e incluso algún vano intento de insulto, pero no. Riohrd se había acostumbrado a aquellas formas, a todos esos gestos que intentando ser un agravio, únicamente le causaban gracia y curiosidad. Por ello, y sin perder los modales que tan arraigados tenía, agradeció al hombre con un gesto de cabeza, más no se molestó en lo absoluto a rebatir o siquiera responder con palabras a las de éste, aquello no le merecía la pena, puesto que bien sabía que cualquier cosa que de sus labios pudiese salir, siempre sería tomado con desconfianza. 

Esperó paciente entonces, a que fuese el propio Fian de Lorian quien buscase entre las páginas del libro algún detalle que pudiese resultarles de interés, algo que podía ser tan obvio que saltase a la vista con una mera lectura ligera o que, por el contrario, fuese tan sutil como una ligera brisa cálida en una tempestuosa noche de invierno.