Partida Rol por web

Hidra miró hacia el muro de hielo totalmente frustrada al saber que Oleg se escaparía de ella para encararse con aquel que estaba mirandolos tras el muro. La mujer tenía miedo de que se tratara de Wolfgangs y fuese capaz de hacer estallar el bloque de hielo o algo peor, no conocían el potencial de ese hombre.

Ella se quedó en silencio, espectante para ver que estaba haciendo el criminal, aunque se lo olía, así que guardó silencio.

Con cuidado tiro del brazo de Ángela para que me siga hacia las escaleras de la azotea.

-Si Oleg quiere quedarse a charlar con ese tipo, bien por él. Pero nosotros vámonos antes de que nos haga lo mismo que a esos desgraciados.

Me volvi hacia Hidra mientras Shadow tiraba de su brazo.

Vamonos dije secamente.

En mi voz no habia ni rastro de ironia, aunque si quiza algo de urgencia.

No perdamos mas tiempo.

Por una vez estamos de acuerdo en algo...

Dejo pasar primero a Ángela y me quedo a la altura del mafioso.

-¿Y bien? ¿No nos vas a presentar a tu nuevo amigo?

¿Porque no te quedas a conocerlo? Digo sin detenerme.

-Porque no me gustaría cargarme a alguien que te pone tan nervioso. ¿Quién era? ¿Hay datos de él en la tablet?

Durante unos segundos miro a Shadow decidiendo que responder. No voy a contarle la verdad, yo jamas muestro debilidad, y esto seria tomado como una. No. Mejor darle algo para que se entretenga.

Es un clon.

¿Mentira?, si, pero probablemente no dista demasiado de la verdad.

Hidra no gastó ni saliva ni aliento preguntando a Oleg quien era aquel tipo o que había conseguido sacar de su cabeza porque no se lo diría. Así que subió las escaleras y con cuidado se dirigió hacia el exterior asomandose un poco.

Dejais al enigmatico tipo al otro lado de la muralla de hielo. Subis las escaleras para regresar al puente de mando.
Notais una leve corriente de aire ahora que las ventanas estan destrozadas por los disparos de hace unos minutos.
Permaneceis agachados por si vuestros atacantes siguen posicionados. Cuando os asomais veis las columnas de contenedores formando una superficie totalmente nivelada.
En la proa, en la otra punta del barco, hay un par de figuras. Se encuentran de pie sobre uno de los contenedores, observando algo muy por debajo del barco. Cuando mirais en esa direccion casi disfrutais de una vista privilegiada de Nueva York.
De algunos puntos de la ciudad siguen saliendo columnas de humo, no sois capaces de distinguir a personas o vehiculos pero suponeis que todo el mundo sigue vagando por las calles intentando buscar un lugar seguro.

Escuchais un ruido procedente del piso inferior. Una sucesion de golpes y despues varios objetos cayendo indican que el muro de hielo ha cedido.
Nuevamente vuestras unicas salidas son las escaleras de bajada y la escalera de mano que lleva a la azote del puente de mando.

Desenfundo las dos pistolas que llevo, no soy ambidextro, pero si ese cabron se acerca escupire plomo hasta que uno de los dos caiga. Veo a Shadow mirando al rededor, y no es difícil imaginar lo que pretende, pero sinceramente no soy un heroe, y no voy a esperarlo.

Me vuelvo hacia las escaleras que suben a la azotea y comienzo a subirlas con mas prisa que precaución.

Ángela no puede evitar mirar hacia atrás al escuchar aquel ruido que significaba que su muro había sido derrumbado ¿pero como era posible? tan solo habían pasado unos segundos y ese muro estaba bien formado... aquel hombre debía ser muy poderoso.

- Vamos hacia arriba. -Dijo casi a la misma vez de ver como Oleg ya subía por las escaleras. Ella se posicionó hacia las escaleras que acababa de subir y se concentró para hacer otro bloque de hielo, al menos hacer todo lo posible porque tuviesen mas tiempo

Cada uno opta por un plan distinto. Oleg huye, Shadow planea una emboscada e Hidra decide retrasar a vuestro enemigo.
Sin embargo todos manteneis la misma idea de base: sobrevivir.

Hidra genera otra capa de hielo para taponar las escaleras. Sabedora de que no detendrá al tipo misterioso al menos servirá para ganar tiempo.
Oleg inicia su ascenso hacia la azotea de la sala de control. En cuanto abre el porton observa que no se puede ir muy lejos. Arriba tan solo hay una antena y ninguna escalera que lleve hasta las cubiertas inferiores.
Mientras tanto Shadow examina la sala en busca de algun lugar desde el que atacar sin exponerse demasiado. Un par de muebles que soportan consolas y monitores sirven de cobertura, sin embargo no distan mucho de la escalera.

La nueva pared de hielo se termina justo cuando la figura de vuestro enemigo se empieza a dibujar. Cobra nitidez a medida que se acerca al hielo y veis como apoya su mano sobre él.
No sabeis exactamente el qué, pero algo se dispone a hacer.

¡Que mierda!

Digo una vez arriba viendo que lo que temía se confirma. Este puto sitio no tiene mas salidas. Observo a mí alrededor barajando las posibilidades que se abren ante mi, que son mas bien escasas. En realidad se reducen a dos. Puedo bajar y aunar fuerzas con Shadow e Hidra, o quedarme aquí y esperar a ver que ocurre, pero en realidad no es difícil decidir.

Vuelvo a bajar las escaleras, con las dos armas apuntando hacia delante, y dispuesto ha apretar el gatillo hasta que me quede sin balas, o mis dedos dejen de tener vida. Observo la silueta al otro lado de una nueva pared de hielo, y proyecto mis pensamientos hacia él.

No necesito intentarlo para saber que no podré controlarlo, pero hay juegos a los que sabemos jugar los dos, y no es que pierda demasiado por intentarlo. Cierro los ojos un instante, y mientras proyecto mis pensamientos hacia el trato de hacerme una imagen mental del lugar, pero imaginando a Shadow en un lugar distinto al que esta, con una enorme ametralladora apuntando hacia la puerta.

Cuando proyecto mis pensamientos hacia el, proyecto esa imagen falsa junto con una frase.

Bienvenido a tu funeral.

Hidra comienza a dar varios pasos hacia atrás sintiendo como el miedo se iba apoderando de ella. La vuelta de Oleg significaba que por arriba no había salida y observó como cogió sus armas dispuesto a disparar a aquel que venía. No podían escapar, era imposible y el muro no duraría nada en volver a estallar. Respiró ámpliamente para ayudar a relajarse y no quería volver a sentir la mano del criminal en su cara, así que tomó su arma y comenzó a apuntar hacia el muro.

Me parapeto tras la única cobertura que he encontrado y coloco el rifle en automático*, apuntando hacia el muro de hielo.

Parece que el viejo ruso se une a la pelea. ¿Será que arriba no hay salida? ¿O se le ha ocurrido otro disparatado plan en el que meternos sin consultarnos?

-Recordad chicos. La cabeza son 100 puntos.

Apuntais con todas vuestras armas al muro de hielo, esperando que sea derribado para comenzar a disparar contra vuestro enemigo.
La figura permanece al otro lado, con la mano apoyada en la muralla. Apoya la otra mano y de repente ambas manos atraviesan el muro como si fuese una cortina de tiras. Rapidamente lo hace el resto del cuerpo, como si no hubiese una capa de varios centimetros de hielo impidiendo el paso.
Veis su cuerpo como desdibujado, como si se tratase de humo que forma una figura humana. Brevemente se materializa en mitad del muro y este se hace añicos en la parte que coexiste con el cuerpo del hombre.
Por un momento veis su verdadera imagen, se trata de un enorme hombre totalmente vestido de negro y con la cara oculta. Lo unico que veis son sus ojos grises.
La buena noticia es que no esta armado, la mala es que parece no hacerle falta.
Mientras el hielo se resquebraja y cae todos abris fuego. Las balas atraviesan su cuerpo de humo impactando contra la pared o contra lo que queda de muro.
Por mucho que disparais es como atacar a un fantasma, asi que no tardais en quedaros sin municion, en el caso de las pistolas, o desistir en malgastar mas balas.
Sobretodo cuando se acerca corriendo a Hidra y agarra a la mujer por el cuello. Pese a su cuerpo intangible logra levantar a Hidra casi dos palmos del suelo. Observais que desde su codo hasta la mano que sujeta a Hidra el humo se ha convertido en carne, un minimo objetivo que se torna peligroso para su rehen cuando la mueve para usarla de escudo humano.

Cuando veo como cruza la pared ya tengo claro que las pistolas no serviran de nada, pero eso no hace que deje de disparar para comprobarlo. Este enemigo es incluso mas peligroso de lo que yo ya imaginaba, y su resistencia mental no me da demasiadas esperanzas de que mi poder sirva de algo, pero no voy a rendirme sin intentarlo. De hecho no voy a rendirme ni aunque fracase.

¡SHADOW! grito para que se de cuenta de que voy a intentar algo, y un instante mas tarde mi mente se lanza como un virote contra la suya en un combate de voluntades que puede ser el ultimo. Una unica y sencilla orden, pues solo con la mas absoluta simplicidad puedo tener una oportunidad.

¡Materializate!

Hidra abría sus ojos de par en par cuando observó el poder del tipo. Las balas lo atravesaban y chocaban con lo que quedaba de muro, y sin poder hacer nada la sujetó del cuello alzándola provocando que se estuviese asfixiando. Hidra soltó la pistola  y agitó las piernas por la impresión, intentando llegar al suelo pero era imposible. Cogió su muñeca con ambas manos en un intento de hacer que la soltara, pero el hombre era fuerte, como una estatua de piedra. Hidra sabía que debía hacer algo antes de que su vida acabara allí. Ella comenzó a emitir un sonido que significaba que se estaba asfixiando no sabía que estaban haciendo sus compañeros, solo pensó y se dedicó a concentrarse todo lo que en aquel momento podía para usar su poder de hielo sobre la mano que la agarraba que estaba materializada, con suerte podría congelarla y evitaría que volviera a desaparecer cuando acabara su tarea, matarla.

La situacion se complica. Detener a un enemigo intangible con armas es practicamente imposible.
Aprovechais que necesita materializarse para atacar a Hidra para utilizar vuestros poderes sobre él.
Hidra, que lucha por respirar, comienza a congelar el brazo de vuestro enemigo mientras Oleg lanza una orden a esa nube de humo que en realidad es una persona.

La combinacion de ambos poderes provoca que vuestro enemigo se materialice al tiempo que se va congelando. Pese al hielo que lo rodea logran moverse y sigue sosteniendo a Hidra por el cuello.
Shadow, en vista de la situacion, se acerca unos pasos y coloca el cañon de su arma en la frente del enemigo.
El disparo atraviesa su cabeza, pero esta vez a traves del humo, si no a traves de su cerebro.
Inmediatamente cae al suelo liberando a Hidra y rompiendose el brazo congelado en cientos de trozos.