Partida Rol por web

Suzume intenta descansar, aunque miles de pensamientos le inundan la mente. Skedel, los demonios, los nativos, las fieras de la jungla.... y Kenshi. Era como un gusano, no sabes si es venenoso, pero te produce repulsión igualmente, la simple posibilidad de que ese ser quiera comer tu carne te hace erizar el pelo y querer aplastarlo. Se repite una y otra vez que está herido, que luchó... pero Skedel está muerto y él no le decía una y otra vez su subconsciente. si huía de esa idea, le asaltaba el por qué estaban yendo en dirección contraria que los fantasmas, por qué se alejaba de su corona, o le venía a la mente Baba y sus preguntas. En cualquier caso Suzume se sentía sumamente inquieta, intentando esquivar esas ideas que la atormentaban y tratando de descansar.

La atmósfera en el interior de la cueva era tensa y silenciosa, salvo por algunos comentarios en voz baja que la perturban ligeramente. Eventualmente Kenshi termina su sopa y Nick empieza a repartirla en pequeñas tazas entre la gente mientras que Kenshi rellena más. Kenshi incluso le da los restos de la sopa a los rehenes, cosa con la que no se gana una buena mirada por parte de los demás... Aunque cierto era que si querían conseguir algo de ellos debían mantenerlos vivos. 

Con la taza delante, y a pequeños sorbos, todos pueden centrar su atención ahora en otra cosa... Y parece que con eso el ambiente se relaja un poco más. 

El sueño llega sorprendentemente rápido después de la ligera cena, incluso aquellos que intentan mantenerse despiertos no pueden resistirse al dulce abrazo de un merecido descanso. Todos se duermen. 

Suzume se despierta con un fuerte olor rodeándola. Era asqueroso, pero el simple hecho de olerlo la estaba despertando a una velocidad acelerada. A su lado, de rodillas, estaba Nick sosteniendo una taza humeante con una mano temblorosa mientras que con la otra estaba dirigiendo el humo hacía Suzume. Parecía desesperado. 

- Vamos... Por favor... Funciona... Tiene que funcionar... - Iba musitando, nervioso. Casi parecía a punto de llorar. 

Estaba tan absorto en su tarea que no parecía que se hubiera dado cuenta de que Suzume estaba abriendo los ojos ya. 

Hidenori se despierta con un fuerte olor rodeándolo. Era asqueroso, pero el simple hecho de olerlo la estaba despertando a una velocidad acelerada. Puede escuchar una voz a su lado... Era Uragiri.

- Está volviendo en sí. 

La cabeza le daba vueltas, pero cuando por fin recupera el conocimiento por completo puede ver a Kenshi sentado en un tocón frente a él, con una pequeña fogata entre ellos que iluminaba levemente los alrededores. Uragiri estaba a su izquierda observándolo fijamente. Y Hidenori estaba sentado de rodillas, y no sólo eso... Tenia las manos atadas. 

- Siento que hayamos tenido que traerte así, pero no podíamos arriesgarnos a que te despertaras antes de tiempo y alertaras a los demás. - Comienza a decir Kenshi, con voz calmada. - Ellos deberían dormir por lo menos durante varias horas seguidas, pero es mejor prevenir. - Se pone más serio. - Quería hablar contigo en privado, si estás dispuesto a que tengamos una reunión tranquila olvidando el cómo te he traído hasta aquí, no tendré ningún problema con soltarte. 

Suzume toma a Nick del hombro para darle a entender que ya estaba despierta.

Cuando Suzume se incorpora para sostener el hombro de Nick puede hecha un vistazo alrededor. Todos. Todos estaban dormidos, incluso los rehenes y los vigilantes delante de la cueva. Pero faltaba alguien. En un rápido recuento Suzume se puede dar cuenta de que se trataba de Hidenori, Kenshi y Uragiri.

- Menos mal, capitana. - Dice Nick, realmente aliviado. Entonces comienza a contar cosas muy rápido, entrecortadamente por los nervios. - Menos mal que se ha despertado. Kenshi ha echado una hierba que sirve como somnífero muy potente en la sopa... Lo se porque lo había utilizado a veces con mi otro capitán. Por desgracia no me he dado cuenta hasta que todos habéis bebido... No quería arriesgarme a poner a todos en alarma a todo el mundo estando en desventaja por lo que me he hecho el dormido. - Pequeña pausa para respirar. - Kenshi no ha probado trago de la sopa... Y lo he visto usar esto para despertar a Uragiri. - Levanta la taza humeante. - He visto cómo se llevaban a Hidenori entre los dos. 

-¡Demonios!Traidores malparidos...Gracias, Nick, despierta rapidamente a Dante y a Vleiss.
Suzume se asoma a la entrada de la cueva en busca de pistas.

Hidenori forcejeó para intentar zafarse de la atadura, pero como no conseguía desacerla se enfrentó a Kenshi:

- ¿Cuál es el motivo de esto? Explícate - inquirió Hidenori enfadado -. ¿Debo considerarlo una traición?

Al mismo tiempo explora con la mirada para ver quién más está con Kenshi y para encontrar posibles rutas de escape.

Nick se pone mano a la obra, pero se notaba que aquel iba a ser un proceso muy lento, a saber cuanto rato se había tirado intentando despertar a Suzume... Kenshi podría andar ya muy lejos de allí.

La noche era cerrada, y la luna no estaba de lado de Suzume en ese momento. Iba a ser complicado encontrar un rastro (Por lo menos entre la maleza).

- Puedo comprender está hostilidad, pero créeme si te digo que sigo estando de tu lado. No creí que fuéramos a tener está conversación tan pronto, así que todo esto ha surgido un poco de improvisto. Pero tras lo que he visto hoy, se que no puedo seguir esperando. - Kenshin rebusca algo en el interior de su camisa, y lo que extrae deja petrificado a Hidenori. - Estoy seguro que reconoces esto. Dime, ¿Estás dispuesto a colaborar?

Era el emblema del emperador, un objeto sumamente importante en Genzo. Que alguien llevara eso consigo significaba que podía hablar en el nombre del emperador. Muy pocos eran los afortunados a los que se les concendía tal derecho, a los cuáles se les debía escuchar con el mismo respeto que quien escucha al Emperador.

Por supuesto, el poseer el emblema había sido también el objetivo de muchos malhechores, Kenshi quizás podría haberlo robado. Pero la seguridad con la que se protegía aquellos objetos era digna de un daimyo, por lo que hubiera sido terriblemente complicado. 

Hidenori puso los ojos como platos y se quedó con la boca abierta al ver el emblema. ¿Qué significaba eso? ¿Era Kenshi un enviado del emperador? No, no podía ser. Un enviado no hubiera vivido una vida tan deshonrosa, ¿verdad? ¿Quizá se lo había arrebatado a su antiguo señor?

- ¿Có-... cómo has conseguido ese emblema? - preguntó Hidenori. No salía de su asombro -.

Kenshi sonríe, hace un gesto con la cabeza en dirección a Uragiri y este se encarga de cortar las cuerdas de Hidenori. 

- De las propias manos del Emperador si eso es lo que te perturba. - Dice con un deje de orgullo. - Estoy seguro de que has escuchado mi historia, sobre mi amor prohibido y el como huí de la muerte convirtiéndome en un cobarde. Se podría decir que en gran parte es cierta, pero lo que no coincide verdaderamente con los hechos es que yo tuviera la posibilidad de huir. - Se pone algo más serio. - Mi señor quería convertir mi muerte en un espectáculo público... Un recordatorio de lo que les ocurre a aquellos que osan comer un crimen de mi gravedad estando bajo sus ordenes. Por lo tanto, me llevo hasta las puertas de la capital y estaba dispuesto a ejecutarme en medio de la Plaza Central. Pero por lo visto esta noticia llegó a oídos del Emperador, y nos hizo llamar a ambos. - Kenshi cambia el tono, cómo para hacer un inciso. - Muchas de las historias dicen que fue entonces cuando me escapé, que el propio Emperador iba a ejecutarme en persona. Pero los rumores no pueden estar más equivocados, una vez que eres atrapado por las garras del Emperador ya no puedes escapar. - Vuelve al tono serio. - El descubrimiento de mi crimen coincidió con un momento en el que el Emperador estaba buscando a gente que pudiera infiltrarse en la nueva formada Mesa, para poder conocer con todo detalle que se discutía en ella. Pero no podía ser un cualquiera, ni tampoco podía ser un pirata, tenía que ser alguien en que pudiera confiar. Y al mismo tiempo tenía que ser un enemigo de Genzo, al fin y al cabo eso lo ayudaría a hacerse un hueco entre los piratas. - Sonríe. - Supongo que no hace falta que te lo aclare, pero sí, me eligió a mi. Fue bastante persuasivo, si tuve una posible elección fue la muerte o colaborar. 

Suzume, llena re rabia aprieta los dientes. Debería haber matado a la alimaña. Suficientes problemas tenía! S
Se acerca a ayudar a Nick, dando especial importancia a despertar a Vleiss.

Hidenori fue pasando del asombro inicial a la desconfianza. Cuando Kenshi terminó de hablar, le preguntó:

- ¿Por qué me cuentas esto ahora?

Eventualmente Vleiss termina por abrir los ojos. Primero desorientada y después en alerta, mirando alrededor en busca de enemigos invisibles. Suzume la pone al corriente en un rápido resumen mientras que Nick se entretiene con Dante. A toda respuesta, Vleiss suelta un par de maldiciones en el idioma nativo, se levanta y otea el exterior de la cueva en busca de pistas. No tarda en señalar un punto, algo lejos de allí. 

- Alguien ha encendido un fuego, allí. - Dice señalando entre la penumbra, a Suzume le cuesta horrores distinguir una pequeña franja de humo que se elevaba en el cielo. 

Por su lado, Nick no parecía tener éxito en despertar a Dante. Ese hombre tenía el sueño profundo de por sí, Suzume no se quería imaginar lo que iba a costar despertarlo con somníferos. 

Hidenori estaba libre pero totalmente desarmado, y Uragiri no le quitaba el ojo de encima, con el arma cerca de la espada. Las armas de Hidenori estaban apartadas a un lado, cerca de Kenshi. 

- Porque hoy se ha presentado una oportunidad que no podemos dejar pasar por alto. - Responde Kenshi. - Durante años, el Emperador ha intentado librarse de los piratas por todos los medios posibles, pero cuando más se enfrentaba a ellos más parecían aparecer. Pero hoy hemos sido testigos del poder que se esconde tras el barco fantasma, el arma que aniquilará a los piratas de los mares para siempre. - Sonríe. - Ahora es nuestra oportunidad de que Genzo forme una alianza con los fantasmas, y estoy seguro en que sabrán apreciar nuestra ayuda en cuanto les entreguemos al rehén más valioso en la lucha contra los piratas. - Pausa teatral. - La hija de su rey. 

-Nick, despierta a Dante, cuentale lo mismo que he contado a Vleiss. ¿Ves el sitio que señala Vleiss? Ella y yo vamos hacia allí. Nos llevamos un arma de fuego y cuchillos. Si tardamos mucho, que mande de camino a uno de nuestros hombres y a el soldado de Hidenori. Y si éstos tampoco vuelven cuando se haga de día, volved al barco.
Se despide con la mano sobre el hombro de Nick y señala la entrada a Vleiss.

- ¿Estás loco? - exclamó Hidenori -. No podemos aliarnos con esos monstruos. Has visto lo que sólo uno de ellos ha hecho, si los incitamos a que se embarquen en una guerra no habrá forma de salvarnos. Acabarán con los piratas y luego irán a por Genzo.  No podemos confiar en que nos ayuden si ni siquiera conocemos cómo son y si tienen algún lider al que podamos convencer. Y peor aún, - dijo Hidenori lanzándole una mirada de odio a Kenshi - hemos pactado una alianza con Suzume. Por nuestro honor, no podemos traicionarla.

Kenshi frunce el ceño, parecía que se estaba comenzando a impacientar. 

- ¿Honor? - Dice con media sonrisa, cómo si se tomara aquella palabra a broma. - ¿Hablas de honor cuando has hecho pactos con piratas? Nosotros dejamos el honor atrás cuando abandonamos Genzo, pero aún podemos recuperarlo. - Se calma un poco. - No confundas a aliados y enemigos, Hidenori. El Emperador no te ha quitado el ojo de encima desde que desapareciste y está dispuesto a devolverte todo lo que te pertenece si colaboras. Dices que no podemos confiar en los fantasmas, ¿Pero que otra opción nos queda? Has visto de lo que son capaces, varios de ellos podrían incendiar un barco en segundos. Si, es posible que los fantasmas puedan destruir a los piratas con o sin nuestra ayuda, pero si existe la posibilidad de elegir un bando, elijo el bando ganador. Y en lo que tarden en destruir a los piratas, Genzo encontrará la forma de destruirlos a ellos. - Se encoge de hombros. - O estás con nosotros o estás con los piratas, y eso nos convertiría en enemigos. - Kenshi se guarda el emblema y saca lo que parece una pistola, pero no apunta a Hidenori, si no que apunta al cielo. - ¿Ves esto? Es uno de los muchos nuevos inventos de nuestra tierra natal. Si disparo puede crear una señal de luz que puede ser vista a quilómetros de distancia. [*] Si disparo una vez, mis hombres pasaron por la espada a todos los hombres de Suzume que hay en el campamento. Si disparo dos veces, tus hombres también caerán. - Pequeña pausa. - Elige un bando y elígelo ahora, Hidenori. 

A toda respuesta, Nick asiente y sigue con la labor a pesar de que el miedo se podía ver en sus ojos. 

Pero no había tiempo que perder, Vleiss y Suzume avanzaban lo más rápido y silenciosas que pueden entre la vegetación de la selva. Suzume tenía suerte de tener a Vleiss cómo guía, de lo contrario nunca hubiera podido encontrar el sendero con la facilidad de su compañera. Más de una vez Suzume se choca contra ramas o tropieza con raíces, pero eso no la detiene, a pura fuerza de voluntad consigue llegar cerca de dónde se ve la luz de la hoguera. 

Allí estaba Kenshi frente a la misma, hablando. Uragiri estaba levantando a un lado y cerca del mismo estaba Kenshi, de rodillas y desarmado, pero estaba totalmente libre y no parecía que lo estuvieran amenazando con ningún arma. 

Cuando Suzume se acerca un poco más junto con Vleiss, puede escuchar lo que parece el final de un discurso por parte de Kenshi: 

- O estás con nosotros o estás con los piratas, y eso nos convertiría en enemigos. - Kenshi se guarda algo dentro de la camisa y saca lo que parece una pistola, pero no apunta a Hidenori, si no que apunta al cielo. - ¿Ves esto? Es uno de los muchos nuevos inventos de nuestra tierra natal. Si disparo puede crear una señal de luz que puede ser vista a quilómetros de distancia. [*] Si disparo una vez, mis hombres pasaron por la espada a todos los hombres de Suzume que hay en el campamento. Si disparo dos veces, tus hombres también caerán. - Pequeña pausa. - Elige un bando y elígelo ahora, Hidenori.