Partida Rol por web

Nueva Orleans Nocturna

Delta Night

Cargando editor
28/01/2018, 00:56
Parker

Mientras estoy con las presentaciones me doy cuenta de que Shane esta enfadado con Jane... Miro a Shane a los ojos y gritoo en alto - esto es el eliseooo contente. Es la única opción... - miro a los demas q no hacen nada y le grito a Jane Morgan -

ya puedes correr a la planta del salon ya... corre y desaparece de su vista yaaaa

Acto seguido Jane se va y pienso - me ha hecho caso - ahora yo tengo que pedir ayuda entonces corro a buscar a Roxy la primogénita Gangrel y después una vez que le digo lo que pasa y q es urgente la llevo a donde está Shane para que le detenga porque yo no creo que pueda...

Notas de juego

Cargando editor
28/01/2018, 01:05
Sebastian Crawford

A medida que Lavonne va hablando, mi sonrisa se va convirtiendo poco a poco en una expresión serena, honesta, sin fingimiento o pretensión alguna. Mis ojos revelan el asombro, el profundo impacto que las palabras de la hermosa joven tienen sobre mí. Algo parecido a un dolor gentil y extrañamente bien recibido se apodera de mí, amenazando con derribar toda barrera que pudiera haber levantado, consciente o inconscientemente. Lentamente, mi boca se entreabre en un «oh» mudo, sin que ningún sonido escape de mis pulmones.

Nadie, absolutamente nadie, me había dedicado jamás palabras tan bellas.

¿Cómo es posible? No consigo salir de mi anodadamiento. ¿Cómo puede ser tan preciosa, tan arrebatadoramente cándida, con esa sinceridad tan desarmadoramente peligrosa para ella misma? Es increíble. Lo sepa o no, esta mujer parece decidida a derribar con una fuerza implacable los pilares sobre los que había construido mi pequeño y mezquino mundo. Por un momento me pregunto por qué me ve de ese modo, o si realmente me cree hermoso o digno; pero la franqueza de sus palabras no deja ningún lugar a duda o pregunta alguna. Realmente tiene un alto concepto de mí… Lo que me aterra. No soy quien ella cree o quiere que sea, por mucho que lo desearía.

El contacto de su mano en la mía me hace pestañear unas cuantas veces, como si estuviese despertando de un sueño. Despacio, tomo su mano y la elevo hasta la altura de mis labios, dándole un beso delicado y más largo de lo que sería estrictamente necesario. La miro a los ojos; me pierdo en ellos. Qué fácil sería ahogarme en ella, olvidarlo todo en su perfección, incluso a mí mismo. Intento hablar, pero no consigo pensar en nada que refleje lo que siento ahora mismo.

Me has dejado sin palabras —murmuro, sin esforzarme lo más mínimo en ocultar la emoción en mi voz—. Sin embargo, dudo que consigas imaginar algún día lo feliz que me han hecho las tuyas. Eres… —Entorno los ojos y ladeo ligeramente la cabeza, aún sujetando su mano—. Eres una mujer extraña. Y digo extraña porque jamás había conocido a nadie tan singular, tan excepcional como tú. —Mi rostro se vuelve repentinamente hacia las escaleras, como si temiese que alguien pudiese subir y escucharnos. Luego vuelvo a mirarla, soltando cuidadosamente su mano suave—. Esto es peligroso. Para los dos. Lo sabes, ¿verdad?

Mis ojos le preguntan sin atreverse: «¿Estás dispuesta a asumir las consecuencias?».

Cargando editor
29/01/2018, 02:15
Lavonne Drummond

Sus mejillas florecieron como amapolas ante el cuidadoso gesto de Sebastian, compartiendo aquel brevísimo instante de silencio en el que pudo discernir el sobrecogedor efecto de sus palabras en el Toreador. Entornó los ojos apartando la mirada, embriagada por un repentino rubor colmado de orgullo que se agolpaba en su pecho. Había expresado lo que sentía con sorprendente atine, aunque en el fondo, por mucha floritura y metáfora que llevara, era la franqueza lo que había pinchado su corazón, de esa que brillaba tanto por su regular ausencia. Y esta misma le llegó de vuelta.

¿Excepcional? Ella no era nadie excepcional; hacía demasiado tiempo que no sentía algo remotamente cercano a aquello. Y había llegado él, un extraño, un amante de tantísimas cosas que había olvidado y de las que ni siquiera habían hablado, pero que intuía que amaba tanto como ella misma, revolucionando su fuero interno en un estallido de emoción.

Y aunque era bonito, aunque había ocupado sus fantasías durante las pasadas noches, aunque realmente empezaba a desear aquella idea absolutamente flagrante que leía en su mirada y en su voz y en la forma en que sostenía su mano como si no quisiera soltarla jamás, no podía.

Quizá. —Su voz apenas se alzó en un susurro, y después cerró los labios en una delgada línea. Dudaba. No debía estar con él, ni en aquella circunstancia ni en ninguna otra, y el pensamiento atenazaba su conciencia bajo una presa feroz.  —No te conozco. No como a otras personas, quiero decir. Eres como la memoria de un sueño encantador y lleno de misterios y secretos que desearía poder conocer. Me das aire a respirar, aire fresco y puro. Pero... Sebastian, yo no... —Le costaba tanto sobreponerse a ello, decir no. Era una ridiculez, lo que Jeremiah llamaba “sus caprichos”—. No he venido a quedarme. Jeremiah es un miembro de la Primogenitura en Londres y mi deber es estar con él. Quiero estar con él —corrigió, enfatizando la necesidad de ello, y hasta su lenguaje corporal empezó a retraerse de él recogiendo los brazos al frente sujetando el libro que llevaba consigo—. No quiero complicar las cosas. Lo siento mucho si te... he dado la impresión equivocada.

Notas de juego

:( 

Cargando editor
29/01/2018, 03:26
Angélica Blake

Sonrío con los labios cerrados. -El hombre de recién es el chiquillo del toreador Alan Thompson -suelto como si no le diera importancia -No sé mucho de él, hemos conversado una o dos veces sobre arte -especifico mientras caminamos por un pasillo.

Me di media vuelta deteniendo mi paso ante la petición de Caroline pero encerré la mano que llevaba el clavel en las mías unos instantes para tomarlo y luego lo sostuve yo en mi mano unos segundos -Será un placer llevarlo -afirmé y me lo coloqué en mi cabello sujetado a un clip del pelo.

Continuamos el camino -Supongo que por el maleducado te refieres al que increpó a Eris. No tengo mucha idea de quién es pero vi a Dutch dándole órdenes así que supongo que es de su grupito -deslicé con algo desdén, después de unos segundos expresé -Quiero que investigues a alguien para mí, de ser posible; la implicada se llama Jane Morgan.

Cargando editor
29/01/2018, 17:34
Sebastian Crawford

La respuesta de Lavonne dibuja una sonrisa en mi rostro, pero algo en su tono de voz, en su mirada esquiva, me advierte de lo que está a punto de venir. Sus últimas palabras son la confirmación de esta corazonada. Mi rostro permanece inmutable, y ningún gesto se manifiesta en mi cuerpo, pero una punzada inesperadamente intensa me atraviesa por dentro. ¿Qué es esto? Permanezco unos momentos en silencio, inmóvil, durante tanto tiempo como un ser humano podría contener la respiración. Una ligerísima, casi imperceptible arruga aparece en mi frente blanquecina.

Duele.

Cerrando los ojos, asiento muy lentamente, comprensivo. No sé por qué había esperado otra cosa. No sé por qué me había permitido a mí mismo soñar. Tantos años tratando de protegerme, y a la mínima vuelvo a ser el criajo débil de siempre, con esperanzas irrealizables. ¿Cómo me he atrevido a imaginar siquiera la posibilidad? La conexión puede haber sido real, pero el fuego no puede existir en ausencia de aire, y tanto Lavonne como yo estamos atrapados y asfixiados en frascos de cristal desde los que podemos vernos el uno al otro, pero nunca podremos tocarnos.

No te preocupes. —La sonrisa vuelve a aparecer en mi rostro, como si nada hubiese sucedido. Nada ha sucedido—. Es lo que esperaba. Lo que esperábamos los dos. Discúlpame a mí si mi atrevimiento te ha puesto en una situación comprometida. Ahora, creo que deberíamos volver. —No hace falta que diga nada más para que Lavonne entienda los motivos; y sin embargo no puedo evitar escupir veneno en el último momento—. Ambos tenemos que ponernos otra vez nuestras máscaras.

Mi sonrisa se acentúa con una ironía malintencionada y descorazonadora, devastadora. A continuación, me doy la vuelta y comienzo a bajar las escaleras en silencio.

¿Al fin vuelvo a ser yo?

Notas de juego

TT__TT

Cargando editor
29/01/2018, 22:20
Lavonne Drummond

Notas de juego

Pues nada, se va a quedar ahí con carita de pena a lo El Gato con Botas poniendo ojitos, pero no te va a decir nada más. Ya postearé la reacción cuando tenga un rato, pero para que no me andes esperando.

:,(

Cargando editor
29/01/2018, 22:27
Lavonne Drummond

Notas de juego

Y por mi parte, pues seguiré buscando la estaca y a Jeremiah.

Cargando editor
29/01/2018, 23:00
Shane Saunière

Miro los trozos de mueble desperdigados por el suelo. 
La gente se marcha, me giro para ver la habitación y quedan algunas personas. Todo está rojo, ya no reconozco figuras ni color de cabello, solo veo presas, cosas a las que la bestia odia. Cosas a las que matar y sobre las que desatar el motivo de su frustración y odio.

La bestia coge la mesa como si no pesase nada, piensa utilizarla para destrozar la cabeza a alguien... puede que a Laura o a Parker. 

Sujetar sus cadenas, retenerlas es de lo más difícil que he hecho nunca. Siempre lo es. Me siento tentado de dejarla ir, dejar que se cebe con aquellos que han quedado. Soltar las riendas y dejar de forcejear. Dejar que mi cuerpo se beba sus sangre y se sacie de todo el poder gastado.

Pero entonces recuerdo la última vez que la dejé libre, la última vez que me cansé de luchar contra ella.
Murió mucha gente, mucha más de la que yo pensaba. Pasaron horas hasta que recuperé el control. Por culpa de aquello mi sire llegó hasta ella, hasta Colette. Por culpa de eso no llegué a tiempo, no estuve donde tenía que estar.

Respiro agitadamente. Mi pecho sube y baja mientras miro la víctima a la que lanzar la pesada mesa que sujeto con una mano. La bestia a veces hace gestos muy peculiares, como imitar esa pesada respiración.

Control.

No estás aquí para matar. Así perderé toda posibilidad de ganarme la confianza del príncipe. Así es como ella perderá la oportunidad de vivir aquí.

Mi puño izquierdo se cierra. Mi boca retrae los colmillos. Respiro más agitadamente y doblego a la bestia.
El color rojo de mis ojos se apaga, igual que la ira.

Dejo la mesa poco a poco en el suelo, recuperando la cordura. Lamentándome de mi estupidez. Lamentando haber caído en la treta de esa estúpida de Jane Morgan.

Vaya... ¿La fiesta se ha terminado?

- Tiradas (3)

Motivo: Autocontrol

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 3, 1, 6, 10, 8

Éxitos: 2

Motivo: Autocontrol

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 6, 9, 1, 1, 3

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: Autocontrol

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 9, 2, 7, 3, 4

Éxitos: 2

Notas de juego

Gasto la Voluntad de mi ficha y consigo los 5 éxitos en tres turnos.
Me ha costado mucho sacrificio, la voluntad cuesta mucho de recuperar, pero espero que eso aplaque la ira del príncipe.
Que mierda U_U

Son tres turnos, así que imagino que la mayoría ya no están cuando recupero el control.
El frenesí termina en unos cuatro turnos en total. Doy por hecho que para el final todos los que han dicho que se largaban ya no están. Así que decidid a donde se mueven vuestros personajes.

Desconozco si Parker le da tiempo a ir y volver en todo ese tiempo. Me parece improbable, pero que lo determinen los narradores.

Espero que me digan que PNJs quedan para poder interpretar en consecuencia.

Cargando editor
30/01/2018, 08:27
JoJo Baker

-¡Vamos, bon sang! -Maldigo, empujando a los humanos fuera de la sala.- ¡He visto continentes moverse más deprisa!

Soy tan eficiente que me doy asco: primero me quedo para comprobar que todos los cainitas salen a tiempo, y luego para asegurarme de que ningún mortal es herido por la Bestia de ese gangrel iracundo. Genial, para cuando pueda marcharme, probablemente ya tendré una de esas garras atravesándome por la espalda. Y ya he pasado por algo así, así que gracias, pero no, gracias.

Para cuando el último de los croupieres decide recuperar sus pelotas del suelo y salir, Shane ha levantado una mesa sobre su cabeza, y yo ya estoy poniendo pies en polvorosa. En el pasillo, sin embargo, me sorprendo al no escuchar ningún otro sonido. Nada de una mesa siendo lanzada contra una máquina tragaperras; ni un montón de bolas de billar estrellándose contra el suelo. Nada de gritos salvajes enfurecidos ni paredes siendo derribadas por una Bestia descontrolada. Lentamente, detengo mis pasos, y, titubeante, regreso a la sala, para asomarme con cuidado por la puerta. Oh, Josephine Baker, algún día tendrás que controlar esa curiosidad. Pero supongo que hoy no es ese día.
Abro los ojos con sorpresa cuando observo que Shane se encuentra solo en el casino, con expresión agitada y, puede ser... ¿compungida?

Vaya... ¿La fiesta se ha terminado?

-Ahora empezaba la fiesta de la sangre, la muerte y la ceniza -comento, cruzándome de brazos y apoyándome contra el marco de la puerta. Me tiemblan las putas manos, pero intento disimularlo esbozando una sonrisa irónica- pero por lo visto el artista principal ha decidido respirar hondo y contar hasta diez.  

Cargando editor
30/01/2018, 08:58
Rosalie D'Richet

Como veo que no hay manera de ayudar a Shane me decido a salir de allí antes de que no me reconozca y le de por atacarme, aún así no voy muy lejos, me quedo en el mismo piso en las escaleras, esperando que la suerte esté esta noche de su lado y él solo consiga aplacar la bestia interna que lucha por poseerle.

Por un momento pienso en ir hacia Marcel, quizás él pueda ayudarle, pero me doy cuenta de que puede que eso solo le complique las cosas al joven vampiro, puesto que este no es un lugar para ponerse así, y lo que menos nos conviene ahora es la ira del príncipe.

Asi que en estado de alerta me quedo esperando apoyada en la barandilla a la espera de ver como se desarrollan los acontecimientos..

Notas de juego

*Antes de que Shane se tranquilice.

Cargando editor
30/01/2018, 20:59
Jane Morgan

Miro hacia atrás, no me sigue, supongo que estará entretenido con otra gente, mejor ellos que yo.  Intento recapacitar sobre lo que he visto, hay algo raro en todo eso. Ha roto mis cartas, pero… Juraría que en el suelo vi otra cosa.  Ahora tengo mis cosas en la sala con esa bestia descerebrada y nada que hacer en otro lado, bueno, esperaré un rato y ya las voy a coger, mientras, ya habrán hecho con él lo que tuviera que hacerse.

Me apoyo contra la pared e intento agudizar el oído por si escucho algún grito o ruido fuera de lo normal, tampoco es que deba fiarme mucho de mis sentidos, es fácil engañarlos. Hasta que no esté totalmente segura no vuelvo a por mi maletín. Saco el móvil y miro la hora. ¿Cinco minutos?

Suficiente. O alguien ha muerto o se ha calmado, tampoco creo que necesiten toda la noche. 

Cargando editor
30/01/2018, 21:49
Lavonne Drummond

¿Cómo algo que era lo correcto y esperado podía sentirse como un error sin precedentes? ¿Cómo le había hecho tan feliz un instante y al siguiente había podido arrebatarle aquella cálida sonrisa de su rostro marmóreo, de aquellos ojos colmados de pasión? Sus palabras destilaron desprecio, acusando lo que todos los demás habían dado por sentado y de lo que por unos minutos ellos se habían podido deshacer, y no pudo evitar pensar que se lo merecía en parte por haberle arrastrado a aquel error. Y también, secretamente, por no haber correspondido a aquella punzada de esquiva realidad que se le había escapado de los labios como un suspiro ilegítimo. De repente, volvía a estar sola en aquel rellano, viéndole alejarse sin tiempo a decir “lo siento”, sin tiempo a pensar en que quizá, si lo que había visto era cierto, podría no volver a cruzar una sola palabra con él. Jamás. Aquel pensamiento cayó como una pesada losa en su conciencia, y de haber sido otra persona, otro lugar, y no ella misma, quizá habría sido capaz de detenerlo. Pero para cuando el valor decidió asomar, los pasos de Sebastian ya se habían perdido.

¿Por qué? ¿Por qué era tan desesperadamente cobarde? ¿Por qué siempre había sido así y no podía ser más como cualquiera de sus personajes? Mas viva y despierta, más inteligente, más astuta, más impulsiva y certera en vez de tan miedosa a decir algo erróneo. Miedo a no ser suficiente, a no ser más que la muñeca bonita y preciosa y perfecta vestida de blanco y brillantes. Miedo a no ser nada más que el cascarón que todos veían. Y al final, era su propia cobardía lo que le daba la razón a todos esos pensamientos. Y a Jeremiah.

Cerró los ojos con fuerza. El momento había pasado, igual que el resto de su vida, sin hacerse notar. Pero podía hacer algo para, al menos, deshacerse de esa sensación de advenimiento. Encarar a su Sire, el cual no sabía dónde estaba. Era hora de encontrarlo.

Notas de juego

busco a Jeremiah. Si tengo que empezar por algún sitio será el restaurante, donde estaban todos antes. Y de ahí pues preguntará por él y de paso le presento mis respetos a Marcel. Pero vamos, lo puedo narrar en plan “Lavonne hace tal y cual y sigue buscando a su Sire”.

Cargando editor
30/01/2018, 23:07
Babylon Mynk

de verdad, si nadie me actualiza va a ser dificil que sepa qué hacer....

Notas de juego

Vale, si quieres ahora va a ser la actuación de la bella Eris Grey

Cargando editor
31/01/2018, 00:24
Shane Saunière

Miro los despojos de madera y me siento un estúpido por haberme dejado llevar por el pique de la señorita Morgan. 
Me quito la chaqueta de cuero, la dejo a un lado y comienzo a recoger los pedazos.

Una voz me sobresalta desde el marco de la puerta. Me giro lentamente para ver a la extraña mortal.

Sigo recogiendo los trozos de madera con cuidado - Tiene usted mucho valor para seguir aquí señorita Baker. - El coraje es una cualidad impropia de los ghouls. Dice mucho de ella aunque no podría fiarme de alguien así. Demasiadas incógnitas.

Se acerca con valor aunque puedo notar ciertas señales inequívocas de miedo. Es lista.
Tiene coraje y es lista. Corre Shane, corre.

Lo lamento profundamente señorita Baker. Ha sido culpa mía. - digo suspirando y cerrando los ojos. - me haré cargo de los costes de todo esto. Puedo parecer un pringado, pero tengo dinero para costear cualquiera de los desperfectos.

Me agacho a coger un maletín negro y lo acaricio con cuidado. Era importante para Jane Morgan. Se me ocurren varias maneras de hacerle pagar por su afrenta, por ponerme en ridículo, y por lo que me va a costar de credibilidad con el príncipe. Se me ocurren muchas cosas malas y estúpidas. Luego lo levanto y se lo tiendo a la dama.
Esto era de la señorita Morgan. Creo que debería llevárselo, parecía importante para ella.

Cargando editor
31/01/2018, 00:56
-Narrador-

Se anuncia que la actuación de la señorita Eris Grey tendrá lugar unos quince minutos en la librería del cuarto piso para quien quiera asistir. 

Cargando editor
31/01/2018, 08:50
JoJo Baker

La Bestia iracunda que era Shane hace escasos segundos se amilana hasta convertirse en un perrito arrepentido. Casi le puedo ver agachando las orejitas y escondiendo la cola entre las piernas. 
Aunque cuando le observo agacharse para recoger sus destrozos, casi me gustaría que escondiera su cola entre mis piernas. Sacudo la cabeza. Pero en qué estás pensando, madame vache, que estás trabajando.

Me aproximo al vampiro cuando este me tiende el maletín de Jane, y lo tomo entre mis manos, agradecida.

-Se lo haré llegar de inmediato -comento- y no te preocupes por los destrozos. Mandaré que lo limpien. Míralo por el lado positivo: al menos has destrozado el casino después de la prueba, y no antes. -Echo una ojeada a los puros habanos del suelo, que juraría que hace apenas diez minutos eran las cartas de Marie Laveau. Bueno, si me hago la loca quizás nadie se dé cuenta de que aquí ha pasado algo que no tengo ni puñetera idea de cómo explicar. Me encojo de hombros.

-Puedes llamarme JoJo -comento, mientras le cojo del brazo, para acompañarle hacia la puerta. Oh, hola señor músculo- ¿Me acompañas a ver el concierto de Eris? Está como una maldita regadera, pero es una virtuosa del piano. O eso dicen. No entiendo muy bien la música moderna. -Miro por última vez la sala, antes de salir por la puerta- Y corramos un estúpido velo sobre lo que ha sucedido aquí.

Cargando editor
31/01/2018, 15:11
Shane Saunière

Miro mis manos, aún palpitantes por el poder del sangre que la bestia ha infundido en ellas. Arden como si estuviese vivo.

Odiaba malgastar la sangre de esa manera, no había venido con una buena reserva de sangre, y aquello había consumido parte de mi poder. Miré a la extraña mortal, todavía suspicaz por su aparente falta de temor, su excesivo conocimiento de nuestro mundo.
Su cuerpo era joven y hermoso, y podía percibir el olor de su sangre latiendo incluso desde varios metros de distancia.

Rechacé la idea casi de inmediato. No sé toca un Ghoul ajeno. Nunca.
Sin duda la chica era una anfitriona capaz, y no dudaría en ofrecerme una de sus muñecas para saciarme si descubría mi sed, pero me negaba a mostrarme de nuevo débil, y mucho menos a necesitar una oveja voluntaria que se ofrezca como sacrificio.

Me levanto del suelo lentamente sin dejar de mirarla a los ojos y cojo mi chaqueta.

- Es usted gratamente comprensiva. Será un placer para mí poder acompañarla a dicho espectáculo.- digo mientras noto la piel caliente de sus manos rodeando mi brazo.

Cargando editor
31/01/2018, 19:21
Lavonne Drummond

Ante el anuncio, Lavonne decidió acudir a la biblioteca. Algo de música siempre era bien recibida. 

Cargando editor
31/01/2018, 21:14
Parker
Sólo para el director

Notas de juego

y mi escena? bajar donde Roxy y volver? entiendo que no hace falta no? o que? o que es que mira... yo... estaba yendo a donde Roxy mientras esta en frenesi Shane jajaja............................. lo roleo o tengo que ir a buscarla?

Cargando editor
31/01/2018, 21:13
JoJo Baker

Le conduzco por el pasillo, con el maletín en una mano y el brazo de Shane en la otra. 

-No me gusta que me llamen de "usted" -le comento, con una sonrisa- me hace sentir mayor. Y al fin y al cabo, cien años apenas me convierten en una niña. -Suelto una risa ligera- Por otro lado, no es el primer frenesí al que me enfrento, así que no te preocupes, chérie.

En mi experiencia, sucumbir a la Bestia para un vampiro es igual que cuando un niño pequeño se hace pis en la cama: es más humillante para él que para quien debe limpiar las sábanas. Si no se es comprensiva con algo así, ¿con qué si no?
Avanzamos lentamente y en silencio hacia la biblioteca del cuarto piso, subiendo tranquilamente las escaleras.