Entretanto, Zaina había buscado un árbol alto y nudoso al que poder subirse. No fue difícil, puesto que aquello, onírico o no, era un bosque.
Una vez que hubo alcanzado la copa, miró a su alrededor... y lo que vio le causó una sensación muy desagradable. Aquél era un bosque, pero ella había visto muchos bosques y ese estaba lejos de ser un bosque normal. Mirase a donde mirase a su alrededor, más y más copas de árboles se extendían ante su vista hasta el infinito. No había montañas, ni nubes, ni sol, ni nada en absoluto aparte de un cielo plano de color anaranjado. Daba igual lo mucho que corrieran, jamás podrían salir de allí por medios convencionales. Ese bosque no tenía límites.
Desde lo alto del árbol, Zaina miró a su alrededor. Y no le gustó un pelo. Y eso que le encantaban los bosques, cuanto más grandes mejor. Pero aquel tenía algo raro.
—¡Parece que no tenga final! —la niña se tumbó en una rama con un gato y los miró preocupada— A lo mejor lo tiene y es como que estamos en el centro de un valle o como en un cuenco de sopa de sopa y todo parezca más grande... Pero es que tampoco hay montañas, ni nubes... El cielo es como si hubiesen pintado la caja de una tapa de zapatos.
Con cuidado, la niña bajó las primeras ramas, y empezó a mirar si el árbol tenía algún agujero. Tenía claro que en un sitio como aquel no iba a haber orugas procesionarias, ni serpientes ni nada. ¡Ni siquiera lechuzas! No era un bosque normal. Pero quizás si había algún hada blanca bebiendo savia de árbol. Kolda se lo había explicado el año anterior...
—¡Jo! Y pensar que el año pasado el hada anciana sabía donde estaba la salida... Kolda, ¿no sabrás si pudo dejar alguna pista en algún sitio? ¡Espera! ¡Ya me acuerdo!
Zaina dejó de buscar hadas comesavia ¿o saviavoras? por un segundo y sonrió.
—La salida estaba en el tejado... Tenemos que subir y dejarnos caer por la chimenea.
La salida está en la parte más alta de la casa, sólo debéis subir al tejado... y dejaros caer por la chimenea. Hacedlo y seréis libres. Ahora os toca decidir a vosotros...
- ¿Ein? - dijo Ander rascandose por debajo del casco - El lobo de los tres cerditos acabó con el culete chamuscado - dijo mientras se reía tapandose la boca inocentemente.
No entiende mucho lo de la chimenea esa de la que habla Zaina. Lo único que comprende es que lo más probable es que no haya salida de ese lugar. Estarán atrapados hasta la eternidad, como lo estaba John. Y quizá a ellos no los vayan a buscar. Intenta no pensar en cosas negativas, pero siente un poco de miedo.
Intenta tomar aire varias veces para relajarse y no alterarse.
-¿Qué chimenea? ¿La de la cabaña?
Se gira para mirar hacia el tejado. Aquello está demasiado alto, ¿no? O eso le parece a ella. No van a poder trepar...
Al oír decir aquello a Zaina, Kolda abrió mucho los ojos.
—¡Qué memoria! Zaina tiene razón, el Hada anciana dijo aquello hace un año. Pero... no sé si con esta cabaña funcionaría. Después de todo, no es la cabaña del mundo real...
Robert se quedó asombrado ante aquella revelación inesperada. Como Kate, miró también hacia arriba y vio que en efecto, la cabaña tenía una chimenea de piedra en la parte exterior del muro.
—No perdemos nada por intentarlo... —dijo—. Si da resultado, podríamos ahorrarnos mucho camino de vuelta.
-Sí, hagámoslo... Yo ya estoy muy tocada, débil, pero sigo. Hay que salir de aquí como sea... Probemos la chimenea. Si nos sirvió entonces, puede que ahora funcione también.
Estaba claro que podríamos intentarlo, no teníamos mucho que perder. Las ganas de volver a abrazar a los abus de una vez empezaban a ser importantes.
Siobhan se alejó un poco del grupo, yendo hasta la esquina de la cabaña que estaba más cerca de la chimenea.
—Aquí hay una pila de troncos. Creo que podemos usarlos para subir al tejado...
Amber, mientras tanto, voló hasta la chimenea y se asomó. Entrecerró los ojos, tratando de distinguir algo entre la oscuridad.
—No veo nada extraño —dijo—. Pero... la voluntad es lo más importante aquí. Si vosotros creéis de verdad que esta puede ser la salida, quizá funcione...
Aunque todavía no parecía muy convencida.
-Bueno... si creéis que va a funcionar... supongo que podemos probarlo.
Ella no es muy buena trepando y esas cosas, así que espera no caerse y hacerse daño. Pero todos están convencidos de que la salida está ahí. Todos menos Amber. Aunque también les anima a intentarlo. De todas formas, no hay otra cosa que puedan hacer para encontrar un camino a casa.
-Amber... ¿no fuiste tu quién me dijo que en uno de los baúles estaba la salida?
Amber negó con la cabeza.
—Los baúles conectan con ese lugar oscuro en el que encontrásteis a Jess, Ander y Zaina —dijo—. Pero son como cualquier otra cosa en este mundo. Pueden servir de puente... sin embargo, a dónde lleven depende de la voluntad del que los utiliza. Por ese motivo antes pudísteis encontrar a vuestros amigos. Queríais reuniros... y de algún modo canalizásteis ese deseo en los baúles, que os conectaron con ellos.
Dicho así, tenía sentido... aunque parecía más fácil decirlo que hacerlo. El Hada de fuego se asomó una vez más al hueco.
—Esta chimenea puede hacer lo mismo —dijo—. Puede servir de puente entre este mundo y el mundo exterior. Pero para ello, deberéis dirigirla con vuestra voluntad. Querer con todas vuestras fuerzas que sea la salida. Y además, tenéis que quererlo con más intensidad de lo que la Oscuridad quiere reteneros aquí. Vosotros intentaréis salir de este mundo, la Oscuridad reteneros dentro. Es un duelo. Todo dependerá de quién sea más fuerte...
—Bien, y esto nos llevará al hospital, pero no nos despertará, ¿verdad? Nos llevará... a la primera habitación del sueño, en vez de a la sala de arriba, que es donde estamos, ¿no? —para Zaina era mu importante dejar ese punto claro. Subir no era el mayor de los problemas, al fin y al cabo había muchos árboles cerca, pero quería estar segura de que bajar por aquella chimenea no implicaba simplemente salir del sueño.— Lo de los troncos es buena idea. Y hay árboles cerca... Pero quizás, si buscamos, encontremos una escalera, que será más fácil para todos.
-Entonces, busquemos esa escalera. No se me da muy bien trepar.
En muchas ocasiones ha sentido que sus pulmones iban a decir "hasta aquí" así que no quiere arriesgarse a no poder respirar en el último momento de esa aventura de pesadilla. Y menos cuando no está su mamá para poder ayudarle con su medicación. Casí que puede sentir como llegan a casa y se tumba en su cómoda cama.
Pero para eso hay que poder salir de ese lugar.
Robert se asomó al interior de la casa y recorrió las paredes con la mirada. No vio ninguna escalera, pero sí había un armario pequeño con algunos utensilios. Entre ellos, había una cuerda con un gancho atado en uno de sus extremos.
—¡Eh, mirad esto! —dijo—. Podemos utilizarlo para que sea más fácil subir.
Siobhan se adelantó y asintió. Alargó el brazo para pedirle a Robert la cuerda.
—Yo iré primero —dijo con decisión—. No se me da tan bien trepar como a Zaina, pero durante este año me he vuelto más fuerte. Engancharé la cuerda a la chimenea, y podréis subir por ella. Os ayudaré desde arriba.
Y sin perder más tiempo, salió al exterior y corrió hacia donde estaban apilados los leños. Movió el gancho por encima de su cabeza, como los vaqueros de las películas, y lo lanzó hacia el tejado. Pero tuvo que apartarse, porque no se enganchó a la primera y casi le cayó encima al caer.
—Jo... ¡otra vez!
Volvió a lanzarlo, y esta vez sí que quedó firmemente enganchado.
—¡Bien! ¡Venga, arriba! Seguidme en cuanto llegue al tejado.
Siobhan subió por la cuerda tan rápido como pudo, y en menos de medio minuto estuvo en el tejado de la cabaña. Les hizo una señal desde allí para que subieran. Tendrían que decidir en qué orden irían, y hacerlo deprisa... porque varios de los alienígenas a los que Jess había repelido con su viento huracanado estaban ya volviendo en sí y pronto volverían para atacarles...
Prueba física para subir al tejado. Como siempre, decidme cuántas tabitas empleáis. También podéis ayudar a alguno de los compañeros si queréis, "prestándoles" tabas físicas. Pongo la dificultad en secreto a continuación.
Dificultad: 10
Íbamos a probar lo de subir al tejado, que era una de las cosas que más me gustaban del mundo: Trepar. Cuántas broncas me había llevado por subirme a árboles y a muros, y con razón. Caerse de ellos no era nada divertido, aunque por suerte solo me había llevado coscorrones.
Ahora tocaba trepar para salvarnos, así que me remangué la camisa y me dispuse a subir al tejado. Pensé en los otros antes de hacerlo, y comenté:
-Si alguien necesita que le ayude o le eche una mano, que suba antes que yo.
Gasto dos tabas verdes. Y si alguien necesita alguna, le presto una
—Ander es el que menos pesa. Lo podemos subir a pulso cuando estemos arriba.— la niña miraba dudosa la cuerda. Una cosa era trepar por un árbol, ahí no había quien la ganase, y otra por aquella pared. No tenía nudos, ramas, ni agujeros donde agarrarse para subir. Pero entonces se le ocurrió una idea.— Siob... rápido. Haz nudos a la cuerda. así subiremos más rápido.
Había pensado en hacer una polea, pero seguro que se rompe el canalón. Así que esto. A ver si nos reduce un añito a todos xD
A mi me parece bien, si el dire da su permiso, y esperando a vuestras tiradas posteo.