Partida Rol por web

Quantum Waltz ~Paladines~

Episodio 1: Llamados a la prueba diagnóstica

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21/06/2021, 19:17
Director

Es lunes quince de abril de 2025, inicio de cursos en la academia Flamberge, a la que desde temprano en la mañana están llegando alumnos. Unos cien jóvenes de todo el país, incluso algunos extranjeros, han decidido pulir sus habilidades mágicas en esta academia para superarse a sí mismos y buscarse un lugar en el mundo.

Los nervios abundan en los estudiantes de primer año que aún siquiera han puesto un pie en el interior del edificio, la docena y media de chicos ahora deambulan por el patio, algunos sentados en las bancas, mirando el cielo, esperando, y hay uno durmiendo a la sombra de un árbol.

En breve sonarán las campanas que los invitan a entrar. Han sido avisados que al principio los guiará la doctora Moriarty al gimnasio, donde tendrán una breve introducción y les entregarán sus armas mágicas.

También a la sombra de un árbol ven a dos muchachos sentados uno a cada lado de una mesita, jugando ajedrez, sus apariencias físicas son como el día y la noche: uno es pequeño y muy delgado, de cabello rubio claro y ojos azules, con rostro risueño y bastante infantil; el otro fácilmente llega al metro noventa, es muy fornido, con unos brazos que parecen barriles y manos enormes diseñadas para aplastar cráneos, su cara de rasgos afilados tiene un aspecto que intimida.

Más cerca de una de las piletas (en las que está terminantemente prohibido bañarse) ven a otro chico, que da la impresión de que está haciendo la plancha boca abajo, pero observándolo detenidamente se puede apreciar que está sobre el agua, pero a unos centímetros por encima de ella; tiene las puntas de los pies apoyadas en el borde, y allí está, en posición horizontal con los brazos extendidos, manteniéndose firme allí sin caerse.

El muchacho que duerme la siesta desde tan temprano en la mañana está echado en el césped, con la cabeza reposando en el tronco de un árbol. Tiene un libro abierto cubriéndole la cara, pero se puede observar que su cabello es de un color fucsia chillón.

En una de las bancas hay un grupo de jóvenes con aspecto de pandilleros charlando despreocupadamente, un par sentados sobre el respaldo, con los pies apoyados en el asiento, otros tres de pie mirando hacia ellos. Destaca uno de ellos en particular, cuyo cabello está tan pasado de moda que ni sus abuelos lo usaban así. Es alto y delgado, probablemente metro ochenta, trae el uniforme desaliñado con varios pines prendidos y el corte de su pantalón está a la altura del ombligo, firmemente sujeto con un cinturón.

Por allá hay otra muchacha, pero esta está sola, sonriendo mirando su celular. Tiene un rostro muy bonito y apacible, y un cabello sedoso y abundante color castaño oscuro que le llega a las caderas. Pasa el dedo por la pantalla mientras balancea las piernas en el muro al otro lado de la pileta, donde está sentada.

Notas de juego

Ustedes vendrán llegando en el orden en que escriban. Es momento de lucirse, presenten a sus personajes, agreguen toda la introducción que quieran sobre cómo llegan allí.

No traen equipaje con ustedes, de eso ya se encargó el personal de la academia. También está listo ya todo el papeleo, están oficialmente registrados y a partir de hoy esta es su casa.

Los de primer año tienen la orden de aguardar en el patio a que los llamen al gimnasio, aún no pueden entrar al edificio principal.

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21/06/2021, 22:15
Lyn Vallstein

“Mierda, perdí mucho tiempo…que no este muy tarde…”

Se había levantado temprano para realizar su entrenamiento matutino, con el tiempo necesario para volver al hotel darse una ducha, desayunar y alistarse con el uniforme, luego simplemente iría tranquila hacia su nueva escuela donde se instalaría a partir de ese día…Así debería haber sido de no ser por dos factores críticos, el transporte que traía su querida moto había sufrido un retraso y llegaría más tarde. Incluso con esto el personal del hotel la había prestado una bicicleta pero…

“La abuela que no podía cruzar, los niños perdidos, el gato que no podía bajar del árbol…¡¿Qué nadie en esta país sabe cuidarse!?”

Había estado perdiendo el tiempo ayudando a gente por el camino y su reloj mostraba que estaba tarde. Una chica vestida en uniforme ligero pedaleaba ahora como loca a una velocidad que rozaba lo insano. Aquellos que llegaban a captar el tifón que pasaba a su lado verían la camisa blanca remangada y varios botones desabotonados, su falda que apenas se levantaba dejando ver los shorts bajo ella solo por el jersei atado a la cintura, el lazo holgado en el cuello y el estuche de una espada a la espalda.

-¡¡!! ¡Llegando! – Gritó mientras entraba, sin poder frenar a tiempo, con la bici derrapando en los terrenos de la escuela, ignorando completamente el echo de que tenía que haber aparcado fuera. El frenazo en derrape conllevo en una nube de polvo y varias miradas hacia la recién llegada, la cual levanto la cabeza para observar el reloj de la escuela-...¿Are? – La mirada cambió a su propio reloj y una vez más hacia el de la escuela, la acción se repitió varias veces en completa confusión intercalando para mirar a los estudiantes del patio. Hasta que se percato del detalle...No había cambiado el reloj de hora al llegar a Bremonia…

En ese momento, con perfecta normalidad bajo de la bici y comenzó a llevarla de vuelta a la entrada para aparcarla, mirando al suelo, esperando que nadie se diera cuenta de lo roja que estaba su cara por la vergüenza… Instantes más tarde la gente podía ver como se disculpaba con el segurata de la entrada...

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21/06/2021, 23:51

Me suena la alarma temprano. Hoy era el primer día de curso. Bien, todo con tal de salir de este agujero infernal. Me visto apropiadamente para el evento y, cuando estoy a punto de hacer la maleta, recuerdo que ya me la habían hecho y entregado en el instituto. 

Bueno, ese trabajo que me quito de encima. 

Mi padre no vino a despedirme. Propio de él. Salgo a la calle y allí hay un coche negro, el cual me informan que me llevaría al instituto. Suspiro, y decido ceder. Así los matones de mi padre no se pondrían pesados. 

Una vez llego a la academia, le doy las gracias al chofer, un buen tío. Cuando salgo, contemplo la inmensidad del edificio y la elegancia de su manufactura. 

Es increíble, debieron de tardar bastantes años en construirlo. Me guste investigar la historia de la academia. 

Pero, dados unos poco pasos, me pasa por mi lado algo como un rayo. Era... ¿Una chica en bici? Grita algo de que está llegando. Para luego quedarse parada mirando su reloj y el de la academia, consecutivamente. Y darse la vuelta, con cara de decepción, para pedirle disculpas al tipo de seguridad. 

¿No llevaba el reloj en hora? 

Paso por su lado y le saludo con la cabeza, con una expresión... Digamos cara de póker. Y no porque me apeteciese. Era mi cara después de todo el entrenamiento al que me había sometido mi padre. 

Maldito cerdo... 

Camino, hacia los jardines del centro. Allí había toda clase de alumnos, desde divertidos hasta vagos. 

En fin, no tuve amigos de niño... No creo que nadie quiera ser amigo del hijo de un psicópata ¡Ah claro, que para el resto del mundo no somos psicópatas, desde luego! 

Y, tras pensar esto, marcho a un árbol, para ponerme bajo su sombra, a esperar. 

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22/06/2021, 10:02
Lakyus Unglaus

Cuando llegue a las puertas de la academia no me habría extrañado que alguien cayera del susto. Con unas ojeras dignas de mención que intentaban ocultarse con unas gafas de sol que no conseguían hacer su trabajo del todo, atravesé la verja de la academia mientras bostezaba. Si algo había aprendido esa noche, es que en la ciudad intentar practicar la astronomía era tan inútil como intentar hacer que no perdiera mis cosas. Había pasado la noche en vela en un vano intento de localizar algo nuevo en el cielo, pero a diferencia de donde venía, donde el cielo estrellado se veía con claridad, en el piso que había “dormido” lo único que había conseguido localizar era algún que otro satélite.

Mi vista rondo los alrededores del campus. Al menos el terreno de la academia parecía más despejado, quizá hubiera mejor suerte allí. Me quede mirando durante unos momentos a los dos que jugaban al ajedrez. Quizá si no me pudiese el sueño me habría acercado a observar la partida pero… no, ahora mismo no me centraría. Comencé a caminar hacia una de las zonas de césped mientras habría el bote de café que había comprado hacia unos minutos en un combini de camino hacia aquí.

Era el primer día y ya tenía el uniforme arrugado. La chaqueta tenia pliegues doblados imposibles para un uniforme nuevo pero que aún con ello, ahí estaban. La camiseta arrugada y ni si quiera remetida en el pantalón, el cual parecía tener ya algunas manchas de tierra en las partes más bajas. ¿La corbata? Mejor ni hablásemos de ella. Con un nudo mas parecido a las amarras de un barco colgaba en medio del pecho en vez del cuello aunque al menos distraía la atención del pelo blanco y alborotado  que posiblemente ni habría sido peinado, pero que en un inútil intento había sido recogido con una bandana para que no tapara la visión de los ojos.

Me senté en el suelo de hierba mientras daba sorbos al café. Ni si quiera tenía claro porque me habían mandado allí… Bueno, una idea me hacía, pero eso no había sido mi culpa. Di un suspiro mientras dejaba la lata de café en la hierba para quitarme las gafas y empezar a limpiarlas con la camisa, arrugándola aún más.

No iba a molestarme en intenta hablar con la gente, total, si al final iban a acabar espantados a los pocos días. Probablemente aquella era una de las razones por las que prestaba poca atención a la manera de vestir. Di un suspiro mientras miraba a toda la gente que había allí antes de volver a llevar mi mano hacia el lugar que había dejado la lata de café para no encontrar nada allí.

—Oh, vamos, ¿Otra vez? —Murmure por lo bajo. La había dejado allí… ¿No? Mire por los alrededores en un fútil intento de haberla dejado en otro sitio. —Pero que ruin tiene que ser alguien para tener que robar una lata de café…

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22/06/2021, 19:59
Keira Sullivan

El rugido de un motor podía oirse retumbar en la entrada cuando por fin llegué a la escuela. A primera vista otro alumno nuevo más a juzgar por mis pantalones, aunque cuando por fin me quité el casco y la chaqueta de cuero, quedó bastante claro que aquello había sido una modificación personal. Guardé ambos en el compartimento de la silla y entré en el recinto, observando cuidadosamente. Lo primero que pasó es que me entraron unas ganas terribles de darle una patada al idiota que cláramente intentaba llamar la atención sobre la pileta y dejar que cayera al agua, pero me contuve.

Hinché un globo de chicle hasta hacerlo reventar y me quité los auriculares, desde los que cualquier persona cercana podría notar que aún estaban transmitiendo música.

"Debería tratar de hacer amigos, ¿no? Parecer una persona normal y esas mierdas."

Entre semejante acumulación de gente, no había ninguno que me llamara realmente la atención. Sin embargo, al ver una lata de café desatendida la pille sin pensarlo y eché un trago.

"Mucho mejor ahora."

Pero entonces parece que su dueño se dio cuenta de que había desaparecido y no parecía bastante contento al respecto. Habría sido demasiado obvio que se lo había quitado yo, pero que demonios, había que probar algo.

- Ya te digo - le respondí al hombre de las ojeras -. Si quieres puedes terminarte la mía, si no te importa que haya bebido a morro - le dije ofreciéndole su propia lata.

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23/06/2021, 01:54
Director

El grito de guerra de Lyn sacude todo el patio, despierta murmullos y varias miradas se clavan en ella, también alguna que otra carcajada. Otra cosa que se oye es un gran chapuzón, el chico que hacía equilibrio al borde de la pileta con las puntas de los pies inmediatamente perdió la concentración y cayó en ella, ahora se dispone a salir, poniendo cara de pocos amigos.

Y suenan las campanas a las ocho en punto exactas, es una bonita melodía, pero un poco demasiado larga y ruidosa, bien para asegurarse de que todos la escuchen. La gente de primer año deja de hacer lo que hacía y empieza a encaminarse hacia el gimnasio, mientras que el resto se va metiendo dentro del majestuoso edificio.

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23/06/2021, 15:48
Lakyus Unglaus

Cuando escuche una voz a mi espalda me gire y mire a la joven que estaba allí. Durante unos momento mire la lata de café, era la misma marca que había comprado. Al menos allí había gente con buen gusto. Iba a responder cuando la melodía empezó a sonar haciendo que apartara la mirada. Cuando acabo volví a centrarme en la chica.

Nah, no te preocupes, seguro que tienen alguna máquina de refrescos ahí dentro.— Comento mientras me estiro.— Pero gracias, supongo. ¿De primero también?— Pregunte mientras hacia un gesto hacia donde todos los alumnos empezaban a dirigirse y comenzaba a andar esperándola por si quería hablar por el camino.

Si bien era probable que después de conocer lo que había a mi alrededor no volviera a hablarme, prefería que achacaran mis pocas compañías a “llevar la mala suerte conmigo” que a ser un borde, así que me mostré cordial con la joven.

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23/06/2021, 16:27
Lyn Vallstein

Una vez hubo acabado la reprimenda del segurata, Lyn regresó al recinto dispuesta a no dejar que aquel pequeño percance la desanimara.

“Este ya me la tiene jurada, pero si no ha sido capaz de pararme en la entrada no hace muy bien su trabajo... en fin al menos no llego tarde”

Dirigió un vistazo a la moto que habían aparcado desde su llegada, preguntándose cuales serían sus especificaciones y que tipo de persona la conduciría, hasta que la campana sonó y se apresuro al interior. Mientras trotaba hacia el interior visualizó al chico intentando salir del agua, sin duda hacia buen tiempo pero Lyn no llegaba a entender porque tirarse a nadar con la ropa puesta…Finalmente al ver como parecía tener dificultades se acercó a él y le tendió la mano para salir.

-¿Necesitas una mano?

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23/06/2021, 16:34

Las campanas tocan. Dijeron que los de primero debíamos ir al gimnasio. Pero, antes de eso, observo el espectáculo organizado por... ¿Una chica motera? La miro con curiosidad, aunque me llama más la atención los efectos que han tenido los gritos de la que vino en bici. Sobre todo en el chico que estaba vagueando sobre el agua. Al cual, ella fue a ayudar, muy considerada.

Bueno, es simpática. Eso es bueno saberlo.

La chica de la moto parece que es algo... ladronzuela porque le roba la lata de café a un chico recién llegado, pero con el que parece hacer buenas migas. 

En fin, no me distraigo más, que voy a llegar tarde y no me gustaría.

Tras otro pequeña observación al patio, me dirijo al gimnasio, como el resto de alumnos de primero.

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23/06/2021, 18:50
Director

El muchacho que cayó al agua permaneció allí un rato, Lyn puede ver burbujas brotar en la superficie, hasta que finalmente sale despacio el chico, completamente empapado.
Captura sus anteojos que se estaban hundiendo despacio y se los pone, aunque es poco probable que consiga ver algo tras esos cristales ahora empañados y sucios. Mira hacia abajo y descubre que está de pie, con el agua a la altura de la cintura, luego mira a Lyn.
—No, no creo —responde con una voz suave y calmada. Es imposible saber si está enfadado o no, al menos según su expresión.

Se choca con el borde de la pileta antes de salir, así que no, no debe de poder ver nada. Lyn lo ayuda a salir, una vez fuera, la joven descubre que sus estaturas son similares, superándola a ella por escasos centímetros.

Otros más van encaminándose al gimnasio, entre ellos destacan algunos por sus pintas, como por ejemplo el pandillero de cabello anticuado o la chica que estaba sentada en el muro mirando su celular, que es particularmente bonita. Hay algo más de una docena y media de adolescentes allí y todos especiales a su manera.

—Buenos días, estimados.
Dentro los esperaba quien bien evidentemente podría tratarse de Moriarty. Saluda a todos nada más que asintiendo con la cabeza, con un semblante estoico. Es una mujer alta, de complexión física atlética y firme, trae una camisa blanca cuyos primeros botones amenazan con estallar en cualquier momento debido al valle montañoso que allí se presenta, pero su corbata granate ayuda a impedirlo. Trae un chaleco y falda corta, pantimedias oscuras y zapatos de taco. Por sobre los hombros lleva una túnica de laboratorio y en los brazos una libreta.
Se acomoda los lentes llevándose el dedo al puente de la nariz.
—Bienvenidos a Flamberge. Soy Molly Moriarty y seré su tutora este año, me encargo de la cátedra de ciencias y desarrollo y de los laboratorios.
Junto a ella hay un enorme armatoste que debe haber costado un buen trabajo llevarlo hasta allí. Una máquina rectangular en forma de consola, cargada de botones con ruidos y lucecitas que hacen cosas y una pantalla de unas cuarenta pulgadas. —Caray, cuántos becados... —Murmura mientras los cuenta.
—Como sea, los iré llamando y quiero que coloquen su mano en el sensor. —Camina entonces hasta ponerse frente a la máquina, señalando un rectángulo azul con la silueta de una mano derecha.
—En Flamberge los alumnos son clasificados por rango, los más superiores son los que más energía mágica almacenan en sus cuerpos y los menores claramente los que menos. No se sientan más importantes por tener rango más alto, los rangos bajos son de vital importancia para la comunidad y el país, encargándose de tareas indispensables como la educación y la investigación.

—No hay prisas, así que si lo desean, antes de empezar responderé preguntas.

Mirando alrededor reconocen a varios de los que recién estaban vagando por el patio y a otros que ven por primera vez. El de pelo fucsia ahora no tiene un libro cubriéndolo y resulta ser un chico bien parecido, de metro ochenta y tantos, con una sonrisa de total autosuficiencia. El que cayó al agua ahora está bien empapado y hay un camino de charquitos hecho por él desde la puerta hasta donde está parado ahora, todavía goteando; lleva gafas de marco grueso y el pelo de un color negro bien profundo, ese negro que absorbe todo el espectro visible y no refleja ni la imaginación, es de tez bien pálida, tiene un rostro delgado con ojos afilados y de un color azul oscuro. Se lo nota serio, pero no parece molesto, debe haberle pedido a alguien un pañuelo seco para limpiarse los lentes porque ahora está haciendo precisamente eso.
En un rincón hay una muchachita pequeña y muerta de nervios. Tiene un rostro adorable de bebé, sus expresivos ojitos azules ahora no pueden apartar la mirada del suelo.

El delincuente del glorioso tupé está con el celular en la mano y no deja de mirar la pantalla. Se lo ve relajado y distraído con eso hasta que a través del grupo de alumnos vuela a velocidad vertiginosa una lapicera que impacta en dicho celular, quedando ensartada en él hasta la mitad y habiendo dejado una estela de chispas en todo el trayecto.
—¡Presta atención! —ordena la profesora, sin variar mucho su expresión. —Eeh... —Se rasca la cabeza y mira la lista—. Selina —se dirige a la muchachita sonriente de largos cabellos castaños— ¿Me alcanzas la lapicera? No tengo ganas de moverme hasta ahí a buscarla.

La chica en cuestión asiente confundida, con cierta dificultad retira el instrumento incrustado y se lo lleva. El gamberrete todavía contempla consternado su celular.

—Gracias —dice la profesora en cuanto recibe la lapicera en la mano—. Entonces, ¿preguntas?

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23/06/2021, 20:42

Atiendo a la explicación de la profesora Moriarty. Me fijo en que es algo desganada, pero tiene pinta de saber bastante y ser muy dura en las clases. No creo que ningún otro profesor le rompa el móvil a un alumno en su primer día ¡Con un lápiz!

Me andaré con cuidado con ella, aunque yo me dedicaré a estudiar a tope... No como en casa, todo el día de entrenamiento.

Bajo la cabeza y aprieto los puños, intentando reprimir los recuerdos. 

Cuando nos dice si tenemos preguntas, intento pensar alguna. Y sí que tenía una pregunta. Alzo la mano y, cuando me mira, le hablo, en tono moderado.

- Sí, disculpe ¿Quién nos enseñará a dominar el combate y la magia? - la pregunta era algo simple, pero teniendo en cuenta las circunstancias de este mundo, podía no ser tan simple como pareciese.

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23/06/2021, 21:32
Director

—Por ahora, el profesor Alighieri, pero ya tendrán tiempo para preocuparse por eso más tarde.
La profesora ladea la cabeza, buscando si hay más manos levantadas.
—Bueno, yo también les enseñaré cosas —continúa murmurando mientras pasea la mirada por todos—. Pero a quién le importan las clases teóricas...

—¿Alguna otra cosa? —Se interrumpe a ella misma.

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23/06/2021, 22:34
Keira Sullivan

Al escuchar la campana terminé el café de un trago.

- Yep - me quedé pensativa un momento mientras empezaba a caminar -. Keira Sullivan, ¿y tú?

De camino al gimnasio estrujé la lata y la tiré a la papelera más cercana. La parábola de la lata parecía algo rara, pero definitivamente entró sin problemas.

Una vez en el gimnasio mi mirada pasó por encima de mis futuros compañeros de clase. Nadie atraía realmente mi atención más allá del gafotas que estaba mojado, el cual me hizo esbozar una sonrisa. Se abrio ronda de preguntas previa a la explicación, y el del peinado raro se quedó sin movil por mirarlo cuando no tocaba.

"Tomo nota, no mirar el móvil delante de la profesora, sale caro."

- ¿Dónde están nuestras cosas? - dije en voz alta sin levantar la mano.

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23/06/2021, 22:40
Director

El delincuente chasquea la lengua ofuscado y se guarda el celular en el bolsillo. Los ojos más atentos se habrán podido dar cuenta de que en el aparato no había rastro alguno del agujero de la lapicera, estaba completamente sano, como si no le hubiera pasado nada.

—¿Sus cosas? ¿Te refieres al equipaje? —Molly se rasca el cuello—. Eeh... A decir verdad, no tengo idea.
Baja la mirada a la libreta un rato largo, puede notarse el esfuerzo que está haciendo en recordar algo.
—No se preocupen, estoy segura de que sus pertenencias están a salvo, probablemente.

Se oyen murmullos entre los presentes, algunos medio nerviosos.

—¡Aquí una pregunta, profe! —exclama el de pelo fucsia con voz efusiva—. Si resulta que nuestro rango de poder mágico es bajo, ¿estaremos condenados a hacer trabajo de oficina?

La profesora se queda mirando fijamente un par de segundos al chico, y entonces responde.
—Sí.
Entonces le da una fuerte palmada a la máquina.
—Este mamotreto medirá sus cualidades, pero nada de lo que diga, ni lo que diga nadie aquí, es absoluto o definitivo, si no les gusta un resultado, luchen entonces por cambiarlo. Todos tendrán talentos de los que alardear y debilidades que mejorar y superar, pero requiere de esfuerzo.
Hace una pausa en la que se lleva el pelo detrás de la oreja, mirando al suelo por un momento.
—Si se rinden, entonces sí, a la oficina a mirar rectángulos brillantes durante diez horas al día por el resto de sus vidas.

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24/06/2021, 10:08
Lakyus Unglaus

—Lakyus Unglaus. —Me presente a Keira mientras nos dirigíamos hacia el interior. —Aunque puedes abreviarlo en Laky.

Una vez en el interior con las manos en los bolsillos miraba tanto a los alumnos como a la que aprecia iba a ser nuestra tutora. Me había quedado unos momentos mirando su vestimenta, para ser más exactos su bata de laboratorio. Me recordaba a los químicos refinando Galgarium en los laboratorios de mi familia.

Me estaba quitando las  gafas de sol para poder ver todo mejor cuando paso algo cerca de mí cuando me gire para mirar vi como una lapicera se había incrustado en el móvil de uno de los presentes. Trague lentamente saliva, seria mejor no dormirme en la clase que ella diera.

Finalmente empezó la ronda de preguntas. Cuando se hizo el silencio y parecía que ya no preguntaría nadie, levanté la mano.

— ¿Es posible no tener poder mágico? ¿Habría algún problema si así fuera?— Pregunto tranquilo mientras me llevo la mano a la cabeza y me despeino aún más. — Yo no desperté aun el don del elementalísimo, pero venia interesado por la formación científica y técnica de la academia. Me gustaría ser investigador… aunque algunos piensen que es algo de bajo rango.

Evidentemente mi última frase había sido una queja a su discurso anterior y se había notado en el tono. ¿Y que si no quería ser un paladín convencional? No todo era ser famoso y agitar la mano como en las revistas de modelos.

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24/06/2021, 22:19
Lyn Vallstein

Lyn se mantuvo en silencio atendiendo a la profesora, alegrándose en su interior de no haberse puesto a tontear con el móvil y de que sus cosas estuvieran a salvo, probablemente.

Un profesor de combate no era algo que considerase necesario, tenía sus bases y las enseñanzas para progresar que la habían inculcado de pequeña, aunque por otro lado alguien que la enseñara a controlar su poder era algo deseable, su maestro se había mostrado un tanto reacio a enseñarle control mágico más allá de dejar de dar calambrazos inconscientemente, tal vez pensando que no estaba preparada.

En realidad era bastante más interesante lo que preguntaba el peliblanco, el curriculum tecnomágico no se enseñaba en todos los sitios y la oportunidad de recibirlo de la mano de la vanguardia del sector era realmente algo único.

-¿Las clases de tecnomagia tendrán prácticas y algún lugar para que podamos cacharrear por nuestra cuenta? – Comentó como adición a la pregunta del chico.

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24/06/2021, 22:27
Director

—No en primer año —responde Molly a Lyn—. El instrumental es muy valioso como para dejarlo en manos de los alumnos, pero a partir del año que viene, si no recursas, tendrás acceso a la primera planta del laboratorio, que es donde está el espacio didáctico para ustedes.

Mientras hablaba, la doctora estaba jugueteando con la lapicera entre los dedos, haciéndola dar vueltas, lo sigue haciendo hasta que tras la pregunta de Lakyus casi se le cae al suelo. Se queda mirando al chico, parpadeando varias veces.
—Te... ¿Te interesa el trabajo de investigación?
El semblante se le había relajado, con las cejas alzadas y un sutil rubor. Rápidamente se aclara la garganta.
—Am, sí, eh, claro, bueno, por supuesto... em...
Le tiembla tanto la mano que parte en dos la lapicera.
—Aya. Eeh... s-sí, de todos modos no puedes saltarte los entrenamientos de primer año, son obligatorios independientemente de la carrera que elijas, pero em... investigación... definitivamente, tal como has dicho, es una carrera igual de valiosa que el resto y... bueno... ...muchos no reconocen ese aspecto, no...
Se acomoda los lentes para disimular las mejillas coloradas y en ese preciso momento la puerta del gimnasio se abre de par en par y allí a contraluz se ve la silueta de una muchacha.

Al entrar, resulta no ser otra que la princesa Victoria, que avanza con su porte firme y elegante hasta acercarse a todos. Se coloca junto a Raven, a más o menos un metro de distancia. En vez de la ropa de la academia, trae puesto un uniforme militar, completo con gorra. Es tremendamente hermosa, opacando a cualquiera de las chicas presentes allí, tiene una complexión perfecta y su melena dorada cae en cascada por encima de sus hombros y hasta sus caderas, acabando en preciosos rizos en forma de tirabuzones. Su rostro de tez inmaculada mantiene una expresión severa, aunque no hace mella en su atractivo, más bien le da un aire de belleza estoica.

La acompaña otra muchacha de la misma edad, pero un poco más alta, también en vez del uniforme correcto, ella viene vestida de sirvienta, con una tiara en la cabeza con dos pronunciaciones que asemejan cuernitos y una rosa a un costado. Esta otra se queda parada detrás de su señora, manteniendo una sonrisa cordial. El flequillo le cubre el ojo izquierdo y debajo del derecho tiene un diminuto lunar.

—Buenos días —saluda la princesa en general.
Se oyen murmullos entre los presentes.

La profesora Molly asiente levemente, de la misma forma en que saludó cuando entraron.

—¿...Más preguntas?
Se hizo un silencio sepulcral cuando entró Victoria y desde ahí nadie dijo más nada.
—Vale, los voy llamando entonces, al oír su nombre, pasen y pongan la mano ahí.

Y lo dicho, poco a poco van pasando, al poner la mano en el sensor la máquina hace su trabajo y en la pantalla aparece la foto carnet que dieron al inscribirse, el nombre completo, y debajo un extraño símbolo junto a un pentágono.
—El emblema representa sus almas, de su alma proviene la magia que hacen. Luego de ser analizados podrán sincronizar con su arma mágica y traerla a la existencia. El arma los ayudará a controlar la energía de sus cuerpos y a canalizarla, será como una extensión de sus propias almas, literalmente una parte de ustedes.

Algunos entonces intentan llamar sus armas y ven todo tipo de cosas aparecer en sus manos: espadas, lanzas, sables, uzis.

—¡Luke Diamond!

Es el turno del muchacho de pelo raro, que avanza con parsimonia hasta la máquina y pone la mano. En breve aparecen sus datos en la pantalla:

—¡Great! —pronuncia él, con una sonrisa que enseña los dientes, satisfecho aparentemente con su resultado, da media vuelta y regresa con las manos en los bolsillos.

—¡Selina Dunnings!

La joven risueña que le alcanzó la lapicera a la profesora avanza dando saltitos hasta el aparato.

Y pasan otro par más, hasta que la profesora levanta un poco las cejas al mirar el nombre que sigue.
—Raven... Larson.
Alza entonces la mirada hasta posarla en los ojos del muchacho, manteniendo su expresión displicente y sin decir nada.
—Vamos, pasa —hace un gesto con la cabeza hacia la máquina.
Más murmullos, más todavía que cuando entró Victoria. Raven puede notar miradas clavadas en él, taladrándolo desde todas direcciones.

Notas de juego

Aclaración: Espíritu y Mente vendría a ser algo así como MDef y MAtk respectivamente, pero queda más bonito.

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24/06/2021, 23:41

Atiendo a todo lo que dice la profesora. No se me pasa el momento de avergonzada que hasta parte el lápiz, pero no digo nada. Soy curioso, no cotilla. 

Entonces llega la princesa, tan radiante como siempre. Aunque un pelín estirada. Junto a ella, va una... ¿Maid? O al menos va vestida de maid. Aunque no creo que esa sea su profesión exclusivamente. Me quedo mirando un poco a la princesa, pensando en por qué se habrá colocado junto a mi. Pero descarto algún motivo. Me ha visto que estoy en una posición adecuada, pues la ha aprovechado. 

Entonces, empiezan a llamar a alumnos para el testeo. Las armas que surgen son de lo más variopintas. Entonces, oigo mi nombre. Avanzo sin pensármelo, pero en un instante que mi mirada pasa por la de la profesora, veo algo. 

¿Conocerá a mi padre? ¿Al monstruo que es en realidad? 

Con ese pensamiento, pongo la mano, mirando la pantalla de mientras. 

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25/06/2021, 00:28
Director

Al haberse acercado el muchacho, la doctora echa una mirada a los demás, para luego decirle:
—No hagas caso a los rumores.
Se quita los lentes para frotarse el entrecejo con los dedos, suspirando.
—Tú no eres tu padre, pero más te vale demostrarlo.

Aparecen los datos de Raven en pantalla.

—¿El mismo elemento que Corax? Qué aburridos son ustedes.

Ya habían cesado los murmullos y todos estaban de vuelta flipando con las armas que iban haciendo aparecer.
Selina ahora tenía un arco bien bonito de color blanco y oro en la mano, lo contemplaba con los ojos bien iluminados y la boca abierta de sorpresa, mientras que Luke ahora tiene un escudo pequeño en su muñeca.
—¿Qué putada es esto? Esto no es un arma, ¡es un plato de sopa!

—Cualquier cosa puede ser un arma cuando hay creatividad suficiente —responde Molly encogiéndose de hombros.
—Masaharu Naoe.

Un muchacho menudito que había pasado bien desapercibido todo este rato da unos pasos adelante y hace lo que todos han venido haciendo.

—Por tu nombre asumo que vienes del este, ¿qué haces aquí tan lejos?

—Mis padres son inmigrantes refugiados de la guerra en Yamato, nací en Bremon hace dieciséis años.

—Anda, un adelantado, mira tú qué interesante.

El chico no dice nada más y regresa con el resto.

—Simon Puddephatt.

El de pelo fucsia sonríe confiadamente y se acerca a la máquina bien decidido. Pone la mano en el sensor con la misma energía y ganas con quien se deshace de su última carta de Uno y gana la partida.

Hay caras de desconcierto entre los demás, murmullos y preguntas con extrañeza, "¿qué clase de afinidad es burbujas?", "¿por qué ha salido en rosa?". La profesora mira la pantalla, luego al chico y exhala sonriendo brevemente.
—Lilian Rampton.

Otra joven menudita que estaba un tanto apartada del conjunto camina hasta la máquina sin apartar la mirada del suelo. Con timidez pone la mano en el sensor.

—Oye, ¿estás bien?

La muchachita, que no parece estar ni cerca de los dieciocho años, está tiritando nerviosa y se sobresalta cuando le habla la profesora.

—S-sí, supongo.
Asustada por estar allí delante del grupo, regresa con prisa al lugar donde estaba, dando pasos cortitos y rápidos.

—¡Riza Rondinelli!

La sirviente que acompaña a Victoria da unos pasos al frente y coloca la mano con delicadeza en el sensor.

La profesora arruga la nariz al ver la pantalla, murmurando algo para sí.
—Va a estar raro este año...
Antes de seguir se despereza.
—Ya quedan pocos, ha ido más rápido de lo que esperaba, por suerte... A ver... ¡Keira Sullivan!

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25/06/2021, 15:46
Keira Sullivan

Le di unos toquecitos con el codo a Lakyus mirándole con una sonrisa pícara al ver la reacción de Molly.

- ¿Sumando puntos ya con la profesora, campeón? ¿Buscas las notas o sus sábanas?

Contuve la carcajada mientras la "ceremonia" continuaba. Estaba claro que buscaban establecer una jerarquía desde el principio, de lo contrario no harían esto como algo público. El de las ¿burbujas?, eso no podía estar bien, pero definitivamente tenía unas estadísticas interesantes. Esperé pacientemente a mi turno y avancé hasta la maquinita. Realmente tampoco me iba a revelar algo que no supiera, ¿no?