Partida Rol por web

Cáncer ha hecho su trabajo, y lo ha hecho muy bien. Nuestros caballeros despiertan justo en la boca de acceso al Hades. No queda nada para que comience la gran batalla...

El acceso al Hades...

Un gran agujero en el suelo, piedra desnuda, entorno sin vida... Miles... Millones de almas avanzando como marionetas hacia aquel agujero infernal, saltando sin pensarlo, sin dudarlo, sin emitir emoción alguna. Aquello era el centro de la más absoluta desolación.

Cáncer os había dejado al borde justo, y sólo hacía falta saltar. Un paso más, y traspasaríais la frontera, cruzaríais al otro lado.

Llegaste a la entrada al Hades, nuevamente. No hacía mucho que habías cruzado aquellos territorios baldíos, justo antes de volver a reunirte con tu amigo Jabu del Unicornio.

Ahora estabas solo, solo, en compañía de tres matones del Hades.

Justo allí te reecontraste con Grifo, Noto y Tártaro. Estos hombres eran quienes iban a impedir la llegada de vuestros compañeros. Los aguardaban, a la vista, esperando, sin importarles el esconderse. Aguardaban para enfrentarse a ellos.

-He explorado la zona- dice Grifo, cuando os reunís los cuatro- En la boca del Hades, a punto de saltar, se encuentran Dohko de Libra, Ikki del Fénix y Mu de Aries. Nosotros somos cuatro, ellos tres. No me importa a quién ataquéis, pero si alguno de nosotros cae muerto, no dejéis que el caballero de Atenea que lo haya matado pueda proseguir su marcha. De aquí no ha de salir ningún caballero con vida- os mira a todos, como esperando vuestra comprensión- ¿Ha quedado claro?

Abro los ojos lentamente, despertándome despacio.

Así que esto es la boca del Hades.

Miro sin inmutarme como miles de almas saltan sin pensarlo, pero evito en la medida de lo posible mirar a las caras de la gente.

Lo ultimo que necesito es encontrarme con algún conocido.

Doy un paso para adelantarme al resto de mis compañeros y me giro para mirarlos antes de saltar.

Nos vemos abajo.

Antes de saltar me quedo mirando al vacío durante unos segundos y después salto.

Atenea vamos a tu encuentro.

El viaje es rapido y nuestro destino es preciso, el caballero de cancer habia hecho su trabajo a la perfeccion. Miro a mis costados para confirmar que el Patriarca y el caballero de Aries me acompañan, el sumo pontifice es el primero en sumergirse hacia lo desconocido.

Sin contestar a sus palabras y tomandome un momento para ver la cantidad de almas que estaban a nuestro alrededor me doy cuenta del gran numero de muertes que estan sucediendo en todo el globo, si no hacemos algo al respecto el fin de la humanidad puede estar cerca...

-Voy por ustedes Hyoga, Jabu, esperen un poco mas...

Con un pensamiento firme me lanzo hacia el portal de las almas.

El momento habia llegado. Estaba solo, y camino a enfrentarse a sus compañeros. Se sentia pesado. Intentaba no pensar en nada, pero la respiracion le costaba. Estaba nervioso. Finalmente llegaron al punto acordado, y le parecia imprudente quedarse ahi, a la espera, sin proteccion alguna, pero en su cabeza un hilo de alivio se asomo: "Eso es. Si se confian, perderan. Puedo sentir Santos de Oro acercarse".

Al cabo de un momento, no pudo evitar sonreir con su espiritu. "Mu... Dokho... Ikki... no podria haber pedido mas. Pero debere actuar con precaucion. Si hago mi parte correctamente, la batalla la podriamos ganar nosotros".

Geki era conciente del poder de sus amigos, por lo que no le parecio sospechoso si decia a sus compañeros del Inframundo: "Dejenme al Fenix a mi. Es un Santo de Bronce, como yo. Lamento no estar a la altura de un Santo de Oro, pero sencillamente no lo estoy. Pero uds son mas que suficiente para darles batalla y ganarles. Son solo dos".

En aquel espacio vacío y desnudo se sintió un tremendísimo impacto cuando los tres caballeros de Atenea tocaron el suelo, tras haber saltado por el umbral al Hades, a donde Cáncer les había llevado antes de acudir raudo a defender el Santuario de cualquier posible amenaza.

Al llegar abajo, el impacto fue tal que ninguno de los tres salió bien parado.

Al abrir los ojos, aún doloridos y confusos, vieron qué era lo que tenían a su alrededor: NADA. Tierra baldía, vacía, una oquedad oscura, muerta, fría y desoladora: el mismísimo Infierno.

Jamás un escenario había resultado tan desolador, y tan familiar al mismo tiempo. No hacía tanto que habían descendido al Inframundo con la idea de combatir a Hades, y ahora estaban regresando para evitar que la Doncella continuase donde Hades fracasó.

La oscuridad hacía difícil ver con nitidez, así que hasta que no se pusieron en pie no se percataron de que no estaban solos. Cuatro figuras se aproximaban al lugar exacto en donde habían caído. cuatro caballeros de Hades, o al menos eso parecía...

¿No era aquel Geki del Oso? ¡Sí que lo era! Había logrado ser aceptado en el ejército de Perséfone, y ahora avanzaba hacia ellos como si fuese un enemigo, aunque los tres caballeros recién llegados no dudaron un instante en que, gracias a su presencia en aquella escena, acababa de inclinar la balanza a su favor: cuatro caballeros de Niké contra tres caballeros de Perséfone. Y eso, sin contar con el factor sorpresa de la traición de Geki a la Doncella...

Eso sí, los rivales que se aproximaban junto al infiltrado Geki parecían de aúpa, dignos de una Gran Batalla Final, y no del comienzo de las disputas. Aquellos caballeros no eran precisamente de los más inútiles del ejército de Perséfone. Si todos los caballeros de su ejército eran como aquellos, la victoria distaba de estar al alcance de la mano.

By camember at 2010-07-13

-Yo, Baljan de Grifo, reencarnación del mítico caballero de Grifo que combatió junto a Perséfone tras el fracaso de Hades en la Primera Guerra SAgrada, juro en el nombre de mi Doncella que jamás cruzaréis las puertas del Hades.

By camember at 2010-04-01

-El caballero de Noto, gemelo de Serapis, y ajusticiador de Camus de Acuario, también os dice que no pasaréis- dice el siguiente caballero. Ikki había combatido en el aeropuerto contra el hermano gemelo de éste, quien murió a manos de la propia mujer caballero de Perséfone, lugarteniente de la Doncella, tras ser herido de muerte por los caballeros de Atenea.

By camember at 2010-04-01

-YY esto.. Ehm... Sí, Syria de Tártaro también os cortará el paso... Supongo- dice el tercer caballero, algo menos seguro que el resto. Parece menos poderoso que sus compañeros, o al menos, desde luego, con menos carisma. Permanece junto a Geki del Oso, como esperando que éste también amenace a los recién llegados, ya que todos lo han hecho.

-Nadie que ose penetrar en el Hades regresará con vida a la superficie- dice Grifo, serio y autoritario- Preparaos para morir.

Nuestra llegada no habia sido la mejor posible... la oscuridad el cambio de plano no me ayudaron a mantener el balance durante la caida y apenas pude manejarme para no caer de cabeza. Cuando me levante todo  esra oscuridad, necesite un momento para que mis ojos se acostumbraran al cambio de luz, pero apenas lo hicieron vi a nuestros enemigos.

Definitivamente esto no iba a ser tan facil como en el hangar, pero teniamos un elemento sorpresa... de todas maneras como lo prometi en un principio no dudare un segundo en atacar, aunque sea a un amigo....

En cuanto Geki del Oso vio llegar a sus compañeros sabia que era momento de jugar sus cartas. No podia fallar en el plan. Debia pelear contra sus hermanos. Se lo habia prometido a Jabu. A Saga. Al Santuario. Y sobretodo no le fallaria a Athena, Saori.

Se trono sus grandes nudillos, mientras sus compañeros daban gala de amenazas. El simplemente se limito a sonreirle ironicamente a Ikki. "El mas fuerte de los Santos de Bronce. Esto sera bueno. Si tan solo pudiera hacerle saber mi plan. ¡Eso es!" "¡Fenix! ¡Eres mio!".

El Santo de Bronce del Oso salio a la carrera. Sus brazos hacia adelante con las manos abiertas. Sonreia como un loco. Se dirijia a toda velocidad hacia Ikki, Santo del Fenix, sin dudarlo. La pelea habia comenzado.

Mirando al caballero del Oso de frente y me puse en guardia, al parecer ya tenia un "enemigo". Levantando mis brazos en posicion de mi constelacion guardiana mi cosmos comenzo a arder.

-Te las veras conmigo Traidor!!!! Las llamas del Fenix haran justicia sobre tu carne!!!

Mi expresion era decidida, pasaria por sobre cualquiera que se interpusiera en mi camino. Le doy el pie al Oso para que comience el ataque y dependiendo de su accionar decidire el mio.

Con un rugido de ira y emocion Geki del Oso se lanzo directamente hacia su compañero de bronce, Ikki del Fenix. El mismo ya habia tomado la postura de las alas legendarias del ave de fuego con sus brazos extendidos y elevados, pero al Oso no le interesaba. Solo queria apartarlo del resto.

Me levanto lentamente después del impacto recibido.

Como esperaba no ha sido fácil.

Al levantarme noto como estoy más débil de lo que en principio pensaba pero no hago nada raro para que mis compañeros puedan sospechar nada sobre mi estado.

Tantos combates y pruebas seguidas están empezando a hacer mella en mi cuerpo, pero todavía puedo aguantar un poco más. Al menos hasta conseguir nuestro objetivo, después podré descansar en paz.

¡Por Atenea!

Después veo a nuestros siguientes contrincantes y deposito mi vista en cada uno de ellos durante unos breves segundos para valorarlos.

Este combate tampoco será fácil.

Tártaro me hace frente y yo me preparo para iniciar mi defensa pero no puedo evitar soltar un comentario hacia otro caballero.

Me alegro de ver que estás bien ex-caballero de Atenea, me preocupaba que hubieras tenido una muerte rápida. El caballero del féniz será el afortunado.

Parece ser que después de tantos planes alguno está dando los frutos deseados, huid y salvad a Atenea.