Partida Rol por web

Saint Seiya: La Doncella del Inframundo

2C. La Guardia del Santuario

Cargando editor
23/12/2009, 15:42
Director

Algol y Jabu, como miembros de la guardia del Santuario, esperan a primera hora de la mañana las instrucciones de la jefa de la guardia, Shaina...

Cargando editor
23/12/2009, 15:43
Director

Primera hora de la mañana. Te encuentras en tu vivienda, en el interior del santuario. Te desperezas, y te preparas para comenzar tus labores matutinas.

Como miembro de la guardia del santuario, cargo que ostentan la mayoría de caballeros de bronce y de plata, estás bajo las órdenes de la jefa de la guardia, Shaina del Ofiuco. Ella es quien os impone qué zonas habéis de vigilar cada día, y en qué turnos. La semana anterior te tocó proteger la entrada al Santuario (junto al caballero del Oso), y la anterior hacer guardia dentro del propio templo de Atenea, el Partenón, y además en el turno de noche, junto a los caballeros de la Hidra y del Águila.

Sin embargo, esta mañana aún no sabéis qué zona debes proteger y vigilar, así que te diriges a la entrada del Partenón, desde donde Shaina te indicará dónde debes ir.

Cuando llegas, te encuentras al caballero del Unicornio, Jabu, con quien hasta la fecha aún no te había tocado patrullar nunca. No hay ningún caballero más (es posible que ya les haya dado sus correspondientes instrucciones), y Shaina tampoco se encuentra allí.

Cargando editor
24/12/2009, 02:12
Director

Primera hora de la mañana. Te encuentras en tu vivienda, en el interior del santuario. Te desperezas, y te preparas para comenzar tus labores matutinas.

Como miembro de la guardia del santuario, cargo que ostentan la mayoría de caballeros de bronce y de plata, estás bajo las órdenes de la jefa de la guardia, Shaina del Ofiuco. Ella es quien os impone qué zonas habéis de vigilar cada día, y en qué turnos. La semana anterior te tocó proteger el templo de Atenea (el Partenón), junto a los caballeros del León Menor y del Lagarto, y la anterior la entrada al santuario, junto la Flecha y el Lobo, y además en el turno de noche.

Sin embargo, esta mañana aún no sabéis qué zona debes proteger y vigilar, así que te diriges a la entrada del Partenón, desde donde Shaina te indicará dónde debes ir.

Cuando llegas, te encuentras con el hecho de que los demás caballeros ya han debido de recibir sus órdenes e irse, pues no hay nadie. Esperas pacientemente a que Shaina regrese de dónde quiera que esté. Mientras esperas, ves aparecer al caballero de Perseo, Algol, con quien hasta la fecha aún no te había tocado patrullar nunca.

Cargando editor
24/12/2009, 02:15
Director

Os encontráis juntos, esperando, sin que aparezca por allí nadie más. Es frecuente que Shaina se ausente si acaece algo importante, o si la convoca Atenea, como cabeza del ejército que es, así que no os extraña que tarde un poco más de la cuenta en llegar.

Así pues, frente al imponente Partenón, os encontráis los dos caballeros, Jabu del Unicornio y Algol de Perseo.

Cargando editor
24/12/2009, 13:03
Jabu

Habían pasado ya un par de minutos antes de que Jabu dijera la primera palabra. No era antipatía, solo que solía dejar que el momento para relacionarse con los demás caballeros llegara solo.

Supuso que tardaría muy poco en recibir las pertinentes instrucciones, pero después de un par de minutos fue consciente de que podría ser que no. Que tardara. Y para hacer mas llevadero el tiempo de espera seria mejor hablar el caballero de plata. Aun no sabia si era de esos que tenia resentimiento con los de bronce por lo que habían hecho Seia y los demás.

Hola, soy Jabu del Unicornio. Aunque me imagino que ya lo sabrías. Tú has estado más tiempo aquí en el santuario. ¿Crees que tardaran mucho en llegar las órdenes?

No escondía que quería trabajar, que no le gustaba estar esperando. Que prefería estar ocupado. Si no estaba patrullando, estaba practicando. No dejaba de entrenar, tenia que ser mejor. Llegar al nivel de sus compañeros de bronce. Poder demostrarse a si mismo y a Atenea que ningún caballero, ni los de bronce, dejarían que le pasara nada.

No se molestaba en reconocerse a si mismo que su relación con Saori, había cambiado mucho. Que una vez fue su preferido, y quizás eso le obligaba a obsesionarse con ser mejor cada día. Pero nada malo podía salir de entrenar duro. De eso estaba completamente convencido.

Cargando editor
28/12/2009, 21:21
Algol

Se encontraba recostado contra una columna mientras ambos esperaban a que Shaina llegara con las instrucciones de vigilancia. Había intentado ignorar a Jabu manteniendo la distancia y el silencio entre ambos.

Cuando habló, no pudo reprimir una mirada de desdén. Unicornio. Ni siquiera perdió el tiempo en presentarse, asintió y agregó - Shaina enviará a alguien en su lugar si lo que la retiene es importante.

Después siguió callado. No le gustaba montar guardia con los de bronce. Y lo peor de todo era que llevaba varias semanas con compañeros de dicho rango. Parece que Shaina me ha visto cara de niñera. Y aunque Marin me caía especialmente bien, a veces era demasiado pesada.

No sabía si elegía tales compañeros para atormentarle durante las largas horas de patrulla o porque quería ayudarle a socializar con otros caballeros. Él, particularmente solitario, no buscaba amistad ni respeto de los demás, no le importaba lo más mínimo lo que los demás pensaran. Sus horas de ocio iban destinadas a perfeccionar sus técnicas y a disfrutar un poco de la vida, y tan sólo se relacionaba con otros caballeros cuando le llamaban para alguna misión o para luchar en los torneos.

 

Cargando editor
28/12/2009, 22:15
Jabu

Jabu noto el tono frío y distante de su compañero de armas. No le extrañaba, y además no era la primera vez desde que se había trasladado al santuario que algún caballero le trataba así.

Incluso algunos guardias menores le consideraban molesto. Pero sencillamente eso no le preocupaba. Prefiera no molestar a su contrapartida. No tenía intención de iniciar una de esas conversaciones insistentes e irritantes en las que solo me ganaría el más profundo desprecio. No era de esos.

Durante mucho tiempo, yo me había comportado de esa forma. Había aprendido esa lección y muchas otras, y como se solía decir, la letra con sangre entra. Y ahora me preocupaban más otros asuntos.

Guarde silencio, aunque me moví por entre las columnas. Con el mayor tacto posible. Tampoco quería parecer nervioso o desesperado. Pero me había acostumbrado a un ritmo de vida demasiado eléctrico, y estar parado no me sentaba bien.

Tarde o temprano llegaría alguna información y mientras tanto no tenía más que hacer que complicarse la vida, dándole vueltas al motivo del retraso de Shaina.

Cargando editor
29/12/2009, 00:39
Algol

Notando que Jabu, guardaba las formas y no empezaba a comportarse como un crío: preguntando o discutiendo. Al menos algunos caballeros tienen suficiente cabeza para coger las indirectas.

Suspiré. Sin embargo empezaba a irritarme su ir y devenir, no pudiéndose quedar quieto ni por un momento. Parecía a punto de estallar. Por el amor de los dioses, ¿no puedes quedarte quieto?

Cargando editor
29/12/2009, 12:23
Jabu

Jabu se para en seco, luego lentamente se gira, hasta quedar de frente al caballero de plata, lo mira durante unos segundos. Segundos que aprovecha pare pensar que va a contestarle.

Lo primero que le vino a la cabeza fue una grosería. Luego le vino uno de esos sermones con claras recriminaciones. Durante un minuto le aguato la mirada al otro caballero decidiendo que seria mejor contestarle. Finalmente llego a una conclusión.

Si el otro caballero se quería molestar, lo haría, hiciera el lo que hiciera, tanto si estaba quieto, como si hablaba, como si dejaba de estar allí. Así que no tenía mucho sentido intentar no molestarlo más. Si este quería ponerse nervioso, que se pusiera, pues el Unicornio vagaría libre, como siempre.

No, no puedo quedarme quieto.

Tras sus palabras, volvió a girarse y continúo con lo que estaba haciendo. Dándole vueltas a sus propios problemas, que eran mucho mas importantes que un compañero malhumorado.

Sabia que caminando tan lento, no podía realmente estar molestándolo. Debía de ser una persona que continuamente se encontraba inquieta, al que le molestaba algo. Y seguramente no fuera el propio Jabu la fuente de esa molestia. Seria otra cosa, algo que no le gustaba y aquel hombre no podía cambiar. Pero no era su problema, ni intentaría cambiar su visión de los caballeros de bronce. No era su problema.

Cargando editor
29/12/2009, 20:04
Algol

 Escuché su respuesta cortante, lleno de desafío. Vacilé unos segundos decidiendo si eso era suficiente para hacerle quedarse quietecito por las malas. Si nos encuentra Shaina en un combate, poco le va a gustar.

Resoplé y me crucé de brazos. Esperaría a la "jefa", pero como tardase mucho seguramente se encontraría a un caballero de bronce menos para su listado de patrullas.

Cargando editor
30/12/2009, 02:15
Shaina

-Algol, ¿necesitas que te baje los humos de un solo impacto, o prefieres bajártelos tú solo?- dijo Shaina, amenazante, al aproximarse a ellos.

No era conveniente contradecir a la cabeza de la guardia del santuario. No en vano, ostentaba ese cargo por ser considerada la más poderosa y fiel de los caballeros de plata.

-Vete acostumbrándote a tratar a tus compañeros con mejor talante, o haré que Atenea te destine a limpiar las columnas del templo de Hefesto- te mira, a través de su máscara. La mala uva de la más poderosa de las mujeres caballero que había existido era harto conocida- Ahora que ya hemos discutido y acabado con el problema del trato personal entre mis SUBORDINADOS- recalca la palabra mirando directamente a Algol- Pasaré a daros la misión de hoy, el destino a vigilar, como valientes caballeros que sois. ¿Algo que añadir antes de que os envíe a cumplir con lo que os toca?

Cargando editor
30/12/2009, 13:26
Jabu

Jabu se paro por fin. No había sentido llegar a Shaina. Ni física, ni espiritualmente, pero hay estaba. Dando la lata al pobre de Argol. Yo no es que me quejara de aquella reprimenda. Pero por el momento el caballero no había hecho nada en mi contra, no era como para ponerse así con el.

Además, seguramente aquel rapapolvo, solo aumentaría las ganas del caballero de hacerme la puñeta durante todo el servicio. Las mujeres eran un misterio para el. Y esta mujer en especial, era un caos. Aunque no se atrevería a decírselo a la cara.

Con los brazos cruzados sobre el pecho, y sin hacer ningún gesto mientras duraba la reprimenda el unicornio esperaba que empezaran las instrucciones. No sabia que había hecho demorar estas, pero estaba claro que ya habían perdido tiempo de su guardia, así que pretendía ponerse en marcha lo antes posible.

Miro atentamente a la mascara de la guerrera. El problema de esa mascara, no era no poder ver la cara de la mujer para apreciar su belleza, si es que la tenía. No, el problema residía en que no podía mirar sus ojos y averiguar que le estaba pasando por la cabeza a aquella extraña persona. Los ojos eran el espejo del alma, y para el, Shaina tenia el alma tras una jaula de metal.

 

Cargando editor
30/12/2009, 20:30
Algol

 Quizás sea buena idea - respondió Algol, molesto por el trato recibido. Luego se puso en pie y se cruzó de brazos. Aguantó estoico y resuelto el sermón, réprobo y con mala sangre. - Me ahorraría muchos disgustos limpiando el templo. - No lo dijo, pero lo pensó mientras miraba con desdén al Unicornio.

Dales el mando y en seguida se convertirán en unas déspotas - Aunque estaba escuchándola, realmente no le hacía el menor caso. Desde que se dirigió a él en esos términos su orgullo como caballero le aconsejó ignorarla, y su dignidad, que se mantuviera tranquilo, no era momento para tener una discusión con Shaina. Sobre todo con un caballero de bronce como testigo.

Empezaba ya a cansarse de las asignaciones, y de que este caballero no tuviera nada mejor que hacer que recriminarle cualquier cosa, tuviera o no razones para ello. Si sigue así... - dejé de pensar en ello.

Nada que añadir. - respondí, seco.

 

 

Cargando editor
30/12/2009, 23:17
Shaina

-Bien, pues a los demás ya les he asignado un puesto a vigilar, y sólo me quedáis vosotros dos. ¿Averiguáis a quién le toca hacer guardia junto a estas garras?- preguntó, enseñando sus inmensas uñas- Pues ya sabéis. Hoy los tres nos dirigiremos al Ágora. Nos toca vigilar los alrededores del Santuario. ¿Alguna duda? ¿Alguna queja?- os mira, o intuís que os mira tras su máscara. Shaina, pese a ser un guerrero realmente fiel al santuario, era un caballero feroz y difícil de tratar, aunque los que la habían tratado más sabía que era de moral intachable y una luchadora incansable- Partiremos en breves instantes hacia el Ágora, así que cualquier duda o pregunta, podéis comentarla ahora.

Shaina echó un vistazo a los alrededores. No se veía un alma en la zona.

Parecía preocupada esa mañana, preocupación que trataba de ocultar bajo un manto de brusquedad que no lograba engañar a nadie.

"Esta mañana ha sido demasiado larga" pensaba, mientras se le escapaba un suspiro. "Y sabiendo lo que ha sucedido, soy incapaz de mostrarme tranquila. No me extrañaría que los tiempos de paz cambiasen a la velocidad de la luz. El tiempo lo dirá".

Os mira de nuevo, esperando le confirméis que estáis listos para poneros en camino.

Cargando editor
30/12/2009, 23:29
Jabu

Jabu no tiene objeciones. Dos o tres, todo valía para llevar a cabo el trabajo del Santuario. Cuanto más trabajara, mas cerca estaría de hacer realidad sus sueños.

Quizás, Saori, volviera algún día a su lado, y le recompensara por todo aquel esfuerzo. Y sino, el sabia con certeza, que ella le estaría agradecida de igual modo.

Camino con lentitud. Dando tiempo a que Argol dijera algo. Nunca se sabía con los de plata que te podías esperar. Lo que si tenía claro, era que debía darle al menos un margen de confianza. Era difícil ganarse el respeto de los demás, y mucho menos con aquellas actitudes. Pero cabía la posibilidad de que algún día, la vida de alguno de ellos dependiera de sus manos o viceversa. Así que era mejor intentar conocer a sus compañeros.

Shaina empezaría a moverse en breve. Si lo que quería era vigilar el Agora, aun les quedaba camino, y no dudaba de que ella corriera como un demonio para llegar allí, estaba casi convencido de que la joven necesitaba desahogarse. Y aunque no pensaba darle motivos para que lo hiciera con el, intuya que una buena carrera podría ayudar a que se calmase un poco.

Hizo un gesto de asentimiento cuando estuvo cerca de ella. Normalmente hablaba más, pero había momentos para hablar y momentos para callar, este era uno de esos momentos en los que el silencio podía ser considerado una virtud.

 

Cargando editor
30/12/2009, 23:54
Shaina

Shaina miró a Jabu con respeto. Siempre le había parecido que el caballero tenía más talento del que los demás parecían otorgarle, y por eso había decidido que lo uniría en patrullas a los caballeros de plata, para que ganase experiencia.

Miró a Algol... Perseo era tan complejo como ella en cuanto a carácter se refería. Era posiblemente uno de los caballeros de plata más poderosos, pero también era cierto que adolecía una gran falta de modestia. Quizás trabajar con otros caballeros más sacrificados le ayudasen a comprender que no importaba el rango, y que todos estaban allí por una importante misión: proteger a Atenea y al Santuario. Todo lo demás, era irrelevante.

-¿Os hace una carrera hasta el Ágora?- propuso, de mejor humor- Quiero ver cuán en forma estáis.

Se dispone a salir disparada en cuanto confirmen los otros dos que la siguen.

Cargando editor
31/12/2009, 19:50
Algol

 No hay objeciones, el Ágora es bastante grande y es mejor una patrulla de tres miembros. Y si dos son caballeros de plata, mejor. - respondí con franqueza.

Me coloqué junto a Shaina y esperé a que diera orden de partir. La pregunta, y el cambio de humor, me cogió por sorpresa. Pensaba que ella seguiría con la misma actitud durante el resto del día.

No me gusta correr. - y antes de que Shaina pudiera replicarme (y su humor empeorará) agregué - Pero viendo que estamos un poco retrasados, supongo que será lo mejor. 

Ajusté mi armadura y luego miré a Jabu - No te quedes atrás. - le aconsejé aunque sonó más como una amenaza, fruto de mi insociabilidad y natural antipatía hacia los demás.

Cargando editor
01/01/2010, 23:36
Shaina

-Partamos entonces- os dice, apremiándoos- Es cierto que llevo retraso. Digamos que llevo una mañana demasiado larga...

"Atenea... ¡Menuda mañana me has dado! Haber utilizado también a otros de mis mejores caballeros. No es lógico ni justo que todo el peso de preparar lo de esta mañana cayese sobre mí... Ahora tengo que vigilar hasta el atardecer, y estoy que desfallezco por llevar en pie desde primera hora de la mañana. Que además había tenido turno de vigilancia nocturna... Creo que he dormido apenas un par de horas...".

Pese a estar pensando en sus cosas, sigue pareciendo tan dura como siempre. Nunca gusta de dejar traslucir debilidad, pues considera que si lo hace, nunca la considerarán un igual al resto de los caballeros hombres, pese a ser la más poderosa de los caballeros de plata, así que siempre se muestra implacable.

-Vamos allá- eleva una mano, y al momento la deja caer- Corramos hacia el Ágora, ya.

El grupo parte hacia el Ágora, sin pensárselo ni un instante más. No hay tiempo que perder, y pese a estar en tiempos de paz, nunca se sabe cuándo puede acaecer algo inesperado, o una nueva amenaza, así que mejor estar prevenidos.

Cargando editor
01/01/2010, 23:47
Director

[img=http://img197.imageshack.us/img197/9647/img0577i.jpg]
By Camember

Ágora. Alrededores de la Acrópolis. Por la mañana.

Llegáis tras una breve carrera a la zona en la que os toca vigilar.

El Ágora... Lugar de extrema belleza...

El Ágora era una antigua plaza pública de Atenas. Era el mercado central y el lugar de reunión de la ciudad en la época de su construcción. Se encuentra en la zona norte de la Acrópolis, en el barrio griego de la Plaka.

Desde su restauración, la zona volvía a gozar de esplendor, considerada una de las zonas más bellas del Santuario. Además, era uno de los lugares favoritos de los caballeros para entrenar a sus discípulos alejados de las miradas de otros caballeros, como sucedía en el santuario, donde cualquier aprendiz solía estar siendo analizado por unos u otros, sobre todo ahora, ya que estando en tiempos de paz, poco más había que hacer en esos momentos.

La zona está absolutamente tranquila. Es temprano aún, así que aún no se ha acercado por la zona ningún caballero. Estáis completamente solos por el paseo.

Shaina se encamina hacia el templo de Hefesto, presta a echar un vistazo por la zona occidental del Ágora, en busca de cualquier cosa que parezca amenazar la paz reinante.

 

 

 

//

 

Notas de juego

El enlace os lleva a una foto del templo de Hefesto. Cabe decir que la tomamos nosotros en nuestra visita a Atenas este año :)

Cargando editor
02/01/2010, 00:00
Shaina

-Parece que será una mañana aburrida- os dice, antes de emitir un sonoro suspiro- A ver si acaba rápido la jornada y nos podemos ir a descansar de una vez. Dispersaos. Yo miraré alrededor del templo de Hefesto. Otro debería acercarse a la Biblioteca, y otro al camino central y alrededores. Nos veremos aquí en una hora. Si hay alguna novedad, o alguna amenaza, avisad.

Os da la espalda, dejando que decidáis a dónde ir, mientras ella se encamina a cubrir parte del terreno en una primera inspección.