Peyton observó como Cassian entraba detrás de Alix y corría hacia él. Percibió la mirada de odio y rabia que habitaba en su rostro, algo que pocas veces había visto, y como elevaba una mano con la pata de la silla en la mano.
Lo atravesó con tanta fuerza que a punto estuvo de que su propia mano acompañase a la estaca improvisada, aunque no ocurrió. Los ojos de Nomak se abrieron sin entender lo que había sucedido, al menos hasta que no vio la madera en mitad de su pecho, cayendo al suelo bajo el peso de Cassian.
El ataque había sido brutal.
Pudo oír las últimas palabras que le propinó Cassian, y casi a la vez, las de Jordan a su lado. Las voces de ambos destilaban la misma emoción y Peyton se sintió en ese momento, más protegida y querida que nunca.
En el fondo, Peyton sabía que aquel vampiro no era más que la propagación de lo que su propio padre había criado. La completa ausencia de empatía y afecto era algo que se había encargado de transmitir y buscar. Nomak seguramente había sido un hombre sin compasión ni principios, y conocer al padre de Peyton le había asegurado un lugar en su organización, en la cual aplicar aquella característica de su personalidad que seguramente le había causado más problemas que beneficios.
Pero todo aquello terminaba justo en ese momento, al igual que unas horas más tarde, esperaba que sucediese con su padre.
Peyton se levantó lentamente, mientras los ojos de Nomak la observaba, no pidiendo clemencia, porque eso no iba con él, sino quizás con curiosidad mal sana y cabreo consigo mismo por haber sido sorprendido de aquella manera por cuatro sangre joven.
Pensó en todo lo que podía hacerle en esos instantes en los cuales estaba a su merced, pero sabiendo también que nada de todo ello le arrebataría el pensamiento de que el responsable era su padre, pues él había ordenado que la violase. Sin embargo, tenía deseos de venganza, algo que difícilmente apaciguaría en aquella habitación.
Pero era un comienzo.
Ante aquel primer paso de su liberación, Peyton sonrió y volvió el cuerpo de Nomak hacia arriba. Después, pidió una navaja o un cuchillo. Sabía que Jordan solía llevar una, así que no tuvo que esperar demasiado. Cuando la tuvo en su mano, se arrodilló sobre Nomak.
-Esto no es por mí, sino por todas a las que les has hecho lo mismo. Seguro que pusiste tu corazón en ello, ¿verdad? Así que ahora seré yo quien coja el tuyo y mis dedos destrozándolo serán lo último que vean tus miserables ojos.
La joven clavó el cuchillo y empezó a hacer una herida lo suficientemente amplia como para introducir su mano por ella. Los gritos de Nomak quedaron ahogados por la mano de alguien en quien Peyton no reparó, porque estaba demasiado concentrada en lo que estaba haciendo. Cuando consideró que ya era suficiente, lanzó el cuchillo al suelo e introdujo sus dedos entre las costillas. No tardaron en cerrarse entorno al músculo, que latía apresurado, y con un tirón fuerte, lo extrajo de la caja torácica, aun latiendo.
Cuando los ojos de Nomak se apagaron, Peyton aún sostenía su corazón en la mano, pero la cerró lentamente, creando un amasijo de tejidos informes que lanzó finalmente al suelo.
-Uno menos.
Jueves 9 Octubre, noche
Se apartó para que Cassian pasara e hiciera lo suyo. Cada vez mataba con más facilidad y sin titubear y Alix estaba muy orgullosa de él; una lástima que se hubiera echado a perder por otras cosas.
- Vaya Cass, parece que hasta te ha gustado, me has puesto cachonda - no era cierto, pero cualquier oportunidad era buena para picarle.
Lo que sí la puso a tono fue cuando Peyton se puso a lo vampira salvaje y le sacó el corazón al tipo. Hubiera sido mucho más sexy que lo mordiera y chupara su sangre, pero entendía que no quería tener nada más de él dentro de lo que ya había tenido.
Por supuesto, Alix se había encargado de cerrar la puerta cuando Cass se había metido y ahora estaban los cuatro a solas con el cadaver. Había llegado el momento de las despedidas.
- Está hecho - se pronunció al fin, solo para exponer lo evidente.
Un profunda pena la abordó en ese momento, como si supiera que esa era la última vez que Jordan, Peyton, Cassian y ella iban a estar reunidos de esa forma, como amigos. - Os voy a echar de menos, a todos - dijo de forma sincera y con cierta congoja en la garganta que no admitiría tener ni bajo tortura rigurosa. - Que os vaya bien, sea el camino que sea el que hayáis elegido.-
Alix se abrazó a Peyton con mucha fuerza y aspiró el aroma de su piel y su pelo. - Suerte, pelirroja. Escríbeme cuando puedas, yo no cambiaré de número. Pero no me mandes fotos del coño de Jordan, si es posible, que ya he visto suficiente.-
Jueves 9 Octubre, noche
Cuando el tipo se desplomó, su peso colapsó sobre la madera que sostenía todavía entre mis manos.
Solté la madera y me quedé un instante clavado, respirando como si aquello fuera a arrancarme el pecho.
Me aparté un paso al lado porque Peyton ya estaba encima de él, haciendo lo suyo. No la interrumpí. No era mi lugar. Me mantuve alerta, con el corazón martillando y las manos temblándome, el mundo reducido a los sonidos: respiraciones, el crujir de la madera, algún que otro gemido que prometía morir. No miré demasiado; miré lo justo para asegurarme de que aquello terminaba.
Cuando Alix cerró la puerta, fue ella quien la aseguró, me acerqué y posé la espalda contra la madera, cerrando los ojos un par de segundos para dejar que la rabia se transformara en otra cosa menos primitiva. Respiré fuerte, junté los puños, y aflojé los dedos hasta que ya no sostenían nada.
No dije nada.
Solo me incliné un poco hacia Peyton, como quien ofrece la mano después de una batalla, y le lancé una mirada que quiso ser un sostén: estoy aquí, joder, lo ves, no te suelto. Luego me giré y me aseguré de que la habitación no tuviera ventanas por las que se pudiera colar una sorpresa; barrí con la vista cada rincón, cada sombra, por si quedaba algún asqueroso más vivo de lo que debía.
Todo limpio, por ahora.
-Lo se. Se te transparentan los pezones en la camiseta, Rubia.- Contesté al comentario de Alix.
Pero no había tiempo para mucho más.
- Se darán cuenta del fuego en media hora, como mucho- Di un paso al frente para incitar a que Jordan y Peyton se movieran en su huida.- Tenéis que iros, ya.
Alix comenzó a despedirse, y realmente hasta ese momento yo no fui consciente de que se iban de verdad. Que se iban para siempre. O al menos para mucho tiempo. Eso me dio pena y no quise admitirlo.
- A mi si, por favor.- agregue al comentario sobre el pussy de Jordan.
Luego miré a Jordan con cara de "Bueno, ¿y por qué no?" Y la sonreí.
- ¿La cuidarás, por mí? - Comenté a Jordan - Más te vale que lo hagas. Es mi exprometida favorita.
Mis ojos se entraron con los de Peyton y negué intentando contener alguna lágrima interior.
- Sé lo que estás pensando, Pey. Así que ni lo sueñes. Nuestro pacto no puede romperse ni con la distancia, porque nunca lo escribimos en papel: Lo hicimos sobre nuestra propia amistad. Y eso no se puede romper.-
No quería un abrazo, porque no quería despedirme de ella, así que simplemente, la sonreí y la saludé, mientras con la otra mano, cogí la mano de la rubia y tiraba de ella para mí y hacia la puerta para irnos.
- Ya nos veremos, Bitches- Me giré antes de que vieran como un ojo se me humedecía.- Aún tengo que ayudar a la Mecklemburg a empaquetar sus cosas antes de que se queme su culo.
Jueves 9 Octubre, noche
Con la mano ensangrentada, Peyton miró a Jordan, Cass y Alix, y una leve sonrisa apareció en su rostro, pero al coincidir con los ojos de su amiga, percibió como la amargura aparecía en ellos.
Aquello era una despedida, inesperada, rápida, y a saber durante cuánto tiempo.
Cass les dijo que debían marcharse rápidamente. Peyton asintió.
-Tienes razón -comentó la pelirroja, con tristeza. Le hubiera gustado que su despedida hubiese sido más extensa, pero tendría que esperar a que hubiese un reencuentro para poder expresarles a los dos todo lo que sentía por ellos y cuánto les agradecía todo lo que habían hecho por ella.
Peyton abrazó a Alix igual que esta a ella, con fuerza, enroscando sus brazos alrededor de la rubia, dejándose mecer por aquel contacto que hacía tan poco habían reanudado pero que ya se sentía como algo que fuesen a mantener para siempre, lo que hizo que la despedida resultase tan complicada.
-Nah, nada de coños. Pero sí que haremos un video montándonoslo en la ducha e invitándote -replicó Peyton, con una sonrisa, que desapareció rápidamente -. En cuanto estemos seguras, te llamaré, no te preocupes. Recuerda que siempre estaré para cuando me necesites.
Después, se volvió hacia Cass. Cuando comentó que sí a la fotografía de Jordan, Peyton le pegó con suavidad en el hombro. Dejó que hablase con Jordan y cuando acabó y se atrevió a mirarla, dudó cómo reaccionar y qué decir.
-Mi caballero hasta el final -le dijo entre lágrimas. Iba a abrazarle, pero se notaba que Cass no deseaba hacerlo para no terminar de deshacerse -. Lo sé. Y siento que te he dado muy poco a cambio de todo lo que tú has hecho. Pero tengo toda la eternidad para devolvértelo, ¿verdad?
Peyton estaba a punto de romperse, así que se giró hacia Jordan y se abrazó a ella.
-Venga, marcharos ya. Nosotras nos vamos también. Y no se os ocurra no responder cuando llamemos. Si hay algo que odio es que me dejen a la espera -les dijo Peyton, de espaldas a Cass y a Alix.
Porque era imposible resistir aquel dolor que sentía en el corazón. Aun sabiendo que no era un "adiós" sino un "hasta pronto", era como si se estuviera despedazando desde el interior.
Los sollozos de Peyton se hicieron más evidentes y únicamente los brazos de Jordan impedían que se volviese hacia sus amigos y se fuese con ellos.
Observé la escena de Peyton casi con morbo. Porque que destrozara así a tal alimaña era tremendamente satisfactorio.
Pero después, llegó el momento de las despedidas. Yo ya me había despedido de Alix en su momento, y fue duro, así que no quería hacerlo una segunda vez. Al menos ella esta vez se lo tomó de otra manera y hasta bromeó con que Peyton no la perturbara con mis desnudos. Realmente ya dudaba que pudiera hacerlo porque Alix había visto más que nadie... No entraré en detalles. Su comentario me hizo sonreír de medio lado.
Cassian sí fue más sentimental, quitando la broma de que él si quería fotos de mi coño. Le enseñé el dedo corazón antes de responder.
—Como si no vieras tú suficientes coños por ti mismo, ¿eh? — le devolví la broma y luego asentí — Yo cuidaré de ella, no te preocupes. No os preocupéis ninguno — busqué un momento a Alix con la mirada.
Después fue Peyton la que habló, y ella sí le puso más corazón. Porque era esa parte de ella, la que casi nadie ve, la que a mi me enamoró: esa que se pone sentimental despidiéndose de sus amigos después de haberle arrancado el corazón a un tio.
La abracé contra mi cuando me buscó, claro, y les hice un gesto a Cass y la rubia.
—Venga, nos vamos todos. El coche ya estará esperando en la puerta. Estaremos bien. Mandaremos noticias en cuanto podamos, ¿de acuerdo? — les aseguré y, ahora sí, cogí mi mochila con lo básico y la suya, para empezará a tirar de ella hacia la salida.
Jueves 9 Octubre, noche
Cuando se separó del abrazo de Peyton, Alix también tenía los ojos llenos de lágrimas. Se alegraba por ella porque al fin iba a llevar la vida que ella quería, pero no podía dejar de sentirse abandonada; todos la abandonaban. Se tragó la amargura que amenazaba con arruinar aquel momento y rio con la respuesta que le dio la pelirroja sobre el tipo de fotos y videos que tenía prohibido enviarla. Todo volvió a la normalidad.
Entonces Cassian tiró de ella para separarlas y Alix se dejó. Peyton volvió a los brazos de Jordan, donde correspondía y ella cruzó miradas un momento con la morena. Ya se habían dicho todo lo que tenían que decir y añadir más a solo lo estropearía. Jordan debió pensar lo mismo y tan solo hubo un mudo asentimiento como despedida.
Sin guardia que les cortase el camino, pudieron salir sin problemas; unas en dirección a la salida y los otros hacia la habitación de la casa Stein. Alix tenía que recoger sus cosas y avisar a Eleanor.
Sin darse cuenta, siguiendo los pasos urgentes del Voss que parecía siempre tan seguro de sí mismo, perdió de vista a Peyton y Jordan.
