Partida Rol por web

Domingo, 5 de Octubre
~Medio día

La mirada que en un primer momento me dedicó la ucraniana estaba cargada de confusión. Como si no me reconociese o no hablásemos el mismo idioma. E instantes después, y como si toda las piezas de un complejo puzzle hubiesen encajado, la Mecklemburg terminó por reaccionar.

La bofetada —candente como decenas de agujas al rojo vivo y estruendosa como si alguien me hubiese estallado un petardo en el oído— me cruzó la cara y dibujó una evidente, momentánea y dolorosa mueca en mi cara. Seguidamente invadiéndome un profundo miedo. Uno que se esfumó en el mismo instante en el que, tras conectar nuestras miradas, la chica se encaramó a mí y me besó apasionadamente. Gesto que no dudé —ni tampoco tardé— en corresponderle. Estrechándola con amor, necesidad, ansia y urgencia mientras mi lengua se fundía a la suya en un húmedo, dulce y apasionado beso.

No sabía qué demonios había ocurrido exactamente —aunque sí que sentía una poderosa curiosidad—. Tampoco conocía la identidad de aquella enigmática y exótica mujer. La misma capaz de, con su presencia, eclipsar a la de los dioses. Lo único que sabía a ciencia cierta es que había vuelto de entre los muertos —el universo parecía haberme dado una segunda oportunidad— y que el amor de mi vida también —la tercera—. Detalle tan vital que eclipsaba todo lo demás.

—Deberíamos ir a la ducha, amor... —le propuse, meloso y cómplice, como si momentos antes no hubiese estado muerto en el suelo— Estamos súper asquerosos... y creo... que ambos nos merecemos un pequeño respiro. Y yo, además, —mencioné bajando la voz y adquiriendo un tono más seductor— tengo DEMASIADA hambre de ti...

Domingo 5 de Octubre, medio día

Alix ya estaba en faena. Una vez que había saltado sobre Valerian, cualquier pensamiento coherente y reflexivo había pasado a un segundo plano. Ahora solo quería fundirse con él, sentirle vivo dentro de ella, confirmar que aquello no era un sueño o una alucinación; necesitaba tocarle, tenerle, poseerle, y que él hiciera lo mismo con ella. Alix era muy pasional y vivía las emociones de forma extrema.

Y no le importaba que oliera a podredumbre y muerte, era algo a lo que se había acostumbrado, los olores que a otros les daba repulsión, a ella la resultaban indiferentes. Se lo habría follado ahí mismo delante de su hermana y del cadáver de su madre si él hubiera querido, así que, cuando dijo de ir a la ducha, ella tan solo se encogió de hombros porque la daba igual el lugar y la postura. No le dejó hablar mucho más, y él tuvo que hacer esfuerzos por despegarse para poder proponer el cambio de habitación.

Por suerte él tenía los mandos pues la estaba llevando en brazos, así que podía llevarla a cualquier parte que ella no se daría ni cuenta. Su agarre era firme, pero él seguía siendo más fuerte; Si quería podía también quitársela de encima. Alix, que no hacía falta que expresara en voz alta el hambre que tenía de él para que se viera que ese era el caso, atacó de nuevo sus labios con ansia, cogiendo entre los suyos el inferior de él y lamiéndolo y succionándolo antes de pasar al de arriba y repetir la operación. Sus colmillos habían comenzado a crecer, fruto de la excitación que sentía en contacto con Valerian.

Jessica parecía divertida con aquel rechazo por parte de Patrick, despreocupada de que pudiera molestarle o suponerle un problema. Cuando su mano detuvo el avance hacia su miembro, no retiró la suya.

-Bueeeeno, la verdad es que no sé por qué te pones así. Rachel se da mañana con esa actitud de "chica que no ha roto un plato en su vida", pero la verdad es que es bastante tontita. Ni siquiera sabe que existo. Para ella solo soy una amiga que le da consejos que a menudo rechaza. De vez en cuando siente que pierde la memoria y cosas así, pero no me conoce. Yo, en cambio, sí la conozco a ella. Por desgracia, ella no puede hacer lo mismo que hago yo y cada vez que se excite, te encontrarás conmigo, no con ella.

Jessica se encogió de hombros.

-Pero el cuerpo es el mismo, así que no entiendo tu rechazo. Yo me atrevo a hacer cosas que ella ni soñaría. 

Finalmente, retiró su mano, se separó ligeramente de Patrick y comenzó a desvestirse. En cuestión de segundos se quedó completamente desnuda.

Pero no se conformó con eso. 

Se humedeció un dedo y lo dirigió hacia su sexo para, a continuación, empezar a tocarse, acariciándose el clítoris, masajeándose arriba y abajo entre sus pliegues, gimiendo suavemente. Después, retiró su mano y volvió a aproximarse a Patrick, lentamente, con su sexo humedecido y expuesto, invitándote a hacer cuanto quisieras.

-Ahora es tu turno, campeón. No te preocupes que no se lo diré, y tú podrás inventarte lo que quieras, como que fue estupendo estar con ella.

El olor de su sexo te envolvió al tiempo que sentías como tu cuerpo reaccionaba ante él. Era inevitable que tu físico respondiese, y que al contemplar aquel rostro, vieses, además de a Jessica, a Rachel.

Jessica me cerró la boca en varios sentidos.

Primero porque aún me estaba intentando recuperar de la sorpresa, ¿quizás algún trauma infantil había generado esa segunda personalidad? intenté racionalizar su estado, pero comenzó a hacerse complicado pensar en otra cosa que no fuera su rostro y segundo..su cuerpo.

-¿Cada vez que se excite aparecerás tú? bueno, al menos es una bonita forma de controlar tus apariciones y no me meterás mano en mitad de una....cena..joder Jessica..-ver como se desnudaba delante de mí a una velocidad pasmosa y como empezaba a masturbarse ante mí, me había dejado en shock la maldita pelirroja, pero no del todo, pues se me había puesto dura en pocos segundos.

Veía ahora aquel rostro angelical que tanto me gustaba pero con ojos cargados de deseo, el olor de su sexo al humedecerse por la excitación llegó a mi olfato rápidamente y mi cuerpo reaccionó de la mejor forma que sabía ante aquellas situaciones, lanzarse a por su cuello, besándola con intensidad dejando que ella se siguiera masturbando mientras mis manos comenzaban a recorrer su cuerpo.

No pude evitarlo o quizás más bien..no quise, sabía que era ella en realidad, pero...diferente.. aún así sus manos trabajaban con maestría por lo que no quería ni pensar que haría Jessica por las noches...

Ataqué su boca nuevamente y mis dedos atraparon su piel mientras nuestras lenguas bailaban de forma húmeda y desenfrenada comencé a bajarme los pantalones con urgencia, tanto para que ella tuviese mejor acceso como para entrar en su interior, me había encendido como la brea de una antorcha ante una cerilla.

-No vamos a perder más tiempo...-jadeé. Comencé a masturbarla mientras ella hacía lo propio con mi miembro, sentí su humedad al instante y metí los dedos en su sexo, deslizándose con una facilidad pasmosa, noté aquel pequeño bulto endurecido que era su clítoris y empecé a frotarlo con la yema de mis dedos.

-Vamos, tanto que alardeas, demuéstrame si sabes montar en condiciones a un hombre..-mostré una mirada pasional, excitada y ardiente.mientras seguía masturbándola con más intensidad.