Partida Rol por web

S A N G R E   J O V E N

Los vampiros existen, pero su existencia siempre se ha mantenido en secreto. El fuego, la decapitación, las estacas en el corazón o el ajo, pueden dañarlos, no así el sol, que simplemente pone de manifiesto la claridad de su piel, pero la inmortalidad es su principal sello. La única amenaza real fue siempre que hubiese demasiados y que, por consiguiente, faltara alimento para todos. Por ese motivo, durante siglos, vivieron casi sin encontrarse, dispersos por todo el mundo, intentando no llamar la atención y seguros por disponer de todo el alimento que necesitaban.

Sin embargo, en la década de los setenta, más de la mitad de la población humana se infectó con el virus de disfunción del factor de coagulación, el CFaD. En la mayoría de la gente se manifestaba como un resfriado común, pero en algunos desafortunados, se transformaba en una enfermedad crónica que hacía que el sistema circulatorio se volviera loco. La sangre se coagulaba demasiado rápido, demasiado lento, no se coagulaba o lo hacía en los lugares y momentos equivocados. Si no recibían tratamiento, las personas contagiadas podían morir. El CFaD era prácticamente inofensivo hasta que se te llevaba por delante.

Por su parte, para los vampiros, supuso un gran problema porque era siempre mortal. Cualquier vampiro que se alimentara de un humano portador de CFaD, con o sin síntomas, moría en cuestión de minutos. Los vampiros lo llamaron el «Peligro» y cuando el virus se propagó entre la población humana, la población vampírica estuvo cerca de extinguirse.. hasta que apareció el hema.

El hema fue su salvación.

Hasta este momento, no hay cura para el CFaD. La Black Foundation, fundada en 1975, la empresa que dedicaba más recursos a la investigación para encontrar una, había estado trabajando en ella durante unos cuarenta y cinco años. Por supuesto, estaba dirigida por vampiros, que eran los principales interesados, aunque de hallarse una cura, la gran pregunta es si deberían por fin darse a conocer a los humanos o no.

Pero por el momento, el hema sigue siendo la única solución viable. Sin embargo, costaba mucho, demasiado, y no todos podían permitírselo, por lo que había un mercado negro de hema que permitía que algunos sobrevivieran con restos de dudosa calidad que apenas servían para mantenerles con vida, eso sí, a cambio de cuantiosas sumas.

El hema es el bien más preciado en el comercio mundial.

Victor Vogel inventó el sustituto de sangre que se vendía como hema, convirtiéndose en un héroe. Los vampiros lograron sobrevivir al Peligro porque él y su empresa, VogTech, distribuyeron el hema justo a tiempo. Pero también gracias a ella, su riqueza aumentó hasta límites insospechados. Hoy por hoy, es el vampiro más poderoso del mundo.

En este ambiente, es por todos conocido que la Escuela Harcote es uno de los mejores internados del país. En el mundo humano, se conocía por su exclusividad, con una tasa de admisión de un solo dígito. Eso es porque los humanos no saben que Harcote acepta a un único tipo de estudiantes: los vampiros de sangre joven nacidos después del Peligro. No cualquier sangre joven, la élite de la sangre joven, los descendientes de las figuras más ricas y poderosas de Vampirdom, como se conoce a la sociedad vampírica.

La matrícula asciende a decenas de miles de dólares al año, y la beca es inexistente, sin importar los formularios que se presente con la solicitud. A los chicos que van a Harcote eso no les importa: son hijos de Capitanes Vampiros de la Industria y de Zillionaires Vampiros, y sus hacedores —los vampiros que convirtieron a sus padres— probablemente fueran legendarios.

En el mundo vampírico, el hacedor define quién eres. «Tu hacedor» es un vampiro mayor que te selecciona para la vida inmortal y te transmite ese don cuando te convierte. Un verdadero hacedor le enseña a un nuevo vampiro cómo cazar y alimentarse, cómo hechizar a los humanos y usar el carisma vampírico, y cómo adaptarse a la vida eterna. Básicamente, cómo vampirizar. El hacedor y su vástago comparten un vínculo eterno. Pero la imposibilidad de transformar a humanos en vampiros ha hecho que las mujeres vampiras engendren con mayor frecuencia vampiros, lo que significa que la herencia es también importante. Para una mujer vampira, debido a los problemas sanguíneos, lograr que un embarazo salga adelante no es nada fácil, pero a partir del Peligro, se convirtió en la única manera de generar nuevos vampiros.

Un vampiro concebido y nacido al menos por otro vampiro es humano hasta que no comienzan la pubertad. Sin embargo, a partir de ese momento, sus cuerpos cambian y en cuestión de un año, se convierten en vampiros completos, incapaces de ingerir otra cosa que no sea sangre... o hema. Su crecimiento se va ralentizando hasta detenerse completamente aproximadamente al cumplir la treintena de años, y desde ese momento, ya no envejecen. Puesto que ahora los nuevos vampiros nacen, no se convierten, se ha adaptado la tradición: los hacedores de tus padres son también los tuyos. Son los "sangre joven".

La Escuela Harcote tiene el honor de contar con el apoyo del señor Victor Vogel, el presidente de VogTech, el hombre responsable de la supervivencia de la especie vampírica, el inventor del sustituto de sangre y el presidente del consejo de administración.

Por eso entrar en ella es poco menos que imposible para cualquiera que no pertenezca a la élite.

Los jugadores interpretarán a un grupo de vampiros que están en este centro tan elitista, algunos debido a su origen familiar, y otros, por diferentes causas. Los personajes pueden estar en su tercer año en Harcote, o haber logrado entrar de alguna manera, desde la Escuela Pública o algún otro centro de educación privado.

Una vez dentro, no solo estarán en un instituto / residencia escolar, sino también expuestos a las diferentes maneras de pensar que hay entre los vampiros. Algunos opinan que el virus ya no existe y que deberían volver a alimentarse de humanos. Otros, que nunca deberían hacerlo. En Harcote, predomina el elitismo y las ideas retrógradas, pero no todos opinan de la misma manera entre los recién llegados. Mientras tanto, el Hema vale su precio en oro. ¿Debería ser para todos los vampiros por igual... o únicamente para quienes pudieran costeárselo? ¿Qué oscuros secretos encierra la residencia Harcote, un lugar privilegiado en el mundo vampiro?

Temática. La partida tiene una pequeña trama oculta, pero la idea es que sean los estudiantes de Harcote quienes ideen y desarrollen lo que sucede. Es decir, es básicamente un Slice of Life, un rol social.

Personajes. Todos los personajes tendrán 17 años, que es la edad a la cual entran en el tercer curso. Para participar, indicar:

Nombre

Imagen

Orientación sexual

Personalidad

Linaje

Breve explicación de la entrada a Harcote (pueden llevar en la residencia desde el primer curso o entrar ahora, explicar cómo).

Breve historia (se desarrollará una vez se esté en la partida)

Número de jugadores: 6

Ritmo: 2 o 3 mensajes por semana.

Sistema: Completamente narrativo

Tipos de rol: Los jugadores pueden participar en dos clases de rol.

Rol social, exclusivo entre jugadores. Es optativo. Se pueden llevar tantos como se quiera. 

Rol de trama, guiado por la directora. La participación es obligatoria para todos.

Trama principal

Hay dos grupos de vampiros. Los puristas, que consideran a los humanos como inferiores, y los que opinan que con cura o sin cura hay que alimentarse de hema para no matar humanos o encontrar una cura pero convivir pacíficamente (unionistas). Entre el profesorado hay de las dos clases, pero en un lugar tan elitista como Harcote, no es posible mostrarse como tal.

Victor no solo inventó el Hema, sino también el CFaD para hacer una limpieza étnica. El objetivo de este curso es precisamente seleccionar a los mejores, que vayan a estar dispuestos a elevar el nivel del Vampirdom. 

Episodios de la trama.

0.Prólogo. Vida antes de Harcote.

1. Recepción

2. Organización en dormitorios, en parejas

3. Clase de ética vampírica. Realización de un trabajo sobre cómo mejorar el vampirdom.

4. Concurso.

5. Salida de chicos para ir al pueblo cercano.

6. Día de los descendientes.

7. Muerte de un profesor que es en realidad pro-humano. Hay un grupo en Harcote que no confía en Victor Vogel y mantiene contactos con humanos que trabajan en una cura. No son muchos los que quieren hacerlo, porque pocos confían en los vampiros, pero él está casado con un hombre humano y sabe lo que es la humanidad. El CFaD es también problemático para los humanos.

8. Los "sangre joven" son atraídos a los archivos, en donde Victor reconoce que no solo descubrió el Hema, sino que inventó el Peligro para hacer una limpieza étnica al tiempo que se hacía "de oro". Les ofrece a ellos ayudar en esa tarea y acabar con quienes se oponen a un Vampirdom puro.

9. Epílogo

1. LA LLEGADA

Los vampiros han estado caminando sobre la Tierra durante miles de años, quizás antes incluso de lo que suponemos, y el Peligro estuvo a punto de acabar con todos. Vivían dispersos por todo el mundo, sin apenas entrar en contacto unos con otros, pensando prácticamente que eran los únicos que existían todavía, cuando la realidad era que por su propia naturaleza, jamás coincidían más que unos pocos en el mismo lugar y al mismo tiempo, y que debido a su longevidad, cambiaban sus asentamientos cada pocos años.

Harcote y el Hema cambiaron todo eso.

Al verse obligados a alimentarse de Hema, los puntos de distribución se convirtieron en zonas que atraían a la comunidad vampírica, empezando a crear las bases de lo que hoy en día se conoce como Vampirdom. El Hema no solo salvó a los vampiros de morir inesperada y dolorosamente, sino también del aislamiento.

Y luego estaba Harcote.

Cuando se fundó veinticinco años atrás, muchos no entendieron el motivo. Pero la aparición de los "sangre joven" hacía necesario preparar a los nuevos vampiros a vivir en una sociedad fragmentada, y enseñarles a que contribuyesen para formarla. Harcote no solo era un centro para educar a los vampiros y que continuasen sus estudios y su formación en las universidades humanas, sino un lugar en el que sociabilizar y afianzar la filosofía de la vida vampírica.

Pero no todos los vampiros valían igual. Los precios del Hema hacían que únicamente la élite, aquellos cuya riqueza era considerable, tuvieran acceso a ella en suficientes cantidades como para no tener que preocuparse en absoluto por su disponibilidad y suminsitro, y en consecuencia, la matriculación en Harcote seguía el mismo principio, seleccionando únicamente a quienes de verdad habían ganado su lugar en el Vampirdom, y podían contribuir a él como miembros de verdadera importancia.

Harcote no era para todos. Era únicamente para algunos elegidos, para los hijos y las hijas de quienes de verdad tenían algo que ofrecer, y no para los muertos de hambre, los que tenían que trabajar y luchar cada día por conseguir Hema, aunque fuese de baja calidad, y a veces pasaban días sin alimentarse, con sus estómagos contrayéndose por la falta de alimento, hasta que un buen día, sus cuerpos colapsaban y se convertían en poco más que esqueletos recubiertos de piel.

No eran pocos los que habían sufrido aquel destino.

Pero no a quienes iban a Harcote.

En este lugar, todo es perfecto, todos los vampiros han sido cuidadosamente escogidos, y el Vampirdom tiene el futuro asegurado.

Vuestras familias tenían claro que lo más importante era seguir creando una sociedad en donde los vampiros como ellos fuesen importantes, y vosotros teníais un papel preponderante en todo ello, del cual no podíais escapar, por mucho que quisierais. No se trataba solo de alimentarse; todo giraba alrededor de la superioridad moral del vampiro sobre el humano, y el destino que pensaban merecer, que no era otro que el de controlar el mundo.

Para todos vosotros, asistir a Harcote no era una opción, sino una obligación, con vuestras familias, con el Vampirdom, con el mundo al completo.

Como no podía ser de otra manera, cada uno de vosotros debía hacer gala de la familia a la que pertenece, y mostrar siempre la importancia de la misma. Era una ofensa intolerable. Por ese motivo, casi todos usabais vuestras mejores galas, por mucho que os pesara, llegabais en limusinas o los mejores coches, e incluso algunos, llegabais en avión a una pequeña pista de aterrizaje cercana y desde allí en un vehículo privado que Harcote ponía a disposición de aquellos que consideraba oportuno, quienes habían contribuido con mayores sumas a Harcote, por supuesto.

Todo con tal de que las mejores familias estuviesen representadas en Harcote y que Harcote fuese, en definitiva, el lugar de encuentro y formación de todo el Vampirdom. Y eso que dentro del Vampirdom, había muchas sensibilidades. Algunos todavía creían que un vampiro debía ser, ante todo, respetuoso con las tradiciones ancestrales, y que los sangre joven representaban una aberración en lo que siempre había sido la existencia de un vampiro. No había nada igual a un hacedor, el maestro que guiaba al recién convertido, a través de la neblina de la inmortalidad, enseñándole a caminar entre mortales, interpretar un papel y fascinar a los humanos. Para ellos, Harcote representaba el centro del Vampirdom, que permitía la comunión entre vampiros de diferentes edades, y transmitir las tradiciones ancestrales. Otros, en cambio, abrazaban la nueva vida, la posibilidad de que, a pesar de las dificultades, engendraran vampiros y les educasen como siempre se había hecho entre los seres humanos, agradeciendo la existencia de Harcote como fuente de inspiración. En cualquiera de los dos casos, lo más importante era que los valores de los vampiros llegasen a aquellos que, por su juventud, no tenían pleno conocimiento de los mismos.

Aunque había jóvenes de muy diferentes edades, todos habíais sufrido ya la conversión vampírica. No tenía sentido enviar a Harcote a jóvenes humanos, que a pesar de estar aguardando su transformación, no dejaban de necesitar comida real y ser posibles objetivos para cualquier vampiro que allí se encontrase. Por ese motivo, no había más que alumnos y alumnas de 1º a 4º, que encontraban en aquel lugar el "estímulo" necesario para llevar el Vampirdom por bandera, de allí en adelante.

Conforme fuisteis llegando, una pequeña "legión" de seres humanos se acercaba a los vehículos para recoger los equipajes. Todos los humanos que había en Harcote, y había unos cuantos, estaban hechizados, bajo el control directo del Director, que los empleaba para tareas menores como preparar y servir el Hema, que Victor Vogel suministraba de manera gratuita al Centro, limpiar, atender las necesidades menores de cuantos estudiaban y trabajaban allí, y también patrullaban los pasillos para evitar que los alumnos y las alumnas se movieran por ellos. Ninguno de vosotros sabía si todo cuanto hacían, veían y decían, era directamente controlado y conectado al Director o si actuaban de forma autónoma según las instrucciones que les habían dado, pero resultaba inquietante ver aquellos ojos sin vida que tenían en todo momento, mientras se movían como autómatas haciendo las tareas que les habían encomendado. Todos se habían prestado voluntariamente a ello (a cambio de importantes remuneraciones) pero era una anomía a la cual solo estaban acostumbrados quienes llevaban varios años en Harcote.

Quienes acababais de llegar, teníais que esperar a que os asignaran casas y habitación. Los demás, no necesitabais esperar. Directamente, conforme fuiseis llegando, podíais dirigiros a vuestras casas. Las tres casas estaban situadas en tres alas diferentes de Harcote (Hunter al norte, Stein al sur y Black al este), separando sobre todo diferentes árboles genealógicos y, en ocasiones, también según la importancia de cada familia.

Estabais en Harcote, y no podíais olvidar que, al final, todos teníais que luchar por la posición que ocupabais, porque como tan a menudo repetían muchos de vuestros profesores, el director y la subdirectora sobre todo,

"Una boca cerrada no se alimenta"

Y ninguno de vosotros quería dejar de alimentarse, ni perder todo lo que teníais y vuestras familias habían conseguido.

HACIENDO PEYTON

Aquel chico tenía todas las características que se pedían en Harcote, aunque claro, a la Peyton no es que le importase demasiado. Todos los chicos le parecían iguales, o al menos, con ellos, se comportaba de la misma manera, con indiferencia. Estaba totalmente concentrada en Cassian cuando una voz a su espalda le hizo volverse y al hacerlo, se encontró con la mirada de una chica de aspecto vulgar, con una sonrisa que no dejaba lugar a dudas respecto a lo que estaba pensando. Ser el centro de atención siempre era algo del gusto de la pelirroja, que se consideraba no solo con derecho a ser observada y seguida por todos, sino una obligación para cuantos tuvieran un mínimo de buen gusto, aunque la gente que trabajaba solamente con mínimos no le interesaba.

Su primera reacción fue hacer un "tour" visual de aquella chica. Parecía estar en el lugar equivocado, tanto por su ropa como por sus tatuajes, y vestía más como un tío. Había oído que cosas como aquellas estaban de moda, pero eso no iba con ella, que prefería estilos más convencionales, utilizando el buen gusto que las variantes de la moda, y el dinero, le permitían.

Cuando sus ojos llegaron a la sonrisa de Jordan, experimentó una punzada de atracción, una que ya conocía sobradamente y que se veía obligada a contener en Harcote durante la mayor parte del tiempo.

-Perdona, ¿te conozco?

La pregunta parecía casual, pero no lo era en absoluto. Había visto su foto en algunos posts de sus compañeros de Harcote, pero hasta este momento, no le había prestado la menor atención.

Como el lugar estaba llenándose rápidamente, era solo cuestión de tiempo que apareciese su "caballero andante", como en muchas ocasiones se refería Peyton al hablar de su "novio de pega", ese que llevaba una "reluciente armadura" de cara a los demás y que ayudaba a crear aquella falsa imagen de perfección que siempre les obligaban a llevar.

Al oír su voz, la joven se concienció y montó una sonrisa casi perfecta.

-Cassian, mi caballero perfecto -dijo, acercándose a él y dándole dos besos a distancia en sendas mejillas -. Mejor no, dejémoslo para cuando estemos a solas, bebé.

Y para tus sueños.

Cuando le pidió que no asustara al nuevo, Peyton empezó a sonreír.

-No digas tonterías. Solo estoy siendo la mejor anfitriona posible. Es nuestra obligación ayudar a los recién llegados a que se integren en nuestro precioso centro.

Peyton iba a terminar de subir las escaleras para entrar en el vestíbulo cuando el rugido del motor de otro vehículo la distrajo e hizo que se volviese a mirarlo. Antes de que se detuviera y saliera, ya sabía quién era su conductor. Conocía perfectamente que era el coche de Selene.

Nada más detenerse, abrió la puerta y empezó a bajar, dejando ver un vestido que, en realidad, parecía diseñado para una fiesta nocturna más que para la llegada a Harcote, y que se ajustaba realzando las curvas de la joven. Los ojos de Peyton se dirigieron instintivamente hacia su busto, pero se volvió rápidamente para evitar quedarse anclada en ellos, y camufló su mirada con una amplia y artificial sonrisa.

-Ah, esa chica. No tiene remedio. Debería aprender a vestirse de manera que la gente no piense que es una cualquiera, pero supongo que es algo natural en ella.

Al ver a Peyton, Selene le sacó la lengua, haciendo que la pelirroja contuviese una risa. Aquella actitud era de lo más infantil y estúpida.

-Selene, tu siempre tan divertida y aguda. Cómo no iba a saludar a mi mejor amiga y compañera -le dijo, con aquella entonación que parecía ser más propia de una famosilla de los programas de la televisión que de alguien de su edad, aunque no podía negar que Selene

A la pelirroja le dio igual que le escuchara o no, poprque lo importante era que lo oyesen los demás. Al final, todo era apariencia. Isadora llegó y saludó, y Peyton alargó la sonrisa para prolongarla a modo de saludo hacia la asiática.

La llegada de los demás era solo cuestión de tiempo y Peyton no tenía demasiado interés en recibir a quienes sabía ni siquiera la toleraban. En realidad, no le importaba. Si tuviera que preocuparse por los rechazos de gente que no sabía ver lo que representaba, no tendría tiempo ni para pintarse los labios.

Así que ni siquiera se molestó en saludar a Patrick.

Pero sí que miró de pasada a Alix. Aquella chica se había echado a perder. Podía haber sido una buena amiga, alguien en quien confiar, y al final, se había dejado engullir por el lado oscuro, como les gustaba decir a esa panda de frikis de star "guarros". Pero ella era luminosa y se sentía capaz de iluminarlo todo. Quien no quisiera deslumbrarse... que se volviese de espaldas.

1. Indios: Me gustaría tener algo de trama de la que ir tirando, aunque sea solo darle vueltas a la cabeza o tener para charlar con algunos, y creo que podría venir bien eso que te comenté que en verano la hubieran dado Peyote y hubiera tenido una visión.

Sería algo así:

Alix ha pasado el verano con la comuna de Dexter Greenwood (el no-tio de Rowan). Han ido de aquí para allá porque son nómadas. En una de esas se quedaron con una tribu de indios Maliseet de la zona (así podemos poner que salgan varias veces que creo que puede dar juego) y participó en sus rituales.

Una de aquellas veces tuvo la visión . La visión sí que me la tienes que dar tú para revelarme lo que quieras, aunque puedes solo resumirme qué vio. Algo que la motive a seguir con la investigación de la muerte de su madre, a ser posible.

2. Las notas de su madre. Eso puede ser también una motivación. Saber que existen esas notas y que alguien las tiene. Un NPC que aparezca y quiera hablar de su madre, de esas notas y lo que cree que pueda estar pasando. Que se alien para investigarlo juntos; ella dentro del Harcote y el NPC fuera. Así tenemos para varias interacciones y giros en la trama.

3. A parte de las cosas relativas a la trama, te quería preguntar qué pasa con los NPCs que nos has puesto como personal del Harconte. Son "romanceables"? Están solo como figuras de poder intocables o se puede formar relación con ellos? Las parejas que has puesto en las casas son matrimonios?

A pesar de las horas, Peyton se sentía muy contenta. Era difícil expresar con palabras el alivio y la felicidad que sentían por haber sido capaz de recuperar, e incluso más que recuperar, afianzar, la amistad con Alix. Cuando se conocieron, ambas eran demasiado jóvenes y aunque ella tenía más recorrido, no estaba preparada para crear una amistad real cuando no había tenido ninguna.

Sus padres jamás le habían permitido relacionarse con nadie más, y se habían limitado en tenerla controlada prácticamente las veinticuatro horas del día, y Alix había sido la primera posibilidad real de hacerlo. Sin embargo, también ella se había equivocado al intentar dirigirla y manipularla, de forma similar a lo que hacían sus padres cada día, pero a su nivel.

Había terminado siendo un desastre, pero ahora... todo era bien diferente.

Lo mejor de todo era que había sido capaz de hablar con ella de temas que hasta ahora no había sido capaz de tratar con nadie más, incluyendo la realidad de cómo habían roto su relación entre ellas. 

Todo eran buenas noticias en esos momentos, y estaba deseando poder contárselo a Jordan.

Pero nada más abrir las puertas que daban al vestíbulo y darse cuenta de que ya estaban dentro del horario del toque de queda, sintió como su estómago se contraía, y no era por buenas noticias.

-Mierda. Nos hemos pasado de hora -comentó, en voz baja, confirmándolo al ver a todos aquellos "zombies" paseándose por allí y vigilando. Aunque durante el día no me fijaba en si estaban más o menos por allí, o en cuantos había en realidad.

Los humanos constituían un elemento con el cual no estaba familiarizada, aunque siempre había pensado que tenían unos derechos que los vampiros ignoraban. Aunque no me relacionaba con ellos habitualmente (mis padres no me lo permitían) y yo había coincidido en escasas ocasiones con tiempo y libertad para conocerlos mejor, tenía bien claras mis posturas sobre ellos. Sin embargo, era muy sencillo verlo desde la distancia con la comodidad que las vidas que llevábamos.

Sin embargo, aquellos humanos no parecían humanos en sí.

Eran básicamente esclavos.

-Vamos por ahí -dijo, en voz baja, cogida de la mano de Alix, caminando agachada y tirando para intentar evitar las miradas de los humanos. 

Pero había demasiados. Joder, parecían estar por todas partes. ¿Qué se creían que era aquello, una prisión? Lo era, pero ahora parecían no disimularlo en absoluto.

(Hotel Lake Creek Lodge, Camp Sherman, EE. UU.)

El viernes después de las clases y de tomar vuestro plato de Hema, la subdirectora se acercó a vosotros para indicar que había un coche esperandoos fuera para llevaros al albergue.

-Coged lo que vayáis a necesitar y no os entretengáis -os dijo, sin daros más detalles ni tampoco especificar mucho acerca de lo que debíais llevar o no.

Cuando salisteis*, os encontrasteis con un coche que, efectivamente, os esperaba para recogeros. Era un todo terreno que parecía estrecho e incómodo y al volante había un hombre que no conocíais. Al asomaros, os fijasteis en que era humano, y no se trataba de un "hechizado" como los que conocíais.

-Venga, chicos, subid de una vez que no tengo todo el día -os dijo, mientras arrancaba el motor, a la espera de que subieseis y os acomodaseis.

Cuando lo hubisteis hecho, os dedicó una sonrisa.

-Me llamo Niguel. Me han dicho que sois de los que causan problemas. Espero que no, porque tenemos bastantes clientes y no queremos líos. Pero bueno, tengo instrucciones de comunicar cualquier dificultad que provoquéis. Así que... más vale que no lo hagáis. Y ahora... vámonos.

Sin perder más tiempo, el coche salió despedido a toda velocidad hacia delante, haciendo que la inercia os aplastara contra el respaldo. 

Niguel conducía como un loco, y no parecía que fuese por una carretera sino campo a través, por los botes que daba el coche y cómo cogía las curvas. Desde luego, se esforzaba por hacer el trayecto, que debía durar media hora, bastante incómodo.

-Bueno, y qué se supone que habéis hecho. ¿Habéis mordido a uno de esos humanos que van por ahí sin alma, habéis salido fuera del toque de queda... ? Las posibilidades son casi infinitas pero para que os hayan castigado con un fin de semana en el albergue, la cosa ha tenido que ser seria -comentó el tal Niguel, sin dejar de mover el volante a un lado y a otro.

4. EL CERTAMEN

A lo largo de la semana fueron desarrollándose las clases y poco a poco la rutina fue adueñándose de todos otra vez. La fiesta había quedado atrás, así como el recuerdo de un verano que ya iba siendo un pasado lejano, aunque los ecos de ambos aún resonaban entre algunos de vosotros.

Las clases de la profesora Warlock se habían convertido desde el primer momento en la perfecta prolongación del ideario de Harcote, desdeñando cualquier crítica abierta, por pequeña que fuese, al Vampirdom o a las élites vampíricas. Era de lejos la clase que más rechazo, pero a la vez mayor temor, generaba. 

En contraposición a ella, estaba el profesor Krontos, que actuaba con familiaridad con el alumnado, discutiendo interesantes cuestiones en un ambiente bastante más relajado y cómodo en el cual todos podían decir cuanto quisieran, sin miedo. A todo el mundo le gustaba el profesor Krontos, que incluso parecía unionista en algunos de sus comentarios, aunque no lo dijese abiertamente.

El profesor Gretzky, por su parte, daba bastante grima, porque detrás de aquella sonrisa parecía esconderse una actitud tan cruel como la de cualquier asesino en serie. Sus clases de ciencias abogaban por la experimentación con humanos con el fin de mejorar cualquier conocimiento que ayudase a progresar en los tratamientos contra CFaD, por el bien de los vampiros, por supuesto.

Los demás, constituían claros ejemplos de cómo debe impartirse una clase sin desviarse de las directrices oficiales.

Esto era Harcote, un lugar en el cual se respiraba la filosofía de la supremacía vampírica.

No hubo nada importante a reseñar hasta el miércoles a la hora del almuerzo, momento en el cual el director se puso en pie, subió al atril y se dispuso a hablar.

—Tengo un anuncio muy especial, chicos -dijo, interrumpiendo el almuerzo de no pocos de vosotros -. Como saben, la Escuela Harcote tiene el honor de contar con el apoyo del señor Victor Vogel, el presidente de VogTech, el hombre responsable de la supervivencia de nuestra especie, el inventor del sustituto de sangre con el que actualmente nos deleitamos y el presidente de nuestro consejo de administración. Este semestre, dos estudiantes muy afortunados, un chico y una chica, podrán conocerlo de una manera diferente: como mentor.

Aquel anuncio generó no pocos murmullos a todo lo largo del salón. No se trataba de cualquier noticia, sino de algo que tanto para el alumno agraciado como para su familia, representaba un salto de calidad en lo que se refería al reconocimiento general.

—¡Sí, me han oído! El auténtico Victor Vogel será el mentor de dos estudiantes de Harcote este año. Los alumnos tendrán la oportunidad de reunirse con el señor Vogel varias veces durante este año, echar un vistazo a su vida como líder de Vampirdom, así como obtener una pequeña visión de lo que sostiene la inmortalidad. Increíble, ¿no? Y todo lo que han de hacer... en realidad ya lo han hecho. Me consta que la profesora Warlock les ha pedido una tarea en clases de Ética Vampírica. Pues ese ensayo será analizado por nuestro comité de selección para escoger a los ganadores.

El director sonrió.

-Sé que a nuestro comité de selección le va a costar mucho tomar una decisión, pero estoy convencido de que los ganadores, representarán lo mejor de nuestra escuela y del Vampirdom. Mañana por la noche anunciaremos a los felices ganadores. ¡Buena suerte a todos!

Aunque para algunos no significaba nada, la importancia que tenía para las familias era tal y casi todo el mundo quería ser escogido para ello, así que algunos ya estaban pensando hasta en entregar una segunda redacción.; lo que fuese necesario con tal de tener una oportunidad.

Era jueves por la noche y el gran momento había llegado. Aunque para muchos, ser escogidos por sus opiniones para poder tratar directamente con Vogel era indiferente, en la mayoría suponía un honor que las propias familias se habían encargo de transmitir.

Si bien todo el mundo sabía que existían familias "preferidas", más importantes que otras, en todos los casos albergaban la secreta esperanza de que sus hijos e hijas fuesen escogidos y usados como ejemplo del Vampirdom, líderes que otros pudieran seguir.

Muchos ya se veían recibiendo felicitaciones de amigos y enemigos por igual, augurando el comienzo de una nueva y próspera era para la familia y aquellos que la apoyasen, mientras que otros dudaban entre si mostrarse abiertamente partidarios de unos u otros, o esperar a ver el resultado.

Habían apuestas sobre quiénes estarían en la cima, qué familias serían empujadas a la cumbre y cuáles consideradas como fracasadas, y como resultado de todo aquello, la tensión podía mascarse en todo Harcote. Debido a eso, cuando fuisteis llegando y tomando asiento, visteis que nadie o casi nadie se preocupaba por el Hema, sino por la llegada del director.

Cuando este apareció finalmente, muchas de las cabezas que pobablan el salón se volvieron hacia él. Sus pasos resonaron con fuerza por todo el lugar, mientras caminaba con las manos en los bolsillos, completamente relajado, muy a su manera.

Cuando llegó al atril, dejó la pequeña carpeta llena de folios que llevaba consigo, la abrió y miró a todos con su sempiterna y juvenil sonrisa.

-Buenas noches, mis queridos alumnos. Veo por vuestras caras que estáis todos expectantes por saber quiénes son los afortunados ganadores de nuestro certamen, ¿no es así? La verdad es que al comité le han encantado todas y cada una de ellas, porque expresan lo mejor de nosotros, del Vampirdom, y el deseo que todos sentimos de crecer y consolidarnos como sociedad. Es evidente que las pérdidas durante El Peligro han sido muchas y muy difíciles, pero nada mejor que la compañía de semejantes para lograr superarlas. Juntos somos más fuertes y eso es lo que ha quedado reflejado en esas espléndidas redacciones -dijo, esperando despertar el ánimo de todos, aunque la expectación silenciosa continuaba reinando en el salón.

El director pareció regodearse en él unos momentos, antes de continuar hablando.

Aquello era como la entrega de los Oscar, solo que en lugar de abrir un sobre, iba a leer dos nombres de entre todos los que estaban allí y habían entregado la redacción.

-En fin, y sin más preámbulos he de dar la enhorabuena al señor Min Jae-Hin y a la señorita Alix Mecklenberg....

Todas las miradas se volvieron hacia ambos estudiantes y unos tímidos aplausos empezaron a hacerse más sonoros.

Pero después de unos segundos, el director elevó una mano pidiendo silencio.

-Vuestras redacciones reflejan lo mejor de nuestro futuro, pero qué sería un futuro si no compartiésemos con alguien que necesita todo nuestro apoyo. Solo podía haber dos ganadores del certamen, pero el señor Vogel, en su máxima generosidad, ha decidido incluir a otra persona más que vosotros mismos votéis para representarles. De esa manera, no solo dispondremos de lo mejor de Harcote, sino también de quienes más apoye el Vampirdom.

Al instante, los humanos comenzaron a repartir unos pequeños sobres, un bolígrafo y una cuartilla de papel. En ella había un espacio en blanco después de la frase:

"Considero que la mejor persona que podría ir a una tutoría personalidad con el ilustre Victor Vogel es

_____________________________________

-Así que venga, votad a quien consideréis que debe unirse a esta brillante pareja, porque ellos tres constituirán el futuro de nuestra especie. ¡Adelante, votad!

LUNES POR LA MAÑANA

Las clases del lunes estaban en su punto más álgido, después del descanso, cuando un sonido procedente del exterior llamó la atención de todo el alumnado. Era un helicóptero con el emblema de VogTech, que estaba aterrizando en el descampado delantero del edificio principal.

El aparato se posó con suavidad y permaneció en marcha, mientras todos lo contemplaban a través de las ventanas de las aulas. Entonces, la subdirectora irrumpió en la clase en donde estaban Alix, Min y Nileas.

-Señorita Mecklenburg, señor Min, señor Cavalli... su transporte para ir a su tutoría con el señor Vogel ha llegado. Por favor, procedan a recoger su material y dejarlo en sus dormitorios y vayan directamente a la entrada del edificio, en donde les está esperando. Están excusados de sus obligaciones durante el resto del día.

Obviamente, eso significaba que no habría más clases para vosotros, y también que durante unos minutos seríais el centro de atención de todo Harcote, además de constituir el centro de todas las conversaciones cuando os hubieseis marchado.

Una vez hicisteis precisamente los que os dijo la subdirectora, os dirigisteis hacia el helicóptero.

El piloto os abrochó los cinturones y os entregó unos auriculares. Sin ellos resultaría imposible que hablaseis, ni con él, ni entre vosotros. Luego, empezaron a subir, subir y subir hasta tocar el cielo, y no tardasteis en perder de vista los árboles y edificios del campus, que se volvieron diminutos, mientras los estudiantes os seguían con la mirada hasta que os convertisteis en un simple punto oscuro indistinguible en el cielo.

El helicóptero sobrevoló la zona durante bastante tiempo, haciendo que el paisaje resultase al final casi indistinguible. Una cómoda rutina de vuelo se estableció durante el trayecto, en la cual hablabais un poco entre vosotros y mirabais también el paisaje, disfrutando de algo que no era habitual.

Unos cuarenta y cinco minutos más tarde, el helicóptero inició su descenso para dirigirse hacia una finca que parecía muy lujosa, y que debía corresponder a Vogel. Dentro de nada estaríais hablando con él, frente a frente. El vampiro que había salvado al Vampirdom estaría delante de vosotros.

No todo el mundo podía decir algo como aquello.

Pero la zona era bastante impracticable, lo que parecía darle sentido a que solamente un helicóptero pudiese llegar hasta ella.

El viento de las hélices allanó el amplio campo de césped y sacudió los arbustos cercanos. Cuando posó tierra, os quistasteis el cinturón y los auriculares y bajasteis. Nada más hacerlo, os encontrasteis con una especie de mayordomo que había venido a vuestro encuentro.

-Buenos días. El señor Vogel les está esperando. Tengan la bondad de seguirme -os dijo, girándose y comenzando a dirigirse hacia la casa principal.

El mayordomo os condujo a través de una pista de tenis, lo que parecía un laberinto de setos y una piscina enorme, que se
alimentaba del agua que vertía una pomposa fuente, hasta que llegasteis a una casa tan enorme que no era justo llamarla así. Recorristeis un pasillo de mármol tras otro y cuando ya no podía llevar la cuenta de las estancias que dejábabais atrás, tomasteis un ascensor hasta el segundo piso.

¿Quién tenía un ascensor en su casa? 

El segundo piso era tan grande como el primero. El mayordomo os condujo a una biblioteca plagada de estanterías que llegaban hasta el techo y que estaban abarrotadas de libros que parecían genuinamente antiguos. En una pared colgaba un cuadro que parecía sacado de un manual de historia del arte y daba la sensación de estar dentro de un auténtico manual de arte.

Y entonces, la puerta se abrió y Victor Vogel apareció en el umbral. A primera vista, no era una figura imponente: solo un hombre mayor con ojos profundos y un jersey de cuello alto, pero poseía una energía que llenaba toda la biblioteca. Era de esa clase de energía latente que transmiten los trajes caros, esos viajes en helicóptero que se hacen para evitar los atascos o la autoridad y seguridad que se desprende de unas palabras tan sencillas como «yo me ocupo de eso». Una energía que podía
abordar los problemas de la vida con la misma facilidad que un cuchillo corta la mantequilla.

-Bueno, vosotros debéis ser Alix Mecklenburg, Min Jae-Hin y Nileas Cavalli -dijo, mirando a cada uno de acuerdo con los nombres que iba diciendo -. Es un honor conoceros al fin. Pero por favor, tomad asiento. Y llamadme Victor. Creo que podemos prescindir de algunas formalidades.

Victor Vogel se acercó a un sillón de cuero y se sentó, mientras señalaba otros sillones que estaban enfrente, tres, precisamente, como si se hubiesen dispuesto específicamente para vosotros.

A las dos de la tarde, con el tiempo echándose encima de nosotras, puesto que además la madre de Isa me había advertido que iba a llevársela, suponía que pasaría toda la tarde comiéndole la cabeza sobre sus obligaciones, cogí el móvil y busqué el teléfono de los Locke. Tenía esos números, igual que otros, pero no los había emplado nunca, ni tampoco ellos.

Pero había llegado el momento de hacerlo. Miré a Isa, tomé aire para coger valor, y lo marqué. Después de tres toques, alguien descolgó y una voz femenina respondió al otro lado.

-Buenas noches, Emily.

* * *

Lo último que esperaba Elizabeth Locke era recibir una llamada de su nieta. Sabrina había dejado muy claro que los contactos debían ser iniciados por ella y a duras penas había conseguido que, de vez en cuando, les llamase para decirles que estaban bien. Había ofrecido su ayuda para lo que necesitasen en múltiples ocasiones, pero la terquedad de su hija era igual de grande que la suya y no había accedido a ello.

Aún así, se había encargado de vigilarlas, sobre todo porque el mundo era cada vez más pequeño, y en la sociedad vampírica, más peligroso. Desde hacía muchos años, había familias que intentaban concentrar el poder y que luchaban para eliminar potenciales peligros, lo que podía llegar a convertir a Sabrina y su mujer, Vanesa, en objetivos.

Así que, a pesar de su ingenuidad e ignorancia, las protegían.

Se habían encargado de hacerlo.

Elizabeth sabía que en algún momento, volverían las cosas a su cauce, y que el tiempo, que para los vampiros discurría de otra manera al de los comunes mortales, les ofrecería la posibilidad de volver a acercarse.

Y Emily, la hija de Sabrina y Vanesa, su nieta, a quien conocía únicamente por los informes que recibía por parte de sus "agentes", podía llegar a ser la palanca que necesitara para conseguirlo.

Así que cuando vio en su móvil el nombre de la joven, lo supo. Supo que de alguna manera, la necesitaba, y que podía haber llegado el momento.

T E R R A   N O V A

La historia nos cuenta que la Tierra caminaba hacia su propia destrucción, acabando con todas las especies del planeta, contaminando los océanos, acabando con los bosques y haciendo que el planeta resultara inhabitable para la especie humana. Las guerras transformaron la superficie y la pobreza acabó por alcanzar niveles insoportables para la inmensa mayoría de la población, que vio como todo lo que se había conseguido a través de siglos de lucha, se perdía ante el poder de unos pocos.

Ya no había marcha atrás.

La comunidad científica tomó entonces una determinación. Debía buscarse otro lugar, comenzar de cero en un planeta completamente nuevo, en donde a partir de todo el conocimiento acumulado, se evitaran cometer errores del pasado. Era un nuevo futuro para la humanidad, aunque eso implicase aceptar perder lo que todavía existía en el planeta. Con este fin, se ampliaron las exploraciones espaciales en busca de un planeta con características terrestres que pudiera albergar a la que sería nueva civilización humana, y una vez lo hallaron, iniciaron, con el apoyo de importantes economías mundiales la construcción de tres naves espaciales que realizaran el viaje.

Estas tres naves viajarían durante varias generaciones hasta alcanzar el planeta, bautizado para como Terra Nova (Nueva Tierra), por lo que mientras tanto, las tripulaciones de las tres naves tendrían que vivir en una sociedad artificial y prepararse para formar una nueva cuando llegasen.

Las naves irían equipadas con los últimos sistemas tecnológicos para que fuesen autosostenibles, de forma que pudieran mantener a sus tripulantes durante todo ese tiempo, con replicadores, motores diseñados específicamente para autorrepararse y un centro de fertilidad. También dispondrían de una computadora central que ayudase en las tareas cotidianas y facilitase el trabajo.

Estas tres naves se bautizaron con el nombre de Las Moiras: La Cloto, la Laquesis y la Atropos.

Para evitar la endogamia, todas las mujeres deberían someterse a una fertilización artificial antes de los treinta años, empleando espermatozoides seleccionados y modificados artificialmente para incrementar la variabilidad.

La estructura de la sociedad en las Moiras sería mixta, con una tripulación militar, siguiendo la tradición naval, y miembros civiles para realizar las diferentes tareas más propias de cualquier sociedad humana normal, pero siempre bajo mando civil de un Consejo formado por un representante de cada una de las naves, encargado de establecer y hacer cumplir las leyes, y un Presidente electo, con mandatos cada diez años, elegido de entre toda la sociedad civil.

Sin embargo, el viaje resultó ser demasiado largo como para mantener las ideas bajo las cuales se inició. La sociedad adquirió hábitos restrictivos y aparecieron disensiones y leyes represivas y un descontento creciente entre todos los estamentos. Entre las normas desarrolladas, se declaró ilegal cualquier actividad homosexual por resultar opuesta a los valores morales establecidos y poner en riesgo los valores familiares, con un severo castigo: el abandono en el espacio. Casi todos los incumplimientos graves serían sancionados de esta única manera, con la muerte en el espacio.

Eso hizo que surgieran grupos secretos que organizaban encuentros, no exentos de riesgos, pero que permitían satisfacer la verdadera naturaleza que muchos se veían obligados a mantener oculta. Se llamaron a sí mismos "proscritos".

Casi al mismo tiempo, apareció también una facción rebelde, llamadas los "Deltas", que abogaba por regresar a la Tierra o buscar cualquier planetoide próximo para asentar la nueva colonización. Para ellos, aquel viaje no era más que un engaño y se estaba prolongando innecesariamente. Hasta este momento, sus acciones han sido poco más que llamadas de atención pero quién sabe si en algún momento no se organizarán e iniciarán una verdadera revolución. Pertenecer a los Deltas está penado también con la expulsión al vacío.

En un ambiente enrarecido, lleno de disensiones y problemas continuos, los personajes tendrán que enfrentarse a decisiones personales respecto a cómo actuar y a qué bando acercarse. Por un lado, la Presidenta Raydor, al frente del poder civil; por el otro, la Consejera Rashmore, líder del Consejo de las tres naves y crítica con la Presidenta, a quien considera débil e incapaz de atajar los problemas. Y en medio de ellos, los Deltas, desconocidos para la mayoría, incluso para los propios miembros, y los Proscritos, rebeldes en silencio.