Partida Rol por web

Te miro fija. “Seguramente tarde o temprano apareceria, aunque le da mucha libertad al Doctore en sus entrenamientos. Pero no se ni eso, ni lo que te comento el galo.” comento ella encogiendose de hombros. Ante tu otra pregunta la viste dudar un poco que responder. “Es posible. No digo que es imposible, aunque este que te vigila ahora parece no tener esas intensiones. Lo conosco es muy vago para hacer estas cosas.” comento divertida, bromenando con cierta acidez. “Aunque ahi si la Domina se enteraria rapido.”

Dejandose tomar las manos acaricio las de Livia. “De nada no te preocupes. Si lo necesitas incluso puedo avisarle a la Domina, paso veremos como reacciona.”

Livia se lo piensa unos instantes antes de responder:

-Creo que es mejor que se lo digas, antes de que lo haga otro sirviente, si el guardia de la puerta te traiciona y le dice que estuviste aquí y no se lo dijiste, podría tomarlo como si conspirásemos contra ella. Conozco a los patricios, la mayoría piensan así.-  y en verdad a muchos no les faltaba razón en creer que tenían traidores en casa, casi todos los tenían.- Pero no le des importancia, no quiero hacer una montaña de un grano de arena, realmente provoqué al doctore para saber más de él. Y ha funcionado y sigo viva y entera, así que, cuando se lo digas a la dómina, hazlo de manera que no metas en un lío al galo. Puedes decir que me gané el castigo, es bastante cierto.- dijo finalmente encogiéndose de hombros.

Asiente. “Tienes razon. Le dare el aviso y luego ella vera que hace.” comento la mujer sonriendote complacida, seguro esperando que le dieras permiso. Aunque tal vez lo habria hecho igual aunque no le aceptaras.

Ante tus otras palabras se la vio suspirar. “Seguro hay mejores maneras de conocerlo. Que no te llevarian a esta celda.” dice mirando el pequeño y apagado lugar de aislamiento. “Bueno lamento decirte que no puedo quedarme mucho tiempo. Tendria que irme antes que vuelva el galo, que no se como me castigaria.” comento mirando hacia la puerta afuera el guardia seguia silbando.

“Dime si necesitas algo mas Livia.” te comento mirandote a los ojos con un sentimiento que comprendias bien, un deseo que habias visto en otras. Tal vez te habia visto entrenar antes con el palum.

-Das buenos consejos... lástima que se me da mal seguirlos. Pero intentaré no volver a acabar en esta celda para que no tengas que preocuparte.

Entonces dice que debe irse y la romana asiente. Le gustaba estar en compañía de otra romana, para variar pero era cierto que podría meterse en un apuro si acaso el galo volvía. Y por el cambio en la luz que entraba en la celda podría suponer que el atardecer estaba cerca.

-Si...supongo que es mejor que te vayas...pero antes...permite que te dé una cosa...como muestra de agradecimiento por tu preocupación.- y dicho esto se levanta, tirando un poco de las manos de la mujer para levantarla, y entonces, de improviso, la besa abrazando la cintura de la pelirroja con una mano mientras que con la otra acariciaba el rostro de Verinia. Fue un beso pasional, pleno de lujuria, de agradecimiento...pero corto, aunque probablemente para la sirvienta cualquier beso fuera corto.- claro que...si no acabo en esta celda, más dificil será que podamos vernos ¿No? Anda, vete ya, antes de que vuelva el galo. -ríe un poco y se separa de ella, soltandola para que se vaya pronto, no quiere que se meta en un lío por ella.

La mujer se le queda mirando intensamente, mas cuando la acercas tomandola de sus manos. Entonces recibe su recompensa un beso que la deja sin habla, aunque no sin energias ya que la ves que aunque sea por un poco tiempo te acompaña con sus labios.

Tras este se queda mirandote, sintiendo complacida tu mano en su rostro y acercando este (su rostro) a tu mano. “Si. Cuidate Livia, ya nos veremos de nuevo.” comento ella mas alegre, separandose y dandote una ultima mirada antes irse.

El tiempo paso y el galo volvio.

Por el pasillo hasta la celda ya escuchaba un silbido que venia del guardia que protegia la celda de solitaria. Al ver al Doctore dejo de silbar y se paro con firmeza mostrando algo de respeto. La celda seguia cerrada, lo que habia hecho la Romana mientras esperaba quedaria claro cuando el galo se metiera.

Se encaminó para buscar a Livia en la celda, escuchaba el silbido del guardia, y algo en su corazón se inquietó, y su cuerpo se tensó con violencia, cómo un tigre listo para saltar y matar.

Estando en frente, se dispuso a dar la orden.

-Abre la celda, voy a entrar-

Dijo con una expresión sombría.

Livia oyó los pasos del Doctore por el pasillo y tragó saliva, notándose algo tensa por el nuevo encuentro. No había sido capaz de dormir y ahora se daba cuenta de que no hubiera aguantado ni un día sin comida ni agua, pues apenas había pasado una cuarta de la tarde y ya tenía sed.

Cuando Duilius entró no vio nada en Livia ni en la celda que le llamara la atención, nada parecía haber pasado, la romana estaba sentada en el camastro, con la espalda apoyada en la pared y esboza una sonrisa algo aburrida y cansada, no por nada especial, tan solo sólo por no haber podido descansar convenientemente:

-Has venido.- le dice, casi algo sorprendida, pues quizás se había hecho a la idea de que Duilius la dejaría allí más tiempo.

Entró en la celda y ahí la vio, sentada en el camastro, se veía muy bonita, pero cansada y algo sedienta, se acercó a ella con paso, un poco rápido, sonriendo a la dama, antes de eso cerró la puerta para que la charla fuera un poco más íntima.

--Yo siempre cumplo mi palabra… haz descansado?

Buscó algún vestigio en el rostro de la mujer que le dijera que sufrió algún tipo de abuso, y le arrancaría el maldito corazón al guardia, más parecía estar bien, pero no perdía nada en tratar de buscar en sus expresiones, qué incluso en la penumbra del fresco cuarto, se veían claramente.

-Ocurrió algo en mi ausencia?-

Preguntó, esperando que fuera sincera

-No mucho...al principio casi duermo un poco pero entonces vino a visitarme una sirvienta de la dómina.- no tenía sentido engañarle pues tarde o temprano lo sabría.-  Que se había quedado preocupada al ver que me traías aquí. Supongo que conoce la fama de guardia y quiso asegurarse de que no me hacía nada.- dijo y, para tranquilizar al doctore, pues era evidente que estaba buscando signos de golpes nuevos, Livia sale un poco de su rincón en el camastro y se pone más cerca de la luz para que pueda verla bien. Nada salvo el corte en la ceja que ocurrió por la mañana y otros dos golpes recibidos durante la práctica. La mujer parecía estar diciendo la verdad.

-Eso es bueno, aún que no esperaba que la domina mandara a alguien a cuidar de ti, tampoco me extrañaria que lo hiciera-

El alivio se apreciaba en el rostro de Kallen, solo tenia los golpes recibidos en el patio, más no pudo evitar preocuparse, se agachó para verla mejor ante la tenue luz de la celda... Parecía que decía la verdad, estaba más tranquilo.

-Ven, vamos, aguarda el resto del entrenamiento, pero primero, beberás un poco de agua, no el vino, necesitas tener tus sentidos alerta para poder empezar la práctica-

Pronunció amable a la futura gladiadora, extendió su mano de la misma manera para que ella se levantara, cuándo era esclavo de cama, tenia que mantener la cortesía en todo momento, no podía evitar ese trato frente a una mujer. 

Tal vez estaba algo débil o tal vez ni se dio cuenta de lo que hacía, pero Livia acepta la mano del galo para levantarse del camastro y no parece que el contacto la desagrade, aunque antes de salir de la celda ha soltado la mano del doctore y, de manera imperceptible, tal vez inconsciente, parece que vuelve a poner esa expresión dura, altiva y orgullosa que ha exhibido desde que llegó a la domus, con la sola excepción de lo que había pasado antes en la celda, con el propio Kellan:

-Y dime...¿Qué nuevo ejercicio tenemos ahora? ¿Otra vez el Palum?- le pregunta mientras camina a su lado.

El no se dió cuenta de que la llevaba de la mano, fue un poco extraño para el, tuvo que hacer aplomo de control, y recordar de que el era el doctore, el instructor y el que estaba a cargo, una vez fuera, su pregunta fue bien recibida por Duilius.

-No... Será una practica de pancracium, pero primero pensaba en hacer una lucha de demostración para ustedes... Dime que te parece?-

Responde casi con felicidad, la lucha y el pancracio eran lo que mejor se le daba también 

Livia medita unos instantes su pregunta pero al final responde, con respeto renovado pero ahora había algo más...había una especie de confianza que no había antes. Tal vez fuera por la forma en que el galo expuso sus sentimientos...tal vez fuera porque finalmente éste no la dejo allí abandonada...el caso es que ahora la romana no parecía cortante y fría en sus respuestas:

-Está bien, el pancracio es una práctica muy típicamente romana que se enseña a los niños desde muy pequeños pero que realmente creo que se conoce poco en las provincias. Les vendrá bien ver una demostración de los agarres y las llaves a las extranjeras. -  reconoce sin acritud, le parecía una realidad que las mujeres nunca hubieran visto este tipo de combate, no era una muestra de que ella pensara que eran ignorantes ni nada así.- Además, así haces trabajar un poco al nórdico, que tiene la boca muy suelta y demasiado tiempo libre.- dice con una sonrisa, asumiendo que sería el nórdico el compañero de demostración del doctore.

No sentía que estuviera siendo sarcástica, algo había cambiado y fue notado por él, estaba sonriendo a la mujer, tenía sus facciones relajadas y por algún motivo, estaba en paz.

-Eso es bastante cierto, además, la domina suele pedir a dos de los gladiadores que peleen para entretenimiento de los invitados cuando realiza alguna fiesta dentro de la villa, a veces apuestan por un vencedor-

No puede evitar reirse, manteniendo la compostura para con las palabras de la mujer, pero tenía razón.

-Nórdico puede aparentar ser flojo, pero en este momento debe estar complaciendo los deseos carnales de Soenya en su celda, disculpa si el te trajo problemas, esta será la única vez que lo veas por aquí espero disfrutes de lo que voy a mostrar...-

Lo ultimo no era necesario, pero por alguna razón en particular, le complacía que ella estuviera y disfrutara de la muestra.

-Tampoco hace falta que lo mantengas lejos de nosotras por mi...bueno ni por mi ni por nadie..tu tienes tus obligaciones y él tendrá las suyas. No te preocupes tanto...no soy tan frágil como crees, no me traerá problemas y si me los trae, pues ya le partiré la boca.- se encoge de hombros con una sonrisa confiada aunque de repente se lo piensa y alza la mirada mientras camina para mirar a Duilius - aunque si hago eso, probablemente volveré al agujero, ¿cierto?- pregunta mirando atrás un instante. No estabas muy seguro de si la idea la aterraba o solo le resultaba ligeramente incómoda.

-Sus obligaciones son de una índole más oscura, más hace mucho tiempo el también fue un gladiador-

El comentario sobre romperle la boca a su hermano le volvió a hacer reír, estaba disfrutando su compañía.

-Si haces algo así no solo te daré doble ración de comida, si no que también te be...

Sé quedó callado, estuvo a punto de liarla, casi decía una imprudencia, haciendo que se sonrojara un poco, cómo un muchacho, carraspeó un poco para aclarar la garganta.

-Disculpas...-

Se sintió un poco avergonzado por sus palabras. 

Livia sonríe algo divertida ante la casi metida de pata del doctore, aunque prontamente vuelve a poner su seria expresión, no fuer a ser que pasara un guardia y viera que la romana hacía buenas migas con el galo.

-No te disculpes...es...- parece buscar la palabra adecuada mientras mira a un lado y a otro del pasillo.- halagador. -musita con un tono...¿sincero? si desde luego había sonado sincero y amable. La romana entonces se pasa un mechó de cabello rebelde por encima de la oreja y controla un repentino tic en la mano, oyéndose crujir sus nudillos varias veces. No era la primera vez que se la veía hacer esto, parecía un gesto nervioso. Carraspea y continua como si nada hubiera pasado, recolocándose el pelo de la alta coleta- tomaré en cuenta eso si tengo la oportunidad de hacerle tragar sus palabras al bocazas de tu hermano.- le dice volviendo a un tono neutro y haciendo por cambiar de tema para no avergonzar al galo- y...¿Qué has estado haciendo durante el tiempo de la tarde?

Halagador, esa es una palabra le gustaba y mucho, los halagos y el uso de las palabras no eran del todo su fuerte, pero le agradaba tener a la mujer más animada, incluso cuándo comenzó a crujirse los nudillos ella, el también lo hizo de forma espontanea por su parcial nerviosismo.

Entonces la oferta está en pie,- Dijo con calma, ya más tranquilo -Estuve viendo a los guardias y tal parece que Soenya le rompió la cara a uno de ellos, ¿Sabes cómo fue?

Preguntó intrigado el doctore a la romana.

-Umm...no sé como fue, pero cuando salíamos esta mañana de las celdas Soenya presumía de algo relacionado con una pastilla de jabón...esa mujer es una salvaje, me espero cualquier cosa.- dijo con un ligero tono despectivo.- supongo que durante el baño ella no querría colaborar y los guardias intentarían hacerlo por las malas.- aventura, como una suposición lógica al unir "partir la cara" y "pastilla de jabón"-  mala idea, tal vez debieron llamarte a ti. ¿Era romano? El guardia, digo.