Alina, aferrada al musculoso cuerpo de Spurius, dudó un instante al escuchar sus palabras. Luego lo sujetó con fuerza del cuello, pero sin tratar de cortarle la respiración.
"Nadie va a morir hoy. Ríndete ya. Volverás a pelear otro día."
El látigo resuena en la arena de entrenamiento, y una cara de muy pocos amigos se marcaba en el.
SUFICIENTE
Dice con voz atronadora, no permitiria nada más en esas circunstancias.
Lleven a Spurius con la medicus, los demás, daremos inicio con la ceremonia de la marca.
El rostro petreo del hombre se suavizó con las mujeres.
Bienvenidas a la hermandad...
Miró al palco de los patricios y luego buscó con la mirada al jefe de la guardia, era muy probable que ese hombre ruviera los dias contados.
Miro al doctore elevando una ceja. ¿Seguro que le está permitido hacer eso? Entonces, ahora sí, miro fijamente el palco dónde está la domina. Al fin y al cabo la última palabra siempre será suya, aunque si realmente lo que ha hecho el doctore lo puede hacer me alegraré enormemente; la verdad es que no me apetecía para nada seguir y, lo más probable, matar al gladiador.
Si finalmente la domina no dice nada en contra, me acercaré a Spurius y le ofreceré mi mano para ayudarle a levantarse. Nunca hubiera permitido que murieras así. En última instancia, al menos te habría dado la daga para que cayeras como el guerrero que eres.
El vozarrón del galo saca a Livia de sus pensamientos, pero además provoca una ruptura en su calmo semblante, reemplazándose éste por una expresión de sorpresa mayúscula ante la subida de tono de el Doctore. Subida de tono y de su notoria escalada de autoridad, todo sea dicho. La romana no dice nada, es posible que estuviera equivocada y que Duilius realmente tuviera la autoridad para decidir sobre la vida del gladiador, pero era algo a tener en cuenta si es que ahora las cosas iban a ser así.
En cualquier caso, Livia sigue mirando al palco esperando una respuesta definitiva proveniente de los que se suponían contaban con la autoridad necesaria.
Observaba el como Spurius permanecía en el suelo, sin rendirse y como sus hermanas también parecían no querer matar a su compañero, aunque ella sabía que esa decisión no les correspondía a ellas, sino a esos sucios, arrogantes y cobardes romanos que se ocultaban en el palco.
Pero fueron las palabras del Doctore las que la sacaron de aquella nube de bilis y odio hacia los romanos, abriendo completamente los ojos ante aquellas declaraciones. Sonriendo para sí misma en su interior, sintiéndose orgullosa de él, aunque algo le decía que tampoco podría decidirlo... Pero al menos él le transmitía esperanza...
Miró hacia arriba, esperando a ver si decían algo y qué decían.
Ikateria, firme e ipertérrita, como si fuera una pelea aburrido entre dos chiquillos por un pegote de barro, estaba tensa. La lucha no le había satisfacido lo más mínimo. Había sido un "cerco al lobo", y el muy animal se había dejado encerrar. - De todas maneras, pelerar contra dos a la vez, no era nada fácil.
Aún así estaba tensa, espectante, como si esperase que algo más sucediera, y de cuando en cuando vigilaba hacia los lados, incluso hacia atrás, como desconfiando del propo aire que corría.
Cuando escucho las ordenes del doctore levanto una ceja y mi vista pasa por los demás patricios del lugar.
-Vaya tenemos nuevo domine en el ludus? Nos abia que ese galo podia tomar decisiones sobre nada.-niego la cabeza decepcionado-Flaco favor le hace a sus superiores con estos comportamientos, y mal ejemplo a sus compañeras y los esclavos.
Creia que esto era un combate real con marte mirando, pero lo esta convirtiendo en un entrenamiento o un calentamiento no la sagrada lucha por la marca.
Estoy seguro que sus decisiones no son compartidas ni permitidas por sus señores verdad?-digo mirando a los domine el y ella.
La pareja se encuentra aun unida aunque no tanto, pero sin duda sin alejarse mucho mientras ven lo que pasa.
La domina sonrie y ve a su prometido. "Un favor por un favor, es generalmente como se pagan estas cosas." comenta ella mirando a las tres señaladas. "Mars has sido buen amigo y para que no pase lo de antes espero mas paciencia que antes. Ese no sera el favor que pidamos pero nos gustaria contar contigo." expreso la mujer.
El gladiador finalmente hace la señal de rendicion levantando los tres dedos del centro en el aire al tiempo que Alina le apura, mirandola serio. "Ya lo hice, gracias." comenta el hombre.
Acepta la mano de Brinda, adolorido como esta se sujeta donde esta herido mientras deja caer las armas. "Tendras que preguntarle a mis compañeros. Yo ya no estoy para contar algo tan largo." respondio mirando a ambas y luego a los patricios.
Por su lado los gladiadores siguen tensos pero parecen calmarse aunque sea un poco. Lo cual no es raro los patricios parecen estar deliberando entre ellos que hacer pero algunos rostros no parecen muy contentos.
Sin que se noten los susurros de parte del gladiador, se acerca mas a ellas. "Yo ya estoy muerto." les dice a ambas mirando A Alina con lamentacion. "Es lo que pasa." le dice como explicacion.
"Dame tu lanza o mejor dejame que te la robe. Quiero darles una buena razon para el castigo." dice el hombre respirando con dolor y cansancio pero pareciendo decidido mirando a los patricios.
Decidan que hacen :)
El general nego con la cabeza. "Es bastante lamentable ese galo. No comprende las simples instrucciones y quiere salvar a sus barbaros amigos." comento el domine acompañando el sentimiento del sacerdote.
"Querida se que le tienes confianza pero ya van dos fallas de su parte. Creo que seria hora de que le demos una leccion al sujeto." comento mirando a los demas para ver que opinaban. "Sere novato en temas de ludus, pero en el ejercito esto no se permitiria."
Si vas a atacarles, luego te atacaremos Añina y yo con la daga y espada que tenemos. Sé lo duro que es, Alina, pero tendrá una muerte luchando y nos habrá ayudado, aunque sea un poco, a mejorar nuestra posición en el ludus.
Pero espera a su decisión, y solo actúa si deciden muerte. Yo dudaré y entonces coje mi lanza.
Todo el tiempo hablo bajo, intentando que no me escuchen ni nuestros compañeros.
Asiento a las palabras de la domina.-Favor con favor se paga es verdad. Tendre paciencia y podeis contar conmigo, auqnue me gustaria saber antes que favor podria ser el que pidais.-sonrio con evidencia de estar inteersado en el trato
Escucho las palabras del prometido y veo como espera la opinion del resto cuando me giro primero a Mario.
Mario vos habeis estado en el ejercito, alli cada uno tiene un papel y un cargo la cadena de mando es dura y no se permiten insubordinaciones. Pero despues de todo asi es el mejor ejercito del mundo, cada legion es como una cadena y es tan fuerte como la mas debil de sus anillas. Confiar y respetar a tus superiores hara la cadena mas fuerte y te llevara a la victoria. Los que la rompen, bueno es como romper una formacion en combate, un desastre.-comento a este con palabras y tono marcial, como del que ha estado en el campo de batalla.
Luego me vuelvo a la sacerdotisa.
Antes me hablabais de disciplina y lo que no se aguantaria en una casa Cornelia, quizas nos ea un esclavo pero sin duda se cree mas listo que sus señores.Acaso no estaria de acuerdo en dar algun escarmiento como antes hablaba?-pregunto a esta
Alina soltó a Spurius, miró a Brinda y negó con la cabeza con gesto de súplica.
"No lo hagas. Tiene que haber una manera de..." le faltaron las palabras y miró al gladiador apenada hasta casi las lágrimas. Volvió a negar con la cabeza enfáticamente. "No hagas ninguna tontería. Si la decisión es muerte, yo pediré por tu vida."
Spurius asintio a lo dicho por Brinda. "Hagan como vean no me resistire." entonces vio como Alina lloraba y suspiro dandole una caricia en el hombro. "Lo siento pero no hay otra opcion. Me van a matar y las castigaran a ustedes si piden que viva." les dijo a ambas, suspirando.
"Dame la lanza." le dijo seriamente moviendose un poco hacia Brinda.
Un ligero asentimiento. Nada más, mientras paso la mano despacio por la trenza que reposa sobre mí hombro y sigo mirando las evoluciones en la arena
-Eso debe decidirlo la Domina. Y la disciplina de las legiones no creo que sea comparable a la de unos esclavos. Pero sin duda no puede contradecir las instrucciones recibidas, eso sólo crea rebelión- Me giro hacia Camila, antes de seguir hablando.
-Cuidado Camila. Te acaba de poner en un dilema. Decidas lo que decidas uno de los dos quedará desacreditado ante los esclavos-
No puedo dártela, si te la diera sabrían que esto es un montaje y nos castigarían. Pero no la tengo sujeta, puedes quitármela cuando quieras respondo al gladiador mirando hacia el palco, como si esperara su resolución.
Realmente la lanza solo la tengo sujeta, pero no agarrada, de modo que si Spurius la coge no opondré resistencia. Agarro fuertemente la daga con la otra mano, deseando que espere a la resolución de los Patricios pero sabiendo que es probable que no espere, que piense que aunque ahora le digan "vida" en cualquier momento pueden condenarle a muerte.
Mientras los patricios discutian entre ellos, algo mas pasaba. Los gladiadores podian ver que Spurius hacia lo mismo con las compañeras de las gladiadoras. Incluso vieron como este toco el hombro de Alina, tal vez un gesto importante. Aunque en ese momento no fue el mas importante.
No lo que paso luego cuando le arrebato la lanza a Brinda y las empujo a ambas si lo fue.
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