Partida Rol por web

En tu celda se encontraba ese pequeño dulce cuerito con el liquido extraido de la planta. Tras comprovar que no habia nadie tomaste, los efectos de este tardaban un tiempo aunque no demasiado ya ahi sentada podias sentir el cuerpo mas ligero. Sentias como tu ira se iba cayendo de a poco hasta volver a esa calma.

Tu cabeza pensaba de forma diferente o era mas clara en esos momentos. Pensaste en el viaje a roma, en como deberias encontrar otra forma de conseguir esta droga aunque por otro lado siendo roma deberia ser mas facil.

No sabias cuanto tiempo habia pasado pero pronto te encontraste con Neitin mirandote, al parecer te habia estado buscando y sonrio cuando te vio ahi. "Paso algo? Que te dijieron?" pregunto ella acercandose.

Estaba ansiosa cuando llegó a su escondite. Tomó varios de los pistilos que había en su interior. Unos pelos negros que estaban secos como palitos. Los masticaba y mojaba con su saliba. Ya molidos y mojados, se tumbó y empezó a chupar y salibar para seguir sacando el jugo que esta flor era capaz de ofrecer.

Se tumbó en el suelo. No quería arriesgarse a caerse, porque no era la primera vez que le daban mareos, pero empezó a sentir la paz. Una calma que le hacía olvidar su hijo, el odio que sentía del universo y el asco de la reunión que acababa de acontecer. Le dieron náuseas, pero hizo lo que pudo por contenerlas. El cuerpo sabía que aquello no era bueno, y lo quería expulsar lejos de su lengua. Siguió chupando.

Un sopor, una paz, un calor agradable llegaba a su cuerpo. Quería dormir, no sabía como, pero su alma estaba en paz, y tras escupir aquella pasta se dio cuenta que el cuerito lo había escondido entre sus escasos pechos. Le molestaba, pero no le importaba, era una molestia agradable. De normal lo hubiera lanzado, pero algo le hacía sentir bien, incluso con algo que de forma normal hubiera odiado y lanzado contra la pared con intención de estallarlo.

La paz y el sopor le hicieron llegar a los brazos de Morfeo. Pero este dio la dejó marchar cuando la voz de Neitín llegó. Le tenía que dar las noticias, pero, no le gustarían. No abrió los ojos. Su rostro se había empezado a formar, pero la luz ahora era una gran molestia. Se puso el índise sobre los labios y sopló con un susurro indicado que mejor bajar la voz. Con la mano le indicó que se acercase, para abrazarla y le susurró:

- Voy contigo a Roma, pero porque me regalan a un familiar del Señor.

 Quería decirle que lo sentía. Se sentía culpable, porque sus caminos tenían el sino de separarse.

Su amiga se acerco, incluso antes de eso se metio entre la luz y ella. Cuando la abrazaste ella se dejo llevar por la gladiadora.

“Dioses...pero vienes conmigo. Eso es una alegria.” dijo con una sonrisa de ella una amigable y muy guapa. Prefiriendo dejarse llevar por lo mas positivo de la noticia, ya habria momento de sentir rabia por lo demas.

Pronto le devolvio el abrazo con mayor cariño, acercando su rostro a ella dandole un beso a la mejilla. “No te enojes por favor. Estemos en calma ambas y disfrutemos del abrazo.” dijo ella quedandose ahi con el cuerpo pegado al tuyo. Si notaba como estabas ahora de drogada parecia ignorarlo o eligio ignorarlo. Ahi recordaste porque eras amiga de ella o tal vez mas si juntabas el valor.

No estaba para medias tintas. No era su forma de ser. Con en índice orientó el mentón de Neitin, quedando mirándose directamente a los ojos. Ella, no tardó en lanzarse al ataque, y estampó, tras cerrar los ojos, sus labios contra los de ella. Se dejaría llevar por el momento, por el placer, y necesitaba olvidarse. La amapola era una ayuda, pero, era sólo una forma de "tapar" una realidad que ella quería olvidar. Tenía un boquete en su alma, pero la preciosa flor, sól ocultaba el abujero; no lo tapaba. 

Neitin sintio el dedo de ella y se la puso a ver con un rostro interrogante. Mas cuando la vio cerrar los ojos pero entonces el beso de ella aclaro todas sus ideas.

No sabia en que estaba la mente de la gladiadora, pero ella no le rechazo ese avance dejandose llevar y besando esos labios de su compañera en esta tormentosa vida. Sin mas se fue acomodando hasta dejar su cuerpo frente al de ella y tomandose de los hombros de la otra mujer.

Apartandose un poco sonrio. “Festejemos.” comento la otra mujer que tanto tiempo llevaba contigo, viendo tus enojos pero dispuesta a mejorar tus alegrias. Por eso bajo su vestido naranja dejando sus grandes pechos oscuros a la vista. “Te amo Ikateria, ignoremos lo otro.” dijo ella y por un momento dudaste si fue algo que decia o era la droga.

Daba igual si el origen del momento provenía de la piel o de la flor. Era el momento y así sería. La acercó a si y enterró el rostro entre sus pechos, mientras sus manos, sobre sus caderas, hacían presa para que aquella mujer que tanto deseaba no escapra de su abrazo.

Empezó con los labios, rozando más que besando, con ternura pero, nada más llegar al pezó, devoró como un bebito hambriento. Los labios protegían sus dentes. Los labios protegían los pezones de las blancas pernas, pero no eran barrera para la succión ni para el ataque de su lengua.

Sin rechazarla la dejo que se enterrara en sus suaves pechos oscuros, dando un pequeño sobresalto pero volviendo por la fuerza del abrazo de ella que tomo su cadera sin dificultad. Neitin igualmente a pesar de cierto temor que las encontraran siguio el juego de la gladiadora, tomandola de la cabeza mientras seguia en sus pechos.

La succion de ella lograba rapidamente endurecer cada pezon que buscaba ella, mientras su amiga o mejor dicho amante suspiraba y daba uno que otro gemido al sentirla con tanta seguridad. Los dioses sabian que lo que pasara seria algo importante para ambas aunque fuera por esa flor.

Sin soltar la "presa" con las manos, empezó a jugar con la lengua por el abdomen. Bajaba a su hombligo, y jugaba por la zona, como si fuera una canica que no termina de entrar el el hueco que el tirador, que había lanzado esa dura pieza de cristal, esperaba encanastar. Amago de que llegaba, amabos de que lo intentaba, siempre quedaban en objetivo frustrado, porque se iniciaba una retirada hacia otro lugar, para, poco tiempo después, regresar a un nuevo intento, sin saber si este sería el definitivo.

La mujer suspiraba sintiendo la lengua de ella acariciando su piel de esa forma. Fueron las manos de la mujer que en principio acariciaron los pelos de la hispana para luego bajar sacar su ropa con cuidado.

Pero no termino de concentrarse mucho en ello al sentirla y entonces alejo cuanto pudo su cuerpo dejandole una mejor vista de su estomago. De ese ombligo que ella tentaba. “Ika…” susurro.

Le dio la vuelta con lentitud, como si fuera a cámara lenta, para no crear un momento en el que se estamparan un tortazo. La dejó tumbarse en su catre, y abandonando el estómago, bajó hacia sus muslos, siguiendo el mismo tratamiento que un momento antes había usado sobre el abdomen, llegando hasta casi las rodillas. Primero una, luego otra, regreando en camino hasta ese ombligo que se resistía a ser asaltado.

Ella se dejo dar vuelta y llevar al camastro. Calmada porque no la habia dejado caer de golpe, entonces volvio a sertir sus lamidas por el cuerpo. Pasando a sus muslos que se movian ansiosos al sentirla a ella y sus rodillas trabajadas tambien.

"Ika...por favor no me tientes tanto." decia la morena disfrutando de ello y dejandole libertad absoluta con su cuerpo. Ahi acostada solo para ella y nadie mas. Un premio a pesar de lo que pasa afuera.

Como una gata, "caminó" hacia arriba. Situada ya ante los ojos de su paisana, se acercó tímida y léntamente hacia sus labios mientras su mano izquierda seguía jugueteando con ese ombligo que hamás llegaba a ser tocado. Con sus alrededores, y entonces, ya los labios en contacto su mano descendió. Sabía donde tocar. Era también mujer y sabía donde si y donde no. 

Allí se aplicó ya con más ímpetu que la timideza del beso.

La mujer recibio ese beso y lo consumio. Si Ikateria habia suave, Neitin fue mas pasional mas deseosa. Disfrutaba de la timidez de la gladiadora pero ella habia decidido moverse si bien pasando de un gesto romantico a uno mas lascivo.

Uno que correspondia con los gestos de la mano de la gladidora, que fue invitada ahi abajo. Sin freno alguna ella empezo a sentir el sexo de la morena abierto a ella, conociendose a si misma le ayudo aunque Neitin se notaba diferente. Su sexo parecia mas grande y la joya que era su clitoris tambien. Sin embargo eso no le impedia a la gladiadora hacer como ella sabia.

La humedad de su lengua, seguro que se podía comparar con la humedad de su sexo, así que, sin apartar la mano, reinició el avance hacia ese ombligo juguetón, que se había "escapado" antes, y en esta "marcha" fue directa su lengua a aquel juguete. Se empeñó con suavidad los primeros momentos, pero no tardó en activar su habitual delicadeza sobre él, y todo sin apartar la mano de una perla que acariciaba sin cesar y sin miramientos.

Neitin la sintio ir para abajo, ir a su sexo mojado e impaciente por su amante. La mujer empezo a gemir mas al sentir tu calida lengua que junto a tu mano la iban estimulando, haciendola abrir mas sus piernas para que pdiera ir mas profunda. Mientras una de sus manos se pasaba acariciar tu cabeza mostrando que estabas por buen camino en tu nueva marcha.

"Ika sigue..." decia como podia entre gemidos buscando con su otra mano ir por su cuepo acariciando tu espalda en principio con un gesto mas tranquilo y suave.

Las mano perdieron su agarre, para pasar a colocarse entre sus muslos. Allí, agarrando por detrás sus caderas, bajó la lengua hasta encontrar lo que estab a buscando. En principio buscó con la lengua, con delicadeza, como un minero en el rio, meneando un planto, buscando el dorado metal; pero al encontrarlo se centró en él con fuertes lamidas hacia arriba, buscando que Neitín arquera la espalda, como si fuera las convulsiones de dolor de una tanda de latigazos.

Tomarla de los muslos fue sencillo no solo porque te habia dejado la parte inferior de su cuerpo en tu control, pero ademas esos muslos de gran tamaño con una carne suave  que se acomodaba a tus fuertes manos.

Mientras mas en el centro de su placer le lamias de tal forma que se tiraba para atras arqueando su espalda y levantando en alto sus grandes pechos. Mientras abajo su sexo parecia buscar toda tu atension acercandose aun mas a tu rostro, a tu lengua que le estimulaba de una forma muy dulce.

Pronto tomo tu pelo con algo de fuerza, pero no queria dañarte. "Ika...por favor no pares. Porque no lo hiciste antes?" pregunto no como exigencia.

Ikateria no tenía respuesta para aquello, pero, empezaba a sentir envidia. Ella también necesitaba de eso. De esas sensaciones que te hacían doblar la espalda, a puntor de partirla, a punto de quebrarte como una ramita seca. Pero no paraba, no quería, le excitaba ver como Nei se retorcía como un gusano pinchado en un anzuelo para pescar, como gemía como hablaba, con unas palabras que salían no de sus labios, sino de un lugar mucho más profundo. Sentía envidia a la vez que no podía parar, quería "sufir" lo mismo que ella y no detenerse en su "ataque linguar".

Y no lo hacía.

Si la mujer que lamias pensaba en devolverte el favor o no, no parecia presente en su mente mientras disfrutaba en su sexo de lo que le hacias. Como la atacabas de una forma que no harias con otra o al menos otra en ese lugar. Ella disfrutaba gemia y no insistia en preguntarte de nuevo lo que hizo antes.

De repente la sentiste temblar sus piernas, entonces sentiste como su sexo se mojaba mas de lo que habia estado pero mas notaste ese gemilo largo que libero de su interior. Llegando al climax de ese momento y dejandose casi caer con una cansancion de satisfaccion.

Ya Neitín satisfecha, subió hasta su labios y la besó con ternura. Luego apoyó la cabeza sobre sus hombros, como si fuera un gatito que necesitaba se mimado.