Partida Rol por web

Las gladiadoras no serian las encargadas de recibir a los invitados, al menos no en un principio. Pero tendran en el honor de ser su espectaculo y de servir a al Ludus.

Ahora se encontraban en el baño junto a Verina y otras sirventas entre ellas Neitin.

Ambas sabian lo que vendria en este momento, ya se encontraban todos los gladiadores en la gran pileta de agua caliente enjabonandose solas y luego vendria la preparacion para que sean presentados en la fiesta de los romanos. Ya las vestimentas estaban listas y tambien el aceite que las dejaria mas brillantes.

Tanto Livia como Brinda podia ver a sus compañaeros. Los hombres estaban calmados la mayoria y las mujeres tambien auqnue se notaba que las estaban inmitando en todo lo que hacian para no fallar. Si hubo algo de nervios al meterse juntos los hombres y mujeres en el mismo baño no se noto, auqnue seguro se debia mas a las experiencias de cada uno.

"Cuando terminen de bañarse vayan saliendo." dijo Verina que se encontraba examinando como salia todo.

La noche de la fiesta habia llegado, ya te fueron avisando que los invitados iban llegando. Debias estar lista para recibir a las personas y de paso apoyar a Manius en su presentacion con los invitados, lamentablemente este seria el evento para presentarlo y no uno mas formal.

Faustus igualmente debia tambien hacerlo siendo ahora el Dormitor pero no sabias si podias confiar solamente en él. Aunqu estos dias lo sentiste querer acercarse mas a ti y tambien a su hermana como si ambos buscaran que le cayeras bien.

La noche de la fiesta habia llegado, ya te fueron avisando que los invitados iban llegando. Como el nuevo Doctore tus obligaciones eran poner orden en los gladiadores, pero tambien tenias tus obligaciones con Marte ahora mas que nunca. Ya que las cosas parecian cambiar rapido en Roma.

Habias escuchado algo lamentable en las calles, del emperador mandando a romper estatuas de Neptuno y una proclama como nuevo dios. Cuando tu templo escucho eso se revoluciono de mala manera poniendose nerviosos pero sin saber que hacer. Tu por tu lado aun no habias decidido que hacer.

Estabas en el patio viendo la estatua de la arena.

Me desvisto siempre ocuparme porque los demás me vean desnuda antes de meterme al agua. La verdad es que está bastante claro que las gladiadoras no vamos a poder tener mucho pudor si queremos estar bien posicionadas.

Cuando nos usan para un espectáculo lo hacen porque quieren ver nuestros cuerpos enfrentándose, y estoy convencida de que en muchos casos se debe más a la lujuria que a otra cosa. Por lo tanto la vergüenza no es algo que nos podamos permitir.

Me acerco a Dagna y Zared con una sonrisa. Tranquilo, Dagna. Utiliza esta fiesta y los eventos que hay en ella para comprobar cómo funcionan las enseñanzas que te he estado dando. Y tú, Zared, si tienes oportunidad de darle alguna indicación estaría bien que lo hicieras. Por lo demás os deseo suerte a los dos.

Después de esas palabras salgo del baño inspirando profundo para calmar mis nervios antes lo que se vendrá. Y es que probablemente no termine la noche sola, eso ya lo tengo prácticamente asumido. Ya lo dijo Livia, a los romanos y sobre todo a los patricios les gusta mucho retozar con gladiadores.

Sin ápice de pudor tampoco, Livia también se deshace de sus ropas y comienza a lavarse y enjabonarse el cuerpo con cuidado, procurando limpiar cada impureza, debía estar perfecta para ver a los patricios. Sin embargo no se podía relajar, ni siquiera ahora, pues continuamente tenía un ojo puesto en los demás gladiadores.

-Lavaros bien, también el cabello, una melena lustrosa es signo de poder, por en contrario si está sucia y con nudos da aspecto de mendicidad. No lo consentiré. Si os pica la cabeza, no os rasquéis en público, no vayan a pensar que tenemos liendres.-alecciona mientras ella misma moja su cabellera para luego empezar a desenredarla con un peine cuidadosamente.

Unos criados recibirán a los invitados, con agua tibia y paños limpios para lavarles y secarles los pies, en la forma tradicional de bienvenida. Alguno bien informado de quien es quien a mi lado, para susurrarme si es necesario los cognomen completos para saludarles formalmente.

Con una túnica blanca con hilos plateados fijando las mangas, una tiara de bronze pulido, ligera, y perlas incrustadas y un ceñidor de piel oscura, con monedas conmemorativas de mis ancestros. Un anillo con una pieza de ámbar amarillo en la mano izquierda y uno con una piedra negra brillante con vetas blancas en el derecho. Brazaletes de serpientes enlazadas, de cobre de Chipre. El pelo en una sola trenza que descansa sobre el hombro izquierdo, los ojos perfilados con una tenue sombra oscura, y los labios de discreto rojo.La estola doblada y recogida, descansando sobre mi antebrazo izquierdo, y la mano derecha sobre el hombro de Manius, aunque detrás de él, remarcando su posición como heredero y la mía como tutora. 

Mientras Zared asentia y escuchaba las palabras del hombre. Lo viste suspirar pero no dijo mucho. "Si es lo que hay que hacer por algo de paz." expreso simplemente. "Suerte para ti tambien Brinda." le dijo sonriendole mirandola sin dudarlo mientras te ibas toda mojada. Entonces lo viste que empezo a charlar un poco con Dagne que tampoco habia escondido del todo su mirada a ella.

-Bien.-acepta Livia soltando su peine para dejar que Gaia se ocupe de sus nudos mientras ella se acomoda en el borde de la piscina para seguir enjabonándose el cuerpo mientras la sirvienda le adecentaba el cabello.

-Todo saldrá perfecto esta noche, daremos un buen espectáculo y tal vez incluso os podáis divertir, no creo que vayamos a jugarnos la vida, así que procurad agradar y entretener a los invitados.

Tras haberme asegurado de haberme lavado bien todo el cuerpo especialmente el pelo y haberlo desenredado con un cepillo, aunque tampoco es que pueda desenredarlo mucho teniendo en cuenta el pelo que tengo, salgo del baño.

Una vez fuera, y cuando veo que otras sirvientas tienen aceites perfumados, me dirigiré a una de las mesas para que puedan untarme en aceite y ya estaré lista.

Saludo cortésmente a medida que van llegando los invitados, en nombre de Manius y la casa Donicus, agradeciendo sus palabras y sus intenciones.

Me inclino sobre el hombro de Manius para susurrarle discreta -Recuerda lo que te dije. Un Patricio tiene pocos amigos y muchos que quieren serlo. Hombres con dinero y sin posición y hombres que quieren la fama de las armas.. Y algunos que quieren verme a solas.. ¿Ninguno te parece adecuado para mí? - deposito un beso en su mejilla -mi protector-

Al mismo tiempo Brianda era recibida y ayudada a acostarse en una mesa de madera. Las sirvientas se le quedaron examinando un instante antes de empezar a caer aceite en el centro de su cuerpo. De ahi lo irian exparciendo con toques delicados convirtiendose en un masaje que le ayudaba a ella a sentirse menos tensa, sin duda un metodo relajante que conocian aquellas sirivientas y que repitirian con cada gladiador presente.

-Te agradezco tus palabras pero no es a mi a quien debéis agradar, sino a los dioses en primer lugar y a los señores de esta casa. Si ellos están satisfechos, yo lo estaré.-afirma con una sonrisa cálida. Pronto tiene los cabellos suaves, bien estirados y limpios, procede a hacerse su habitual coleta alta y deja que el sobrante le caiga sobre los hombros.

-Te veo cómoda, hermana Brinda, ahora voy a hacerte compañía, no quiero acapares toda la atención del servicio.- bromea un poco, mirando qué hacían el resto de gladiadores con ojo crítico, tal vez desconfiada como siempre buscando alguna actitud sospechosa.

Me había quedado un poco amodorrada ante la relajación del masaje con el aceite cuando Livia habla. Levanto la cabeza con gesto pesado y le sonrío. Pues date prisa porque si no me voy a quedar estas manos para mí misma. No sabes lo relajante qué es esto. Hum... suspiro dándome la vuelta cuando la sirvienta me lo pide. Con la mirada busco a Neitin para sonreírla también. La verdad es que o salimos dentro de poco o me voy a quedar frita.

-No.. Ninguno. Además ya tengo a un hombre que hace que los demás sean pálidas sombras- apretandole el hombro con cariño. 

Ante la llegada de Balbo, vuelvo a levantarme para recibirle. -Balbo.. Bienvenido en nombre de la casa Donicus.. Traes un séquito muy numeroso. Intuyo algún tipo de sorpresa para el resto de invitados - 

Manius se ve contento ante tu comentario y cuando parece que va a decir algo mas Balbo aparece y esta frente a ustedes.

"Gracias por su bienvenida." dice inclinandose un poco y mirando al joven antes de volver con Elia. "No hay sorpresa. Solo una ayuda de mi parte a la nueva inaguracion del Ludus. Traje algunos de mis gladiadores para mostrar que su Ludus esta listo para participar del evento principal del Emperador. Los metere en algunos de los enfrentamientos que tengan listos para que los de ustedes se vean mejor." respondio el hombre siendo sincero, aunque no en todo. POr el tono quedaba claro que no deseaba tanto bien para los gladiadores de esta casa.