Partida Rol por web

Faustus habia acompañado a Elia tambien pero mas alla de una simple reverencia se habia quedado escuchando a ambos hablar. Manius habia hecho algo parecido pero talvez por menos tiempo.

"Pero aun el pueblo es soberano, sino los senadores no existirian. Mi abuelo me dice que es asi." opino el joven muchacho que aunque talvez presentia que debia callar, la verdad queria hablar un poco. "Estuvimos cuando nuestro emperador se volvio un dios, junto a otros senadores." parecia que diria algo mas pero vio a Elia, aunque los presentes sabian que no estaba muy...impresionado de ese acto.

-A los senadores les gusta decir que reciben la autoridad del pueblo, pero la plebe no elige a los senadores ni vota en el senado. Algún día hablaremos sobre patricios y plebeyos y sobre populares y optimates, una lección sobre política en tiempos de la República-  Respondiendo a Manius con cierto aire didáctico. 

-Y también les gusta decir que el emperador recibe su poder del senado.. Aunque un dios no sé ante quien responde- en un tono más confidencial a Titus Servilius 

- El poder... ese resulta siempre un asunto interesante. ¿De dónde procede? ¿Quién lo otorga o lo retira? ¿Qué poder tiene en realidad un Dios si no hubiera quien lo reconociera? - deja caer, aunque la conversación sigue su ritmo sin detenerse - ¿el senado es de los senadores? ¿del pueblo? ¿o de quien es capaz de cubrir la necesidades de esos senadores? ¿si un senador está en deuda... no debe acaso saldarla? - el viejo parecía de lo más interesado en la opinión de Manius

Gaia te miro con una sonrisa de complicidad. "Estare esperando ese momento para enfrentarte." dice y te da un guiño que te deja claro por si las dudas que no sera un enfrentamiento marcial lo que tendran mas tarde.

Los demas incluso Drust parecen divertidos por tu descripcion de lo que pasara con los romanos cuando los vean. Incluso se miran a los otros pareciendo aprovechar ese momento para mostrar los gustos que andan yendo en la cabeza de cada uno. Sin duda si todo terminaba bien podria terminar muy cercanos los gladiadores cuando termine la noche.

Verina volvio a llamar la atension con un par de aplausos. "Bueno tranquilos, que el ambiente ya esta lo suficiente caliente." comenta la mujer algo avergonzada de decirlo. "Siganme. Es momento de que los presenten el salon principal, recuerden que los invitados esperan lo mejor. No los decepcionemos." comento la mujer acomodandose un poco el pelo que el vapor del baño despeino.

Dicho eso sin esperar demasiado fue a la entrada dando un par de vistazos para ver que la siguieran. Luego simplemente avanza por los pasillo por un recorrido que todas y todos conocen.

Te es facil aprovechar a la gente y esclavos en la sala para espiar lo que pasa con la sacerdotiza. Sin embargo no escuchas una charla con Faustus ya que ocurre algo mas que llama la atension de la mujer.

Reconoces a Titus Servilius Lupus, ese romano lleno de dinero que todos los senadores tratan bien. Solo por la posibilidad de que este los finacie ya sea por una campaña, politica u otra cosa donde sus monedas cambiaria todo. Este esta con Manius en ese momento, diciendo...

- Decidme, Manius, ¿ya habéis tenido ocasión de reuniros personalmente con el emperador... desde los últimos sucesos? - se interesó, en un tono algo más confidente

Pero Elia intercepta ese comentario y lo responde ella:

-Manius a tenido el honor de estar a pocos metros del divino emperador, justamente cuando nos anunció su divinidad- interrumpo antes que Manius responda. 

-Elia Cornelia Plancina, tutora de Manius - presentandome al desconocido. 

Titus:

  - Ah, me es grato disfrutar de vuestra compañía al fin, es mucho lo que se ha dicho sobre vuestra persona... y si gozabais de tal confianza por parte de mi estimada Camila apuesto a que sin duda la mayoría es cierto. Titus Servilius Lupus, estoy seguro de que habréis oído hablar de mi, quizá alguna celebración anterior en el Ludus incluso... se me concedió no hace mucho en honor de marcar a una bárbara - animando a la mujer a hacer memoria

Elia:

-Por supuesto Titus Servilius- mintiendo - aún se comenta esa ocasión. Me llenais de curiosidad con vuestras palabras, no sabía que mi persona era objeto de conversación..Camila me confío su mayor tesoro, y debo decir que se ha convertido en alguien muy querido para mi-

Titus:

- Ah, pero decidme, ¿estabais con el joven Manius cuando... el emperador hizo su anuncio? Temo como le pueda sentar... bueno... - desvía la mirada hacia su estatua - ya sabéis a lo que me refiero - desviando acto seguido a las otras estatuas más y mejor acompañadas - la... falta de amor... por parte del pueblo. No es fácil que se olviden algunas cosas... - deja caer en un tono confidente

Elia:

-Estaba en el Coliseo con mi pupilo, hablándole de Cicerón y los elefantes cuando el divino emperador nos reveló su nueva condición. ¿Conocéis la anécdota?.. El pueblo romano decidió que los elefantes eran demasido nobles para formar parte de un espectáculo, y los Cónsules dictaron leyes en consecuencia.. Pero eso era en tiempos de la República, cuando el pueblo de Roma era soberano y su voluntad la ley-

 Manius:

"Pero aun el pueblo es soberano, sino los senadores no existirian. Mi abuelo me dice que es asi." opino el joven muchacho que aunque talvez presentia que debia callar, la verdad queria hablar un poco. "Estuvimos cuando nuestro emperador se volvio un dios, junto a otros senadores." parecia que diria algo mas pero vio a Elia, aunque los presentes sabian que no estaba muy...impresionado de ese acto.

 Elia:

-A los senadores les gusta decir que reciben la autoridad del pueblo, pero la plebe no elige a los senadores ni vota en el senado. Algún día hablaremos sobre patricios y plebeyos y sobre populares y optimates, una lección sobre política en tiempos de la República-  Respondiendo a Manius con cierto aire didáctico. 

-Y también les gusta decir que el emperador recibe su poder del senado.. Aunque un dios no sé ante quien responde- en un tono más confidencial a Titus Servilius 

Titus:

- El poder... ese resulta siempre un asunto interesante. ¿De dónde procede? ¿Quién lo otorga o lo retira? ¿Qué poder tiene en realidad un Dios si no hubiera quien lo reconociera? - deja caer, aunque la conversación sigue su ritmo sin detenerse - ¿el senado es de los senadores? ¿del pueblo? ¿o de quien es capaz de cubrir la necesidades de esos senadores? ¿si un senador está en deuda... no debe acaso saldarla? - el viejo parecía de lo más interesado en la opinión de Manius

Manius asintio pareciendo interesado en aprender mas de la politica romana y talvez sintiendose mas adulto por estar en esa conversacion con ellos. Por lo que piensa un poco antes de responder.

"Yo creo el pueblo tiene su poder. Sino el emperador no trataria de ganarse su amor y no es el unico emperador que ha tratado de hacerlo por lo que me dijo mi abuelo." expreso el joven talvez algo ingenuo. "Aunque..." empezo a decir pero se quedo callado. Ambos notaron una mirada rapida a la estatua de dios del emperador pero su opinion quedo en el joven.

"El senador deberia saldar la deuda, como cualquier romano de bien no deberia fallarle a otro." respondio sintiendo que la pregunta iba a él.

- Exactamente - asintió a Manius - y además de por ser buen romano, quien te da también te puede arrebatar o sencillamente... no volver a consentir. Simplifiquemos todavía más el asunto. Tenéis un guardia que no os debe ningún tipo de favor o lealtad específica al que pagáis periódicamente un montante por sus labores, ¿Qué ocurre si dejáis de pagar? - sonríe, continuando sin dar tiempo a la respuesta - ¿Entonces el poder sobre ese guardia era vuestro... o el peso, en gran medida, estaba a fin de cuentas en vuestra bolsa? El juego de poder es mucho más complicado y va mucho más allá de quién ostenta un cargo. Es imprescindible saber quien se debe a quien, pues sin esos favores quizá otros no se debieran a él. El poder de un hombre necesita apoyos... acuerdos... intercambios a fin de cuenta, una forma de comercio. 

Me doy un último repaso para asegurarme de tener todo bien colocado y me preparo para seguir a Livia, que irá en cabeza como corresponde a su puesto. Curiosamente el saber lo que va a pasar hace que no esté nada nerviosa, aquí que simplemente saldré y haré y tengo pensado hacer un par de poses que he practicado para salir a la arena y así probar su efecto sobre los Patricios.

-El emperador quiere el amor del pueblo igual que el capitán de un barco quiere un mar en calma. El descontento puede provocar revueltas, y alguien ambicioso podría ampararse en esa revuelta invocando que actúa por el bien del pueblo. Es más fácil aducir que se es desleal por el bien del pueblo que admitir la ambición propia.. En una tormenta es más fácil perder el timón y buscar un nuevo capitán puede parecer una buena solución porqué nadie quiere morir ahogado - 

Aunque mi disertación es para Manius, no le quito ojo a Titus. -¿y en ese intercambio comercial, donde queda la lealtad? A Roma, a las tradiciones y si me apuraís al poder mismo, o a los que lo ostentan. Ya sea por miedo, codicia o lealtad es difícil discernir las motivaciones de un hombre-

"Y sin embargo hay capitanes que desean mares peligrosos para probar su valor y porque se sienten invencibles." dijo Decius que al parecer habia escuchado la conversacion que habian tenido interceptando tras las palabras de Elia.

Decius era un senador conocido, dado ha hablar mucho en el senado y no ser uno de los que solo afirmaba. Pero lo importante era su vida de senador que no ahbia sido nada corta.

"Me parece que esta conversacion termina poniendo mal a Elia. Como hombres respetables no deberiamos buscar hacerla sentirla mal y menos en este Ludus que ayuda a regentar si no me equivoco." expreso con una sonrisa calmada. "Si desea Honorable Titus podriamos filosofar en otro lado y de otros temas mas tranquilos." le sugirio. "Aunque si desea responderle antes de irse hagalo." comento el hombre.

-En ese caso los capitanes deberían perder el gobierno del barco, por el bien del barco y los tripulantes noble Decius.. No se preocupe, tengo muchos invitados que atender, esté barco lo gobierno yo y deseo ofrecerles una travesía plácida. Si me disculpan - 

Si nadie me retiene iré a saludar a otros invitados

Tras esas palabras Elia se retiro, Faustus la siguio saludando a los demas. Mientras le comunicaba a Elia y a los demas que iria a encontrarse con los Gladiadores en el camino. Por lo que el hombre se dirigio a la puerta de atras del salon para irse por unos minutos.

Mientras Mars se podria quedar aun con Elia o podria ir con Titus. Debia elegir a un grupo porque ambos se separaron con la charla prolongandose entre ellos. Mientras Manius mirando a ambos eligio a Elia para seguirle.

Asi siguieron las charlas y los saludos por un momento hasta que Faustus volvio a parecer por la puerta que se fue.

Finalmente terminaron de recorrer los pasillos hasta estar frente a la puerta del gran salon. Livia conocia como seguramente estaria el salon si los romanos volvian a ordenar las cosas de la misma manera. Su lugar entre ellos seria donde hubiera mas luz para presentarlos con todo su fisico. Obviamente habria un lugar para los juegos o tendrian que luego pasarse afuera.

De cualquier forma antes que llegaran se encontraron con un Fausto vestido con toda elegancia de Roma y de su estado como nuevo Domitor. "Perfectos. Estan perfectos." dijo dandoles una mirada a todos y luego pareciendo felicitar a Verina por su trabajo.

"Iran entrando mientras los presento. Vos iras primera." dijo señalando con la mirada a Livia. "Todos los demas siganla a ella y caminen con grandeza donde ella se pare. No nos hagan avergonzar porque habra un castigo apropiado a ello." Tras decir eso se marcho.

Apareciendo por la puerta de atras del gran salon aparecio Faustus, abriendo las puertas con los sirvientes terminandolo de hacer mientras se acomodaba. Vieron que le hizo un gesto a Elia para que se acercara a él, antes de empezar a hablar para los que estaban en el salon.

"Bienvenidos y Bienvenidas al Ludus Donicus. Ludus que desde hace generaciones ha pertenecido a mi familia y que hoy los invita a todos a disfrutar de nuestro espectaculo." empieza a decir alzando sus manos como si inmitara un poco los gestos de los senadores o de cualquier vendedor de esclavos. "Ente ustedes seguro corre un rumor de nuestra ruina, pero como ven con tan distinguidos invitados que nuestra casa esta lejos de caer. No sera hoy ni en una mañana proxima, porque deseamos seguir dandole diversion a todos ustedes por muchas generaciones mas." expreso pasando rapido el tema delicado.

"Ahora permitanme presentarles a nuestros gladiadores..." comenta y señala a la puerta. "La Romana Livia, nuestra jefa de los gladiadores y bella mujer que muestra porque los barbaros nunca podran superarnos." introduce dejandole un tiempo para que pase y se muestre hasta que arribe en un lugar que habian dejado vacio para ellos. Para que todos los romanos en sus sillones los admiren. "La siguiente es Brinda, una aficana de las tierras al sur de egipto. Disciplinada a pesar de lo uno podria pensar de ellos." expreso dejandole tiempo a la segunda.

Cuidadosamente maquillada y aún así exhibiendo un brillo feroz en la mirada, la líder de los gladiadores entra en escena con aires de grandeza, metida en su papel de representante de la virtud de la sangre romana en la arena, digna y altiva como cabía esperar de una hija de Roma. Su paso firme y su barbilla alzada se abrieron paso en primer lugar, admirando a todos los asistentes y dejándose admirar, y llega hasta la tarima reservada para su exposición y sube con unos andares sensuales para, una vez arriba, adoptar una postura elegante con las manos en la cintura, marcando curtido abdomen.

Salgo detrás de Livia, con la cabeza alta y mostrándome orgullosa. Si veo que alguno de los romanos se fija especialmente en mí, me permito desviar un momento mi atención para sonreírle.

De todos modos miro a la estatua del emperador y le hago una señal con la cabeza cómo forma de respeto para luego hacer otra hacia Marte y finalmente ocupar mi lugar.

Una vez en mi puesto me pongo en posición de firme, haciendo no solo que se destaquen los músculos de mis piernas y mi abdomen sino también que mis pechos y la forma de mi cuerpo sea más atractiva, en unos movimientos claramente estudiados y ensayados para mostrar lo mejor de mi cuerpo y encandilar al público.

Cuando se separan dudo entre unirme a qué grupo,pero cuando veo que Faustus reclama a Elia a su lado decido acercarme al grupo de Titus.

Después de todo hacia tiempo no sabía de el. Además que Faustus querría charlar a solas con la sacerdotisa.

Bienvenido al ludus de nuevo señor lupus. - le saludo. Con curiosidad miro alrededor antes buscando a su gladiador aunque no esperaba encontrarlo por el tema tan grave que se había vuelto simplemente el tener el nombre de un dios

Ambas notaban las miradas de los invitados enfocadas en ambas. Si bien habia algo de respeto a ambas como guerreras pero mas habia un deseo en la mayoria de ellos. Escucharon sus aplausos ni bien estaban en mitad de camino y con eso Faustus parecio complacido.

Por lo que prosigio.

"La amazona traida de grecia, Gaia...Zared al igual que Briada tambien procede del sur de egipto...Junto a ellos el espartano Horatius y el veterano de este Ludus Drust..." decia en modo lento dejando un momento para que cada uno fuera entrando dejando que los invitados los vean con cuidado a cada uno. "Dagna traido de las provincias romanas del este...Aunque no tan al este como el origen de Bheka que viene de donde estaban los reinos persas." concluyosu presentacion de los demas mientras esperaba a ver si Elia tenia algo que agregar.

Aguardo a que Faustus termine antes de adelantarme. -Amigos, que en este día se reafirmen los lazos de amistad que hay entre nosotros. Que sea un momento de celebración por el futuro de esta casa y las vuestras. Tengamos un momento de recuerdo para los que ya no están entre nosotros y brindemos por ellos y por los dioses inmortales. Las puertas de esta casa se han abierto hoy para ofreceros un momento entre amigos, para celebrar su gloria y divertirnos. Alzad la copa y brindad conmigo por Baco y Ceres, con cuya compañía Venus está siempre presente-