Partida Rol por web

La vida en las profundidades suele ser tranquila,vuestra fuerza y unión hacen que se produzcan pocas muertes entre los vuestros a causa de la batalla por la supervivencia que mantenéis con el resto de los grandes habitantes marinos.Vuestra vida transcurre entre juegos y risas y casi nunca hay disputas ni peleas entre vosotros.Alguna vez os habéis acercado a la superficie para curiosear pero el miedo a que os cojan suele ser suficiente para haceros volver a la seguridad del inmenso mar

Sin embargo,en los últimos tiempos algunas sirenas han empezado a atacar a los humanos de manera indiscriminada llamando la atención de esa especie sobre vosotros,algo que hacía años que no sucedía pues habéis tratado de manteneros alejados de ellos y las pocas muertes que habéis causado han sido esporádicas.El problema es que los Ancianos no han descubierto quiénes son los atacantes y para empeorar las cosas algunas sirenas de paso os han informado de que un buque con humanos cazadores arribará en las costas de Capri para encontraros y llevaros con ellos para someteros a estudio

Desde tiempos inmemoriales el mar bajo la isla de Capri ha sido vuestro hogar y aunque los humanos incluso dan a unas rocas vuestro nombre jamás os han intentado encontrar seriamente y los pocos que lo han hecho...bueno,los humanos son tan simples que con uno de vuestros bellos cantos os entregan hasta su vida así que ¿por qué preocuparse?

Pero tras la noticia sobre el buque los Ancianos se reúnen y tras deliberar varias horas hacen llamar a toda la comunidad para comunicaros su decisión.La Anciana de mayor categoría,aquella Que Fue Nombrada Por Poseidón toma la palabra una vez que todos estáis reunidos 

-"¡Sirenas y tritones! Como bien sabéis los últimos acontecimientos sobre los ataques a los humanos han propiciado que éstos se unan para acabar con nuestra especie,algo que no podemos consentir,durante siglos nos hemos mantenido ocultos a ellos y así ha de seguir siendo si no somos capaces de convivir con su especie.Algunos opinan que deberíamos matarlos a todos,acabar con los humanos que vienen a por nosotros pero yo os digo que eso sólo generará una nueva guerra que llenará el mar de sangre nuevamente,la sangre de nuestros hermanos y hermanas,una sangre que yo no estoy dispuesta a derramar.Es por ello que quiero pedir voluntarios para observar e informar de esos humanos y en caso de considerar que son pacíficos tal vez podríamos tratar de interactuar con ellos y persuadirlos de que negasen habernos visto e incluso nuestra existencia.La guerra será la última línea de acción que hemos de tomar si deseamos que nuestra especie perdure"- Ryna,que así se llama la Anciana mira hacia todos los presentes-"¿Quién cree que podría servir para tan delicada misión?"-sus ojos se dirigen hacia Azariel,su hijo-"Azariel"-te llama con un gesto de su mano-"Sé que puedo confiar en ti para que guíes a todos los que se ofrezcan como voluntarios"-la bella sirena sonríe y basa a su hijo en la mejilla cogiéndole de la mano antes de mirar hacia donde las jóvenes sirenas y los aguerridos tritones se encuentran-"¿Y bien?"-pregunta autoritariamente

Xiomara había oído las noticias de los ataques, pero como aún nadie había aparecido con pruebas de los mismos, en su momento supuso que sólo eran rumores. Las noticias de los buques de paso sí habían sido más preocupantes; pero Xiomara siempre había confiado en la sabiduría de los Ancianos, así que si ellos no estaban nerviosos, quizá no fuera un asunto de gravedad... Las palabras de la Anciana Ryna le revelaron lo equivocada que estaba.

"¿Quién cree que podría servir para tan delicada misión?

- Anciana Ryna - intervino respetuosamente. Miró a Azariel con preocupación, era su primo y la familia era lo más importante-. Deja que vaya con tu hijo. No soy una gran investigadora, lo sé, pero si la situación se vuelve peligrosa, el grupo de detectives necesitará alguien que vele por su bienestar. Todos sabemos las heridas que puede causar un arpón, y aunque es una posibilidad remota, prefiero no correr riesgos. En caso de que sufran daño, puedo paliarlo. Mejor tener cerca una sanadora y no necesitarla que necesitarla y que no esté.

La tarea encomendada era peligrosa, y ni muerta pensaba dejar a Azariel tan cerca del peligro sin cobertura. Era cierto, Xiomara no era una buena investigadora y la Anciana lo sabría, pero para eso estaba su primo. Ella haría todo lo posible por mantenerles sanos y salvos en lo que cumplían la tarea encomendad por la Anciana.

 Desde las profundidades de aquel océano que alguna vez ha derramado la sangre de sus hijos, Eressëa acude al llamado de los Ancianos luego de haber compartido alguna que otra exploración hacia esos puntos de convergencia donde aún en su interior lucha por no odiar tanto al humano mientras que la realidad le ofrece ese lado lúgubre que le da la razón. 

Nadando desde la suavidad que la caracteriza hacia el punto de encuentro, esboza una dulce sonrisa cuando intercambia alguna que otra mirada con su mejor amigo y su hermana del alma, al igual que ese compañero de aventuras, uno con el cual tantas historias en común serán contadas cuando ellos mismos sean los que custodien la sabiduría de aquel preciado lugar.

La noticia no alarma en absoluto a la sirena, pero es incapaz de esconder cada expresión de su rostro que refleja una indignación que le remite hacia la repetición de una historia que desea con el alma no volver a vivir. Es que lleva en su memoria un dolor que difícilmente vaya a mermar con el tiempo cuando el humano esté presente y pese a no querer dejarse llevar por aquel sentimiento impregnado de venganza, anhela encontrar una explicación, un motivo que justifique aquellas charlas con el rojito, donde la bondad del hombre existe y el error es por ambas partes. 

Y ante la propuesta, desvía la mirada hacia Enna para luego ver que Xiomara ya ha tomado una decisión. No puede permitir que ella siga ese camino en la soledad y tras colocarse a su lado, rompe su propio silencio.  - También iré, Anciana. He explorado junto a su hijo miles de veces estos mares y no tendré problema alguno de tomar la responsabilidad que conlleve. -responde desde esa determinación que ahora resurge en su actitud, siempre protegiendo a quienes quiere, estando a su lado, sin importar el camino que se deba transitar. 

Normalmente estas reuniones solían ser tediosas y bastante aburridas, solían ir acompañadas de sermones y reprimendas de que no nos comportábamos como verdaderas sirenas o tritones. Siempre resultaba curioso que tu madre te echara la bronca en público pero nunca era agradable...

Sin embargo esta vez era bien distinto, algo había oído sobre esos ataques y había preferido no creerlos, a pesar de que en el fondo sabía que eran muy posibles. Pero lo que me dejo totalmente descolocado era que viniese un grupo de cazadores a por nosotros, hacia muchísimas generaciones que no teníamos contacto real con ellos, ¿así que como es que podían tener expertos en el tema? Sin embargo eso poco importaba, lo realmente interesante es que al fin podría explorar la superficie sin tener que escaparme a escondidas.

Espero un poco para ver la reacción del resto de los jóvenes presentes y no me sorprende en absoluto ver como Eressëa y Xiomara se presenten voluntarias, la primera se preocupaba demasiado por lo demás y la segunda era aún más curiosa que yo.

- Bueno madre, ya veo que has demostrado quién es el favorito de los dos.- comento riéndome y sin ningún rastro de resquemor mientras me pongo al lado de Azariel y le doy coletazo amistoso- Pero espero que no te importe que le acompañe, al fin y al cabo alguien tiene que asegurarse de que no se mete en problemas... o al menos que se meta en los más interesantes.

Sonrió amplia, aunque tímidamente, era la oportunidad idónea para poder explorar sin tener que escaparse a hurtadillas para que no la pillasen, además, si creía Orien que se iba a quedar toda la diversión, es que no la conocía tan bien, no iba a perder la oportunidad.

Levanto la mano sonriendo angelicalmente -Yo...a mi me gustaría ayudar también- con aquellos grandes y alegres ojos almendrados que rezumaban curiosidad. 

Una convocatoria tan grande no es algo habitual y, aunque por norma pasaría bastante de estas cosas, la expectación generada en sus conocidos provoca que no falte al llamado de los Ancianos.

Un llamado donde la Nombrada por Poseidón les indica que habrá guerra si la situación sigue y ella misma nombra a uno de sus hijos como el líder al que seguir en una misión de expedición. Una mirada breve hacia Azariel antes de asentir, la verdad es que el chico era bueno encontrado cosas. Enseguida más y más conocidos se unen a la misión como si fuese moscas atraídas por la luz... o humanos atraídos por nuestros cantos.

Pero sin mentiras, la curiosidad de Enna y la lealtad por los suyos le superaba, de modo que cuando algunos ya se han pronunciado carraspea con suavidad y avanza, colocándose al lado de Eressëa, golpeándole la parte media de la cola con la suya propia y guiñándole un ojo.

Si se me permite yo también les acompañaré -y si no, también-. Aunque las capacidades de sanación de Xiomara son grandiosas, si la herida fuese a parar a ella ¿quién sanaría a nuestra sanadora? Además ya he viajado bastante con Azariel y Eressëa.

Mira a la anciana y aguarda su respuesta.

Xiomara negó con la cabeza, desde luego que no consideraba su sanación grandiosa. Por eso siempre estaba buscando más, deseando aprender más. Agradecía, eso sí, el comentario, así que sonrió a Enna.

- Ciertamente, un grupo de tamaño medio podrá tener más posibilidad de éxito - miró a sus dos primos, Azariel y Orien, los dos niños de la Anciana que ya estaban embarcados en la aventura; y a su hermanastra Eressea, que también estaba dentro-.  Pero seamos cautelosos.  ¿Alguno de vosotros ha estado últimamente pasando tiempo cerca de la superficie? ¿hay aquí alguien que sea testigo de primera mano de lo que ocurre arriba, por difusa o imprecisa que sea su información? Cuantos más datos recabemos antes de ponernos en marcha, mejor -  se explicó ante la Anciana y a sus compañeros-. Si los humanos están viviendo en uno de esos barcos de vientre de metal,  será complicado acercarse a ellos sin desvelar quiénes somos -las historias antiguas hablaban de barcos de vientre de madera mucho más fáciles de hundir -en el peor de los casos- o de acercarse a ellos -en el mejor-.

Azariel había acudido de los primeros para ayudar a su madre a preparar lo necesario para la reunión. Luego fue llegando la gente pero él se mantuvo en un discreto segundo plano. Se había colgado un collar de conchas marrones. Cualquier sirena creeria que estaba fabricado allí abajo, pero en realidad lo había encontrado hace años cerca de la playa. El broche era el indicativo de que no pertenecia al mar. Eso le permitia seguir luciendo abalorios sin mostrar a los ancianos su colección de objetos humanos, los cuales solo se ponia cuando salia en busca de más o en sus pequeñas aventuras en solitario.

Se aproximó a su madre con una gran sonrisa donde dejaba ver sus afilados dientes blancos y se colocó a su lado cruzandose de brazos, mostrando su aceptación de la tarea con orgullo.

Miró a su hermano cuando dijo aquello y rió - Te equivocas hermano. Aquí no hay favoritos. Si me ha nombrado a mi es porque yo le propuse infiltrarme para recabar información. Me agrada ver que mi idea se ha tenido en cuenta - su atención se centró en Ryna, a la que miró con amor.

Luego se aproximó a Xiomara y le rodeó los hombros con uno de sus músculosos brazos - Datos es lo que tenemos que recabar. ¿Cómo? Haciendo algún esfuerzo, como el de andary respirar por la superficie como si fueramos uno de ellos - su tono se había agravado demostrando que entendia que aquello resultaria muy desagradable para muchos, sobre todo para Eressëa, a la cual miró con preocupación

- ¿Seguimos estando todos de acuerdo? - preguntó con cautela

El llamado había pillado por sorpresa a Amelia, que fue de las últimas en llegar, ya que no esperaba que acostumbraran a hacer ese tipo de reuniones de forma tan "habitual". Fue cuando oyó la noticia del buque cuando comprendió que se trataba más de una situación de emergencia que de una simple reunión rutinaria. La joven sirena permaneció con los labios fruncidos, en silencio, hasta que varias de sus nuevas caras conocidas decidieron presentarse. Fue entonces cuando se acercó con un enérgico coletazo hacia ellos, deteniéndose un momento antes de hablar para mirar a la Anciana.

- Anciana Ryna, en las costas de las que vengo ya comenzaron los ataques, aunque posiblemente fueran por error. Pero he visto de cerca a los humanos y sus arpones, y cómo han avanzado durante estos años de calma. - miró a Xiomara y a Azariel sonriente - Creo que podría ayudar algo con lo poco que he podido ver, al menos para poder ir a tierra... - su gesto se torció un poco, recordando cómo dolía la transformación.

Hacía tiempo que no salía ni se acercaba a las costas, desde que llegó con sus hermanos a aquella zona, pero aquella era la ocasión perfecta para comprobar si los humanos de allí eran iguales que los de su zona. Inclinó un poco la cabeza para mirar a los demás que se habían decidido a partir y le dedicó un gracioso guiño a Enna. "No te quedes toda la diversión para ti solo." pensó, conteniendo una sonrisa, mientras esperaba la aprobación de la Anciana o de Azariel.

Ante aquel "saludo" por parte de Enna, la sirena de cabellos rubios da un pequeño salto que la impulsa a rodear por los hombros con sus brazos al pelirrojo y tras apretar ligeramente la nariz con sus dedos a modo de juego, lo libera sin dejar de sonreír. Sólo ellos comprenden aquellos gestos compartidos desde la complicidad que tantos años ha forjado en base a bonitas experiencias que sin dudas conecta más de lo que se imagina. 

- Y yo que pensaba deshacerme de ti. - pica a Enna entre risas, sin fastidiar demasiado la reunión con sus cosas de amigos que adoran divertirse. Era complejo ante la mirada de los demás comprender que sucede entre los dos cuando fluyen con tanta naturalidad. Respetaba aquello pero jamás cambiaría su forma de ser o de tratar a su mejor amigo por nada o nadie, es lo que tiene ser incondicional. 

Ya de nuevo erguida sin miras de hacer otra travesura más, se mantiene al lado del rojito mientras el resto toma la palabra. Entiende de alguna manera esa mirada y la pregunta que viene después por parte de Azariel a colación, pero Eressëa había tomado una decisión, una de la cual no estaba dispuesta a arrepentirse. No cuando puede ser partícipe de esto, además de conocer los mares de tantas exploraciones como la palma de su mano. 

- Puedo con ello. -  responde a Azariel, decidida. Amelia también se unía y al fin de cuentas, el grupo sería entre conocidos, que pese a algunas diferencias que se puedan tener, no era difícil congeniar y ponerse de acuerdo. Aquí al menos desde la mirada de la rubia, sus propios sentimientos e ideales quedaban a un costado, esto era el principio de todo y como no está dispuesta a juzgar de antemano, prefiere vivirlo para decidir. El odio puede esperar, como todo. 

No puedo evitar ampliar mi sonrisa al ver a que Nayade también se presentaba voluntaria, no es que me sorprendiese. Sino más bien todo lo contrario, es más estaba seguro de que había pensado exactamente lo mismo que yo.

Por lo que le guiño un ojo cómplice antes de encogerme de hombros ante la respuesta de mi hermano quitándole importancia, aunque no puedo evitar dar un pequeño respingo ante lo de pisar tierra. Por un lado era algo que siempre había querido hacer pero por otra era una habilidad que hacía tanto tiempo que no se llevaba a cabo que era casi un mito.

- Bueno si quieres que nos infiltremos tanto supongo que tendremos que ir los que sabemos su lenguaje, ¿o acaso querías ver si ya eran lo suficientemente cultos como para hablar nuestro idioma?- le contesto sonriente aunque la pregunta iba dirigida a todos los voluntarios.

La Anciana mira con intensidad a las dos primeras chicas que se presentan mas su rostro no muestra ninguna emoción más que una pequeña sonrisa y un asentimiento con la cabeza.Cuando Orien habla la m¡sirena sonríe más ampliamente y niega con la cabeza esperando hasta que él llega a su lado para cogerle también de la mano

-"Orien,sabes que os quiero a ambos pero contigo nunca sé lo que esperar,sin embargo me hace feliz que quieras participar junto a tu hermano en esta misión pues realmente es importante para los de nuestra especie"-su tono adquiere un tono solemne al decir esto último-"Azariel,sé que anhelas subir y pisar tierra pero preferiría que de momento no lo hicierais,es mejor vigilar sus actos de lejos.Además ¿cómo vais a presentaros todos ante ellos aún siendo humanos?A pesar de asemejarnos a ellos hay pequeños detalles que pueden delataros y nunca habéis estado en tierra,nunca os habéis transformado...o eso creemos,no aguantaríais mucho tiempo fuera del mar.Vigilad y estudiad lo que hacen y tan sólo si lo veis necesario podréis establecer contacto con ellos ¿entendido?Los humanos son más peligrosos y traicioneros de lo que suponéis"-dice la Anciana-"Está bien,os agradezco a todos los que os habéis presentado voluntarios y sólo nos queda esperar a que ese barco llegue.Xiomara,quizás desde tu cueva podáis escuchar algo al respecto"-la Anciana mira al pequeño grupo de voluntarios y sonríe de manera orgullosa-"Tened mucho cuidado y no dejéis de informarnos de lo que averigüéis.La reunión se da por concluida"-los otros Ancianos se acercan a vosotros y os dan las gracias por haberos presentado mientras el resto de las sirenas y tritones se alejan en diferentes direcciones 

Cuando el resto de Ancianos se acerca vuestra madre aprovecha para susurraros

-"He de hablar con ambos,reuniros al anochecer conmigo en casa"-dice antes de soltaros y alejarse nadando de aquella manera tan elegante que solo ella tiene

Uno de los Ancianos que se acerca a ti a darte las gracias retiene tus manos un poco más de lo debido y te susurra unas palabras

-"He de hablar contigo luego,reúnete conmigo en el arrecife del sur"-dice antes de separarse de ti con rapidez para hablar con otro de los chicos aunque a éste no parece decirle nada como a ti

Uno de los Ancianos que se acerca a ti a darte las gracias retiene tus manos un poco más de lo debido y te susurra unas palabras

-"He de hablar contigo luego,reúnete conmigo en el arrecife del sur al anochecer"-dice antes de separarse de ti con rapidez para hablar con otro de los chicos aunque a éste no parece decirle nada como a ti

No es tan fácil, princesita.

Respondió con una sonrisa a su compañera mientras le guiñaba el ojo. Se sentía cómodo en la situación pese a que era algo bastante más complicado de lo que parecía a simple vista. Tras ello sencillamente aguardar a que se diese el visto bueno.

¡Si pretende que Azariel se quede observando en la distancia es como ponerme un bol de setas luminosas y esperar que no me las coma!

Pese a las ganas de reír de su propio chiste interno, no dijo nada, sencillamente aguardó mientras terminaba de hablar.

En cuanto la reunión tocó a su fin y antes de que todos los ancianos se pusieran a agradecerles nada golpeó con suavidad la espalda de Eressëa con la cola en el mismo movimiento en el que se deslizó hacia la espalda de Amelia, poniendo ambas manos en sus hombros y hablándole con un tono divertido.

¿No te dije que había que tener cuidado con asumir algunos riesgos... sin pensarlo antes medio segundo?

Claramente es algo que nunca le dijo, pero como su guía necesitaba apoyar a la recién llegada de algún modo. Aunque fuese con una sutil broma.

El susurro me pilla por sorpresa y aparte me deja algo descolocado, ¿por qué querría vernos por separado? A lo mejor solo quería despedirnos por todo lo alto pero algo me decía que había algo más, por lo que cuando se marcha comento mis dudas a Azariel.

- ¿Qué crees que querrá madre?- le pregunto extrañado aprovechando que el resto de Ancianos estaban entretenidos hablando con el resto.

Una vez termina la reunión y los Ancianos nos dejan tranquilos miro a todos los que haríamos el viaje.

- Que calladito te tenias el plan, ¿eh?- le comento a mi hermano mientras le doy un inocente golpe en el hombro y me río- Con lo que me interesan estas cosas bien que me podrías haber avisado.

Una vez me contesta me acerco a Nayade y le palmeo la cabeza mientras sonrío.

- Y tú mira que has tardado en apuntarte, en cuanto hoy el plan de los Ancianos pensé que serías la primera en saltar. ¿Alguna idea de lo primero que quieres hacer allí arriba? Ya sabes esta vez será "legal"- le comento divertido.

El rostro de Azariel se había endurecido y su mirada mostraba claramente su decepción mientras apretaba las mandibulas. Su plan se había ido al traste, y justo después de haberse echo ilusiones.

Se giró hacia su hermano ante su pregunta - ¿Para que me respondas con tu fino humor de siempre? - lo dijo riendo, pero en el fondo estaba dolido. Dolido de que siempre intentara avergonzarlo disfrazandolo de broma.

Se pasó la mano por el cabello para peinarlo de nuevo y asegurarse que no se le enredaba. A veces lo llevaba recogido pero no en una reunión oficial como aquella. 

- Bien, creo que tenemos que organizarnos. Todos juntos no podemos presentarnos en la costa. Deberemos separarnos en grupos pequeños para no llamar la atención. ¿Cuántos de nosotros conocemos el idioma? Más que nada por si nos topamos con alguno de ellos en el agua... - miró a cada uno de ellos, aunque a Amelia le dedicó un guiño. No le sonaba mucho su cara, solo de pasada, así que sería interesante conocerla más a fondo.

En medio de aquella reunión, la mirada de Erëssea se centra en aquel anciano que tras acercarse susurra unas palabras en su oído, que al segundo responde desde la sinceridad que le compete. Una vez que ya queda sola y pendiente del resto, es el golpe de su amigo sobre su espalda lo que le roba una divertida sonrisa, pero ante la pregunta de Azariel la rubia alza su mano completamente decidida. 

- En mi caso los entiendo, podría hablarles... Creo. - responde sonriendo al tritón y mientras alguno hablan con Amelia, la rubia decide alejarse un poco para pensar en lo que está por hacer. Sería la primera vez que iría tan lejos y obviamente estaba dispuesta a ello, aún con todo lo que conlleva a nivel interior.

Luego de que los hermanos también digan los suyo, se encoge de hombros y tras buscar con la mirada a Xiomara, la saluda a través de un gesto ya que ella también irá en el grupo. Al menos entre amigos, eso realmente tenía que funcionar para descubrir lo que se teje más allá del océano.