Partida Rol por web

- No creo que le vaya a caer bien nadie del fuera del mar, al menos por ahora.- y no puedo culparla demasiado.- ¿Así que atractivo? El rompecorazones siempre ha sido mi hermano así que no lo había considerado demasiado.- le comento divertido aunque un poco extrañado por su cercanía. Inspiro y suspiro con fuerza por instinto y me quedo un segundo sorprendido.- ¿Hasta que punto me podía acostumbrar a mi nuevo cuerpo y hasta que punto lo controlaba? - En fin vamos a verle a él y su nuevo capricho, por cierto ten cuidado quizás tu seas el siguiente...- y sin estar muy seguro de en que estado de humor estaba empiezo andar hacia la pareja.

-"E-eh sí esto yoooo...bueno,no me afectan del todo vuestros poderes y todo eso pero tanto tú como tu amiga tenéis una belleza sobrenatural ¿cómo no sentirse atraído por eso?"-levanta una mano hacia tu rostro como si fuera a tocarlo antes de bajarla bruscamente y mirar al frente carraspeando-"Será mejor que vayamos con ellos,sí"-sonríe con gesto desconcertado mientras camina junto a ti

Y mientras seguís ahí,al pie del barco veis llegar a Orien en su forma humana junto a un chico que habla con él con cierto gesto sorprendido.Los dos se dirigen hacia vosotros por lo que es obvio que os han visto y Orien mantiene sus ojos fijos en su hermano aunque su rostro no demuestra lo que está pensando o sintiendo en ese momento de reencuentro con Azariel

Aunque no nos hacían falta los tripulantes del barco para buscar a Eneas, estaba claro que debíamos esperar a Marc. Y a los otros también, por supuesto.

Y allí esperé, inmóvil y magnífica como una diosa de alabastro, consciente de mi desnudez pero sin sentir la necesidad de ocultarme ¿Acaso debía de avergonzarme?

Y llegaron las esperadas acusaciones y las no tan esperadas palabras hirientes.  Miré a la joven que se acercaba, era una de las que se había sumergido, que había visto morir a la pobre Bianca y que seguramente se había planteado que la que podía haber muerto era ella.

Aguanté sus palabras, sus gestos y su miedo, en silencio, manteniendo su mirada, en calma.  No había mucho que pudiera decir, no en estos momentos. Cualquier palabra, cualquier silencio, sería usado contra mí, herramientas de la ira irracional. 

Volvieron a mi mente los terribles momentos de mi juventud, de la muerte y la sangre bajo el agua, de la impotencia y la desesperación que sentí entonces, el ansia por buscar culpables, de venganza.  Mis ojos se humedecieron al ponerme en el lugar de la temperamental mujer y alargué una mano, lentamente, hacia el rostro de la doctora, limpiando las lágrimas que surcaban su rostro. Y si aceptaba dicho contacto, la abrazaría como a una hermana, sin reservas y le diría suavemente, tan delicadamente como el encaje que teje la espuma del mar sobre la arena:

—Vamos a matar a la hija de puta responsable de esto. Te lo prometo.

Había estado en silencio todo el trayecto de vuelta a tierra, sólo pensaba en lo ocurrido, Mike había desaparecido en el interior del barco y la doctora no hablaba, era todo muy su realista en esos momentos, como de repente habían aparecido tantos tiburones y en un visto y no visto se habían llevado la vida de Bianca y desaparecido, tenía que preguntar si esas cosas eran normal en esas aguas, pues nunca había visto u oído algo parecido y menos lo que le ocurrió a Mike, por qué se había quedado atrapado. Todo muy perturbador y seguramente pasaría factura en las noches, a ver quién podía dormir tras ver eso.

Llegaron y mientras terminaban de parar motores Mike apareció, no dijo nada, solo puso una mano en el hombro de este y luego bajó tras el del barco, entendía el que quisiera bajar lo antes posible de allí y sería muy normal que le costase el volver a meterse en el un tiempo, todo le recordamos lo ocurrido al igual que a nosotros.

Acompañaba unos pasos más atrás a ambos cuando no pudo evitar abrir la boca y los ojos, estaban allí esperándolos, Logros con su pelo azulado algo que le caracterizaba, Azariel y Eressea, esta última desnuda, algo que le alegraría mucho más la vista en otra ocasión, no pudo evitar lo que pasó a continuación,  Valeria arremetió verbalmente contra la sirena. Había comenzado a quitarse el abrigo para tapar a esta última cuando se quedó inmóvil mirando lo que pasaba. La respuesta de Eressea hizo que soltara el aire que había estado conteniendo, se acercó a ambas y puso el abrigo sobre los hombros de la sirena. -​​​​​​-En si la culpa sería mía por decir de ir al barco y por dejar que se lanzase al agua.  mientras hablaba colocó el abrigo sobre los hombros de Eressea tapando un poco su desnudez. -​​​​​​-Entre nosotros la desnudez es muy íntima, no se suele ir sin ropa. 

Dejó espacio a ambas. -​​​​​​-Aunque no nos guste a ninguno, creo que debemos hablar de lo ocurrido y saber si eso que ha pasado es normal en estas aguas, aparte yo necesito ... Aún no se sé cómo asimilar todo.  Ella no tiene la culpa Valeria. 

No esperaba que se arreglaste en ese momento nada y menos que se pasase el sentimiento de culpabilidad, pasarían días y noches hasta que eso ocurriera, Sonrió como pudo a las dos para quitar un poco de tensión a lo que ocurría y luego se separó para mirar hacia el barco, podía tener la doctora razón o solo había sido coincidencia, seguramente era una coincidencia, no imaginaba a Eressea después de ver cómo disfrutaba con una simple foto, no, no podía imaginarla planificando un ataque con tiburones, acaso podrían controlarlos...

Se acercó a Mike. -vamos para la casa, nos vendrá bien salir de aquí.  Llegaron dos personas más a las que miro un segundo, posiblemente habían sido atraídos por a desnuda sirena, no les prestó más atención. -Nos vendrá bien un trago estiró la mano hacia Mike y espero que esté reaccionara, no sin dejar de prestar atención a lo que podía ocurrir entre Eressea y Valeria.

No tuvo mucho más tiempo para seguir hablando con Eressëa, pues el barco llegaba. Vió a Ligeia aproximarse, esperando a su amiga con ilusión y sonrió, aunque ésta se enfrió al ver con curiosidad como el humano rubio bajaba como si estuviera desorientado. Recordó la muerta de la humana con la que apenas había hablado y se aproximó a él para acuclillarse a su lado y posar su mano de piel tostada sobre su hombro.

No le dijo nada a Mike. Lo mejor era liberar los sentimientos de dolor y no sabía si los humanos lo hacían como ellos. Alzó el rostro con sorpresa al escuchar la voz elevada de Val - Madre de Eressëa no llamarse Puta  - replicó confuso mientras se erguía en toda su altura al ver la situación.  Contrariamente a lo que esperaria de la sirena, supo manejar la situación mejor de lo esperado, y se quedó en segundo plano, aunque solo por un momento.

Su mirada se entrecruzó con la de aquellos ojos tan conocidos y todo se desdibujó a su alrededor. Orien. Su mandibula se tensionó.  Sus hombros se echaron hacia atrás intentando aparentar seguridad, mientras los músculos de sus brazos bien formados se marcaban a la expectativa de lo que podría suceder. Sin romper el contacto visual dió un par de pasos al lado para separarse un poco, solo un poco, del grupo. No quería involucrarlos por si su hermano venía con ganas de guerra.

Todos parecen tan afectados que nadie me ve, yo no conocía mucho a Bianca, evidentemente me apena su muerte pero no me causa dolor. Sí tenía claro que debíamos encontrar a ese ser, si es incluso capaz de controlar tiburones, es más poderosa de lo que pensaba. Debe haber sido una situación horrible. Sonrío inevitablemente al escuchar a la sirena insultar y al tritón preguntarse lo de puta...ya le explicaré cómo funciona ese insulto.

Pensativa miro hacia el mar cuando veo a un hombre acercarse a nosotros acompañado de otro. Busco con la mirada a Azariel, los demás se marchan a casa, yo tengo intención de encontrar a la bruja, no podemos descansar ahora. Tan cerca...

No pregunto nada más, nadie sabe nada y quizás estén tan en shock que ni siquiera me escuchen. Mejor no insistir.

Frunzo el ceño pensativa al encontrar a Azariel tenso mirando al hombre. Me acerco a él de nuevo viendo que se aleja unos pasos. Miro al hombre nuevo ¿Quién será? Nadie que a él le gusta desde luego. La palma de mi mano acaricia su hombro y baja despacio, suave, lo miro ¿Qué pasa? Pregunto sin palabras.

Cuando me acerco veo que no solo está Azariel sino que también se encuentra Eressea, nunca la entendería y era otra que me frustraba en gran medida pero aún así jamás creería verla abrazando a una humana destacando tanto como para no llevar ropa. Sea como sea estaba claro que al menos ella ya había entrado en contacto con mi hermano pues ninguno de los dos parecía sorprendido de ver al otro.

Le digo algo a mi acompañante y termino por acercarme a mi hermano sin tener claro como abordar esto, pero estaba claro que prefería hablarlo a solas así que me dirijo tanto a él como a la chica del tatuaje intentando sonar todo lo cordial posible.

- Perdona, ¿podríamos hablar a solas?- intento sonreír con calma aunque me sentía algo tenso. Verle ahí tan tranquilo y alegre, aunque por un lado era tranquilizador, no servia a que me resultase nada fácil no pegarle unp puñetazo. - Te largas por tu cuenta con tu historia de incomprendido y por supuesto eres su ojo derecho, madre nos manda a todos a buscarte..- vuelvo a inspirar involuntariamente como si de manera inconsciente me quisiera calmar.- Será solo un momento, lo prometo.

- Será mejor que tampoco te relacionen mucho conmigo ahora mismo. - le susurro a Carlo.- Me voy acercar yo primero para ver cual es la situación y si todo es cordial te presento si ves que la cosa se pone fea aléjate que yo huiré por el mar y ya intentaré hablar contigo o tu madre donde ella nos encontró.

En posición sentada, mi presión arterial se comenzó a reponer. Dejaron de pitarme los oídos y poco a poco dejé de tener esa “visión blanquecina”. La fresca brisa marina se encargó del resto.

Había sido un bajón momentáneo, ya comenzaba a recuperarme. Primero Azariel pone su mano en mi hombro, asiento con la cabeza en señal de agradecimiento. Es una situación así no me gustaba sentirme el protagonista, pero al mismo tiempo agradezco los gestos.

Luego escucho que alguien me habla, se trata de Marc. Respondo a sus palabras con un intento de sonrisa y acepto esa mano, con la que me ayudo a levantarme y me pongo en pié. Lleno mis pulmones de aire – Gracias Marc, acepto ese trago, lo necesito de verdad – Si él sale de aquí hacia la casa, lo sigo.

Sintió la caricia de Ligeia sobre su piel dándole fuerzas para enfrentar el escalofrío de incertidumbre que la mirada de Orien le generaba. Asintió a su petición pero antes se volvió hacia Ligeia para coger sus manos entre las suyas y hablarle bajito

- Tener que hablar con hermano - con eso debia bastar para que ella supiera lo importante que era aquello - Quedar tú con amigos humanos - su tono se había endurecido levemente pues temia que hiciera alguna tonteria, exponiendose ella a ser herida, y no de forma fisica precisamente. Él desde luego se quedaría más tranquilo.

- No tardar yo - acarició con la yema de su dedo pulgar el envés de las suaves manos de la joven antes de soltarla y dar un paso en dirección al tritón, esperando que le indicara donde ir

Estaba completamente frustrada. Obcecada en la muerte de Bianca y en Eressëa.

Piensa de forma racional, Valeria, piensa. La sirena... tiburones...tiburones... la sirena.

- Lo...siento, cielo.- Balbuceé arrepentida y asentí a sus palabras de coger a la responsable.

- Lo sé, Marc. Gracias. Tu...tampoco tuviste la culpa. Es solo que... verla morir de esa manera...- Estaba expresándome de la mejor forma posible. Alguno prefería hacerlo de alguna manera. Otras de otras. Yo por mi parte o bebía como una loca o bien le gritaba a la gente. Quizá por eso no tenía pareja.

- Vamos a casa.- dije arropando a la sirena con la cazadora de Marc.- No sea que te resfríes y tu madre te regañe. ¿Cómo dijiste que se llamaba tu madre?- Pregunté desviando la mirada a Azariel levemente y una leve sonrisa velada.

Estaba completamente frustrada. Obcecada en la muerte de Bianca y en Eressëa.

¿Por qué? Fue todo tan extraño que incluso cuando me acerqué hacia la sirena, su desnudez no me importo una mierda. Todo este rollo de sirenas y bichos que matan a las personas me parecía... como un cuento con una macabra moraleja a la que no le pillaba el sentido.

Fueron sus ojos lo que me mostraron algo más de lo que esperaba. ¿Comprensión quizá? No. Sus labios se movieron para formar las palabras y su mano a mis mejillas, limpiando, aunque inmediatamente reemplazando, las lagrimas que no podía contener.

Piensa de forma racional, Valeria, piensa. La sirena... tiburones...tiburones... la sirena.

Una criatura tan delicada con ella no podía haber sido partícipe de eso. o eso quería creer al contacto con su blanca piel. Y pronto me dejé convencer, sobre todo con su abrazo que me pilló por sorpresa. Allí en medio de ese abrazo en semidesnudez, nuestras cabezas se tocaron y gemí de impotencia, puede que vergüenza, también, mientras nuestras lágrimas se unían. Mis brazos la abrazaron a ella y me apoyé en su hombro abrazándola suspirando acongojada.

- Lo...siento, cielo.- Balbuceé arrepentida y asentí a sus palabras de coger a la responsable.

Sorbí por la nariz mientras me separaba lentamente de la sirena y besaba su mejilla como lo haría una amiga muy cercana. O una familiar.

- Lo sé, Marc. Gracias. Tu...tampoco tuviste la culpa. Es solo que... verla morir de esa manera...- Estaba expresándome de la mejor forma posible. Alguno prefería hacerlo de alguna manera. Otras de otras. Yo por mi parte o bebía como una loca o bien le gritaba a la gente. Quizá por eso no tenía pareja.

Dicen que la gente debería venir con un manual tipo Ikea, donde en, 15 minutos ves como es una persona. Bien, pues yo era como ese maldito tornillo Torstrujenkruff. Harto complicada y emocional. Una pena.

- Vamos a casa.- dije arropando a la sirena con la cazadora de Marc.- No sea que te resfríes y tu madre te regañe. ¿Cómo dijiste que se llamaba tu madre?- Pregunté desviando la mirada a Azariel levemente y una leve sonrisa velada.

Parece que las cosas se tranquilizan. Asiento a lo que dice Azariel, mirando al desconocido con cierta curiosidad, él era el motivo de que Az a veces estuviera algo triste. ¿Estará bien? No puedo evitar quedarme preocupada. 

Los demás hablan de ir a casa, así que les acompaño, supongo que buscaremos a Eneas más tarde. ¡Ay! ¡Lo de Eneas!

- Hemos encontrado el foco de todo esto, sí es una sirena, o una bruja… o no sé exacatemnte… - miro a la sirena para que me corrija, ella lo sabe mejor que yo - se lo estábamos comentando a Eressëa, Azariel habló con su madre, le ha contado que la Bruja del mar ha subido a la superficie y que posiblemente sea ella la que está haciendo todo ésto, ellos creían que era un cuento que les contaban de niños pero es real. Y es la madre de Eneas. Por eso lo estábamos buscando, para hablar con él.

Me aguanto de decir nada e incluso de poner los ojos en blanco ante los gestos de mi hermano con la humana y cuando finalmente acepta le indico un lugar un poco más apartado del puerto, no sin ello escuchar lo último que está diciendo la chica a sus compañeros. La mirada que suelto en ese momento lo deja todo claro.

- Bueno pues entonces supongo que no tengo nada que decirte, ya a pesar de tu último mensaje de no volveré lo hiciste en menos de un día. Lo mismo de que te ibas a pasar por un "turista" pero ya todos saben lo que eres.- estaba enfadado pero mi voz no sonaba furiosa solo cansada.- Así que ya sabrás que madre te sigue viendo como un ser perfecto que no hizo nada mal y que culpa a todos los demás de no entender tu magnífico liderazgo, ya sabrás que nos obligo a venir a buscarte y viendo a Eressëa el otro grupo tuvo más "suerte". A mi personalmente ya me dejo claro que si te pasaba algo sería culpa mía e incluso uso su tridente contra mí cuando intenté defender mi postura. Así que bueno, ¿dime como en menos de un día y con problemas comunicativos has conseguido que todos sepan lo que eres, como fuiste hablar con madre para que ella ya resolviera todo el misterio que se suponía que teníamos que investigar y que hace la que odiaba los humanos abrazándose a uno de ellos? Tranquilo, puedes tomarte tu tiempo.- definitivamente estaba cansado...

Siguió a su hermano hacia un aparte. Sus manos libres pues sus brazos colgaban a ambos lados, aunque su espalda estaba bien recta, sus pectorales marcados contra la blanca tela de la camisa que llevaba. Los pantalones le quedaban como un guante al igual que se notaba que no se desenvolvia nada mal con el calzado. Eso si, seguía conservando aquel reloj roto que solia llevar debajo del agua.

Las palabras de Orien eran como un puñetazo tras otro, culpandole a él de todo. Cuando terminó alzó su diestra para posarla sobre el hombro de éste - ¿Por que me odias tanto? ¿Como hemos llegado al punto en que creas que incluso que me defienda madre te parece que es algo que podria manipular yo? - hablaba en susurros para no alertar a los humanos con su extraño idioma, pero destilaba tristeza en cada entonación de sus palabras y en cada microgesto de su cara.

Retiró la mano para llevarsela al pecho - Yo solo me dejo llevar por lo que siento. Siempre intentando pensar en lo que es mejor para todos. Yo era un estorbo para ti y los mios, como bien claro me dejaste, y me marché. me aparté de tu camino para que lograras lo que querias. Y respecto a lo demás... - lanzó una fugaz mirada al grupo que no estaba muy lejos de ellos.

- Han sido unas horas muy intensas. He aprendido mucho de ellos, pero aún me queda mucho más. No se a que te refieres con problemas de comunicación pero yo les entiendo perfectamente y ellos a mi también - realmente parecia confuso en esa parte. Él hablaba humano, cierto que no lo hacia con la misma fluidez que ellos, pero realmente no habia tenido oportunidad de perfeccionarlo estando bajo el mar. Ahora era cuando comenzaba a usar bien algunas estructuras gramaticales.

- Todos han decidido ayudar porque saben que lo que está sucediendo es grave. Tanto para su especie como para la nuestra. Nos hemos unido para resolver esto. La bruja del mar está aquí. No es un cuento para asustarnos como cuando eramos pequeños. Y al parecer ha logrado convencer a algunos de los nuestros para que ejecuten sus asquerosas intenciones - ahora si destilaba desprecio en sus palabras al evocar aquella acción ruin y traicionera. Se apartó un paso para darle algo de espacio

- ¿Vas a ayudarnos hermano? - realmente esperaba que así fuera

Y una vez más los humanos presentes se sienten irremediablemente atraídos por aquel magnífico ejemplar que se acerca dejando a su acompañante un poco atrás y aunque éste es claramente guapo no provoca en vosotros más que una breve mirada antes de que vuestra atención se centre en el nuevo

Azariel y el recién llegado se alejan lo suficiente para que no podáis escuchar su conversación aunque la posición de sus cuerpos indica que entre ambos hombres existe una tensión que podría estallar en cualquier momento

El otro joven,el que acompañaba a tan espectacular hombre,se acerca con una sonrisa mirando a Valeria y a Ligeia como si las conociera y al parecer efectivamente es así

-"Ey,vosotras de nuevo ¿qué tal?¿Encontrasteis eso que buscabais con tanto ahínco y que provocaba tanto desasosiego en ti?"-saluda a las dos chicas pero sus ojos se dirigen raudos hacia Eressëa-"Vaya"-susurra sorprendido y aunque parece costarle desviar la mirada de ella consigue volverse hacia Valeria-"Me alegra volver a verte...a veros"-se corrige azorado

Marc y Mike habían decidido alejarse pero se detienen al ver aparecer a los nuevos*

Ya con Mike en pie, escuchó como Valeria invitaba también a Eressea a ir a casa. miró al profesor. -Esperemos a las chicas, nos vendrá bien estar en compañía aunque lo que prefieras es estar solo.

Miró a Valeria. - Os esperamos.  

La sensación que le dieron los nuevos no fue muy agradable, el que quería hablar con Azariel parecía que venía de un alto cargo militar entre los suyos o eso parecía por como lo había mirado el sireno que acompañaba a Ligeia, estaba tenso y eso podía general problemas si los veía quien no debía, esperaba que se controlasen y no hicieran nada raro como ponerse a cantar.

Se apoyó en donde pudo y espero a ver que hacían las chicas, no le había gustado como había mirado uno de los recién llegados a Eressea, pero lo entendía, a el también le costaba mantener la mirada lejos de ella... cuando volvió en sí estaba mirando a la sirena directamente a los ojos sin pestañear, se había perdido en ellos y sus recuerdos volaban a como reía en el barco mientras descubría cosas y sabores.

Una vez de vuelta no pudo evitar sonreír, Un destello azul en alguien monocromo como yo.

Aunque aún no estaba para muchos trotes, me pareció entender que habían encontrado la causa de todo esto ¿También relacionado con la muerte de mi alumna?

Llega más gente, uno era otro de aquellos seres tan espectaculares, que casi hace que olvide la angustia por lo sucedido. Asentí a las palabras de Marc y me sentí reconfortado - Si, supongo que será lo mejor. Cualquier cosa que haga que deje de pensar en... ya sabes - 

Sentí que mi tensión arterial ya estaba mejor, lo de los ánimos... tardaría en mejorar, pero era normal. Observé que hacían los demás desde un discreto segundo plano.

No lo entendía, realmente no lo entendía. Daba igual lo que se lo explicase, solo veía odio donde había cansancio y frustración e incluso un toque de victimismo.

- No te odio y no digo que sea culpa tuya que madre sea... madre.- le digo a falta de una palabra mejor que no fuese un insulto.- Pero es que precisamente el que hagas lo que crees mejor en cada momento ha hecho que durante años pierda la confianza en ti. Porque cuando prometes algo a los cinco minutos te parece una promesa vana y cambias de opinión. Si no mira los hechos.- hago un gesto hacia los humanos mi tono es más calmado y tampoco hago un gesto de apartar su mano.- ¿Pero acaso te has parado a pensar en algún momento lo que opinan quienes tienes alrededor y el como afecta tus decisiones a ellos? Y no te atrevas a mentirme, Enna, tu supuesto mejor amigo, acabó tan desencantado de ti en una sola tarde que daba hasta lástima verlo, Amelia te tiene tanto miedo que me habla como si la fuera a morder al momento. Eressëa nunca la he comprendido así que no voy a decir nada sobre ella y por suerte con Naya no tienes mucho contacto. Sea como sea lo que no entiendo es por qué lo de Eneas es una sorpresa, nos lo dijo cuando le conocimos si no recuerdo mal y claramente podemos ver muchas cosas de distintas maneras pero no deseo la muerte de ningún humano. Explícame que ha pasado en estas horas tan intensas. Y planteemos un plan- concluyo cruzándome de brazos.- Solo espero que esta vez lo sigas...