Partida Rol por web

Syraan entró en la enfermería algo acalorada. Primeró había intentando encontrarla por sus propios miedos, en Iodarka podía moverse con los ojos cerrados pero aquel civilizado lugar le parecía repetitivo y extraño. Al final tuvo que preguntar a más de un guardia para poder llegar hasta allí. De repente vió a Nihal sumergido en aquel tanque y abrió los ojos con sorpresa miedo.

-¡Nihal! -Según gritó vio que llevaba algo sobre su cara, esperaba que fuera alguna clase de respirador porque si le habían hecho algo malo a su hermano no respondía de sus actos. -¿Estás bien? -Dijo mientras se acercaba corriendo a aquel tanque.

Lev permaneció a la espera de que llegara su hermano. Esperó un poco más, no quería irse y tener que admitir que su hermano no había cambiado y seguía siendo alguien de quien no fiarse. Caminaba nerviosamente arriba y abajo, mirando a todos los lados, intentando escuchar, para notar cualquier movimiento o ruido que anunciara la llegada de su hermano.

Pero pasaban las horas y nadie aparecía...

Por un momento hice un par de gestos con las manos intentando comprender que hacían las dos mujeres en el baño, y desde cuando eran tan "cercanas" pero mi mente consiguió enfocarse de nuevo en el problema casi de inmediato y reduje la distancia entre mi socia y yo hasta poder hablar a su oído.

- Ya se quien esta detrás de los mercenarios que nos atacaron... Y no te va a gustar. Continué hablando evitando subir la voz para que solo ella pudiera escuchar. El amo de títeres a perdido el control sobre Vyr Blackblood, si ESE Vyr Blackblood, y me ha ofrecido literalmente su trabajo si consigo la reliquia que se esconde en este planeta. Me separo de Red y comienzo a frotarme la cabeza.

- Por supuesto me he negado, y el me ha amenazado y yo le he dicho que mejorase la oferta... Y el la a mejorado... con otra amenaza de postre.

Miro a Red a los ojos, esos profundos y cabreados ojos que me han acompañado en las malas y en las peores y le pregunto con sinceridad:

- No... Tienes... Quiero decir... ¿Has perdido la memoria?

Tras lanzar la pregunta me quede helado, no sabia si era un truco de Jossa o simplemente... Simplemente sabia menos de mi compañera de lo que creía, Y eso podía helar hasta al intrépido piloto contrabandista.

La presencia de su hermana, como una luz en la oscuridad que lo rodeaba, fue acercándose rápidamente al tanque en el que flotaba en esos momentos. Su voz, casi un grito, llegó hasta él tan amortiguada que no fue más que un susurro lo que escucharon sus oídos. Y es que, en el cálido interior del líquido médico, escuchaba con más claridad las palabras del alma que las de los labios.

"Estoy bien" Proyectó sus pensamientos hacia su hermana, sintiendo la cercanía de su propia mente a la suya. "Me han dicho que debo estar aquí unas horas, y eso hará que me recupere" 

Lo cierto era que no estaba completamente seguro de cómo lograría esa piscina regenerar las tremendas heridas que la pelea contra Nero había dejado, pero el médico parecía completamente seguro de que funcionaría. En lo que a él respectaba, sólo quedaba esperar.

"¿Cómo estás tú, Syraan?" Preguntó, y casi al instante recordó algo que debía decirle. "La Duquesa me ha dicho que yo soy su hijo, pero que tú sigues siendo mi hermana. Te acogerá, como Kai me acogió a mí. Tenemos algo..."

Se tranquilizó al "oir" al su hermano. Sonrió al volver oir a su hermano reforzaba su relación. -No sé lo que tu madre quiere hacer conmigo, pero siempre seremos hermanos. -Le sonrió. -En cualquier caso yo si tengo algo que hacer. He estado hablando con M1, el pequeño droide. Pertenció a mi... a nuestra madre. Me ha hablado de los Jedi, ella era una de ellos... no exactamente, alguien que se estaba introduciendo en la orden una padawan. Me ha hblado de su código:  No existe emoción, sólo existe paz. -Comenzó a recitarle el código Jedi con prisa, con emoción, sintiendo cada una de aquellas palabras. -No existe ignorancia, sólo existe conocimiento. No existe pasión, sólo existe serenidad. No existe caos, sólo existe armonía. No existe muerte, sólo existe la Fuerza.

-Eran protectores, héroes. Salvaguardaroes del Orden y del Equilibrio. No sé que nos dirá Godot de ellos pero sé que lo que ha contado el pequeño droide es verdad. -Le dijo sonriendo apoyándose en el cristal del tanque bacta. -Tengo que aprender más, ser mejor. Hay que proteger la reliquia que está aquí y recuperar la que gardaba mamá. Volver a ponerla a salvo.

Flotando en el tanque, Nihal sonrió en una sonrisa oculta a todos por el propio respirador. Las palabras de su hermana seguían llegando amortiguadas hasta él, pero sus emociones brillaban intensamente en el aura que proyectaba. El espíritu de su hermana vibraba con la alegría y la expectación que lo que M1D1 le había contado había despertado en ella.

Los Jedis... ya sabía que Kai había pertenecido a su orden, pero le sorprendió que su madre no fuese más que una aprendiz. Para él, ella siempre había sido una de las personas más sabias que conocía. Aunque todos, no importa de quién se tratara, comenzaban como aprendices. Incluso el poderoso Godot fue en algún tiempo un muchacho desvalido.

Sin embargo, escuchar los axiomas del código de la orden hizo que surgieran dudas en su mente. Sin pretenderlo, sus pensamientos tomaron forma y se proyectaron hacia el exterior, revelando sus dudas a su hermana.

"¿Sin emoción? ¿Cómo se puede ser un protector sin compartir la emoción con los protegidos? ¿Porqué desechar la pasión?" Los recuerdos de las oscuras emociones que lo habían invadido en las ruinas volvieron a él con fuerza. Tal vez, precisamente por eso. Sin embargo...  "No hace falta negar la pasión. Sólo no dejarse cegar por ella. Hay belleza en los sentimientos. Hay armonía en los sueños. Tal vez no sea necesario negar todo eso. Tal vez... sólo haga falta alcanzar un equilibrio entre todo."

"Perdona, Syraan" Se apresuró a decir al darse cuenta de que había proyectado sus pensamientos involuntariamente. "No quería cuestionar el código de nuestra madre. Estoy de acuerdo contigo. Tenemos que aprender más y ser mejores. Y recuperaremos las reliquias. No dejaremos que ellos se aprovechen de ellas. Te lo prometo"

Se sorprendió un poco de la reacción de hermano al código. Ella lo veía de otra manera, había diferencia entre pasión y sentir. La pasión se solía referir a algo sin control, algo desmedido e irrefenable. En ciertos momentos era divertido pero sabía el riesgo que conllevaba. Pero sabía demasiado poco de la orden todavía para defender a ultranza el código y menos contra su hermano. Dentro de ella había algo que la decía que era bueno que podría guiarla y hacerla mejor, pero quería a su hermano y no quería discutir con él y menos cuando no se encontraba en su mejor momento.

-No quería dependieramos solo de Godot y he tratado de saber si hay más por ahí, como mamá. Parece ser que el Imperio mató a casi todos Jedi. Solo se sabe de un Jedi vivo, un tal Skywalker pero encontrarlo es harto díficil. Así como encontrar los componentes del arma que portaba mamá, aquella espada se llama sable de luz, teoricamente era EL arma de los Jedi. -Le hablaba con ilusión de aquel poco conocimiento que había adquirido, sus padres se lo habían ocultado y ella no quería hacer lo mismo.

“Y ese Skywalker… ¿qué está haciendo?” Preguntó Nihal con curiosidad en respuesta a la historia de su hermana. Aun así, la revelación de la existencia de un último Jedi sólo suscitaba más preguntas. “¿Estaba escondido del Imperio? ¿Nos ayudaría a pelear contra la Orden Gris?”

Cuando Syraan habló acerca del arma de su madre, el recuerdo de su pelea contra Nero llegó con fuerza hasta el joven, y una oleada de dolor le llegó, como un eco, desde su pierna abrasada por la cegadora hoja de energía. Por un momento se dobló por el dolor, antes de recuperarse y dirigirse de nuevo a su hermana.

“Ese arma… tuve una en mis manos, cuando peleé en Iodarka.” Recordaba su tacto, la ligereza de la empuñadura que se convertía en un peso terrible al chocar con la de su enemigo. “Todo lo que Kai nos enseñó con espadas de madera era para usar una de esas, Syraan. Nos preparó para cuando tuviéramos que usarlas. Cada paso, cada golpe, cada parada... Eran para usar ese sable de luz. Yo tampoco sé cómo encontrar los materiales para hacer una nueva… pero no quiero que la de nuestra madre se quede abandonada allí, en Iodarka. Deberíamos empuñarla uno de nosotros.”

Red ecuchó atenta lo que Nico le iba diciendo. Mientras le contaba lo que le había sucedido y lo que había negociado, la mujer se iba enfadando más y más. Pero pese a su enfado, su rictos se mantenía serio y petreo, casi marmóreo.

Hasta que su socio le nombró lo de la memoria. Entonces Vyr Blackblood pasó a un segundo plano. La mujer cerró los ojos y se acercó un par de pasos hacia Nico.

-¿Cómo dices? ¿Quién te ha dicho algo sobre mí y mi memoria?

La pregunta era directa y punzante. Si aquel hombre sabía algo de ella quería saberlo y saber cómo había llegado hasta sus oídos.

La respuesta de Red me sorprendió pero rapidamente entendí que significaba, el hutt tenía razón y puede que también la tuviera con respecto a que podía recuperar su memoria.

- Red te lo estoy intentando explicar todo, Jossa ha contactado conmigo y quiere una de esas reliquias, como sea, me ha ofrecido... Restaurarte tu memoria si lo hacemos... No pensé que fuera cierto pero ahora tenemos precio a nuestras cabezas si no hacemos el encargo y además sospecho que este sitio es ahora un objetivo para los Sol negro que comanda Vyr.

Miro hacia la puerta y vuelvo a mirar a Red.

- Podemos coger la reliquia y largarnos o simplemente largarnos, hay más puertos que Nar Shaddaa para los contrabandistas, pero tenemos que decidirlo ya y liberar la rayo azul para poder salir de aquí.

Estaba un poco nervioso y posaba mi mano en el blaster que tenia al cinto intercambiando miradas con la puerta y Red. Si ha enviado un espía a mi cuarto puede enviar un asesino al de Red. Guarde silencio mientras esperaba la respuesta de mi compañera, no era muy común ver a Nico callado.

Se fijaba en la heridas de su hermano, buscando alguna mejoría "mágica" de aquel líquido. -Skywalker, parece ser que no se escondió. Era un lider de la rebelión, destruyó la Estrella de la Muerte, sea lo que sea eso. Derrotó a un tal Lord Vader y al mismísimo Emperador en la batalla de Endor. M1 decía posiblemente trataría de refundar la orden, pero que el problema no es que quiera o pueda ayudarnos, es encontrarle para hacerle esa petición. -Le gustaría darle mejores noticias, pero le contó lo que sabía.
 

-También quiero ir a recuperarlo, quiero darle un entierro digno a papá y mamá. -Respiró profundamente para calmarse. -Pero desgraciadamente no sé si ahora es el momento. Si tu visión es real tenemos que defender la reliquia que falta, quizás incluso huir con ella y esconderla como hizo mamá. Darnos tiempo para ser mejores y poder enfrentarnos a los de Gris. -Había tristeza en su tono, pero también determinación porque sabía que era lo que debía hacer.

"Así que mató a Vader... " El nombre, escuchado por segunda vez en un muy corto espacio de tiempo, evocaba al joven una figura oscura, poderosa... y sin rostro. Exactamente igual que el Gris. "Vader mató al padre de Kara... a mi padre biológico. Y a la madre de la reina. Todo por no rendirse a su yugo. No podemos dejar que seres así traten de obligar a los demás a servirles"

"Tiempo" Pensó Nihal con cierta tristeza cuando escuchó la respuesta de su hermana. "No puedo saberlo pero... creo que no llegaremos a tener todo ese tiempo para mejorar todo lo que necesitaríamos. Si lo que decía Godot era verdad, esta espiral girará en círculos cada vez más rápidos. Pero pase lo que pase, volveremos a Iodarka. Por ellos."

-Pero...¡¡¿qué estás diciendo?!! ¡¡¿Te has vuelto loco?!! -dijo Red mirando a Nico visiblemente enfadada-. ¿De verdad solo se te ocurre esas dos salidas? -le dice negando con la cabeza.

-Lo primero, ¿quién es ese Jossa para que hable de mí? -preguntó de nuevo al mujer-. Está claro que contactó contigo porque eres el más débil de mente y de voluntad, sobre todo si se trata de dinero.

Red se giró y se fue al baño. Al rato salió con una bandeja llena de comida muy jugosa y apetitosa y una copa en la misma. Sin mirar a su socio comenzó a dar vueltas por la habitación sin decir nada pero comiendo y bebiendo. Estaba claro que la mujer estaba analizando todo lo que Nico le había dicho, intentando desgranar todas las variables y puntos que podía sacar de aquella información.

Al rato se acercó a su compañero y le dijo: -No sabes lo que me molesta que te utilicen a ti para tratar de convencerme a mí de que te ayude a ti de que hagas algo que le venga bien a otro. Qué poco me conocen- dijo cerrando los ojos mientras lo decía. 

Aun así le faltaban datos y no se hizo esperar para preguntárselos.

-Bien, contesta brevemente...muy brevemente. Jossa es el Hutt que te contrató sin que yo interviniera en la negociación, ¿verdad?...porque si yo hubiera estado no habría sucedido nada de esto -preguntó aprovechando para meter una pulla-. Vale. Ahora dime, ¿como demonios ha conseguido contactar contigo aquí?

Esa era la verdadera pregunta y esperó a que él le contestara.

Me llevo ambas manos a la cara y me froto con ellas, finalmente las retiro visiblemente enfadado. Siempre tienes que complicarlo todo. Mi cara estaba roja, puede que del enfado o por culpa de mis manos.

- Red, no es el momento, pero si no te doy una explicación intuyo que te vas a cerrar en banda... Por lo que allá va.

Camino hacia la cama de la habitación y me siento pesadamente, sigo mirando de reojo la entrada y mi mano esta apoyada en el blaster.

- Trabajamos para Bowwa muchas veces, el hutt que me vendió la Rayo Azul, en parte para pagar una deuda monetaria que todavía tenemos con él y en parte porque me ayuda a hostigar a Vyr. Y es ese el que me ofreció un pequeño extra para el último trabajo, no acepte nada y no se me pago nada... Era solo una opción ventajosa.

Respiro por un momento, como si me hubiera quitado un peso de encima, no podía contarle toda la historia todavía pero era una pieza gigante de mi pasado... Casi tan grande como la que ahora tenia yo del suyo.

- Ahora, el hutt que me ha amenazado con matarte a ti primero y luego a mi es Jossa, el amo de títeres y ha contactado conmigo usando uno de sus numerosos recursos, un droide... De limpieza creo, Estamos en peligro Red... Los dos lo estamos. No sé si Jossa tiene más agentes aquí pero sé seguro que tiene un objetivo que conseguir en este planeta y que tiene a los Sol Negro para conseguírsela, por si no fuera suficiente amenaza sospecho que si Jossa quiere tan desesperadamente esa reliquia significa que nuestros amigos que casi destrozan la Rayo Azul están también de camino.

Me levanto de un salto como si fuera un resorte y me encamino hacia la puerta. Nos quedamos sin tiempo, puedo olerlo.

- ¿Vienes conmigo a buscar a KP?, de camino puedes seguir preguntando si quieres, ya no hay mucho margen para seguir discutiendo... Me gustaría que siguieras siendo parte de mi tripulación... Ya resolveremos lo de tu memoria cuando salgamos de esta.

Llego hasta la puerta y apoyo mi mano en el picaporte dando por primera vez desde que entre la espalda a la puerta, mi mirada se clava en los ojos de Red y reflejan que no estoy de broma.

Esperas.

El tiempo pasa. Es evidente que no va a venir. Cuales son las razones para su ausencia, lo desconoces, pero la ira que sientes no se disipa: te ha mentido. Estás a punto de irte, cuando ves a una figura acercarse. Túnica gris. Avanza entre los arbustos, y notas, de pronto, que los atraviesa como si fuese una sombra. Ese hombre no está ahí. Su rostro está cubierto por una máscara de cristal, que refleja algo que no está ahí. Distante. Se detiene a cierta distancia de donde te encuentras.

Cruza los brazos ilusorios delante tuyos. Nunca has visto nada igual. Es una sombra, pero ahí está, caminando delante tuya, en ese claro en el jardín. ¿Quién es ese hombre?

- Tu hermano ha pedido reunirse contigo - explica el Gris -. Se lo he prohibido. No está preparado para enfrentar los sentimientos que podrías remover en su interior. Pero tenía que venir a verlo... Sospechaba que intentarías tenderle una trampa. Veo que no es así. 

Tras la máscara de espejo, parece observarte un largo instante.

- Si de verdad todavía sientes aprecio hacia tu hermano- cuestiona el hombre enmascarado -...Aléjate. Vete de aquí. He conseguido traerlo de vuelta de la oscuridad en la que le sumió el Emperador, pero... Tu presencia puede ponerlo todo en juego. Toma la primera nave y aléjate de aquí, Kishle'vik'awighut.

- Ah, la arrogancia será vuestra perdición - oís la voz de Godot, casi risueña, al tiempo que la puerta de la enfermería se abre.

Camina hacia la sala con aire despreocupado. Se ha cambiado, parece que le han dado ropa nueva: viste una camisa negra sencilla y una media capa gris, y aunque todavía mantiene ese aire destartalado, parece otra persona. Más enérgica, más viva. Ese hombre parece tener un remolino dentro.

- He tomado mi decisión - expone de pronto, observando el tanque de bacta donde flota Nihal-. Si lo deseáis, os enseñaré en los caminos de la Fuerza, y en las siete formas de la espada. Viendo que no han funcionado, abandonaré los caminos más... Crípticos. He de seros sincero: nunca he sido un gran maestro. No tuve ninguno cuando aprendí, y jamás he poseído la paciencia que mi hermano si tiene - suspira, encogiéndose de hombros-. No me extraña que todos nuestros aprendices se aliasen con él en su traición. 

Se apoya sobre el tanque de bacta, reclinándose con una sonrisa.

- Pero estoy harto de vuestras imbecilidades, especialmente de las tuyas, Nihal - dice, de pronto-. Así que os pondré unas condiciones: si queréis aprender, podéis preguntar, pero debéis obedecer. Podéis cuestionar, pero debéis confiar en que no lo podréis entender todo. Podéis sentir, sí, pasión, ira, amor. Pero debéis saber contenerlas, no dejar que os desborden. Que os dominen. Y por supuesto, podéis elucubrar, pero también debéis saber que os equivocaréis. Por ejemplo... ¿Esas visiones que dices tener? ¿Crees acaso que significan algo? ¿O que necesariamente es algo bueno? No, no lo son. Tu madre debería haberte advertido de las consecuencias de guiarse por los ríos del Destino... Las corrientes son peligrosas, chico. Te arrastrarán y te perderás, y todo lo que quedará de ti es un vidente roto, que habrá fracasado al intentar cambiar lo que fue, lo que es y lo que quizás será.

En ese momento, mira hacia Syraan.

- Ese droide tiene ideas interesantes sobre los jedis. Hay muchas visiones sobre ellos. Si lo queréis, otro día puedo contaros como esos héroes fracasaron en su arrogancia. Al creerse en la verdad absoluta, fueron destruidos. Abandonaron a aquellos que debían proteger, y millones de mundos sufrieron las consecuencias. Su código les arrastró hacia la destrucción. 

Tras ese inciso, os mira a ambos, alternativamente.

- ¿Cuál es vuestra decisión? ¿Estáis dispuestos a cumplir estas condiciones? Sabed que vuestros corazones, vuestros pensamientos, son transparentes - expresa, de pronto-. No es algo voluntario ni malintencionado, es el don de unos ojos que no ven - señala, tocándose su rostro vendado-. Así pues, sé las numerosas veces que has intentado perjudicarme sin que yo te haya dado razones, muchacho. Con el capitán, con tu madre... No me importa, al fin y al cabo, no me debes nada. Pero te digo esto: si aceptas ser mi aprendiz, y piensas volver a jugármela como hasta ahora, por la espalda como un cobarde manipulador, consideraré que eres mi enemigo - sentencia de pronto, con total calma-. He lidiado con demasiados traidores como para dejarlo pasar de nuevo. 

Nihal sintió de pronto la presencia de Godot entrando en la enfermería del mismo modo que había sentido a Syraan. Pero donde su hermana había sido una luz en la oscuridad en la que flotaba, la presencia del ciego fue como un fogonazo, un brusco vendaval que sacudió la invisible energía de la enfermería.

No tardó en empezar a hablar. Y Nihal escuchó, aunque no fueron pocas las ocasiones en las que estaba deseando interrumpirle. Como siempre, Godot parecía perfectamente capaz de sentir y criticar la arrogancia en todos los que le rodeaban... menos en sí mismo. Como si estuviera rodeado por un manto de absoluta infalibilidad. Incluso cuando admitía sus carencias, parecía que lo hiciera desde una posición de superioridad. Tal vez en otro momento la situación hubiera acabado de nuevo en una discusión, pero el tanque de bacta seguía ejerciendo su particular efecto narcótico sobre las emociones del joven, y la charla con Syraan había terminado de vendar las heridas de su corazón. De modo que, cuando respondió a las palabras de Godot, lo hizo con tranquilidad y determinación.

"Mis imbecilidades no desaparecerán de la noche a la mañana, Godot. Pero puedo aceptar que habrá cosas que no comprenderé. Puedo aceptar, pues ya lo he hecho, que mis emociones son una parte de mí, pero no mi yo completo, y no deben dominarme. Y acepto que me equivocaré... y que no debo priorizar lo que veo a través de los ecos de la Fuerza a lo que tengo frente a mis ojos. Pero tampoco puedo ignorarlo por completo."

Las palabras de Nihal, proyectadas a través de su aura, parecían resonar con fuerza en toda la estancia para Syraan y el hombre. Tal vez por eso, la pausa que siguió a esa primera respuesta pareció cargarse de más peso.

"Dices que te he intentado perjudicar... no eres completamente justo si crees eso. Tienes la ventaja de que mi corazón está abierto a ti, pero no a la inversa. Cuando hablé con mi madre, sabía perfectamente que podrías escucharlo. ¿Es que acaso eso es jugártela? Pero recomendé a mi madre precaución, sí. No le recomendé que te matara. Ni que te expulsara. Recomendé simplemente, cautela. Estoy convencido de que, si fuera otra persona en lugar de ti, y no tomara precauciones, ya me hubieras tildado de idiota."

"Tal vez me apresuré en juzgarte. Tal vez... tú hiciste lo mismo con nosotros." Una extraña melancolía, que casi rozaba la tristeza, teñía los pensamientos convertidos en palabras de Nihal.

"Queda una exigencia más sin respuesta. Mi obediencia... puedo acatar tus decisiones y respetarte como un maestro. Puedo decirte que yo no dejaría abandonado a alguien como hicieron tus discípulos. Probablemente, no tenga que llegar a esto nunca. Pero no podría obedecerte en contra de mi propia familia. Y prefiero decírtelo ahora a traicionarte más adelante."

Al ver que Nico se fue hacia la puerta, Red se apresuró a seguirlo y poner la mano en la puerta para impedir que la abriera. Negó con la cabeza mientras miraba a su socio.

-No creas que no he pensado seriamente dejarte y seguir con mi vida. Pero me guste o no eres mi única familia y la única persona que no me preguntó nada de mi pasado y contó conmigo cuando más lo necesitaba -Red miró a Nico como si sus ojos lo dijeran todo, eran dos pozos verdes que radiaban sinceridad a raudales-. Y a mí me toca arreglar todas tus locuras, cabezonerías y meteduras de pata...como esta.

-No, no nos vamos a ir, por lo menos no ahora.

Red se volvió al baño y comenzó a vestirse, pero seguía contándole a Nico lo que pensaba.

-¿No crees que Jossa se espera que huyas? No, hay que hacer algo que él espera pero que no espere. Y sobre todo, recuerda, si tienes un enemigo grande, busca un aliado más grande.

Red salió del cuarto de baño vestida y lista para actuar. 

-¿Quién puede ser más poderoso que Jossa? ¿Quién querría que éste perdiera su poder y control? ¿Quién querría que no se quedara con la reliquia? -Red dejó que un par de segundos tomaran el control del silencio en aquella habitación en la que estaban los dos compañeros, quizás para que ordenaran las idean o para que la situación fuera aun más dramática. Pero al final, esos segundos se fueron y Red contestó a su propia pregunta.- Necesitamos a nuestros compañeros...y no solo a ellos, a la archiduquesa y a todos sus aliados... y yo necesito un ordenador como sea. Y creo que sé cómo conseguirlo.

-Tú busca a KP, lo necesitaremos. De momento tenemos que parecer que queremos escapar o que queremos robar la reliquia. Pero en realidad montaremos un plan para derrocar a Jossa... -Red se paró en la puerta y antes de abrirla se detuvo y miró a Nico-. A no ser que tengas otra idea mejores que las que antes me has dicho.