Partida Rol por web

KP-CHA se tomó unos segundos para hacerse un auto escáner y para poder responder así de manera correcta a la pregunta. No sabía si el resultado de este revelaría su situación actual o aquella en la que se encontraba en el momento en el que aquella pregunta le fue hecha.

Sabía que en sus recuerdos poco encontraría, de todos modos, trató de buscar de alguna forma en su base de datos la continuación de aquella conversación o el protocolo de respuesta.

Tras autoevaluarse respondió de la manera que creyó más conveniente - Resultado de la autodiagnosis según estándares preestablecidos. Todas las funciones operativas. Ningún sistema dañado, aunque no en estado optimo. Pequeñas fluctuaciones de energía que tienden a estabilizarse. ¿Desea que compruebe algún parámetro en concreto, señor? - 

Nihal frunció ligeramente el ceño cuando escuchó a la archiduquesa. Naral tenía razón en que había muchas cosas de la política que no comprendía, pero resultaba difícil adivinar los motivos que tendrían los gobernantes para confundir de aquella manera todo. Al juicio del joven, no resultaba tan complicado separar lo correcto de lo incorrecto. Tal vez, si la ocasión se presentaba, podría hablar con la joven reina del tema. Ese pensamiento lo llevó rápidamente a otro menos agradable.

-Yo… mañana, con la reina… ¿me aceptarán? –Preguntó, algo dubitativo. El regreso de un hijo perdido parecía motivo de alegría, pero en el enrarecido clima de las casas nobles de Idarian, no estaba seguro de si sería esa la reacción. -¿No es muy raro que aparezca un desconocido y se vuelva el hijo mayor de una casa noble? ¿O aquí se sabía que yo existía?

Cuando la señora d’Asdria explicó sus motivos para escoger al capitán y a los demás como ejecutores de la recuperación de la reliquia, el joven no pudo sin asentir de forma algo insegura.

-Entiendo por qué recurres a ellos. Bueno, si Godot los acompaña, supongo que podrán manejar cualquier situación. –Dijo en voz baja, como si tratara de imaginar a la tripulación de la Rayo Azul tratando de infiltrarse para robar la reliquia. Arriesgado, pero viable. –Pero si todo va bien y conseguimos la reliquia… ¿qué haremos con ella? Mi madre escondió la reliquia de la luz en un lugar de oscuridad. Deberíamos encontrar un lugar de luz para ocultar ésta…. O defenderla por la fuerza. Supongo que Godot podría ayudarnos con eso, de un modo u otro.

-Y con respecto al droide, trataré de hablar con él. –Hizo una pequeña pausa. –Cuando encuentre a un traductor, claro. Ni Syraan ni yo somos capaces de entender esos pitidos. ¿Kara sabe comunicarse con él? Podría acompañarnos… también es nuestra hermana.

-Glein… -Añadió, guiado por un súbito impulso al mencionar de nuevo su familia. Tal vez tuviera dos madres, pero ya no conocería jamás otro padre que no fuera Glein. –Él nunca nos contó nada de su pasado. ¿Quién era aquí? ¿Era ya pareja de Kai? ¿Él viajaba para protegerme?

Finalmente, Nihal guardó silencio, mientras escuchaba a su madre responder al tema de los cuidados médicos. Idarian parecía equipado. Con algo de suerte, podría recuperarse lo suficiente como para poder plantar cara a la Orden Gris cuando regresaran. Y, por sus sueños, tenía muy claro que regresarían. Pero, aunque estuviera en plena forma, no podría enfrentarse a ellos sin…

-Hay algo más… ¿Qué fue de la maestra de Kai? –Preguntó Nihal, y en el momento recordó otra cosa que había sucedido, y una nueva retahíla de preguntas brotó de sus labios. -¿Es de esa persona de la que hablaste antes con Godot? ¿Cómo murió? Ella… ¿ella os dejó su espada? Kai nos enseñó esgrima, pero no tenemos armas, y no pudimos recuperar su espada de luz. Se quedó allí… con ella… en Iodarka…

Kara parecía cansada, había intentado levantar casi todos los objetos de su habitación alguno con más exito que otros pero tanta actividad había hecho mella en su cuerpo.

Se recostó y descanso unas pocas horas, tiempo suficiente para ver las cosas con mayor claridad, tenía demasiado que aprender, demasiado que hacer para quedarse simplemente durmiendo así que salió en la oscuridad.

Recordó las palabras Godot y busco a un guardia despistado al que pudiera hacer levitar un poco sin ser vista, estaba preparada y lo daría todo.

Fuera de la puerta oyes el grito de tu capitán.

- RED YA SE QUE ESTAS CABREADA, ES IMPORTANTE, PONTE ALGO Y ABRE ESTA MALDITA PUERTA. TENEMOS PROBLEMAS URGENTES.

Kiza se pone en pie, convencida por la petición que le hizo Red.

- Me encargaré de ver si hay algún rastro, pues - dice, volviéndose hacia la puerta-. Creo que deberías hablar con él. Parece algo serio. Pero te haré caso. 

Ves que Kiza se dirige hacia la puerta del baño. 

- Me encargaré de ver si hay algún rastro, pues - dice, y luego te señala-. Creo que deberías hablar con él. Parece algo serio. Pero te haré caso. 

Acto seguido, sale de la habitación.

Cada uno a un lado de la puerta del baño, quedáis allí mientras Nico sigue aporreando para que Red le abra. Parece algo urgente.

Yo… mañana, con la reina… ¿me aceptarán? –Preguntó, algo dubitativo. El regreso de un hijo perdido parecía motivo de alegría, pero en el enrarecido clima de las casas nobles de Idarian, no estaba seguro de si sería esa la reacción. -¿No es muy raro que aparezca un desconocido y se vuelva el hijo mayor de una casa noble? ¿O aquí se sabía que yo existía?

Mientras esperáis a que llegue Kiza para llevarte a la enferméria, tal y como pediste, tu madre sigue conversando contigo. Cuando muestras tus temores, su voz fuerte parece borrar cualquier duda.

- Todo lo raro que pueda ser, es irrelevante. Eres mi hijo. Mi palabra vale más que cualquier duda que puedan esgrimir. 

Luego comienzas a hablar, proponer, sobre lo que debes o no hacer.

- Hijo - te interrumpe. Con cierta... Irritación. Muy leve, pero está ahí. Te recuerda a la que podrías haber percibido en Kai-. Ya basta. Entiendo que quieras arreglar todo en un minuto, pero no está en tu mano. Paciencia. Mañana organizaremos la misión, y tendrás que cumplir la parte que puedas cumplir. No puedes tomar todas las decisiones, ni debes. No es el momento además.

Continúas preguntando, a toda velocidad. Sobre el droide, sobre Kai, sobre tu padre. Pero eres un bombardeo ininterrumpido de dudas, y cuando ella se dispone a hablar, Kiza entra en el jardín

- Lo siento, Nihal - señala a la mujer de piel azul -. Pero ha llegado la hora de que traten tus heridas. Y tenemos todo el tiempo del mundo para seguir hablando. Seguiremos mañana. 

Te da un abrazo, y un beso en la frente, y Kiza te indica que la acompañes hacia la enfermería.

La guardia te escolta por los majestuosos pasillos del palacio, hasta llegar a una sala llena de material médico que jamás habrías creído ver. Una vez allí, lo que parece un médico de guardia, se encarga de introducirte en un enorme tanque de un líquido que, en palabras suyas: "Te dejará nuevo antes del amanecer". 

Te desnuda excepto la ropa interior, y te sumerge, con un respirador. Es... Plácido. Cálido. Regenerador.

Y en ese momento, oyes una voz resonando en tu mente.

Justo estás hablando con M1 sobre Godot, cuando, antes de que el pequeño droide pueda responderte, una voz resuena en tu cabeza.

Ambos oís las palabras de Godot, conscientes de que las dirige a los dos. Resuenan con claridad y firmeza.

"En unos minutos os veo en la enfermería. Tenemos que hablar". 

Paseas por los pasillos de palacio. Das vueltas y vueltas, pensando en el encuentro con Godot y en tus recien descubiertas capacidades. Cuando por fin observas a un guardia, a punto de caer dormido. No te ha visto aún, a una decena de metros de su posición. 

Levantas la mano, pensando en hacerle levitar, cuando de pronto, un recuerdo de las palabras de Godot parece reverberar en tu memoria:

Cambia su percepción. Cambia sus ideas. Cambia sus sentimientos. 

Quizás hacerle levitar no sea lo que Godot estaba pensando. En ese sentido, no debería ser tan distinto a lo que acabas de decir. ¿Cambiar su percepción? ¿Cómo podrías hacer algo así?

- No, KP - niega el científico, observando detrás de ti - ¿Y el ...resultado del experimento? No has contestado.

Y ves lo que hay detrás tuya.

El campo... Está lleno de restos. De robots. Idénticos a ti mismo, destruídos, despedazados por completo. Todos por armas de fuego.

Tras descansar, te diriges al lugar que te ha dicho Elarik. Una cascada hermosa, tan preciosa como todo en aquel sitio. Y esperas.

Y esperas.

Pero el tiempo pasa... Y tu hermano no aparece. ¿Le habrá pasado algo? ¿Se estará riendo de ti? ¿Es todo una broma o ... ? No lo sabes. Quizás simplemente llegue tarde.

Con calma, pero con firmeza, Naral detuvo su retahíla de preguntas y dudas, dejando claro desde luego ella no era una mujer muy acostumbrada a ser desobedecida. En cierto modo, y a pesar de que las formas eran muy diferentes, también Kai acostumbraba a frenar su exceso de energía cuando se producía. Nihal, aunque contrariado, se limitó a torcer ligeramente el gesto y guardar silencio. Ya llegaría el momento.

La llegada de Kiza terminó de cortar la conversación. Nihal aceptó de forma aún algo dubitativa el abrazo y el beso que la duquesa le dio en la frente., y se preparó para acompañar a la mujer de piel azul.

-Si el médico termina rápido, trataré de llegar a la cena. Gracias… madre. –Prometió el joven, optimista. No tenía del todo claro qué era lo que iban a hacerle, pero suponía que tendría que ver con vendas, costuras y medicinas. No podían tardar demasiado en hacer eso.

Fue por eso que, cuando unos minutos más tarde se encontró frente al enorme tanque de regeneración y escuchó de labios del médico el tiempo que debía pasar ahí dentro, se sintió de nuevo algo ignorante respecto al mundo del que ahora formaba parte. Eran demasiadas las cosas que no conocía, que no dominaba. Y poco el tiempo que tenía para acostumbrarse a ellas.

Lentamente, se sumergió en el cálido líquido del tanque, que lo recibió como si se tratara de una agradable caricia. Su contacto ayudó a mejorar el humor del muchacho. Era cierto, tal vez la vida que había llevado le había privado de muchos conocimientos… pero, mientras se hundía en las profundidades del tanque acompañado por los recuerdos de Kai y Glein, se dijo a sí mismo que no la cambiaría por otra nunca.

Flotaba, suspendido en la líquida ingravidez del tanque de regeneración. Sus ojos estaban cerrados en la cálida oscuridad, invitándole el sueño y el descanso. Amortiguados por el espeso líquido que lo rodeaba, los sonidos no llegaban hasta él, con la excepción de un agradable zumbido de fondo producido por la maquinaria médica. Su tacto sólo era capaz de sentir el contacto, cálido y denso, del fluido en el que estaba inmerso. Incluso el aire que llegaba a través del respirador, filtrado y acondicionado, resultaba aséptico y sin olor alguno.

Pero así, privado de la mayor parte del uso de sus cinco sentidos, Nihal descubrió que otros llegaban con fuerza para sustituirlos. Su sensibilidad a la Fuerza, normalmente alta, parecía haber aumentado en aquella suerte de trance. Comenzó a comprender las palabras de Godot y su extraordinaria capacidad de percepción. Una vida en la oscuridad podía hacer que otras luces surgieran.

Y fue precisamente el hombre ciego quien irrumpió de golpe en su descanso, con sus palabras llegando hasta él a través de la Fuerza con tanta intensidad como si las hubiera pronunciado a su lado. Desconocía si él era consciente de su situación o si era una casualidad que los hubiera llamado a la enfermería. Pero, tratándose de Godot, no creía en las casualidades.

“Ahí estaré.” Contestó Nihal, sintiendo cómo sus palabras se proyectaban hacia los otros dos con una inusual facilidad. “Aún debo pasar horas en el tratamiento.”

Red mira agradecida a Kiza.

-Gracias. Luego seguimos la conversación -dojo sonriéndole brevemente, algo que muy pocos habían visto. Tras esto se levantó de la bañera, completamente desnuda, y se acercó a un perchero donde había dejado su bata, la cual se puso y anudó rápidamente. Después se hizo un moño con soltura y miró a la puerta. Su gesto cambió completamente, tenía el ceño fruncido y el rostro malhumorado.

-Sí, algún mayor tendrá que arreglar las meteduras de pata de los niños pequeños -comentó para que Kiza lo oyera. Se giró un momento hacia la mujer azulada y le cogio la mano mientras le miraba alos ojos.

-Por favor, te pido que ésto se quede entre nosotras. No me gusta hablar de mí ni de mi pasado con nadie... es... es complicado y doloroso -dijo mientras las blanquecinas mejillas de la mujer se tornaban rosaces debido al rubor. Al acabar surgió otra sonrisa tímida, sincera pero sobre todo agradecida. No mucha gente había ayudado a Red pues ella no lo permitía ni se fiaba. No quería que nadie se metiera en sus asuntos, ni quería que nadie pensara que necesitaba que la ayudaran. Pero esto era distitno. Era por su pasado.

La mirada solo duró un segundo y luego soltó léntamtente la mano de Kiza y se fue hacia la puerta para abrirla y dejar que Kiza saliera y entrar Nico.

Red abrió la puerta y dejó que Kiza saliera del baño.

-Luego continuamos con lo nuestro -dijo acompañandolo con un guió de ojo para que la calenturiente mente de Nico estallara en mil pedazos, pensando en la infinidad de guarradas que pudieran haber ocurrido ahí dentro entre las dos mujeres.

Red acompañó a la mujer de piel azul hasta la puerta y cuando Kiza salió de la habitación, cerró la puerta con pestillo y se giró hacia Nico. Su cara había cambiado. Su gesto neutral, pero con tintes dulces que mostraba hacia Kiza se torno en una mueca furiosa y enfadada al mirar a su socio. Y por si éste no lo había pillado, se cruzó los brazos sobre el pecho para mostrar uan más su rabia.

-Habla -dijo escuétamente la mujer sin moverse un ápice y sin relajar su rictus.

Se quedó un segundo mirando hacia la nada mientras Godot hablaba con ella.

-Hablando del señor poderoso en la Fuerza, quiere verme a mi y a mi hermano. -Se acercó al pequeño droide y se acuclilló junto a él. -Espero que ayude a proteger la reliquia y con suerte a recuperar la que protegía mamá. Gracias por se tan amable conmigo M1. -Acarició suavemente su cubierta superior mientras le montaba una amplia y sincera sonrisa.

Se levantó y se dirigió hacia la salida. -Ah, y si me dices donde encontrar un libro o algo para aprender tu idioma... bueno me pondré con ello. Hasta luego. -Se despidió saliendo por la puerta.