Partida Rol por web

Kara mantuvo su mirada sobre el mercenario, aquella revelación sin duda no le sorprendió pues había mostrado su sed de dinero por encima de todo desde el principio. Aunque su suerte de buscavidas parecía que se había acabado, estaba tratando con la nobleza de un poderoso sistema y no con unos maleantes como estaba acostumbrado.

Sea como sea debemos estar preparados, tiempos oscuros se avecinan y será mejor que estemos preparados para todos los escenarios posibles. El imperio lleva tiempo con su acoso y sin duda cualquier excusa le será buena para intervenir.

Lev escuchó con atención las palabras de la madre de Kara. La oferta parecía increíble, era mucho dinero y si salía bien podría descansar una buena temporada.

La idea de poder descansar en una habitación y reponerse le pareció estupenda. Se preguntó si podría pedir armas, las había perdido en la trifulca anterior y solo iba armado con el rifle que rescató de los mercenarios.

En parte la preocupó que Godot afirmara que había usado la Fuerza para que alguien no se encontrara bien. Quizás su madre no le enseñara mucho sobre la Fuerza pero entre sus nociones básicas estaba que la Fuerza se usa para el conocimiento y la defensa, nunca para el ataque. Iba comprendiendo que su madre era una Jedi, pero Godot se equivocaba en que el camino de su madre, sabía que podía ser tremendamente emocional, para mal y para bien, porque sabía que la quiso a ella y a toda su familia.

Iba a preguntarle algo má cuando entró Naral d'Astria.

Syraan permaneció callada y se fue acercando poco a poco a su hermano para volver a servirle de apoyo. Mientras se acercaba trató de ver que se encontraba bien y no le notaba peor que cuando se fue, lo cual ya le parecía bueno. Incluso le veía decidido, casi que no vio necesidad de interrumpir para apoyarle sobre su visión. Pero según fue acercándose Naral tuvo que reparar en ella.

-Si, soy hija de Kai Saaris y Glen Saaris. Y aunque no de sangre Nihal es mi hermano y si quiere aceptar un consejo haga caso a su visión, aunquea sea por si acaso. Creo que nuestra madre no le hizo el suficiente caso y creo que es una de las razones por las que no está aquí. -Quería pensar que Godot excusaba a su hermano por cariño fraternal pero por mucho que insistiera que ellos habían atacado primero, alguien no lleva semejante armamento y tropas rodeando una casa si busca una via pacífica, quizás lo que había visto Nihal era simplemente una escala. Más tropas y más armas para una casa mucho mayor.

Por otro lado quería preguntarla cúal era su relación con sus padres, por qué mandó buscarlos, pero sintió que era algo que debía hacerse más en privado. Además que quizás supiera algo de los padres biologicos de Nihal.

Nihal miró a Godot cuando el hombre, una vez más, contradijo su postura. Sin embargo, esta vez ni siquiera se alteró. Tal vez comenzara a acostumbrarse finalmente, o tal vez ya no le quedaran fuerzas. Cuando escuchó sobre un tanque de bacta, sus brazos temblaron, como si su cuerpo afirmarse a su manera su necesidad de repararse. Afortunadamente, pudo apoyarse en Syraan, que se había acercado a él mientras los demás hablaban.

-Tal vez tengas razón y tu hermano no busque el conflicto directo aquí. Tal vez las visiones sólo sean visiones. -Concedió, exhalando un hondo suspiro. -Pero deberíamos tener en cuenta todas las posibilidades. No hacerlo sería... sería lo mismo que en Iodarka. Y deberíamos tener un plan para proteger la reliquia... supongo que ya has pensado en algo.

Hubiera continuado con la conversación, pero en cuando la archiduquesa se dirigió a Syraan, él la estrechó un poco más contra sí mismo, especialmente cuando habló de su hermandad.

-Kai y Glen siempre me trataron como a su hijo. -Dijo con voz apagada. -Ahora que no están, Syraan no merece menos.

La situación no parecía mejorar y mis encantos, por alguna razón, eran insuficientes para ganarme el favor de la "noble dama que ante mi se encontraba". Vaya ya soy condenado sin juicio ni nada, ahora recuerdo porque estos mundos feudales eran tan... Pintorescos. Negué con la cabeza y asentí a las palabras de Naral, como dando le la razón a un loco.

- Si es así como quiere llevar esto, tengo dos peticiones, mejor dicho tres: Atención medica para mi y mi tripulación, que se repare mi nave mientras esta "temporalmente" retenida en tierra y que permita a mi mano derecha visitar la ciudad y así reabastecer la nave.

Me toco las costilla y miro a Nihal sonriendo un poco, luego vuelvo la mirada a Naral.

- Si finalmente viajo en esta misión, señora d'Astria, espero que podamos llegar a un entendimiento con respecto al pago... Ganar créditos es bueno, pero a mi lo que más me gusta es gastarlos, y para eso he de tenerlos en MI cuenta... Las misiones suicidas son más llevaderas si has podido disfrutar de la vida antes, no se si me entiende.

Cien mil créditos más el pago que me prometió su hija era suficiente para pagar mi deuda... Sobretodo si contaba con la parte de Red y KP. Pero si por diez mil casi no lo contamos... Esto va a ponerse feo. Miro a Red preocupado mientras camino junto al soldado que tiene que escoltarme hasta mi habitación, sin esperar respuesta alguna.

-Joven, no pondría tan en duda la palabra de Kai - respondió a Syraan -  En mi vida he conocido a pocas personas tan sabias como ella. Estoy segura de que tenía razones para actuar como lo hizo – su voz sonó triste en ese momento – Ella no está aquí, es cierto… pero quizá sea la razón de que vosotros si lo estéis – recuperando la compostura, se volvió hacia Nihal - Tampoco pienso que vayan a atacar abiertamente este lugar. Sería una maniobra muy arriesgada. Pero eso no quiere decir que no vaya a ocurrir nada. Ten por seguro que no haré oídos sordos a las advertencias.

Su mirada se dirigió entonces a Nico y Red. Suspiró, ligeramente frustrada por la insistencia del capitán en querer que las cosas fuesen a su manera.

-Estarán confinados a los limites del palacio hasta que me den una respuesta y hayamos llegado a un acuerdo. Hasta entonces, si lo abandonan asumiré que rechazan el acuerdo. Les recomiendo que me demuestren que puedo confiar en ustedes antes de lanzarse a hacer exigencias – No parecía enfadada, ni siquiera alterada, al menos no más que antes, pero estaba bastante claro que era algo en lo que no pensaba ceder – No se preocupe por la atención médica y las reparaciones de la nave. De eso se encargarán nuestro equipo, pero no habrá dinero por adelantado. Mañana hablaremos de lo que puedan necesitar, y si es razonable mi gente podrá conseguírselo.

Observó a todos durante unos instantes. Parecía seguir tratando de calibrar hasta que punto todo aquello era una buena idea.

-Ahora descansad. Mis hombres os guiarán a vuestras habitaciones. Tenéis a vuestra disposición todas las comodidades que mi casa puede ofrecer. Espero una respuesta de todos mañana.

Antes de abandonaros definitivamente se detuvo, dándose la vuelta una última vez. 

-Kara, Nihal, hijos míos... aprovechad para descansar. Tengo algunos asuntos que antender en estos momentos. Más tarde me gustaría que me acompaseis para la cena. 

Los soldados os acompañaron hasta vuestras habitaciones. Todas ellas amplias, con una enorme cama en el centro de la habitación y grandes ventanales desde los que podía verse la superficie en ebullición de la estrella que iluminaba la ciudad. Pese a mirar directamente hacia allí, la luz no os molestaba. En ellas encontrasteis también un armario y una puerta llevando a un baño privado con una amplia bañera. 

Justo antes de que entraseis en las habitaciones, la mujer que habíais visto poco antes en la pista de aterrizaje volvió a unirse a vosotros. 

-Yo estaré al cargo de vuestra comodidad. Espero que encontreis las habitaciones de vuestro agrado. Si hay alguna cosa que necesitáis, podréis encontrarme en la salita - señaló hacia el final del pasillo, justo antes de volverse hacia Kara  - Kara, cariño, tu habitación está lista. Lleva esperándote desde que te fuiste.

Se dirigió entonces hacia Nihal, con gesto mucho más formal, como si todavía no tuviera del todo claro que trato darle. 

-Señor d'Asdria, su habitación estará lista esta noche. Mientras tanto, si no le importa, podrá descansar aquí - señaló a una de las habitaciones, en el mismo pasillo que el resto del grupo - No dude en llamarme si necesita cualquier cosa. ¿Necesita ropa apra esta noche? Si lo necesita, mandaremos un sastre para que le tome medidas. 

Tu no tenías una habitación junto al resto del grupo. Tu habitación se encontraba algo lejos de allí, en el corazón del palacio. Cerca de la habitación de tu madre. 

Había pensado en cómo decírselo a Syraan. En buscar un momento tranquilo, a solas, después de haber podido pasar por una enfermería. Para poder contarle, sin más oídos presentes, todas las extrañas emociones que había sentido al enterarse hacía apenas unos minutos. Decirle que, a pesar de todo, su hermana era, y siempre sería, ella.

Pero entonces, Naral se refirió a él como su hijo, y toda oportunidad de revelarlo en otro momento quedó descartada. Una vez más, y no era precisamente la primera, Nihal dejó escapar un suspiro agotado, y se apoyó aún más en Syraan mientras asentía solemnemente a la oferta de su… de la archiduquesa.

-… Y entonces decidieron que si me quedaba, el Imperio vendría a por mí. –Mientras caminaban a sus habitaciones, escoltados por los soldados de la casa d’Asdria, Nihal le contaba a su hermana lo sucedido en el jardín. -No sé si querrían haberme matado o llevado con ellos, pero Naral quería evitarlo… así que cuando Kai llegó aquí para llevarse una de las reliquias, le pidió que también me llevara a mí con ella. Como también sintió la Fuerza dentro de mí, aceptó la propuesta.

-Así que en realidad, Kara no había llegado a Iodarka a por la reliquia… había llegado a por mí… aunque aún no sabemos qué era lo que buscaba el capitán ni esos mercenarios que nos atacaron.

-Syraan… -Preguntó tras una pequeña pausa. -¿Crees que era por eso que ella no se fiaba de mis visiones? ¿Porque no era su hijo? –Preguntó, dubitativo.

Mientras se dirigían a la zona de habitaciones escoltados por los soldados, Nihal hablaba en voz baja con su hermana. Finalmente, cuando alcanzaron su destino, escuchó lo que la mujer llamada Kiza tenía que decir.

-Estas habitaciones son más grande que nuestro búnker… -Murmuró el joven entre dientes cuando se las mostraron. –Son incluso demasiado para mí, no necesito más, Kiza. Prefiero estar cerca de mi hermana.

La pregunta acerca de la ropa pareció sorprender al joven, que de pronto fue consciente de que seguía cubierto de la misma ropa con la que había escapado de su hogar. Del sucio y desgastado traje de supervivencia, desgarrado por el choque con los árboles y quemada allí donde la espada de luz de Nero había lisiado su pierna.

-Un poco de ropa estaría bien. –Contestó Nihal, dubitativo, como si de pronto se sintiera terriblemente fuera de lugar. –Pero no hace falta ningún sastre, sólo… sólo que esté limpia. Algunas vendas, por favor. Y puede que algunas medicinas. Antibióticos y algo para limpiar la herida, si no es mucha molestia.

Una parte de Kara tenía la esperanza de que todo pasaría con el regreso a casa, quizá aun quedaba algo de inocencia en la joven noble pues sin duda su misión apenas había acabado de empezar. Oscuros tiempos estaban por llegar daba igual que fuera mediante diplomacia o mediante las armas de lo que no había ninguna duda es de que vendrían por la reliquia.

Había mucho en lo que pensar, en lo que meditar, el mundo había girado varias veces en las últimas horas y Kara no había tenido tiempo de digerir todo aquello. Con un gesto de agradecimiento hacía las palabras de Kiza, la joven se dispuso para irse a sus aposentos. Os veré luego, necesito, necesito estar sola...

Se quedó impactada ante que la otra familia de su hermano ya estaba ahí presente, que incluso había viajado con su otra hermana. Esperaba que los encontrara, sabía que lo haría feliz pero no esperaba que fuera tan rápido. Se alegraba por él pero a la vez se sentía sola, tremendamente sola, a pesar de que Nihal seguía tratándola como su hermana. Tenía que comenzar a planear más allá de lo que eran sus deseos hacía no mucho, que era simplemente salir de ese planeta y ver cosas nuevas.

Siguió a su hermano y comenzó a hablar con él en voz baja.

Escuchó la explicación de como Nihal había sido adoptado por sus padres. Era relativamente normal y aunque les habían ocultado quienes eran sus padres biológicos al menos Kai y Glen no les habían mentido.

-Nihal, papá y mamá te querían tanto como a mi, nunca pude notar ninguna diferencia entre como te trataban a ti o a mi. Papá se sacrificó por ti. Quizás no es que no creyera en tu visión, quizás ella también lo había visto y sabía que no podía cambiarlo o yo que sé. Pero que sepas que en parte se fiaba más de ti que en mi. -Le dijo con una pequeña y agria sonrisa.

-Y me alegro que hayas encontrado a tus padres biológicos. Y encima de tan alto abolengo. -Se permitió bromear. -Kara no parece mala gente y tu madre... -La verdad es que le pareció algo fria, quizás solo quería que Nihal se adaptara su nueva situación. -Es la señora importante. ¿Tu padre vive?

Nihal se quedó callado, pensativo, cuando Syraan hizo la pregunta sobre su padre. Lo cierto es que no lo había preguntado ni visto ocasión para ello… pero ni Kara ni la duquesa habían hecho nada por sacar el tema, lo cual bien podría ser una respuesta en sí misma.

-No me han dicho nada… así que no lo sé. –Contestó, tras una pausa. Parecía que le costara un poco ordenar sus pensamientos. –Pero no soy capaz de pensar en nadie que no sea Glen como mi padre… ni en una madre que no sea Kai… Todo esto es demasiado nuevo. Tal vez nací aquí, en esta ciudad flotante, pero no la recuerdo.

-Toda mi vida ha estado fuera de este lugar. Todo ha estado con nuestros padres y contigo. –Se detuvo un momento para mirar a la arkaniana. –Ahora sé dónde nací, pero eso no cambia nada. Tú nunca dejarás de ser mi hermana sólo por esto.

Ante todo los acontecido, KP-CHA, poco podía aportar ya. Sí que le había sonador aro el hecho de que él también estuviera incluido en el pago por los servicios y en la misma proporción que los demás, pero no dijo nada, mejor, seguro que con esa cantidad de dinero encontraba equipo útil en que gastarlo para servir mejor a su amo, ya que si se lo dejaba a este lo despilfarraría en banalidades de escasa utilidad.

Su decisión estaba condicionada a la de Nico, pero de largo aceptar la propuesta era mucho más conveniente que rechazarla, sobre todo porque el no hacerlo les mantendría durante una cuantía indeterminada de tiempo en algo parecido a una celda, y no es que a él le importase demasiado, pero tenía que hacer ver a su dueño que para él no era nada conveniente verse privado de una libertad de la que alardeaba a menudo y aunque la propuesta en poco difería de una especie de trabajos forzados, al menos, y conociendo el talante de su señor, aquello parecía mucho más entretenido que permanecer en aquél palacio.

No es que Nico le hiciera mucho caso, pero tendría que hablar con él, al menos para recibir instrucciones.

Cuando fue conducido a una habitación, y sabiendo que su amo no requería de sus servicios, solicitó un alojamiento más apropiado a su naturaleza, si pudiera recibir un baño de aceite y una buena recarga, lo agradecería mucho más que aquellos lujos para humanoides.

Syraan le dedicó una dulce sonrisa mientras le cogía la mano. -Y tu mi hermano mayor. Pero aunque sientas eso no te sientas mal por disfrutar de nueva... vieja familia. Es algo bueno y tienes que aprovecharlo. -Su familia parecía poderosa y confiaba en Nihal que pudiera usarlo para hacer cosas buenas.

-Hay algo que podemos pedir. Mamá... Kai era una Jedi, parece ser que fueron importantes, mucho. En un lugar como este tiene que haber registros sobre ellos. Quizás así pueda comprender mejor por qué hacía lo que hacía. Godot sabe sobre ellos pero creo que su visión es distorsionada, por ejemplo me ha dicho que los Jedi desaconsejaban los sentimientos y mamá no era así. Nos quería y lo demostraba. -Godot le había dicho que encontrara su verdad, pues eso iba a hacer.

Se despidió con la cabeza de Kara. Ahora no sabía si tenía que considerarla su hermanastra o qué, la verdad es que estaba siendo un tiempo más que extraño para ella. Luego miró a la chica azul, no podía evitar que le recordara a aquel tipo de la Orden Gris. Tambien el cambio de actitud de cuando llamó chiquilla y no la dejó ir con su hermano, cuando les llevaron a él y a Kara co su madre. Lo que hizo que se diera cuenta de algo, si teoricamente el era sensible a la Fuerza ella también debería serlo. Pero su mente le llevó a otra posibilidad, si fuera porque Kara fuera solo su media hermana y el desaparecido padre tambien fuera sensible. Eran demasiadas cosas en su cabeza, trató de calmarse tenía mucho que pensar.

El joven sonrió a su hermana al escuchar sus palabras. No importaba lo mal que estuvieran las cosas, si tenía a Syraan al lado, todo parecía un poco menos oscuro.

-Tienes razón. –Contestó, asintiendo. –Creo… creo que toda esa vida de vivir juntos nos cambió a todos. A lo mejor mamá era diferente antes… pero tienes razón, con nosotros tenía sentimientos. Y no creo que fuese más débil por tenerlos. Ella era fuerte.

-No sé si los Jedis rechazaban sentir o no… -Añadió, pensativo. –Pero nosotros sentimos, y no quiero dejar de hacerlo. Siempre podemos buscar nuestro propio camino. Yo… yo ya sé que hay luz y oscuridad. Pero si estamos equilibrados, nada malo puede pasarnos.

-Seguro que hay registros sobre ellos, de todas formas. –Dijo, volviendo al tema. Idarian parecía estar realmente bien equipada como cuidad, y la duquesa estaba muy informada sobre las tradiciones de los Jedi. Si en alguna parte podían investigar, era allí. –En cuanto pueda, intentaré pedir que nos den acceso a ellos para leerlos. Y tendremos que entrenar… cuando pueda mover la pierna de nuevo.

-Y además… -Su voz cambió por un segundo. Una sombra de anhelo, temor, y duda que oscureció sus palabras como una nube pasajera oculta el sol. -…también está la reliquia que buscan la Orden Gris.