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AÑO 21

MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA, PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

ANOCHECER.

El Cenizo no parece tener ánimos para una pelea y su patrón tampoco parece interesarse demasiado la honra de su empleado, por lo que sonrío. No ha sido lo que deseaba pero me ha divertido y de momentos como este se compone la vida y la felicidad. 

Pero la conversación cambia nuevamente acerca de la maldición del sur. Zazer e incluso Kanghmer preguntan del asunto, por lo que me giro hacia mi amigo y le contesto:

 - "Hablan de la maldición del sur, de la vieja Alberetor. Los señores oscuros lucharon sus guerras y Alberetor respondió. Se derramó tanta sangre y magia que la tierra quedó maldita. Nada comestible crece al sur de los Titanes, se dice que hasta los animales no se pueden comer y la corrupción atrapa a cualquiera que pase mucho tiempo en ese lugar."

La verdad es que de pequeño viví en Alberetor pero no recuerdo casi nada. De todas formas, no sé qué tan cierto es todo aquello pues no fue tan al sur que llegué. De ser cierto, probablemente la comida faltará en las tierras al sur pero dudo al norte de los Titanes afecte en algo.

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DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

ANOCHECER.

Zazer asintió mudamente ante la explicación dada acerca de la maldición. Una tierra que padecía los efectos de una guerra podía considerarse maldita de por sí, pero allí se mencionaba una corrupción fruto de la magia y la sangre. Y si leía entre líneas de lo dicho por el jefe de la caravana, esa corrupción se extendía progresivamente.

-¿Aún no llega hasta aquí? -repitió-. ¿Qué quieres decir con ello?

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DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

ANOCHECER.

Aparentemente las palabras del jefe de caravana indicaban que la maldición se estaba extendiendo. A Kanghmer no le preocupaba demasiado... él no tenía un hogar fijo, sino que era un nómada. Podía sobrevivir con lo que cazara o recolectara si era necesario... y podía moverse alejándose de la maldición de ser necesario.

Pero para las gentes de Alberetor podía ser un gran problema. Y ese tipo de problemas solían llamar la atención de Seragoi... y a donde iba Seragoi, Kanghmer acudía con él.

Esperó en silencio, esperando escuchar una mejor explicación por parte del caravanero.

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DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

NOCHE.

- Quiere decir que la maldición se extiende, y que nadie nos asegura que las montañas la pararán. - Hassern respondió a Zazer en tono solemne. - Creo que por eso no nos conformamos con el "Ambria" que tenemos. Por eso algunos hombres tienen la idea de conquistar los bosques de Davokar para seguir avanzando al norte. Y eso me lleva a contar mi pequeña historia. - Las mujeres, que se mantienen calladas pero atentas a las conversaciones, bajan la cabeza con tristeza. - Creo que los intentos llevados a cabo hasta ahora de conquistar y colonizar el bosque están volviendo locos a los elfos. Cuanto más avanzamos nosotros hacia arriba, más al sur se les puede ver a ellos. Y son más rápidos, sin la trampa que supone para nosotros el bosque y sus peligros. Su único enemigo somos nosotros, pero aquellos que entran en los bosques, se dice, a veces no llegan ni a ver un elfo: otras cosas atacan antes. Pero ese es otro tema. - Hassern se acomoda, preparándose para seguir hablando. - Amigos, la verdad es que me alegro de verles sanos y salvos. Eso significa que el paso de las montañas es seguro. Yo llevo un tiempo aquí, y me establecí en Sivero hace unos meses, pero mi familia esperaba paciente en Alberetor noticias mías para reunirse conmigo. Llegarán en la comitiva de mañana... Y por desgracia se encontrarán con esto. Tengo mujer, y un niño pequeño. Hará seis años la próxima estación.

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DÍA 13

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NOCHE.

Ante las ominosas palabras del aldeano, el Cenizo agacha la cabeza aprensivo, su cara un poco más blanca de lo normal. Es posible que tema a los elfos.

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DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

NOCHE.

- Elfos y otras criaturas... - Repitió Kanghmer lentamente. Comprendía que las ansias humanas de colonizar los bosques enojaran a los elfos. Después de todo el bosque era su hábitat natural. Tarde o temprano tenía que llegar el enfrentamiento. Y le gustase a Kanghmer o no, los elfos tenían las de ganar. Al menos en su terreno.

Sí, los humanos contaban con la ventaja numérica, pero por norma general los elfos estaban mejor entrenados, conocían el terreno y no tenían miedo ni eran supersticiosos. El bárbarno no tenía muy claro quién ganaría en un enfrentamiento entre ambos grupos... pero sí tenía claro que habría numerosas bajas en ambos bandos.

- Quizá la maldición afecte también a los elfos y por eso ellos no quieran que los no elfos se mezclen con ellos, o vivan cerca de sus territorios. - Sugirió. Era una posible forma de intentar frenar el avance de la maldición. Pero tampoco ahondó mucho en el tema. Después de todo las maldiciones no eran lo suyo. Ni tampoco los elfos u otras culturas. A él solo se le daba bien una cosa: matar. Y si había alguna especie de enfrentamiento... al final la gente como él sería la única beneficiada, si sobrevivían claro.

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DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

NOCHE.

Parecía que, por fin, aquel hombre empezaba a desentrañar su historia y lo ocurrido para que aquel lugar estuviera atestado de refugiados. Si había entendido bien, no se trataba de bandidos o plagas, si no de algo mucho más grave: los horrores de Davokar habían decidido avanzar hacia ellos en represalia por sus propios avances.

-¿Eso fue entonces lo que pasó en Sivero? ¿Os atacaron los elfos?-preguntó el noble, deseando saber más. 

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DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

NOCHE.

Como su ama seguía descansando y estaba claro que no le iba a prestar atención y tampoco parecía necesitar nada en aquellos momentos Puck comenzó a escuchar las historias sobre las batallas, la magia y las maldiciones que se habían desatado y que parecían contagiar todo lo que tocaban. Por un momento tuvo miedo, pero luego pensó en su ama y se tranquilizó.

No me pasará nada. La gran Bashabarana-Yaga puede protegerme con su magia si así lo desea, así que no hay peligro ninguno.

Comenzó a sonreír complacido mientras seguía escuchando sobre los elfos, aquellas criaturas delgaduchas y altas con aspecto delicado. No había visto muchos pero eran seres curiosos, aunque algo altaneros. Por fortuna no había ninguno por allí porque solían destacar por su belleza y aunque ninguno podría compararse con su ama, que era perfecta, no deseaba que Zazer o Peñasco se sintieran mal al compararse con ellos.

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DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

NOCHE.

Y entonces se reveló una vez más la oscura ambición humana, causa de todos sus males, su deseo de conquistar y poseer lo que no tenía dueño, de romper el equilibrio necesario, de apostar por afincarse en un territorio y expulsar de él a quienes siempre habían vivido en dicho lugar. Y después se soprendían de que los elfos les atacaran. Bajo su propia ideología deberían entender que sus ataques respondían a la necesidad de defender sus hogares, de no querer abandonar sus tierras ancestrales por la llegada de unos advenedizos que no sabían compartir.

Pero calló sus reflexiones pues de nada le servirían allí más que para conseguir que la animadversión y el odio se centraran en su persona. Así que guardó silencio y dejó que otros hablaran, mientras una idea se iba a asentando en su mente.

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DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

NOCHE.

Basha planeaba acercarse a la cena hasta que las conversaciones sobre siervos, amos, maldiciones y demás empezaron a picotear su percepción. Con un suspiro decidió encapsularse en una esfera dedicada a ignorar lo que acontecía más allá de medio metro de ella, al menos por un rato. Un rato corto, ya que Puck la hizo añicos acercándose con la sabrosa comida humeando en sus manos.

La Bruja la tomó con un parco gesto de agradecimiento, desestimado con un ademán las demás solicitudes con las que el trasgo le obsequiaba, usando el lenguaje corporal para indicarle que hiciera su vida tranquilamente, mientras se dedicaba a disfrutar de la comida. Además de una lengua afilada y un espíritu revolucionario, el trocalengo tenía buena mano para la cocina. Construir de nuevo la esfera le costaría más energía de la que estaba dispuesta a desprenderse, así que escuchó inevitablemente el discurso del señor Viruta, tras lo cual frunció el entrecejo. Había hablado mucho y dicho poco sobre el ataque en si, en definitiva.

Pero su mente ya abarcaba otros derroteros. Era curioso como la gente común hablaba de "la maldición". En realidad cierta parte de ella se alegraba que pudieran dar tal explicación a determinados asuntos, ya que la cruda realidad podría dar problemas a muchos y muchas. Si sólo pudiera comenzar a hilar el asunto de las tres hebras de la magia única... Lo cierto es que no sabía ni siquiera por dónde empezar; había agarrado una de las hebras y la niebla le rodeaba. Oía el rumor de algo, que bien podía ser un mero espejismo y lo seguía ciegamente mientras agarraba su hebra con manos inseguras. Al menos tenía a Puck y a su hermano al lado. Medio hermano en realidad, pero bien avenido. El resto eran pilares importantes también, ya que parecían capaces y gente emprendedora, en quien se podía confiar. Al menos en casi todos. Continuó prestando atención a lo que a la luz del fuego se decía, mientras se limpiaba de las manos los restos de la cena.

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DÍA 13

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NOCHE.

El aldeano, ante la pregunta de Kanghmer, mueve la cabeza con ese gesto que hace la gente cuando quiere negar y asentir a la vez 

- La maldición se propaga por el territorio en sí, yermando los pastos, y desde luego los elfos la temerían, pero no creo que impedir el paso del hombre frenarse la corrupción del suelo si llegara a las lindes de Davokar. No. Los elfos impiden nuestro paso para evitar que encontremos todo aquello que el bosque esconde. Davokar no siempre fue un bosque frondoso y salvaje. Antaño grandes civilizaciones tanto humanas como élficas se extendían y prosperaban bajo esos árboles. Civilizaciones donde los tesoros y la magia eran pan de cada día. Todo eso allí quedó. Y allí sigue. O eso dicen las historias. Y sí, fueron elfos los que atacaron Sivero. - Terminó contestando a Karlio.

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DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

NOCHE AVANZADA

Al mismo tiempo que la carne de la caza se iba quedando en huesos, la noche había cerrado sobre el campamento, regalando a los seres terrenales un cielo plagado de estrellas que era capaz de hacer que muchos no echaran de menos la luz del sol.

El viento del anochecer había calmado, y ya no se escuchaba la voz de la montaña. El frío caía pesado sin su impedimento, y despertó a la pequeña dormida sobre el perro, que levantó la cabeza con un pequeño quejido. Muchos de los reunidos alrededor de otras hogueras ya habían tomado el camino del sueño, y las mujeres decidieron que era hora de hacer lo mismo. Humanas y canino subieron a su carro y cerraron la cortinilla, dejando al grupo a solas con Hassern, el jefe de caravana y sus guardias.

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DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

NOCHE AVANZADA

Todo se conectaba. Bajo el manto de las estrellas (cuya lejanía le resultó al ogro tremendamente piadosa) Peñasco no pudo sino reflexionar en las palabras que unos y otros iban diciendo, con esa envidiable velocidad de los humanos, y esa triste certeza que los empujaba a lo más abyecto por los motivos que creían más nobles.

Los elfos atacaron Sivero. ¿Y cómo no iban a hacerlo? ¿era posible actuar de otro modo ante el progresivo avance de los humanos, que violaba antiguos pactos? ¿podían los elfos resignarse a la insignificancia o desaparición a los que, equivocadamente o no, pensaban que el progreso les conducía?

Por otro lado, el ciclo de muerte, violencia, guerra, era consustancial a lo que estaba vivo, y Peñasco dudaba que fuera posible expulsarlo del alma de los seres racionales. No era que eso dibujara un cuadro hermoso, o consolador. Más bien al contrario. En realidad, todos los escenarios creíbles en los que la guerra y la violencia desaparecían le resultaban, a medio o largo plazo, peores. Lo cual no dejaba de ser desolador. Peñasco, completamente inmóvil desde hacía largos minutos, inspiró pesadamente, poniendo en orden sus ideas, antes de volver a mirar a las estrellas.

- Piadosamente lejanas- repitió en un quedo murmullo, siguiendo el rumbo de sus reflexiones internas y aprovechando para dar un nuevo bocado a una pieza de carne.

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DÍA 13

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NOCHE AVANZADA

Davokar. Un pasado de magia y tesoros, de misterios ignorados. Zazer sntió un escalofrío recorriendo su espalda y su mente voló al pasado, tres años atrás. No quiso pensar en ello y forzó a su mente a regresar al presente. La fogata, con el campamento mayormente en calma, languidecía y el explorador se levantó para alimentar el fuego con nuevos leños que pronto ardieron con renovadas energías. Zazer se sentó en el suelo y extendió las manos hacia las llamas, en busca de su calor.

-¿Con eso quieres decir que los humanos que se acercan a Davokar, buscan esos pretendidos tesoros? -preguntó-. ¿Y qué dicen esas historias?

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DÍA 13

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NOCHE AVANZADA

- Ante el rumor de cualquier tesoro siempre habrá humanos que no teman arriesgarse. Les da igual que los elfos u otras extrañas criaturas acechen entre las ramas del bosque para acabar con sus vidas o algo peor. - Comentó el bárbaro. - Oro, joyas y cualquier otro tipo de riqueza y asomará la avaricia que caracteriza a los nuestros. No hay manera de ocultarla. -

Desde luego no parecía convencido con la postura de muchos humanos al respecto.

- Ignoro las historias... - Aunque si Hassern les contaba alguna bienvenida sería. - Pero fijo que todas tienen elementos en común rodeados de un halo de misterio y criaturas a las que ningún ser vivo ha llegado a ver. - Sonrió. Así comenzaban las historias... con habladurías y bulos de pueblo. Aunque en muchos casos basadas en algo real.

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DÍA 13

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NOCHE AVANZADA

La historia acerca de lo sucedido, los elfos y la maldición, es una gran forma de pasar la noche mientras como lo preparado por Zazer y quienes le ayudaron. La cena está buena. Es cierto que no soy un hombre exigente, creo que todo en este mundo tiene su encanto y una comida de supervivencia no es la excepción. El calor de la preparación y los sabores es algo que se agradece, por lo que termino de cenar conforme de lo disfrutado.

La idea de encontrar misterios y tesoros me parece atractiva, más que nada porque no tengo nada mejor que hacer y suena como una buena forma de mantenerme lejos de casa.

Miro a Kanghmer y le hablo:

 - "¿Y que dices, amigo? ¿Te gustaría ir al bosque a ver si encontramos algo importante? No me importa mucho matar elfos o bestias. Bueno, lo que sea que me ataque primero."

No soy de matar cosas que no me amenacen, pero si es tan peligroso como dicen, dudo mucho que mi carne no tiente el estómago de alguna bestia o la ira de algún elfo salvaje. Nunca he entrado en Davokar y probablemente es una forma divertida de terminar mis días y mi condena.

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DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

NOCHE AVANZADA

Al final, a eso se reducía todo. La avaricia de los poderosos, en busca de riquezas, o buscando conservar aquellas que habían atesorado, les pertenecieran o no... Y que llegaba a alcanzar a todas las clases, culpables e inocentes por igual. Sin duda todo lo que albergaba el bosque de Davokar no podía pertenecer a los elfos, no más que por derecho de conquista, claro... Pero tampoco a aquellos que se aventuraban en sus frondas en busca de esos mismos abalorios. Quizás, eso sí, pertenecieran a sus ancestros.

Y así unos y otros perpetuaban un ciclo de odio. Los campesinos de Sivero seguramente tenían poca culpa de nada, si no ninguna. Pero aún así, les había tocado sufrir. Seguramente en represalia por algún agravio, real o imaginario, perpetrado por otras personas. 

Karlio decidió mantenerse callado, simplemente escuchando. De algún modo, sabía que alguien iba muy pronto a tirar otra piedra que alterara la tranquilidad de las aguas, en respuesta a las olas que le llegaron de la anterior, o por motivos más bajos. 

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DÍA 13

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NOCHE AVANZADA

Hassern volvió a hacer amago de comenzar a hablar, con esa mirada que posee la gente que va a contar una historia larga, y el jefe de caravana, cogiendo al vuelo la intención, se adelantó al aldeano.

- Señores, ha sido un placer compartir la cena, y este rato tan agradable. Y seguro que la historia que está a punto de contarnos este buen hombre es una gran historia, pero mis hombres y yo debemos levantarnos con sol temprano para preparar la comitiva de vuelta, así que con permiso, me retino a dormir.

Se levanta y se ajusta el abrigo, pues solo alejarse unos centímetros de la viva hoguera hace que el frío entre hasta los huesos, y haciéndoles una señal a sus guardias, todos se dirigen a su carro, dejando en esta ocasión a los aventureros a solas con Hassern.

Stajä, que ha permanecido hasta ese momento en pie cerca de Bashabarana, aprovecha el hueco dejado por los hombres para acercarse más a la hoguera y tumbarse allí.

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DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

NOCHE AVANZADA.

El guardia, medio adormilado ante el fuego, se levanta cuando habla su jefe, se despereza y bosteza. Después, se despide de los demás con un gesto y avanza hacia los carros rascándose un sobaco.

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DÍA 13

CAMPAMENTO NORTE. Asentamiento anexado.

NOCHE AVANZADA

El ceño de Basha no había hecho más que fruncirse más y más según se sucedía la conversación pero hasta que el jefe de caravana y sus muchachos abandonaron la conversación y se alejaron en pos de sus lechos, se abstuvo de comentar nada. Parecía como si alguien hubiese puesto un caldero de agua al fuego y se observase el líquido rebullir de manera casi casual, esa era la impresión que transmitía la Bruja. Cuando Stajä se movió sin embargo, fue como si esa tensión desapareciera y dedicó unos momentos a observar al hermoso animal, al que guiñó un ojo.

- Espero que no te paguen lo suficiente para suicidarte hermano, entrar en Dakovar buscando pelea es una manera rápida de acabar tus días. Y yo no me metería con elfos en su bosque, si no quieres acabar como un acerico. -

Una mirada algo tensa hacia Seragoi Karadas interrumpe sus palabras por un momento.

- En todo caso me gustaría oír la historia del ataque con más detalle. Es raro que a unos elfos se les escapara tanta gente si su objetivo hubiera sido el exterminio de la población de Sivero. En todo caso señor Viruta, a nadie le gusta que entren en su casa y metan la mano en la alacena. Piensa que al menos parte de ese bosque lo consideran su hogar. Así que cuando pasan esas cosas la gente se enfada. Cuenta la historia completa por favor señor Viruta, así nos haremos a la idea de lo que habéis pasado. -

La Bruja pasea la vista por las caras y gestos de los reunidos alrededor de la hoguera. El resplandor intermitente del fuego creaba máscaras de luz y oscuridad en sus caras y deformaban sus gestos mientras sus sombras se cimbreaban con la luz cambiante de las llamas que danzaban en la hoguera. Era como si la oscuridad estuviera viva y se moviera alrededor de todos, creando una imagen perturbadora. Sólo contemplar las estrellas en el cielo calmó la mente de Basha y logró alejar de ella los pensamientos de la Corrupción que aquella imagen le evocaba. Había luz más allá de las sombras, a pesar de que fuera la de unas inalcanzables y frías estrellas.