Partida Rol por web

¿Qué querrían del vecino? Igual lo mismo que nosotros- te miró con los ojos abiertos- son los hombres de negro, quieren quitar pruebas de en medio, debemos darnos prisa antes de que vuelvan y nos frían el cerebro- sentenció poniéndose manos a la obra con el portatil. 

Mientras Adam farfullaba por lo bajo intentando arreglar el estropicio con el portátil. Tu te dedicaste a mirar primero el salón, donde no encontraste nada así de valor, aparte de un montón de fotos antiguas en los cajones, junto con vales para el supermercado, ese que ya seguramente estaba vacío.

La gente se comportaba de formas extrañas ante una muerte resolutiva, sin opción a salvarse. Dejaba salir a los monstruos que habitaban en el fondo de cada uno, resurgiendo como si esos breves momentos asalvajados les dieses vida eterna. Lo cierto, es que lo raro era no volverse loco en medio de esa situación donde ya no importaba nada, porque no habría un futuro para la generación venidera. Aquello era triste y desolador. Cuando miraste a Adam peleándose con los cables del portátil que parecían no estar bien enchufados una pequeña parte en algún lugar de tu interior murió. Tantas vidas, sin salvación posible en la tierra.

Fuiste a la cocina, donde una pila de platos sucios con algunas moscas te saludó al entrar por la puerta, había un ligero mal olor pero nada que impidiese que estuvieses ahí. La cocina también era caótica, llena de trastos y latas de conserva sobre la encimera, como si las estuvieran colocando o se las fueran a llevar. Un cuchillo de carnicero estaba al lado de estas.

El baño, amplio y con ese olor a polvos de talco y colonia fuerte de hombre mayor. La cortina había sido arrancada y yacía en el suelo envolviendo algo. Era algo no muy grande, quizás del tamaño de tu mano, oscuro por lo que podías observar por la transparencia de la superficie blanca plasticosa.    

Sara se quedó pensativa durante unos instantes, en realidad no sabía como actuaba esa gente.

-¿Volver? ¿A que volverían? ¿Se supone que habrán acabado con todo lo que estaban haciendo aquí no?

Dejó a Adam entretenido con el portátil mientras ella buscaba por el salón algo que mereciera la pena. De vez en cuando le dedicaba alguna fugaz mirada a su amigo, que protestaba por lo bajo mientras se peleaba con el cableado de los aparatos intentando establecer una conexión. La situación llenó de pena a Don Carlotto, consciente de la desesperación que en aquellos momentos había en todo el planeta, de las personas que habían muerto hasta entonces y las que faltaban por morir en un corto plazo de tiempo. Él solo tenía la misión de rescatar a una, a Sara, y aunque una vida se le hacía infinitamente valiosa, se preguntaba si no se podría hacer algo por el resto. Desde luego no desde su situación.
En el salón no encontró nada, tan solo recuerdos familiares y fotos, la cocina solo contenía un olor a comida en estado de putrefacción que en unos días y con ese calor se haría insoportable, la suciedad era en denominador común. Se fijó en el cuchillo y en las latas y volvió a salir.

-Hay unas latas de conserva en la cocina, quizás podamos llevarnos alguna. ¿Como estamos de comida en casa?

Las conservas eran una buena opción si uno quería alimentarse en un plazo amplio de tiempo, ocupaban el espacio mínimo y además resistían bien el calor. Adam seguía peleando con el portátil y Sara le dejó, allí podía haber algo importante.

-Miraré en el baño.

Ya no le quedaba mucho más por donde mirar en aquella planta, pero quizás en el baño pudieran encontrar alguna medicina para ampliar su colección.
Lo primero que llamó su atención fue la cortina de la bañera arrancada y tirada en el suelo, envolviendo algo. ¿Quien habría hecho eso? ¿Y porqué? Se le ocurrían cosas mejores para llevarse algo, como por ejemplo una bolsa de plástico. En todo caso si alguien se había tomado la molestia de arrancar la cortina para envolver algo, debía ser importante. Se agachó y comenzó a desenvolver.

Si lo que buscan es borrar información vendrán tras interrogarle- aclaro el chico. Cuantas películas y video juegos había jugado..se notaba a la legua que vivía en otro mundo. Aunque. Igual si tenía algo de razón. 

Cuando te asomaste de la cocina el gruñó antes de responderte- ai dios! Sara no molestes- te miró ofuscado-¿latas? Siempre vienen bien- bufó entre la maraña que tenía de cables que había sacado de un cajón. No encontraba otro conector. 

Una vez en el baño te atreviste a desenvolver la cortina de ducha, dando como final resultado un arma. Un revolver que estaba medio enrollado en un montón de papeles grises, como los que había dentro de los zapatos en las tiendas cuando los comprabas. 

A pesar de que todo aquello sonaba más a una película o serie de acción que a realidad, quizás Adam no estaba muy descaminado, desde luego no podía desechar esa posibilidad. Por si acaso no se entretendrían en la casa más de lo necesario.

-Vale, tu sigue a lo tuyo...

No quería interrumpir más a Adam así que anotó mentalmente volver a la cocina y coger todas las latas que pudieran antes de irse. Mientras tanto desenvolvía la cortina del baño para descubrir una verdadera sorpresa.

¡Una pistola!

¿Pero que hacía allí en el baño y envuelta de aquella forma? No había manera de saberlo, pero a Don Carlotto le preocupaba su simple existencia. Quizás algunos la vieran como un instrumento por el que alcanzar ciertos objetivos, pero la violencia siempre engendraba violencia y salvar vidas a costa de quitar las de otros era un precio demasiado caro. Volvió a envolver la pistola, pero solamente en el papel para que abultara menos y la escondió en el hueco de detrás de la pieza del inodoro, allí estaría segura.

No quiero ni imaginarme si Adam la viera, ha visto demasiadas películas y violencia y podría intentar usarla.

Eso no podía pasar, matar a una persona sería algo que marcaría para siempre a alguien tan joven y por supuesto tampoco quería que la pequeña Sara fuera testigo de algo así.
Salió del baño, no sin antes mirar si había medicinas, y miró si Adam había hecho algún progreso con el portátil, pero no dijo nada para no molestarle.

Cuando fuiste a cubrir solo con papeles la pistola te diste cuenta de que estos estaban escritos, o al menos pintorejeados por dentro con algún tipo de letra alargada y poco legible. Igual, si lo mirabas mejor podrías sacar algo. O igual no era nada. Escuchaste como Adam se movía por el salón lo cual te hizo no saber que hacer ¿Esconder los papeles en los que habías liado la pistola o ceder ante la curiosidad y ver si había algo de utilidad?

Optaste por esconder la pistola de igual manera donde habías pensado y revisar los papeles encontrando un galimatias dificil de comprender o igual no.

"Y27M 48"

"120º,80º,43º" 

"No moverse al sur"

Estas palabras y número estaban escritas una y otra vez sobre el papel, como si un lunático las hubiese puesto sin sentido alguno con una intención errática. Escuchaste la voz de Adam desde el salón- mierda!- farfulló- Esta mierda tiene contraseña. 

Sara miró los papeles con extrañeza, para ella aquello solo eran letras y números sin mucho sentido, tan solo entendía "No moverse al sur" que se repetía una y otra vez junto a otros extraños números y letras.
Para Don Carloto sin embargo todo era distinto. Por un lado sentía mucha pena por el final del vecino de Sara. Sabía como la mente humana podía llegar a trastocarse ante la presión o los sucesos traumáticos como los que estaba viviendo el hombre y aquello le habían llevado a un estado demencial, como demostraba aquel escrito. Sabía que la segunda sucesión de números que no paraba de repetirse eran las coordenada de algo.

¿Pero de qué? ¿Quizás un sitio seguro? ¡Ojalá Dios nos lo haya provisto!

No entendía muy bien que significaba "No moverse al Sur", aunque quizás cuando buscaran las coordenadas la frase adquiriera sentido, o simplemente era una advertencia de no viajar nunca hacia el Sur, no lo sabía. En cuanto a los números y letras que se repetían al principio tampoco significaban nada para él.
Entonces escuchó las protestas de Adam y una inspiración divina le dio una idea.

-Prueba con esta. I griega mayúscula, dos, siete, eme mayúscula, espacio, cuatro y ocho.

Sara salió del baño hacia el salón a ver si aquello era la contraseña que necesitaban, después hablaría de las coordenadas y el resto de la nota.

¿Qué?- no pareció hacerte mucho caso cuando le hablaste de hecho cuando saliste del baño pudiste observar como la pantalla de la televisión tenía aun la típica interfaz para meter la contraseña, en un fondo verde brilloso que casi te deja ciega. Te miró confuso- repítela anda- no sabía si eso podía servirle pero esperó hasta que sus dedos teclearon la contraseña que venía en el papel dando pie a un mensaje en la pantalla que antes no estaba.  

Acceso activo. Estamos trabajando para usted, por favor espere. 

Una pantalla negra con un símbolo de fondo apareció mientras comenzaba un conteo porcentual lento, goteante en lo que parecían horas. Iba aun por el 3% cuando Adam se giró para mirarte- ¿Cómo...?- el chaval se sentó en el sofá esperando a que le explicases como lo habías hecho. 

Sara sonrió cuando Adam le hizo caso y tecleó la contraseña que ella le había dicho y se puso aún más contenta cuando vieron que era correcta y el ordenador comenzaba una lenta carga.

-¡Bien! ¡Lo conseguimos Adam!

Dio a su amigo un pequeño abrazo mientras reprimía las ganas de saltar de alegría. Después se sentó junto al chico en el sofá esperando a que aquel porcentaje fuera subiendo, le parecía que iba muy lento, pero probablemente era por la ansiedad de descubrir que había allí guardado.

-¿Conoces ese símbolo? ¿Lo habías visto antes?

Ni a Sara ni a Don Carlotto les sonaba de nada aquel logotipo. Pero lo que a Adam le tenía intrigado era como había conseguido la contraseña. Sara le mostró el papel.

-Encontré esto escondido en el baño, los policías no lo debieron de ver, hay cosas que se repiten una y otra vez, mira. La contraseña es una de ellas y lo otro estoy segura que son unas coordenadas, pero no se de qué o donde, tendremos que buscarlas, quizás sea una cabaña segura. ¡Eso sería estupendo! ¿Verdad? Y luego pone "No moverse al sur", eso no se que significa, quizás cuando veamos las coordenadas tenga algo de sentido. -Sara se quedó callada tras soltar todo lo que sabía, tenía muchas esperanzas puestas en aquello.- Lo conseguiremos ¿Verdad Adam?

El abrazo me pilló por sorpresa tanto que no supe responderlo mientras seguía sin saber como había encontrado la contraseña. La miré abriendo y cerrando la boca sin saber que decir ante ese gesto. Ostras Adam, una chica te ha abrazado. Si, pero es Sara. Desvió la mirada hacia la pantalla mientras la chica se sentaba a su lado. Y ahora se sienta a mi lado!. Me preguntó sobre algo del logro pero no me enteré bien. 

-¿Qué? Ah si...a...no, no lo conozco- la miré de reojo mientras intentaba centrarme en lo que hacíamos allí. Y huele como dicen que huelen las chicas, a flores y fresas. Observé como el porcentaje subía lentamente mientras estaba en Babia. De nuevo su voz me llamó y la miré como si me hubiese pillado haciendo algo que no debía. Me mostró un papel donde era cierto que estaban escritas cosas, una y otra vez, mientras ella me explicaba lo que había en su interior. -Pero...¿donde estaba exactamente? - La miré con ansias, quizás demasiadas. Igual podría haber mas pistas de ese estilo.- Claro que lo conseguiremos, no te preocupes, aquí está Adam al rescate! - adquirí una pose heróica...que le quedaba muy bien a los heroes del comic pero que en mi, visto desde fuera era cómica y triste. Muy bien hecho...ahora sabe que eres MÁS idiota. Carraspeé mirando al infinito un par de segundos mientras volvía al tema que nos traía a colarnos en casa del vecino. Tenemos que mirar el resto de la casa, seguro que se han dejado algo más, y a la pantalla aun le queda mucho por cargar- la volví a mirar, solo un 5%- ¿has mirado ya toda está planta? - Me giré de nuevo a ella.- Puedo ir al sótano o podemos ir juntos... para que no tengas miedo claro- asintió seguro de ello. Todos sabían que las nenas eran miedosas. Y el sótano era por norma un lugar oscuro, sucio y lleno de ratas.  

Estaba claro que Adam estaba muy nervioso por todo aquel asunto y Sara lo notaba más raro de lo habitual, probablemente por la situación en la que se encontraban, dentro de una casa extraña buscando ilegalmente alguna forma que les pudiera dar esperanzas de no terminar en el campo de refugiados.

-Yo tampoco... Es la primera vez que lo veo. ¿Y si le haces una foto con el móvil y se la enseñamos a tu madre? Puede que sea importante... -Don Carlotto no sabía si lo era o no, pero era mejor ser precavidos.- Lo encontré en el baño, pero no había nada más, miré todo bien. -Explicó la niña intentando que la voz no le fallara por la mentira. No se debía mentir, pero en algunas ocasiones era un mal menor.- Me gusta que estés así de positivo Adam, tenemos que conseguirlo, me parece que nadie nos va a ayudar si no, bueno Dios si, Él nos está ayudando, estoy segura. -El porcentaje subía lentamente y Adam parecía cada vez más nervioso e impaciente, tanto que no parecía dispuesto a quedarse en el sofá sentado sin hacer nada, lo cual tampoco era mala idea pues a Sara no le entusiasmaba la idea de estar más tiempo del necesario allí dentro así que si podían ir registrando el resto de la casa... - Sí, miré ya toda la planta, o eso creo. Vayamos juntos al sótano, si vienes conmigo no tendré miedo.

Don Carlotto no temía a la oscuridad, pero parecía que el afán protector de Adam le daba valor y le subía la moral y eso era exactamente lo que necesitaban, así que se puso de pie y extendió la mano indicando que Sara se sentiría mucho más segura si iban de la mano. No quería que el joven Adam se entusiasmara demasiado y se precipitara escaleras abajo.

¿Una foto? Claro si- sacó su móvil para hacerle una foto a la pantalla. De hecho sacó como unas 5 o 6 antes de guardarlo de nuevo en su bolsillo- ¿seguro? - te miró como sopesando si realmente lo habrías mirado bien, al final asintió para él- vale, me lo creo, eres lista Sara y siempre te das cuenta cuando te robo comida asi que...supongo que si tienes un buen ojo- ¿en serio le has dicho eso? Adam!! - ........- miró a los pies por un segundo hasta que mencionaste a Dios- Dios no existe o eso o es muy cabrón, nos está matando como si fuese un niño con una lupa con un hormiguero en pleno día de sol!- parecía enfadado, mucho. 

Ella se puso de pie y yo miré su mano extendida sin saber exactamente que quería con eso - Ah no, yo no cojo a las niñas de la mano, quita, no se me vaya a pegar la purpurina que os echáis en la piel- le dió un repelús mientras se levantó del sofá. -Vamos al sótano, solo, quédate detrás mio. Se aproximó a las escaleras de este, que estaban bien iluminadas...al menos los primeros escalones. Era uno de estos sótanos que tenían la puerta al final, no al comienzo. Bajasteis en silencio mientras el sacaba su móvil. Puso la linterna y cuando llegó el momento intentó abrir la puerta girando el pomo. Pero este no se movió. No había donde meter una llave, así que...algo más pasaba. -Mierda.- murmuró por lo bajo haciendo fuerza para el otro lado, a ver si así...pero no. Nada. 

No sabía si el símbolo era importante, pero era mejor tener una foto, claro que tampoco hacían falta cinco o seis como hacía Adam, pero no quiso quitarle la ilusión al chico de jugar con la cámara de su teléfono móvil. Asintió cuando Adam le volvió a preguntar si no había encontrado nada, una pistola seguramente solo les metería en más problemas y el chico ya estaba bastante nervioso. Arrugó la frente con cierto disgusto al oír las críticas sobre Dios.

-No podemos saber porqué hace Dios las cosas, Él es mucho más listo que todos nosotros y además, el mundo se ha ido al carajo por culpa del hombre, siempre acabamos estropeando todo. Debemos dar gracias de que nos esté dando la oportunidad de salvarnos.

Sara retiró la mano y puso cara de disgusto, un gesto que le costó mucho a Don Carlotto que en realidad estaba aguantándose la risa ante el comportamiento adolescente del muchacho.

-Yo no tengo purpurina en las manos. Además... La purpurina mola.

Siguió a Adam escaleras abajo hasta la puerta del sótano y observó al chico como forcejeaba con la puerta sin conseguir abrirla, lo que era extraño porque no tenía cerradura.

-Que raro Adam... Si no tiene cerradura. ¿Estará atascada por el otro lado? Quizás se cayó algo y está atorando la puerta o igual tiene un pestillo... Pero no hay nadie dentro que pueda cerrarla, tampoco parece posible. ¿Le habrán hecho algo los policías? ¿Ves algún clavo o silicona o algo?

No entendía que le pasaba a la puerta. Pudiera ser que simplemente estuviera estropeada y que la fuerza del chico no era suficiente para moverla, pero en ese caso la niña tampoco iba a poder hacer mucho.

-Quizás podemos hacer palanca con algo a ver si se abre así... ¿Sabes si este sótano tiene alguna ventana al exterior? Podríamos intentar entrar por ahí o al menos ver porqué no se abre la puerta...

Venga ya Sara esto no es como el diluvio como nos contaban en clase, donde se metía una pareja de cada especie. Esto es real, tan real como que en un mes puede que estemos muertos...¿te has dado cuenta de eso? Nos vamos a morir si no encontramos un sitio seguro- la frustración y el apremio solo crecían en él filtrándose lentamente en la mente de alguien que aun no ha vivido lo suficiente como para poder entender que el mundo es injusto y por eso mismo, quizás fuese capaz de pelear con garras y dientes. 

La escuchó hablar sobre purpurina. Si, la verdad es que a veces mola. ¿Lo diría en alto? Nunca. Se quitó el pensamiento de la cabeza mientras bajabais las escaleras, dando con la puerta que no se podía abrir. -no lo se...quédate aquí mientras yo salgo a mirar fuera por si hubiese una ventana o algo así...mira a ver tu si encuentras la manera de entrar o algo- tenía ganas de patear la puerta pero no, no porque eso quedaba muy bien en las pelis pero en la realidad seguro que dolía un montón- a las malas lo dejaremos para lo último- pasé por su lado mientras subía hacía arriba- ahora vengo, no salgas de la casa, no quiero tener que ir a buscar a una princesita en apuros- el humor, una broma, para acallar los nervios. 

-¿Y que crees? ¿Que aquello no fue real? Situaciones tan extrañas como esta deberían probarte que sucedió y al igual que Dios salvó a Noé y a su familia nos salvará a nosotros, solo tenemos que tener fe. -Sara puso la mano en el hombro de Adam en un gesto para intentar transmitirle confianza y tranquilidad.- Vamos a encontrar ese refugio, ya verás. Nos salvaremos, junto con tu madre.

La puerta parecía ahora un obstáculo insalvable, por alguna extraña razón no se abría y era improbable que alguien la hubiera atrancado por el otro lado, al fin y al cabo en la casa solo vivía el viejo hombre desde la muerte de su mujer. No estaba muy convencida de dejar marcharse a Adam, no por miedo por ella, si no más bien temía que pudiera hacer una tontería. Supuso que el jardín de una casa abandonada no podía ser muy peligroso.

-Está bien, pero ten mucho cuidado y procura que no te vea nadie, nuestra mayor ventaja es que nadie sabe que estamos aquí. Si alguien supiera que la casa tiene algo valioso vendría enseguida y no podemos enfrentarnos a nadie... Venga vete, no me moveré, pero no tardes.

Intentó dar a su voz un énfasis de necesidad, quizás así el chico no se fuera por las ramas y volviera lo antes posible al saberla allí sola. Mientras tanto inspeccionaría bien la puerta para ver porqué no se abría.

El chico solo puso los ojos en blanco cuando insististe en dios.- que si, lo que tu digas- cerró la conversación ahí. Bajasteis al sótano y os encontrasteis con el problema de la puerta, que no daba muchas opciones a ver que se ocultaba en la sala. Adam se marchó a ver si encontraba una entrada secundaria o una ventana desde la que poder ver, dejándote allí, sola. Mientras tu aprovechabas para mirar la puerta. 

Tardaste un poco, pero te acabaste dando cuenta por el brillo en el pomo, de un resto de pegamento que estaba en lo bajo de este. Cuando te acercaste mejor, ya fue totalmente claro para ti, habían puesto pegamento en la puerta, para que no se pudiese abrir. ¿que se podría hacer? Desde luego, alguien no quería que entrase nadie ahí, aunque claro, con un buen golpe seguro que se abriría u otras opciones en las que tendrías que pensar. Entonces ¿que función tenía realmente? 

Por fortuna los ojos de la pequeña Sara eran más ágiles y enfocaban mucho mejor que los de Don Carlotto, no le hizo falta mucho tiempo para averiguar lo que había pasado, aunque descubrir que habían pegado la puerta no terminó con sus dudas, pues le parecía un método un poco ridículo para impedir el paso. Quizás había sido un método chapuza y desesperado al no tener otra forma de cerrar la puerta.
Por las circunstancias concluyó que habrían sido los policías, porque unos hombres hechos y derechos no habrían tenido problema en abrir una puerta que simplemente estaba pegada. ¿Pero porqué cerrarla de aquella manera? ¿Estaban intentando sellar algo en el sótano? El pegamento tampoco parecía la mejor opción. ¿Era un indicativo para saber si alguien había entrado en la casa? Si volvían y estaba despegada sabrían que alguien había estado allí, aunque tal y como estaba el mundo que les rodeaba no parecía tampoco algo coherente, aquellas casas dejarían de ser habitables en poco tiempo y no tenía sentido tomarse molestias. Desde luego era muy extraño.
Siguió observando la puerta, los bordes y los marcos en busca de una pista que pudiera indicarle el motivo de aquello, así mientras tanto hacía tiempo a que Adam regresara.