Partida Rol por web

Arabelle y Ella iban a salir del piso cuando Mike abrió la puerta, notando todos un ligero cambio mas cálido en el ambiente, que quemó unos instantes vuestras fosas nasales. La misma puerta, ahora era de un color rojizo.

Eran pisos pequeños, modulares de 2 dormitorios, de hasta 10 personas con un generador privado, agua y comida para 6 meses. Todo estaba decorado en blanco impoluto y parecía sacado de una revista. 

Eran pisos que se habían creado en caso de emergencia o ataque exterior y deberían de tener una zona de salida muy bien oculta hacia arriba. Solo saltadores de código negro podían abrir ese acceso. 

Arabelle avanzaba ayudando a caminar a Ella. La doctora iba vestida igual que estaba durante la reunión. Llevaba una sudadera ajustada, que ahora se había arremangado, vaqueros y unos botines de tacón. El pelo revuelto, con mechones cayéndole sobre la cara, los ojos enrojecidos y la frente cubierta de sudor. Su expresión era de preocupación, y se tornó por un instante en miedo cuando la puerta se abrió de pronto. 

-¿Mike? ¿que haces aquí? - la sorpresa de verla después de que el cifrado se lo hubiese llevado era mayúscula - ¿estás bien? - miró hacia la puerta que se teñía de rojo - ¿Que demonios ha pasado ahí dentro? 

Ella estaba como cuando Mike se fue, solo algo más cansada y quizá con aspecto de haber estado mareada.

Resoplando y sudorosa Ella cambió su gesto a uno más alegre -¡Mike! Qué alegría verte, ¿Cómo... cómo has escapado? -.

De repente cayó en la cuenta que el simple hecho de estar con él a ojos de TITAN las convertiría en cómplices... solo una cosa vino a su mente, Tamra, no podía dejarla sola. Me separé un instante de Arabelle, manteniendo las distancia, hasta que escuchara la respuesta. Tenía miedo de lo que Mike contara.

No esperaba encontrarme a nadie en el piso, de hecho hasta hacía unos segundos había pensado que toda la zona donde me encontraba estaba completa y absolutamente desierta.

Sí, sí estoy bien.- Contesté a la alemana con cierta urgencia. Me percaté que la camisa, la misma que llevaba en mi apartamento estaba manchada con restos de comida y traté de limpiarlos sin mucho éxito. Estaba vestido igual, solo que ahora llevaba una pequeña mochila negra a la espalda. Negué con la cabeza mirando a Ella. - La puerta estaba abierta, así que técnicamente no me he escapado.

No sé qué, pero algo a activado el protocolo Alpha, así que el tiempo apremia.- Les dije, animado por el repentino calor que noté en mis fosas nasales y el malsano color de la puerta, mientras buscaba ya la salida de este apartamento.- Si no me equivoco tendremos entre hora y hora y media para subir a la planta cien y salir de aquí antes de que todo el complejo termine como el pasillo por el que he venido.

La puerta de acceso, estaba dentro del armario del cuarto para los niños. Era diferente a los anteriores que habíais visto, ya que se necesitaba una tarjeta o algún tipo de identificación física tan siquiera para que se iniciara. 

Cuando Arabelle se quiso dar cuenta, Ella ya no estaba, y escuchaba los pasos lejanos por el pasillo al trote. Seguramente iría a buscar a su hija. 

Una trampilla como la que ella había encontrado antes. Una que no podían abrir. Estaba en proceso de maldecir a Titán cuando reparó en que Ella se había ido. Mierda. Mierda, mierda... Sin pensar demasiado en lo que hacía, salió corriendo tras ella. Se sintió estúpida por sentirse responsable de Ella, pero aunque apenas se conociesen no podía evitarlo.

Aun tenía que subir al piso superior a buscar a Azazel. No sabía como demonios iba a hacerlo todo y salir de allí con vida. Eres una idiota Arabelle, vas a conseguir matarte... 

Corriste tras Ella, pero solo viste como su silueta giraba la esquina y...un momento, había algo que no cuadraba. Porque cuando saliste el pasillo percibiste que donde antes solo había un camino, ahora se abría un segundo que era por donde ella se había movido, al lado contrario del ascensor. 

Arabelle se detuvo un momento al darse cuenta de la presencia de ese nuevo pasillo. 

-Joder... ¿Esto estaba aquí? 

Se acercó despacio, sabía que así Ella se le podría alejar, pero con este nuevo camino delante no quería que nada la sorprendiese. Estuvo tentada a dar la vuelta. Aun debía subir a buscar a Azazel, pero...

Eres una idiota Arabelle.

Siguió adelante. Tratando de no perder a Ella, pero sin precipitarse hacia algo demasiado peligroso.

Había encontrado la puerta que suponía nos abriría el camino hacia la superficie, pero hacía falta un saltador de código negro para abrirnos el paso y en mi situación dudada que aún mantuviera mi vieja credencial. Por lo que salir por allí, de forma normal, estaba por encima de mis posibilidades.

Estaba buscando por el marco y las paredes interiores del armario alguna forma de forzar la puerta y salir cuando me di cuenta que mis compañeras habían desaparecido.

Oí sus pasos a lo lejos y decidí seguirlas, quedarse solo y sin un plan a la vista no era una buena idea.

Entraste en el nuevo pasillo, que tenía puertas pero eran como de atrezzo. Ella se paró al final del pasillo, cerrado, apenas a una veintena de metros tuya. Tocó la pared, y la golpeó con frustración solo para dejarse caer hacia el suelo después- La había visto...creía que mi niña estaba aquí...- murmuró muy bajito. 

Cuando saliste el pasillo percibiste que donde antes solo había un camino, ahora se abría un segundo, al lado contrario del ascensor. ¿Qué camino tomarías? Si era cierto que se escuchaban pasos, pero de ningún sitio concreto. 

Pero que demonios... Aquel pasillo era muy extraño. ¿Que hacían aquellas puertas falsas allí? ¿Por qué había un pasillo falso? Prefirió no pararse a pensar en todo lo que Titán hacía que no entendía, no tenían mucho tiempo que perder.

Corrió hasta Ella y se agachó a su lado.

-No te preocupes... la encontraremos ¿vale? Yo te ayudaré... - le dijo mientras le sujetaba la cara para que la mirase - Ahora necesito que te levantes, vamos... - tiró de ella con suavidad hacia arriba, para tratar de guiar su movimiento.

Trató de guiarla de vuelta a donde estaban las escaleras.

-¿Donde estaba tu hija? ¿Donde la llevaron? - preguntó durante el camino.

Empezaban a acumularse demasiadas cosas. No sabía si conseguirían salir de allí a tiempo todos...

Salí del apartamento en busca de Arabelle y Ella para descubrir que se había abierto un nuevo camino donde antes solo había uno. Traté de diferenciar de cuál pasillo provenían los sonidos de mis compañeras pero no supe distinguir de cuál. Tal vez hubiera sido mejor gritar para que me contestarán, pero en mi actual situación no me pareció buena idea. Decidí seguir el nuevo camino y confiar que me llevara a mis compañeras o a alguna salida hacía pisos superiores.

Mike tomó el pasillo nuevo, y al final, en un camino sin salida, donde todo lo demás parecía normal, estaba Ella mirando al final, con la mano puesta en la pared. Arabelle se estaba acercando, estaba apenas a dos metros. 

No fue hasta entonces, cuando os disteis cuenta de que ambas manos, eran normales. De carne, de piel. El sonido del viento se alzó dejándoos sordos, era como estar en medio de una tormenta de arena, una grande, de las que despegan la piel de la carne, la carne de los huesos. Según se iba haciendo mas alto, apenas dos segundos después de empezar, Ella se giró lentamente, dejando ver un ser sin rostro, con un orificio negro en donde debería de estar la nariz, que se iba abriendo lentamente, como si de un agujero negro se tratase, totalmente opaco, sin opción a vida. De eso estabais seguros. 

Cuando la criatura se mostró en el lugar que antes estaba Ella, Arabelle chilló. Quiso salir corriendo, pero su cuerpo no le respondió. Aquella criatura no podía ser real, no era posible. No existía nada como eso. Todo lo que pudo hacer fue echarse contra la pared, nada más. Las piernas le temblaban. La respiración se le aceleraba, y notaba gotas de sudor frío cayendole por la frente. No encontró fuerzas para apartarse de allí, ni para hacer nada. Todo en lo que podía pensar en ese momento es en que iba a morir allí.

Mike también se quedó parado, simplemente mirando como si no fuese con él. 

La que no hizo lo mismo fue Ella que pareció que os "miraba" por apenas un segundo antes de lanzarse contra Mike a una velocidad endiablada con las manos por delante. De hecho, cuando saltó en el último metro hacia él, fue tal el ímpetu que definitivamente no era humana, ella no lo era. 

No podía creer que mi amiga Ella se hubiera convertido en esa cosa, mi mente no podía procesalo era demasiado irreal para poder hacerlo. Me quedé paralizado, sin poder hablar o tan siquiera poner mi cuerpo en movimiento, sin decidir si era una nueva alucinación o era de verdad, hasta que fue tarde.

Cuando quise darme cuenta y ya tenía esa cosa encima. Sin un arma con la que defenderme y en un pasillo sin salida hacia delante solo podía retroceder mientras esquivaba sus ataques.