Partida Rol por web

Gelion veía la batalla a través de los ojos del arte. Con ellos a veces las cosas reales parecían extrañas, indefinidas y las irreales podían tomar carta de naturaleza, rodearse de auras brillantes o destellos. Los sonidos a veces se oían apagados, como a través de un muro grueso. Aquella vez sin embargo oía todo con meridiana claridad, parecía encontrarse en medio de la batalla. Sus amigos caían y sangraban, gritaban y maldecían llenos de rabia y él sólo podía culparse por no poder ayudarles. Su preocupación estuvo a punto de afectarle. No podía permitirse perder la concentración, forzándose volvió a sumirse en el ensueño.

Turno 704

El enemigo recompuso sus filas al ver como retrocedian los enanos. Solo quedaban dos arqueros, el tercero, con el hombro destrozado no podia ni levantar un palmo su brazo. Con la izquierda agarro su espada protegiendo el flanco izquierdo. No tenia escudo, y tampoco hubiera podido embrazarlo, no se coloco en primera linea, se quedo donde estaba, esperando.

Delante y con el cuarto arquero muerto, los escudos se juntaron aun mas. Con un hombre menos al que defender podian aglutinarse mas y ofrecer una mayor cobertura a los dos arqueros que quedaban activos.

Dos flechas fueron rapidamente puestas en el arco, centrandose en el enano que iba a ayudar a Arlan, si no fallaban podrian tener dos enanos heridos, dos enanos a los que habria que ayudar y poco a poco todos caerian.

TURNO 704:

- "La madre de todas las putas." - maldijo para si mismo. ¿Cómo podía estar pasándole aquello? Era como si todos los dioses, astros, demonios y señores oscuros se hubiesen puesto de acuerdo para amargarle la existencia. - "Solo quiero llegar a Burh Ailgra, ¿tan complicado es eso? De verdad, si me podéis oír, iros todos a la mierda, cabrones." 

Estaba cabreado, y no era para menos. Por mucho que intentaba evitar los enfrentamientos y los conflictos, estos acudían a él como moscas a una mierda de caballo. -"¿Será que huelo mal? - pensó resignado a la vez que se olía por dentro de la manta-poncho mientras no perdía de vista el grupo con el que se acababa de topar. 

Aquello pintaba mal, muy mal. Sabía que en el bosque podía encontrar, como mínimo cuatro guerreros, los que faltaban para completar la formación de arqueros que había irrumpido en el claro. Encontrar ahí dos guerreros más, junto con otro arquero significaba que, de momento, los enemigos eran quince; y quince era un número a tener en cuenta para una huída a tiempo. 

El problema para poder largarse era que el trío con el que se había topado iba directamente hacia él. Se encontraba atrapado: si se movía lo verían y si se quedaba quieto se darían de bruces con un tuerto escondido y sin ningunas ganas de pelear. Y, para colmo, el folla caballos se había quedado lanzando flechitas. Por suerte, a pocos metros de él, tal y como había imaginado, el joven bien vestido permanecía agazapado a la espera de que los enemigos pasasen. - "Si supiera que va a atacar antes de que lleguen a mi..."  Pero no se podía arriesgar, debía conseguir que los sagath se desviasen antes de descubrirlo.

Sin pensarlo dos veces Temüdyin agarró una piedra del suelo y se preparó para aquella maniobra. Sabía que podía salir bien, o mal, pero peor era no intentarlo. Mentalmente imaginó la dirección hacia donde, pensaba, se encontraban  Oin y Draupner y, con toda la discreción con la que fue capaz, lanzó el pequeño canto rodado, mientras, mentalmente, intentaba reconciliarse con unos dioses de los que solo se acordaba en aquellos momentos de necesidad.

Turno 704

Los sagath cerraron su formacion para proteger al arquero. Este ultimo no dudo en tensar la cuerda y soltar rapidamente en direccion a Freagulf, que aparecio tras Temudyin

Turno704

Coralak estaba bien escondido y cuando se percato de que Fragulf venia y de que lo sagath le dispararian, salio de su escondite , arma en alto, para golpear al arquero.

Turno 704

uno de los guerreros se giro rapidamente al oir a Coralak, e intento empalarlo con su lanza. Mientras el segundo guerrero se adelanto un poco, rompiendo la formacion para defender a sus compañeros.

RESOLUCION TURNO 704
Asalto 2

Rapidamente Oin, Draupner, y Dwalin retrocedieron para ponerse a salvo de las flechas. Arlan se había quedado en su posición, estaba agachado, no podía moverse. Una flecha clavada en su tobillo se lo impedía, el dolor era brutal. Arlan poso su maza en el suelo y se dispuso a romper la saeta, tanto por delante como por detrás, bien era sabido el peligro de extraerla. Gallindum lo había visto, y pese a su propia herida se lanzo en su ayuda. Con el escudo en alto avanzo hasta Arlan.

Pero dos flechas salian en dirección a Gallidnum. Dos saetas malintencionadas que solo pretendían buscar la muerte del enano. Con un rapidísimo movimiento Gallindum, logro interponer su escudo ante la primera de ellas. La flecha le hubiera impactado en la pierna, el tiro no era demasiado fuerte y bajaba su trayectoria conforme avanzaba. Quedo clavada en la madera con un golpe seco. La segunda llego casi al mismo tiempo, y esta si dio a Gallindum. El enano que valientemente se había lanzado a ayudar a Arlan, se vio con el segundo dardo incrustado en el cuello. Entro limpiamente por el lateral del cuello cuando el escudo bajo a detener la primera flecha. La punta se alojo entre las vertrebas, haciendo que el enano se desmontara cual marioneta con los hilos cortados. Seguia consciente pero no era capaz de moverse, una herida que mas valiese haber segado la vida de Gallindum.

Oin y Draupner lo vieron desde la seguridad de los arboles, ambos enanos se apresuraban en colocarse unas improvisadas vendas para detener la hemorragia. Con un pedazo de sus ropas colocaron el tapon y apretaron fuerte hasta que apenas salía sangre por la herida, pero de manera que fluyese la sangre. Cuando terminaron levantaron la vista y vieron lo que había ocurrido, Gallindum en el suelo y Arlan, observándolo aun con un pedazo roto de flecha en la mano.

Gelion entre los arbustos comenzó de nuevo a murmurar. Atraia hacia si la fuerza que habita en todas las cosas, las rocas, los arboles, el aire… Comenzaba a llenarse de ese poder, al que había aprendido a moldear y redirigir a su antojo. Ajeno a lo que ocurria, abstraído permanecia quieto. Bolgo estaba junto al mago a pocos metro de el. Con su menuda mano buscaba una piedra en su bolsa, cuando la saco y sin pensarlo mas, la coloco en la cesta de su honda y comenzó a girarla sobre su cabeza. Cuando elevo la mirada, vio a Gallindum tirado en el suelo.

Freagulf, tras haber acabado con uno de los arqueros intento contestar a Temudyin, pero esta ya se había internado en el bosque. Lo siguió, sabia que se había ido por el este, rodeando a los enanos en busca del segundo grupo de enemigos, los que habían contestado hacia unos segundos. Desaparecio entre los arboles.

Dwalin se parapeto tras el primer árbol que vio, el no era un guerrero, no solia verse involucrado en peleas de ese tipo y no sabia bien que hacer. Las fuerzas se igualaban, un herido y un muerto, o casi muerto por cada bando. No es que el herrero tuviese miedo, pero no sabia que hacer, esperaba ver que hacían  Oin y Draupner para jugarse su propia vida.

RESOLUCION TURNO 704
Asalto 2

Freagulf llegaba a la posición donde Temudyin estaba escondido justo cuando este lanzaba una piedra hacia la posición de los enanos. La llegada del ailgratha hizo que la treta del tuerto para desviar la atención de los sagath no sirviera para nada. Si, la piedra hizo ruido, un rapiedo vistazo y no ver nada en aquella dirección hizo que se centraran en Freagulf, que apareció frente a ellos.

Los sagaths se pararon en seco sorprendidos, y formaron. Los dos guerreros se encararon a Temudyin, que al lanzar la piedra quedo al descubierto. Con los escudos muy juntos y sus lanzas sobrsaliendo por ellos, protegían al arquero, que de inmediato tenso el arco y solto su flecha hacia Freagulf. Esta salió muy desviada hacia la derecha y se clavo con un golpe seco en un árbol cercano, había tenido suerte, el apresurado disparo del arquero no dio en el blanco. Entonces de la nada salió Coralak, con su espada en la mano, el brazo en alto y sin emitir grito de guerra alguno sorprendió al arquero, que al oírlo lelgar intento esquivar el lance. Lo logro en primera instancia, pese a ser sorprendido, un paso atrás basto para que la hoja no lo alcanzara, pero ese movimiento también propicio que la espada, ya abajo cambiara de dirección y lo golpeara en la pantorrilla, una leve herida se abrió en ella, sorprendido y sin nada que poder hacer, el arquero recibió varios golpes mas que fueron absrovidos por su armadura. Entretanto uno de los guerreros se había encarado a Coralak e intentaba ensartarlo con su lanza. No logro acertarle hasta la tercera lazada, en la que dio de lleno en la protección metalica que Coralak llevaba, no logrando abrir herida alguna. Despues con la parte posterior de la lanza lo le golpeo el costado, la armadura del muchacho le estaba salvando la vida. El segundo guerrero permanecia a la espera, encarado a Temudyin.

Chaka se lanza, aprovechando el desconcierto a por el guerrero que queda delante. Pese a estar de frente a el, y contar con un escudo, es el momento de atacar, además Freagulf viene en su ayuda. La lanza de Temudyin iba adelante y atrás rápidamente. Eran golpes modestos, buscando salvaguardarse de posibles ataques. Un par de ellos dieron contre el escudo, otro fue esquivado sin problemas. El sagath por su parte solo se dedico a contener el ataque y lanzar tímidamente su arma hacia delante, mas para intimidar que para dañar al tuerto.

Ahora Coralak estaba levemente herido, Temudyin ileso justo delante del escudo sujeto por uno de los sagath y Freagulf acercándose al enfrentamiento.

RESOLUCION TURNO 704
Asalto 2

Ilidan poco podía hacer, el brazo roto estaba fuertemente sujeto con un vendaje al cuerpo. Con su mano izquierda aferrada a su espada solo contaba con el factor sorpresa. Si atacaba seria descubierto, y si le descubrían tendría que enfrentarse a tres soldados, dos si tenia la suerte de matar al primero de un solo golpe. No las tenia todas consigo.

Vio una opción, la de usar la cabeza, su sabiduría, aquella aprendida de su maestro. Eso le recordó su misión, debía entregar un colgante. Pero primero debía salir de allí, vivo. Se concentro y se preparo para ejecutar uno de los poderes. Comenzo con una plegaria a los mismísimos Valar. Pocos Numenoreanos pedían favores a los Señores, pero había uno, Tulkas, ese personificaba la fuerza bruta de los guerreros de ese pueblo, a el si que rendían culto. Por tanto encomendándose al Cazador, Tulkas el Fuerte, que su sombra oculte la luz, comenzó a recitar pasajes aprendidos, palabras de ruego y sumisión.

Oculto entre las sombras, bien escondido pedia ayuda.

Los sagath se detuvieron tan solo unos metros después, habían descubierto a Bolgo. Se pararon en seco, formarom. Los guerreros juntos, escudos en alto y sus lanzas saliendo entre ellos. El arquero saco despacio una cuerda y la coloco en la cuerda, se incorporo y tenso. El objetivo era Bolgo.

Turno 705 (Asalto 3)

Bolgo sintió un escalofrío al contemplar el cuerpo de Gallindum cayendo al suelo con una flecha clavada en el suelo. Por un momento olvidó el combate y pensó en el enano.

Gallindum, nooo... pensó creyéndolo muerto.

En apenas un instante volvió a la realidad de la batalla. Por suerte, había mecanizado el movimiento de la honda de tal modo que a pesar del momentaneo despiste, no había dejado de agitarla en lo alto. Con la sangre hirviéndole por la rabia que sentía, aumentó la fuerza de los giros hasta el límite de sus fuerzas y fijó a otro arquero con la mirada (enemigo 3) dispuesto a arrebatarle la vida de un solo disparo.

- Dispara tus flechas en el infierno... -susurró justo antes de proyectar la piedra en el aire en dirección al oriental.

Turno 705

No ví llegar la segunda flecha la cual me atravesó el cuello y se alojó en mi columna vertebral.

Simplemente caí inerte al suelo. No podía moverme.

Maldita sean esos hijos de perra sin honor. Ojalá ardan en el infierno.

- Arlan, Понте, за исключением. - susurro.

Poco más puedo hacer. Ojalá Marga estuviera aquí. Seguro que ella sabría que hacer para ayudarme en estos momentos.

Traducción.

- Arlan, ponte a salvo. - susurro.

Turno 705

Una flecha y un grito. Gemidos, dolor. A su alrededor todo parecía indicar que las cosas no iban muy bien. Gelion podía sentir que parte de aquello era culpa suya. Si no hubiese fallado a sus amigos probablemente ahora las cosas serían diferentes. Además había más enemigos que venían de camino. Dentro de poco aquello se desequilibraría. No sabía si podía esperar más. Sin embargo se forzó en concentrarse, fallar de nuevo el sortilegio podía ser desastroso.

Turno 705

Los arqueros sagath sacaron de inmediato otra flecha. Esta vez con mas tiempo, la colocaron sobre la cuerda acariciando las plumas de la cola con el dedo indice.

Delante los guerreros apenas se movian, estaba bien cerrada la defensa, no dejarian que otra flecha pasara entre ellos.

Turno 705

El sagath arquero, tras haber apuntado bien, dejo escapar entre los dedos la cuerda del arco, impulsando la saeta con fuerza en direccion a Bolgo. Delante los guerreros lo cubrian con sus escudos, manteniendo las lanzas hacia delante.

Turno 705 (Asalto 3)

Temudyin tenía razón. Esa sensación invadió a Fréagulf cuando al salir del claro e internarse entre los árboles siguiendo a Chaka vio a los tres Sagath allí plantados, poco más y les hubieran rodeado, se preguntaba si por el otro lado también habría otro grupo dando la vuelta para pillarles desprevenidos.

Una flecha pasó cerca de él y se ensartó en un árbol cercano, Fréagulf maldijo entre dientes y comprendió que tenía que actuar rápido. Con él escudo en alto para protegerse de más flechas fue hasta dónde se encontraba su compañero de penas y desventuras en los últimos días y se colocó junto a él en modo defensivo, atento a cualquier movimiento por parte de los sagath, cualquier ataque que lanzarán lo desviaría con su escudo o con su espada.

Turno 705

Ilidan comenzó a sentir que sus plegarias a Tulkas eran escuchadas, no sería descubierto, estaría amparado bajo manto de una noche aun mucho más oscura. Por unos instantes llego a sentirse completamente calmado, e incluso con el poder de provocar el mismo sentimiento a otros, pero rápidamente se desvaneció cuando la flecha salió silbando desde el arco del sagath.

Aquello le recordó que estaba en una contienda, de la que todo indicaba que estaban en desventaja. Pensamiento que casi le hizó desconcentrarse por completo. Fue entonces cuando decidió seguir buscando esa comunión momentánea con Tulkas que lo tranquilizará momentos antes de entrar en combate.

Debía de esperar más para asegurarse que su oración era realmente escuchada. Lo sentía por sus compañeros, sobre todo para al que había ido dirigida aquel proyectil, seguramente Bolgo, que se encontraba por ahí más o menos, pero debía de estar completamente seguro de cuando actuar. Lanzada ya la saeta, creía que ya no hacía falta precipitarse. Eso sí, ya no le dejaría volver a disparar, cuando viera que la cargaba y fuera a comenzar a apuntar sería el momento de entrar en acción.

TURNO 705( 3er asalto):

Una flecha silbó, casi al unísono con la piedra que acababa de lanzar hacía su izquierda. Al parecer, y aunque el mineral había caído justo donde había deseado y a sus oídos había llegado el sutil sonido que provocó, la treta no solo no había funcionado sino que había descubierto su posición. Extrañado por aquel hecho maldijo para sus adentros como solía hacer de forma automática. 

"Mierda, mierda y más mierda. Estoy hasta el cuello de mierda de camella parturienta. Ha llegado el momento de poner distancia de por medio." - decidió mientras echaba un vistazo a su espalda, justo hacia donde había oído clavarse la flecha que, creía, le habían disparado, por suerte, con muy mala puntería. 

Y fue entonces cuando se dio cuenta de todo lo que había pasado. Allí, a unos metros de él, Fréagulf se estaba acercando escudo en brazo y espada en ristre. No había sido él el blanco de la saeta, no había sido suyo el error de calculo. Había sido la llegada del ailgratha la que había centrado la atención de los sagath hacía aquella dirección, dirección en la que él se encontraba, y había arruinado su estrategia descubriendo su posición.  

En aquella ocasión el tuerto no tuvo tiempo de maldecir pues cuando su mente ya elucubraba  la mayor de las retahílas jamás imaginada por mente alguna sobre los soldados de Burh Ailgra, el sonido de una espada hendiendo el aire hizo que olvidara aquello y se centrara en los nuevos sucesos. Como había imaginado, el emperifollado joven, agazapado en la vegetación hasta ese momento, acababa de cargar sobre el grupo enemigo. 

"Un joven que no llegará a vestir canas si continúa dejándose dominar por su ímpetu imberbe. Maldito necio, estoy rodeado de una panda de botarates que ni piensa ni escucha." - lamentó al ver su desafortunada actuación y pensar en la brillante idea enana de esperar en un claro y al descubierto a un batallón de sagath con sus afamados arqueros. "No me extraña que sean una raza que no para de menguar."

Desde luego, por muy duro que pudiesen parecer sus pensamientos no dejaban de ser ciertos. El joven se había lanzado solo hacia tres guerreros bien entrenados, había centrado su ataque sobre un arquero cuando este ya había lanzado su proyectil y, finalmente, había sido herido por uno de los guerreros. 

"Por lo menos esa misma energía le hace sentirse invulnerable." - pensó al comprobar que su novato compañero no parecía haber sentido el impacto. "Espero que continúe así y se lleve todas las mías." - deseó al darse cuenta que todo aquel ajetreo lo había colocado, sin darle tiempo a reaccionar, en posición de cuerpo a cuerpo. 

Huir, que continuaba siendo la mejor opción, se volvía inviable. Apartase era convertirse automáticamente en el blanco de las saetas del arquero. Además no deseaba tener testigos de sus maniobras y, en aquel momento, tenía dos. No le importaba mucho lo que pudiese decir el joven pero si lo que pudiera atestiguar Fréagulf, sobretodo si el destino tenía a bien juntarlos de nuevo en Burh Ailgra. Su situación se podría volver insostenible si aquello sucediese.

Casi forzado por los hilos del destino que parecían no querer devolverle el derecho inviolable que cualquier hombre tiene de usar el libre albedrío, lanzó unas estocadas básicas para medir el nivel de aquellos guerreros. Sabía lo que iba a suceder ya que conocía sobradamente la fama de sus adversarios, sobretodo la de los arqueros sagath, pero necesitaba ganar tiempo para que el ailgratha pudiese llegar al cuerpo a cuerpo. Además quería comprobar hacía donde dirigirían su atención para poder moverse en círculo e intentar superar los escudos ye que si querían tener alguna oportunidad de salir ilesos de aquello necesitaban aprovechar todos los resquicios que pudiese ofrecer la defensa de aquel compacto grupo lo antes posible.

Entonces lo vio claro: el arquero(13), justo detrás del guerrero(14) que le había atacado, tenía el arco descargado y se había convertido en una amenaza menor. Mientras, el otro guerrero(12), a su izquierda, había girado sobre si mismo para defender al arquero del ataque del joven impetuoso. Temüdyin tenía un enemigo(14) frente a él pero aquello no era impedimento para poder hacer lo que tanto le gustaba: atacar los puntos más débiles de sus adversarios. Desde su posición, poco más de un metro lo separaba del desguarnecido costado de la espalda de aquel sagath que había cometido la osadía de perder de vista la punta de su lanza. 

Deseando que aquel fuese el último error que su enemigo cometiese, arqueó sus cuerpo con aquel estudiado y ya interiorizado movimiento decidido a hundir su lanza por debajo de las costillas de su objetivo pero sin olvidar que, en cualquier momento, podía hacer acto de presencia algún otro de los sagath que, desgraciadamente, aún no había logrado ubicar.