Partida Rol por web

Vesania y Supremacía

Chapter II: A Matter Of Art

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15/07/2012, 00:59
Horace Holden

25 de Junio de 1897, 01:23 - Exterior del Crystal Palace, Upper Norwood, Londres.

Caminando al lado de Purity Drummond, hija del Espejo, Chiquilla de Jemaine Wilburn Royce, Horace Holden se sentía exitado. Dos de dos. Dos veces había tocado en su presencia y dos veces había caído en su trance. Quizás pudiera parecer que era bastante susceptible a su Debilidad de Clan, pero no. Lo cierto es que tantos años ligados al mundo del arte, la música y el teatro le había dado a Horace un exquisito gusto a la hora de clasificar estilos, y talento. Por eso estaba seguro de que el talento de Purity Drummond era excelso. Incluso muy superior, si cabe, al de su propio Sire.

Cuando se alejaron lo suficiente de la entrada del Elíseo, el señor Holden sonrió y le habló con dulzura.

- Discúlpeme por haberla emboscado de esa manera, señora Drummond, pero temía que Jemaine no pudiera soportar la presión y pudiese ocurrir algún desafortunado accidente. Y desde luego no quiero que se vea envuelto en él. - Miró hacia la puerta final del parque donde estaba el Crystal Palace. - Debería haber un coche de caballos esperándonos...

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15/07/2012, 01:26
Elizabeth Blackmore

Puirty caminaba erguida y recta, como una orgullosa dama de mármol cuyos rizos se agitaban por la leve brisa nocturna. No parecía prestar demasiada atención a su acompañante, aunque sí escuchaba las partes que le interesaban. Su humor estaba agitado como el mar embravecido, y no deseaba compañía ni conversación alguna. No obstante, acostumbraba a tenerla quisiera o no.

-No es necesario que se disculpe, señor Holden -replicó con cortesía y rectitud-. Era lo correcto.

Sus pupilas se perdían en la oscuridad.

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15/07/2012, 01:36
Horace Holden

Horace sonrió e hizo una pausa en el camino.

- Vamos, señora Drummond. Si hubiese querido tratar con una autómata hubiese acompañado a Juliet Parr y no a usted, a casa. Creo que tenemos que hablar seriamente. Sobre el fiero control que tiene Jemaine sobre usted. Se le nota, si me permite decirle, que está bastante hastiada con su actitud egoísta y sobreprotectora.

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15/07/2012, 12:11
Elizabeth Blackmore

No fue capaz de contener la sorpresa al escuchar sus certeras cavilaciones. De haber podido respirar, el aire se habría evaporado de su interior como el agua bajo el sol del verano. El sonido de la tela rozando al caminar se detuvo mientras buscaba los ojos de Horace con terror. Apretó los labios con severidad y las manos se crisparon entono al vestido.

-No... Eso no es cierto -sentenció con convicción y la mentira reflejada en el azul intenso de sus ojos-. Jemaine es una buena persona. Lo hace porque es necesario.

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15/07/2012, 13:46
Horace Holden

Horace se puso serio, de repente.

- ¿Es necesario para quién? Sólo para él, para que la siga maltratando y la use como una esclava. Usted tiene el talento, y él se lleva el reconocimiento. ¿Es eso justo, señora Drummond? ¿Es eso ser una buena persona?

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15/07/2012, 14:23
Elizabeth Blackmore

Purity entrecerró los ojos, amenazante como un animal acorralado dispuesto a defenderse.

-¿Esclava? Está usted muy confundido, señor Holden. Y está haciendo acusaciones muy graves -gruñó casi sin despegar los labios. Apretaba los dientes con tanta rabia que los músculos del cuello se remarcaban, y no dejaba de temblar-. No se meta donde no le llaman.

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15/07/2012, 14:46
Horace Holden

Enarcó una ceja, seriamente.

- No sea infantil, señora Drummond. Atrévase a negar en mi presencia que Jemaine no la trata como un objeto que maneja como place. Vamos, la desafío. Y esta noche me mandará a meterme en mis asuntos, pero mañana me agradecerá que esta conversación haya tenido lugar.

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15/07/2012, 17:09
Elizabeth Blackmore

El poco color que mantenía en su no-vida huyó, volviéndola mortalmente pálida. Aguantó su mirada un segundo tras otro, alargando el momento de la verdad hasta que algo dentro de ella acabó por ceder, incapaz de encontrar una justificación a su situación, una vaga excusa que ofrecerle para que la dejara marchar. Finalmente su semblante se resquebrajó y una línea roja perfiló la parte inferior de sus ojos.

-No puede decírselo a nadie, señor Holden. Jemaine se enfadaría mucho, muchísimo, y... -Se acercó a él con pasos cortos, tambaleándose como si estuviese muy enferma y débil, hablando rápida y nerviosamente-. Jemaine no es mala persona, se lo puedo asegurar. Antes era comprensivo y agradable, un auténtico caballero. Pero la presión y... y...

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16/07/2012, 21:06
Horace Holden

Horace sonrió complacido ante la ruptura de Purity.

- Puede confiar en mí, señora Drummond. No se preocupe, nadie se enterará. Jemaine es un egoísta que la ha retenido todo este tiempo en contra de su voluntad, escondiéndola en su casa como una muñequita de cristal. Pero eso se acabó. Déjeme a mí el resto, usted sólo espere.

El Toreador le tomó la mano.

- La liberaré, Purity Drummond, y lo mostraremos al mundo la grandeza de su talento.

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16/07/2012, 21:35
Elizabeth Blackmore

La Malkavian clavó sus dedos en la mano de Horace. Negó rápidamente, desdeñando su proposición.

-No, yo no puedo hacerle eso a Jemaine porque... le adoro. No puedo traicionarle y dejarle sólo, ¿comprende? Él me necesita, y yo le necesito a él -Liberó su mano para apretar sus párpados con la palma y frenar el llanto que se avecinaba. Volvió a mirarle como un cervatillo asustado-. No negaré que ansío vivir de nuevo, verme rodeada de gente a la que extraño. Pero no le deseo ningún mal a mi Sire. Él fue quien me dio mi nueva condición, le debo respeto.

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16/07/2012, 21:43
Horace Holden

Horace enarcó una ceja y rió divertido.

- ¿Quién ha hablado de hacerle algo malo, señora Drummond? Sólo hablo de que Jemaine la libere, nada más. No debería sacar conclusiones tan preocupantes a la ligera. - Le acarició la cara sin pudor. - Pobre niña... Déjeme ayudarla.

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16/07/2012, 21:45
Elizabeth Blackmore

Purity apartó el rostro como acto reflejo, contrariada. Mientras que el flagrante gesto de Randolph había sido adulador, aquel le pareció frío y meditado. Horace no estaba envuelto en sombras, ni mucho menos. Su rostro denotaba una firmeza y serenidad que no había encontrado en ningún otro vástago y, sin embargo, presentía que debía tratarle con respeto y cierto temor. Era dueño de sus actos, tanto como lo era ella misma. No estaba condicionado más que por su codicia y caprichos, de modo que se volvía mucho más peligroso que la mayoría de los patanes que habían acudido al Elíseo. Era un lobo con piel de cordero, lo sabía. Quizá por eso a Jemaine le resquemaba tanto su presencia a veces.

-Sacar a la luz todo eso, señor Holden, no le hará ningún bien -sentenció.

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16/07/2012, 21:59
Horace Holden

Horace sonrió.

- Verá, señora Drummond. Es una cuestión de arte. Usted en una pintura fascinante, de nouvelle art, talentosa, vívida. Jemaine es un viejo tapiz de Constantinopla... Con encanto, pero ajado, molesto y desubicado. - La miró a los ojos. - Adelante, Purity. Dese la oportunidad de mostrarse como la preciosa obra de arte que es, al resto del mundo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Estás afectada por Presencia 1 - Fascinación.

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16/07/2012, 22:16
Elizabeth Blackmore

Una oleada de aire fresco arremolinó su peinado e hizo ondear el vuelo de su falda, sumergida en las resplandecientes pupilas del Toreador. La ráfaga barrió sus temores y la lealtad que pujaba por defender para sustituirlos por la tentadora idea de renacer, de mostrarle al mundo su brillante talento.

Purity se miró las manos, pensativa. Esas manos que habían llevado al trance a tantas personas, que habían escrito verdaderas obras de arte capaces de apresar los corazones de la gente. Aquellas manos que podían hacerla libre. Sonrió débilmente.

-Claro, ¿por qué no? Tiene usted razón, señor Holden. Le ruego que disculpe mis modales. 

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16/07/2012, 22:53
Horace Holden

Ambos Cainitas siguieron caminando por el parque del Crystal Palace hasta su salida, donde les esperaba un coche. Horace ayudó a Purity a subir. Él esperó abajo.

- Señora Drummond. Recuerde mis palabras. Le ayudaré a ser liberada. Déjalo de mi mano. Este coche la llevará a su Refugio. Espero que su viaje sea placentero. ¿Desea que la acompañe?

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16/07/2012, 23:01
Elizabeth Blackmore

Purity se acomodó en el coche y miró unos instantes a Horace, dubitativa. Aquel Cainita resultaba encantador de repente, pero recibir su compañía habiendo tenido tan poco trato resultaba francamente inapropiado. Echó un vistazo al Crystal Palace; Jemaine, el único que podía reportar quejas al respecto estaba allí.

-Sería todo un placer, señor Holden -respondió dulcemente. 

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19/07/2012, 20:41
Horace Holden

Horace asintió sonriendo y subió al coche. Luego le indicó al conductor (posiblemente un ghoul) la dirección del refugio de Purity y Jemaine, y en cuanto hubieron arrancado, miró a la Malkavian.

- ¿Hasta qué punto le ha maltratado Jemaine, señora Drummond?

La pregunta era directa, como una daga en sus costillas.

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19/07/2012, 22:07
Elizabeth Blackmore

Purity arrugó el ceño y agachó la cabeza, quizá avergonzada.

-Horace, está usted siendo demasiado grosero... -anunció con la voz de una niña atemorizada. En verdad lo era, y no le faltaban razones para desprestigiarle. Pero no lo hizo-. Jemaine no me maltrata, así que le ruego que deje ese tema a parte. No quiero que esta noche, que debía ser maravillosa, siga convirtiéndose en rastrojos conforme avanzan los minutos. Por favor se lo pido.

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24/07/2012, 20:59
Horace Holden

Horace sonrió débilmente.

- Me parece justo. Sólo quiero que sea paciente. En breve tendrá noticias mías.

Miró por la ventana del coche y sus pensamientos se sumergieron en la noche londinense que se desplegaba frente a sus pupilas. Sólo Horace Holden sabía qué debía hacer, y cómo debía hacerlo. Por una cuestión de arte.

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24/07/2012, 21:02
Elizabeth Blackmore

La señorita sonrió con gentileza, agradecida por el gesto y el respiro que ello conllevaba. Prefirió no darle pie a más preguntas ni temas escabrosos, de modo que permaneció en silencio imitando su postura y observando las concurrentes calles del Londres nocturno. Sólo salió de sus pensamientos cuando, meditando sobre ciertas visiones que había tenido con anterioridad, recordó no haber tenido ocasión de hablar con Abraham.

-Señor Holden, ¿sabe usted árabe? -preguntó con suavidad.