Veronique cambió su expresión al escuchar el comentario de su amiga. Levantó su mirada del piso y esbozó una media sonrisa. No quiso hacer ningún comentario al respecto, pero miró a Francesca mientras se acercaba y encogió sus hombros. Quería demostrarle que no era tan dura así...
Unos murmullos interrupieron el hilo de pensamientos de Veronique. Giró su cara hacia la puerta que, si mal no recordaba, era la de la sala de estar. Se acercó suavemente mientras levantaba la mano en señal de que esperaran a sus amigas. Una vez que llegó a la puerta, escuchó que André estaba hablando, junto a otras voces femeninas, que no pudo identificar.
No quiso entrar a la sala, no tenía ganas de estar con otras personas, y menos con André, después de lo que había pasado. Volvió hacia la dirección de Jaz y Francesca, justo cuando una mucama se cruzó en su camino. Paró bruscamente para no chocarla, ya que venía caminando bastante rápido. -Uh, perdón.- Dijo avergonzada. Luego, llevó sus manos hacia su cabello y mientras lo tocada dijo: -¿Podrías llevar una merienda para tres... a mi habitación?- Dirigió la mirada a las chicas, mientras esperaba la respuesta de la mucama.
Juana estaba caminando rápidamente. Leonore otra vez la había llamado, seguramente quería más té. Casi no se había percatado de la presencia de otras personas en el hall hasta casi chocar con una muchacha rubia.
-Lo siento, no la he visto, señorita Veronique - Dijo algo alterada, aunque con una sonrisa - ¿Merienda para tres?
Dirigió un rápido vistazo hacia por detrás del hombro de la chica y vio a dos jóvenes, una pelirroja y otra de cabello color caramelo. A la pelirroja ya la había visto, trató de recordar su nombre Francesca. La chica del vecindario que Leonore le había invitado a tomar el té con sus sobrinas.
-De acuerdo... se los llevaré enseguida... - Murmuró sin perder su sonrisa.
Entonces comenzó a dirigirse a la cocina, pero luego recordó que tenía que atender el llamado de Leonore, entonces pegó media vuelta y volvió a caminar de manera apresurada hasta perderse por la puerta del salón principal.
Veronique miró de reojo a Juana mientras se retiraba hacia una de las puertas. Volvió su mirada hacia Francesca y Jaz. Se dirigió caminando hacia ellas, de su manera tan particular para moverse.
Cuando se acercó a las chicas, dijo sonriendo: -Emmm... resulta que la sala está ocupada, creo que está André allí... Bueno, al final, vamos a comer a mi habitación...- Veronique se apresuró y no esperó ninguna respuesta de las jóvenes. Volteó y se dirigió hacia la escalera. La subió aferrada al pasamanos, mientras las chicas caminaban detrás de ella.
Una vez que terminó de subir la escalera, suspiró fuertemente. Miró hacia ambas direcciones, no recordaba con exactitud cual era la de su habitación, pero se decidió rápidamente por una.
Atravesó el pasillo, y abrió lentamente la puerta de su habitación.
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