Partida Rol por web

Despertaste en medio de la playa, con ropa de recluso, no tenías idea de que hacías ahí. Te levantaste pero no podías recordar nada de nada. Recordabas vagamente tu nombre y que habías estado en una cárcel por largo tiempo, pero no se te venía nada más a la mente. Te levantaste bastante cansado, mirando a tu alrededor. Unos minutos después de vagar sin entender que ocurría, sin poder recordar, una mujer de cabello negro apareció. Iba vestida con una camisa negra y unos pantalones de cuero. Venía con una mochila en la espalda, y apenas te encontró te dijo;

-¡Vaya! A sí que has sobrevivido. Me alegró, ahora podremos continuar con nuestro pacto, Ahmar. Ten –Dijo, lanzándote la mochila- Allí hay ropa para que te cambies y guardes la de recluso que llevabas, apresúrate, que en unos minutos más la policía comenzará a buscarte. –Dijo, mirándote.

-¡Que mierda!-

Se da vuelta, mira a la mujer detras de el -¿Quien eres?- Se levanta y toma la mochila mientras se viste se pregunta sobre su pasado, recordaba estar encerrado en un lugar, pero no recordaba por que o como salio...

La mujer se dio una vuelta unos segundos para que te vistieras, mientras te respondía de reojo;

-¿De qué estás hablando? Nos vimos en la cárcel, antes de liberarte de aquél lugar. Vamos, tengo mi auto aparcado por allí, apresúrate. –

Dijo, comenzando a caminar una vez que estuvieras listo hacia el auto. A lo lejos ya podías escuchar el sonido de las patrullas sonar. Ese simple sonido te provocaba escalofríos, como si fuera un muy mal recuerdo.

Termina de vestirse y sube apresurado, ya arriba vuelve a preguntar.

-No recuerdo haberte visto nunca, de hecho, no recuerdo nada, creo que podrias ayudarme respondiendo ¿quien soy? y ¿quien eres tu?

Ella te miró extrañada y confundida, diciéndote;

-¿De qué mierda hablas, Ahmar? ¿Es que te has golpeado escapando hasta aquí? ¿De verdad no te acuerdas de nada? –Dijo mientras subían al auto.

Era un auto negro de dos cabinas, y a penas te subiste, puso el auto en marcha. No paso un minuto cuando doblaban la calle y viste como pasaban muchas patrullas costeando toda la costa por la cual habías llegado.

-Solo recuerdo haber estado encerrado, no se porque ni donde, pero tu dices conocerme asi que te agradeceria que respondieras...- La mujer le parecia extraña, pero familiar, apostaria a que la conocia de toda la vida se fijo en su cuerpo, quiza el brillo raro en sus ojos, o su rostro con cierta sensualidad, pero no le molestaria saber que era su novia...

La mujer te miro seriamente mientras iban de camino, y te respondió,

-Está bien. Eres Ahmar Kaltinsky, un sicópata e inventor de armas. Durante los pasados quince años mataste al menos cincuenta personas, y luego fuiste condenado a cadena perpetua. Llevas cinco años en prisión, yo aparecí en tu recinto de alta seguridad para ofrecerte un trato. Necesitamos tus armas, necesitamos tu conocimiento y tu poder, a cambio, te daremos libertad, inmortalidad, y todo lo que necesites para que llegue el verdadero infierno a New York. La única regla será que deberás seguir nuestras órdenes. –

Dijo, mientras manejaba por el lugar.

-En parte esta bien, pero falta algo...- Hace un silencio, en parte se siente orgulloso de haber tenido ese logro -¿Quien eres?-

La idea le parecia genial, pero queria saber a quienes obedeceria.

-¿A quienes debo obedecer? Aparte de ti claramente-

Te miró directamente por unos segundos, y te respondió;

-Soy Erika, reina del clan Valefor. Mi señor Nathan ha decidido que tu liberación era necesaria para llevar a cabo nuestra misión. Perteneces a un mundo donde no solamente vive lo normal, si no también lo sobrenatural. Soy un demonio, y he sido encomendada a liberarte de aquella prisión. Destruimos las paredes y burlamos la seguridad para que escaparas por el agua, para probarte si realmente eras un miembro de valor para nosotros. Afortunadamente lograste llegar, por lo que te saqué de allí. –Dijo mirándote, para luego decirte- Deberás obedecer a él lord de nuestro, Nathan Valefor, y a quienes él te diga que sigas. Una de esas personas, yo. –Dijo seriamente.

-Demonios eh...- Piensa mientras observa a Erika, se detiene sobre sus pechos, comienzan a desarrollarse todo tipo de ideas morbidas en su mente.

-Esta bien, solo quiero saber una cosa mas, hacia donde vamos, tenemos libros halla?, eh olvidado todo, necesito aprender de vuelta-

Erika te miró de reojo mientras salían de la ciudad, y tras unos cinco minutos doblo, entrando a una parte donde habían aparcados gran cantidad de autos y camiones de transporte, mientras habían gran cantidad de personas bajando cajas y cajas. Las cajas te parecían inusualmente conocidas. Erika te guío adentro mientras te hablaba;

-Sí, hemos dejado todos los materiales que nos has pedido en tu habitación. –

Dijo mirándote, mientras pasaban dentro de un hangar. El hangar era muy grande, y mientras caminabas te diste cuenta que era lo raro. Había unas puertas gigantescas abiertas con dirección a bajo tierra, a los cuales los tipos que iban entrando iban bajando las cajas. Ella te miró y te dijo;

-Esta es nuestra base, un bunker hecho durante la guerra fría de muchos pisos, que hemos protegido con magia demoniaca. –Lo miró un poco extrañado y le preguntó- Me llama la atención que no te haya extrañado que sea un demonio. ¿A caso recuerdas la explicación que te di en tu celda? –Preguntó mirándote.

-¿Por que deberia de extrañarme?- No recordaba nada, solo recordaba el sentimiento de encierro y nada mas...

-¿Que explicacion?- Seguia mirando al frente, le extrañaba la situacion, solo un poco, eguia pensando que clase de armas necesitaban, sabia que las haria, pero deseaba saber mas....

Erika miró a Ahmar y suspiró, aún no se acostumbraba a que él no recordaba nada, quizás que iba a decir su Rey cuando hablara con él…mientras caminaban le respondió;

-Usualmente las personas comunes no creen en lo que son los demonios, ángeles y otro tipo de criaturas sobrenaturales, por lo que no te extrañe es un progreso.-

Dijo mientras bajaban. Al entrar al bunker y pasar a un ascensor, observaste que tenía al menos una veintena de pisos hacia abajo, y se veía gran cantidad de gente trabajando en el sector. Cuando le volviste a hacer la pregunta mientras ella marcaba el piso -17 en el ascensor te respondió;

-Nuestro plan, claro. Usaremos nuestro poder demoniaco para manejar las mentes de los humanos que encontremos más capaces y hacerlos que trabajen y mueran por nosotros. Ellos llevarán a cabo un ataque a la planta nuclear de New York, mientras que dada la distracción nosotros nos encargaremos de atacar la base militar y preparar misiles balísticos intercontinentales para generar un conflicto a gran escala, no solamente entre los humanos, si no con el resto de las razas.  Las armas que estaban bajando arriba eran las que nos dijiste que tenías preparadas y escondidas, las fuimos a buscar donde nos señalaste y ahora estamos armando un pequeño ejército para llevar a cabo nuestro plan. –

Dijo seriamente, mientras avanzaban por el lugar.

La miro con una sonrisa extraña y suavemente le dijo -Asi que otras razas, ¿Cuales?- 

Intrigado espero la respuesta, mientras la miraba volvio a recorrer su cuerpo con la mirada, era increible lo humana que se veia, casi era imposible que fuera humana...

E intento recordar, recordar sobre armas, sobre misiles y guerras, cualquier cosa que pudiera serle util a Erika y la defenderia hasta morir.

Penso en el control mental, ¿Lo estarian usando en el, estaria obligado a hacer esto aunque no quisiera?

Erika te miró un poco extrañado mientras bajaban al hacer esa pregunta, y ella te respondió;

-Pues bueno, de partida están los ángeles, los demonios, los ángeles caídos, los vampiros, los hombres lobos, todas aquellas criaturas que forman parte de la cultura y el folclore son reales, así que creo que esa es la mejor forma de decirlo. –Dijo, encogiéndose de hombros.

La miraste de reojo y ella se sintió un poco molesta al ser tan examinada, por lo que pudiste notar. Mientras bajaban intentabas recordar lo más posible de tu creación de armas.

Vio un signo de molestia en el rostro de Erika, sonrio para sus adentros, era lo que queria, ahora ya tenia un limite, un limite al que sobrepasar, en algun momento lo haria, asi sabria el poder de su nueva jefa.

Volvio a intentar recordar pero no pudo, cualquiera que hubiera sido la causa, debio causar un daño grave en su memoria, quiza era demasiado tal ves en otro momento...

Por más que intentaste recordar si realmente habías hecho armas en algún momento de tu vida, solo tuviste un leve dolor de cabeza. Te parecía imposible que tú pudieras haber hecho armas…o bueno, actualmente, te parecías incapaz de hacer casi cualquier cosa, pues lo único que recordabas era todo lo que habías vivido con Erika hasta ahora.

Llegaron hasta una habitación bastante grande y bien amueblada. Había una cama bastante grande, un escritorio, televisor de cerca de 42’’, entre muchas otras cosas. Allí, había un hombre de aspecto extremadamente duro. Solamente por verlo  notaste que era una persona de gran maldad, incluso te parecía divertido, porque te recordaba a ti al mirarlo, aunque no supieras porque, o al menos, no por ahora. Erika se arrodilló ante él y dijo;

-Mi Rey, he traído a quién me has pedido que liberase. Lamentablemente ha perdido la memoria y no recuerda nada…-

Dijo en tono de respeto y un poco de pena. 

Nathan se acercó a ella acariciándole su cabello, y luego de eso la ayudó a levantarse y le respondió;

-No te preocupes por eso, Erika. Tenemos planes más importantes de los que preocuparnos ahora. Averigua lo que te pedí y después vuelve a mí. –

Dijo mirándola, para después de esto Erika retirarse de la habitación y quedarte a solas con Nathan. El hombre te miró y te dijo;

-Ahmar…el trato que hemos acordado me parece de gran funcionamiento para ambos. Yo he ganado mis armas, y tú has ganado tu libertad…ahora bien, tú me prometiste que podrías hacer más armas para mí, pero has perdido la memoria…dime Ahmar, ¿Qué recuerdas de lo que eres capaz de hacer? –Dijo, mirándote fríamente.

Miro a Nathan a los ojos, luego observo la habitacion lentamente y volvio a observar a su nuevo jefe.

-Como dijo Erika, perdi la memoria, no lo recuerdo, pero estoy dispuesto a servirle, despues de todo ¿Usted me libero, no?-

Sentia gran identificacion con el, aunque asombro, despues de todo, quien pensaria que el señor del mal seria un joven...

Entonces decidio recordar devuelta...

Pero cayo en la tiniebla de la memoria devuelta, tal vez estaria asi por un largo tiempo...

Ahmar habló y luego intentó recordar, de lo cual, tras intentarlo unos segundos, si bien no recordó nada, le vinieron muchas imágenes a la cabeza. La primera era tu haciendo artes marciales, luego te veías a ti mismo lanzándote al mar desde un peñasco. Recordabas manejar un avión, estar armando un rifle de asalto…ver un lugar lleno de armas, finalmente viste el cadáver de una mujer degollada, mientras tus manos estaban llenas de sangre. Luego esas imágenes pasaron y Nathan te miró interesado varios segundos antes de hablar;

-Así que has olvidado todo…bueno, eso es un problema. Ahora que has salido de la cárcel, te estarán buscando en gran parte del país, por lo que no es lo más seguro que salgas. Te recomiendo que leas un poco sobre lo que hacías a ver si recuerdas como hacer armas, ya que sería la mejor forma de la cuál podríamos…negociar. ¿Tienes alguna pregunta? –Dijo, mirándote seriamente.