Partida Rol por web

Sentado en su oficina, pensaba en lo que había pasado con la chica Amanda...esperaba que tuviera los pantalones suficientes para hacerle frente a la situación, nadie podía volver a morir a manos de ese maldito espíritu... se levantó y tomó una copa de vino, que bien le hacía a aquella hora de la mañana, pero cuando iba a sentarse de nuevo, esta vez en uno de los balcones de su oficina, tocaron la puerta... ¿quién sería tan temprano en la mañana?

- Adelante.

Entré directamente a la oficina del director, cerrando la puerta tras de mi, con la mano apoyada en el pomo de la espada, en descanso.

-Señor- dije con el saludo formal militar- miembros de otro imperio o mercenarios y un mago se han infiltrado, ha habido un combate en el hall, Brown, Ramius y yo combatimos la invasión...soy el único sobreviviente-

Me quedé callado mirando a los ojos al director, dándole un instante para asimilar la noticia, para luego continuar.

-Creo que debemos de tener una reunión y formar un cuerpo de defensa en la escuela cuanto antes, es inaudito que estas cosas ocurran en un instituto de este calibre, antes dijo que nadie podía salir sin morir, pero aparentemente entrar no es tan difícil y eso que la ubicación de este lugar es secreta...-

Las palabras del joven Allking no lo inquietaron en absoluto, al contrario, lo llenaron de regocijo, pero claro, no podía permitir que el chico se diera cuenta de ello, así que actuó como lo determina el caso y soltó varios y fuertes improperios en contra de los enemigos del imperio y de su academia... Caminando se acercó al joven y le puso una mano en su hombro... Pobre, Pensó. Lo miró fijamente, tratando de ver algo en su interior, en las profundidades de su alma, pero aun no se veía aquello que esperaba con tanto ahínco, así que solo dejaría que lo demás y los demás se encargaran de todo.

- Mira Aris... las cosas cambiarán drásticamente...como tú los dicho implícitamente, la seguridad de la academia está en duda y ahora solo resta luchar para defender esta fortaleza.

- Claro señor, espero sus órdenes - le respondió el chico algo espectante.

- Tendrás la responsabilidad de crear un grupo encargado de la seguridad, ve y habla con tus compañeros, mi hijo estará a la cabeza, estarás bajo sus órdenes... recuerda que nada puede olvidarse y todo está en la luz del pasado, nada puede eclipsarse por  el tiempo, la verdadera razón de todo, pronto abrirá sus puertas y llegará el momento en que tengas que luchar, realmente luchar contra cosas inimaginables.

El chico, un poco sorprendido o asustado por sus palabras inclina su cabeza, correspondiendo al entendimiento de las órdenes, da media vuelta y se dirige a la puerta, es en ese momento cuando siente un débil zumbido detrás de él y gira en una fracción de segundo para detener con sus manos una daga blanca que le Director le había lanzado por la espalda, para su sorpresa el Conde sonríe:

- Sigues intacto en tus sentidos.... - respira profundo - vete ya....

Con premura y confusión, el chico sale del despacho, pensando en lo que acababa de pasar, todo esto se le antojaba muy perturbador...nunca terminaría de sorprenderse en aquella academia.

Extrañado miré la daga para luego asentir una vez más y guardarla, creando una nueva funda del otro lado de la espada.

Mientras caminaba iba intentando recordar los rostros de mis compañeros y lo que sabía de ellos, para mi desdicha era muy poco pues no había socializado con todos, pero ahora debería de conocerlos mejor, aunque por supuesto ya tenía a mi mano derecha lista.

Ahora iría a buscar al vice director, a fin de comentarle las ordenes de su padre, si este no lo había hecho ya por telepatía a fin de concertar una reunión rápidamente.