Partida Rol por web

No podían esperar más, la situación no los dejaba pensar con claridad en cómo comenzarían este proceso de formación docente en una academia que lidiaba con toda la élite del imperio, pero harían lo mejor como maestros formados para enseñar no solo asignaturas, sino también para formar seres humanos en pro de la guerra por el honor del Emperador y la Paz de los lindes, para formar a los futuros gobernantes de las provincias y diplomáticos.

Sir Nicholas Bightman, Conde de Sondrawyn y Director de la Academia ya había fijado la fecha para el inicio de clases de los Diez Gen, como solían llamar a la generación de la 25° secuencia de poseedores de dones; y había decidido enviar lo necesario para recoger a los alumnos y comenzar su educación para el servicio del Imperio. Sin falta alguna, los maestros debían recibir la información requerida para comenzar su proceso.

El dispositivo en el que vino la carta esperó a que el profesor estuviera en frente para leer su retina y hacer un scanner de su cráneo, corroborando así la identidad de cada individuo, al hacerlo, del sello del Conde director se desplegó una luz un poco azulada, revelando una holográfica imagen de una carta apergaminada que se comenzó a leer sola como si tuviera un parlante, el medio usual de correspondencia cargantiana.

Un Saludo del Espíritu!

Yo, el Conde Brightman, Director de la Academia y el Consejo Superior os envío esta carta para dar inicio al proceso educativo de vuestra merced en nuestra prestigiosa academia para su servicio al Imperio y al Emperador. ¡Larga Vida al Emperador!

En cuatro días deberán estar en la sede del parlamento, allí serán recogidos por una nave comercial de Azgul 4S en el puerto gravitacional, para su viaje hacia el norte, aquí (en el paquete) está el tickete que identifica al profesor, presentarlo a la hora de partir y al llegar a la academia. Su viaje será en la misma nave que transportará a los estudiantes para que puedan conocerlos mejor antes de comenzar todo este proceso educativo.

No es necesario para los maestros portar uniforme alguno; sus asignaturas ya están programadas en los horarios y días de la semana que dictarán, pro favor al llegar a la academia remitirse al coordinador académico para ultimar sus detalles antes del comienzo oficial de las clases.

Un saludo Muy fuerte y Bienvenido a la Academia Holtzman de Humanidades y Artes, donde se educa para el progreso del Imperio.

¡Larga vida al Emperador!

Dicho esto, la imagen disminuyó su tamaño hasta desaparecer por completo, se abrió un pequeño pestillo y dejó al descubierto un boleto con el nombre de la Academia en letras negras, como los escritos antiguos del planeta; las cosas parecían normales hasta el momento.

Lo único que importaba era que sueño de impartir su conocimiento en esta Academia se volvía realidad, y harían lo imposible por hacerlo de la mejor manera posible, no quisieran tener problemas...

Solo restaba esperar el día para partir.

Meses, meses esperando. Meses para aquel desagradable scanner que le leía el ojo.

Zarachy, que despreciaba la vida en casa, pues sus padres, unos snobs de cuidado, basaban su vida en el dinero, lujos, sin tan siquiera reparar en lo vacíos que estaban por dentro. Su abuela se había encargado de darle a Zarachy el amor que le faltaba, pero solo podía visitarle de manera puntual.

Meses esperando. Y por fin había sido así, (una vez aceptado en el colegio) he sido invitado a marchar allí, y a empezar a organizar mi curso escolar, en empezar educar a alumnos, de manera colectiva. Aquella idea simplemente me entusiasmaba. - Seguro que no son los típicos profesores, aburridos de la enseñanza que es obligado a impartir, como las escuelas del pasado. Mis compañeros deben ser probablemente personas entusiasmadas por coger ese prestigioso empleo. - Bajé las escaleras, para dirigirme a mi cuarto. Lo observé desde fuera, apoyándome en el marco. No lo volvería a ver en un tiempo. No me entristecía, pero tampoco me alegraba.

Me senté en la cama, a mirar todo aquello. Una y otra vez.

No entendía el porque, pero le apenaba. Claro que se iba de donde había pasado tantos y tantos años, pero nunca había tenido apego por aquello. 

Estaba leyendo el periódico mientras desayunaba, cuando llegó a mi casa un dispositivo mensajero con la carta de bienvenida de la academia de la cual ahora formaba parte. No es que estuviera especialmente contenta aunque sabía muy bien que tenía mucha suerte de haber encontrado un trabajo como aquel en una academia de tanto renombre y tan prestigiosa. Mis padres estaban muy orgullosos y sabía que Dylan también lo estaría. Me lo imaginaba dándome un golpecito en el hombro como solía hacer y diciéndome algo así como "sabía que lo conseguirías, estoy muy orgulloso de ti, tú siempre fuiste la hija lista". 

Después de corroborar mi identidad de manera algo exagerada a mi parecer , se dispuso a leer aquella carta. En 4 días nos recogerían en el parlamento. Bien, estaba todo claro. cogí la documentación necesaria para el viaje y mi identificación. 

hasta el momento no me había parado a pensar en serio en todo aquello. Aún no había hecho ni las maletas. ¿Cómo sería el resto de profesores? ¿sería capaz de ser una buena profesora? había estado ensayando delante del espejo un par de veces, incluso me había hecho un pequeño esquema de cómo podía empezar. ¿pero y si no gustaba? ¿y si los aburría? o mucho peor...¿sería capaz de hacerme respetar? era mejor no pensar en todo aquello y dejarme llevar un poco, porque si había aprendido algo en mi corta vida, era que por mucho que ensayases algo, la realidad siempre acababa siendo muy diferente y esos "esquemas" finalmente no servían para nada. 

Le di las gracias al dispositivo, luego me di cuenta de la tontería que acababa de hacer. Estaba nerviosa, suerte que nadie me vio hacer semejante estupidez. 

Bueno, pensé, 4 días.....en 4 días todo dará comienzo. ¿Seré capaz de estar a la altura? desde luego iba a hacer todo lo posible. 

A partir de ahora será en tercera persona. Por eso quería probar aquí, donde no lo va a leer nadie. Es mi primer post en una partida de CU. Y antes solía hacer las cosas en D&D, y la narrativa se mezclaba con los combates.

Tercera persona, pues.

Estaba disfrutando de una deliciosa taza de café sentada en mi jardín cuando escuché el timbre de la puerta sonar. Dejé la taza sobre la mesa auxiliar y caminé hasta la entrada para recibir al cartero que me esperaba con una carta un tanto particular. Cerré la puerta tras dedicarle una sonrisa de agradecimiento. Quise esperar hasta llegar al salón para leerla pero la carta se me adelantó abriendo un pequeño holograma a mitad de camino. Una desmesurada sonrisa se fue dibujando en mi rostro a medida que oía el holograma. No dudé en llamar a mi padre para comunicarle la noticia, el cual se alegró bastante de ello. 

Guardé el ticket en un lugar seguro y del que me acordaría de coger antes de partir para la academia. Volví a salir al jardín para terminarme aquella taza de café, disfrutándola mucho más que antes gracias a esta grandiosa noticia. Podía parecer tranquila pero los nervios me comían por dentro, rebozaba felicidad. 

Después de terminar y soltar las cosas en la cocina fui a mi despacho para ultimar los detalles de como iba a ser mi clase. Debía de estar todo perfecto, no me podía permitir fallar dentro de esta academia. 

Como todas las mañanas me levanté temprano de la cama y me coloqué mi ropa deportiva para salir a correr durante una hora. Al volver a casa recogí el correo y me dirigí hacia la cocina para prepararme un buen zumo de naranja natural. Antes de prepararme el zumo miré las cartas que tenía una por una. Ninguna resultaba interesante hasta que una de ellas se abrió presentándome un holograma que salía del sello que la mantenía cerrada. Estuve escuchando atento a lo que decía mientras tomaba el zumo. - Desde luego es una gran noticia. - Dejé el vaso en el fregadero y me acerqué hasta el sobre para recoger dicho tickete, el cual guardé en la cartera.

Subí a mi cuarto para tomar una ducha. ¿Qué más podía pedir? El día estaba comenzando redondo y estoy seguro de que va a mejorar. Tras ducharme fui hasta mi armario para seleccionar la ropa que iba a llevarme, luego me dirigí hasta mi escritorio sacando del cajón una carpeta con el trabajo del curso. Contemplé sonriente la maleta. - Tú puedes con ello, Adam. - Ahora solamente hacia esperar hasta la fecha para empezar.