Partida Rol por web

A ti, hacia mucho que no hablaba tanto tiempo y con tanta sinceridad con nadie. (En realidad nunca) Además esto puede venirme bien, estar todo el día sintiendo cosas agradables. Aunque lo haga para ti, es bueno para mi. Contigo son todo ventajas. Lo malo sera cuando alguien me enfade o altere, no querría sobresaltarte o arrastrarte.

Me resulta extraño saber que andas por aquí, (se señala la cabeza) pero no me asusta, es agradable pensar que de alguna forma te tengo dentro. La referencia a "tenerlo dentro de él" Le hace abandonar su puesta de sol, para ser asaltado por otro tipo de sensaciones y fantasías, pero rápidamente se recompone. Le mira a los ojos entonando un "lo siento" con la mirada y la sonrisa.

El recuerdo que uso para sentirme así es de una excursión que hacia a menudo, es un acantilado que hay a tres horas andando desde el castillo de mi familia. Iba a ver la puesta de sol, y luego había que hacer noche en las cercanías. ¿Tú has crecido en Starda?

Llegaron nuevos estudiantes al restaurante y Laurence puso en marcha su ejercicio. Bajó su mirada, para concentrarse e intentar bloquear los sentimientos ajenos. Parece funcionar, pero no por eso se relaja totalmente, esperaba que fuera cuestión de tiempo volverlo algo automático.

Miró a Alking tras el comentario de Alvar - Si, claro, puedes invitar a ambos. Puedo manejarlo - Dijo haciendo referencia al pelirrojo también, quien se veía sumido en sus pensamientos.

Tras saludar a Alvar con la copa noto su invitación a cenar con ellos, por lo que agarro el plato con los cubiertos y la copa y me acerco a la mesa.

-Buenas noches- digo tomando asiento - parece todo muy calmo ahora mismo a comparación de hace unas horas- miré al acompañante de Alvar, no me era conocido por sus rasgos, pero hice una leve inclinación formal a modo de saludo- Aris Allking un placer-tras presentarme reparé en el pelirrojo que estaba alejado.

-Saben quien es él?- pregunté a ambos.

Tras la tormenta viene la calma, le sonríe. Se agradece un poco de paz y silencio, aunque espero que haya una gloriosa revancha algún día. También he de reconocerles que si estuvieron volando dentro de una tormenta para esquivar el radar y los sensores tienen redaños. Se emociona con el evento de la batalla aérea y la furia militar y nacionalista le invade, pero rápidamente se vuelve a centrar en emociones pacificas y suaves. Recuerda de nuevo aquella puesta de sol, calmando su mente para no molestar a Laurence.
(Sobre el pelirrojo) No lo conozco aun, le vi al principio del día ayudando a una profesora con la maleta y luego solo un poco en la sala común.

Un leve movimiento de otros comensales llamó mi atención, levanté la mirada y noté que me saludaban, a la vez que parecían hacerme una señal de que me acerque. Arquié mi cabeza, no entendía bien... pero luego me sentí algo estupido, y finalmente me levante para acercarmeles.

Una vez parado frente a su mesa, uno de ellos hizo un gesto como para que me sentase y así lo hice, sin deicr mucho y de manera obediente y sumisa.

Guardé silencio un rato y luego sentí sus miradas sobre mi mis ojos vacilaron entre las miradas de ellos y bajé la cabeza - buenas noches, soy Clement Bartholf, es un gusto conocerlos.- al terminar levanté de nuevo el rostro para verlos. Parte de lo que la señora ordenó era que hiciera amistades fuertes...

-Alvar, aprecio que hagas esto por mi, significa mucho, de verdad - Laurence le dedica una sonrisa - No te preocupes por mi si te enfadas o te alteres. Trataré de centrarme en otra persona o ya me las arreglaré. Tengo mis trucos.

Se sonrojó repentinamente ante las sensaciones que habían despertado su frase de doble sentido, por lo que pateó a modo de broma una pierna de Alvar por debajo de la mesa, mientras bajaba su mirada avergonzado. 

-A las afueras de Starda, en la finca de los Crawford - Respondió, imaginándose con cierta envidia sana las aventuras que Alvar ha tenido en su vida, mientras que Laurence la pasaba dando paseos por los prados verdes de su mansión o encerrado en su habitación. - No salía mucho de casa. De hecho, contadas son las veces que iba a la ciudad, ya te imaginarás por qué.

-Si, evidentemente por lo que intentaron tienen agallas, lamento que esta nave no tenga anti aéreas o que no nos dejen acceder a ellas, me hubiera gustado darles una lección-

El pelirrojo se acerca a la mesa y finalmente se sienta con nosotros y se presenta, ciertamente su apellido no me sonaba demasiado, quizás era una nueva incorporación en el imperio.

-Es un placer Clement, te veías muy pensativo recién, ocurre algo?-

-Hola... - Saludó a Aris con un gesto amable, devolviendole el saludo formal - Laurence Crawford - Se presentó.

Miró en silencio la conversación que Alvar llevaba sobre el enfrentamiento. Un leve fruncimiento de ceño apareció en el rostro de Laurie, haciendo que se distrajera unos segundos. Pero luego la calma volvió y observó como el pelirrojo se acercaba a ellos con un gesto sumiso. Laurence estaba tentado, por lo que en unos pocos segundos ya sabía lo que ocurría con Clement. Le dedicó una tímida pero reconfortante sonrisa.

-Soy Laurie, ellos son Aris y Alvar - Miró a Aris tras hacer su pregunta, mientras bebía una copa de agua. Giró hacia Clement, con simpatía. Tal vez porque veía mucho de sí mismo en el chico - No tengas verguenza, de seguro nos llevaremos bien.

(fingiendo dolor, no sintiéndolo solo poniendo cara) ¡ay!, vale me rindo, estuvo mal pero no lo pude evitar.

Cita:

Casi lleva su mano a la barbilla de Laurence para hacerle levantar la vista. No hay nada vergonzoso en el sexo ni en los dobles sentidos. Pero las normas sociales del imperio son las que son, y su mano se queda quieta por temor a que el camarero lo vea. ¿Esa era la vida que les esperaba? a escondidas siempre? No podría besarle en el cine, ni tomarle la mano en la calle, ni reconocerlo públicamente como su pareja sin que los padres de ambos renegaran de ellos. Algún día el emperador tiene que acordarse de nosotros y cambiar las normas sociales. Estos gustos no nos hacen peores súbditos, ni más débilesVuelve a pensar que los amores secretos tienen que superar pruebas que un amor publico no, eso tiene que contar para algo. Vuelve al acantilado, no la lies, la puesta de sol, intenta volver a la puesta de sol. ¡Vacia tu mente!

Por suerte en ese momento Laurence estaba distraído o si ha notado algo no dice nada.

Cierto, un desfile o una manifestación tiene que ser un infierno para ti... Vaya, tiene que haber sido una vida muy solitaria. Espero que aprendas pronto a apagar el radar a voluntad O si no me recluiré contigo. No, aun mejor te enseñare los lugares naturales más solitarios y hermosos del imperio

Tras meditarlo un poco añade: Ya que somos pocos alumnos debiéramos conocernos todos y llevarnos bien casi seguro. Hacer una pequeña piña. Podríamos buscar las aficiones más comunes entre nosotros... Por ejemplo a mi gusta la caza con armas antiguas, la naturaleza,Los deportes de riesgo, las artes marciales. Aficiones civilizadas tengo la lectura, que no ayuda mucho a socializar, y tocar el piano pero soy totalmente mediocre.

La sonrisa de Laurence, casi me saca una a mi, pero asentí con la cabeza nada más, me daba confianza que fuera tan calmado y gentil. solo mis ojos giran a ver a Aris para responderle - oh... no es nada; gracias por preguntar- dije y luego al escuchar los nombres de todos, asiento y les miro -mucho gusto de conocerles.-

-si te gusta la naturaleza, no te puede gustar cazar...- murmuré de manera débil y tímida; me arrepentí apenas dije aquello, no quería buscar problemas ni caerle mal a Alvar... me daba algo de miedo, no solo por que ufera mayor. -yo no tengo muchas aficiones... a veces cocino... antes solía bailar... hace mucho que no lo hago.- me lamenté; aunque me sonrojé un poco al agregar -tambien soy bueno en aliviar los malestares del cuerpo...- "no había manera bella de decir "dar masajes" o si? ... eso no era propio de un noble... no como cazar o vivir para uno mismo... por eso los medios me menospreciaban a veces por ser alguien poco egoista para ser noble". Pero luego me esmeré en devolverle la sonrisa a Laurence -y ustedes, ¿tienen alguan afición?- extendí mi pregunta a Aris, con la mirada.

Sonríe ante la broma de Alvar, levantando la cabeza. Notó las preocupaciones que Alvar estaba teniendo en su mente de repente, por lo que frunció su ceño con desconcierto. La inseguridad le invadió rápidamente ¿Había hecho algo malo? Estuvo a punto de ponerle una mano sobre el brazo para preguntarle qué ocurría, pero Alvar volvió a sus sensaciones cómodas.

-Mi habilidad me aisló muchísimo, por eso tuve educación en casa, no salía mucho - Suspira, para mirar a Alvar a los ojos - Eres prácticamente el primer amigo que tengo - Se detuvo a pensar, ciertamente eran algo más que amigos, pero no se atrevería a utilizar un nombre para la relación que tenía con Alvar por ahora - Espero que así sea, tengo la esperanza de que en la Academia Holtzman me enseñen a controlar mis... habilidades.

Se quedó pensando con cierta inseguridad ¿Y si no lo lograba? Miró a su alrededor. Por ahora había podido ignorar a un camarero, pero ¿Qué haría en una ciudad? Alvar se vería obligado a verlo en soledad, como si Laurence fuese un monstruo. No era la primera vez que se sentía así. Y temía que aquella situación terminara hartando a Alvar y se marchara.

Tragó saliva, sus demonios e inseguridades habían vuelto. Intentó tranquilizarse, concentrarse en las sensaciones de Alvar, pero Laurence seguía nervioso.

-Aliviar los dolores del cuerpo? Estudias medicina Clement?- pregunté riendo un poco antes de ponerme a pensar sobre mis aficiones.

-Me gusta la caza deportiva, también la equitación y la esgrima se que pueden sonar anticuado, pero son deportes nobles que hoy en día sigue practicando mi familia, así como el tiro con arco, las justas y los combates con espada, en cuanto a cosas civilizadas- sonreí cómplice al repetir la definición que había dado Alvar y le eche una mirada a este- me encanta el ajedrez y las antiguedades en casa tengo varios juegos de ajedrez de distintas partes del mundo, también me gustan las antiguedades pero eso seguro les resulta aburrido...en cuanto a socializar he ganado algunos premios en clubes de debate-

Las pupilas de Alvar se han dilatado, tras el comentario del pelirrojo. Esta tratando de contener su ira, al menos por Laurence, pero no puede evitar decir lo que piensa. Para ello emplea un tono de voz frío y pausado, que es más inquietante que si se hubiera puesto rojo y a gritar: Me parece una opinión muy respetable Sr. Bartholf, pero no se si quiere discutirla conmigo o con el cuello de su camisa. (Le ha mosqueado el que la susurre, como si le temiera, no la opinión en si misma)Si quiere defender una idea hágalo, si quiere bailar dedíquele unas horas al baile todos los días. Tarde o temprano su tiempo acabara, ya no habrá más oportunidades solo le quedara hacer un repaso, un ultimo balance, y seria triste que descubriera que no ha vivido en plenitud. Tras eso inspira de nuevo, recupera la compostura y añade (lanzando una mirada de reojo a un fluorescente que ha parpadeado durante su momento de rabia) Lo siento mucho, no quería hablarle en esos términos. Pero tenga en cuenta que toda la gente que pasa por esta academia termina de secretario de estado, general o asesor importante de algun gabinete o del mismo trono, no puede tartamudear cuando exprese su opinión. El imperio necesita gente firme y segura o que al menos aparente serlo. ¿Me permiten invitarles a otra copa? la copa de la paz Hace un gesto al barman y comenta con Aris: Seria un placer jugar alguna partida de ajedrez algún día si encuentras algo de tiempo, seguro que eres un gran estratega. (El tono y la forma de cambiar de tema es al más puro estilo nobiliario "Chambelan digale al general que mate a todos los rebeldes y prepare el salón para la cena")

Estoy convencido de que son nuestras habilidades lo que mas les interesan... seguro que las potencian o les dan control y precisión.

Ser el primer amigo de Laurence le llena de alegría. Aunque no voy a ser solo tu amigo, ya no es suficiente, chico guapo, no desde lo de tu camarote.

¿Que te inquieta? ¿Que no lo logren? No seria tan terrible, las masificaciones están sobre valoradas. conozco varios lugares sin nadie en muchos km. a la redonda que podría enseñarte. y vivir en una mansión a las afueras o en un solitario castillo tiene su encanto. Aunque preferiría que tengas la oportunidad de estar con mucha gente, así si estas solo conmigo me sentiré más especial.

Algunos estudiantes y profesores habían salido de sus habitáculos para tomar o comer un poco durante esa noche que les presentaba de manera más calmada, lo hechos que durante el día , habían confundido su situación como miembros de la educación cargantiana.

Mientras atravesaban el Océano de Crosswalk, el ambiente en la nave se hacía cada vez más equilibrado y una extraña tensión se hacía entre los comensales, una sutil tensión, que era imperceptible, aun, al sentido humano, solo alguien allí lo podía sentir, fue cuando una risa se sintió en el pasillo de la segunda planta, una risa que hizo que el Vicerrector atravesara el hall, despavorido y lleno de preocupación, los recuerdos comenzaban, el entrenamiento daba comienzo...

Nadie hizo ningún comentario al respecto, algunos ni querían saber qué pasaba,pensando que el no saber los haría felices, pero, ¿qué equivocados estaban?, siempre, es mejor conocer el entorno y todo lo que ello implica, porque si no, se podría ser devorado por la realidad de un pasado inapetente...

En el pasillo de la segunda planta no se había escuchado nada, nadie más que los comensales que estaban en el primer piso de la nave habían sentido aquella risa juvenil...

Odio los aviones.

Tras todo lo que paso, cuando nos asignaron las habitaciones no dude ni un segundo en separarme del grupo que se había formado y claustrurarme en él. Respiré profundamente, odio los espacios cerrados. Y pensar que voy en un avión que había sido atacado no ayudaba nada. Decidí quitarme el complicado uniforme, y quedar en ropa interior como me gustaba dormir. Cogí un libro y me dispuse a distraer mi mente un poco de este extraño viaje.

Tengo ganas de que mis pies toquen tierra firme.

Al escuchar aquellas palabras de Alvar, Laurence bajó una mano para ponerla sobre la pierna de Clement. Se concentró y trató de hacer que aquel muchacho no sintiese verguenza o alteración, si no hacer que tenga seguridad y confianza. El contacto físico era algo que solía ayudar a Laurence a trabajar con las emociones ajenas, pero podía hacerlo sin tocar. 

Miró sorprendido la reacción de Alvar, aunque no podía decir que era algo inesperado. Aquella turbación molestó a Laurence por lo que su atención se dispersó hacia todos los presentes. Decidió concentrarse en uno de ellos, o tendría que marcharse de aquel lugar por el dolor.

Mantuvo la calma, pero no dejaba de pensar en lo que había dicho Alvar, precisamente lo de "Tarde o temprano su tiempo acabara, ya no habrá más oportunidades solo le quedara hacer un repaso, un ultimo balance, y seria triste que descubriera que no ha vivido en plenitud." Lo podía aplicar para él también. Su tiempo acabaría y lo único que había hecho en su vida era pintar y mantenerse recluido en soledad.

-No hace falta que seas tan rudo, Alvar - Comentó, mientras miraba a Alvar y Aris con recelo - Venimos aquí a aprender, no a tenerlo todo por sabido.

Aunque podía sonar desafiante, Laurence mantenía la calma, incluso parecía algo cohibido.

-No necesitas que yo esté con mucha gente para saber que eres especial para mi - Le respondió, sonrojado ante las sensaciones que le producía el estar con Alvar - Pero te terminarías hartando de la soledad conmigo, tarde o temprano sucede. - Bajó su mirada con tristeza.

-He vivido recluído en mi mansión toda mi vida, seguramente contigo será más divertido, pero no quiero hacer que te recluyas por mi - Suspiró, mientras elevaba su mirada a los ojos de Alvar - Estoy sonando demasiado pesimista, disculpa. Tendré fé en que lograré controlar mis habilidades, algún día.