Partida Rol por web

Tras el golpe inesperado, me doy cuenta de que la que ha caído encima de mi es la chica que estaba antes conmigo en la nave. - Tranquila. - Digo mientras me ayuda a levantarme y mirándole directamente a los ojos.  Tras ello, le sigo con la mirada hasta que vea que se sienta en uno de los pupitres de atrás y voy unos segundos después a donde se ha sentado ella. - Oye, ¿estás bien? - Digo sonriendole mientras me siento al lado suya y colocándole bien el pelo, ya que del golpe lo tiene un poco alborotado. 

Decirle tu nombre a un ser le da poder sobre ti, o eso dicen las leyendas. Da igual que ya lo sepa, decírselo tú le da una parte de tu nombre. ¿Cuento de brujas?, mejor no jugársela. Soy el más joven de mi apellido, tengo agua salada del manglar en mis venas (una licencia poética de su apellido), parte de mi carne esta en el estomago de un caimán (se toca la pierna) como la de la primera nigromante. Creo que tengo motivos para pensar que voy a ser el cuarto Duque Negro de la historia… Y tu ¿Quién eres? ¿Qué quieres? (Lo dice con solemnidad)

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Cuando Alvar ha entrado en clase ha sentido una gran alegría por ver a Laurence. Por desgracia, se ha teñido de vergüenza, inseguridad y sentimiento protector. No quiere que se le note lo colgado que está por él. Si le habla, verán su cara todos los que están sentados en las filas de detrás de Laurence, es decir de todos. Y si hay alguien capaz de desmontar su máscara, es el chico rubio de Starda. No quiere meter en líos a su amado, es el hijo único de alguien importante. ¿Qué clase de terribles consecuencias caerían sobre el pobre Laurence si se descubriese el “juego” que se traían entre manos?

Luego había sentido lastima por Clement, el pobre portamaletas de la profesora, se le nota triste y abochornado. Ha hablado con él interponiendo su cuerpo entre ambos, para que se pongan las caretas que se espera de ambos.

Luego, de repente, se ha puesto totalmente alerta, siguiendo con la mirada algo que bajaba la temperatura a su paso. Desde ese momento su valor está en guerra con su instinto de supervivencia. Una mezcla de sentimiento protector y orgullo le ha hecho sentarse entre esa amenaza y sus compañeros. La curiosidad le salpica mientras asiente y murmura, como si hubiera alguien en la silla que tiene justo detrás.

Voltee solo un poco mi rostro al escuchar a la profesora y casi sonrío; luego de haberme sentado, saludo con la cabeza a Laurence y sonrío, era un buen amigo, cuando me iba a cambiar de sitio para estar más cerca a él; es cuando aquel frío vuelve a asechar el salón de clases. Me incomoda mucho, pero mucho más por que me recuerda la escena en los jardines.

De pronto sigue con la mirada a aquella misteriosa chica y se siente algo perturbado por su presencia; de todas maneras es distraído por las demás llegadas... Saluda a Mary con un gesto, cuando sus miradas se crucen. Le responde a Alvar -dormí bien, gracias...- ahora nos llevábamos bien, eso me hacía sentir mejor y con algo más de confianza.

Luego hubo un pequeño accidente, el se levantó como para intentar ayudar; pero no había sido nada grave y ambos implicados se pusieron de pie al poco.

Escuchó con atención la clase, se perdió algunos momentos en los gestos de la profesora... pero se esmeraba por que no se notase su cara de tarado al examinarla. Finalmente ella hace un pregunta y mientras Celment piensa y calcula bien su respuesta, pues quería impresionar y agradar a la profesora; alguien más la contesta. 

Sin embargo escucha una perturbadora risa... voltea a donde veía a aquella misteriosa chica y frunce el ceño como preocupado y algo asustado.

Taylor me despertó, no había podido dormir bien tras la charla con Alvar en el restaurante, sobretodo porque el cuadro me ponía algo nervioso.

En casa tenía mi propia habitación, si el sol me molestaba cerraba las ventanas y cortinas y tenía una noche artificial, cerraba cada puerta y cajón antes de ir a dormirme de modo que nadie pudiera molestarme, tenía el sueño ligero y de sentir que alguien me miraba fijo ya me despertaba, ese cuadro me causaba esa sensación y al mismo tiempo era imposible no mirarlo.

Finalmente me había dormido dándole la espalda a mi compañero, solo unas horas después sentí como me movía para llamarme, diciendo que íbamos a llegar tarde, lo vi cambiarse a las apuradas y salir corriendo, yo me levanté y fuí a lavarme la cara, hacer mis necesidades en el baño y cepillarme los dientes, para luego perfumarme y ponerme el uniforme frente al espejo, mojandome el cabello para peinarme y colocándome gotas en los ojos para no parecer tan dormido.

Más vale llegar tarde que con mala apariencia.

Salí tomando mi anotador y bolígrafo, dando largos pasos para entrar en el salón, mientras iba escuchando lo que se decía.

-Filosofía significa amor a la sabiduría- dije apenas entré en el aula- como dijo mi compañera- refiriéndome a lo dicho por la señorita Parker - nace de la necesidad de saber algo más, pero se hace con dedicación es ese amor por conocer más las respuestas, aunque no siempre tiene que tener que ver con el raciocinio, se puede filosofar sobre dioses, sobre el bien o el mal o sobre la guerra, todo esta expuesto a ser analizado filosoficamente- me callé y me fui a sentar al lado de la pelirroja, dándole una palmada en el hombro a Alvar cuándo pase a su lado, por supuesto que había sentido la fría brisa cerca de él, por eso sabía que se había sentado ahí- siento el retraso profesora- comenté sacando el anotador para tomar nota de ser necesario.

Les hice un gesto a los que llegaron tarde para que se sentaran, no estaba ni parecía enfadada, sabía que había sido un día muy duro para todos, pero yo tenía que dar mi clase.

La chica que había entrado y que no había estado con nosotros en el avión, se empezó a reír. La miré extrañada, no todos parecían verla o quizás la ignoraban. Era una sensación extraña, ¿quién era? después de clase averiguaría más, por el momento era mejor ignorarla. 

vuestras respuestas son correctas. les respondí satisfecha. Parece que tenía alumnos muy aplicados.

El termino de origen griego se compone de dos vocablos: philos, que significa amor y sophia, que significa pensamiento, sabiduría, conocimiento. Su significado literal es  "amor por el conocimiento" como muy bien ha dicho vuestro compañero. Por este motivo, nos dice Platón que el filósofo no es un sabio, sino una persona que desea saber, que anhela el conocimiento.

En este sentido, la Filosofía no habría que verla como una ciencia exacta, sino como un camino, una búsqueda constante. La actitud del filósofo sería la de aquél que no es dogmático, que no cree que siempre tenga la verdad. Por el contrario, el filósofo nunca deja de hacerse preguntas, cada respuesta le conduce siempre a un nuevo interrogante, siempre quiere aumentar su conocimiento.

Esta disciplina, que acabamos de definir, tiene una multitud de ramas que podríamos resumir en las siguientes:

El saber filosófico constituye, antes que nada, el esfuerzo por describir lo más correctamente el orden natural. Esta descripción, esta teoría de la realidad, ha recibido diversas denominaciones: ontología, metafísica, filosofía… La filosofía es, en primer lugar, una teoría que versa sobre la realidad, una teoría metafísica. La pregunta a la que trata de responder es ¿cómo es el orden (o la estructura) de la realidad?

Pero en el análisis de la estructura de lo real se nos hace presente un ser sumamente especial: aquel que precisamente analiza la estructura de la realidad, el ser humano. De ahí que, en la pregunta por el orden de la realidad, esté involucrada esta otra, de especial importancia por cuanto nos afecta directamente: ¿qué es el hombre y qué lugar ocupa en la estructura de lo real? O, parafraseando al filósofo Max Scheler: ¿cuál es el puesto del hombre en el cosmos? En torno a estas preguntas se desarrolla la llamada antropología filosófica................................    

Quede mirando a Amanda, la profesora empezo con la clase, esa clase seria mi perdicipn. No tenia mucho conocimiento y sobretodo esperaba que no me preguntara.

-Señorita Amanda le agrada esta clase?

Intentaba entablar una conversacion para conocer a las personas que viajaron conmigo. Me di vuelta viendo como algunas personas contestaban sus preguntas y luego la profesora seguia hablando, definitivamente no era su materia.

Reitero odio la filosofía. Me aburre tanto, y no soy la unica, no veo a muchos prestando atención. Mi mirada y la de Clement se cruzaron y nos sonreímos. Es simpático pero tiene algo que hace que no me fie de él. El bajado anterior de la temperatura me dejo preocupada... Esta escuela es extraña. 

Me aburro tanto... Al momento cojo mi libreta en blanco y empiezo a escribir, nada filosófico por supuesto. Más bien algo un poco más entretenido. Me encanta escribir, mientras lo hago distraigo la mente... 

¿Cuanto quedará para que acabe la maldita clase?

Me senté y saqué la libreta junto al libro y un bolígrafo. Observo de soslayo como el chico se acercaba a la mesa que está ubicada a mi lado. Suspiro cerrando y abriendo mis ojos al momento. - E-Estoy bien. - Dije alejándome lentamente cuando éste me toca el pelo. Nunca me ha gustado la confianza que suele coger rápidamente la gente.

Le dediqué una sonrisa un tanto forzada y comencé a tomar apuntes de lo que decía la profesora. No es que me guste la asignatura, es más, la odio, pero tenía que intentar ponerle empeño y aprobarla. 

Noté como se alejaba, así que me acomodé un poco en la silla y miraba a toda la clase mientras la maestra seguía explicando. Se podía notar que no me gustaba para nada esta clase así que eche la cabeza en la mesa y poco a poco me iba quedando dormido sin que la maestra se diera mucha cuenta. 

La clase se acercaba a su fin, y los estudiantes miraban con anhelo los relojes, algunos estaban aburridos, reprimiendo algunos deseos e instintos que no podían estar a flote, no aún, pero no tardarían en hacerlo.

Las charlas de la filosofía estaba interesante, y más interesante se hacía con la profesora que la dictaba, que sexy era, muchos quisieran estar más que cerca de aquel cuerpo escultural y provocativo; pero eso no era momento para pensar en situaciones tan mundanas cuando los otros les acompañaban todo el tiempo.

De un momento a otro, una de sus compañeras se levantó, aquella que había saludado a la profesora y la había hecho sonreír desde la entrada, se sintió el chirriar de la silla, pero...que raro, que extraño, nadie se había levantado aun... alguien se reía de nuevo, en muy bajo volumen, y el viento arreció en el aula, los cabellos de todos se tornaron en huracanes cuando el silbido del viento murmuraba y murmuraba sin cesar, hasta que todo se calmó...

...malditos....

Y la puerta se cerró con fuerza, cuando la fuerte ráfaga de viento salió de allí....

¡Pues no se va sin responder ninguna pregunta, la muy zorra! Piensa Alvar. Se da cuenta de que lleva un buen rato ignorando la clase, así que trata de centrarse mientras su cuerpo recupera la temperatura normal y sus pupilas se contraen de nuevo conforme sale de un, en su opinión, bien disimulado trance mediúmnico. Total para lo que había servido...

Por lo menos, una cosa quedaba clara: su nueva “amiga” tenía una mente infantil. Portazos y llamarles malditos sin cesar. Como si, en vez de un ser aterrador, se tratara de una niñita tonta que acababa de aprender su primera palabrota y la repite hasta la saciedad. Si descubro como poder interactuar físicamente con el mundo de los muertos… te voy a inflar a guanzazos.

Empieza a pensar en la comida, ¿que tendrá hoy el camarero del restaurante para ofrecerles?

Laurence prestó atención a la clase como pudo, la filosofía era un tema que realmente le interesaba y le gustaba, pero el hecho de que hubieran tantas personas, reacciones y emociones diferentes hacían que tuviera un leve dolor de cabeza. Había sentido un frío helado y unos murmullos. Observa como Alvar reacciona alerta en dirección al misterioso asiento del fondo, en donde nadie se atrevía a sentarse.

Frunce su ceño con desconcierto y cierto temor, pero trató de mantener la calma. No quería ponerse nervioso. Era su primera clase. Tomó nota a las explicaciones de la profesora Fossati. Escuchó una risa macabra y de repente una fría ráfaga inundó el salón de clases. 

Laurie se estremeció en su asiento y miró a su alrededor, confundido, pero repentinamente la puerta se cerró con fuerza y no pudo evitar dar un respingo. Dirige su mirada a Alvar y lo nota enfadado, pero luego más tranquilo ¿Aquello había sido..? Le dio un escalofrío y bajó su mirada a sus apuntes, recordando lo que había sucedido el día anterior en la biblioteca. Algo oscuro y latente había en la Academia Holtzman.

Suficiente

Me levanté con evidente disgusto, la verdad era que toda esa situación y el andar lidiando con fantasmas y cosas raras me tenía los testículos como dos fiats 600, por lo que una vez finalizó la clase salí del salón rápidamente en pos del despacho del director.

Había estado prestando mucha atención a la clase; pero llegando a su final pasó algo raro... aquel ente que no todos veíamos... se iba y nos maldecía entre carcajadas. Ahora era evidente que la escuela estaba maldita; solo atiné a ponerme de pie, ver si a todos por si alguien había sido atacado o afectado de alguna manera; veo a la profesora a los ojos "¿ellos le harían informado al personal de ésto?..." Luego miro a Alvar, quien conocía de éstas cosas...

-Alvar...- murmuro esperando que pueda hacer algo, o si quiera iluminarnos sobre el tema.

-Alvar...- murmuro esperando que pueda hacer algo, o si quiera iluminarnos sobre el tema.

Solo cuando la profesora da por cerrada la clase, educación ante todo, le responderá:

No puedo añadir nada muevo, excepto que tenía aspecto de mujer joven pero sin ojos y que hablaba sin mover la boca. Me llamo “maldito” me pregunto quién era y se marcho. No estoy seguro de si era un fantasma siquiera o algo distinto. En cualquier caso a este tipo de entidades es mejor no decirles tu nombre real. (Aunque habla a Clement ,están separados por varias filas de mesa, así que la conversación será muy pública).

Alvar se pasa al asiento de atrás, con interés y curiosidad, pone la mano en el asiento, tratando de percibir algo, arañar una nueva pista. Se sienta en la silla que ocupó ella, cerrando los ojos un momento, centrándose en su sexto sentido.

Estaba dando la clase, cuando de repente la muchacha extraña se levanta enfadada de su asiento, empieza a crecer un fuerte viento y luego se marcha la chica dando un portazo. Ya estaba más que claro que no era una chica normal, pero seguía pensando que mi decisión de ignorarla había sido la mejor. Me hubiera gustado ir tras ella, pero apenas quedaban unos minutos de clase y era mi deber seguir, sin darle importancia a lo que acababa de pasar, delante de mis alumnos, ya que no los quería asustar. 

Algunos alumnos parecían aburridos. Me había estado preparando la clase y me hubiera gustado no aburrirles, quizás algo más dinámico el próximo día sería más entretenido, algo que les hiciera tener la cabeza ocupada para que por un momento se olvidaran de los problemas y de los extraños acontecimientos. 

Algunos chicos hablaban entre ellos e incluso uno se levantó de su asiento para sentarse en el lugar donde había estado la chica extraña. No sabía cómo debía comportarme, ¿debía decirles algo? después de todo era normal que estuvieran nerviosos y probablemente tendrían preguntas y querrían respuesta.

Chicos me senté en el escritorio algo abatida, estaba siendo una mañana muy dura. Más de la mitad de mis estudiantes habían llegado tarde, los había aburrido con la clase a la gran mayoría y encima esto, la chica extraña y caprichosa. Entiendo que todo esto sea nuevo, hay cosas de este lugar que no entendemos bien y es normal estar inquieto y preocupado. Pero todo saldrá bien, yo estaré ahí para cuidar de vosotros y ayudaros en todo lo que necesitéis. probablemente yo estaba más nerviosa que ellos, pero necesitaban unas palabras de consuelo. Miré el reloj, apenas quedaban unos minutos de clase. bueno....creo que por hoy ya ha sido suficiente, que tal si aprovechamos estos últimos minutos para conocernos mejor. No sé....que os presentéis y contéis algo de vosotros. en un principio había pensado empezar la clase de esa manera, pero luego me retracté porque no eran niños de colegio y probablemente les parecería estúpido; pero con los recientes acontecimientos era una tontería seguir con la clase porque la mitad que me atendía estaría pensando en lo que acababa de pasar y estaría hablando para la nada. 

Estoy atenta a todo lo que pasa pero es que no me puedo creer que esten tan normales después de lo que ha sucedido. Yo estoy nerviosa, es más no paro de dar golpecitos con el boli en la mesa. 

La maestra parece tranquila, como si no le pareciese anormal todo lo que esta pasando. O acaso ella sabe algo más que nosotros...

Me llamo Mary Ann Harris, soy una persona curiosa y como tal me gustaría saber que ha pasado, no sólo evitarlo como parece que tiene intención de hacer. Y no me refiero sólo a esto, sino también el ataque al avión donde viajabamos.- Espeto en voz alta, con una voz neutra mientras la miro directa a los ojos. 

Tras oír el portazo me levanto un poco sobresaltado y miro hacía todos lados si entender nada de lo que estaba pasando. ¿Por qué hará tanto viento? Pienso mientras miro que todos están un poco inquietos y no entendía porque.

Cuando la maestra empieza a hablar, me froto un poco los ojos y como siempre me arreglo un poco el pelo y como quedaban pocos minutos de clase decido recoger mis cosas y quedarme mirando atento a la maestra.

Me pongo de pie para que todos pudieran verme o escucharme bien. -Bueno, yo soy Taylor Brown, y al igual que mi compañera Mary Ann me gustaría saber lo que ha ocurrido en esta habitación. - Me siento y espero la respuesta de la profesora.

Se daba cuenta de que estaba incomodando un poco a la profesora... pero ella con tino intentó dejar la clase ahí - profesora... esa presencia no era normal...- luego hace un gesto como de preocupación y mirando al resto -soy Clement Bartholf...- luego se sienta de nuevo, intentando ayudar a la profesora a mantener el orden.